LBLA
1
En el año segundo de su reinado, Nabucodonosor tuvo sueños, y su espíritu se
perturbó hasta el punto de que no podía dormir.
2
Entonces el rey mandó llamar magos, encantadores, hechiceros y caldeos para que
le explicaran sus sueños. Vinieron, pues, y se presentaron ante el rey.
3
Y el rey les dijo: He tenido un sueño y mi espíritu se ha perturbado por el
deseo de entender el sueño.
4
Entonces hablaron los caldeos al rey en arameo: Oh rey, vive para siempre. Di
el sueño a tus siervos, y te declararemos la interpretación.
5
Respondió el rey y dijo a los caldeos: El asunto lo he decidido: si no me
declaráis el sueño y su interpretación, seréis despedazados, y vuestras casas serán convertidas en
muladares.
6
Pero si declaráis el sueño y su interpretación, recibiréis de mí regalos,
recompensas y gran honor. Declaradme, pues, el sueño y su interpretación.
7
Respondieron por segunda vez, y dijeron: Diga el rey el sueño a sus siervos, y
le declararemos la interpretación.
8
El rey respondió y dijo: Ciertamente sé que vosotros queréis ganar tiempo,
porque veis que el asunto lo he decidido,
9
si no me declaráis el sueño. Hay un solo decreto para vosotros: Ciertamente os
habéis puesto de acuerdo para decir ante mí palabras mentirosas y perversas hasta que cambien los
tiempos. Por tanto, decidme el sueño, para que yo sepa que podéis declararme su
interpretación.
10
Los caldeos respondieron delante del rey y dijeron: No hay hombre sobre la
tierra que pueda declarar el asunto del rey, por cuanto ningún rey, por grande y poderoso que haya
sido, ha pedido cosa semejante a ningún mago, encantador o caldeo.
11
La cosa que el rey pide es difícil, y no hay nadie que la pueda declarar al
rey, salvo los dioses cuya morada no es con los mortales.
12
Por esto el rey se enfureció y se indignó mucho, y dio orden de matar a todos
los sabios de Babilonia.
13
Así se promulgó el decreto y los sabios estaban a punto de ser muertos; y
buscaron a Daniel y a sus compañeros para matarlos.
14
Entonces Daniel habló con prudencia y sensatez a Arioc, capitán de la guardia
del rey, que había salido para matar a los sabios de Babilonia.
15
Respondió y dijo a Arioc, capitán del rey: ¿Por qué es el decreto tan urgente
de parte del rey? Entonces Arioc informó a Daniel del asunto.
16
Y Daniel entró y pidió al rey que le diera tiempo, para poder declarar al rey
la interpretación.
17
Entonces Daniel se fue a su casa e informó del asunto a sus compañeros Ananías,
Misael y Azarías,
18
para que pidieran misericordia al Dios del cielo acerca de este misterio, a fin
de que Daniel y sus compañeros no perecieran con los demás sabios de Babilonia.
19
Entonces el misterio fue revelado a Daniel en visión de noche. Y Daniel bendijo
al Dios del cielo.
20
Daniel habló y dijo: Sea bendito el nombre de Dios por los siglos de los
siglos, porque suyos son el poder y la sabiduría.
21
El cambia los tiempos y las edades; quita reyes y pone reyes; da sabiduría a
los sabios, y conocimiento a los entendidos.
22
El revela lo profundo y lo escondido; conoce lo que está en tinieblas, y la luz
mora con El.
23
A ti, oh Dios de mis padres, te doy gracias y alabo, porque me has dado
sabiduría y poder, y ahora me has revelado lo que te pedimos, pues nos has dado a conocer el asunto
del rey.
24
Por tanto, Daniel fue a ver a Arioc, a quien el rey había nombrado para matar a
los sabios de Babilonia; fue y le dijo: No mates a los sabios de Babilonia. Llévame ante el rey, y
yo le declararé la interpretación.
25
Entonces Arioc llevó prontamente a Daniel ante el rey, y le dijo: He hallado un
hombre entre los deportados de Judá que puede dar a conocer al rey la interpretación.
26
Respondió el rey y dijo a Daniel (cuyo nombre era Beltsasar): ¿Puedes tú
hacerme conocer el sueño que he visto y su interpretación?
27
Daniel respondió delante del rey y dijo: El misterio que el rey ha demandado,
ni sabios, ni encantadores, ni magos ni adivinos lo pueden declarar al rey.
28
Pero hay un Dios en los cielos que revela los misterios, y El ha dado a conocer
al rey Nabucodonosor lo que sucederá al fin de los días. Este fue tu sueño y las visiones que
pasaron por tu mente mientras estabas en tu cama:
29
A ti, oh rey, mientras estabas en tu cama, te vinieron pensamientos acerca de
lo que sería en el futuro, y el que revela los misterios te ha declarado lo que sucederá.
30
Y a mí me ha sido revelado este misterio, no porque en mí haya más sabiduría
que en todos los vivientes, sino con el fin de que la interpretación se dé a conocer al rey, y para
que entiendas los pensamientos de tu corazón.
31
Tú, oh rey, mirabas, y he aquí una gran imagen. Esta imagen, que era muy grande
y cuyo brillo era extraordinario, estaba en pie delante de ti, y su aspecto era terrible.
32
La cabeza de esta imagen era de oro fino; su pecho y sus brazos, de plata; su
vientre y sus muslos, de bronce;
33
sus piernas, de hierro; sus pies, en parte de hierro y en parte de barro
cocido.
34
Estabas mirando, hasta que una piedra fue cortada sin ayuda de manos, y golpeó
la imagen en sus pies de hierro y de barro, y los desmenuzó.
35
Entonces el hierro, el barro, el bronce, la plata y el oro fueron desmenuzados
todos a la vez, y se volvieron como el tamo de las eras en verano; y el viento se los llevó sin que
quedara rastro alguno de ellos. Pero la piedra que golpeó la imagen se convirtió en un gran monte
que llenó toda la tierra.
36
Este fue el sueño; ahora diremos su interpretación delante del rey.
37
Tú, oh rey, eres rey de reyes, a quien el Dios del cielo ha dado el reino, el
poder, la fuerza y la gloria;
38
y dondequiera que habitan los hijos de los hombres, las bestias del campo o las
aves del cielo, El los ha entregado en tu mano y te ha hecho soberano sobre todos ellos. Tú eres la
cabeza de oro.
39
Y después de ti se levantará otro reino inferior a ti, y luego un tercer reino
de bronce que dominará sobre toda la tierra.
40
Y habrá un cuarto reino fuerte como hierro; y así como el hierro desmenuza y
rompe todas las cosas, desmenuzará y quebrantará.
41
Y lo que viste de los pies y los dedos, en parte de barro de alfarero y en
parte de hierro, será un reino dividido; pero habrá en él algo de la firmeza del hierro, así como
viste hierro mezclado con barro.
42
Y así como los dedos de los pies eran en parte de hierro y en parte de barro,
así una parte del reino será fuerte y otra parte será frágil.
43
En cuanto al hierro mezclado con barro, se mezclarán mediante simiente humana,
pero no se unirán el uno con el otro, así como el hierro no se mezcla con el barro.
44
Y en los días de estos reyes, el Dios del cielo levantará un reino que jamás
será destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y pondrá fin a todos estos
reinos, pero él permanecerá para siempre,
45
así como viste que una piedra fue cortada del monte sin ayuda de manos y que
desmenuzó el hierro, el bronce, el barro, la plata y el oro. El gran Dios ha dado a conocer al rey
lo que sucederá en el futuro. Así, pues, el sueño es verdadero y fiel es su interpretación.
46
Entonces el rey Nabucodonosor cayó sobre su rostro, se postró ante Daniel y
ordenó que le presentaran una ofrenda de cereal y ofrendas fragantes.
47
El rey habló a Daniel y dijo: Ciertamente que vuestro Dios es Dios de dioses y
Señor de reyes y revelador de misterios, ya que tú has podido revelar este misterio.
48
Entonces el rey engrandeció a Daniel y le dio muchos y grandes regalos, y le
hizo gobernador de toda la provincia de Babilonia y jefe supremo de todos los sabios de
Babilonia.
49
Y Daniel pidió al rey, y éste puso a Sadrac, Mesac y Abed-nego sobre la
administración de la provincia de Babilonia, mientras Daniel estaba en la corte del rey.
WLC
1
וּבִשְׁנַ֣ת שְׁתַּ֗יִם לְמַלְכוּת֙ נְבֻֽכַדְנֶאצַּ֔ר חָלַ֥ם
נְבֻֽכַדְנֶאצַּ֖ר חֲלֹמ֑וֹת וַתִּתְפָּ֣עֶם רוּח֔וֹ וּשְׁנָת֖וֹ נִהְיְתָ֥ה עָלָֽיו׃
2
וַיֹּ֣אמֶר הַ֠מֶּ֠לֶךְ לִקְרֹ֨א לַֽחַרְטֻמִּ֜ים וְלָֽאַשָּׁפִ֗ים
וְלַֽמְכַשְּׁפִים֙ וְלַכַּשְׂדִּ֔ים לְהַגִּ֥יד לַמֶּ֖לֶךְ חֲלֹמֹתָ֑יו וַיָּבֹ֕אוּ וַיַּֽעַמְד֖וּ
לִפְנֵ֥י הַמֶּֽלֶךְ׃
3
וַיֹּ֧אמֶר לָהֶ֛ם הַמֶּ֖לֶךְ חֲל֣וֹם חָלָ֑מְתִּי וַתִּפָּ֣עֶם רוּחִ֔י
לָדַ֖עַת אֶת־הַחֲלֽוֹם׃
4
וַֽיְדַבְּר֧וּ הַכַּשְׂדִּ֛ים לַמֶּ֖לֶךְ אֲרָמִ֑ית מַלְכָּא֙ לְעָלְמִ֣ין
חֱיִ֔י אֱמַ֥ר חֶלְמָ֛א לְעַבְדַּ֖יִךְ וּפִשְׁרָ֥א נְחַוֵּֽא׃
5
עָנֵ֤ה מַלְכָּא֙ וְאָמַ֣ר לְכַשְׂדָּאֵ֔י מִלְּתָ֖א מִנִּ֣י אַזְדָּ֑א
הֵ֣ן לָ֤א תְהֽוֹדְעוּנַּ֙נִי֙ חֶלְמָ֣א וּפִשְׁרֵ֔הּ הַדָּמִין֙ תִּתְעַבְד֔וּן וּבָתֵּיכ֖וֹן נְוָלִ֥י
יִתְּשָׂמֽוּן׃
6
וְהֵ֨ן חֶלְמָ֤א וּפִשְׁרֵהּ֙ תְּהַֽחֲוֺ֔ן מַתְּנָ֤ן וּנְבִזְבָּה֙
וִיקָ֣ר שַׂגִּ֔יא תְּקַבְּל֖וּן מִן־קֳדָמָ֑י לָהֵ֕ן חֶלְמָ֥א וּפִשְׁרֵ֖הּ הַֽחֲוֺֽנִי׃
7
עֲנ֥וֹ תִנְיָנ֖וּת וְאָמְרִ֑ין מַלְכָּ֕א חֶלְמָ֛א יֵאמַ֥ר לְעַבְד֖וֹהִי
וּפִשְׁרָ֥ה נְהַחֲוֵֽה׃
8
עָנֵ֤ה מַלְכָּא֙ וְאָמַ֔ר מִן־יַצִּיב֙ יָדַ֣ע אֲנָ֔ה דִּ֥י עִדָּנָ֖א
אַנְתּ֣וּן זָבְנִ֑ין כָּל־קֳבֵל֙ דִּ֣י חֲזֵית֔וֹן דִּ֥י אַזְדָּ֖א מִנִּ֥י מִלְּתָֽא׃
9
דִּ֣י הֵן־חֶלְמָ֞א לָ֣א תְהֽוֹדְעֻנַּ֗נִי חֲדָה־הִיא֘ דָֽתְכוֹן֒
וּמִלָּ֨ה כִדְבָ֧ה וּשְׁחִיתָ֛ה הזמנתון הִזְדְּמִנְתּ֥וּן לְמֵאמַ֖ר קָֽדָמַ֑י עַ֣ד דִּ֧י עִדָּנָ֣א
יִשְׁתַּנֵּ֗א לָהֵן֙ חֶלְמָ֤א אֱמַ֙רוּ֙ לִ֔י וְֽאִנְדַּ֕ע דִּ֥י פִשְׁרֵ֖הּ תְּהַֽחֲוֺנַּֽנִי׃
10
עֲנ֨וֹ כַשְׂדָּאֵ֜י קֳדָ֣ם מַלְכָּ֗א וְאָֽמְרִין֙ לָֽא־אִיתַ֤י אֲנָשׁ֙
עַל־יַבֶּשְׁתָּ֔א דִּ֚י מִלַּ֣ת מַלְכָּ֔א יוּכַ֖ל לְהַֽחֲוָיָ֑ה כָּל־קֳבֵ֗ל דִּ֚י כָּל־מֶ֙לֶךְ֙
וְשַׁלִּ֣יט וְרַב֔וֹ מִלָּ֤ה כִדְנָה֙ לָ֣א שְׁאֵ֔ל לְכָל־חַרְטֹּ֖ם וְאָשַׁ֥ף וְכַשְׂדָּֽי׃
11
וּמִלְּתָ֨א דִֽי־מַלְכָּ֤ה שָׁאֵל֙ יַקִּירָ֔ה וְאׇחֳרָן֙ לָ֣א אִיתַ֔י
דִּ֥י יְחַוִּנַּ֖הּ קֳדָ֣ם מַלְכָּ֑א לָהֵ֣ן אֱלָהִ֔ין דִּ֚י מְדָ֣רְה֔וֹן עִם־בִּשְׂרָ֖א לָ֥א
אִיתֽוֹהִי׃
12
כָּל־קֳבֵ֣ל דְּנָ֔ה מַלְכָּ֕א בְּנַ֖ס וּקְצַ֣ף שַׂגִּ֑יא וַאֲמַר֙
לְה֣וֹבָדָ֔ה לְכֹ֖ל חַכִּימֵ֥י בָבֶֽל׃
13
וְדָתָ֣א נֶפְקַ֔ת וְחַכִּֽימַיָּ֖א מִֽתְקַטְּלִ֑ין וּבְע֛וֹ דָּנִיֵּ֥אל
וְחַבְר֖וֹהִי לְהִתְקְטָלָֽה׃
14
בֵּאדַ֣יִן דָּנִיֵּ֗אל הֲתִיב֙ עֵטָ֣א וּטְעֵ֔ם לְאַרְי֕וֹךְ
רַב־טַבָּחַיָּ֖א דִּ֣י מַלְכָּ֑א דְִּ֚ נֶפְקַ֥ת לְקַטָּלָ֖ה לְחַכִּימֵ֥י בָבֶֽל׃
15
עָנֵ֣ה וְאָמַ֗ר לְאַרְיוֹךְ֙ שַׁלִּיטָ֣א דִֽי־מַלְכָּ֔א עַל־מָ֥ה דָתָ֛א
מְהַחְצְפָ֖ה מִן־קֳדָ֣ם מַלְכָּ֑א אֱדַ֣יִן מִלְּתָ֔א הוֹדַ֥ע אַרְי֖וֹךְ לְדָנִיֵּֽאל׃
16
וְדָנִיֵּ֣אל עַ֗ל וּבְעָ֤ה מִן־מַלְכָּא֙ דִּ֚י זְמָ֣ן יִנְתֵּן־לֵ֔הּ
וּפִשְׁרָ֖א לְהַֽחֲוָיָ֥ה לְמַלְכָּֽא׃
17
אֱדַ֥יִן דָּנִיֵּ֖אל לְבַיְתֵ֣הּ אֲזַ֑ל וְ֠לַחֲנַנְיָ֠ה מִֽישָׁאֵ֧ל
וַעֲזַרְיָ֛ה חַבְר֖וֹהִי מִלְּתָ֥א הוֹדַֽע׃
18
וְרַחֲמִ֗ין לְמִבְעֵא֙ מִן־קֳדָם֙ אֱלָ֣הּ שְׁמַיָּ֔א עַל־רָזָ֖ה דְּנָ֑ה
דִּ֣י לָ֤א יְהֹֽבְדוּן֙ דָּנִיֵּ֣אל וְחַבְר֔וֹהִי עִם־שְׁאָ֖ר חַכִּימֵ֥י בָבֶֽל׃
19
אֱדַ֗יִן לְדָֽנִיֵּאל֙ בְּחֶזְוָ֣א דִֽי־לֵ֔ילְיָ֖א רָזָ֣ה גֲלִ֑י
אֱדַ֙יִן֙ דָּנִיֵּ֔אל בָּרִ֖ךְ לֶאֱלָ֥הּ שְׁמַיָּֽא׃
20
עָנֵ֤ה דָֽנִיֵּאל֙ וְאָמַ֔ר לֶהֱוֵ֨א שְׁמֵ֤הּ דִּֽי־אֱלָהָא֙ מְבָרַ֔ךְ
מִן־עָלְמָ֖א וְעַד־עָלְמָ֑א דִּ֧י חׇכְמְתָ֛א וּגְבוּרְתָ֖א דִּ֥י לֵֽהּ־הִֽיא׃
21
וְה֣וּא מְהַשְׁנֵ֗א עִדָּנַיָּא֙ וְזִמְנַיָּ֔א מְהַעְדֵּ֥ה מַלְכִ֖ין
וּמְהָקֵ֣ים מַלְכִ֑ין יָהֵ֤ב חׇכְמְתָא֙ לְחַכִּימִ֔ין וּמַנְדְּעָ֖א לְיָדְעֵ֥י בִינָֽה׃
22
ה֛וּא גָּלֵ֥א עַמִּיקָתָ֖א וּמְסַתְּרָתָ֑א יָדַע֙ מָ֣ה בַחֲשׁוֹכָ֔א
ונהירא וּנְהוֹרָ֖א עִמֵּ֥הּ שְׁרֵֽא׃
23
לָ֣ךְ׀ אֱלָ֣הּ אֲבָהָתִ֗י מְהוֹדֵ֤א וּמְשַׁבַּח֙ אֲנָ֔ה דִּ֧י חׇכְמְתָ֛א
וּגְבוּרְתָ֖א יְהַ֣בְתְּ לִ֑י וּכְעַ֤ן הוֹדַעְתַּ֙נִי֙ דִּֽי־בְעֵ֣ינָא מִנָּ֔ךְ דִּֽי־מִלַּ֥ת
מַלְכָּ֖א הוֹדַעְתֶּֽנָא׃
24
כָּל־קֳבֵ֣ל דְּנָ֗ה דָּֽנִיֵּאל֙ עַ֣ל עַל־אַרְי֔וֹךְ דִּ֚י מַנִּ֣י
מַלְכָּ֔א לְהוֹבָדָ֖ה לְחַכִּימֵ֣י בָבֶ֑ל אֲזַ֣ל וְכֵ֔ן אֲמַר־לֵ֖הּ לְחַכִּימֵ֥י בָבֶֽל
אַל־תְּהוֹבֵ֑ד הַעֵ֙לְנִי֙ קֳדָ֣ם מַלְכָּ֔א וּפִשְׁרָ֖א לְמַלְכָּ֥א אֲחַוֵּֽא׃
25
אֱדַ֨יִן אַרְי֜וֹךְ בְּהִתְבְּהָלָ֣ה הֲנִעֵ֗ל לְדָֽנִיֵּאל֙ קֳדָ֣ם
מַלְכָּ֔א וְכֵ֛ן אֲמַר־לֵ֖הּ דִּֽי־הִשְׁכַּ֣חַת גְּבַ֑ר מִן־בְּנֵ֤י גָלוּתָא֙ דִּ֣י יְה֔וּד דִּ֛י
פִשְׁרָ֥א לְמַלְכָּ֖א יְהוֹדַֽע׃
26
עָנֵ֤ה מַלְכָּא֙ וְאָמַ֣ר לְדָֽנִיֵּאל דִּֽי־שְׁמֵ֖הּ בֵּלְטְשַׁאצַּ֑ר
הַיְכִ֙לָה֙ לְהוֹדָעֻתַ֔נִי חֶלְמָ֥א דִֽי־חֲזֵ֖ית וּפִשְׁרֵֽהּ׃
27
עָנֵ֣ה דָֽנִיֵּאל֮ קֳדָ֣ם מַלְכָּא֒ וְאָמַ֗ר רָזָה֙ דִּֽי־מַלְכָּ֣א
שָׁאֵ֔ל לָ֧א חַכִּימִ֣ין אָֽשְׁפִ֗ין חַרְטֻמִּין֙ גָּזְרִ֔ין יָכְלִ֖ין לְהַֽחֲוָיָ֣ה
לְמַלְכָּ֑א׃
28
בְּרַ֡ם אִיתַ֞י אֱלָ֤הּ בִּשְׁמַיָּא֙ גָּלֵ֣א רָזִ֔ין וְהוֹדַ֗ע
לְמַלְכָּא֙ נְבֻֽכַדְנֶצַּ֔ר מָ֛ה דִּ֥י לֶהֱוֵ֖א בְּאַחֲרִ֣ית יוֹמַיָּ֑א חֶלְמָ֨ךְ וְחֶזְוֵ֥י
רֵאשָׁ֛ךְ עַֽל־מִשְׁכְּבָ֖ךְ דְּנָ֥ה הֽוּא׃
29
אנתה אַנְתְּ מַלְכָּא֙ רַעְיוֹנָ֣ךְ עַֽל־מִשְׁכְּבָ֖ךְ סְלִ֑קוּ מָ֣ה
דִ֥י לֶהֱוֵ֛א אַחֲרֵ֥י דְנָ֖ה וְגָלֵ֥א רָזַיָּֽא הוֹדְעָ֖ךְ מָה־דִ֥י לֶהֱוֵֽא׃
30
וְאַ֣נִי לָ֗א בְחׇכְמָה֙ דִּֽי־אִיתַ֥י בִּי֙ מִן־כׇּל־חַיַּיָּ֔א רָזָ֥א
דְנָ֖ה גֱּלִ֣י לִ֑י לָהֵ֗ן עַל־דִּבְרַת֙ דִּ֤י פִשְׁרָא֙ לְמַלְכָּ֣א יְהוֹדְע֔וּן וְרַעְיוֹנֵ֥י
לִבְבָ֖ךְ תִּנְדַּֽע׃
31
אנתה אַנְתְּ מַלְכָּ֗א חָזֵ֤ה הֲוַ֙יְתָ֙ וַאֲל֨וּ צְלֵ֥ם חַד֙ שַׂגִּ֔יא
צַלְמָ֨א דִּכֵּ֥ן רַ֛ב וְזִיוֵ֥הּ יַתִּ֖יר קָאֵ֣ם לְקָבְלָ֑ךְ וְרֵוֵ֖הּ דְּחִֽיל׃
32
ה֣וּא צַלְמָ֗א רֵאשֵׁהּ֙ דִּֽי־דְהַ֣ב טָ֔ב חֲד֖וֹהִי וּדְרָע֣וֹהִי
דִּֽי־כְסַ֑ף מְע֥וֹהִי וְיַרְכָתֵ֖הּ דִּ֥י נְחָֽשׁ׃
33
שָׁק֖וֹהִי דִּ֣י פַרְזֶ֑ל רַגְל֕וֹהִי מנהון מִנְּהֵ֥ין דִּֽי־פַרְזֶ֖ל
ומנהון וּמִנְּהֵ֥ין דִּֽי־חֲסַֽף׃
34
חָזֵ֣ה הֲוַ֗יְתָ עַ֠ד דִּ֣י הִתְגְּזֶ֤רֶת אֶ֙בֶן֙ דִּי־לָ֣א בִידַ֔יִן
וּמְחָ֤ת לְצַלְמָא֙ עַל־רַגְל֔וֹהִי דִּ֥י פַרְזְלָ֖א וְחַסְפָּ֑א וְהַדֵּ֖קֶת הִמּֽוֹן׃
35
בֵּאדַ֣יִן דָּ֣קוּ כַחֲדָ֗ה פַּרְזְלָא֙ חַסְפָּ֣א נְחָשָׁ֔א כַּסְפָּ֖א
וְדַהֲבָ֑א וַהֲווֹ֙ כְּע֣וּר מִן־אִדְּרֵי־קַ֔יִט וּנְשָׂ֤א הִמּוֹן֙ רוּחָ֔א וְכׇל־אֲתַ֖ר
לָא־הִשְׁתֲּכַ֣ח לְה֑וֹן וְאַבְנָ֣א׀ דִּ֣י מְחָ֣ת לְצַלְמָ֗א הֲוָ֛ת לְט֥וּר רַ֖ב וּמְלָ֥את
כׇּל־אַרְעָֽא׃
36
דְּנָ֖ה חֶלְמָ֑א וּפִשְׁרֵ֖הּ נֵאמַ֥ר קֳדָם־מַלְכָּֽא׃
37
אנתה אַנְתְּ מַלְכָּ֑א מֶ֣לֶךְ מַלְכַיָּ֔א דִּ֚י אֱלָ֣הּ שְׁמַיָּ֔א
מַלְכוּתָ֥א חִסְנָ֛א וְתׇקְפָּ֥א וִֽיקָרָ֖א יְהַב־לָֽךְ׃
38
וּבְכׇל־דִּ֣י דארין דָֽיְרִ֨ין בְּנֵֽי־אֲנָשָׁ֜א חֵיוַ֤ת בָּרָא֙
וְעוֹף־שְׁמַיָּ֔א יְהַ֖ב בִּידָ֑ךְ וְהַשְׁלְטָ֖ךְ בְּכׇלְּה֑וֹן אנתה אַנְתְּ־ה֔וּא רֵאשָׁ֖ה דִּ֥י
דַהֲבָֽא׃
39
וּבָתְרָ֗ךְ תְּק֛וּם מַלְכ֥וּ אָחֳרִ֖י אֲרַ֣עא מִנָּ֑ךְ וּמַלְכ֨וּ
תליתיא תְלִיתָאָה֙ אָחֳרִ֔י דִּ֥י נְחָשָׁ֖א דִּ֥י תִשְׁלַ֖ט בְּכׇל־אַרְעָֽא׃
40
וּמַלְכוּ֙ רביעיה רְבִיעָאָ֔ה תֶּהֱוֵ֥א תַקִּיפָ֖ה כְּפַרְזְלָ֑א
כׇּל־קֳבֵל֙ דִּ֣י פַרְזְלָ֔א מְהַדֵּ֤ק וְחָשֵׁל֙ כֹּ֔לָּא וּֽכְפַרְזְלָ֛א דִּֽי־מְרָעַ֥ע
כׇּל־אִלֵּ֖ין תַּדִּ֥ק וְתֵרֹֽעַ׃
41
וְדִֽי־חֲזַ֜יְתָה רַגְלַיָּ֣א וְאֶצְבְּעָתָ֗א מנהון מִנְּהֵ֣ין חֲסַ֡ף
דִּ֣י פֶחָ֗ר ומנהון וּמִנְּהֵין֙ פַּרְזֶ֔ל מַלְכ֤וּ פְלִיגָה֙ תֶּהֱוֵ֔ה וּמִן־נִצְבְּתָ֥א
דִֽי־פַרְזְלָ֖א לֶֽהֱוֵא־בַ֑הּ כׇּל־קֳבֵל֙ דִּ֣י חֲזַ֔יְתָה פַּרְזְלָ֖א מְעָרַ֥ב בַּחֲסַ֥ף
טִינָֽא׃
42
וְאֶצְבְּעָת֙ רַגְלַיָּ֔א מנהון מִנְּהֵ֥ין פַּרְזֶ֖ל ומנהון וּמִנְּהֵ֣ין
חֲסַ֑ף מִן־קְצָ֤ת מַלְכוּתָא֙ תֶּהֱוֵ֣ה תַקִּיפָ֔ה וּמִנַּ֖הּ תֶּהֱוֵ֥א תְבִירָֽה׃
43
דִּ֣י חֲזַ֗יְתָ פַּרְזְלָא֙ מְעָרַב֙ בַּחֲסַ֣ף טִינָ֔א מִתְעָרְבִ֤ין
לֶהֱוֺן֙ בִּזְרַ֣ע אֲנָשָׁ֔א וְלָֽא־לֶהֱוֺ֥ן דָּבְקִ֖ין דְּנָ֣ה עִם־דְּנָ֑ה הֵֽא־כְדִ֣י פַרְזְלָ֔א
לָ֥א מִתְעָרַ֖ב עִם־חַסְפָּֽא׃
44
וּֽבְיוֹמֵיה֞וֹן דִּ֧י מַלְכַיָּ֣א אִנּ֗וּן יְקִים֩ אֱלָ֨הּ שְׁמַיָּ֤א
מַלְכוּ֙ דִּ֤י לְעָלְמִין֙ לָ֣א תִתְחַבַּ֔ל וּמַ֨לְכוּתָ֔ה לְעַ֥ם אׇחֳרָ֖ן לָ֣א תִשְׁתְּבִ֑ק
תַּדִּ֤ק וְתָסֵיף֙ כׇּל־אִלֵּ֣ין מַלְכֽוּתָא֔ וְהִ֖יא תְּק֥וּם לְעָלְמַיָּֽא׃
45
כָּל־קֳבֵ֣ל דִּֽי־חֲזַ֡יְתָ דִּ֣י מִטּוּרָא֩ אִתְגְּזֶ֨רֶת אֶ֜בֶן
דִּי־לָ֣א בִידַ֗יִן וְ֠הַדֶּ֠קֶת פַּרְזְלָ֨א נְחָשָׁ֤א חַסְפָּא֙ כַּסְפָּ֣א וְדַהֲבָ֔א אֱלָ֥הּ רַב֙
הוֹדַ֣ע לְמַלְכָּ֔א מָ֛ה דִּ֥י לֶהֱוֵ֖א אַחֲרֵ֣י דְנָ֑ה וְיַצִּ֥יב חֶלְמָ֖א וּמְהֵימַ֥ן
פִּשְׁרֵֽהּ׃
46
בֵּאדַ֣יִן מַלְכָּא֮ נְבֻֽכַדְנֶצַּר֒ נְפַ֣ל עַל־אַנְפּ֔וֹהִי
וּלְדָנִיֵּ֖אל סְגִ֑ד וּמִנְחָה֙ וְנִ֣יחֹחִ֔ין אֲמַ֖ר לְנַסָּ֥כָה לֵֽהּ׃
47
עָנֵ֤ה מַלְכָּא֙ לְדָ֣נִיֵּ֔אל וְאָמַ֑ר מִן־קְשֹׁ֗ט דִּ֤י אֱלָהֲכוֹן֙
ה֣וּא אֱלָ֣הּ אֱלָהִ֔ין וּמָרֵ֖א מַלְכִ֑ין וְגָלֵ֣ה רָזִ֔ין דִּ֣י יְכֵ֔לְתָּ לְמִגְלֵ֖א רָזָ֥ה
דְנָֽה׃
48
אֱדַ֙יִן֙ מַלְכָּ֔א לְדָנִיֵּ֖אל רַבִּ֑י וּמַתְּנָ֨ן רַבְרְבָ֜ן
שַׂגִּיאָ֗ן יְהַב־לֵ֗הּ וְהַ֨שְׁלְטֵ֔הּ עַ֛ל כׇּל־מְדִינַ֥ת בָּבֶ֖ל וְרַב־סִגְנִ֑ין עַ֖ל
כׇּל־חַכִּימֵ֥י בָבֶֽל׃
49
וְדָנִיֵּ֣אל בְּעָ֔א מִן־מַלְכָּ֕א וּמַנִּ֗י עַל־עֲבִֽידְתָּא֙ דִּ֚י
מְדִינַ֣ת בָּבֶ֔ל לְשַׁדְרַ֥ךְ מֵישַׁ֖ךְ וַעֲבֵ֣ד נְג֑וֹ וְדָנִיֵּ֖אל בִּתְרַ֥ע מַלְכָּֽא׃