LBLA
1
Y sucederá que si obedeces diligentemente al SEÑOR tu Dios, cuidando de cumplir todos sus mandamientos que yo te mando hoy, el SEÑOR tu Dios te pondrá en alto sobre todas las naciones de la tierra.
2
Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones y te alcanzarán, si obedeces al SEÑOR tu Dios.
3
Bendito serás en la ciudad, y bendito serás en el campo.
4
Bendito será el fruto de tu vientre, el fruto de tu tierra, el fruto de tu ganado, la cría de tus vacas y los rebaños de tus ovejas.
5
Bendita será tu canasta y tu artesa de amasar.
6
Bendito serás cuando entres, y bendito serás cuando salgas.
7
El SEÑOR derrotará a los enemigos que se levanten contra ti; por un camino saldrán contra ti, y por siete caminos huirán delante de ti.
8
El SEÑOR mandará contigo la bendición en tus graneros y en todo aquello en que pongas tu mano; y te bendecirá en la tierra que el SEÑOR tu Dios te da.
9
El SEÑOR te establecerá como pueblo santo para sí, tal como te ha jurado, si guardas los mandamientos del SEÑOR tu Dios y andas en sus caminos.
10
Y todos los pueblos de la tierra verán que eres llamado por el nombre del SEÑOR, y te temerán.
11
Y el SEÑOR te dará abundancia de bienes, en el fruto de tu vientre, en el fruto de tu ganado y en el fruto de tu tierra, en la tierra que el SEÑOR juró a tus padres que te daría.
12
El SEÑOR abrirá para ti su buen tesoro, el cielo, para dar lluvia a tu tierra en su tiempo y para bendecir toda la obra de tu mano; y prestarás a muchas naciones, pero tú no pedirás prestado.
13
Y el SEÑOR te pondrá a la cabeza y no a la cola, y estarás siempre arriba y nunca abajo, si escuchas los mandamientos del SEÑOR tu Dios que yo te ordeno hoy, para que los guardes y los cumplas,
14
y no te desvíes de ninguna de las palabras que yo te mando hoy, ni a la derecha ni a la izquierda, para ir tras otros dioses y servirles.
Consecuencias de la desobediencia
15
Pero sucederá que si no obedeces al SEÑOR tu Dios, para cuidar de cumplir todos sus mandamientos y sus estatutos que yo te mando hoy, vendrán sobre ti todas estas maldiciones y te alcanzarán.
16
Maldito serás en la ciudad, y maldito serás en el campo.
17
Maldita será tu canasta y tu artesa de amasar.
18
Maldito será el fruto de tu vientre, el fruto de tu tierra, la cría de tus vacas y los rebaños de tus ovejas.
19
Maldito serás cuando entres, y maldito serás cuando salgas.
20
El SEÑOR enviará contra ti maldición, confusión y reprensión en todo aquello en que pongas tu mano e hicieres, hasta que seas destruido y perezcas rápidamente, a causa de la maldad de tus obras por las cuales me has abandonado.
21
El SEÑOR hará que la peste se te pegue hasta que te haya exterminado de la tierra a la cual entras para poseerla.
22
El SEÑOR te herirá con tisis, fiebre, inflamación, calor abrasador, espada, sequía y añublo; y te perseguirán hasta que perezcas.
23
Y los cielos que están sobre tu cabeza serán de bronce, y la tierra que está debajo de ti, de hierro.
24
El SEÑOR dará como lluvia a tu tierra polvo y ceniza; del cielo descenderán sobre ti hasta que seas destruido.
25
El SEÑOR te entregará derrotado delante de tus enemigos; por un camino saldrás contra ellos, y por siete caminos huirás delante de ellos; y serás motivo de horror para todos los reinos de la tierra.
26
Y tu cadáver servirá de comida a todas las aves del cielo y a las bestias de la tierra, y no habrá quien las espante.
27
El SEÑOR te herirá con las úlceras de Egipto, con tumores, con sarna y con comezón, de los cuales no podrás ser curado.
28
El SEÑOR te herirá con locura, ceguera y confusión de corazón;
29
y andarás a tientas al mediodía como anda el ciego en las tinieblas, y no prosperarás en tus caminos; y no serás sino oprimido y robado todos los días, y no habrá quien te salve.
30
Te desposarás con una mujer, pero otro hombre dormirá con ella; edificarás una casa, pero no habitarás en ella; plantarás una viña, pero no disfrutarás de su fruto.
31
Tu buey será matado delante de tus ojos, pero no comerás de él; tu asno será arrebatado delante de ti, y no te será devuelto; tus ovejas serán dadas a tus enemigos, y no habrá quien te salve.
32
Tus hijos y tus hijas serán entregados a otro pueblo, mientras tus ojos lo ven y desfallecen por ellos todo el día; pero no habrá poder en tu mano.
33
Una nación que no conociste se comerá el fruto de tu tierra y de todo tu trabajo, y no serás sino oprimido y aplastado todos los días.
34
Y estarás fuera de ti por lo que verán tus ojos.
35
El SEÑOR te herirá con úlceras malignas en las rodillas y en las piernas, de las cuales no podrás ser curado, desde la planta de tu pie hasta la coronilla de tu cabeza.
36
El SEÑOR te llevará a ti y a tu rey que hayas puesto sobre ti, a una nación que ni tú ni tus padres habéis conocido, y allí servirás a otros dioses, de madera y de piedra.
37
Y serás motivo de horror, refrán y burla entre todos los pueblos adonde el SEÑOR te lleve.
38
Sembrarás mucha semilla en el campo, pero recogerás poco, porque la langosta lo devorará.
39
Plantarás y cultivarás viñas, pero no beberás vino ni cosecharás uvas, porque el gusano se las comerá.
40
Tendrás olivos en todo tu territorio, pero no te ungirás con el aceite, porque tus aceitunas se caerán.
41
Engendrarás hijos e hijas, pero no serán tuyos, porque irán al cautiverio.
42
Todos tus árboles y el fruto de tu tierra los consumirá la langosta.
43
El extranjero que está en medio de ti se elevará sobre ti más y más, y tú descenderás más y más.
44
El te prestará a ti, pero tú no le prestarás a él; él será la cabeza, y tú serás la cola.
45
Y vendrán sobre ti todas estas maldiciones, y te perseguirán y te alcanzarán hasta que seas destruido, porque no escuchaste la voz del SEÑOR tu Dios para guardar sus mandamientos y sus estatutos que Él te mandó.
46
Y serán sobre ti como señal y prodigio, y sobre tu descendencia para siempre.
47
Por cuanto no serviste al SEÑOR tu Dios con alegría y con gozo de corazón, cuando tenías abundancia de todas las cosas,
48
por tanto servirás a tus enemigos que el SEÑOR enviará contra ti, con hambre, con sed, con desnudez y con falta de todas las cosas; y Él pondrá yugo de hierro sobre tu cuello hasta que te haya destruido.
49
El SEÑOR traerá contra ti una nación de lejos, del extremo de la tierra, que vuele como el águila, una nación cuya lengua no entiendas,
50
una nación de rostro fiero que no tendrá respeto al anciano, ni tendrá compasión del niño.
51
Y comerá el fruto de tu ganado y el fruto de tu tierra hasta que seas destruido; no te dejará grano, mosto ni aceite, ni la cría de tus vacas ni los rebaños de tus ovejas, hasta que te haya arruinado.
52
Y te sitiará en todas tus ciudades, hasta que caigan tus murallas altas y fortificadas en las cuales tú confías, por toda tu tierra; y te sitiará en todas tus ciudades por toda la tierra que el SEÑOR tu Dios te ha dado.
53
Y comerás el fruto de tu vientre, la carne de tus hijos y de tus hijas que el SEÑOR tu Dios te ha dado, durante el asedio y la angustia con que tu enemigo te oprimirá.
54
El hombre más tierno y refinado entre vosotros mirará con malos ojos a su hermano, a la mujer que ama y a los hijos que le queden,
55
para no dar a ninguno de ellos de la carne de sus hijos que él comerá, porque no le quedará nada en el asedio y la angustia con que tu enemigo te oprimirá en todas tus ciudades.
56
La mujer más tierna y refinada entre vosotros, que nunca intentaría poner la planta de su pie sobre la tierra por su refinamiento y ternura, mirará con malos ojos al marido que ama, a su hijo y a su hija,
57
y a su placenta que saldrá de entre sus piernas, y a los hijos que dé a luz; pues los comerá en secreto por carecer de todo, en el asedio y la angustia con que tu enemigo te oprimirá en tus ciudades.
58
Si no cuidas de cumplir todas las palabras de esta ley que están escritas en este libro, para que temas este nombre glorioso y temible, el SEÑOR TU DIOS,
59
entonces el SEÑOR traerá sobre ti y sobre tu descendencia plagas extraordinarias, plagas grandes y persistentes, y enfermedades malignas y persistentes.
60
Y traerá sobre ti todas las enfermedades de Egipto que temías, y se te pegarán.
61
También toda enfermedad y toda plaga que no está escrita en el libro de esta ley, el SEÑOR la traerá sobre ti hasta que seas destruido.
62
Y quedaréis pocos en número, en lugar de haber sido como las estrellas del cielo en multitud, porque no escuchaste la voz del SEÑOR tu Dios.
63
Y sucederá que como el SEÑOR se deleitaba en vosotros para prosperaros y multiplicaros, así el SEÑOR se deleitará en vosotros para arruinaros y destruiros; y seréis arrancados de la tierra que vas a poseer.
64
Y el SEÑOR te esparcirá entre todos los pueblos, desde un extremo de la tierra hasta el otro extremo de la tierra; y allí servirás a otros dioses que ni tú ni tus padres habéis conocido, de madera y de piedra.
65
Y entre esas naciones no hallarás descanso, ni habrá reposo para la planta de tu pie; sino que allí el SEÑOR te dará un corazón temeroso, desfallecimiento de ojos y desesperación de alma.
66
Y tu vida estará pendiente de un hilo delante de ti, y estarás temeroso de noche y de día, y no tendrás seguridad de tu vida.
67
Por la mañana dirás: "¡Quién diera que fuese la tarde!", y por la tarde dirás: "¡Quién diera que fuese la mañana!", a causa del terror que embargará tu corazón y por lo que verán tus ojos.
68
Y el SEÑOR te hará volver a Egipto en barcos, por el camino del cual te dije: "Nunca más lo verás". Y allí os venderéis a vuestros enemigos como esclavos y esclavas, pero no habrá comprador.
WLC
1
וְהָיָה֙ אִם־שָׁמ֣וֹעַ תִּשְׁמַ֔ע בְּק֖וֹל יְהוָ֣ה אֱלֹהֶ֑יךָ לִשְׁמֹ֤ר לַעֲשׂוֹת֙ אֶת־כָּל־מִצְוֹתָ֔יו אֲשֶׁ֛ר אָנֹכִ֥י מְצַוְּךָ֖ הַיּֽוֹם׃
2
וּנְתָנְךָ֨ יְהוָ֤ה אֱלֹהֶ֙יךָ֙ עֶלְי֔וֹן עַ֖ל כָּל־גּוֹיֵ֣י הָאָ֑רֶץ׃
3
וּבָ֧אוּ עָלֶ֛יךָ כָּל־הַבְּרָכ֥וֹת הָאֵ֖לֶּה וְהִשִּׂיגֻ֑ךָ כִּ֣י תִשְׁמַ֔ע בְּק֖וֹל יְהוָ֥ה אֱלֹהֶֽיךָ׃
4
בָּר֥וּךְ אַתָּ֖ה בָּעִ֑יר וּבָר֥וּךְ אַתָּ֖ה בַּשָּׂדֶֽה׃
5
בָּר֧וּךְ טַנְאֲךָ֛ וּמִשְׁאַרְתֶּ֖ךָ׃
6
בָּר֥וּךְ אַתָּ֖ה בְּבֹאֶ֑ךָ וּבָר֥וּךְ אַתָּ֖ה בְּצֵאתֶֽךָ׃
7
יִתֵּ֨ן יְהוָ֤ה אֶת־אֹיְבֶ֙יךָ֙ הַקָּמִ֣ים עָלֶ֔יךָ נִגָּפִ֖ים לְפָנֶ֑יךָ בְּדֶ֤רֶךְ אֶחָד֙ יֵצְא֣וּ אֵלֶ֔יךָ וּבְשִׁבְעָ֥ה דְרָכִ֖ים יָנ֥וּסוּ לְפָנֶֽיךָ׃
8
יְצַ֨ו יְהוָ֤ה אִתְּךָ֙ אֶת־הַבְּרָכָ֔ה בַּאֲסָמֶ֕יךָ וּבְכֹ֖ל מִשְׁלַ֣ח יָדֶ֑ךָ וּבֵ֣רַכְךָ֔ בָּאָ֕רֶץ אֲשֶׁר־יְהוָ֥ה אֱלֹהֶ֖יךָ נֹתֵ֥ן לָֽךְ׃
9
יְקִֽימְךָ֨ יְהוָ֥ה לוֹ֙ לְעַ֣ם קָד֔וֹשׁ כַּאֲשֶׁ֖ר נִֽשְׁבַּֽע־לָ֑ךְ כִּ֣י תִשְׁמֹ֗ר אֶת־מִצְוֹת֙ יְהוָ֣ה אֱלֹהֶ֔יךָ וְהָלַכְתָּ֖ בִּדְרָכָֽיו׃
10
וְרָא֞וּ כָּל־עַמֵּ֤י הָאָ֙רֶץ֙ כִּ֣י שֵׁ֤ם יְהוָה֙ נִקְרָ֣א עָלֶ֔יךָ וְיָֽרְא֖וּ מִמֶּֽךָּ׃
11
וְהוֹתִֽרְךָ֤ יְהוָה֙ לְטוֹבָ֔ה בִּפְרִ֧י בִטְנְךָ֛ וּבִפְרִ֥י בְהֶמְתְּךָ֖ וּבִפְרִ֣י אַדְמָתֶ֑ךָ עַ֚ל הָאֲדָמָ֔ה אֲשֶׁ֨ר נִשְׁבַּ֧ע יְהוָ֛ה לַאֲבֹתֶ֖יךָ לָתֵ֥ת לָֽךְ׃
12
יִפְתַּ֣ח יְהוָ֣ה׀ לְךָ֡ אֶת־אוֹצָר֩וֹ הַטּ֨וֹב אֶת־הַשָּׁמַ֜יִם לָתֵ֤ת מְטַֽר־אַרְצְךָ֙ בְּעִתּ֔וֹ וּלְבָרֵ֕ךְ אֵ֖ת כָּל־מַעֲשֵׂ֣ה יָדֶ֑ךָ וְהִלְוִ֙יתָ֙ גּוֹיִ֣ם רַבִּ֔ים וְאַתָּ֖ה לֹ֥א תִלְוֶֽה׃
13
וּנְתָֽנְךָ֨ יְהוָ֤ה לְרֹאשׁ֙ וְלֹ֣א לְזָנָ֔ב וְהָיִ֙יתָ֙ רַ֣ק לְמַ֔עְלָה וְלֹ֥א תִהְיֶ֖ה לְמָ֑טָּה כִּֽי־תִשְׁמַ֞ע אֶל־מִצְוֹ֣ת׀ יְהוָ֣ה אֱלֹהֶ֗יךָ אֲשֶׁ֨ר אָנֹכִ֧י מְצַוְּךָ֛ הַיּ֥וֹם לִשְׁמֹ֖ר וְלַעֲשֽׂוֹת׃
14
וְלֹ֣א תָס֗וּר מִכָּל־הַדְּבָרִים֙ אֲשֶׁ֨ר אָנֹכִ֜י מְצַוֶּ֥ה אֶתְכֶ֛ם הַיּ֖וֹם יָמִ֣ין וּשְׂמֹ֑אול לָלֶ֗כֶת אַחֲרֵ֛י אֱלֹהִ֥ים אֲחֵרִ֖ים לְעָבְדָֽם׃
15
וְהָיָ֗ה אִם־לֹ֤א תִשְׁמַע֙ בְּקוֹל֙ יְהוָ֣ה אֱלֹהֶ֔יךָ לִשְׁמֹ֤ר לַעֲשׂוֹת֙ אֶת־כָּל־מִצְוֹתָ֣יו וְחֻקֹּתָ֔יו אֲשֶׁ֛ר אָנֹכִ֥י מְצַוְּךָ֖ הַיּ֑וֹם וּבָ֧אוּ עָלֶ֛יךָ כָּל־הַקְּלָל֥וֹת הָאֵ֖לֶּה וְהִשִּׂיגֽוּךָ׃
16
אָר֥וּר אַתָּ֖ה בָּעִ֑יר וְאָר֥וּר אַתָּ֖ה בַּשָּׂדֶֽה׃
17
אָר֥וּר טַנְאֲךָ֖ וּמִשְׁאַרְתֶּֽךָ׃
18
אָר֥וּר פְּרִֽי־בִטְנְךָ֖ וּפְרִ֣י אַדְמָתֶ֑ךָ שְׁגַ֥ר אֲלָפֶ֖יךָ וְעַשְׁתְּרֹ֥ת צֹאנֶֽךָ׃
19
אָר֥וּר אַתָּ֖ה בְּבֹאֶ֑ךָ וְאָר֥וּר אַתָּ֖ה בְּצֵאתֶֽךָ׃
20
יְשַׁלַּ֣ח יְהוָ֣ה בְּ֠ךָ אֶת־הַמְּאֵרָ֤ה אֶת־הַמְּהוּמָה֙ וְאֶת־הַמִּגְעֶ֔רֶת בְּכָל־מִשְׁלַ֥ח יָדְךָ֖ אֲשֶׁ֣ר תַּעֲשֶׂ֑ה עַ֣ד הִשָּׁמֶדְךָ֤ וְעַד־אֲבָדְךָ֙ מַהֵ֔ר מִפְּנֵ֛י רֹ֥עַ מַֽעֲלָלֶ֖יךָ אֲשֶׁ֥ר עֲזַבְתָּֽנִי׃
21
יַדְבֵּ֧ק יְהוָ֛ה בְּךָ֖ אֶת־הַדָּ֑בֶר עַ֚ד כַּלֹּת֣וֹ אֹֽתְךָ֔ מֵעַל֙ הָֽאֲדָמָ֔ה אֲשֶׁר־אַתָּ֥ה בָא־שָׁ֖מָּה לְרִשְׁתָּֽהּ׃
22
יַכְּכָ֣ה יְ֠הוָה בַּשַּׁחֶ֨פֶת וּבַקַּדַּ֜חַת וּבַדַּלֶּ֗קֶת וּבַֽחַרְחֻר֙ וּבַחֶ֔רֶב וּבַשִּׁדָּפ֖וֹן וּבַיֵּרָק֑וֹן וּרְדָפ֖וּךָ עַ֥ד אָבְדֶֽךָ׃
23
וְהָי֥וּ שָׁמֶ֛יךָ אֲשֶׁ֥ר עַל־רֹאשְׁךָ֖ נְחֹ֑שֶׁת וְהָאָ֥רֶץ אֲשֶׁר־תַּחְתֶּ֖יךָ בַּרְזֶֽל׃
24
יִתֵּ֧ן יְהוָ֛ה אֶת־מְטַ֥ר אַרְצְךָ֖ אָבָ֣ק וְעָפָ֑ר מִן־הַשָּׁמַ֙יִם֙ יֵרֵ֣ד עָלֶ֔יךָ עַ֖ד הִשָּׁמְדָֽךְ׃
25
יִתֶּנְךָ֨ יְהוָ֥ה׀ נִגָּף֘ לִפְנֵ֣י אֹיְבֶיךָ֒ בְּדֶ֤רֶךְ אֶחָד֙ תֵּצֵ֣א אֵלָ֔יו וּבְשִׁבְעָ֥ה דְרָכִ֖ים תָּנ֣וּס לְפָנָ֑יו וְהָיִ֣יתָ לְזַעֲוָ֔ה לְכֹ֖ל מַמְלְכ֥וֹת הָאָֽרֶץ׃
26
וְהָיְתָ֤ה נִבְלָֽתְךָ֙ לְמַאֲכָ֔ל לְכָל־ע֥וֹף הַשָּׁמַ֖יִם וּלְבֶהֱמַ֣ת הָאָ֑רֶץ וְאֵ֖ין מַחֲרִֽיד׃
27
יַכְּכָ֨ה יְהוָ֜ה בִּשְׁחִ֤ין מִצְרַ֙יִם֙ ובעפלים [וּבַטְּחֹרִ֔ים] וּבַגָּרָ֖ב וּבֶחָ֑רֶס אֲשֶׁ֥ר לֹא־תוּכַ֖ל לְהֵרָפֵֽא׃
28
יַכְּכָ֣ה יְהוָ֔ה בְּשִׁגָּע֖וֹן וּבְעִוָּר֑וֹן וּבְתִמְה֖וֹן לֵבָֽב׃
29
וְהָיִ֜יתָ מְמַשֵּׁ֣שׁ בַּֽצָּהֳרַ֗יִם כַּאֲשֶׁ֨ר יְמַשֵּׁ֤שׁ הַעִוֵּר֙ בָּאֲפֵלָ֔ה וְלֹ֥א תַצְלִ֖יחַ אֶת־דְּרָכֶ֑יךָ וְהָיִ֜יתָ אַ֣ךְ עָשׁ֧וּק וְגָז֛וּל כָּל־הַיָּמִ֖ים וְאֵ֥ין מוֹשִֽׁיעַ׃
30
אִשָּׁ֣ה תְאָרֵ֗שׂ וְאִ֤ישׁ אַחֵר֙ ישגלנה [יִשְׁכָּבֶ֔נָּה] בַּ֥יִת תִּבְנֶ֖ה וְלֹא־תֵשֵׁ֣ב בּ֑וֹ כֶּ֥רֶם תִּטַּ֖ע וְלֹ֥א תְחַלְּלֶֽנּוּ׃
31
שׁוֹרְךָ֞ טָב֣וּחַ לְעֵינֶ֗יךָ וְלֹ֣א תֹאכַל֮ מִמֶּנּוּ֒ חֲמֹֽרְךָ֙ גָּז֣וּל מִלְּפָנֶ֔יךָ וְלֹ֥א יָשׁ֖וּב לָ֑ךְ צֹֽאנְךָ֙ נְתֻנ֣וֹת לְאֹיְבֶ֔יךָ וְאֵ֥ין לְךָ֖ מוֹשִֽׁיעַ׃
32
בָּנֶ֨יךָ וּבְנֹתֶ֜יךָ נְתֻנִ֨ים לְעַ֤ם אַחֵר֙ וְעֵינֶ֣יךָ רֹא֔וֹת וְכָל֥וֹת אֲלֵיהֶ֖ם כָּל־הַיּ֑וֹם וְאֵ֥ין לְאֵ֖ל יָדֶֽךָ׃
33
פְּרִ֤י אַדְמָֽתְךָ֙ וְכָל־יְגִ֣יעֲךָ֔ יֹאכַ֥ל עַ֖ם אֲשֶׁ֣ר לֹא־יָדָ֑עְתָּ וְהָיִ֗יתָ רַ֛ק עָשׁ֥וּק וְרָצ֖וּץ כָּל־הַיָּמִֽים׃
34
וְהָיִ֖יתָ מְשֻׁגָּ֑ע מִמַּרְאֵ֥ה עֵינֶ֖יךָ אֲשֶׁ֥ר תִּרְאֶֽה׃
35
יַכְּכָ֨ה יְהוָ֜ה בִּשְׁחִ֣ין רָ֗ע עַל־הַבִּרְכַּ֙יִם֙ וְעַל־הַשֹּׁקַ֔יִם אֲשֶׁ֥ר לֹא־תוּכַ֖ל לְהֵרָפֵ֑א מִכַּ֥ף רַגְלְךָ֖ וְעַ֥ד קָדְקֳדֶֽךָ׃
36
יוֹלֵ֨ךְ יְהוָ֜ה אֹתְךָ֗ וְאֶֽת־מַלְכְּךָ֙ אֲשֶׁ֣ר תָּקִ֣ים עָלֶ֔יךָ אֶל־גּ֕וֹי אֲשֶׁ֥ר לֹא־יָדַ֖עְתָּ אַתָּ֣ה וַאֲבֹתֶ֑יךָ וְעָבַ֥דְתָּ שָּׁ֛ם אֱלֹהִ֥ים אֲחֵרִ֖ים עֵ֥ץ וָאָֽבֶן׃
37
וְהָיִ֣יתָ לְשַׁמָּ֔ה לְמָשָׁ֖ל וְלִשְׁנִינָ֑ה בְּכֹל֙ הָֽעַמִּ֔ים אֲשֶׁר־יְנַהֶגְךָ֥ יְהוָ֖ה שָֽׁמָּה׃
38
זֶ֥רַע רַ֖ב תּוֹצִ֣יא הַשָּׂדֶ֑ה וּמְעַ֣ט תֶּאֱסֹ֔ף כִּ֥י יַחְסְלֶ֖נּוּ הָאַרְבֶּֽה׃
39
כְּרָמִ֥ים תִּטַּ֖ע וְעָבָ֑דְתָּ וְיַ֤יִן לֹֽא־תִשְׁתֶּה֙ וְלֹ֣א תֶאֱגֹ֔ר כִּ֥י תֹאכְלֶ֖נּוּ הַתֹּלָֽעַת׃
40
זֵיתִ֛ים יִהְי֥וּ לְךָ֖ בְּכָל־גְּבוּלֶ֑ךָ וְשֶׁ֙מֶן֙ לֹ֣א תָס֔וּךְ כִּ֥י יִשַּׁ֖ל זֵיתֶֽךָ׃
41
בָּנִ֥ים וּבָנ֖וֹת תּוֹלִ֑יד וְלֹא־יִהְי֣וּ לָ֔ךְ כִּ֥י יֵלְכ֖וּ בַּשֶּֽׁבִי׃
42
כָּל־עֵצְךָ֖ וּפְרִ֣י אַדְמָתֶ֑ךָ יְיָרֵ֖שׁ הַצְּלָצַֽל׃
43
הַגֵּר֙ אֲשֶׁ֣ר בְּקִרְבְּךָ֔ יַעֲלֶ֥ה עָלֶ֖יךָ מַ֣עְלָה מָּ֑עְלָה וְאַתָּ֥ה תֵרֵ֖ד מַ֥טָּה מָּֽטָּה׃
44
ה֣וּא יַלְוְךָ֔ וְאַתָּ֖ה לֹ֣א תַלְוֶנּ֑וּ ה֚וּא יִהְיֶ֣ה לְרֹ֔אשׁ וְאַתָּ֖ה תִּהְיֶ֥ה לְזָנָֽב׃
45
וּבָ֨אוּ עָלֶ֜יךָ כָּל־הַקְּלָל֣וֹת הָאֵ֗לֶּה וּרְדָפ֙וּךָ֙ וְהִשִּׂיג֔וּךָ עַ֖ד הִשָּׁמְדָ֑ךְ כִּי־לֹ֣א שָׁמַ֗עְתָּ בְּקוֹל֙ יְהוָ֣ה אֱלֹהֶ֔יךָ לִשְׁמֹ֛ר מִצְוֹתָ֥יו וְחֻקֹּתָ֖יו אֲשֶׁ֥ר צִוָּֽךְ׃
46
וְהָי֣וּ בְךָ֔ לְא֖וֹת וּלְמוֹפֵ֑ת וּֽבְזַרְעֲךָ֖ עַד־עוֹלָֽם׃
47
תַּ֗חַת אֲשֶׁ֤ר לֹא־עָבַ֙דְתָּ֙ אֶת־יְהוָ֣ה אֱלֹהֶ֔יךָ בְּשִׂמְחָ֖ה וּבְט֣וּב לֵבָ֑ב מֵרֹ֖ב כֹּֽל׃
48
וְעָבַדְתָּ֣ אֶת־אֹיְבֶיךָ֮ אֲשֶׁ֣ר יְשַׁלְּחֶ֣נּוּ יְהוָה֮ בָּךְ֒ בְּרָעָ֧ב וּבְצָמָ֛א וּבְעֵירֹ֖ם וּבְחֹ֣סֶר כֹּ֑ל וְנָתַ֞ן עֹ֤ל בַּרְזֶל֙ עַל־צַוָּארֶ֔ךָ עַ֥ד הִשְׁמִיד֖וֹ אֹתָֽךְ׃
49
יִשָּׂ֣א יְהוָה֩ עָלֶ֨יךָ גּ֤וֹי מֵרָחוֹק֙ מִקְצֵ֣ה הָאָ֔רֶץ כַּאֲשֶׁ֥ר יִדְאֶ֖ה הַנָּ֑שֶׁר גּ֕וֹי אֲשֶׁ֥ר לֹא־תִשְׁמַ֖ע לְשֹׁנֽוֹ׃
50
גּ֖וֹי עַ֣ז פָּנִ֑ים אֲשֶׁ֨ר לֹא־יִשָּׂ֤א פָנִים֙ לְזָקֵ֔ן וְנַ֖עַר לֹ֥א יָחֹֽן׃
51
וְאָכַ֣ל פְּרִֽי־בְהֶמְתְּךָ֣ וּפְרִֽי־אַ֠דְמָתְךָ עַ֨ד הִשָּׁמְדָ֜ךְ אֲשֶׁ֨ר לֹֽא־יַשְׁאִ֜יר לְךָ֗ דָּגָן֙ תִּיר֣וֹשׁ וְיִצְהָ֔ר שְׁגַ֥ר אֲלָפֶ֖יךָ וְעַשְׁתְּרֹ֣ת צֹאנֶ֑ךָ עַ֥ד הַאֲבִיד֖וֹ אֹתָֽךְ׃
52
וְהֵצַ֨ר לְךָ֜ בְּכָל־שְׁעָרֶ֗יךָ עַ֣ד רֶ֤דֶת חֹמֹתֶ֙יךָ֙ הַגְּבֹה֣וֹת וְהַבְּצֻר֔וֹת אֲשֶׁ֥ר אַתָּ֛ה בֹּטֵ֥חַ בָּהֵ֖ן בְּכָל־אַרְצֶ֑ךָ וְהֵצַ֤ר לְךָ֙ בְּכָל־שְׁעָרֶ֔יךָ בְּכָ֨ל־אַרְצְךָ֔ אֲשֶׁ֥ר נָתַ֛ן יְהוָ֥ה אֱלֹהֶ֖יךָ לָֽךְ׃
53
וְאָכַלְתָּ֣ פְרִֽי־בִטְנְךָ֗ בְּשַׂ֤ר בָּנֶ֙יךָ֙ וּבְנֹתֶ֔יךָ אֲשֶׁ֥ר נָֽתַן־לְךָ֖ יְהוָ֣ה אֱלֹהֶ֑יךָ בְּמָצוֹר֙ וּבְמָצ֔וֹק אֲשֶׁר־יָצִ֥יק לְךָ֖ אֹיְבֶֽךָ׃
54
הָאִישׁ֙ הָרַ֣ךְ בְּךָ֔ וְהֶעָנֹ֖ג מְאֹ֑ד תֵּרַ֨ע עֵינ֤וֹ בְאָחִיו֙ וּבְאֵ֣שֶׁת חֵיק֔וֹ וּבְיֶ֥תֶר בָּנָ֖יו אֲשֶׁ֥ר יוֹתִֽיר׃
55
מִתֵּ֣ת׀ לְאַחַ֣ד מֵהֶ֗ם מִבְּשַׂ֤ר בָּנָיו֙ אֲשֶׁ֣ר יֹאכֵ֔ל מִבְּלִי־הִשְׁאִ֥יר ל֖וֹ כֹּ֑ל בְּמָצוֹר֙ וּבְמָצ֔וֹק אֲשֶׁ֨ר יָצִ֥יק לְךָ֛ אֹיְבֶ֖ךָ בְּכָל־שְׁעָרֶֽיךָ׃
56
הָרַכָּ֨ה בְךָ֜ וְהָעֲנֻגָּ֗ה אֲשֶׁ֨ר לֹא־נִסְּתָ֤ה כַף־רַגְלָהּ֙ הַצֵּ֣ג עַל־הָאָ֔רֶץ מֵהִתְעַנֵּ֖ג וּמֵרֹ֑ךְ תֵּרַ֤ע עֵינָהּ֙ בְּאִ֣ישׁ חֵיקָ֔הּ וּבִבְנָ֖הּ וּבְבִתָּֽהּ׃
57
וּבְשִׁלְיָתָ֞הּ הַיּוֹצֵ֣ת׀ מִבֵּ֣ין רַגְלֶ֗יהָ וּבְבָנֶ֙יהָ֙ אֲשֶׁ֣ר תֵּלֵ֔ד כִּֽי־תֹאכְלֵ֥ם בְּחֹסֶר־כֹּ֖ל בַּסָּ֑תֶר בְּמָצוֹר֙ וּבְמָצ֔וֹק אֲשֶׁ֨ר יָצִ֥יק לְךָ֛ אֹיְבֶ֖ךָ בִּשְׁעָרֶֽיךָ׃
58
אִם־לֹ֨א תִשְׁמֹ֜ר לַעֲשׂ֗וֹת אֶת־כָּל־דִּבְרֵי֙ הַתּוֹרָ֣ה הַזֹּ֔את הַכְּתֻבִ֖ים בַּסֵּ֣פֶר הַזֶּ֑ה לְ֠יִרְאָה אֶת־הַשֵּׁ֞ם הַנִּכְבָּ֤ד וְהַנּוֹרָא֙ הַזֶּ֔ה אֵ֖ת יְהוָ֥ה אֱלֹהֶֽיךָ׃
59
וְהִפְלָ֤א יְהוָה֙ אֶת־מַכֹּ֣תְךָ֔ וְאֵ֖ת מַכּ֣וֹת זַרְעֶ֑ךָ מַכּ֤וֹת גְּדֹלוֹת֙ וְנֶ֣אֱמָנ֔וֹת וָחֳלָיִ֥ם רָעִ֖ים וְנֶאֱמָנִֽים׃
60
וְהֵשִׁ֣יב בְּךָ֔ אֵ֖ת כָּל־מַדְוֵ֣ה מִצְרָ֑יִם אֲשֶׁ֥ר יָגֹ֖רְתָּ מִפְּנֵיהֶ֑ם וְדָבְק֖וּ בָּֽךְ׃
61
גַּ֤ם כָּל־חֳלִי֙ וְכָל־מַכָּ֔ה אֲשֶׁר֙ לֹ֣א כָת֔וּב בְּסֵ֖פֶר הַתּוֹרָ֣ה הַזֹּ֑את יַעְלֵ֤ם יְהוָה֙ עָלֶ֔יךָ עַ֖ד הִשָּׁמְדָֽךְ׃
62
וְנִשְׁאַרְתֶּם֙ בִּמְתֵ֣י מְעָ֔ט תַּ֚חַת אֲשֶׁ֣ר הֱיִיתֶ֔ם כְּכוֹכְבֵ֥י הַשָּׁמַ֖יִם לָרֹ֑ב כִּֽי־לֹ֣א שָׁמַ֔עְתָּ בְּק֖וֹל יְהוָ֥ה אֱלֹהֶֽיךָ׃
63
וְהָיָה֩ כַּאֲשֶׁר־שָׂ֨שׂ יְהוָ֜ה עֲלֵיכֶ֗ם לְהֵיטִ֣יב אֶתְכֶם֮ וּלְהַרְבּ֣וֹת אֶתְכֶם֒ כֵּ֣ן יָשִׂ֤ישׂ יְהוָה֙ עֲלֵיכֶ֔ם לְהַאֲבִ֥יד אֶתְכֶ֖ם וּלְהַשְׁמִ֣יד אֶתְכֶ֑ם וְנִסַּחְתֶּם֙ מֵעַ֣ל הָאֲדָמָ֔ה אֲשֶׁר־אַתָּ֥ה בָא־שָׁ֖מָּה לְרִשְׁתָּֽהּ׃
64
וֶהֱפִֽיצְךָ֤ יְהוָה֙ בְּכָל־הָ֣עַמִּ֔ים מִקְצֵ֥ה הָאָ֖רֶץ וְעַד־קְצֵ֣ה הָאָ֑רֶץ וְעָבַ֨דְתָּ שָּׁ֜ם אֱלֹהִ֣ים אֲחֵרִ֗ים אֲשֶׁ֧ר לֹא־יָדַ֛עְתָּ אַתָּ֥ה וַאֲבֹתֶ֖יךָ עֵ֥ץ וָאָֽבֶן׃
65
וּבַגּוֹיִ֤ם הָהֵם֙ לֹ֣א תַרְגִּ֔יעַ וְלֹא־יִהְיֶ֥ה מָנ֖וֹחַ לְכַף־רַגְלֶ֑ךָ וְנָתַן֩ יְהוָ֨ה לְךָ֥ שָׁם֙ לֵ֣ב רַגָּ֔ז וְכִלְי֥וֹן עֵינַ֖יִם וְדַֽאֲב֥וֹן נָֽפֶשׁ׃
66
וְהָי֣וּ חַיֶּ֙יךָ֙ תְּלֻאִ֣ים לְךָ֔ מִנֶּ֖גֶד וּפָֽחַדְתָּ֑ לַ֣יְלָה וְיוֹמָ֔ם וְלֹ֥א תַאֲמִ֖ין בְּחַיֶּֽיךָ׃
67
בַּבֹּ֤קֶר תֹּאמַר֙ מִֽי־יִתֵּ֣ן עֶ֔רֶב וּבָעֶ֥רֶב תֹּאמַ֖ר מִֽי־יִתֵּ֣ן בֹּ֑קֶר מֵרֹ֤אשׁ פַּֽחַד֙ לְבָ֣בְךָ֔ אֲשֶׁ֥ר תִּפְחָ֖ד וּמִמַּרְאֵ֥ה עֵינֶ֖יךָ אֲשֶׁ֥ר תִּרְאֶֽה׃
68
וֶהֱשִֽׁיבְךָ֨ יְהוָ֥ה׀ מִצְרַ֘יִם֮ בָּאֳנִיּוֹת֒ בַּדֶּ֙רֶךְ֙ אֲשֶׁ֣ר אָמַ֣רְתִּי לְךָ֔ לֹא־תֹסִ֥יף ע֖וֹד לִרְאֹתָ֑הּ וְהִתְמַכַּרְתֶּ֨ם שָׁ֧ם לְאֹיְבֶ֛יךָ לַעֲבָדִ֥ים וְלִשְׁפָח֖וֹת וְאֵ֥ין קֹנֶֽה׃