LBLA
1
Entonces avisaron a Joab: He aquí, el rey está llorando y hace duelo por Absalón.
2
Y la victoria aquel día se convirtió en duelo para todo el pueblo, porque aquel día el pueblo oyó decir: El rey está afligido por su hijo.
3
Y aquel día el pueblo entró furtivamente en la ciudad, como furtivamente entra un pueblo humillado cuando huye de la batalla.
4
Y el rey cubrió su rostro y clamaba en alta voz: ¡Hijo mío Absalón, Absalón, hijo mío, hijo mío!
5
Entonces Joab entró en la casa del rey, y dijo: Hoy has cubierto de vergüenza el rostro de todos tus siervos que hoy han librado tu vida, las vidas de tus hijos y de tus hijas, las vidas de tus mujeres y las vidas de tus concubinas,
6
amando a los que te aborrecen y aborreciendo a los que te aman. Porque hoy has demostrado que los jefes y siervos no son nada para ti; pues ahora entiendo que si Absalón viviera y todos nosotros hubiéramos muerto hoy, entonces tú estarías complacido.
7
Ahora pues, levántate, sal y habla bondadosamente a tus siervos, porque juro por el SEÑOR que si no sales, ciertamente ningún hombre pasará contigo la noche, y esto será peor para ti que todo el mal que te ha sobrevenido desde tu juventud hasta ahora.
8
Entonces el rey se levantó y se sentó a la puerta. Y avisaron a todo el pueblo, diciendo: He aquí, el rey está sentado a la puerta. Y todo el pueblo vino delante del rey. Entre tanto, Israel había huido, cada uno a su tienda.
9
Y todo el pueblo discutía en todas las tribus de Israel, diciendo: El rey nos ha librado de manos de nuestros enemigos y nos ha salvado de manos de los filisteos, pero ahora ha huido del país por causa de Absalón.
10
Sin embargo, Absalón, a quien ungimos sobre nosotros, ha muerto en batalla. Ahora pues, ¿por qué guardáis silencio acerca de hacer volver al rey?
11
Y el rey David envió mensaje a los sacerdotes Sadoc y Abiatar, diciendo: Hablad a los ancianos de Judá, diciendo: "¿Por qué sois los últimos en hacer volver al rey a su casa, ya que la palabra de todo Israel ha llegado al rey, a su casa?
12
"Vosotros sois mis hermanos; sois mis huesos y mi carne. ¿Por qué, pues, habéis de ser los últimos en hacer volver al rey?"
13
Y decid a Amasa: "¿No eres tú mi hueso y mi carne? Así haga Dios conmigo, y aún más, si no has de ser comandante del ejército delante de mí para siempre en lugar de Joab."
14
Así inclinó el corazón de todos los hombres de Judá como el de un solo hombre, y enviaron palabra al rey, diciendo: Vuelve, tú y todos tus siervos.
15
El rey regresó, y llegó hasta el Jordán. Y Judá vino a Gilgal para ir al encuentro del rey, para conducir al rey a través del Jordán.
16
Entonces Simei, hijo de Gera, el benjamita que era de Bahurim, se dio prisa y descendió con los hombres de Judá al encuentro del rey David.
17
Y con él había mil hombres de Benjamín, y Siba, siervo de la casa de Saúl, y con él sus quince hijos y sus veinte siervos; y se apresuraron a pasar el Jordán antes que el rey.
18
Y cruzaron el vado para pasar a la familia del rey y hacer lo que le pareciera bien. Y Simei, hijo de Gera, se postró ante el rey cuando éste iba a cruzar el Jordán.
19
Y dijo al rey: No me considere mi señor culpable, ni recuerde el mal que tu siervo hizo el día en que mi señor el rey salió de Jerusalén, de modo que el rey lo tome en cuenta.
20
Porque tu siervo sabe que he pecado; por eso, he aquí, he venido hoy, el primero de toda la casa de José, para descender al encuentro de mi señor el rey.
21
Pero Abisai, hijo de Sarvia, respondió y dijo: ¿No ha de morir Simei por esto, porque maldijo al ungido del SEÑOR?
22
Y David dijo: ¿Qué tengo yo que ver con vosotros, hijos de Sarvia, que debáis ser hoy mis adversarios? ¿Ha de morir hoy alguno en Israel? Pues, ¿no sé yo que hoy soy rey sobre Israel?
23
Y el rey dijo a Simei: No morirás. Y el rey se lo juró.
24
También Mefiboset, hijo de Saúl, descendió al encuentro del rey; y no había cuidado sus pies, ni había cortado su bigote, ni había lavado sus vestidos desde el día en que el rey se fue hasta el día en que volvió en paz.
25
Y sucedió que cuando vino a Jerusalén al encuentro del rey, el rey le dijo: ¿Por qué no fuiste conmigo, Mefiboset?
26
Y él respondió: Oh rey, señor mío, mi siervo me engañó, pues tu siervo había dicho: "Me aparejaré un asno para montar en él e ir con el rey", ya que tu siervo es cojo.
27
Además, ha calumniado a tu siervo ante mi señor el rey; pero mi señor el rey es como un ángel de Dios; haz, pues, lo que te parezca bien.
28
Porque toda la casa de mi padre no era más que hombres muertos ante mi señor el rey; sin embargo, pusiste a tu siervo entre los que comían a tu mesa. ¿Qué derecho tengo todavía para quejarme más al rey?
29
Y el rey le dijo: ¿Por qué hablas más de tus asuntos? Yo he decidido: Tú y Siba os repartiréis las tierras.
30
Y Mefiboset dijo al rey: Que él las tome todas, ya que mi señor el rey ha vuelto en paz a su propia casa.
31
Entonces Barzilai galaadita descendió de Rogelim, y pasó el Jordán con el rey para despedirlo en el Jordán.
32
Y Barzilai era muy anciano, de ochenta años, y había provisto de sustento al rey mientras éste estaba en Mahanaim, porque era un hombre muy rico.
33
Y el rey dijo a Barzilai: Pasa conmigo, y te sustentaré junto a mí en Jerusalén.
34
Pero Barzilai respondió al rey: ¿Cuántos años más tengo de vida para que yo suba con el rey a Jerusalén?
35
Tengo ya ochenta años. ¿Puedo distinguir entre lo bueno y lo malo? ¿Puede tu siervo saborear lo que come o lo que bebe? ¿Puede oír ya la voz de los cantores o de las cantoras? ¿Para qué ha de ser tu siervo una carga más para mi señor el rey?
36
Tu siervo sólo pasará el Jordán con el rey. ¿Y por qué ha de concederme el rey esta recompensa?
37
Te ruego que permitas que tu siervo vuelva, para que yo muera en mi ciudad junto al sepulcro de mi padre y de mi madre. Pero he aquí tu siervo Quimam; que pase él con mi señor el rey, y haz por él lo que te parezca bien.
38
Y el rey respondió: Quimam pasará conmigo, y haré por él lo que te parezca bien; y todo lo que tú me pidas, lo haré por ti.
39
Todo el pueblo pasó el Jordán y el rey también pasó. Entonces el rey besó a Barzilai y lo bendijo, y él volvió al lugar donde vivía.
40
El rey pasó a Gilgal y Quimam pasó con él; y todo el pueblo de Judá y también la mitad del pueblo de Israel acompañaron al rey.
41
Y he aquí, todos los hombres de Israel vinieron al rey y le dijeron: ¿Por qué nuestros hermanos, los hombres de Judá, te han llevado furtivamente, y han hecho pasar el Jordán al rey y a su familia, y a todos los hombres de David con él?
42
Entonces todos los hombres de Judá respondieron a los hombres de Israel: Porque el rey es pariente cercano nuestro. ¿Por qué, pues, estáis enojados por esto? ¿Acaso hemos comido algo a costa del rey, o se nos ha dado algún regalo?
43
Pero los hombres de Israel respondieron a los hombres de Judá, y dijeron: Nosotros tenemos diez partes en el rey, por tanto, tenemos también más derecho sobre David que vosotros. ¿Por qué, pues, nos habéis menospreciado? ¿No fue nuestro consejo el primero para hacer volver a nuestro rey? Sin embargo, las palabras de los hombres de Judá fueron más duras que las palabras de los hombres de Israel.
WLC
1
וַיֻּגַּ֖ד לְיוֹאָ֑ב הִנֵּ֨ה הַמֶּ֜לֶךְ בֹּכֶ֧ה וַיִּתְאַבֵּ֛ל עַל־אַבְשָׁלֹֽם׃
2
וַתְּהִ֧י הַתְּשֻׁעָ֛ה בַּיּ֥וֹם הַה֖וּא לְאֵ֑בֶל לְכָל־הָעָ֔ם כִּֽי־שָׁמַ֤ע הָעָם֙ בַּיּ֣וֹם הַה֔וּא לֵאמֹ֔ר נֶעֱצַ֥ב הַמֶּ֖לֶךְ עַל־בְּנֽוֹ׃
3
וַיִּתְגַּנֵּ֥ב הָעָ֛ם בַּיּ֥וֹם הַה֖וּא לָב֣וֹא הָעִ֑יר כַּאֲשֶׁ֤ר יִתְגַּנֵּב֙ הָעָ֔ם הַנִּכְלָמִ֖ים בְּנוּסָ֥ם בַּמִּלְחָמָֽה׃
4
וְהַמֶּ֙לֶךְ֙ לָאַ֣ט אֶת־פָּנָ֔יו וַיִּזְעַ֥ק הַמֶּ֖לֶךְ ק֣וֹל גָּד֑וֹל בְּנִ֣י אַבְשָׁל֔וֹם אַבְשָׁל֖וֹם בְּנִ֥י בְנִֽי׃
5
וַיָּבֹ֥א יוֹאָ֛ב אֶל־הַמֶּ֖לֶךְ הַבָּ֑יִת וַיֹּ֡אמֶר הֹבַ֣שְׁתָּ הַ֠יּוֹם אֶת־פְּנֵ֨י כָל־עֲבָדֶ֜יךָ הַֽמְמַלְּטִ֣ים אֶֽת־נַפְשְׁךָ֣ הַיּ֗וֹם וְאֵ֨ת נֶ֤פֶשׁ בָּנֶ֙יךָ֙ וּבְנֹתֶ֔יךָ וְנֶ֙פֶשׁ֙ נָשֶׁ֔יךָ וְנֶ֖פֶשׁ פִּלַגְשֶֽׁיךָ׃
6
לְאַֽהֲבָה֙ אֶת־שֹׂ֣נְאֶ֔יךָ וְלִשְׂנֹ֖א אֶת־אֹהֲבֶ֑יךָ כִּ֣י ׀ הִגַּ֣דְתָּ הַיּ֗וֹם כִּי֩ אֵ֨ין לְךָ֤ שָׂרִים֙ וַעֲבָדִ֔ים כִּ֣י ׀ יָדַ֣עְתִּי הַיּ֗וֹם כִּ֠י לו אַבְשָׁל֥וֹם חַי֙ וְכֻלָּ֤נוּ הַיּוֹם֙ מֵתִ֔ים כִּ֛י־אָ֥ז יָשָׁ֖ר בְּעֵינֶֽיךָ׃
7
וְעַתָּה֙ ק֣וּם צֵ֔א וְדַבֵּ֖ר עַל־לֵ֣ב עֲבָדֶ֑יךָ כִּ֣י בַֽיהוָ֡ה נִ֠שְׁבַּעְתִּי כִּֽי־אֵינְךָ֨ יוֹצֵ֜א אִם־יָלִ֨ין אִ֤ישׁ אִתְּךָ֙ הַלַּ֔יְלָה וְרָעָ֨ה לְךָ֜ זֹ֗את מִכָּל־הָרָעָה֙ אֲשֶׁר־בָּ֣אָה עָלֶ֔יךָ מִנְּעֻרֶ֖יךָ עַד־עָֽתָּה׃
8
וַיָּ֥קָם הַמֶּ֖לֶךְ וַיֵּ֣שֶׁב בַּשָּׁ֑עַר וּֽלְכָל־הָעָ֞ם הִגִּ֣ידוּ לֵאמֹ֗ר הִנֵּ֤ה הַמֶּ֙לֶךְ֙ יוֹשֵׁ֣ב בַּשַּׁ֔עַר וַיָּבֹ֤א כָל־הָעָם֙ לִפְנֵ֣י הַמֶּ֔לֶךְ וְיִשְׂרָאֵ֔ל נָ֖ס אִ֥ישׁ לְאֹהָלָֽיו׃
9
וַיְהִ֤י כָל־הָעָם֙ נָד֔וֹן בְּכָל־שִׁבְטֵ֥י יִשְׂרָאֵ֖ל לֵאמֹ֑ר הַמֶּ֜לֶךְ הִצִּילָ֤נוּ ׀ מִכַּ֣ף אֹיְבֵ֗ינוּ וְה֤וּא מִלְּטָ֙נוּ֙ מִכַּ֣ף פְּלִשְׁתִּ֔ים וְעַתָּ֛ה בָּרַ֥ח מִן־הָאָ֖רֶץ מֵעַ֥ל אַבְשָׁלֽוֹם׃
10
וְאַבְשָׁל֗וֹם אֲשֶׁ֤ר מָשַׁ֙חְנוּ֙ עָלֵ֔ינוּ מֵ֖ת בַּמִּלְחָמָ֑ה וְעַתָּ֗ה לָמָ֥ה אַתֶּ֛ם מַחֲרִשִׁ֖ים לְהָשִׁ֥יב אֶת־הַמֶּֽלֶךְ׃
11
וְהַמֶּ֣לֶךְ דָּוִ֗ד שָׁ֠לַח אֶל־צָד֨וֹק וְאֶל־אֶבְיָתָ֥ר הַכֹּהֲנִים֮ לֵאמֹר֒ דַּבְּר֞וּ אֶל־זִקְנֵ֤י יְהוּדָה֙ לֵאמֹ֔ר לָ֤מָּה תִֽהְיוּ֙ אַֽחֲרֹנִ֔ים לְהָשִׁ֥יב אֶת־הַמֶּ֖לֶךְ אֶל־בֵּית֑וֹ וּדְבַר֙ כָּל־יִשְׂרָאֵ֔ל בָּ֥א אֶל־הַמֶּ֖לֶךְ אֶל־בֵּיתֽוֹ׃
12
אַחַ֣י אַתֶּ֔ם עַצְמִ֥י וּבְשָׂרִ֖י אַתֶּ֑ם וְלָ֛מָּה תִהְי֥וּ אַחֲרֹנִ֖ים לְהָשִׁ֥יב אֶת־הַמֶּֽלֶךְ׃
13
וְלַעֲמָשָׂא֙ תֹּֽמְר֔וּ הֲל֛וֹא עַצְמִ֥י וּבְשָׂרִ֖י אָ֑תָּה כֹּ֣ה יַעֲשֶׂה־לִּ֤י אֱלֹהִים֙ וְכֹ֣ה יוֹסִ֔יף אִם־לֹ֨א שַׂר־צָבָ֧א תִּהְיֶ֥ה לְפָנַ֛י כָּל־הַיָּמִ֖ים תַּ֥חַת יוֹאָֽב׃
14
וַיַּ֛ט אֶת־לְבַ֥ב כָּל־אִישׁ־יְהוּדָ֖ה כְּאִ֣ישׁ אֶחָ֑ד וַֽיִּשְׁלְחוּ֙ אֶל־הַמֶּ֔לֶךְ שׁ֥וּב אַתָּ֖ה וְכָל־עֲבָדֶֽיךָ׃
15
וַיָּ֤שָׁב הַמֶּ֙לֶךְ֙ וַיָּבֹ֖א עַד־הַיַּרְדֵּ֑ן וִֽיהוּדָ֞ה בָּ֣א הַגִּלְגָּ֗לָה לָלֶ֙כֶת֙ לִקְרַ֣את הַמֶּ֔לֶךְ לְהַעֲבִ֥יר אֶת־הַמֶּ֖לֶךְ אֶת־הַיַּרְדֵּֽן׃
16
וַיְמַהֵ֗ר שִׁמְעִ֤י בֶן־גֵּרָא֙ בֶּן־הַיְמִינִ֔י אֲשֶׁ֖ר מִבַּחוּרִ֑ים וַיֵּ֙רֶד֙ עִם־אִ֣ישׁ יְהוּדָ֔ה לִקְרַ֖את הַמֶּ֥לֶךְ דָּוִֽד׃
17
וְאֶ֨לֶף אִ֤ישׁ עִמּוֹ֙ מִבִּנְיָמִ֔ן וְצִיבָ֗א נַ֚עַר בֵּ֣ית שָׁא֔וּל וַחֲמֵ֨שֶׁת עָשָׂ֥ר בָּנָ֛יו וְעֶשְׂרִ֥ים עֲבָדָ֖יו אִתּ֑וֹ וְצָלְח֥וּ הַיַּרְדֵּ֖ן לִפְנֵ֥י הַמֶּֽלֶךְ׃
18
וְעָבְרָ֣ה הָעֲבָרָ֗ה לַעֲבִיר֙ אֶת־בֵּ֣ית הַמֶּ֔לֶךְ וְלַעֲשׂ֥וֹת הַטּ֖וֹב בעינו בְּעֵינָ֑יו וְשִׁמְעִ֣י בֶן־גֵּרָ֗א נָפַל֙ לִפְנֵ֣י הַמֶּ֔לֶךְ בְּעָבְר֖וֹ בַּיַּרְדֵּֽן׃
19
וַיֹּ֣אמֶר אֶל־הַמֶּ֗לֶךְ אַל־יַחֲשָׁב־לִ֣י אֲדֹנִי֮ עָוֺן֒ וְאַל־תִּזְכֹּ֗ר אֵ֤ת אֲשֶׁ֣ר הֶעֱוָה֙ עַבְדְּךָ֔ בַּיּ֕וֹם אֲשֶׁר־יָצָ֥א אֲדֹנִֽי־הַמֶּ֖לֶךְ מִירֽוּשָׁלִָ֑ם לָשׂ֥וּם הַמֶּ֖לֶךְ אֶל־לִבּֽוֹ׃
20
כִּ֚י יָדַ֣ע עַבְדְּךָ֔ כִּ֥י אֲנִ֖י חָטָ֑אתִי וְהִנֵּֽה־בָ֣אתִי הַיּ֗וֹם רִאשׁוֹן֙ לְכָל־בֵּ֣ית יוֹסֵ֔ף לָרֶ֕דֶת לִקְרַ֖את אֲדֹנִ֥י הַמֶּֽלֶךְ׃
21
וַיַּ֨עַן אֲבִישַׁ֤י בֶּן־צְרוּיָה֙ וַיֹּ֔אמֶר הֲתַ֣חַת זֹ֔את לֹ֥א יוּמַ֖ת שִׁמְעִ֑י כִּ֥י קִלֵּ֖ל אֶת־מְשִׁ֥יחַ יְהוָֽה׃
22
וַיֹּ֣אמֶר דָּוִ֗ד מַה־לִּ֤י וְלָכֶם֙ בְּנֵ֣י צְרוּיָ֔ה כִּֽי־תִהְיוּ־לִ֥י הַיּ֖וֹם לְשָׂטָ֑ן הַיּ֗וֹם י֤וּמַת אִישׁ֙ בְּיִשְׂרָאֵ֔ל כִּ֚י הֲל֣וֹא יָדַ֔עְתִּי כִּ֥י הַיּ֖וֹם אֲנִי־מֶ֥לֶךְ עַל־יִשְׂרָאֵֽל׃
23
וַיֹּ֧אמֶר הַמֶּ֛לֶךְ אֶל־שִׁמְעִ֖י לֹ֣א תָמ֑וּת וַיִּשָּׁ֥בַֽע ל֖וֹ הַמֶּֽלֶךְ׃
24
וּמְפִבֹ֨שֶׁת בֶּן־שָׁא֜וּל יָרַ֣ד לִקְרַ֣את הַמֶּ֗לֶךְ וְלֹא־עָשָׂ֨ה רַגְלָ֜יו וְלֹֽא־עָשָׂ֣ה שְׂפָמ֗וֹ וְאֶת־בְּגָדָיו֙ לֹ֣א כִבֵּ֔ס לְמִן־הַיּוֹם֙ לֶ֣כֶת הַמֶּ֔לֶךְ עַד־הַיּ֖וֹם אֲשֶׁר־בָּ֥א בְשָׁלֽוֹם׃
25
וַיְהִ֗י כִּי־בָ֤א יְרוּשָׁלִַ֙ם֙ לִקְרַ֣את הַמֶּ֔לֶךְ וַיֹּ֤אמֶר לוֹ֙ הַמֶּ֔לֶךְ לָ֥מָּה לֹא־הָלַ֖כְתָּ עִמִּ֥י מְפִיבֹֽשֶׁת׃
26
וַיֹּאמַ֕ר אֲדֹנִ֥י הַמֶּ֖לֶךְ עַבְדִּ֣י רִמָּ֑נִי כִּֽי־אָמַ֨ר עַבְדְּךָ֜ אֶחְבְּשָׁה־לִּ֨י הַחֲמ֤וֹר וְאֶרְכַּ֤ב עָלֶ֙יהָ֙ וְאֵלֵ֣ךְ אֶת־הַמֶּ֔לֶךְ כִּ֥י פִסֵּ֖חַ עַבְדֶּֽךָ׃
27
וַיְרַגֵּ֥ל בְּעַבְדְּךָ֖ אֶל־אֲדֹנִ֣י הַמֶּ֑לֶךְ וַאדֹנִ֤י הַמֶּ֙לֶךְ֙ כְּמַלְאַ֣ךְ הָאֱלֹהִ֔ים וַעֲשֵׂ֥ה הַטּ֖וֹב בְּעֵינֶֽיךָ׃
28
כִּ֣י לֹ֣א הָיָ֗ה כָּל־בֵּ֤ית אָבִי֙ כִּ֣י אִם־אַנְשֵׁי־מָ֔וֶת לַֽאדֹנִ֖י הַמֶּ֑לֶךְ וַתָּ֙שֶׁת֙ אֶֽת־עַבְדְּךָ֔ בְּאֹכְלֵ֖י שֻׁלְחָנֶ֑ךָ וּמַה־יֶּשׁ־לִ֥י עוֹד֙ צְדָקָ֔ה וְלִזְעֹ֥ק ע֖וֹד אֶל־הַמֶּֽלֶךְ׃
29
וַיֹּ֤אמֶר לוֹ֙ הַמֶּ֔לֶךְ לָ֛מָּה תְּדַבֵּ֥ר ע֖וֹד דְּבָרֶ֑יךָ אָמַ֕רְתִּי אַתָּ֣ה וְצִיבָ֔א תַּחְלְק֖וּ אֶת־הַשָּׂדֶֽה׃
30
וַיֹּ֤אמֶר מְפִיבֹ֙שֶׁת֙ אֶל־הַמֶּ֔לֶךְ גַּ֥ם אֶת־הַכֹּ֖ל יִקָּ֑ח אַחֲרֵ֗י אֲשֶׁר־בָּ֛א אֲדֹנִ֥י הַמֶּ֖לֶךְ בְּשָׁל֥וֹם אֶל־בֵּיתֽוֹ׃
31
וּבַרְזִלַּי֙ הַגִּלְעָדִ֔י יָרַ֖ד מֵרֹגְלִ֑ים וַיַּעֲבֹ֤ר אֶת־הַמֶּ֙לֶךְ֙ הַיַּרְדֵּ֔ן לְשַׁלְּח֖וֹ אֶת־ביַּרְדֵּֽן׃
32
וּבַרְזִלַּ֖י זָקֵ֣ן מְאֹ֑ד בֶּן־שְׁמֹנִ֣ים שָׁנָ֗ה וְהֽוּא־כִלְכַּ֤ל אֶת־הַמֶּ֙לֶךְ֙ בְּשִׁיבָת֣וֹ בְמַחֲנַ֔יִם כִּֽי־אִ֛ישׁ גָּד֥וֹל ה֖וּא מְאֹֽד׃
33
וַיֹּ֥אמֶר הַמֶּ֖לֶךְ אֶל־בַּרְזִלָּ֑י אַתָּה֙ עֲבֹ֣ר אִתִּ֔י וְכִלְכַּלְתִּ֥י אֹתְךָ֖ עִמָּדִ֖י בִּירוּשָׁלִָֽם׃
34
וַיֹּ֥אמֶר בַּרְזִלַּ֖י אֶל־הַמֶּ֑לֶךְ כַּמָּ֗ה יְמֵי֙ שְׁנֵ֣י חַיַּ֔י כִּֽי־אֶעֱלֶ֥ה אֶת־הַמֶּ֖לֶךְ יְרוּשָׁלִָֽם׃
35
בֶּן־שְׁמֹנִ֨ים שָׁנָ֜ה אָנֹכִ֣י הַיּ֗וֹם הַאֵדַ֣ע׀ בֵּין־ט֣וֹב לְרָ֗ע אִם־יִטְעַ֨ם עַבְדְּךָ֜ אֶת־אֲשֶׁ֥ר אֹכַ֣ל וְאֶת־אֲשֶׁ֣ר אֶשְׁתֶּ֗ה אִם־אֶשְׁמַ֥ע עוֹד֙ בְּק֣וֹל שָׁרִ֔ים וְשָׁר֑וֹת וְלָ֣מָּה יִֽהְיֶ֤ה עַבְדְּךָ֙ עוֹד֙ לְמַשָּׂ֔א אֶל־אֲדֹנִ֖י הַמֶּֽלֶךְ׃
36
כִּמְעַ֞ט יַעֲבֹ֧ר עַבְדְּךָ֛ אֶת־הַיַּרְדֵּ֖ן אֶת־הַמֶּ֑לֶךְ וְלָ֧מָּה יִגְמְלֵ֛נִי הַמֶּ֖לֶךְ הַגְּמוּלָ֥ה הַזֹּֽאת׃
37
יָֽשָׁב־נָ֣א עַבְדְּךָ֗ וְאָמֻת֙ בְּעִירִ֔י עִ֛ם קֶ֥בֶר אָבִ֖י וְאִמִּ֑י וְהִנֵּ֣ה׀ עַבְדְּךָ֣ כִמְהָ֗ם יַֽעֲבֹר֙ עִם־אֲדֹנִ֣י הַמֶּ֔לֶךְ וַעֲשֵׂה־ל֕וֹ אֵ֥ת אֲשֶׁר־ט֖וֹב בְּעֵינֶֽיךָ׃
38
וַיֹּ֣אמֶר הַמֶּ֗לֶךְ אִתִּי֙ יַעֲבֹ֣ר כִּמְהָ֔ם וַאֲנִי֙ אֶֽעֱשֶׂה־לּ֔וֹ אֶת־הַטּ֖וֹב בְּעֵינֶ֑יךָ וְכֹ֛ל אֲשֶׁר־תִּבְחַ֥ר עָלַ֖י אֶֽעֱשֶׂה־לָּֽךְ׃
39
וַיַּעֲבֹ֨ר כָּל־הָעָ֜ם אֶת־הַיַּרְדֵּ֗ן וְהַמֶּ֙לֶךְ֙ עָבָ֔ר וַיִּשַּׁ֧ק הַמֶּ֛לֶךְ לְבַרְזִלַּ֖י וַיְבָרֲכֵ֑הוּ וַיָּ֖שָׁב לִמְקֹמֽוֹ׃
40
וַיַּעֲבֹ֤ר הַמֶּ֙לֶךְ֙ הַגִּלְגָּ֔לָה וְכִמְהָ֖ן עָבַ֣ר עִמּ֑וֹ וְכָל־עַ֤ם יְהוּדָה֙ ויעברו וַיַּֽעֲבִ֣ירוּ אֶת־הַמֶּ֔לֶךְ וְגַ֕ם חֲצִ֖י עַ֥ם יִשְׂרָאֵֽל׃
41
וְהִנֵּ֥ה כָּל־אִ֥ישׁ יִשְׂרָאֵ֖ל בָּאִ֣ים אֶל־הַמֶּ֑לֶךְ וַיֹּאמְר֨וּ אֶל־הַמֶּ֜לֶךְ מַדּוּעַ֩ גְּנָב֨וּךָ אַחֵ֜ינוּ אִ֣ישׁ יְהוּדָ֗ה וַיַּעֲבִ֨רוּ אֶת־הַמֶּ֤לֶךְ וְאֶת־בֵּיתוֹ֙ אֶת־הַיַּרְדֵּ֔ן וְכָל־אַנְשֵׁ֥י דָוִ֖ד עִמּֽוֹ׃
42
וַיַּ֨עַן כָּל־אִ֤ישׁ יְהוּדָה֙ עַל־אִ֣ישׁ יִשְׂרָאֵ֔ל כִּֽי־קָר֥וֹב הַמֶּ֖לֶךְ אֵלָ֑י וְלָ֤מָּה זֶּה֙ חָרָ֣ה לְךָ֔ עַל־הַדָּבָ֖ר הַזֶּ֑ה הֶאָכ֤וֹל אָכַ֙לְנוּ֙ מִן־הַמֶּ֔לֶךְ אִם־נִשֵּׂ֥את נִשָּׂ֖א לָֽנוּ׃
43
וַיַּ֣עַן אִֽישׁ־יִשְׂרָאֵ֣ל אֶת־אִ֣ישׁ יְהוּדָ֡ה וַיֹּאמֶר֩ עֶ֨שֶׂר־יָד֜וֹת לִ֣י בַמֶּ֗לֶךְ וְגַם־בְּדָוִד֙ אֲנִ֣י מִמְּךָ֔ וּמַדּ֙וּעַ֙ הֱקִלֹּתַ֔נִי וְלֹא־הָיָ֨ה דְבָרִ֥י רִאשׁ֛וֹן לִ֖י לְהָשִׁ֣יב אֶת־מַלְכִּ֑י וַיִּ֙קֶשׁ֙ דְּבַר־אִ֣ישׁ יְהוּדָ֔ה מִדְּבַ֖ר אִ֥ישׁ יִשְׂרָאֵֽל׃