שְׁמוּאֵל ב Samuel 2º

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Capítulo 1
David se entera de la muerte de Saúl
LBLA
1 Aconteció después de la muerte de Saúl, que David regresó de la derrota de los amalecitas y permaneció en Siclag dos días.
2 Al tercer día, he aquí que vino un hombre del campamento de Saúl, con los vestidos rotos y tierra sobre su cabeza. Y cuando llegó a David, se postró en tierra y se inclinó.
3 Y David le preguntó: ¿De dónde vienes? Y él respondió: He escapado del campamento de Israel.
4 David le dijo: ¿Qué ha acontecido? Te ruego que me lo digas. Y él respondió: El pueblo ha huido de la batalla, y también muchos del pueblo han caído y han muerto; además, Saúl y su hijo Jonatán han muerto.
5 Y David dijo al joven que le trajo la noticia: ¿Cómo sabes que Saúl y su hijo Jonatán han muerto?
6 El joven que le trajo la noticia respondió: Casualmente vine al monte de Gilboa, y he aquí que Saúl estaba apoyado sobre su lanza, y he aquí que los carros y los jinetes le seguían de cerca.
7 Cuando él se volvió y me vio, me llamó, y yo dije: Heme aquí.
8 Y él me dijo: ¿Quién eres tú? Y yo le respondí: Soy amalecita.
9 Entonces él me dijo: Te ruego que te pongas junto a mí y me mates, porque me ha sobrecogido un gran dolor, pero todavía estoy con vida.
10 Me puse, pues, junto a él y lo maté, porque sabía que no podría vivir después de su caída. Tomé la corona que estaba sobre su cabeza y el brazalete que llevaba en su brazo, y los he traído aquí a mi señor.
11 Entonces David tomó sus vestidos y los rasgó, y también todos los hombres que estaban con él.
12 Y se lamentaron, lloraron y ayunaron hasta el atardecer por Saúl y por su hijo Jonatán, por el pueblo del SEÑOR y por la casa de Israel, porque habían caído a espada.
13 Y David dijo al joven que le había traído la noticia: ¿De dónde eres tú? Y él respondió: Soy hijo de un extranjero, un amalecita.
14 David le dijo: ¿Cómo es que no tuviste temor de extender tu mano para matar al ungido del SEÑOR?
15 Entonces David llamó a uno de sus jóvenes y le dijo: Acércate y mátalo. Y él lo hirió, y murió.
16 Y David le dijo: Tu sangre sea sobre tu cabeza, pues tu propia boca ha testificado contra ti, diciendo: Yo maté al ungido del SEÑOR.
17 Y David entonó esta endecha por Saúl y por su hijo Jonatán,
18 y dijo que debía enseñarse a los hijos de Judá. He aquí que está escrito en el libro de Jaser:
19 Tu gloria, oh Israel, está muerta sobre tus alturas. ¡Cómo han caído los valientes!
20 No lo anunciéis en Gat, no lo publiquéis en las calles de Ascalón, no sea que se alegren las hijas de los filisteos, no sea que se regocijen las hijas de los incircuncisos.
21 Montes de Gilboa, que no caiga sobre vosotros rocío ni lluvia, ni seáis tierras de ofrendas, porque allí fue desechado el escudo de los valientes, el escudo de Saúl, como si no hubiera sido ungido con aceite.
22 Sin la sangre de los muertos, sin la grosura de los valientes, el arco de Jonatán no retrocedía, ni la espada de Saúl volvía vacía.
23 Saúl y Jonatán, amados y queridos en su vida, tampoco en su muerte fueron separados; más veloces eran que águilas, más fuertes que leones.
24 Hijas de Israel, llorad por Saúl, quien os vestía de escarlata con deleite, quien adornaba vuestros vestidos con ornamentos de oro.
25 ¡Cómo han caído los valientes en medio de la batalla! Jonatán está muerto sobre tus alturas.
26 Angustiado estoy por ti, Jonatán, hermano mío. Tú eras muy amado para mí. Más maravilloso fue tu amor para mí que el amor de las mujeres.
27 ¡Cómo han caído los valientes, y perecido las armas de guerra!
WLC
1 וַיְהִ֗י אַֽחֲרֵי֙ מ֣וֹת שָׁא֔וּל וְדָוִ֣ד שָׁ֔ב מֵהַכּ֖וֹת אֶת־הָעֲמָלֵ֑ק וַיֵּ֧שֶׁב דָּוִ֛ד בְּצִקְלָ֖ג יָמִ֥ים שְׁנָֽיִם׃
2 וַיְהִ֣י׀ בַּיּ֣וֹם הַשְּׁלִישִׁ֗י וְהִנֵּ֣ה אִישׁ֩ בָּ֨א מִן־הַֽמַּחֲנֶ֜ה מֵעִ֤ם שָׁאוּל֙ וּבְגָדָ֣יו קְרֻעִ֔ים וַאֲדָמָ֖ה עַל־רֹאשׁ֑וֹ וַיְהִי֙ בְּבֹא֣וֹ אֶל־דָּוִ֔ד וַיִּפֹּ֥ל אַ֖רְצָה וַיִּשְׁתָּֽחוּ׃
3 וַיֹּ֤אמֶר לוֹ֙ דָּוִ֔ד אֵ֥י מִזֶּ֖ה תָּב֑וֹא וַיֹּ֣אמֶר אֵלָ֔יו מִמַּחֲנֵ֥ה יִשְׂרָאֵ֖ל נִמְלָֽטְתִּי׃
4 וַיֹּ֨אמֶר אֵלָ֥יו דָּוִ֛ד מֶה־הָיָ֥ה הַדָּבָ֖ר הַגֶּד־נָ֣א לִ֑י וַ֠יֹּאמֶר אֲשֶׁר־נָ֨ס הָעָ֜ם מִן־הַמִּלְחָמָ֗ה וְגַם־הַרְבֵּ֞ה נָפַ֤ל מִן־הָעָם֙ וַיָּמֻ֔תוּ וְגַ֗ם שָׁא֛וּל וִיהוֹנָתָ֥ן בְּנ֖וֹ מֵֽתוּ׃
5 וַיֹּ֣אמֶר דָּוִ֔ד אֶל־הַנַּ֖עַר הַמַּגִּ֣יד ל֑וֹ אֵ֣יךְ יָדַ֔עְתָּ כִּי־מֵ֖ת שָׁא֥וּל וִיהוֹנָתָ֖ן בְּנֽוֹ׃
6 וַיֹּ֜אמֶר הַנַּ֣עַר׀ הַמַּגִּ֣יד ל֗וֹ נִקְרֹ֤א נִקְרֵ֙יתִי֙ בְּהַ֣ר הַגִּלְבֹּ֔עַ וְהִנֵּ֥ה שָׁא֖וּל נִשְׁעָ֣ן עַל־חֲנִית֑וֹ וְהִנֵּ֥ה הָרֶ֛כֶב וּבַעֲלֵ֥י הַפָּרָשִׁ֖ים הִדְבִּקֻֽהוּ׃
7 וַיִּ֥פֶן אַחֲרָ֖יו וַיִּרְאֵ֑נִי וַיִּקְרָ֖א אֵלָ֑י וָאֹמַ֕ר הִנֵּֽנִי׃
8 וַיֹּ֥אמֶר לִ֖י מִי־אָ֑תָּה ויאמר אֵלָ֕יו עֲמָלֵקִ֖י אָנֹֽכִי׃
9 וַיֹּ֣אמֶר אֵלַ֗י עֲמָד־נָ֤א עָלַי֙ וּמֹ֣תְתֵ֔נִי כִּ֥י אֲחָזַ֖נִי הַשָּׁבָ֑ץ כִּֽי־כָל־ע֥וֹד נַפְשִׁ֖י בִּֽי׃
10 וָאֶעֱמֹ֤ד עָלָיו֙ וַאֲמֹ֣תְתֵ֔הוּ כִּ֣י יָדַ֔עְתִּי כִּ֛י לֹ֥א יִֽחְיֶ֖ה אַחֲרֵ֣י נִפְל֑וֹ וָאֶקַּ֞ח הַנֵּ֣זֶר׀ אֲשֶׁ֣ר עַל־רֹאשׁ֗וֹ וְאֶצְעָדָה֙ אֲשֶׁ֣ר עַל־זְרֹע֔וֹ וָאֲבִיאֵ֥ם אֶל־אֲדֹנִ֖י הֵֽנָּה׃
11 וַיַּחֲזֵ֥ דָּוִד֙ אֶת־בְּגָדָ֔יו וְגַ֖ם כָּל־הָאֲנָשִׁ֑ים אֲשֶׁ֖ר אִתּֽוֹ׃
12 וַֽיִּסְפְּדוּ֙ וַיִּבְכּ֔וּ וַיָּצֻ֖מוּ עַד־הָעָ֑רֶב עַל־שָׁא֞וּל וְעַל־יְהוֹנָתָ֣ן בְּנ֗וֹ וְעַל־עַ֤ם יְהוָה֙ וְעַל־בֵּ֣ית יִשְׂרָאֵ֔ל כִּ֥י נָפְל֖וּ בֶּחָֽרֶב׃
13 וַיֹּ֣אמֶר דָּוִ֔ד אֶל־הַנַּ֖עַר הַמַּגִּ֣יד ל֑וֹ אֵ֥י מִזֶּ֖ה אָֽתָּה וַיֹּ֕אמֶר בֶּן־אִ֛ישׁ גֵּ֥ר עֲמָלֵקִ֖י אָנֹֽכִי׃
14 וַיֹּ֥אמֶר אֵלָ֖יו דָּוִ֑ד אֵ֚יךְ לֹ֣א יָרֵ֔אתָ לִשְׁלֹ֙חַ֙ יָֽדְךָ֔ לְשַׁחֵ֖ת אֶת־מְשִׁ֥יחַ יְהוָֽה׃
15 וַיִּקְרָ֣א דָוִ֗ד לְאַחַד֙ מֵֽהַנְּעָרִ֔ים וַיֹּ֖אמֶר גַּ֣שׁ פְּגַע־בּ֑וֹ וַיַּכֵּ֖הוּ וַיָּמֹֽת׃
16 וַיֹּ֤אמֶר אֵלָיו֙ דָּוִ֔ד דמיך דָּמְךָ֖ עַל־רֹאשֶׁ֑ךָ כִּ֣י פִ֗יךָ עָנָ֤ה בְךָ֙ לֵאמֹ֔ר אָנֹכִ֥י מֹתַ֖תִּי אֶת־מְשִׁ֥יחַ יְהוָֽה׃
17 וַיְקֹנֵ֣ן דָּוִ֔ד אֶת־הַקִּינָ֖ה הַזֹּ֑את עַל־שָׁא֖וּל וְעַל־יְהוֹנָתָ֥ן בְּנֽוֹ׃
18 וַיֹּ֕אמֶר לְלַמֵּ֥ד בְּנֵֽי־יְהוּדָ֖ה קָ֑שֶׁת הִנֵּ֥ה כְתוּבָ֖ה עַל־סֵ֥פֶר הַיָּשָֽׁר׃
19 הַצְּבִי֙ יִשְׂרָאֵ֔ל עַל־בָּמוֹתֶ֖יךָ חָלָ֑ל אֵ֖יךְ נָפְל֥וּ גִבּוֹרִֽים׃
20 אַל־תַּגִּ֣ידוּ בְגַ֔ת אַֽל־תְּבַשְּׂר֖וּ בְּחוּצֹ֣ת אַשְׁקְל֑וֹן פֶּן־תִּשְׂמַ֙חְנָה֙ בְּנ֣וֹת פְּלִשְׁתִּ֔ים פֶּֽן־תַּעֲלֹ֖זְנָה בְּנ֥וֹת הָעֲרֵלִֽים׃
21 הָרֵ֤י בַגִּלְבֹּ֙עַ֙ אַל־טַ֣ל וְאַל־מָטָ֔ר עֲלֵיכֶ֖ם וּשְׂדֵ֣י תְרוּמֹ֑ת כִּ֣י שָׁ֤ם נִגְעַל֙ מָגֵ֣ן גִּבּוֹרִ֔ים מָגֵ֣ן שָׁא֔וּל בְּלִ֖י מָשִׁ֥יחַ בַּשָּֽׁמֶן׃
22 מִדַּ֣ם חֲלָלִ֗ים מֵחֵ֙לֶב֙ גִּבּוֹרִ֔ים קֶ֚שֶׁת יְה֣וֹנָתָ֔ן לֹ֥א נָשׂ֖וֹג אָח֑וֹר וְחֶ֣רֶב שָׁא֔וּל לֹ֥א תָשׁ֖וּב רֵיקָֽם׃
23 שָׁא֣וּל וִיהוֹנָתָ֗ן הַנֶּאֱהָבִ֤ים וְהַנְּעִימִם֙ בְּחַיֵּיהֶ֔ם וּבְמוֹתָ֖ם לֹ֣א נִפְרָ֑דוּ מִנְּשָׁרִ֣ים קַ֔לּוּ מֵאֲרָי֖וֹת גָּבֵֽרוּ׃
24 בְּנוֹת֙ יִשְׂרָאֵ֔ל אֶל־שָׁא֖וּל בְּכֶ֑ינָה הַמַּלְבִּֽשְׁכֶ֤ם שָׁנִי֙ עִם־עֲדָנִ֔ים הַֽמַּעֲלֶה֙ עֲדִ֣י זָהָ֔ב עַ֖ל לְבוּשְׁכֶֽן׃
25 אֵ֚יךְ נָפְל֣וּ גִבֹּרִ֔ים בְּת֖וֹךְ הַמִּלְחָמָ֑ה יְהוֹנָתָ֖ן עַל־בָּמוֹתֶ֥יךָ חָלָֽל׃
26 צַר־לִ֣י עָלֶ֗יךָ אָחִי֙ יְה֣וֹנָתָ֔ן נָעַ֥מְתָּ לִּ֖י מְאֹ֑ד נִפְלְאַ֤תָה אַהֲבָֽתְךָ֙ לִ֔י מֵאַהֲבַ֖ת נָשִֽׁים׃
27 אֵ֚יךְ נָפְל֣וּ גִבּוֹרִ֔ים וַיֹּאבְד֖וּ כְּלֵ֥י מִלְחָמָֽה׃
Capítulo 2
David es proclamado rey de Judá
LBLA
1 Después de esto David consultó al SEÑOR, diciendo: ¿Subiré a alguna de las ciudades de Judá? Y el SEÑOR le dijo: Sube. Y David preguntó: ¿A dónde subiré? Y Él respondió: A Hebrón.
2 Subió, pues, David allá con sus dos mujeres, Ahinoam la jezreelita y Abigail la que fue mujer de Nabal el de Carmel.
3 Y David hizo subir también a los hombres que estaban con él, cada cual con su familia; y se establecieron en las ciudades de Hebrón.
4 Entonces vinieron los hombres de Judá y ungieron allí a David como rey sobre la casa de Judá. Y le avisaron a David, diciendo: Fueron los hombres de Jabes de Galaad los que sepultaron a Saúl.
5 Y David envió mensajeros a los hombres de Jabes de Galaad, y les dijo: Benditos seáis del SEÑOR, porque habéis mostrado esta bondad a Saúl vuestro señor, y lo habéis sepultado.
6 Ahora pues, que el SEÑOR os muestre misericordia y verdad; y yo también os haré bien porque habéis hecho esto.
7 Fortaleced, pues, ahora vuestras manos y sed valientes, porque Saúl vuestro señor ha muerto, y también la casa de Judá me ha ungido a mí como rey sobre ellos.
8 Pero Abner hijo de Ner, comandante del ejército de Saúl, había tomado a Is-boset hijo de Saúl y lo había llevado a Mahanaim.
9 Y lo hizo rey sobre Galaad, sobre los asureos, sobre Jezreel, sobre Efraín y sobre Benjamín, es decir, sobre todo Israel.
10 Is-boset, hijo de Saúl, tenía cuarenta años cuando comenzó a reinar sobre Israel, y reinó dos años. Pero la casa de Judá seguía a David.
11 El tiempo que David reinó en Hebrón sobre la casa de Judá fue siete años y seis meses.
12 Y Abner hijo de Ner salió de Mahanaim a Gabaón con los siervos de Is-boset, hijo de Saúl.
13 También Joab hijo de Sarvia y los siervos de David salieron y los encontraron junto al estanque de Gabaón; y se sentaron los unos a un lado del estanque y los otros al otro lado.
14 Entonces Abner dijo a Joab: Que se levanten ahora los jóvenes y compitan delante de nosotros. Y Joab respondió: Que se levanten.
15 Se levantaron y pasaron doce de Benjamín de Is-boset hijo de Saúl, y doce de los siervos de David.
16 Cada uno agarró la cabeza de su adversario y metió su espada en el costado del otro, y cayeron todos juntos. Por eso aquel lugar fue llamado Helcat-hazurim, que está en Gabaón.
17 Y aquel día la batalla fue muy reñida, y Abner y los hombres de Israel fueron derrotados delante de los siervos de David.
18 Estaban allí los tres hijos de Sarvia: Joab, Abisai y Asael. Y Asael era ligero de pies como una gacela del campo.
19 Asael persiguió a Abner, y no se desvió de seguir a Abner ni a la derecha ni a la izquierda.
20 Abner miró atrás y dijo: ¿Eres tú Asael? Y él respondió: Soy yo.
21 Y Abner le dijo: Desvíate a la derecha o a la izquierda, y agárrate a uno de los jóvenes y toma para ti sus despojos. Pero Asael no quiso dejar de perseguirlo.
22 Abner volvió a decir a Asael: Deja de perseguirme. ¿Por qué he de derribarte en tierra? ¿Cómo podría luego levantar mi rostro ante tu hermano Joab?
23 Pero él rehusó apartarse; entonces Abner lo hirió en el vientre con la parte trasera de la lanza, y la lanza le salió por la espalda, y cayó allí y murió en ese mismo lugar. Y sucedió que todos los que venían al lugar donde Asael había caído y muerto, se detenían.
24 Pero Joab y Abisai persiguieron a Abner. Y cuando el sol se puso, llegaron a la colina de Amma, que está frente a Gía, junto al camino del desierto de Gabaón.
25 Los hijos de Benjamín se reunieron detrás de Abner formando un solo grupo, y tomaron posición en la cumbre de una colina.
26 Entonces Abner llamó a Joab y dijo: ¿Devorará la espada para siempre? ¿No sabes que al final habrá amargura? ¿Hasta cuándo esperarás para decirle al pueblo que deje de perseguir a sus hermanos?
27 Y Joab respondió: Vive Dios, que si no hubieras hablado, ciertamente el pueblo hubiera seguido persiguiendo a sus hermanos hasta la mañana.
28 Joab tocó entonces la trompeta, y todo el pueblo se detuvo; ya no persiguieron más a Israel, ni continuaron la batalla.
29 Abner y sus hombres marcharon toda aquella noche por el Arabá, cruzaron el Jordán, y caminando toda la mañana, llegaron a Mahanaim.
30 Joab regresó de perseguir a Abner y reunió a todo el pueblo; faltaban diecinueve hombres de los siervos de David, además de Asael.
31 Pero los siervos de David habían herido de los de Benjamín y de los hombres de Abner, a trescientos sesenta hombres, que murieron.
32 Y tomaron a Asael y lo sepultaron en el sepulcro de su padre, que estaba en Belén. Joab y sus hombres caminaron toda la noche, y amaneció en Hebrón.
WLC
1 וַיְהִ֗י אַֽחֲרֵי־כֵ֞ן וַיִּשְׁאַ֤ל דָּוִד֙ בַּֽיהוָ֣ה׀ לֵאמֹ֔ר הַאֶעֱלֶ֗ה בְּאַחַת֙ עָרֵ֣י יְהוּדָ֔ה וַיֹּ֧אמֶר יְהוָ֛ה אֵלָ֖יו עֲלֵ֑ה וַיֹּ֤אמֶר דָּוִד֙ אָ֣נָה אֶעֱלֶ֔ה וַיֹּ֕אמֶר חֶבְרֹ֖נָה׃
2 וַיַּ֤עַל שָׁם֙ דָּוִ֔ד וְגַ֖ם שְׁתֵּ֣י נָשָׁ֑יו אֲחִינֹ֙עַם֙ הַיִּזְרְעֵאלִ֔ית וַאֲבִיגַ֕יִל אֵ֖שֶׁת נָבָ֥ל הַֽכַּרְמְלִֽי׃
3 וַאֲנָשָׁ֤יו אֲשֶׁר־עִמּוֹ֙ הֶעֱלָ֣ה דָוִ֔ד אִ֖ישׁ וּבֵית֑וֹ וַיֵּשְׁב֖וּ בְּעָרֵ֥י חֶבְרֽוֹן׃
4 וַיָּבֹ֙אוּ֙ אַנְשֵׁ֣י יְהוּדָ֔ה וַיִּמְשְׁחוּ־שָׁ֧ם אֶת־דָּוִ֛ד לְמֶ֖לֶךְ עַל־בֵּ֣ית יְהוּדָ֑ה וַיַּגִּ֤דוּ לְדָוִד֙ לֵאמֹ֔ר אַנְשֵׁ֣י יָבֵ֗ישׁ גִּלְעָ֔ד אֲשֶׁ֥ר קָבְר֖וּ אֶת־שָׁאֽוּל׃
5 וַיִּשְׁלַ֨ח דָּוִ֜ד מַלְאָכִ֗ים אֶל־אַנְשֵׁי֙ יָבֵ֣ישׁ גִּלְעָ֔ד וַיֹּ֣אמֶר אֲלֵיהֶ֔ם בְּרֻכִ֥ים אַתֶּ֛ם לַֽיהוָ֖ה אֲשֶׁ֣ר עֲשִׂיתֶ֑ם הַחֶ֣סֶד הַזֶּ֔ה עִם־אֲדֹנֵיכֶ֖ם עִם־שָׁא֥וּל וַתִּקְבְּר֖וּ אֹתֽוֹ׃
6 וְעַתָּ֕ה יַֽעַשׂ־יְהוָ֥ה עִמָּכֶ֖ם חֶ֣סֶד וֶאֱמֶ֑ת וְגַ֣ם אָנֹכִ֗י אֶעֱשֶׂ֤ה אִתְּכֶם֙ הַטּוֹבָ֣ה הַזֹּ֔את אֲשֶׁ֥ר עֲשִׂיתֶ֖ם הַדָּבָ֥ר הַזֶּֽה׃
7 וְעַתָּ֣ה׀ תֶּחֱזַ֣קְנָה יְדֵיכֶ֗ם וִֽהְיוּ֙ לִבְנֵי־חַ֔יִל כִּי־מֵ֖ת אֲדֹנֵיכֶ֣ם שָׁא֑וּל וְגַם־אֹתִ֞י מָשְׁח֧וּ בֵית־יְהוּדָ֛ה אֹתִ֖י לְמֶ֥לֶךְ עֲלֵיהֶֽם׃
8 וְאַבְנֵ֣ר בֶּן־נֵ֔ר שַׂר־צָבָ֖א אֲשֶׁ֣ר לְשָׁא֑וּל לָקַח֙ אֶת־אִ֣ישׁ בֹּ֔שֶׁת בֶּן־שָׁא֖וּל וַיַּעֲבִרֵ֥הוּ מַחֲנָֽיִם׃
9 וַיַּמְלִכֵ֙הוּ֙ אֶל־הַגִּלְעָ֔ד וְאֶל־הָאֲשׁוּרִ֖י וְאֶל־יִזְרְעֶ֑אל וְעַל־אֶפְרַ֙יִם֙ וְעַל־בִּנְיָמִ֔ן וְעַל־יִשְׂרָאֵ֖ל כֻּלֹּֽה׃
10 בֶּן־אַרְבָּעִ֨ים שָׁנָ֜ה אִֽישׁ־בֹּ֣שֶׁת בֶּן־שָׁא֗וּל בְּמָלְכוֹ֙ עַל־יִשְׂרָאֵ֔ל וּשְׁתַּ֥יִם שָׁנִ֖ים מָלָ֑ךְ אַ֚ךְ בֵּ֣ית יְהוּדָ֔ה הָי֖וּ אַחֲרֵ֥י דָוִֽד׃
11 וַיְהִ֞י מִסְפַּ֣ר הַיָּמִ֗ים אֲשֶׁ֨ר הָיָ֧ה דָוִ֛ד מֶ֖לֶךְ בְּחֶבְר֑וֹן עַל־בֵּ֣ית יְהוּדָ֔ה שֶׁ֥בַע שָׁנִ֖ים וְשִׁשָּׁ֥ה חֳדָשִֽׁים׃
12 וַיֵּצֵא֙ אַבְנֵ֣ר בֶּן־נֵ֔ר וְעַבְדֵ֖י אִֽישׁ־בֹּ֣שֶׁת בֶּן־שָׁא֑וּל מִֽמַּחֲנַ֖יִם גִּבְעֽוֹנָה׃
13 וְיוֹאָ֨ב בֶּן־צְרוּיָ֜ה וְעַבְדֵ֤י דָוִד֙ יָֽצְא֔וּ וַֽיִּפְגְּשׁ֛וּם עַל־בְּרֵכַ֥ת גִּבְע֖וֹן יַחְדָּ֑ו וַיֵּ֨שְׁב֜וּ אֵ֤לֶּה עַל־הַבְּרֵכָה֙ מִזֶּ֔ה וְאֵ֥לֶּה עַל־הַבְּרֵכָ֖ה מִזֶּֽה׃
14 וַיֹּ֣אמֶר אַבְנֵ֔ר אֶל־יוֹאָ֖ב יָק֣וּמוּ נָ֣א הַנְּעָרִ֑ים וִֽישַׂחֲק֖וּ לְפָנֵ֑ינוּ וַיֹּ֥אמֶר יוֹאָ֖ב יָקֻֽמוּ׃
15 וַיָּקֻ֜מוּ וַיַּעֲבֹ֨רוּ בְמִסְפָּ֤ר שְׁנֵים־עָשָׂר֙ לְבִנְיָמִ֔ן וּלְאִֽישׁ־בֹּ֥שֶׁת בֶּן־שָׁא֖וּל וּשְׁנֵ֣ים עָשָׂ֑ר מֵעַבְדֵ֖י דָוִֽד׃
16 וַֽיַּחֲזִ֜יקוּ אִ֣ישׁ׀ בְּרֹ֣אשׁ רֵעֵ֗הוּ וְחַרְבּוֹ֙ בְּצַ֣ד רֵעֵ֔הוּ וַיִּפְּל֖וּ יַחְדָּ֑ו וַיִּקְרָא֙ לַמָּק֣וֹם הַה֔וּא חֶלְקַ֥ת הַצֻּרִ֖ים אֲשֶׁ֥ר בְּגִבְעֽוֹן׃
17 וַתְּהִ֧י הַמִּלְחָמָ֛ה קָשָׁ֥ה עַד־מְאֹ֖ד בַּיּ֣וֹם הַה֑וּא וַיִּנָּ֤גֶף אַבְנֵר֙ וְאַנְשֵׁ֣י יִשְׂרָאֵ֔ל לִפְנֵ֖י עַבְדֵ֥י דָוִֽד׃
18 וַיִּֽהְיוּ־שָׁ֗ם שְׁלֹשָׁה֙ בְּנֵ֣י צְרוּיָ֔ה יוֹאָ֥ב וַאֲבִישַׁ֖י וַעֲשָׂהאֵ֑ל וַעֲשָׂהאֵל֙ קַ֣ל בְּרַגְלָ֔יו כְּאַחַ֥ד הַצְּבָיִ֖ם אֲשֶׁ֥ר בַּשָּׂדֶֽה׃
19 וַיִּרְדֹּ֥ף עֲשָׂהאֵ֖ל אַחֲרֵ֣י אַבְנֵ֑ר וְלֹֽא־נָטָ֣ה לָלֶ֗כֶת עַל־הַיָּמִין֙ וְעַל־הַשְּׂמֹ֔אול מֵאַחֲרֵ֖י אַבְנֵֽר׃
20 וַיִּ֤פֶן אַבְנֵר֙ אַחֲרָ֔יו וַיֹּ֕אמֶר הַאַתָּ֥ה זֶ֖ה עֲשָׂהאֵ֑ל וַיֹּ֖אמֶר אָנֹֽכִי׃
21 וַיֹּ֧אמֶר ל֣וֹ אַבְנֵ֗ר נְטֵ֤ה לְךָ֙ עַל־יְמִֽינְךָ֙ א֣וֹ עַל־שְׂמֹאלֶ֔ךָ וֶאֱחֹ֣ז לְךָ֗ אֶחָד֙ מֵֽהַנְּעָרִ֔ים וְקַח־לְךָ֖ אֶת־חֲלִצָת֑וֹ וְלֹֽא־אָבָ֣ה עֲשָׂהאֵ֔ל לָס֖וּר מֵאַחֲרָֽיו׃
22 וַיֹּ֧סֶף ע֣וֹד אַבְנֵ֗ר לֵאמֹר֙ אֶל־עֲשָׂהאֵ֔ל ס֥וּר לְךָ֖ מֵאַֽחֲרָ֑י לָ֤מָּה אַכֶּ֙ךָ֙ אַ֔רְצָה וְאֵיךְ֙ אֶשָּׂ֣א פָנַ֔י אֶל־יוֹאָ֖ב אָחִֽיךָ׃
23 וַיְמָאֵ֣ן לָס֗וּר וַיַּכֵּ֣הוּ אַבְנֵר֩ בְּאַחֲרֵ֨י הַחֲנִ֜ית אֶל־הַחֹ֗מֶשׁ וַתֵּצֵ֤א הַחֲנִית֙ מֵאַחֲרָ֔יו וַיִּפָּל־שָׁ֖ם וַיָּ֣מָת תַּחְתָּ֑יו וַֽיְהִי֙ כָּל־הַבָּ֣א אֶל־הַמָּק֔וֹם אֲשֶׁר־נָ֥פַל שָׁ֛ם עֲשָׂהאֵ֖ל וַיָּמֹֽת וַֽיַּעֲמֹֽדוּ׃
24 וַיִּרְדְּפ֤וּ יוֹאָב֙ וַאֲבִישַׁ֔י אַחֲרֵ֖י אַבְנֵ֑ר וְהַשֶּׁ֣מֶשׁ בָּ֔אָה וְהֵ֗מָּה בָּ֚אוּ עַד־גִּבְעַ֣ת אַמָּ֔ה אֲשֶׁר֙ עַל־פְּנֵי־גִ֔יחַ דֶּ֖רֶךְ מִדְבַּ֥ר גִּבְעֽוֹן׃
25 וַיִּֽתְקַבְּצ֤וּ בְנֵֽי־בִנְיָמִן֙ אַחֲרֵ֣י אַבְנֵ֔ר וַיִּהְי֖וּ לַאֲגֻדָּ֣ה אֶחָ֑ת וַיַּ֣עַמְד֔וּ עַ֖ל רֹ֥אשׁ גִּבְעָֽה אֶחָֽת׃
26 וַיִּקְרָ֨א אַבְנֵ֜ר אֶל־יוֹאָ֗ב וַיֹּ֙אמֶר֙ הֲלָנֶ֙צַח֙ תֹּ֣אכַל חֶ֔רֶב הֲל֣וֹא יָדַ֔עְתָּה כִּי־מָרָ֥ה תִהְיֶ֖ה בָּאַחֲרוֹנָ֑ה וְעַד־מָתַי֙ לֹֽא־תֹאמַ֣ר לָעָ֔ם לָשׁ֖וּב מֵאַחֲרֵ֥י אֲחֵיהֶֽם׃
27 וַיֹּ֣אמֶר יוֹאָ֔ב חַי־הָ֖אֱלֹהִ֑ים כִּ֣י לוּלֵ֔א דִּבַּ֔רְתָּ כִּ֣י אָ֤ז מֵֽהַבֹּ֙קֶר֙ נַעֲלָ֣ה הָעָ֔ם אִ֖ישׁ מֵאַחֲרֵ֥י אָחִֽיו׃
28 וַיִּתְקַ֤ע יוֹאָב֙ בַּשּׁוֹפָ֔ר וַיַּֽעַמְדוּ֙ כָּל־הָעָ֔ם וְלֹֽא־יִרְדְּפ֥וּ ע֛וֹד אַחֲרֵ֥י יִשְׂרָאֵ֖ל וְלֹֽא־יָסְפ֥וּ ע֖וֹד לְהִלָּחֵֽם׃
29 וְאַבְנֵ֣ר וַֽאֲנָשָׁ֗יו הָלְכ֛וּ בָּעֲרָבָ֖ה כָּל־הַלַּ֣יְלָה הַה֑וּא וַיַּעַבְר֣וּ אֶת־הַיַּרְדֵּ֗ן וַיֵּֽלְכוּ֙ כָּל־הַבִּתְר֔וֹן וַיָּבֹ֖אוּ מַחֲנָֽיִם׃
30 וְיוֹאָ֗ב שָׁ֚ב מֵאַחֲרֵ֣י אַבְנֵ֔ר וַיִּקְבֹּ֖ץ אֶת־כָּל־הָעָ֑ם וַיִּפָּֽקְדוּ֙ מֵעַבְדֵ֣י דָוִ֔ד תִּשְׁעָ֥ה עָשָׂ֖ר אִ֖ישׁ וַעֲשָׂהאֵֽל׃
31 וְעַבְדֵ֣י דָוִ֗ד הִכּוּ֙ מִבִּנְיָמִ֔ן וּבְאַנְשֵׁ֖י אַבְנֵ֑ר שְׁלֹשׁ־מֵא֧וֹת וְשִׁשִּׁ֛ים אִ֖ישׁ מֵֽתוּ׃
32 וַיִּשְׂאוּ֙ אֶת־עֲשָׂהאֵ֔ל וַֽיִּקְבְּרֻ֙הוּ֙ בְּקֶ֣בֶר אָבִ֔יו אֲשֶׁ֖ר בֵּ֣ית לָ֑חֶם וַיֵּלְכ֣וּ כָל־הַלַּ֗יְלָה יוֹאָב֙ וַֽאֲנָשָׁ֔יו וַיֵּאֹ֥ר לָהֶ֖ם בְּחֶבְרֽוֹן׃
Capítulo 3
La guerra entre la casa de David y la casa de Saúl
LBLA
1 Hubo una larga guerra entre la casa de Saúl y la casa de David; pero David se iba fortaleciendo, mientras que la casa de Saúl se iba debilitando.
2 Y le nacieron hijos a David en Hebrón: su primogénito fue Amnón, de Ahinoam la jezreelita;
3 su segundo hijo, Quileab, de Abigail la que fue mujer de Nabal el de Carmel; el tercero, Absalón, hijo de Maaca, hija de Talmai, rey de Gesur;
4 el cuarto, Adonías, hijo de Haguit; el quinto, Sefatías, hijo de Abital;
5 y el sexto, Itream, de Egla, mujer de David. Estos le nacieron a David en Hebrón.
6 Sucedió que mientras había guerra entre la casa de Saúl y la casa de David, Abner se fortalecía en la casa de Saúl.
7 Y Saúl había tenido una concubina que se llamaba Rizpa, hija de Aja. E Is-boset dijo a Abner: ¿Por qué te has llegado a la concubina de mi padre?
8 Entonces Abner se enojó mucho por las palabras de Is-boset y dijo: ¿Soy yo cabeza de perro que pertenece a Judá? Hoy muestro bondad a la casa de Saúl tu padre, a sus hermanos y a sus amigos, y no te he entregado en manos de David, ¿y hoy me reprendes por lo de esta mujer?
9 Que Dios haga así a Abner, y aun le añada, si como ha jurado el SEÑOR a David, no hago esto con él:
10 quitar el reino de la casa de Saúl y establecer el trono de David sobre Israel y sobre Judá, desde Dan hasta Beerseba.
11 Y él no pudo responder ni una palabra más a Abner, porque le temía.
12 Y Abner envió mensajeros a David en su lugar, diciendo: ¿De quién es la tierra? Y que dijeras: Haz pacto conmigo, y he aquí, mi mano estará contigo para volver a ti a todo Israel.
13 Y David dijo: Bien; haré pacto contigo, pero una cosa te pido, y es que no veas mi rostro a menos que primero traigas a Mical, hija de Saúl, cuando vengas a verme.
14 Entonces David envió mensajeros a Is-boset, hijo de Saúl, diciendo: Dame mi mujer Mical, a la cual desposé conmigo por cien prepucios de filisteos.
15 E Is-boset envió y la tomó de su marido, de Paltiel hijo de Lais.
16 Y su marido fue con ella, siguiéndola y llorando hasta Bahurim. Entonces Abner le dijo: Vete, vuélvete. Y él se volvió.
17 Y Abner había hablado con los ancianos de Israel, diciendo: En tiempos pasados buscabais a David para que fuera rey sobre vosotros.
18 Ahora, pues, hacedlo, porque el SEÑOR ha hablado acerca de David, diciendo: "Por mano de mi siervo David libraré a mi pueblo Israel de mano de los filisteos y de mano de todos sus enemigos."
19 Y Abner también habló a los oídos de Benjamín; y Abner fue también a hablar a los oídos de David en Hebrón todo lo que parecía bien a Israel y a toda la casa de Benjamín.
20 Vino, pues, Abner a David en Hebrón, y con él veinte hombres. Y David hizo banquete a Abner y a los hombres que con él venían.
21 Y dijo Abner a David: Me levantaré e iré y reuniré a todo Israel ante mi señor el rey, para que hagan pacto contigo, y tú reinarás sobre todo lo que deseas tu alma. Entonces David despidió a Abner, y él se fue en paz.
22 Y he aquí, los siervos de David y Joab volvían de una incursión y traían consigo un gran botín. Pero Abner no estaba con David en Hebrón, porque él lo había despedido, y se había ido en paz.
23 Cuando Joab y todo el ejército que estaba con él llegaron, le avisaron a Joab, diciendo: Abner hijo de Ner vino al rey, y él lo ha despedido, y se ha ido en paz.
24 Entonces Joab vino al rey y dijo: ¿Qué has hecho? He aquí, Abner vino a ti; ¿por qué lo has despedido, de modo que ya se ha ido?
25 Tú conoces a Abner hijo de Ner, que vino para engañarte y para conocer tu salida y tu entrada, y para saber todo lo que haces.
26 Y salió Joab de la presencia de David y envió mensajeros tras Abner, y lo hicieron volver desde el pozo de Sira; pero David no lo sabía.
27 Cuando Abner volvió a Hebrón, Joab lo apartó a un lado, dentro de la puerta, para hablar con él en secreto, y allí lo hirió en el vientre, y murió, por la sangre de Asael su hermano.
28 Después que David lo supo, dijo: Yo y mi reino somos inocentes ante el SEÑOR para siempre de la sangre de Abner hijo de Ner.
29 Caiga sobre la cabeza de Joab y sobre toda la casa de su padre; y que nunca falte de la casa de Joab quien padezca de flujo, ni leproso, ni quien ande con muleta, ni quien caiga a espada, ni quien tenga falta de pan.
30 Así Joab y su hermano Abisai mataron a Abner, porque él había dado muerte a Asael su hermano en la batalla de Gabaón.
31 Entonces David dijo a Joab y a todo el pueblo que estaba con él: Rasgad vuestros vestidos, ceñíos de cilicio y haced duelo delante de Abner. Y el rey David iba detrás del féretro.
32 Y enterraron a Abner en Hebrón; y el rey alzó su voz y lloró junto al sepulcro de Abner, y todo el pueblo lloró.
33 Y el rey entonó un lamento por Abner, y dijo: ¿Debía morir Abner como muere un necio?
34 Tus manos no estaban atadas, ni tus pies puestos en grillos; como uno cae delante de los hijos de iniquidad, así caíste. Y todo el pueblo volvió a llorar por él.
35 Entonces todo el pueblo vino para hacer que David comiera pan mientras aún era de día; pero David juró, diciendo: Que Dios me haga así, y aun me añada, si pruebo pan o cosa alguna antes que el sol se ponga.
36 Y todo el pueblo lo supo y le pareció bien, como todo lo que hacía el rey parecía bien a todo el pueblo.
37 Aquel día comprendió todo el pueblo y todo Israel que no había venido del rey dar muerte a Abner hijo de Ner.
38 Y el rey dijo a sus siervos: ¿No sabéis que un príncipe y un grande ha caído hoy en Israel?
39 Y yo soy aún débil hoy, aunque ungido rey; y estos hombres, los hijos de Sarvia, son más duros que yo. El SEÑOR pague al que hace el mal conforme a su maldad.
WLC
1 וַתְּהִ֤י הַמִּלְחָמָה֙ אֲרֻכָּ֔ה בֵּ֚ין בֵּ֣ית שָׁא֔וּל וּבֵ֖ין בֵּ֣ית דָּוִ֑ד וְדָוִד֙ הֹולֵ֣ךְ וְחָזֵ֔ק וּבֵ֥ית שָׁא֖וּל הֹלְכִ֥ים וְדַלִּֽים׃
2 וַיִּוָּלְד֤וּ לְדָוִד֙ בָּנִ֔ים בְּחֶבְר֑וֹן וַיְהִ֤י בְכֹורֹו֙ אַמְנֹ֔ון לַאֲחִינֹ֖עַם הַיִּזְרְעֵאלִֽית׃
3 וּמִשְׁנֵ֣הוּ כִלְאָ֔ב לאביגל לַאֲבִיגַ֕יִל אֵ֖שֶׁת נָבָ֣ל הַֽכַּרְמְלִ֑י וְהַשְּׁלִשִׁי֙ אַבְשָׁלֹ֣ום בֶּֽן־מַעֲכָ֔ה בַּת־תַּלְמַ֖י מֶ֥לֶךְ גְּשֽׁוּר׃
4 וְהָרְבִיעִ֖י אֲדֹנִיָּ֣ה בֶן־חַגִּ֑ית וְהַחֲמִישִׁ֖י שְׁפַטְיָ֥ה בֶן־אֲבִיטָֽל׃
5 וְהַשִּׁשִּׁ֣י יִתְרְעָ֔ם לְעֶגְלָ֖ה אֵ֣שֶׁת דָּוִ֑ד אֵ֛לֶּה יֻלְּד֥וּ לְדָוִ֖ד בְּחֶבְרֹֽון׃
6 וַיְהִ֗י בִּֽהְיֹ֧ות הַמִּלְחָמָ֛ה בֵּ֥ין בֵּית־שָׁא֖וּל וּבֵ֣ין בֵּית־דָּוִ֑ד וְאַבְנֵ֛ר הָיָ֥ה מִתְחַזֵּ֖ק בְּבֵ֥ית שָׁאֽוּל׃
7 וּלְשָׁא֣וּל פִּלֶ֔גֶשׁ וּשְׁמָ֖הּ רִצְפָּ֣ה בַת־אַיָּ֑ה וַיֹּ֙אמֶר֙ אֶל־אַבְנֵ֔ר מַדּ֥וּעַ בָּ֖אתָה אֶל־פִּילֶ֥גֶשׁ אָבִֽי׃
8 וַיִּחַר֩ לְאַבְנֵ֨ר מְאֹ֜ד עַל־דִּבְרֵ֣י אִֽישׁ־בֹּ֗שֶׁת וַיֹּ֘אמֶר֮ הֲרֹ֣אשׁ כֶּ֣לֶב אָנֹ֒כִי֒ אֲשֶׁ֨ר לִֽיהוּדָ֜ה הַיֹּ֨ום אֶעֱשֶׂה־חֶ֜סֶד עִם־בֵּ֣ית׀ שָׁא֣וּל אָבִ֗יךָ אֶל־אֶחָיו֙ וְאֶל־מֵ֣רֵעֵ֔הוּ וְלֹ֥א הִמְצִיתִ֖ךָ בְּיַד־דָּוִ֑ד וַתִּפְקֹ֥ד עָלַ֛י עֲוֹ֥ן הָאִשָּׁ֖ה הַיֹּֽום׃
9 כֹּֽה־יַעֲשֶׂ֤ה אֱלֹהִים֙ לְאַבְנֵ֔ר וְכֹ֖ה יֹסִ֣יף לֹ֑ כִּ֗י כַּאֲשֶׁ֨ר נִשְׁבַּ֤ע יְהוָה֙ לְדָוִ֔ד כִּֽי־כֵ֖ן אֶעֱשֶׂה־לֹּֽו׃
10 לְהַעֲבִ֥יר הַמַּמְלָכָ֖ה מִבֵּ֣ית שָׁא֑וּל וּלְהָקִ֞ים אֶת־כִּסֵּ֣א דָוִ֗ד עַל־יִשְׂרָאֵל֙ וְעַל־יְהוּדָ֔ה מִדָּ֖ן וְעַד־בְּאֵ֥ר שָֽׁבַע׃
11 וְלֹֽא־יָכֹ֣ל עֹ֔וד לְהָשִׁ֥יב אֶת־אַבְנֵ֖ר דָּבָ֑ר מִיִּרְאָתֹ֖ו אֹתֹֽו׃
12 וַיִּשְׁלַח֩ אַבְנֵ֨ר מַלְאָכִ֧ים׀ אֶל־דָּוִ֛ד תחתו תַּחְתָּ֖יו לֵאמֹ֑ר לְמִי־אֶ֔רֶץ לֵאמֹ֗ר כָּרְתָ֤ה בְרִֽיתְךָ֙ אִתִּ֔י וְהִנֵּה֙ יָדִ֣י עִמָּ֔ךְ לְהָסֵ֥ב אֵלֶ֖יךָ אֶת־כָּל־יִשְׂרָאֵֽל׃
13 וַיֹּ֣אמֶר טֹ֔וב אֲנִ֕י אֶכְרֹ֥ת אִתְּךָ֖ בְּרִ֑ית אַ֣ךְ דָּבָ֣ר אֶחָ֡ד אָנֹכִי֩ שֹׁאֵ֨ל מֵאִתְּךָ֤ לֵאמֹר֙ לֹא־תִרְאֶ֣ה אֶת־פָּנַ֔י כִּ֣י׀ אִם־לִפְנֵ֣י הֱבִיאֲךָ֗ אֵ֚ת מִיכַ֣ל בַּת־שָׁא֔וּל בְּבֹאֲךָ֖ לִרְאֹ֥ות אֶת־פָּנָֽי׃
14 וַיִּשְׁלַ֤ח דָּוִד֙ מַלְאָכִ֔ים אֶל־אִֽישׁ־בֹּ֥שֶׁת בֶּן־שָׁא֖וּל לֵאמֹ֑ר תְּנָ֤ה אֶת־אִשְׁתִּי֙ אֶת־מִיכַ֔ל אֲשֶׁר֙ אֵרַ֣שְׂתִּי לִ֔י בְּמֵאָ֖ה עָרְלֹ֥ות פְּלִשְׁתִּֽים׃
15 וַיִּשְׁלַח֙ אִ֣ישׁ בֹּ֔שֶׁת וַיִּקָּחֶ֖הָ מֵ֣עִֽם אִ֑ישׁ מֵעִ֖ם פַּלְטִיאֵ֥ל בֶּן־לָֽיִשׁ׃
16 וַיֵּ֨לֶךְ אִתָּ֜הּ אִישָׁ֗הּ הָלֹ֧וךְ וּבָכֹ֛ה אַחֲרֶ֖יהָ עַד־בַּֽחֻרִ֑ים וַיֹּ֨אמֶר אֵלָ֥יו אַבְנֵ֛ר לֵ֥ךְ שׁ֖וּב וַיָּשֹֽׁב׃
17 וּדְבַר־אַבְנֵ֣ר הָיָ֔ה עִם־זִקְנֵ֥י יִשְׂרָאֵ֖ל לֵאמֹ֑ר גַּם־תְּמֹ֣ול גַּם־שִׁלְשֹׁ֗ם הֱיִיתֶ֞ם מְבַקְשִׁ֧ים אֶת־דָּוִ֛ד לְמֶ֖לֶךְ עֲלֵיכֶֽם׃
18 וְעַתָּ֖ה עֲשׂ֑וּ כִּ֣י יְהוָ֗ה אָמַ֤ר אֶל־דָּוִד֙ לֵאמֹ֔ר בְּיַ֣ד׀ דָּוִ֣ד עַבְדִּ֗י הֹושִׁ֜יעַ אֶת־עַמִּ֤י יִשְׂרָאֵל֙ מִיַּ֣ד פְּלִשְׁתִּ֔ים וּמִיַּ֖ד כָּל־אֹיְבֵיהֶֽם׃
19 וַיְדַבֵּ֥ר גַּם־אַבְנֵ֖ר בְּאָזְנֵ֣י בִנְיָמִ֑ן וַיֵּ֣לֶךְ גַּ֗ם אַבְנֵ֛ר לְדַבֵּ֛ר בְּאָזְנֵ֥י דָוִ֖ד בְּחֶבְרֹ֥ון אֵֽת־כָּל־אֲשֶׁר־טֹ֥וב בְּעֵינֵ֖י יִשְׂרָאֵ֑ל וּבְעֵינֵ֖י כָּל־בֵּ֥ית בִּנְיָמִֽן׃
20 וַיָּבֹ֨א אַבְנֵ֤ר אֶל־דָּוִד֙ חֶבְרֹ֔ון וְאִתֹּ֖ו עֶשְׂרִ֣ים אֲנָשִׁ֑ים וַיַּ֨עַשׂ דָּוִ֧ד לְאַבְנֵ֛ר וְלַאֲנָשָׁ֖יו מִשְׁתֶּֽה׃
21 וַיֹּ֣אמֶר אַבְנֵ֣ר אֶל־דָּוִ֡ד אָק֣וּמָה׀ וְאֵלֵ֡כָה וְאֶקְבְּצָה֩ אֶל־אֲדֹנִ֨י הַמֶּ֜לֶךְ אֶת־כָּל־יִשְׂרָאֵ֗ל וְיִכְרְת֤וּ אִתְּךָ֙ בְּרִ֔ית וּמָ֣לַכְתָּ֔ בְּכֹ֥ל אֲשֶׁר־תְּאַוֶּ֖ה נַפְשֶׁ֑ךָ וַיְּשַׁלַּ֥ח דָּוִ֛ד אֶת־אַבְנֵ֖ר וַיֵּ֥לֶךְ בְּשָׁלֹֽום׃
22 וְהִנֵּה֩ עַבְדֵ֨י דָוִ֤ד וְיֹואָב֙ בָּ֣א מֵֽהַגְּד֔וּד וְשָׁלָ֥ל רָ֖ב עִמָּ֣ם הֵבִ֑יאוּ וְאַבְנֵ֗ר אֵינֶ֤נּוּ עִם־דָּוִד֙ בְּחֶבְרֹ֔ון כִּ֥י שִׁלְּחֹ֖ו וַיֵּ֥לֶךְ בְּשָׁלֹֽום׃
23 וְיֹואָ֣ב וְכָל־הַצָּבָ֣א אֲשֶׁר־אִתֹּ֡ו בָּ֣אוּ וַיַּגִּ֣דוּ לְיֹואָ֡ב לֵאמֹר֩ בָּֽא־אַבְנֵ֨ר בֶּן־נֵ֥ר אֶל־הַמֶּ֘לֶךְ֮ וַֽיְשַׁלְּחֵ֒הוּ֒ וַיֵּ֥לֶךְ בְּשָׁלֹֽום׃
24 וַיָּבֹ֤א יֹואָב֙ אֶל־הַמֶּ֔לֶךְ וַיֹּ֖אמֶר מֶ֣ה עָשִׂ֑יתָה הִנֵּה־בָ֤א אַבְנֵר֙ אֵלֶ֔יךָ לָ֥מָּה־זֶּ֛ה שִׁלַּחְתֹּ֖ו וַיֵּ֥לֶךְ הָלֹֽוךְ׃
25 יָדַ֙עְתָּ֙ אֶת־אַבְנֵ֣ר בֶּן־נֵ֔ר כִּ֥י לְפַתֹּתְךָ֖ בָּ֑א וְלָדַ֜עַת אֶת־מֹוצָֽאֲךָ֙ וְאֶת־מֹבֹואֶ֔ךָ וְלָדַ֕עַת אֵ֛ת כָּל־אֲשֶׁ֥ר אַתָּ֖ה עֹשֶֽׂה׃
26 וַיֵּצֵ֤א יֹואָב֙ מֵעִ֣ם דָּוִ֔ד וַיִּשְׁלַ֤ח מַלְאָכִים֙ אַחֲרֵ֣י אַבְנֵ֔ר וַיָּשִׁ֥בוּ אֹתֹ֖ו מִבֹּ֣אר הַסִּרָ֑ה וְדָוִ֖ד לֹ֥א יָדָֽע׃
27 וַיָּ֤שָׁב אַבְנֵר֙ חֶבְרֹ֔ון וַיַּטֵּ֤הוּ יֹואָב֙ אֶל־תֹּ֣וךְ הַשַּׁ֔עַר לְדַבֵּ֥ר אִתֹּ֖ו בַּשֶּׁ֑לִי וַיַּכֵּ֤הוּ שָׁם֙ הַחֹ֔מֶשׁ וַיָּ֕מָת בְּדַ֖ם עֲשָׂהאֵ֥ל אָחִֽיו׃
28 וַיִּשְׁמַ֤ע דָּוִד֙ מֵאַ֣חֲרֵי כֵ֔ן וַיֹּ֗אמֶר נָקִ֨י אָנֹכִ֧י וּמַמְלַכְתִּ֛י מֵעִ֥ם יְהוָ֖ה עַד־עֹולָ֑ם מִדְּמֵ֖י אַבְנֵ֥ר בֶּן־נֵֽר׃
29 יָחֻ֙לוּ֙ עַל־רֹ֣אשׁ יֹואָ֔ב וְאֶ֛ל כָּל־בֵּ֥ית אָבִ֖יו וְֽאַל־יִכָּרֵ֣ת מִבֵּ֣ית יֹואָ֑ב זָ֥ב וּמְצֹרָ֖ע וּמַחֲזִ֥יק בַּפֶּ֛לֶךְ וְנֹפֵ֥ל בַּחֶ֖רֶב וַחֲסַר־לָֽחֶם׃
30 וְיֹואָב֙ וַאֲבִישַׁ֣י אָחִ֔יו הָרְג֖וּ לְאַבְנֵ֑ר עַ֚ל אֲשֶׁ֣ר הֵמִ֔ית אֶת־עֲשָׂהאֵ֥ל אֲחִיהֶ֖ם בְּגִבְעֹ֥ון בַּמִּלְחָמָֽה׃
31 וַיֹּ֨אמֶר דָּוִ֜ד אֶל־יֹואָ֣ב וְאֶל־כָּל־הָעָ֗ם אֲשֶׁ֤ר אִתֹּו֙ קִרְע֤וּ בִגְדֵיכֶם֙ וְחִגְר֣וּ שַׂקִּ֔ים וְסִפְד֖וּ לִפְנֵ֣י אַבְנֵ֑ר וְהַמֶּ֣לֶךְ דָּוִ֔ד הֹלֵ֖ךְ אַחֲרֵ֥י הַמִּטָּֽה׃
32 וַיִּקְבְּר֥וּ אֶת־אַבְנֵ֖ר בְּחֶבְרֹ֑ון וַיִשָּׂ֧א הַמֶּ֣לֶךְ אֶת־קֹולֹ֗ו וַיֵּבְךְּ֙ אֶל־קֶ֣בֶר אַבְנֵ֔ר וַיִּבְכּ֖וּ כָּל־הָעָֽם׃
33 וַיְקֹנֵ֥ן הַמֶּ֛לֶךְ אֶל־אַבְנֵ֖ר וַיֹּאמַ֑ר הַכְּמֹ֥ות נָבָ֖ל יָמ֥וּת אַבְנֵֽר׃
34 יָדְךָ֙ לֹ֣א אֲסֻרֹ֔ות וְרַגְלֶ֖יךָ לֹֽא־לִנְחֻשְׁתַּ֣יִם הֻגָּ֑שׁוּ כִּנְפֹ֨ול לִפְנֵ֧י בְנֵי־עַוְלָ֛ה נָפָ֖לְתָּ וַיֹּסִ֥פוּ כָל־הָעָ֖ם לִבְכֹּ֥ות עָלָֽיו׃
35 וַיָּבֹ֤א כָל־הָעָם֙ לְהַבְרֹ֣ות אֶת־דָּוִ֔ד לֶ֖חֶם בְּעֹ֣וד הַיֹּ֑ום וַיִּשָּׁבַ֨ע דָּוִ֜ד לֵאמֹ֗ר כֹּ֣ה יַעֲשֶׂה־לִּ֤י אֱלֹהִים֙ וְכֹ֣ה יֹסִ֔יף כִּ֣י אִם־לִפְנֵ֧י בֹֽוא־הַשֶּׁ֛מֶשׁ אֶטְעַם־לֶ֖חֶם אֹ֥ו כָל־מְאֽוּמָה׃
36 וְכָל־הָעָ֣ם הִכִּ֔ירוּ וַיִּיטַ֖ב בְּעֵינֵיהֶ֑ם כְּכֹל֙ אֲשֶׁ֣ר עָשָׂ֣ה הַמֶּ֔לֶךְ בְּעֵינֵ֥י כָל־הָעָ֖ם טֹֽוב׃
37 וַיֵּדְע֧וּ כָל־הָעָ֛ם וְכָל־יִשְׂרָאֵ֖ל בַּיֹּ֣ום הַה֑וּא כִּ֣י לֹ֤א הָיְתָה֙ מֵֽהַמֶּ֔לֶךְ לְהָמִ֖ית אֶת־אַבְנֵ֥ר בֶּן־נֵֽר׃
38 וַיֹּ֥אמֶר הַמֶּ֖לֶךְ אֶל־עֲבָדָ֑יו הֲלֹ֣וא תֵדְע֔וּ כִּי־שַׂ֣ר וְגָדֹ֔ול נָפַ֥ל הַיֹּ֖ום הַזֶּ֥ה בְּיִשְׂרָאֵֽל׃
39 וְאָנֹכִ֨י הַיֹּ֥ום רַךְ֙ וּמָשׁ֣וּחַ מֶ֔לֶךְ וְהָאֲנָשִׁ֥ים הָאֵ֛לֶּה בְּנֵ֥י צְרוּיָ֖ה קָשִׁ֣ים מִמֶּ֑נִּי יְשַׁלֵּ֧ם יְהוָ֛ה לְעֹשֵׂ֥ה הָרָעָ֖ה כְּרָעָתֹֽו׃
Capítulo 4
Asesinato de Is-boset
LBLA
1 Cuando el hijo de Saúl oyó que Abner había muerto en Hebrón, perdió el valor, y todo Israel se consternó.
2 Y el hijo de Saúl tenía dos hombres que eran capitanes de bandas: el nombre de uno era Baana y el nombre del otro Recab, hijos de Rimón el beerotita, de los hijos de Benjamín (porque Beerot también es contada como parte de Benjamín;
3 y los beerotitas huyeron a Gitaim y han sido forasteros allí hasta el día de hoy).
4 Y Jonatán, hijo de Saúl, tenía un hijo lisiado de los pies. Tenía cinco años de edad cuando llegó la noticia de Saúl y Jonatán desde Jezreel, y su nodriza lo tomó y huyó; y sucedió que mientras se apresuraba a huir, el niño cayó y quedó cojo. Su nombre era Mefi-boset.
5 Y los hijos de Rimón el beerotita, Recab y Baana, fueron y entraron en la casa de Is-boset al calor del día, mientras él estaba durmiendo la siesta.
6 Y he aquí, la portera de la casa había estado limpiando trigo, pero se quedó dormida. Entonces Recab y Baana su hermano se deslizaron furtivamente
7 y entraron en la casa mientras Is-boset estaba acostado en su cama en el dormitorio, y lo hirieron y lo mataron, y le cortaron la cabeza. Tomaron su cabeza y caminaron toda la noche por el camino del Arabá.
8 Y trajeron la cabeza de Is-boset a David en Hebrón, y dijeron al rey: He aquí la cabeza de Is-boset, hijo de Saúl, tu enemigo, que buscaba tu vida; el SEÑOR ha concedido hoy a mi señor el rey venganza sobre Saúl y sobre su descendencia.
9 Pero David respondió a Recab y a Baana su hermano, hijos de Rimón el beerotita, y les dijo: Vive el SEÑOR, que ha redimido mi vida de toda angustia,
10 cuando alguien me dijo: "He aquí, Saúl ha muerto," y pensó que traía buenas noticias, yo lo prendí y lo maté en Siclag, lo cual fue la recompensa que le di por su noticia.
11 ¡Cuánto más cuando hombres malvados han matado a un hombre justo en su propia casa y sobre su cama! ¿No he de pedir ahora su sangre de vuestras manos y quitaros de la tierra?
12 Entonces David dio órdenes a los jóvenes, y ellos los mataron, les cortaron las manos y los pies, y los colgaron junto al estanque de Hebrón. Pero tomaron la cabeza de Is-boset y la enterraron en el sepulcro de Abner en Hebrón.
WLC
1 וַיִּשְׁמַ֣ע בֶּן־שָׁא֗וּל כִּ֣י מֵ֤ת אַבְנֵר֙ בְּחֶבְרֹ֔ון וַיִּרְפּ֖וּ יָדָ֑יו וְכָל־יִשְׂרָאֵ֖ל נִבְהָֽלוּ׃
2 וּשְׁנֵ֣י אֲנָשִׁ֣ים שָׂרֵֽי־גְדוּדִ֣ים הָי֪וּ בֶן־שָׁא֟וּל שֵׁ֤ם הָאֶחָד֙ בַּֽעֲנָ֔ה וְשֵׁ֥ם הַשֵּׁנִ֖י רֵכָ֑ב בְּנֵ֛י רִמֹּ֥ון הַבְּאֶֽרֹתִ֖י מִבְּנֵ֥י בִנְיָמִֽן׃
3 כִּ֣י גַם־הַבְּאֵרֹ֗ת נִמְנ֛וּ עַל־בִּנְיָמִ֖ן וַיִּבְרְח֣וּ הַבְּאֵֽרֹתִ֑ים גִּתָּ֕יְמָה וַיִּהְיוּ־שָׁ֖ם גָּרִ֥ים עַ֥ד הַיֹּֽום הַזֶּֽה׃
4 וּלְיֹונָתָ֣ן בֶן־שָׁא֗וּל בֵּ֚ן נְכֵ֣ה רַגְלַ֔יִם בֶּן־חָמֵ֣שׁ שָׁנִ֔ים הָיָ֖ה בְּבֹ֣א שְׁמֻעַ֑ת שָׁא֣וּל וִיהֹונָתָ֔ן מִיִּזְרְעֶ֖אל וַתִּשָּׂאֵ֣הוּ אֹמַנְתֹּ֑ו וַתָּנֹ֕ס וַיְהִ֞י בְּחָפְזָ֥הּ לָנ֛וּס וַיִּפֹּ֥ל וַיִּפָּסֵ֖חַ וּשְׁמֹ֥ו מְפִיבֹֽשֶׁת׃
5 וַיֵּ֨לְכ֜וּ בְּנֵֽי־רִמֹּ֤ון הַבְּאֶֽרֹתִי֙ רֵכָ֣ב וּבַעֲנָ֔ה וַיָּבֹ֙אוּ֙ כְּחֹ֣ם הַיֹּ֔ום אֶל־בֵּ֖ית אִֽישׁ־בֹּ֑שֶׁת וְה֣וּא שֹׁכֵ֔ב אֵ֖ת מִשְׁכַּ֥ב הַֽצָּהֳרָֽיִם׃
6 וְהִנֵּה֩ שָׂרַ֨ת הַבַּ֜יִת הָיְתָ֣ה מְנַקָּ֗ה חִטִּ֛ים וַתִּישַׁ֥ן וַתִּירָדֵ֖ם וּבַעֲנָ֣ה וְרֵכָ֑ב אֲחֵ֥י רִמֹּ֖ון נִמְלָֽטוּ׃
7 וַיָּבֹ֣אוּ הַבַּ֗יִת וְהֽוּא־שֹׁכֵב֮ עַל־מִטָּתֹו֮ בַּחֲדַ֣ר מִשְׁכָּבֹו֒ וַיַּכֻּ֗הוּ וַיְמִתֻ֙הוּ֙ וַיָּסִ֙ירוּ֙ אֶת־רֹאשֹׁ֔ו וַיִּקְח֥וּ אֶת־רֹאשֹׁ֖ו וַיֵּֽלְכ֣וּ דֶֽרֶךְ־הָעֲרָבָ֑ה כָּל־הַלָּֽיְלָה׃
8 וַיָּבִ֜אוּ אֶת־רֹ֣אשׁ אִֽישׁ־בֹּ֗שֶׁת אֶל־דָּוִד֙ חֶבְרֹ֔ון וַיֹּאמְר֣וּ אֶל־הַמֶּ֔לֶךְ הִנֵּה־רֹ֣אשׁ אִֽישׁ־בֹּ֗שֶׁת בֶּן־שָׁא֤וּל אֹֽיִבְךָ֙ אֲשֶׁ֣ר בִּקֵּ֣שׁ אֶת־נַפְשֶׁ֔ךָ וַיִּתֵּ֨ן יְהוָ֧ה לַֽאדֹנִ֛י הַמֶּ֖לֶךְ נְקָמֹ֑ת הַיֹּ֤ום הַזֶּה֙ מִשָּׁא֣וּל וּמִזַּרְעֹ֔ו׃
9 וַיַּ֨עַן דָּוִ֜ד אֶת־רֵכָ֣ב׀ וְאֶת־בַּעֲנָ֣ה אָחִ֗יו בְּנֵ֛י רִמֹּ֥ון הַבְּאֵֽרֹתִ֖י וַיֹּ֣אמֶר לָהֶ֑ם חַי־יְהוָ֕ה אֲשֶׁר־פָּדָ֥ה אֶת־נַפְשִׁ֖י מִכָּל־צָרָֽה׃
10 כִּ֣י הַמַּגִּ֣יד לִ֡י לֵאמֹ֡ר הִנֵּה־מֵ֣ת שָׁאוּל֩ וְה֨וּא־הָיָ֜ה כִמְבַשֵּׂ֤ר בְּעֵינָיו֙ וָאֹחֲזֵ֣הוּ בַצִּקְלַ֔ג וָאֶתְּנֵ֖הוּ לֹ֣ו בְּשָׂכָ֑ר׃
11 אַ֞ף כִּֽי־אֲנָשִׁ֣ים רְשָׁעִ֗ים הָרְג֧וּ אֶת־אִישׁ־צַדִּ֛יק בְּבֵיתֹ֖ו עַל־מִשְׁכָּבֹ֑ו וְעַתָּ֗ה הֲלֹ֨א אֲבַקֵּ֤שׁ אֶת־דָּמֹו֙ מִיֶּדְכֶ֔ם וּבִעַרְתִּ֥י אֶתְכֶ֖ם מִן־הָאָֽרֶץ׃
12 וַיְצַו֩ דָּוִ֨ד אֶת־הַנְּעָרִ֜ים וַיַּ֣הַרְג֗וּם וַֽיְקַצְּצ֤וּ אֶת־יְדֵיהֶם֙ וְאֶת־רַגְלֵיהֶ֔ם וַיִּתְל֥וּ עַל־הַבְּרֵכָ֖ה בְּחֶבְרֹ֑ון וְאֵ֨ת רֹ֤אשׁ אִֽישׁ־בֹּ֙שֶׁת֙ לָקָ֔חוּ וַיִּקְבְּר֥וּ בְקֶֽבֶר־אַבְנֵ֖ר בְּחֶבְרֹֽון׃
Capítulo 5
David es proclamado rey de todo Israel
LBLA
1 Entonces todas las tribus de Israel vinieron a David en Hebrón y le dijeron: He aquí, nosotros somos hueso tuyo y carne tuya.
2 En tiempos pasados, cuando Saúl era rey sobre nosotros, tú eras el que sacabas y traías a Israel. Y el SEÑOR te ha dicho: "Tú pastorearás a mi pueblo Israel, y tú serás príncipe sobre Israel."
3 Vinieron, pues, todos los ancianos de Israel al rey en Hebrón, y el rey David hizo pacto con ellos en Hebrón delante del SEÑOR; y ungieron a David como rey sobre Israel.
4 David tenía treinta años cuando comenzó a reinar, y reinó cuarenta años.
5 En Hebrón reinó sobre Judá siete años y seis meses, y en Jerusalén reinó treinta y tres años sobre todo Israel y Judá.
6 Y el rey y sus hombres fueron a Jerusalén contra los jebuseos, habitantes de la tierra; y éstos hablaron a David, diciendo: Tú no entrarás aquí, pues aun los ciegos y los cojos te rechazarán, diciendo: David no entrará aquí.
7 Pero David tomó la fortaleza de Sion, que es la ciudad de David.
8 Y David dijo aquel día: Todo el que hiera a los jebuseos, que suba por el canal y hiera a los cojos y a los ciegos, a quienes el alma de David aborrece. Por tanto, dicen: Los ciegos y los cojos no entrarán en la casa.
9 Y David habitó en la fortaleza y la llamó la ciudad de David. Y edificó David alrededor, desde el Milo hacia adentro.
10 Y David se iba engrandeciendo más y más, y el SEÑOR Dios de los ejércitos estaba con él.
11 E Hiram, rey de Tiro, envió mensajeros a David, con madera de cedro, carpinteros y canteros para los muros; y edificaron una casa para David.
12 Y supo David que el SEÑOR lo había confirmado como rey sobre Israel, y que había exaltado su reino por amor a su pueblo Israel.
13 Y David tomó más concubinas y mujeres de Jerusalén después que vino de Hebrón, y le nacieron más hijos e hijas.
14 Estos son los nombres de los que le nacieron en Jerusalén: Samúa, Sobab, Natán, Salomón,
15 Ibhar, Elisúa, Nefeg, Jafía,
16 Elisama, Eliada y Elifelet.
17 Cuando los filisteos oyeron que habían ungido a David como rey sobre Israel, todos los filisteos subieron para buscar a David; y cuando David lo oyó, descendió a la fortaleza.
18 Y los filisteos vinieron y se extendieron por el valle de Refaim.
19 Entonces David consultó al SEÑOR, diciendo: ¿Subiré contra los filisteos? ¿Los entregarás en mi mano? Y el SEÑOR dijo a David: Sube, porque ciertamente entregaré a los filisteos en tu mano.
20 Y vino David a Baal-perazim, y allí los derrotó David; y dijo: El SEÑOR ha irrumpido contra mis enemigos delante de mí, como irrumpen las aguas. Por eso llamó el nombre de aquel lugar Baal-perazim.
21 Y abandonaron allí sus ídolos, y David y sus hombres los tomaron.
22 Los filisteos subieron de nuevo y se extendieron por el valle de Refaim.
23 Cuando David consultó al SEÑOR, Él dijo: No subirás; da la vuelta por detrás de ellos y ven sobre ellos frente a las balsameras.
24 Y sucederá que cuando oigas el sonido de marcha en las copas de las balsameras, entonces te apresurarás, porque entonces el SEÑOR habrá salido delante de ti para herir el campamento de los filisteos.
25 E hizo David tal como el SEÑOR le había mandado, e hirió a los filisteos desde Geba hasta Gezer.
WLC
1 וַיָּבֹ֜אוּ כָּל־שִׁבְטֵ֧י יִשְׂרָאֵ֛ל אֶל־דָּוִ֖ד חֶבְרֹ֑ונָה וַיֹּאמְר֣וּ לֵאמֹ֔ר הִנְנ֛וּ עַצְמְךָ֥ וּבְשָׂרְךָ֖ אֲנָֽחְנוּ׃
2 גַּם־אֶתְמ֣וֹל גַּם־שִׁלְשֹׁ֗ם בִּהְי֤וֹת שָׁאוּל֙ מֶ֣לֶךְ עָלֵ֔ינוּ אַתָּ֗ה הייתה תּוֹצֵ֧א וּמֵבִ֛יא אֶת־יִשְׂרָאֵ֖ל וַיֹּ֣אמֶר יְהוָ֣ה לְךָ֗ אַתָּ֨ה תִרְעֶ֤ה אֶת־עַמִּי֙ אֶת־יִשְׂרָאֵ֔ל וְאַתָּ֛ה תִּהְיֶ֥ה לְנָגִ֖יד עַל־יִשְׂרָאֵֽל׃
3 וַיָּבֹ֜אוּ כָּל־זִקְנֵ֣י יִשְׂרָאֵ֗ל אֶל־הַמֶּ֙לֶךְ֙ חֶבְרֹ֔ונָה וַיִּכְרֹת֩ לָהֶ֨ם הַמֶּ֤לֶךְ דָּוִד֙ בְּרִ֣ית בְּחֶבְר֔וֹן לִפְנֵ֖י יְהוָ֑ה וַיִּמְשְׁח֧וּ אֶת־דָּוִ֛ד לְמֶ֖לֶךְ עַל־יִשְׂרָאֵֽל׃
4 בֶּן־שְׁלֹשִׁ֥ים שָׁנָ֖ה דָּוִ֣ד בְּמָלְכ֑וֹ אַרְבָּעִ֥ים שָׁנָ֖ה מָלָֽךְ׃
5 בְּחֶבְרוֹן֙ מָלַ֣ךְ עַל־יְהוּדָ֔ה שֶׁ֥בַע שָׁנִ֖ים וְשִׁשָּׁ֣ה חֳדָשִׁ֑ים וּבִירוּשָׁלִַ֣ם מָלַ֔ךְ שְׁלֹשִׁ֤ים וְשָׁלֹשׁ֙ שָׁנָ֔ה עַ֥ל כָּל־יִשְׂרָאֵ֖ל וִיהוּדָֽה׃
6 וַיֵּ֨לֶךְ הַמֶּ֤לֶךְ וַֽאֲנָשָׁיו֙ יְר֣וּשָׁלִַ֔ם אֶל־הַיְבֻסִ֖י יוֹשֵׁ֣ב הָאָ֑רֶץ וַיֹּ֨אמֶר לְדָוִ֤ד לֵאמֹר֙ לֹא־תָב֣וֹא הֵ֔נָּה כִּ֣י אִם־הֱסִֽירְךָ֗ הַעִוְרִ֤ים וְהַפִּסְחִים֙ לֵאמֹ֔ר לֹֽא־יָב֥וֹא דָוִ֖ד הֵֽנָּה׃
7 וַיִּלְכֹּ֣ד דָּוִ֔ד אֵ֖ת מְצֻדַ֣ת צִיּ֑וֹן הִ֖יא עִ֥יר דָּוִֽד׃
8 וַיֹּ֨אמֶר דָּוִ֜ד בַּיּ֣וֹם הַה֗וּא כָּל־מַכֵּ֤ה יְבֻסִי֙ וְיִגַּ֣ע בַּצִּנּ֔וֹר וְאֶת־הַפִּסְחִים֙ וְאֶת־הַ֣עִוְרִ֔ים שְׂנֻאֵ֖י נֶ֣פֶשׁ דָּוִ֑ד עַל־כֵּן֙ יֹֽאמְר֔וּ עִוֵּ֣ר וּפִסֵּ֔חַ לֹ֥א יָב֖וֹא אֶל־הַבָּֽיִת׃
9 וַיֵּ֤שֶׁב דָּוִד֙ בַּמְּצֻדָ֔ה וַיִּקְרָא־לָ֖הּ עִ֣יר דָּוִ֑ד וַיִּ֤בֶן דָּוִד֙ סָבִ֔יב מִן־הַמִּלּ֖וֹא וָבָֽיְתָה׃
10 וַיֵּ֥לֶךְ דָּוִ֖ד הָל֣וֹךְ וְגָד֑וֹל וַיהוָ֛ה אֱלֹהֵ֥י צְבָא֖וֹת עִמּֽוֹ׃
11 וַ֠יִּשְׁלַח חִירָ֨ם מֶֽלֶךְ־צֹ֥ר מַלְאָכִים֮ אֶל־דָּוִד֒ וַעֲצֵ֣י אֲרָזִ֔ים וְחָרָשֵׁ֣י עֵ֔ץ וְחָרָשֵׁ֖י אֶ֣בֶן קִ֑יר וַיִּבְנֽוּ־בַ֖יִת לְדָוִֽד׃
12 וַיֵּ֣דַע דָּוִ֔ד כִּֽי־הֱכִינ֧וֹ יְהוָ֛ה לְמֶ֖לֶךְ עַל־יִשְׂרָאֵ֑ל וְכִי֙ נִשֵּׂ֣א מַמְלַכְתּ֔וֹ בַּעֲב֖וּר עַמּ֥וֹ יִשְׂרָאֵֽל׃
13 וַיִּקַּ֨ח דָּוִ֥ד ע֛וֹד פִּֽלַגְשִׁ֥ים וְנָשִׁ֖ים מִירוּשָׁלִָ֑ם אַחֲרֵ֣י בֹּא֔וֹ מֵחֶבְר֖וֹן וַיִּוָּ֥לְדוּ ע֛וֹד לְדָוִ֖ד בָּנִ֥ים וּבָנֽוֹת׃
14 וְאֵ֗לֶּה שְׁמוֹת֙ הַיִּלֹּדִ֣ים ל֔וֹ בִּירוּשָׁלִָ֑ם שַׁמּ֣וּעַ וְשׁוֹבָ֔ב וְנָתָ֖ן וּשְׁלֹמֹֽה׃
15 וְיִבְחָ֥ר וֶאֱלִישׁ֖וּעַ וְנֶ֥פֶג וְיָפִֽיעַ׃
16 וֶאֱלִישָׁמָ֥ע וְאֶלְיָדָ֖ע וֶאֱלִיפָֽלֶט׃
17 וַיִּשְׁמְע֣וּ פְלִשְׁתִּ֗ים כִּֽי־מָשְׁח֨וּ אֶת־דָּוִ֤ד לְמֶ֙לֶךְ֙ עַל־יִשְׂרָאֵ֔ל וַיַּעֲל֥וּ כָל־פְּלִשְׁתִּ֖ים לְבַקֵּ֣שׁ אֶת־דָּוִ֑ד וַיִּשְׁמַ֣ע דָּוִ֔ד וַיֵּ֖רֶד אֶל־הַמְּצוּדָֽה׃
18 וּפְלִשְׁתִּ֖ים בָּ֑אוּ וַיִּנָּטְשׁ֖וּ בְּעֵ֥מֶק רְפָאִֽים׃
19 וַיִּשְׁאַ֨ל דָּוִ֤ד בַּֽיהוָה֙ לֵאמֹ֔ר הַאֶעֱלֶ֖ה אֶל־פְּלִשְׁתִּ֑ים הֲתִתְּנֵ֥ם בְּיָדִ֖י וַיֹּ֨אמֶר יְהוָ֤ה אֶל־דָּוִד֙ עֲלֵ֔ה כִּֽי־נָתֹ֥ן אֶתֵּ֛ן אֶת־פְּלִשְׁתִּ֖ים בְּיָדֶֽךָ׃
20 וַיָּבֹ֨א דָוִ֥ד בְּבַֽעַל־פְּרָצִים֮ וַיַּכֵּ֣ם שָׁם֒ דָּוִד֙ וַיֹּ֔אמֶר פָּרַ֨ץ יְהוָ֧ה אֶת־אֹיְבַ֛י לְפָנַ֖י כְּפֶ֣רֶץ מָ֑יִם עַל־כֵּ֗ן קָרָ֛א שֵֽׁם־הַמָּק֥וֹם הַה֖וּא בַּ֥עַל פְּרָצִֽים׃
21 וַיַּעַזְבוּ־שָׁ֖ם אֶת־עֲצַבֵּיהֶ֑ם וַיִּשָּׂאֵ֥ם דָּוִ֖ד וַאֲנָשָֽׁיו׃
22 וַיֹּסִ֙פוּ֙ ע֣וֹד פְּלִשְׁתִּ֔ים לַעֲל֕וֹת וַיִּנָּטְשׁ֖וּ בְּעֵ֥מֶק רְפָאִֽים׃
23 וַיִּשְׁאַ֤ל דָּוִד֙ בַּֽיהוָ֔ה וַיֹּ֖אמֶר לֹ֣א תַעֲלֶ֑ה הָסֵב֙ אֶל־אַ֣חֲרֵיהֶ֔ם וּבָ֥אתָ לָהֶ֖ם מִמּ֥וּל בְּכָאִֽים׃
24 וִיהִי֮ בְּשָׁמְעֲךָ֣ אֶת־ק֣וֹל צְעָדָה֮ בְּרָאשֵׁ֣י הַבְּכָאִים֒ אָ֣ז תֶּחֱרָ֔ץ כִּ֣י אָ֗ז יָצָ֤א יְהוָה֙ לְפָנֶ֔יךָ לְהַכּ֖וֹת בְּמַחֲנֵ֥ה פְלִשְׁתִּֽים׃
25 וַיַּ֤עַשׂ דָּוִד֙ כֵּ֔ן כַּאֲשֶׁ֥ר צִוָּ֖הוּ יְהוָ֑ה וַיַּ֛ךְ אֶת־פְּלִשְׁתִּ֖ים מִגֶּ֥בַע עַד־בֹּאֲךָ֖ גָֽזֶר׃
Capítulo 6
El arca es traída a Jerusalén
LBLA
1 David volvió a reunir a todos los hombres escogidos de Israel, treinta mil.
2 Y se levantó David y partió con todo el pueblo que estaba con él hacia Baala de Judá, para hacer subir de allí el arca de Dios, sobre la cual es invocado el nombre, el nombre del SEÑOR de los ejércitos, que está sobre los querubines.
3 Colocaron el arca de Dios sobre un carro nuevo, y la llevaron de la casa de Abinadab, que estaba en la colina; y Uza y Ahío, hijos de Abinadab, guiaban el carro nuevo.
4 Lo llevaron de la casa de Abinadab, que estaba en la colina, con el arca de Dios; y Ahío iba delante del arca.
5 Y David y toda la casa de Israel tocaban delante del SEÑOR con toda clase de instrumentos de madera de haya, con arpas, liras, panderos, sistros y címbalos.
6 Cuando llegaron a la era de Nacón, Uza extendió la mano hacia el arca de Dios y la sostuvo, porque los bueyes casi la volcaron.
7 Y el furor del SEÑOR se encendió contra Uza, y lo hirió allí Dios por su irreverencia; y allí murió junto al arca de Dios.
8 Y se entristeció David porque el SEÑOR había irrumpido contra Uza; y llamó aquel lugar Perez-uza, hasta hoy.
9 Y David tuvo temor del SEÑOR aquel día, y dijo: ¿Cómo ha de venir a mí el arca del SEÑOR?
10 No quiso, pues, David llevar el arca del SEÑOR a su lugar, a la ciudad de David; sino que David la hizo llevar a la casa de Obed-edom geteo.
11 Y el arca del SEÑOR estuvo en casa de Obed-edom geteo tres meses, y el SEÑOR bendijo a Obed-edom y a toda su casa.
12 Y le avisaron al rey David, diciendo: El SEÑOR ha bendecido la casa de Obed-edom y todo lo que tiene, a causa del arca de Dios. Entonces David fue y trasladó el arca de Dios de casa de Obed-edom a la ciudad de David con alegría.
13 Y sucedió que cuando los que llevaban el arca del SEÑOR habían dado seis pasos, él sacrificó un buey y un carnero engordado.
14 Y David danzaba con toda su fuerza delante del SEÑOR; y estaba David ceñido con un efod de lino.
15 Así David y toda la casa de Israel subían el arca del SEÑOR con júbilo y sonido de trompeta.
16 Y sucedió que cuando el arca del SEÑOR entró a la ciudad de David, Mical, hija de Saúl, miró por la ventana, y vio al rey David saltando y danzando delante del SEÑOR, y lo despreció en su corazón.
17 Metieron, pues, el arca del SEÑOR y la colocaron en su lugar, en medio de la tienda que David le había levantado; y David ofreció holocaustos y ofrendas de paz delante del SEÑOR.
18 Cuando David terminó de ofrecer los holocaustos y las ofrendas de paz, bendijo al pueblo en el nombre del SEÑOR de los ejércitos.
19 Y repartió a todo el pueblo, a toda la multitud de Israel, tanto a hombres como a mujeres, a cada uno una torta de pan, una porción de carne y una torta de pasas. Después todo el pueblo se fue, cada uno a su casa.
20 Cuando David regresó para bendecir su casa, Mical, hija de Saúl, salió a su encuentro y dijo: ¡Cuán honrado ha quedado hoy el rey de Israel, descubriéndose hoy ante los ojos de las siervas de sus siervos, como se descubre sin decoro un vulgar!
21 Y David dijo a Mical: Fue delante del SEÑOR, que me escogió en lugar de tu padre y de toda su casa, para constituirme por príncipe sobre el pueblo del SEÑOR, sobre Israel; por tanto, danzaré delante del SEÑOR.
22 Y aun me haré más vil que esta vez, y seré bajo en mis propios ojos; pero con las siervas de quienes has hablado, con ellas seré honrado.
23 Y Mical, hija de Saúl, no tuvo hijo hasta el día de su muerte.
WLC
1 וַיֹּ֨סֶף ע֥וֹד דָּוִ֛ד אֶת־כָּל־בָּח֥וּר בְּיִשְׂרָאֵ֖ל שְׁלֹשִׁ֥ים אָֽלֶף׃
2 וַיָּ֣קָם דָּוִ֗ד וַיֵּ֨לֶךְ֙ וְכָל־הָעָ֣ם אֲשֶׁר־אִתּ֔וֹ מִֽבַּעֲלֵ֖י יְהוּדָ֑ה לְהַעֲל֣וֹת מִשָּׁ֗ם אֵ֚ת אֲר֣וֹן הָֽאֱלֹהִ֔ים אֲשֶׁר־נִקְרָ֣א שֵׁ֗ם שֵׁ֣ם יְהוָ֧ה צְבָא֛וֹת יֹשֵׁ֥ב הַכְּרֻבִ֖ים עָלָֽיו׃
3 וַיַּרְכִּ֜בוּ אֶת־אֲר֤וֹן הָֽאֱלֹהִים֙ עַל־עֲגָלָ֣ה חֲדָשָׁ֔ה וַיִּשָּׂאֻ֖הוּ מִבֵּ֣ית אֲבִינָדָ֑ב אֲשֶׁ֖ר בַּגִּבְעָ֑ה וְעֻזָּ֣א וְאַחְי֗וֹ בְּנֵי֙ אֲבִ֣ינָדָ֔ב נֹהֲגִ֖ים אֶת־הָעֲגָלָ֥ה חֲדָשָֽׁה׃
4 וַיִּשָּׂאֻ֗הוּ מִבֵּ֤ית אֲבִֽינָדָב֙ אֲשֶׁ֣ר בַּגִּבְעָ֔ה עִ֖ם אֲר֣וֹן הָאֱלֹהִ֑ים וְאַחְי֕וֹ הֹלֵ֖ךְ לִפְנֵ֥י הָאָרֽוֹן׃
5 וְדָוִ֣ד וְכָל־בֵּ֣ית יִשְׂרָאֵ֗ל מְשַֽׂחֲקִים֙ לִפְנֵ֣י יְהוָ֔ה בְּכֹ֖ל עֲצֵ֣י בְרוֹשִׁ֑ים וּבְכִנֹּר֤וֹת וּבִנְבָלִים֙ וּבְתֻפִּ֔ים וּבִמְנַעַנְעִ֖ים וּֽבְצֶלְצֱלִֽים׃
6 וַיָּבֹ֖אוּ עַד־גֹּ֣רֶן נָכ֑וֹן וַיִּשְׁלַ֨ח עֻזָּ֜ה אֶל־אֲר֤וֹן הָֽאֱלֹהִים֙ וַיֹּ֣אחֶז בּ֔וֹ כִּ֥י שָׁמְט֖וּ הַבָּקָֽר׃
7 וַיִּֽחַר־אַ֤ף יְהוָה֙ בְּעֻזָּ֔ה וַיַּכֵּ֥הוּ שָׁ֛ם הָאֱלֹהִ֖ים עַל־הַשַּׁ֑ל וַיָּ֥מָת שָׁ֖ם עִ֥ם אֲר֥וֹן הָאֱלֹהִֽים׃
8 וַיִּחַ֥ר לְדָוִ֖ד עַ֣ל אֲשֶׁ֤ר פָּרַ֨ץ יְהוָ֤ה פֶ֙רֶץ֙ בְּעֻזָּ֔ה וַיִּקְרָ֞א לַמָּק֤וֹם הַהוּא֙ פֶּ֣רֶץ עֻזָּ֔ה עַ֖ד הַיּ֥וֹם הַזֶּֽה׃
9 וַיִּרָ֥א דָוִ֛ד אֶת־יְהוָ֖ה בַּיּ֣וֹם הַה֑וּא וַיֹּ֕אמֶר אֵ֛יךְ יָב֥וֹא אֵלַ֖י אֲר֥וֹן יְהוָֽה׃
10 וְלֹא־אָבָ֣ה דָוִ֗ד לְהָסִ֥יר אֵלָ֛יו אֶת־אֲר֥וֹן יְהוָ֖ה עַל־עִ֣יר דָּוִ֑ד וַיַּטֵּ֣הוּ דָוִ֔ד בֵּ֥ית עֹבֵֽד־אֱדֹ֖ם הַגִּתִּֽי׃
11 וַיֵּשֶׁב֩ אֲר֨וֹן יְהוָ֜ה בֵּ֣ית עֹבֵ֥ד אֱדֹ֛ם הַגִּתִּ֖י שְׁלֹשָׁ֣ה חֳדָשִׁ֑ים וַיְבָ֧רֶךְ יְהוָ֛ה אֶת־עֹבֵ֥ד אֱדֹ֖ם וְאֶת־כָּל־בֵּיתֹֽו׃
12 וַיֻּגַּ֗ד לַמֶּ֣לֶךְ דָּוִד֮ לֵאמֹר֒ בֵּרַ֣ךְ יְהוָ֗ה אֶת־בֵּ֨ית עֹבֵ֤ד אֱדֹם֙ וְאֶת־כָּל־אֲשֶׁר־ל֔וֹ בַּעֲב֖וּר אֲר֣וֹן הָאֱלֹהִ֑ים וַיֵּ֣לֶךְ דָּוִ֗ד וַיַּ֤עַל אֶת־אֲרוֹן֙ הָֽאֱלֹהִ֔ים מִבֵּ֥ית עֹבֵֽד־אֱדֹ֖ם עִ֥יר דָּוִֽד׃
13 וַיְהִ֗י כִּ֧י צָעֲד֛וּ נֹשְׂאֵ֥י אֲרוֹן־יְהוָ֖ה שִׁשָּׁ֣ה צְעָדִ֑ים וַיִּזְבַּ֥ח שׁ֖וֹר וּמְרִֽיא׃
14 וְדָוִ֛ד מְכַרְכֵּ֥ר בְּכָל־עֹ֖ז לִפְנֵ֣י יְהוָ֑ה וְדָוִ֕ד חָג֖וּר אֵפ֥וֹד בָּֽד׃
15 וְדָוִד֙ וְכָל־בֵּ֣ית יִשְׂרָאֵ֔ל מַעֲלִ֖ים אֶת־אֲר֣וֹן יְהוָ֑ה בִּתְרוּעָ֖ה וּבְק֥וֹל שׁוֹפָֽר׃
16 וְהָיָה֙ אֲר֣וֹן יְהוָ֔ה בָּ֖א עִ֣יר דָּוִ֑ד וּמִיכַ֨ל בַּת־שָׁא֜וּל נִשְׁקְפָ֣ה׀ בְּעַ֣ד הַחַלּ֗וֹן וַתֵּ֨רֶא אֶת־הַמֶּ֤לֶךְ דָּוִד֙ מְפַזֵּ֤ז וּמְכַרְכֵּר֙ לִפְנֵ֣י יְהוָ֔ה וַתִּ֥בֶז ל֖וֹ בְּלִבָּֽהּ׃
17 וַיָּבִ֙אוּ֙ אֶת־אֲר֣וֹן יְהוָ֔ה וַיַּצִּ֣גוּ אֹת֔וֹ בִּמְקוֹמ֖וֹ בְּת֣וֹךְ הָאֹ֑הֶל אֲשֶׁ֤ר נָֽטָה־לוֹ֙ דָּוִ֔ד וַיַּ֨עַל דָּוִ֥ד עֹל֛וֹת לִפְנֵ֥י יְהוָ֖ה וּשְׁלָמִֽים׃
18 וַיְכַ֣ל דָּוִ֔ד מֵהַעֲל֥וֹת הָעוֹלָ֖ה וְהַשְּׁלָמִ֑ים וַיְבָ֥רֶךְ אֶת־הָעָ֖ם בְּשֵׁ֥ם יְהוָ֥ה צְבָאֽוֹת׃
19 וַיְחַלֵּק֩ לְכָל־הָעָ֨ם לְכָל־הֲמ֜וֹן יִשְׂרָאֵ֗ל לְמֵאִ֤ישׁ וְעַד־אִשָּׁה֙ לְאִ֣ישׁ׀ חַלַּ֣ת לֶ֗חֶם אַחַת֙ וְאֶשְׁפָּ֣ר אֶחָ֔ד וַאֲשִׁישָׁ֖ה אֶחָ֑ת וַיֵּ֥לֶךְ כָּל־הָעָ֖ם אִ֥ישׁ לְבֵיתֹֽו׃
20 וַיָּ֣שָׁב דָּוִ֗ד לְבָרֵךְ֙ אֶת־בֵּית֔וֹ וַתֵּצֵ֧א מִיכַ֛ל בַּת־שָׁא֖וּל לִקְרַ֣את דָּוִ֑ד וַתֹּ֗אמֶר מַה־נִּכְבַּ֨ד הַיּ֜וֹם מֶ֣לֶךְ יִשְׂרָאֵ֗ל אֲשֶׁ֤ר נִגְלָה֙ הַיּ֗וֹם לְעֵינֵ֛י אַמְה֥וֹת עֲבָדָ֖יו כְּהִגָּל֥וֹת נִגְל֥וֹת אַחַ֖ד הָרֵקִֽים׃
21 וַיֹּ֨אמֶר דָּוִ֜ד אֶל־מִיכַ֗ל לִפְנֵ֤י יְהוָה֙ אֲשֶׁ֣ר בָּֽחַר־בִּ֔י מֵאָבִ֖יךְ וּמִכָּל־בֵּית֑וֹ לְצַוֺּ֨ת אֹתִ֧י נָגִ֛יד עַל־עַ֥ם יְהוָ֖ה עַל־יִשְׂרָאֵ֑ל וְשִׂחַקְתִּ֖י לִפְנֵ֥י יְהוָֽה׃
22 וּנְקַלֹּ֤תִי עוֹד֙ מִזֹּ֔את וְהָיִ֥יתִי שָׁפָ֖ל בְּעֵינָ֑י וְעִם־הָאֲמָהֹ֤ות אֲשֶֽׁר־אָמַ֙רְתְּ֙ עִמָּ֔ם אִכָּבֵֽדָה׃
23 וּלְמִיכַל֙ בַּת־שָׁא֔וּל לֹֽא־הָ֥יָה לָ֖הּ יָ֑לֶד עַ֖ד י֥וֹם מוֹתָֽהּ׃
Capítulo 7
El pacto de Dios con David
LBLA
1 Y aconteció que cuando el rey habitaba en su casa, y el SEÑOR le había dado reposo de todos sus enemigos alrededor,
2 dijo el rey al profeta Natán: Mira ahora, yo habito en casa de cedro, pero el arca de Dios habita en medio de cortinas.
3 Y Natán dijo al rey: Ve, haz todo lo que está en tu corazón, porque el SEÑOR está contigo.
4 Pero sucedió que aquella misma noche vino la palabra del SEÑOR a Natán, diciendo:
5 Ve y di a mi siervo David: "Así dice el SEÑOR: '¿Tú me edificarás casa en que yo habite?
6 Pues no he habitado en casa desde el día en que saqué a los hijos de Israel de Egipto hasta hoy, sino que he andado en tienda y en tabernáculo.
7 En todo lugar donde he andado con todos los hijos de Israel, ¿hablé una palabra a alguna de las tribus de Israel, a quienes mandé apacentar a mi pueblo Israel, diciendo: ¿Por qué no me edificáis una casa de cedro?'"
8 Ahora pues, dirás así a mi siervo David: "Así dice el SEÑOR de los ejércitos: 'Yo te tomé del redil, de detrás de las ovejas, para que fueras príncipe sobre mi pueblo Israel;
9 y he estado contigo en todo cuanto has andado, y he delante de ti a todos tus enemigos. También te haré nombre grande, como el nombre de los grandes que están en la tierra.
10 Asimismo, fijaré lugar a mi pueblo Israel y lo plantaré, para que habite en su lugar y no sea removido más, ni los inicuos lo aflijan más, como al principio,
11 desde el día en que puse jueces sobre mi pueblo Israel; y a ti te daré descanso de todos tus enemigos. También el SEÑOR te hace saber que él te edificará casa.
12 Cuando tus días sean cumplidos y duermas con tus padres, yo levantaré después de ti a uno de tu linaje, el cual procederá de tus entrañas, y afirmaré su reino.
13 El edificará casa a mi nombre, y yo afirmaré para siempre el trono de su reino.
14 Yo seré a él padre, y él me será a mí hijo. Y si él hiciere mal, yo le castigaré con vara de hombres, y con azotes de hijos de hombres;
15 pero mi misericordia no se apartará de él como la aparté de Saúl, al cual quité de delante de ti.
16 Y será afirmada tu casa y tu reino para siempre delante de tu rostro, y tu trono será estable eternamente.'"
17 Conforme a todas estas palabras, y conforme a toda esta visión, así habló Natán a David.
18 Entonces el rey David entró y se sentó delante del SEÑOR, y dijo: ¿Quién soy yo, oh Señor DIOS, y qué es mi casa, para que me hayas traído hasta aquí?
19 Y aun te ha parecido poco esto, oh Señor DIOS, pues también has hablado de la casa de tu siervo en lo por venir. ¿Es este el modo de proceder del hombre, oh Señor DIOS?
20 ¿Y qué más puede añadir David hablando contigo? Pues tú conoces a tu siervo, oh Señor DIOS.
21 Por la palabra de ti, y conforme a tu corazón, has hecho todas estas grandezas para darlas a conocer a tu siervo.
22 Por tanto, tú te has engrandecido, oh Señor DIOS, porque no hay como tú, ni hay Dios fuera de ti, conforme a todo lo que hemos oído con nuestros oídos.
23 ¿Y qué nación hay sobre la tierra como tu pueblo Israel, a quien Dios fue a redimir para que fuera su pueblo, y para hacerte nombre, y para hacer por vosotros grandes cosas y terribles para tu tierra, delante de tu pueblo, al cual redimiste para ti de Egipto, de las naciones y de sus dioses?
24 Porque tú has afirmado a tu pueblo Israel para que sea tu pueblo para siempre; y tú, oh SEÑOR, has sido su Dios.
25 Ahora pues, oh SEÑOR Dios, confirma para siempre la palabra que has hablado sobre tu siervo y sobre su casa, y haz conforme a lo que has dicho.
26 Sea engrandecido tu nombre para siempre, y se diga: "El SEÑOR de los ejércitos es Dios sobre Israel"; y sea la casa de tu siervo David estable delante de ti.
27 Porque tú, oh SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel, has revelado al oído de tu siervo, diciendo: "Yo te edificaré casa"; por eso tu siervo ha hallado ánimo para hacer delante de ti esta oración.
28 Ahora pues, oh Señor DIOS, tú eres Dios, y tus palabras son verdad, y tú has prometido este bien a tu siervo.
29 Ten ahora a bien bendecir la casa de tu siervo, para que permanezca perpetuamente delante de ti; porque tú, oh Señor DIOS, has hablado, y con tu bendición será bendita la casa de tu siervo para siempre.
WLC
1 וַיְהִ֕י כִּֽי־יָשַׁ֥ב הַמֶּ֖לֶךְ בְּבֵית֑וֹ וַיהוָ֛ה הֵנִֽיחַ־ל֥וֹ מִסָּבִ֖יב מִכָּל־אֹיְבָֽיו׃
2 וַיֹּ֤אמֶר הַמֶּ֙לֶךְ֙ אֶל־נָתָ֣ן הַנָּבִ֔יא רְאֵ֣ה נָ֔א אָנֹכִ֥י יוֹשֵׁ֖ב בְּבֵ֣ית אֲרָזִ֑ים וַאֲרוֹן֙ הָֽאֱלֹהִ֔ים יֹשֵׁ֖ב בְּת֥וֹךְ הַיְרִיעָֽה׃
3 וַיֹּ֤אמֶר נָתָן֙ אֶל־הַמֶּ֔לֶךְ כֹּ֛ל אֲשֶׁ֥ר בִּֽלְבָבְךָ֖ לֵ֣ךְ עֲשֵׂ֑ה כִּ֥י יְהוָ֖ה עִמָּֽךְ׃
4 וַיְהִ֖י בַּלַּ֣יְלָה הַה֑וּא וַֽיְהִי֙ דְּבַר־יְהוָ֔ה אֶל־נָתָ֖ן לֵאמֹֽר׃
5 לֵ֤ךְ וְאָֽמַרְתָּ֙ אֶל־עַבְדִּ֣י אֶל־דָּוִ֔ד כֹּ֖ה אָמַ֣ר יְהוָ֑ה הַאַתָּ֛ה תִּבְנֶה־לִּ֥י בַ֖יִת לְשִׁבְתִּֽי׃
6 כִּ֣י לֹ֤א יָשַׁ֙בְתִּי֙ בְּבַ֔יִת לְ֠מִיּוֹם הַעֲלֹתִ֞י אֶת־בְּנֵ֤י יִשְׂרָאֵל֙ מִמִּצְרַ֔יִם וְעַ֖ד הַיּ֣וֹם הַזֶּ֑ה וָאֶֽהְיֶה֙ מִתְהַלֵּ֔ךְ בְּאֹ֖הֶל וּבְמִשְׁכָּֽן׃
7 בְּכֹ֥ל אֲשֶֽׁר־הִתְהַלַּכְתִּי֮ בְּכָל־בְּנֵ֣י יִשְׂרָאֵל֒ הֲדָבָ֣ר דִּבַּ֗רְתִּי אֶת־אַחַד֙ שִׁבְטֵ֣י יִשְׂרָאֵ֔ל אֲשֶׁ֣ר צִוִּ֗יתִי לִרְע֛וֹת אֶת־עַמִּ֥י אֶת־יִשְׂרָאֵ֖ל לֵאמֹ֑ר לָ֛מָּה לֹֽא־בְנִיתֶ֥ם לִ֖י בֵּ֥ית אֲרָזִֽים׃
8 וְעַתָּ֗ה כֹּֽה־תֹאמַר֮ לְעַבְדִּ֣י לְדָוִד֒ כֹּ֤ה אָמַר֙ יְהוָ֣ה צְבָא֔וֹת אֲנִ֤י לְקַחְתִּ֙יךָ֙ מִן־הַנָּוֶ֔ה מִֽן־אַחֲרֵ֖י הַצֹּ֑אן לִֽהְי֣וֹת נָגִ֔יד עַל־עַמִּ֖י עַל־יִשְׂרָאֵֽל׃
9 וָאֶהְיֶ֣ה עִמְּךָ֗ בְּכֹל֙ אֲשֶׁ֣ר הָלַ֔כְתָּ וָאַכְרִ֥תָה אֶת־כָּל־אֹיְבֶ֖יךָ מִפָּנֶ֑יךָ וְעָשִׂ֤תִֽי לְךָ֙ שֵׁ֣ם גָּד֔וֹל כְּשֵׁ֥ם הַגְּדֹלִ֖ים אֲשֶׁ֥ר בָּאָֽרֶץ׃
10 וְשַׂמְתִּ֣י מָ֠קוֹם לְעַמִּ֨י לְיִשְׂרָאֵ֤ל וּנְטַעְתִּיו֙ וְשָׁכַ֣ן תַּחְתָּ֔יו וְלֹ֥א יִרְגַּ֖ז ע֑וֹד וְלֹֽא־יֹסִ֤יפוּ בְנֵֽי־עַוְלָה֙ לְעַנּוֹת֔וֹ כַּאֲשֶׁ֖ר בָּרִאשׁוֹנָֽה׃
11 וּלְמִן־הַיּ֗וֹם אֲשֶׁ֨ר צִוִּ֤יתִי שֹֽׁפְטִים֙ עַל־עַמִּ֣י יִשְׂרָאֵ֔ל וַהֲנִיחֹ֥תִי לְךָ֖ מִכָּל־אֹיְבֶ֑יךָ וְהִגִּ֤יד לְךָ֙ יְהוָ֔ה כִּי־בַ֖יִת יַעֲשֶׂה־לְּךָ֥ יְהוָֽה׃
12 כִּ֣י׀ יִמְלְא֣וּ יָמֶ֗יךָ וְשָֽׁכַבְתָּ֙ אֶת־אֲבֹתֶ֔יךָ וַהֲקִימֹתִ֤י אֶֽת־זַרְעֲךָ֙ אַחֲרֶ֔יךָ אֲשֶׁ֥ר יֵצֵ֖א מִמֵּעֶ֑יךָ וַהֲכִינֹתִ֖י אֶת־מַמְלַכְתּֽוֹ׃
13 ה֥וּא יִבְנֶה־בַּ֖יִת לִשְׁמִ֑י וְכֹנַנְתִּ֛י אֶת־כִּסֵּ֥א מַמְלַכְתּ֖וֹ עַד־עוֹלָֽם׃
14 אֲנִי֙ אֶהְיֶ֣ה ל֔וֹ לְאָ֖ב וְה֣וּא יִהְיֶה־לִּ֣י לְבֵ֑ן אֲשֶׁר֙ בְּהַ֣עֲוֹת֔וֹ וְהֹֽכַחְתִּיו֙ בְּשֵׁ֣בֶט אֲנָשִׁ֔ים וּבְנִגְעֵ֖י בְּנֵ֥י אָדָֽם׃
15 וְחַסְדִּ֖י לֹא־יָס֣וּר מִמֶּ֑נּוּ כַּאֲשֶׁ֤ר הֲסִרֹ֙תִי֙ מֵעִ֣ם שָׁא֔וּל אֲשֶׁ֥ר הֲסִרֹ֖תִי מִלְּפָנֶֽיךָ׃
16 וְנֶאְמַ֨ן בֵּיתְךָ֧ וּמַֽמְלַכְתְּךָ֛ עַד־עוֹלָ֖ם לְפָנֶ֑יךָ כִּֽסְאֲךָ֔ יִהְיֶ֥ה נָכ֖וֹן עַד־עוֹלָֽם׃
17 כְּכֹל֙ הַדְּבָרִ֣ים הָאֵ֔לֶּה וּכְכֹ֖ל הַחִזָּי֣וֹן הַזֶּ֑ה כֵּ֛ן דִּבֶּ֥ר נָתָ֖ן אֶל־דָּוִֽד׃
18 וַיָּבֹא֙ הַמֶּ֣לֶךְ דָּוִ֔ד וַיֵּ֖שֶׁב לִפְנֵ֣י יְהוָ֑ה וַיֹּ֗אמֶר מִ֣י אָנֹכִ֞י אֲדֹנָ֤י יְהוִה֙ וּמִ֣י בֵיתִ֔י כִּ֥י הֲבִיאֹתַ֖נִי עַד־הֲלֹֽם׃
19 וַתִּקְטַן֩ ע֨וֹד זֹ֤את בְּעֵינֶ֙יךָ֙ אֲדֹנָ֣י יְהוִ֔ה וַתְּדַבֵּ֛ר גַּ֥ם אֶל־בֵּֽית־עַבְדְּךָ֖ לְמֵרָח֑וֹק וְזֹ֛את תּוֹרַ֥ת הָאָדָ֖ם אֲדֹנָ֥י יְהוִֽה׃
20 וּמַה־יּוֹסִ֥יף דָּוִ֛ד ע֖וֹד לְדַבֵּ֣ר אֵלֶ֑יךָ וְאַתָּ֛ה יָדַ֥עְתָּ אֶֽת־עַבְדְּךָ֖ אֲדֹנָ֥י יְהוִֽה׃
21 בַּעֲב֤וּר דְּבָֽרְךָ֙ וּֽכְלִבְּךָ֔ עָשִׂ֕יתָ אֵ֥ת כָּל־הַגְּדוּלָּ֖ה הַזֹּ֑את לְהוֹדִ֖יעַ אֶת־עַבְדֶּֽךָ׃
22 עַל־כֵּ֥ן גָּדַ֖לְתָּ אֲדֹנָ֣י יְהוִ֑ה כִּֽי־אֵ֣ין כָּמ֗וֹךָ וְאֵ֤ין אֱלֹהִים֙ זוּלָ֣תְךָ֔ בְּכֹ֥ל אֲשֶׁר־שָׁמַ֖עְנוּ בְּאָזְנֵֽינוּ׃
23 וּמִ֤י כְעַמְּךָ֙ כְּיִשְׂרָאֵ֔ל גּ֥וֹי אֶחָ֖ד בָּאָ֑רֶץ אֲשֶׁר֩ הָלְכ֨וּ אֱלֹהִ֜ים לִפְדּֽוֹת־ל֣וֹ לְעָ֗ם וְלָשׂ֤וּם לוֹ֙ שֵׁ֔ם וְלַעֲשׂ֨וֹת לָכֶ֜ם הַגְּדוּלָּ֤ה וְנֹֽרָאוֹת֙ לְאַרְצֶ֔ךָ מִפְּנֵ֣י עַמְּךָ֗ אֲשֶׁ֨ר פָּדִ֤יתָ לְּךָ֙ מִמִּצְרַ֔יִם גּוֹיִ֖ם וֵאלֹהָֽיו׃
24 וַתְּכוֹנֵ֨ן לְךָ֤ אֶת־עַמְּךָ֙ יִשְׂרָאֵ֔ל לְךָ֖ לְעָ֑ם עַד־עוֹלָ֕ם וְאַתָּ֣ה יְהוָ֔ה הָיִ֥יתָ לָהֶ֖ם לֵאלֹהִֽים׃
25 וְעַתָּ֞ה יְהוָ֣ה אֱלֹהִ֗ים הַדָּבָר֙ אֲשֶׁ֨ר דִּבַּ֤רְתָּ עַֽל־עַבְדְּךָ֙ וְעַל־בֵּית֔וֹ הָקֵ֖ם עַד־עוֹלָ֑ם וַעֲשֵׂ֖ה כַּאֲשֶׁ֥ר דִּבַּֽרְתָּ׃
26 וְיִגְדַּ֨ל שִׁמְךָ֤ עַד־עוֹלָם֙ לֵאמֹ֔ר יְהוָ֣ה צְבָא֔וֹת אֱלֹהִ֖ים עַל־יִשְׂרָאֵ֑ל וּבֵית֙ עַבְדְּךָ֣ דָוִ֔ד יִהְיֶ֥ה נָכ֖וֹן לְפָנֶֽיךָ׃
27 כִּֽי־אַתָּ֞ה יְהוָ֣ה צְבָא֗וֹת אֱלֹהֵ֤י יִשְׂרָאֵל֙ גָּלִ֣יתָה אֶת־אֹ֣זֶן עַבְדְּךָ֣ לֵאמֹ֔ר בַּ֖יִת אֶבְנֶה־לָּ֑ךְ עַל־כֵּ֗ן מָצָ֤א עַבְדְּךָ֙ אֶת־לִבּ֔וֹ לְהִתְפַּלֵּ֣ל אֵלֶ֔יךָ אֶת־הַתְּפִלָּ֖ה הַזֹּֽאת׃
28 וְעַתָּ֤ אֲדֹנָ֣י יְהוִה֮ אַתָּה־ה֣וּא הָאֱלֹהִים֒ וּדְבָרֶ֣יךָ יִהְי֣וּ אֱמֶ֑ת וַתְּדַבֵּר֙ אֶֽל־עַבְדְּךָ֔ אֶת־הַטּוֹבָ֖ה הַזֹּֽאת׃
29 וְעַתָּ֗ה הוֹאֵל֙ וּבָרֵךְ֙ אֶת־בֵּ֣ית עַבְדְּךָ֔ לִהְי֥וֹת לְעוֹלָ֖ם לְפָנֶ֑יךָ כִּֽי־אַתָּ֞ה אֲדֹנָ֤י יְהוִה֙ דִּבַּ֔רְתָּ וּמִבִּרְכָ֣תְךָ֔ יְבֹרַ֥ךְ בֵּֽית־עַבְדְּךָ֖ לְעוֹלָֽם׃
Capítulo 8
Las victorias de David
LBLA
1 Después de esto, aconteció que David derrotó a los filisteos y los sometió, y David tomó el control de la metrópoli de mano de los filisteos.
2 Derrotó también a los moabitas, y los midió con cordel, haciéndolos tenderse en tierra; y midió dos cordeles para darles muerte, y un cordel entero para dejarles la vida. Y los moabitas fueron siervos de David, trayéndole tributo.
3 David derrotó asimismo a Hadad-ezer, hijo de Rehob, rey de Soba, cuando éste iba a restaurar su dominio en el río Éufrates.
4 Y David le tomó mil setecientos hombres de a caballo y veinte mil soldados de a pie; y David desjarretó los caballos de todos los carros, pero dejó suficientes de ellos para cien carros.
5 Cuando los sirios de Damasco vinieron para ayudar a Hadad-ezer, rey de Soba, David mató a veintidós mil hombres de los sirios.
6 Entonces David puso guarniciones entre los sirios de Damasco, y los sirios fueron siervos de David, trayéndole tributo. Y el SEÑOR daba la victoria a David dondequiera que iba.
7 Tomó David los escudos de oro que llevaban los siervos de Hadad-ezer, y los trajo a Jerusalén.
8 Y de Beta y de Berotai, ciudades de Hadad-ezer, el rey David tomó una gran cantidad de bronce.
9 Cuando Toi, rey de Hamat, oyó que David había derrotado a todo el ejército de Hadad-ezer,
10 Toi envió a su hijo Joram al rey David, para saludarlo y bendecirlo, porque había peleado contra Hadad-ezer y lo había derrotado; pues Hadad-ezer había estado en guerra con Toi. Y Joram trajo consigo objetos de plata, de oro y de bronce,
11 los cuales el rey David dedicó también al SEÑOR, junto con la plata y el oro que había dedicado de todas las naciones que él había sometido:
12 de los sirios, de los moabitas, de los amonitas, de los filisteos, de los amalecitas, y del botín de Hadad-ezer, hijo de Rehob, rey de Soba.
13 Y David se hizo de renombre cuando regresó de derrotar a dieciocho mil sirios en el valle de la Sal.
14 Puso guarniciones en Edom; por todo Edom puso guarniciones, y todos los edomitas fueron siervos de David. Y el SEÑOR daba la victoria a David dondequiera que iba.
15 Y reinó David sobre todo Israel, y administraba justicia y derecho a todo su pueblo.
16 Joab, hijo de Sarvia, era jefe del ejército; Josafat, hijo de Ahilud, era cronista;
17 Sadoc, hijo de Ahitob, y Ahimelec, hijo de Abiatar, eran sacerdotes; Seraías era escriba;
18 Benaía, hijo de Joiada, era jefe de los cereteos y peleteos; y los hijos de David eran ministros principales.
WLC
1 וַיְהִ֣י אַֽחֲרֵי־כֵ֗ן וַיַּ֤ךְ דָּוִד֙ אֶת־פְּלִשְׁתִּ֔ים וַיַּכְנִיעֵ֖ם וַיִּקַּ֣ח דָּוִ֑ד אֶת־מֶ֥תֶג הָאַמָּ֖ה מִיַּ֥ד פְּלִשְׁתִּֽים׃
2 וַיַּ֣ךְ אֶת־מוֹאָ֗ב וַֽיְמַדְּדֵ֤ם בַּחֶ֙בֶל֙ הַשְׁכֵּ֣ב אוֹתָ֣ם אַ֔רְצָה וַיְמַדֵּ֤ד שְׁנֵֽי־חֲבָלִים֙ לְהָמִ֔ית וּמְלֹ֥א הַחֶ֖בֶל לְהַחֲי֑וֹת וַתְּהִ֤י מוֹאָב֙ לְדָוִ֔ד לַעֲבָדִ֖ים נֹשְׂאֵ֥י מִנְחָֽה׃
3 וַיַּ֣ךְ דָּוִ֔ד אֶת־הֲדַדְעֶ֥זֶר בֶּן־רְחֹ֖ב מֶ֣לֶךְ צוֹבָ֑ה בְּלֶכְתּ֕וֹ לְהָשִׁ֥יב יָד֖וֹ בִּֽנְהַר־פְּרָֽת׃
4 וַיִּלְכֹּ֨ד דָּוִ֜ד מִמֶּ֗נּוּ אֶ֤לֶף וּשְׁבַע־מֵאוֹת֙ פָּרָשִׁ֔ים וְעֶשְׂרִ֥ים אֶ֖לֶף אִ֣ישׁ רַגְלִ֑י וַיְעַקֵּ֤ר דָּוִד֙ אֶת־כָּל־הָרֶ֔כֶב וַיּוֹתֵ֥ר מִמֶּ֖נּוּ מֵ֥אָה רָֽכֶב׃
5 וַיָּבֹא֙ אֲרַ֣ם דַּמֶּ֔שֶׂק לַעְז֕וֹר לַהֲדַדְעֶ֖זֶר מֶ֣לֶךְ צוֹבָ֑ה וַיַּ֤ךְ דָּוִד֙ בַּאֲרָ֔ם עֶשְׂרִֽים־וּשְׁנַ֥יִם אֶ֖לֶף אִֽישׁ׃
6 וַיָּ֤שֶׂם דָּוִד֙ נְצִבִ֔ים בַּאֲרַ֖ם דַּמֶּ֑שֶׂק וַתְּהִ֤י אֲרָם֙ לְדָוִ֔ד לַעֲבָדִ֖ים נֹשְׂאֵ֥י מִנְחָֽה׃ וַיּ֥וֹשַׁע יְהוָ֖ה אֶת־דָּוִ֑ד בְּכֹ֖ל אֲשֶׁ֥ר הָלָֽךְ׃
7 וַיִּקַּ֣ח דָּוִ֗ד אֵ֚ת שִׁלְטֵ֣י הַזָּהָ֔ב אֲשֶׁ֣ר הָי֔וּ אֶֽל־עַבְדֵ֖י הֲדַדְעָ֑זֶר וַיְבִיאֵ֖ם יְרוּשָׁלִָֽם׃
8 וּמִבֶּ֥טַח וּמִבֵּרֹתַ֖י עָרֵ֣י הֲדַדְעָ֑זֶר לָקַ֨ח הַמֶּ֧לֶךְ דָּוִ֛ד נְחֹ֖שֶׁת הַרְבֵּ֥ה מְאֹֽד׃
9 וַיִּשְׁמַ֕ע תֹּ֖עִי מֶ֣לֶךְ חֲמָ֑ת כִּ֚י הִכָּ֣ה דָוִ֔ד אֵ֖ת כָּל־חֵ֥יל הֲדַדְעָֽזֶר׃
10 וַיִּשְׁלַ֣ח תֹּ֣עִי אֶת־יֽוֹרָם־בְּנ֣וֹ אֶל־הַמֶּֽלֶךְ־דָּ֠וִד לִשְׁאָל־ל֨וֹ לְשָׁל֜וֹם וּֽלְבָרֲכ֗וֹ עַל֩ אֲשֶׁ֨ר נִלְחַ֤ם בַּהֲדַדְעֶ֙זֶר֙ וַיַּכֵּ֔הוּ כִּי־אִ֛ישׁ מִלְחֲמ֥וֹת תֹּ֖עִי הָיָ֣ה הֲדַדְעָ֑זֶר וּבְיָד֗וֹ הָי֛וּ כְּלֵי־כֶ֥סֶף וּכְלֵֽי־זָהָ֖ב וּכְלֵ֥י נְחֹֽשֶׁת׃
11 גַּם־אֹתָ֗ם הִקְדִּ֞ישׁ הַמֶּ֤לֶךְ דָּוִד֙ לַֽיהוָ֔ה עִם־הַכֶּ֙סֶף֙ וְהַזָּהָ֔ב אֲשֶׁ֥ר הִקְדִּ֖ישׁ מִכָּל־הַגּוֹיִ֑ם אֲשֶׁ֣ר כְּבָשֽׁוֹ׃
12 מֵאֲרָ֤ם וּמִמּוֹאָב֙ וּמִבְּנֵ֣י עַמּ֔וֹן וּמִפְּלִשְׁתִּ֖ים וּמֵעֲמָלֵ֑ק וּמִשְּׁלַ֛ל הֲדַדְעֶ֥זֶר בֶּן־רְחֹ֖ב מֶ֥לֶךְ צוֹבָֽה׃
13 וַיַּ֤עַשׂ דָּוִד֙ שֵׁ֔ם בְּשֻׁב֕וֹ מֵהַכּוֹת֥וֹ אֶת־אֲרָ֖ם בְּגֵיא־מֶ֑לַח שְׁמוֹנָ֥ה עָשָׂ֖ר אָֽלֶף׃
14 וַיָּ֨שֶׂם בֶּאֱד֜וֹם נְצִבִ֗ים בְּכָל־אֱדוֹם֙ שָׂ֣ם נְצִבִ֔ים וַיְהִ֥י כָל־אֱד֖וֹם עֲבָדִ֣ים לְדָוִ֑ד וַיּ֤וֹשַׁע יְהוָה֙ אֶת־דָּוִ֔ד בְּכֹ֖ל אֲשֶׁ֥ר הָלָֽךְ׃
15 וַיִּמְלֹ֥ךְ דָּוִ֖ד עַל־כָּל־יִשְׂרָאֵ֑ל וַיְהִ֣י דָוִ֗ד עֹשֶׂ֛ה מִשְׁפָּ֥ט וּצְדָקָ֖ה לְכָל־עַמּֽוֹ׃
16 וְיוֹאָ֥ב בֶּן־צְרוּיָ֖ה עַל־הַצָּבָ֑א וִיהוֹשָׁפָ֥ט בֶּן־אֲחִיל֖וּד מַזְכִּֽיר׃
17 וְצָד֧וֹק בֶּן־אֲחִיט֛וּב וַאֲחִימֶ֥לֶךְ בֶּן־אֶבְיָתָ֖ר כֹּהֲנִ֑ים וּשְׂרָיָ֖ה סוֹפֵֽר׃
18 וּבְנָיָ֙הוּ֙ בֶּן־יְהוֹיָדָ֔ע וְהַכְּרֵתִ֖י וְהַפְּלֵתִ֑י וּבְנֵ֥י דָוִ֖ד כֹּהֲנִ֥ים הָיֽוּ׃
Capítulo 9
David y Mefi-boset
LBLA
1 Y dijo David: ¿Ha quedado alguno de la casa de Saúl, a quien haga yo misericordia por amor de Jonatán?
2 Y había un siervo de la casa de Saúl que se llamaba Siba, al cual llamaron para que viniese a David. Y el rey le dijo: ¿Eres tú Siba? Y él respondió: Tu siervo.
3 El rey le dijo: ¿No ha quedado nadie de la casa de Saúl, a quien haga yo misericordia de Dios? Y Siba respondió al rey: Aún ha quedado un hijo de Jonatán, lisiado de los pies.
4 Entonces el rey le dijo: ¿Dónde está? Y Siba respondió al rey: He aquí, está en casa de Maquir hijo de Amiel, en Lodebar.
5 Entonces el rey David envió y lo trajo de la casa de Maquir hijo de Amiel, de Lodebar.
6 Y Mefi-boset, hijo de Jonatán, hijo de Saúl, vino a David, y se postró sobre su rostro e hizo reverencia. Y dijo David: Mefi-boset. Y él respondió: He aquí tu siervo.
7 Y le dijo David: No tengas temor, porque yo a la verdad haré contigo misericordia por amor de Jonatán tu padre, y te devolveré todas las tierras de Saúl tu padre; y tú comerás siempre a mi mesa.
8 Y él se inclinó y dijo: ¿Quién es tu siervo, para que mires a un perro muerto como yo?
9 Entonces el rey llamó a Siba, siervo de Saúl, y le dijo: Todo lo que fue de Saúl y de toda su casa, yo lo he dado al hijo de tu señor.
10 Tú, pues, le labrarás las tierras, tú con tus hijos y tus siervos, y almacenarás los frutos, para que el hijo de tu señor tenga pan para comer; y Mefi-boset, el hijo de tu señor, comerá siempre a mi mesa. Y Siba tenía quince hijos y veinte siervos.
11 Y respondió Siba al rey: Conforme a todo lo que ha mandado mi señor el rey a su siervo, así lo hará tu siervo. Mefi-boset comía a la mesa de David como uno de los hijos del rey.
12 Y Mefi-boset tenía un hijo pequeño, que se llamaba Micaía. Y todos los que moraban en casa de Siba eran siervos de Mefi-boset.
13 Y moraba Mefi-boset en Jerusalén, porque comía siempre a la mesa del rey; y estaba lisiado de ambos pies.
WLC
1 וַיֹּ֣אמֶר דָּוִ֔ד הֲכִ֣י יֶשׁ־ע֔וֹד אֲשֶׁ֥ר נוֹתַ֖ר לְבֵ֣ית שָׁא֑וּל וְאֶעֱשֶׂ֥ה עִמּ֛וֹ חֶ֖סֶד בַּעֲב֥וּר יְהוֹנָתָֽן׃
2 וּלְבֵ֨ית שָׁא֥וּל עֶ֙בֶד֙ וּשְׁמ֣וֹ צִיבָ֔א וַיִּקְרְאוּ־ל֖וֹ אֶל־דָּוִ֑ד וַיֹּ֨אמֶר הַמֶּ֧לֶךְ אֵלָ֛יו הַאַתָּ֥ה צִיבָ֖א וַיֹּ֥אמֶר עַבְדֶּֽךָ׃
3 וַיֹּ֣אמֶר הַמֶּ֗לֶךְ הַאֶ֨פֶס ע֥וֹד אִישׁ֙ לְבֵ֣ית שָׁא֔וּל וְאֶעֱשֶׂ֥ה עִמּ֖וֹ חֶ֣סֶד אֱלֹהִ֑ים וַיֹּ֤אמֶר צִיבָא֙ אֶל־הַמֶּ֔לֶךְ ע֛וֹד בֵּ֥ן לִיהוֹנָתָ֖ן נְכֵ֥ה רַגְלָֽיִם׃
4 וַיֹּֽאמֶר־ל֥וֹ הַמֶּ֖לֶךְ אֵיפֹ֣ה ה֑וּא וַיֹּ֨אמֶר צִיבָ֜א אֶל־הַמֶּ֗לֶךְ הִנֵּה־הוּא֙ בֵּ֣ית מָכִ֔יר בֶּן־עַמִּיאֵ֖ל בְּל֥וֹ דְבָֽר׃
5 וַיִּשְׁלַ֗ח הַמֶּ֙לֶךְ֙ דָּוִ֔ד וַיִּקָּחֵ֖הוּ מִבֵּ֣ית מָכִ֑יר בֶּן־עַמִּיאֵ֖ל מִלּ֥וֹ דְבָֽר׃
6 וַיָּבֹ֣א מְפִיבֹ֗שֶׁת בֶּן־יְהוֹנָתָן֙ בֶּן־שָׁא֔וּל אֶל־דָּוִ֖ד וַיִּפֹּ֣ל עַל־פָּנָ֑יו וַיִּשְׁתָּ֔חוּ וַיֹּ֤אמֶר דָּוִד֙ מְפִיבֹ֔שֶׁת וַיֹּ֖אמֶר הִנֵּ֥ה עַבְדֶּֽךָ׃
7 וַיֹּ֨אמֶר ל֤וֹ דָּוִד֙ אַל־תִּירָ֔א כִּ֣י עָשֹׂה֩ אֶעֱשֶׂ֨ה עִמְּךָ֥ חֶ֙סֶד֙ בַּֽעֲב֣וּר יְהוֹנָתָ֣ן אָבִ֔יךָ וַהֲשִׁבֹתִ֣י לְךָ֔ אֶת־כָּל־שְׂדֵ֖ה שָׁא֣וּל אָבִ֑יךָ וְאַתָּ֗ה תֹּ֥אכַל לֶ֛חֶם עַל־שֻׁלְחָנִ֖י תָּמִֽיד׃
8 וַיִּשְׁתַּ֕חוּ וַיֹּ֖אמֶר מֶ֣ה עַבְדֶּ֑ךָ כִּ֣י פָנִ֔יתָ אֶל־הַכֶּ֥לֶב הַמֵּ֖ת אֲשֶׁ֥ר כָּמֽוֹנִי׃
9 וַיִּקְרָ֣א הַמֶּ֔לֶךְ אֶל־צִיבָ֖א נַ֣עַר שָׁא֑וּל וַיֹּ֨אמֶר אֵלָ֜יו כֹּל֩ אֲשֶׁ֨ר הָיָ֤ה לְשָׁאוּל֙ וּלְכָל־בֵּית֔וֹ נָתַ֖תִּי לְבֶן־אֲדֹנֶֽיךָ׃
10 וְעָבַ֣דְתָּ לּ֣וֹ אֶת־הָ֠אֲדָמָה אַתָּ֨ה וּבָנֶ֤יךָ וַעֲבָדֶ֙יךָ֙ וְהֵבֵ֗אתָ וְהָיָ֨ה לְבֶן־אֲדֹנֶ֤יךָ לֶּ֙חֶם֙ וַאֲכָל֔וֹ וּמְפִיבֹ֙שֶׁת֙ בֶּן־אֲדֹנֶ֔יךָ יֹאכַ֥ל תָּמִ֖יד לֶ֣חֶם עַל־שֻׁלְחָנִ֑י וּלְצִיבָ֗א חֲמִשָּׁ֥ה עָשָׂ֛ר בָּנִ֖ים וְעֶשְׂרִ֥ים עֲבָדִֽים׃
11 וַיֹּ֤אמֶר צִיבָא֙ אֶל־הַמֶּ֔לֶךְ כְּכֹל֩ אֲשֶׁ֨ר יְצַוֶּ֜ה אֲדֹנִ֤י הַמֶּ֙לֶךְ֙ אֶת־עַבְדּ֔וֹ כֵּ֖ן יַעֲשֶׂ֣ה עַבְדֶּ֑ךָ וּמְפִיבֹ֗שֶׁת אֹכֵל֙ עַל־שֻׁלְחָנִ֔י כְּאַחַ֖ד מִבְּנֵ֥י הַמֶּֽלֶךְ׃
12 וְלִמְפִיבֹ֥שֶׁת בֵּן־קָטָ֖ן וּשְׁמֹ֣ו מִיכָ֑א וְכֹל֙ מוֹשַׁ֣ב בֵּית־צִיבָ֔א עֲבָדִ֖ים לִמְפִיבֹֽשֶׁת׃
13 וּמְפִיבֹ֗שֶׁת יֹשֵׁב֙ בִּיר֣וּשָׁלִַ֔ם כִּ֣י עַל־שֻׁלְחַ֥ן הַמֶּ֛לֶךְ תָּמִ֖יד ה֣וּא אֹכֵ֑ל וְה֥וּא פִּסֵּ֖חַ שְׁתֵּ֥י רַגְלָֽיו׃
Capítulo 10
Derrota de Amón y Aram
LBLA
1 Aconteció después de esto que murió el rey de los hijos de Amón, y su hijo Hanún reinó en su lugar.
2 Entonces David dijo: Seré bondadoso con Hanún, hijo de Nahas, tal como su padre fue bondadoso conmigo. Así que David envió algunos de sus siervos para consolarlo por la muerte de su padre. Pero cuando los siervos de David llegaron a la tierra de los hijos de Amón,
3 los príncipes de los hijos de Amón dijeron a Hanún su señor: ¿Crees que David, al enviarte consoladores, lo hace para honrar a tu padre? ¿No ha enviado David a sus siervos a ti para reconocer la ciudad, para espiarla y para derribarla?
4 Entonces Hanún tomó a los siervos de David, les afeitó la mitad de la barba, les cortó los vestidos por la mitad hasta las nalgas, y los despidió.
5 Cuando se lo hicieron saber a David, envió a encontrarlos, porque los hombres estaban en extremo avergonzados; y el rey dijo: Quedaos en Jericó hasta que os crezca la barba, y entonces volved.
6 Al ver los hijos de Amón que se habían hecho aborrecibles a David, los hijos de Amón mandaron a tomar a sueldo a los arameos de Bet-rehob y a los arameos de Soba, veinte mil soldados de a pie, y del rey de Maaca mil hombres, y de Is-tob doce mil hombres.
7 Cuando David se enteró, envió a Joab y a todo el ejército de los valientes.
8 Los hijos de Amón salieron y se pusieron en orden de batalla a la entrada de la ciudad, y los arameos de Soba y de Rehob, y los hombres de Is-tob y de Maaca, estaban aparte en el campo.
9 Viendo Joab que se presentaba un frente de batalla contra él por delante y por detrás, escogió de entre todos los mejores de Israel y los puso en orden de batalla contra los arameos.
10 Y el resto del pueblo lo puso al mando de Abisai, su hermano, y lo puso en orden de batalla contra los hijos de Amón.
11 Y dijo: Si los arameos son demasiado fuertes para mí, entonces tú vendrás en mi ayuda; y si los hijos de Amón son demasiado fuertes para ti, entonces yo iré a ayudarte.
12 Sé valiente, y esforcémonos por nuestro pueblo y por las ciudades de nuestro Dios; y que el SEÑOR haga lo que bien le parezca.
13 Entonces Joab y el pueblo que estaba con él se acercaron para combatir contra los arameos, y estos huyeron delante de él.
14 Cuando los hijos de Amón vieron que los arameos huían, ellos también huyeron delante de Abisai y entraron en la ciudad. Entonces Joab se volvió de pelear contra los hijos de Amón y vino a Jerusalén.
15 Al ver los arameos que habían sido derrotados delante de Israel, se reunieron.
16 Y Hadad-ezer envió a traer a los arameos que estaban al otro lado del Río; y vinieron a Helam, con Sobac, comandante del ejército de Hadad-ezer, al frente de ellos.
17 Cuando se dio aviso a David, reunió a todo Israel, cruzó el Jordán y fue a Helam. Y los arameos se pusieron en orden de batalla para enfrentarse con David, y pelearon contra él.
18 Pero los arameos huyeron delante de Israel, y David mató a setecientos carros de los arameos y a cuarenta mil hombres de a caballo, e hirió a Sobac, comandante de su ejército, quien murió allí.
19 Cuando todos los reyes, siervos de Hadad-ezer, vieron que habían sido derrotados delante de Israel, hicieron la paz con Israel y le sirvieron. Y los arameos temieron ayudar más a los hijos de Amón.
WLC
1 וַיְהִ֣י אַֽחֲרֵי־כֵ֗ן וַיָּ֙מָת֙ מֶ֣לֶךְ בְּנֵֽי־עַמּ֔וֹן וַיִּמְלֹ֥ךְ חָנ֖וּן בְּנ֥וֹ תַּחְתָּֽיו׃
2 וַיֹּ֣אמֶר דָּוִ֗ד אֶעֱשֶׂה־חֶ֙סֶד֙ עִם־חָנ֣וּן בֶּן־נָחָ֔שׁ כַּאֲשֶׁר֙ עָשָׂ֣ה אָבִ֔יו עִמָּדִ֖י חֶ֑סֶד וַיִּשְׁלַ֤ח דָּוִד֙ לְנַחֲמ֣וֹ בְיַד־עֲבָדָ֔יו אֶל־אָבִ֑יו וַיָּבֹ֙אוּ֙ עַבְדֵ֣י דָוִ֔ד אֶל־אֶ֖רֶץ בְּנֵ֥י עַמּֽוֹן׃
3 וַיֹּאמְר֣וּ שָׂרֵי֩ בְנֵֽי־עַמּ֨וֹן אֶל־חָנ֜וּן אֲדֹנֵיהֶ֗ם הַֽדָוִד֙ מְכַבֵּ֤ד אֶת־אָבִ֙יךָ֙ בְּעֵינֶ֔יךָ כִּי־שָׁלַ֥ח לְךָ֖ מְנַחֲמִ֑ים הֲלֹא֩ בַעֲב֨וּר חֲקֹ֤ר אֶת־הָעִיר֙ וּלְרַגְּלָ֣הּ וּֽלְהָפְכָ֔הּ שָׁלַ֥ח דָּוִ֛ד אֶת־עֲבָדָ֖יו אֵלֶֽיךָ׃
4 וַיִּקַּ֤ח חָנוּן֙ אֶת־עַבְדֵ֣י דָוִ֔ד וַיְגַלַּח֙ אֶת־חֲצִ֣י זְקָנָ֔ם וַיִּכְרֹ֥ת אֶת־מַדְוֵיהֶ֖ם בַּחֵצִ֣י עַֽד־הַשָּׁת֑וֹת וַֽיְשַׁלְּחֵֽם׃
5 וַיַּגִּ֣דוּ לְדָוִ֔ד וַיִּשְׁלַ֤ח לִקְרָאתָם֙ כִּֽי־הָי֤וּ הָאֲנָשִׁים֙ נִכְלָמִ֣ים מְאֹ֔ד וַיֹּ֤אמֶר הַמֶּ֙לֶךְ֙ שְׁב֣וּ בִֽירֵח֔וֹ עַד־יְצַמַּ֥ח זְקַנְכֶ֖ם וְשַׁבְתֶּֽם׃
6 וַיִּרְא֞וּ בְּנֵ֣י עַמּוֹן֮ כִּ֣י נִבְאֲשׁוּ֮ בְּדָוִד֒ וַיִּשְׁלְח֣וּ בְנֵֽי־עַמּוֹן֩ וַיִּשְׂכְּר֨וּ אֶת־אֲרַ֣ם בֵּֽית־רְחוֹב֩ וְאֶת־אֲרַ֨ם צוֹבָ֜א עֶשְׂרִים֩ אֶ֣לֶף רַגְלִ֗י וְאֶת־מֶ֤לֶךְ מַעֲכָה֙ אֶ֣לֶף אִ֔ישׁ וְאִֽישׁ־ט֖וֹב שְׁנֵים־עָשָׂ֥ר אֶֽלֶף אִֽישׁ׃
7 וַיִּשְׁמַ֣ע דָּוִ֔ד וַיִּשְׁלַח֙ אֶת־יוֹאָ֔ב וְאֵ֖ת כָּל־צְבָ֥א הַגִּבֹּרִֽים׃
8 וַיֵּצְא֤וּ בְנֵֽי־עַמּוֹן֙ וַיַּעַרְכ֣וּ מִלְחָמָ֔ה פֶּ֖תַח הַשָּׁ֑עַר וַאֲרַ֣ם צוֹבָה֩ וּרְח֨וֹב וְאִֽישׁ־ט֜וֹב וּמַעֲכָ֗ה לְבַדָּ֖ם בַּשָּׂדֶֽה׃
9 וַיַּ֤רְא יוֹאָב֙ כִּֽי־הָיְתָה֩ אֵלָ֨יו פְּנֵי־הַמִּלְחָמָ֜ה מִפָּנִ֣ים וּמֵאָח֗וֹר וַיִּבְחַר֙ מִכֹּ֣ל בְּחוּרֵ֣י בְיִשְׂרָאֵ֔ל וַיַּעֲרֹ֖ךְ לִקְרַ֥את אֲרָֽם׃
10 וְאֵת֙ יֶ֣תֶר הָעָ֔ם נָתַ֖ן בְּיַד־אֲבִישַׁ֣י אָחִ֑יו וַיַּעֲרֹ֕ךְ לִקְרַ֖את בְּנֵ֥י עַמּֽוֹן׃
11 וַיֹּ֕אמֶר אִם־תֶּחֱזַ֤ק אֲרָם֙ מִמֶּ֔נִּי וְהָיְתָה־לִּ֖י לִֽישׁוּעָ֑ה וְאִם־בְּנֵ֤י עַמּוֹן֙ יֶחֱזְק֣וּ מִמְּךָ֔ וְהָלַכְתִּ֖י לִֽישׁוּעָ֥תָֽךְ׃
12 חֲזַ֣ק וְנִתְחַזַּ֗ק בְּעַד֙ עַמֵּ֔נוּ וּבְעַ֖ד עָרֵ֣י אֱלֹהֵ֑ינוּ וַֽיהוָה֙ יַעֲשֶׂ֥ה הַטּ֖וֹב בְּעֵינָֽיו׃
13 וַיִּגַּ֨שׁ יוֹאָ֜ב וְהָעָ֣ם אֲשֶׁר־אִתּוֹ֮ לַמִּלְחָמָה֮ בַּאֲרָם֒ וַיָּנֻ֥סוּ מִפָּנָֽיו׃
14 וּבְנֵ֣י עַמּוֹן֮ רָא֣וּ כִֽי־נָסוּ֩ אֲרָם֩ מִפְּנֵיהֶ֗ם וַיָּנֻ֙סוּ֙ גַּם־הֵם֙ מִפְּנֵ֣י אֲבִישַׁ֔י וַיָּבֹ֖אוּ הָעִ֑יר וַיָּ֤שָׁב יוֹאָב֙ מֵעַ֣ל בְּנֵֽי־עַמּ֔וֹן וַיָּבֹ֖א יְרוּשָׁלִָֽם׃
15 וַיַּ֤רְא אֲרָם֙ כִּֽי־נִגַּ֣ף לִפְנֵֽי יִשְׂרָאֵ֔ל וַיֵּאָסְפ֖וּ יָֽחַד׃
16 וַיִּשְׁלַ֣ח הֲדַדְעֶ֗זֶר וַיֹּצֵא֙ אֶת־אֲרָם֙ אֲשֶׁ֣ר מֵעֵֽבֶר֙ הַנָּהָ֔ר וַיָּבֹ֖אוּ חֵלָ֑אמָה וְשׁוֹבַךְ֙ שַׂר־צְבָ֣א הֲדַדְעֶ֔זֶר לִפְנֵיהֶ֖ם׃
17 וַיֻּגַּ֣ד לְדָוִ֗ד וַיֶּאֱסֹ֤ף אֶת־כָּל־יִשְׂרָאֵל֙ וַיַּעֲבֹ֣ר אֶת־הַיַּרְדֵּ֔ן וַיָּבֹ֖א חֵלָ֑מָה וַיַּעֲרֹ֤ךְ אֲרָם֙ לִקְרַ֣את דָּוִ֔ד וַיִּלָּחֲמ֖וּ עִמּֽוֹ׃
18 וַיָּ֣נָס אֲרָם֮ מִפְּנֵ֣י יִשְׂרָאֵל֒ וַיַּהֲרֹ֣ג דָּ֠וִד מֵאֲרָ֞ם שְׁבַ֤ע מֵאוֹת֙ רֶ֔כֶב וְאַרְבָּעִ֥ים אֶ֖לֶף פָּרָשִׁ֑ים וְאֵ֨ת שׁוֹבַ֤ךְ שַׂר־צְבָאוֹ֙ הִכָּ֔ה וַיָּ֥מָת שָֽׁם׃
19 וַיִּרְא֣וּ כָל־הַמְּלָכִ֗ים עַבְדֵ֤י הֲדַדְעֶ֙זֶר֙ כִּֽי־נִגְּפ֣וּ לִפְנֵֽי־יִשְׂרָאֵ֔ל וַיַּשְׁלִ֥מוּ אֶת־יִשְׂרָאֵ֖ל וַיַּעַבְדֻ֑ם וַיִּרְא֣וּ אֲרָ֔ם לְהוֹשִׁ֥יעַ ע֖וֹד אֶת־בְּנֵ֥י עַמּֽוֹן׃
Capítulo 11
David y Betsabé
LBLA
1 Y sucedió que al comienzo del año siguiente, en la época en que los reyes salen a la guerra, David envió a Joab con sus siervos y a todo Israel, y destruyeron a los hijos de Amón y sitiaron Rabá. Pero David se quedó en Jerusalén.
2 Y sucedió al atardecer, que David se levantó de su lecho y se paseaba por el terrado de la casa del rey, y desde el terrado vio a una mujer que se estaba bañando; y la mujer era de aspecto muy hermoso.
3 Y David mandó a preguntar por aquella mujer. Y alguien dijo: ¿No es ésta Betsabé, hija de Eliam, mujer de Urías heteo?
4 David envió mensajeros, y la tomó; y cuando ella vino a él, él durmió con ella. Y cuando ella se hubo purificado de su inmundicia, se volvió a su casa.
5 Y la mujer concibió; y envió a informar a David, diciendo: Estoy encinta.
6 Entonces David envió a decir a Joab: Envíame a Urías heteo. Y Joab envió a Urías a David.
7 Cuando Urías vino a él, David le preguntó por Joab, por el pueblo y por el estado de la guerra.
8 Y David dijo a Urías: Desciende a tu casa y lava tus pies. Urías salió de la casa del rey, y un presente del rey fue enviado tras él.
9 Pero Urías durmió a la entrada de la casa del rey con todos los siervos de su señor, y no descendió a su casa.
10 Cuando informaron a David, diciendo: Urías no descendió a su casa, David dijo a Urías: ¿No has venido de un viaje? ¿Por qué no descendiste a tu casa?
11 Y Urías respondió a David: El arca, Israel y Judá están bajo tiendas, y mi señor Joab y los siervos de mi señor acampan a campo abierto. ¿He de ir yo a mi casa a comer y a beber y a acostarme con mi mujer? Por tu vida y la vida de tu alma, que no haré tal cosa.
12 Entonces David dijo a Urías: Quédate aquí también hoy, y mañana te dejaré ir. Y Urías se quedó en Jerusalén aquel día y el siguiente.
13 Y David lo convidó a comer y a beber con él, y lo embriagó. Al anochecer Urías salió a acostarse en su cama con los siervos de su señor, pero no descendió a su casa.
14 Y sucedió que por la mañana, David escribió una carta a Joab, y la envió por mano de Urías.
15 En la carta había escrito, diciendo: Poned a Urías al frente de la batalla más reñida y retiraos de él, para que sea herido y muera.
16 Y sucedió que cuando Joab asediaba la ciudad, puso a Urías en el lugar donde sabía que había hombres valientes.
17 Y los hombres de la ciudad salieron y pelearon contra Joab, y algunos del pueblo de entre los siervos de David cayeron, y murió también Urías heteo.
18 Entonces Joab envió un mensaje a David para informarle de todos los sucesos de la guerra.
19 Y ordenó al mensajero, diciendo: Cuando hayas acabado de contar al rey todos los sucesos de la guerra,
20 si sucede que se enciende la ira del rey, y te dice: "¿Por qué os acercasteis tanto a la ciudad para combatir? ¿No sabíais que tirarían desde el muro?
21 "¿Quién hirió a Abimelec, hijo de Jerobaal? ¿No arrojó una mujer sobre él una muela de molino desde el muro de modo que murió en Tebes? ¿Por qué os acercasteis tanto al muro?" Entonces tú le dirás: "También tu siervo Urías heteo ha muerto."
22 Y partió el mensajero y llegó e informó a David de todo lo que Joab le había enviado.
23 Y el mensajero dijo a David: Los hombres prevalecieron contra nosotros y salieron contra nosotros al campo, pero nosotros los rechazamos hasta la entrada de la puerta.
24 Entonces los arqueros tiraron contra tus siervos desde el muro; y algunos de los siervos del rey han muerto, y también tu siervo Urías heteo ha muerto.
25 Entonces David dijo al mensajero: Así dirás a Joab: "No tengas pesar por esto, porque la espada devora tanto a uno como a otro; intensifica tu combate contra la ciudad y destrúyela"; y tú anímale.
26 Y oyendo la mujer de Urías que su marido Urías había muerto, hizo duelo por su marido.
27 Cuando pasó el luto, David mandó traerla a su casa; y fue su mujer, y le dio a luz un hijo. Pero lo que David había hecho fue malo ante los ojos del SEÑOR.
WLC
1 וַיְהִ֣י לִתְשׁוּבַ֣ת הַשָּׁנָ֡ה לְעֵת֩ צֵ֨את הַמַּלְאָכִ֜ים וַיִּשְׁלַ֣ח דָּוִ֡ד אֶת־יוֹאָב֩ וְאֶת־עֲבָדָ֨יו עִמּ֜וֹ וְאֶת־כָּל־יִשְׂרָאֵ֗ל וַיַּשְׁחִ֙תוּ֙ אֶת־בְּנֵ֣י עַמּ֔וֹן וַיָּצֻ֖רוּ עַל־רַבָּ֑ה וְדָוִ֖ד יוֹשֵׁ֥ב בִּירוּשָׁלִָֽם׃
2 וַיְהִ֣י ׀ לְעֵ֣ת הָעֶ֗רֶב וַיָּ֨קָם דָּוִ֜ד מֵעַ֤ל מִשְׁכָּבוֹ֙ וַיִּתְהַלֵּךְ֙ עַל־גַּ֣ג בֵּית־הַמֶּ֔לֶךְ וַיַּ֥רְא אִשָּׁ֛ה רֹחֶ֖צֶת מֵעַ֣ל הַגָּ֑ג וְהָ֣אִשָּׁ֔ה טוֹבַ֥ת מַרְאֶ֖ה מְאֹֽד׃
3 וַיִּשְׁלַ֣ח דָּוִ֔ד וַיִּדְרֹ֖שׁ לָאִשָּׁ֑ה וַיֹּ֗אמֶר הֲלוֹא־זֹאת֙ בַּת־שֶׁ֣בַע בַּת־אֱלִיעָ֔ם אֵ֖שֶׁת אוּרִיָּ֥ה הַחִתִּֽי׃
4 וַיִּשְׁלַח֩ דָּוִ֨ד מַלְאָכִ֜ים וַיִּקָּחֶ֗הָ וַתָּב֤וֹא אֵלָיו֙ וַיִּשְׁכַּ֣ב עִמָּ֔הּ וְהִ֥יא מִתְקַדֶּ֖שֶׁת מִטֻּמְאָתָ֑הּ וַתָּ֖שָׁב אֶל־בֵּיתָֽהּ׃
5 וַתַּ֖הַר הָאִשָּׁ֑ה וַתִּשְׁלַח֙ וַתַּגֵּ֣ד לְדָוִ֔ד וַתֹּ֖אמֶר הָרָ֥ה אָנֹֽכִי׃
6 וַיִּשְׁלַ֤ח דָּוִד֙ אֶל־יוֹאָ֔ב שְׁלַ֣ח אֵלַ֔י אֶת־אֽוּרִיָּ֖ה הַחִתִּ֑י וַיִּשְׁלַ֥ח יוֹאָ֛ב אֶת־אוּרִיָּ֖ה אֶל־דָּוִֽד׃
7 וַיָּבֹ֥א אוּרִיָּ֖ה אֵלָ֑יו וַיִּשְׁאַ֣ל דָּוִ֗ד לִשְׁל֤וֹם יוֹאָב֙ וְלִשְׁל֣וֹם הָעָ֔ם וְלִשְׁל֖וֹם הַמִּלְחָמָֽה׃
8 וַיֹּ֤אמֶר דָּוִד֙ לְא֣וּרִיָּ֔ה רֵ֥ד לְבֵיתְךָ֖ וּרְחַ֣ץ רַגְלֶ֑יךָ וַיֵּצֵ֤א אֽוּרִיָּה֙ מִבֵּ֣ית הַמֶּ֔לֶךְ וַתֵּצֵ֥א אַחֲרָ֖יו מַשְׂאַ֥ת הַמֶּֽלֶךְ׃
9 וַיִּשְׁכַּ֣ב אוּרִיָּ֗ה פֶּ֚תַח בֵּ֣ית הַמֶּ֔לֶךְ אֵ֖ת כָּל־עַבְדֵ֣י אֲדֹנָ֑יו וְלֹ֥א יָרַ֖ד אֶל־בֵּיתֽוֹ׃
10 וַיַּגִּ֤דוּ לְדָוִד֙ לֵאמֹ֔ר לֹא־יָרַ֥ד אוּרִיָּ֖ה אֶל־בֵּית֑וֹ וַיֹּ֨אמֶר דָּוִ֜ד אֶל־אוּרִיָּ֗ה הֲל֤וֹא מִדֶּ֙רֶךְ֙ אַתָּ֣ה בָ֔א מַדּ֖וּעַ לֹא־יָרַ֥דְתָּ אֶל־בֵּיתֶֽךָ׃
11 וַיֹּ֨אמֶר אוּרִיָּ֜ה אֶל־דָּוִ֗ד הָ֠אָרוֹן וְיִשְׂרָאֵ֨ל וִיהוּדָ֜ה יֹשְׁבִ֣ים בַּסֻּכּ֗וֹת וַאדֹנִ֨י יוֹאָ֜ב וְעַבְדֵ֤י אֲדֹנִי֙ עַל־פְּנֵ֤י הַשָּׂדֶה֙ חֹנִ֔ים וַאֲנִ֞י אָב֧וֹא אֶל־בֵּיתִ֛י לֶאֱכֹ֥ל וְלִשְׁתּ֖וֹת וְלִשְׁכַּ֣ב עִם־אִשְׁתִּ֑י חַיֶּ֙ךָ֙ וְחֵ֣י נַפְשֶׁ֔ךָ אִם־אֶעֱשֶׂ֖ה אֶת־הַדָּבָ֥ר הַזֶּֽה׃
12 וַיֹּ֧אמֶר דָּוִ֛ד אֶל־אוּרִיָּ֖ה שֵׁ֣ב בָּזֶ֤ה גַּם־הַיּוֹם֙ וּמָחָ֣ר אֲשַׁלְּחֶ֔ךָּ וַיֵּ֧שֶׁב אוּרִיָּ֛ה בִירוּשָׁלִַ֖ם בַּיּ֥וֹם הַה֖וּא וּמִֽמָּחֳרָֽת׃
13 וַיִּקְרָא־ל֣וֹ דָוִ֗ד וַיֹּ֧אכַל לְפָנָ֛יו וַיֵּ֖שְׁתְּ וַֽיְשַׁכְּרֵ֑הוּ וַיֵּצֵ֣א בָעֶ֗רֶב לִשְׁכַּ֤ב בְּמִשְׁכָּבוֹ֙ עִם־עַבְדֵ֣י אֲדֹנָ֔יו וְאֶל־בֵּית֖וֹ לֹ֥א יָרָֽד׃
14 וַיְהִ֣י בַבֹּ֔קֶר וַיִּכְתֹּ֥ב דָּוִ֛ד סֵ֖פֶר אֶל־יוֹאָ֑ב וַיִּשְׁלַ֖ח בְּיַ֥ד אוּרִיָּֽה׃
15 וַיִּכְתֹּ֥ב בַּסֵּ֖פֶר לֵאמֹ֑ר הָב֣וּ אֶת־אֽ֠וּרִיָּה אֶל־מוּל֙ פְּנֵ֤י הַמִּלְחָמָה֙ הַֽחֲזָקָ֔ה וְשַׁבְתֶּ֥ם מֵאַחֲרָ֖יו וְנִכָּ֥ה וָמֵֽת׃
16 וַיְהִ֕י בִּשְׁמ֥וֹר יוֹאָ֖ב אֶל־הָעִ֑יר וַיִּתֵּן֙ אֶת־א֣וּרִיָּ֔ה אֶל־הַמָּק֔וֹם אֲשֶׁ֣ר יָדַ֔ע כִּ֥י אַנְשֵׁי־חַ֖יִל שָֽׁם׃
17 וַיֵּ֨צְא֜וּ אַנְשֵׁ֤י הָעִיר֙ וַיִּלָּחֲמ֣וּ אֶת־יוֹאָ֔ב וַיִּפֹּ֥ל מִן־הָעָ֖ם מֵעַבְדֵ֣י דָוִ֑ד וַיָּ֕מָת גַּ֖ם אוּרִיָּ֥ה הַחִתִּֽי׃
18 וַיִּשְׁלַ֖ח יוֹאָ֑ב וַיַּגֵּ֣ד לְדָוִ֔ד אֶת־כָּל־דִּבְרֵ֖י הַמִּלְחָמָֽה׃
19 וַיְצַ֥ו אֶת־הַמַּלְאָ֖ךְ לֵאמֹ֑ר כְּכַלּוֹתְךָ֗ אֵ֛ת כָּל־דִּבְרֵ֥י הַמִּלְחָמָ֖ה לְדַבֵּ֥ר אֶל־הַמֶּֽלֶךְ׃
20 וְהָיָ֗ה אִם־תַּעֲלֶה֙ חֲמַ֣ת הַמֶּ֔לֶךְ וְאָמַ֣ר לְךָ֔ מַדּ֛וּעַ נִגַּשְׁתֶּ֥ם אֶל־הָעִ֖יר לְהִלָּחֵ֑ם הֲל֣וֹא יְדַעְתֶּ֔ם אֵ֥ת אֲשֶׁר־יֹר֖וּ מֵעַ֥ל הַחוֹמָֽה׃
21 מִֽי־הִכָּ֞ה אֶת־אֲבִימֶ֣לֶךְ בֶּן־יְרֻבֶּ֗שֶׁת הֲלֽוֹא־אִשָּׁה֩ הִשְׁלִ֨יכָה עָלָ֜יו פֶּ֤לַח רֶ֙כֶב֙ מֵעַ֣ל הַֽחוֹמָ֔ה וַיָּ֖מָת בְּתֵבֵ֑ץ לָ֧מָּה נִגַּשְׁתֶּ֛ם אֶל־הַחוֹמָ֖ה וְאָ֣מַרְתָּ֔ גַּ֗ם עַבְדְּךָ֛ אוּרִיָּ֥ה הַחִתִּ֖י מֵֽת׃
22 וַיֵּ֖לֶךְ הַמַּלְאָ֑ךְ וַיָּבֹא֙ וַיַּגֵּ֣ד לְדָוִ֔ד אֵ֛ת כָּל־אֲשֶׁ֥ר שְׁלָח֖וֹ יוֹאָֽב׃
23 וַיֹּ֤אמֶר הַמַּלְאָךְ֙ אֶל־דָּוִ֔ד כִּֽי־גָבְר֥וּ עָלֵ֖ינוּ הָאֲנָשִׁ֑ים וַיֵּצְא֤וּ אֵלֵ֙ינוּ֙ הַשָּׂדֶ֔ה וַנִּֽהְיֶ֥ה עֲלֵיהֶ֖ם עַד־פֶּ֥תַח הַשָּֽׁעַר׃
24 ויראו וַיֹּר֨וּ הַמּוֹרְאִ֤ים אֶל־עֲבָדֶ֙יךָ֙ מֵעַ֣ל הַחוֹמָ֔ה וַיָּמ֖וּתוּ מֵעַבְדֵ֣י הַמֶּ֑לֶךְ וְגַ֗ם עַבְדְּךָ֛ אוּרִיָּ֥ה הַחִתִּ֖י מֵֽת׃
25 וַיֹּ֨אמֶר דָּוִ֜ד אֶל־הַמַּלְאָ֗ךְ כֹּֽה־תֹאמַ֣ר אֶל־יוֹאָב֮ אַל־יֵרַ֣ע בְּעֵינֶיךָ֮ אֶת־הַדָּבָ֣ר הַזֶּה֒ כִּֽי־כָזֹ֥ה וְכָזֶ֖ה תֹּאכַ֣ל הֶחָ֑רֶב הַחֲזֵ֨ק מִלְחַמְתְּךָ֧ אֶל־הָעִ֛יר וְהָרְסָ֖הּ וְחַזְּקֵֽהוּ׃
26 וַתִּשְׁמַע֙ אֵ֣שֶׁת אוּרִיָּ֔ה כִּי־מֵ֖ת אוּרִיָּ֣ה אִישָׁ֑הּ וַתִּסְפֹּ֖ד עַל־בַּעְלָֽהּ׃
27 וַיַּֽעֲבֹ֣ר הָאֵ֗בֶל וַיִּשְׁלַ֤ח דָּוִד֙ וַיַּֽאַסְפֶ֣הָ אֶל־בֵּית֔וֹ וַתְּהִי־ל֖וֹ לְאִשָּׁ֑ה וַתֵּ֣לֶד לּוֹ֙ בֵּ֔ן וַיֵּ֥רַע הַדָּבָ֖ר אֲשֶׁר־עָשָׂ֥ה דָוִ֖ד בְּעֵינֵ֥י יְהוָֽה׃
Capítulo 12
Natán reprende a David
LBLA
1 Entonces el SEÑOR envió a Natán a David. Y vino a él y le dijo: Había dos hombres en una ciudad, el uno rico, y el otro pobre.
2 El rico tenía muchas ovejas y vacas,
3 pero el pobre no tenía más que una corderita que él había comprado y criado, y que había crecido junto con él y con sus hijos. Comía de su bocado, bebía de su copa y dormía en su seno, y era como una hija para él.
4 Y vino un viajero al hombre rico, y éste no quiso tomar de sus ovejas y de sus vacas para preparar comida para el caminante que había venido a él, sino que tomó la corderita de aquel hombre pobre y la preparó para el hombre que había venido a él.
5 Entonces se encendió en gran manera el enojo de David contra aquel hombre, y dijo a Natán: Vive el SEÑOR, que ciertamente el hombre que ha hecho esto merece morir;
6 y debe pagar cuatro veces por la cordera, porque hizo esto y no tuvo compasión.
7 Entonces Natán dijo a David: Tú eres aquel hombre. Así dice el SEÑOR, Dios de Israel: "Yo te ungí rey sobre Israel y te libré de la mano de Saúl.
8 "También te di la casa de tu señor y las mujeres de tu señor en tu seno, y te di la casa de Israel y de Judá; y si esto fuera poco, te habría añadido muchas cosas como éstas.
9 "¿Por qué has despreciado la palabra del SEÑOR haciendo lo malo a sus ojos? Has herido a espada a Urías heteo, has tomado a su mujer para que sea tu mujer, y lo has matado con la espada de los hijos de Amón.
10 "Ahora pues, la espada nunca se apartará de tu casa, porque me has despreciado y has tomado la mujer de Urías heteo para que sea tu mujer."
11 Así dice el SEÑOR: "He aquí, levantaré el mal contra ti de tu misma casa; tomaré tus mujeres delante de tus ojos y las daré a tu compañero, y él se acostará con tus mujeres a plena luz del día.
12 "En verdad tú lo hiciste en secreto, pero yo haré esto delante de todo Israel y a plena luz."
13 Entonces David dijo a Natán: He pecado contra el SEÑOR. Y Natán dijo a David: El SEÑOR también ha quitado tu pecado; no morirás.
14 Sin embargo, porque con este hecho has dado ocasión de blasfemar a los enemigos del SEÑOR, ciertamente morirá el niño que te ha nacido.
15 Y Natán regresó a su casa. Entonces el SEÑOR hirió al niño que la viuda de Urías había dado a David, y se puso muy enfermo.
16 David rogó a Dios por el niño; y ayunó, y fue y pasó la noche acostado en el suelo.
17 Y los ancianos de su casa se pusieron a su lado para levantarlo del suelo, pero él no quiso, y no comió pan con ellos.
18 Y sucedió que al séptimo día el niño murió. Y los siervos de David temían informarle que el niño había muerto, pues se decían: He aquí, cuando el niño estaba todavía vivo, le hablábamos y no nos escuchaba. ¿Cómo, pues, vamos a decirle que el niño ha muerto? Puede hacerse daño.
19 Pero viendo David que sus siervos susurraban entre sí, comprendió que el niño había muerto; y dijo David a sus siervos: ¿Ha muerto el niño? Y ellos respondieron: Ha muerto.
20 Entonces David se levantó del suelo, se lavó, se ungió y se cambió de ropa; entró en la casa del SEÑOR y adoró. Después vino a su casa y cuando pidió, le pusieron comida delante y comió.
21 Y sus siervos le dijeron: ¿Qué es esto que has hecho? Mientras el niño vivía, ayunabas y llorabas, pero cuando el niño murió, te levantaste y comiste pan.
22 Y él respondió: Mientras el niño aún vivía, yo ayunaba y lloraba, pues me decía: "¿Quién sabe si el SEÑOR tendrá compasión de mí y el niño viva?"
23 Pero ahora que ha muerto, ¿por qué he de ayunar? ¿Podré hacer que vuelva? Yo iré a él, pero él no volverá a mí.
24 Y David consoló a Betsabé su mujer, y vino a ella y se acostó con ella; y ella dio a luz un hijo, y David le puso por nombre Salomón. Y el SEÑOR lo amó,
25 y envió un mensaje por medio del profeta Natán, y le puso por nombre Jedidías, por causa del SEÑOR.
26 Y Joab peleó contra Rabá de los hijos de Amón, y tomó la ciudad real.
27 Y Joab envió mensajeros a David, diciendo: He peleado contra Rabá, y también he tomado la ciudad de las aguas.
28 Ahora pues, reúne el resto del pueblo y acampa contra la ciudad y tómala, no sea que tome yo la ciudad y sea llamada por mi nombre.
29 Y David reunió a todo el pueblo y fue a Rabá, y peleó contra ella y la tomó.
30 Entonces quitó la corona de la cabeza de su rey; y su peso era de un talento de oro, y tenía una piedra preciosa; y fue puesta sobre la cabeza de David. Y sacó el botín de la ciudad en gran cantidad.
31 También sacó a la gente que estaba en ella, y los puso a trabajar con sierras, con trillos de hierro y con hachas de hierro, y los hizo trabajar en los hornos de ladrillos. Y lo mismo hizo con todas las ciudades de los hijos de Amón. Y David y todo el pueblo regresaron a Jerusalén.
WLC
1 וַיִּשְׁלַ֧ח יְהוָ֛ה אֶת־נָתָ֖ן אֶל־דָּוִ֑ד וַיָּבֹ֣א אֵלָ֗יו וַיֹּ֤אמֶר לוֹ֙ שְׁנֵ֣י אֲנָשִׁ֗ים הָיוּ֙ בְּעִ֣יר אֶחָ֔ת אֶחָ֥ד עָשִׁ֖יר וְאֶחָ֥ד רָֽאשׁ׃
2 לְעָשִׁ֗יר הָיָ֛ה צֹ֥אן וּבָקָ֖ר הַרְבֵּ֥ה מְאֹֽד׃
3 וְלָרָ֞שׁ אֵֽין־כֹּ֗ל כִּ֠י אִם־כִּבְשָׂ֨ה אַחַ֤ת קְטַנָּה֙ אֲשֶׁ֣ר קָנָ֔ה וַיְחַיֶּ֕הָ וַתִּגְדַּ֥ל עִמּ֛וֹ וְעִם־בָּנָ֖יו יַחְדָּ֑ו מִפִּתּ֨וֹ תֹאכַ֜ל וּמִכֹּס֤וֹ תִשְׁתֶּה֙ וּבְחֵיק֣וֹ תִשְׁכָּ֔ב וַתְּהִי־ל֖וֹ כְּבַֽת׃
4 וַיָּ֣בֹא הֵלֶךְ֮ לְאִ֣ישׁ הֶעָשִׁיר֒ וַיַּחְמֹ֗ל לָקַ֤חַת מִצֹּאנוֹ֙ וּמִבְּקָר֔וֹ לַעֲשׂ֕וֹת לָאֹרֵ֖חַ הַבָּֽא־ל֑וֹ וַיִּקַּ֗ח אֶת־כִּבְשַׂת֙ הָאִ֣ישׁ הָרָ֔אשׁ וַֽיַּעֲשֶׂ֔הָ לָאִ֖ישׁ הַבָּ֥א אֵלָֽיו׃
5 וַיִּֽחַר־אַ֥ף דָּוִ֛ד בָּאִ֖ישׁ מְאֹ֑ד וַיֹּ֙אמֶר֙ אֶל־נָתָ֔ן חַי־יְהוָ֕ה כִּ֣י בֶן־מָ֔וֶת הָאִ֖ישׁ הָעֹשֶׂ֥ה זֹֽאת׃
6 וְאֶת־הַכִּבְשָׂ֖ה יְשַׁלֵּ֣ם אַרְבַּעְתָּ֑יִם עֵ֗קֶב אֲשֶׁ֤ר עָשָׂה֙ אֶת־הַדָּבָ֣ר הַזֶּ֔ה וְעַ֖ל אֲשֶׁ֥ר לֹא־חָמָֽל׃
7 וַיֹּ֧אמֶר נָתָ֛ן אֶל־דָּוִ֖ד אַתָּ֣ה הָאִ֑ישׁ כֹּֽה־אָמַ֨ר יְהוָ֜ה אֱלֹהֵ֣י יִשְׂרָאֵ֗ל אָנֹכִ֞י מְשַׁחְתִּ֤יךָֽ לְמֶ֙לֶךְ֙ עַל־יִשְׂרָאֵ֔ל וְאָנֹכִ֥י הִצַּלְתִּ֖יךָ מִיַּ֥ד שָׁאֽוּל׃
8 וָאֶתְּנָ֨ה לְךָ֜ אֶת־בֵּ֣ית אֲדֹנֶ֗יךָ וְאֶת־נְשֵׁ֤י אֲדֹנֶ֙יךָ֙ בְּחֵיקֶ֔ךָ וָאֶתְּנָ֣ה לְךָ֔ אֶת־בֵּ֥ית יִשְׂרָאֵ֖ל וִֽיהוּדָ֑ה וְאִם־מְעָ֔ט וְאֹסִ֥פָה לְּךָ֖ כָּהֵ֥נָּה וְכָהֵֽנָּה׃
9 מַדּ֜וּעַ בָּזִ֣יתָ ׀ אֶת־דְּבַ֣ר יְהוָ֗ה לַעֲשׂ֤וֹת הָרַע֙ בעינו בְּעֵינַ֔י אֵ֣ת אוּרִיָּ֤ה הַֽחִתִּי֙ הִכִּ֣יתָ בַחֶ֔רֶב וְאֶת־אִשְׁתּ֖וֹ לָקַ֣חְתָּ לְּךָ֑ לְאִשָּׁ֑ה וְאֹת֣וֹ הָרַ֔גְתָּ בְּחֶ֖רֶב בְּנֵ֥י עַמּֽוֹן׃
10 וְעַתָּ֗ה לֹא־תָס֥וּר חֶ֛רֶב מִבֵּיתְךָ֖ עַד־עוֹלָ֑ם עֵ֚קֶב כִּ֣י בְזִתָ֔נִי וַתִּקַּ֗ח אֶת־אֵ֙שֶׁת֙ אוּרִיָּ֣ה הַחִתִּ֔י לִהְי֥וֹת לְךָ֖ לְאִשָּֽׁה׃
11 כֹּ֣ה ׀ אָמַ֣ר יְהוָ֗ה הִנְנִי֩ מֵקִ֨ים עָלֶ֤יךָ רָעָה֙ מִבֵּיתֶ֔ךָ וְלָקַחְתִּ֤י אֶת־נָשֶׁ֙יךָ֙ לְעֵינֶ֔יךָ וְנָתַתִּ֖י לְרֵעֶ֑יךָ וְשָׁכַב֙ עִם־נָשֶׁ֔יךָ לְעֵינֵ֖י הַשֶּׁ֥מֶשׁ הַזֹּֽאת׃
12 כִּ֥י אַתָּ֖ה עָשִׂ֣יתָ בַסָּ֑תֶר וַאֲנִ֗י אֶעֱשֶׂה֙ אֶת־הַדָּבָ֣ר הַזֶּ֔ה נֶ֥גֶד כָּל־יִשְׂרָאֵ֖ל וְנֶ֥גֶד הַשָּֽׁמֶשׁ׃
13 וַיֹּ֤אמֶר דָּוִד֙ אֶל־נָתָ֔ן חָטָ֖אתִי לַֽיהוָ֑ה ס וַיֹּ֨אמֶר נָתָ֜ן אֶל־דָּוִ֗ד גַּם־יְהוָ֛ה הֶעֱבִ֥יר חַטָּאתְךָ֖ לֹ֥א תָמֽוּת׃
14 אֶ֗פֶס כִּֽי־נִאֵ֤ץ נִאַ֙צְתָּ֙ אֶת־אֹיְבֵ֣י יְהוָ֔ה בַּדָּבָ֖ר הַזֶּ֑ה גַּ֗ם הַבֵּ֛ן הַיִּלּ֥וֹד לְךָ֖ מ֥וֹת יָמֽוּת׃
15 וַיֵּ֥לֶךְ נָתָ֖ן אֶל־בֵּית֑וֹ וַיִּגֹּ֣ף יְ֠הוָה אֶת־הַיֶּ֜לֶד אֲשֶׁ֨ר יָלְדָ֧ה אֵֽשֶׁת־אוּרִיָּ֛ה לְדָוִ֖ד וַיֵּאָנַֽשׁ׃
16 וַיְבַקֵּ֥שׁ דָּוִ֛ד אֶת־הָאֱלֹהִ֖ים בְּעַ֣ד הַנָּ֑עַר וַיָּ֤צָם דָּוִד֙ צ֔וֹם וּבָ֥א וְלָ֖ן וְשָׁכַ֥ב אָֽרְצָה׃
17 וַיָּקֻ֜מוּ זִקְנֵ֤י בֵיתוֹ֙ עָלָ֔יו לַהֲקִימ֖וֹ מִן־הָאָ֑רֶץ וְלֹ֣א אָבָ֔ה וְלֹֽא־בָרָ֥א אִתָּ֖ם לָֽחֶם׃
18 וַיְהִ֛י בַּיּ֥וֹם הַשְּׁבִיעִ֖י וַיָּ֣מָת הַיָּ֑לֶד וַיִּֽרְא֞וּ עַבְדֵ֤י דָוִד֙ לְהַגִּ֣יד ל֔וֹ כִּי־מֵ֣ת הַיֶּ֗לֶד כִּ֤י אָֽמְרוּ֙ הִנֵּה֩ בִהְי֨וֹת הַיֶּ֜לֶד חַ֗י דִּבַּ֤רְנוּ אֵלָיו֙ וְלֹא־שָׁמַ֣ע בְּקוֹלֵ֔נוּ וְאֵ֨יךְ נֹאמַ֥ר אֵלָ֛יו מֵ֥ת הַיֶּ֖לֶד וְעָשָׂ֥ה רָעָֽה׃
19 וַיַּ֣רְא דָּוִ֗ד כִּ֤י עֲבָדָיו֙ מִֽתְלַחֲשִׁ֔ים וַיָּ֥בֶן דָּוִ֖ד כִּ֣י מֵ֣ת הַיָּ֑לֶד וַיֹּ֨אמֶר דָּוִ֧ד אֶל־עֲבָדָ֛יו הֲמֵ֥ת הַיֶּ֖לֶד וַיֹּאמְר֥וּ מֵֽת׃
20 וַיָּ֨קָם דָּוִ֜ד מֵהָאָ֗רֶץ וַיִּרְחַ֤ץ וַיָּ֙סֶךְ֙ וַיְחַלֵּ֣ף שמלתו שִׂמְלֹתָ֔יו וַיָּבֹ֥א בֵית־יְהוָ֖ה וַיִּשְׁתָּ֑חוּ וַיָּבֹ֤א אֶל־בֵּיתוֹ֙ וַיִּשְׁאַ֔ל וַיָּשִׂ֥ימוּ ל֛וֹ לֶ֖חֶם וַיֹּאכַֽל׃
21 וַיֹּאמְר֤וּ עֲבָדָיו֙ אֵלָ֔יו מָֽה־הַדָּבָ֥ר הַזֶּ֖ה אֲשֶׁ֣ר עָשִׂ֑יתָה בַּעֲב֞וּר הַיֶּ֤לֶד חַי֙ צַ֣מְתָּ וַתֵּ֔בְךְּ וְכַאֲשֶׁר֙ מֵ֣ת הַיֶּ֔לֶד קַ֖מְתָּ וַתֹּ֥אכַל לָֽחֶם׃
22 וַיֹּ֕אמֶר בְּעוֹד֙ הַיֶּ֣לֶד חַ֔י צַ֖מְתִּי וָֽאֶבְכֶּ֑ה כִּ֣י אָמַ֔רְתִּי מִ֣י יוֹדֵ֔עַ וחנני יְחַנַּ֥נִי יְהוָ֖ה וְחַ֥י הַיָּֽלֶד׃
23 וַיֹּ֕אמֶר בְּעוֹד֙ הַיֶּ֣לֶד חַ֔י צַ֖מְתִּי וָֽאֶבְכֶּ֑ה כִּ֣י אָמַ֔רְתִּי מִ֣י יוֹדֵ֔עַ וחנני יְחַנַּ֥נִי יְהוָ֖ה וְחַ֥י הַיָּֽלֶד׃
23 וְעַתָּ֣ה ׀ מֵ֗ת לָ֤מָּה זֶּה֙ אֲנִ֣י צָ֔ם הַאוּכַ֥ל לַהֲשִׁיב֖וֹ ע֑וֹד אֲנִי֙ הֹלֵ֣ךְ אֵלָ֔יו וְה֖וּא לֹֽא־יָשׁ֥וּב אֵלָֽי׃
24 וַיְנַחֵ֣ם דָּוִ֗ד אֵ֚ת בַּת־שֶׁ֣בַע אִשְׁתּ֔וֹ וַיָּבֹ֥א אֵלֶ֖יהָ וַיִּשְׁכַּ֣ב עִמָּ֑הּ וַתֵּ֣לֶד בֵּ֔ן ויקרא וַתִּקְרָ֤א אֶת־שְׁמוֹ֙ שְׁלֹמֹ֔ה וַיהוָ֖ה אֲהֵבֽוֹ׃
25 וַיִּשְׁלַ֗ח בְּיַד֙ נָתָ֣ן הַנָּבִ֔יא וַיִּקְרָ֥א אֶת־שְׁמ֖וֹ יְדִידְיָ֑הּ בַּעֲב֖וּר יְהוָֽה׃
26 וַיִּלָּ֣חֶם יוֹאָ֔ב בְּרַבַּ֖ת בְּנֵ֣י עַמּ֑וֹן וַיִּלְכֹּ֖ד אֶת־עִ֥יר הַמְּלוּכָֽה׃
27 וַיִּשְׁלַ֥ח יוֹאָ֛ב מַלְאָכִ֖ים אֶל־דָּוִ֑ד וַיֹּ֗אמֶר נִלְחַ֤מְתִּי בְרַבָּה֙ גַּם־לָכַ֔דְתִּי אֶת־עִ֥יר הַמָּֽיִם׃
28 וְעַתָּ֗ה אֱסֹף֙ אֶת־יֶ֣תֶר הָעָ֔ם וַחֲנֵ֥ה עַל־הָעִ֖יר וְלָכְדָ֑הּ פֶּן־אֶלְכֹּ֤ד אֲנִי֙ אֶת־הָעִ֔יר וְנִקְרָ֥א שְׁמִ֖י עָלֶֽיהָ׃
29 וַיֶּאֱסֹ֥ף דָּוִ֛ד אֶת־כָּל־הָעָ֖ם וַיֵּ֣לֶךְ רַבָּ֑תָה וַיִּלָּ֥חֶם בָּ֖הּ וַֽיִּלְכְּדָֽהּ׃
30 וַיִּקַּ֣ח אֶת־עֲטֶֽרֶת־מַלְכָּ֩ם מֵעַ֨ל רֹאשׁ֜וֹ וּמִשְׁקָלָ֨הּ כִּכַּ֤ר זָהָב֙ וְאֶ֣בֶן יְקָרָ֔ה וַתְּהִ֖י עַל־רֹ֣אשׁ דָּוִ֑ד וּשְׁלַ֥ל הָעִ֛יר הוֹצִ֖יא הַרְבֵּ֥ה מְאֹֽד׃
31 וְאֶת־הָעָ֨ם אֲשֶׁר־בָּ֜הּ הוֹצִ֗יא וַיָּ֣שֶׂם בַּ֠מְּגֵרָה וּבַחֲרִצֵ֨י הַבַּרְזֶ֜ל וּֽבְמַגְזְרֹ֣ת הַבַּרְזֶל֮ וְהֶעֱבִ֣יר אוֹתָם֮ במלכן בַּמַּלְבֵּן֒ וְכֵ֣ן יַעֲשֶׂ֔ה לְכֹ֖ל עָרֵ֣י בְנֵֽי־עַמּ֑וֹן וַיָּ֧שָׁב דָּוִ֛ד וְכָל־הָעָ֖ם יְרוּשָׁלִָֽם׃
Capítulo 13
Amnón y Tamar
LBLA
1 Aconteció después de esto que Absalón, hijo de David, tenía una hermana muy hermosa que se llamaba Tamar, y Amnón, hijo de David, se enamoró de ella.
2 Y Amnón estaba tan atormentado a causa de su hermana Tamar que se enfermó, porque ella era virgen, y le parecía difícil a Amnón hacerle cosa alguna.
3 Pero Amnón tenía un amigo que se llamaba Jonadab, hijo de Simea, hermano de David; y Jonadab era un hombre muy astuto.
4 Y éste le dijo: Oh hijo del rey, ¿por qué estás tan demacrado de día en día? ¿No me lo contarás? Y Amnón le dijo: Estoy enamorado de Tamar, hermana de mi hermano Absalón.
5 Jonadab le dijo: Acuéstate en tu cama y finge que estás enfermo; y cuando tu padre venga a verte, dile: "Te ruego que dejes que mi hermana Tamar venga y me dé de comer, preparando la comida ante mi vista para que yo la vea, y la coma de su mano."
6 Amnón se acostó y fingió que estaba enfermo. Cuando el rey vino a verlo, Amnón dijo al rey: Te ruego que mi hermana Tamar venga y haga dos tortas ante mi vista, para que yo coma de su mano.
7 Entonces David mandó a Tamar a la casa, diciendo: Ve ahora a la casa de tu hermano Amnón y prepárale la comida.
8 Tamar fue a la casa de su hermano Amnón, y él estaba acostado. Y ella tomó masa, la amasó, hizo tortas ante su vista y coció las tortas.
9 Y tomó la sartén y las sirvió delante de él, pero él rehusó comer. Y Amnón dijo: Que salgan todos de aquí. Y todos salieron de allí.
10 Entonces Amnón dijo a Tamar: Trae la comida a la alcoba para que yo coma de tu mano. Y Tamar tomó las tortas que había hecho y las llevó a su hermano Amnón a la alcoba.
11 Cuando ella se las llevó para que comiera, él le echó mano, y le dijo: Ven, acuéstate conmigo, hermana mía.
12 Pero ella le respondió: No, hermano mío, no me fuerces, porque no se debe hacer esto en Israel; no cometas esta infamia.
13 Porque ¿adónde iría yo con mi deshonra? Y tú serías como uno de los insensatos en Israel. Ahora pues, te ruego que hables al rey, pues él no me negará a ti.
14 Pero él no quiso escucharla; como era más fuerte que ella, la forzó, y se acostó con ella.
15 Entonces Amnón la aborreció con un odio muy grande; porque el odio con que la aborreció fue mayor que el amor con que la había amado. Y Amnón le dijo: Levántate, vete.
16 Pero ella le respondió: No, porque esta injusticia que me haces, echándome fuera, es mayor que la otra que me has hecho. Mas él no quiso oírla.
17 Entonces llamó al joven que le servía, y le dijo: Echa a ésta fuera de aquí, y cierra la puerta tras ella.
18 Y llevaba ella un vestido de diversos colores, porque así vestían las hijas vírgenes del rey. Entonces su criado la echó fuera y cerró la puerta tras ella.
19 Y Tamar se puso ceniza sobre la cabeza, y rasgó el vestido de diversos colores que llevaba puesto, y puestas las manos sobre la cabeza, se fue gritando mientras caminaba.
20 Su hermano Absalón le dijo: ¿Ha estado contigo tu hermano Amnón? Cálmate ahora, hermana mía; es tu hermano. No tomes tan a pecho este asunto. Y Tamar se quedó desconsolada en casa de su hermano Absalón.
21 Cuando el rey David oyó todo esto, se enojó mucho.
22 Y Absalón no habló con Amnón ni bien ni mal; porque Absalón odiaba a Amnón, por cuanto había violado a su hermana Tamar.
23 Después de dos años, cuando los trasquiladores estaban en Baal-hazor, que está junto a Efraín, Absalón invitó a todos los hijos del rey.
24 Y vino Absalón al rey, y dijo: He aquí, tu siervo tiene trasquiladores; ruego que el rey y sus siervos vayan con tu siervo.
25 Pero el rey dijo a Absalón: No, hijo mío, no vayamos todos, para no ser carga para ti. Y aunque le insistió, no quiso ir, pero lo bendijo.
26 Entonces Absalón dijo: Si no, te ruego que dejes ir con nosotros a mi hermano Amnón. Y el rey le respondió: ¿Para qué ha de ir contigo?
27 Pero como Absalón le insistió, dejó ir con él a Amnón y a todos los hijos del rey.
28 Absalón ordenó a sus siervos, diciendo: Mirad, cuando el corazón de Amnón esté alegre por el vino, y cuando yo os diga: "Herid a Amnón", entonces matadle. No temáis; ¿no os lo he mandado yo? Tened ánimo y sed valientes.
29 Y los siervos de Absalón hicieron a Amnón tal como Absalón les había mandado. Entonces todos los hijos del rey se levantaron, y montando cada uno en su mulo, huyeron.
30 Estando ellos todavía en camino, llegó a David el rumor que decía: Absalón ha dado muerte a todos los hijos del rey y ninguno de ellos ha quedado.
31 Entonces el rey se levantó, rasgó sus vestidos y se echó en tierra; y todos sus siervos estaban de pie junto a él con los vestidos rasgados.
32 Y Jonadab, hijo de Simea, hermano de David, dijo: No crea mi señor que han dado muerte a todos los jóvenes, los hijos del rey, pues sólo Amnón ha muerto; porque por designio de Absalón esto estaba decidido desde el día que Amnón violó a su hermana Tamar.
33 Ahora pues, no tome mi señor el rey a pecho el rumor que dice: "todos los hijos del rey han muerto", porque sólo Amnón ha muerto.
34 Entre tanto, Absalón había huido. Y el joven que estaba de atalaya alzó los ojos y miró, y he aquí, mucha gente venía por el camino que estaba a su espalda, del lado del monte.
35 Y Jonadab dijo al rey: He aquí, vienen los hijos del rey; conforme a la palabra de tu siervo, así ha sucedido.
36 Y aconteció que cuando él acabó de hablar, he aquí, llegaron los hijos del rey y alzaron la voz y lloraron; y también el rey y todos sus siervos lloraron muy amargamente.
37 Pero Absalón huyó y fue a Talmai, hijo de Amiud, rey de Gesur. Y David hacía duelo por su hijo todos los días.
38 Absalón huyó y fue a Gesur, y estuvo allí tres años.
39 Y el rey David anhelaba ir donde Absalón, porque ya se había consolado acerca de Amnón, pues estaba muerto.
WLC
1 וַיְהִ֣י אַֽחֲרֵי־כֵ֗ן וּלְאַבְשָׁל֧וֹם בֶּן־דָּוִ֛ד אָח֥וֹת יָפָ֖ה וּשְׁמָ֣הּ תָּמָ֑ר וַיֶּאֱהָבֶ֖הָ אַמְנ֥וֹן בֶּן־דָּוִֽד׃
2 וַיֵּ֨צֶר לְאַמְנ֜וֹן לְהִתְחַלּ֗וֹת בַּֽעֲבוּר֙ תָּמָ֣ר אֲחֹת֔וֹ כִּ֥י בְתוּלָ֖ה הִ֑יא וַיִּפָּלֵא֙ בְּעֵינֵ֣י אַמְנ֔וֹן לַעֲשׂ֥וֹת לָ֖הּ מְאֽוּמָה׃
3 וּלְאַמְנ֣וֹן רֵ֗עַ וּשְׁמוֹ֙ יוֹנָדָ֔ב בֶּן־שִׁמְעָ֖ה אֲחִ֣י דָוִ֑ד וְי֣וֹנָדָ֔ב אִ֖ישׁ חָכָ֥ם מְאֹֽד׃
4 וַיֹּ֣אמֶר ל֗וֹ מַדּ֩וּעַ֩ אַתָּ֨ה כָּ֜כָה דַּ֣ל בֶּן־הַמֶּ֗לֶךְ בַּבֹּ֙קֶר֙ בַּבֹּ֔קֶר הֲל֖וֹא תַּגִּ֣יד לִ֑י וַיֹּ֤אמֶר לוֹ֙ אַמְנ֔וֹן אֶת־תָּמָ֗ר אֲחוֹת֙ אַבְשָׁלֹ֣ם אָחִ֔י אֲנִ֖י אֹהֵֽב׃
5 וַיֹּ֨אמֶר ל֜וֹ יְהוֹנָדָ֗ב שְׁכַ֤ב עַל־מִשְׁכָּבְךָ֙ וְהִתְחָ֔ל וּבָ֤א אָבִ֙יךָ֙ לִרְאוֹתֶ֔ךָ וְאָמַרְתָּ֣ אֵלָ֡יו תָּבֹא֩ נָ֨א תָמָ֜ר אֲחוֹתִ֗י וְתַבְרֵ֤נִי לֶ֙חֶם֙ וְעָשְׂתָ֤ה לְעֵינַי֙ אֶת־הַבִּרְיָ֔ה לְמַ֙עַן֙ אֲשֶׁ֣ר אֶרְאֶ֔ה וְאָכַלְתִּ֖י מִיָּדָֽהּ׃
6 וַיִּשְׁכַּ֥ב אַמְנ֖וֹן וַיִּתְחָ֑ל וַיָּבֹ֨א הַמֶּ֜לֶךְ לִרְאֹת֗וֹ וַיֹּ֨אמֶר אַמְנ֜וֹן אֶל־הַמֶּ֗לֶךְ תָּֽבוֹא־נָ֞א תָּמָ֤ר אֲחֹתִי֙ וּתְלַבֵּ֣ב לְעֵינַ֔י שְׁתֵּ֖י לְבִב֑וֹת וְאֶבְרֶ֖ה מִיָּדָֽהּ׃
7 וַיִּשְׁלַ֤ח דָּוִד֙ אֶל־תָּמָ֣ר הַבַּ֔יְתָה לֵאמֹ֑ר לְכִ֣י נָ֗א בֵּ֚ית אַמְנ֣וֹן אָחִ֔יךְ וַעֲשִׂי־ל֖וֹ הַבִּרְיָֽה׃
8 וַתֵּ֣לֶךְ תָּמָ֗ר בֵּ֛ית אַמְנ֥וֹן אָחִ֖יהָ וְה֣וּא שֹׁכֵ֑ב וַתִּקַּ֨ח אֶת־הַבָּצֵ֜ק ותלוש וַתָּ֣לָשׁ וַתְּלַבֵּ֣ב לְעֵינָ֔יו וַתְּבַשֵּׁ֖ל אֶת־הַלְּבִבֽוֹת׃
9 וַתִּקַּ֤ח אֶת־הַמַּשְׂרֵת֙ וַתִּצֹ֣ק לְפָנָ֔יו וַיְמָאֵ֖ן לֶאֱכ֑וֹל וַיֹּ֣אמֶר אַמְנ֗וֹן הוֹצִ֤יאוּ כָל־אִישׁ֙ מֵֽעָלַ֔י וַיֵּצְא֥וּ כָל־אִ֖ישׁ מֵעָלָֽיו׃
10 וַיֹּ֨אמֶר אַמְנ֜וֹן אֶל־תָּמָ֗ר הָבִ֤יאִי הַבִּרְיָה֙ הַחֶ֔דֶר וְאֶבְרֶ֖ה מִיָּדֵ֑ךְ וַתִּקַּ֣ח תָּמָ֗ר אֶת־הַלְּבִבוֹת֙ אֲשֶׁ֣ר עָשָׂ֔תָה וַתָּבֵ֛א לְאַמְנ֥וֹן אָחִ֖יהָ הֶחָֽדְרָה׃
11 וַתַּגֵּ֥שׁ אֵלָ֖יו לֶאֱכֹ֑ל וַיַּֽחֲזֶק־בָּ֗הּ וַיֹּ֥אמֶר לָ֛הּ בּ֥וֹאִי שִׁכְבִ֖י עִמִּ֥י אֲחוֹתִֽי׃
12 וַתֹּ֣אמֶר ל֗וֹ אַל־אָחִי֙ אַל־תְּעַנֵּ֔נִי כִּ֛י לֹא־יֵעָשֶׂ֥ה כֵ֖ן בְּיִשְׂרָאֵ֑ל אַֽל־תַּעֲשֵׂ֖ה אֶת־הַנְּבָלָ֥ה הַזֹּֽאת׃
13 וַאֲנִ֗י אָ֤נָה אוֹלִיךְ֙ אֶת־חֶרְפָּתִ֔י וְאַתָּ֗ה תִּהְיֶ֛ה כְּאַחַ֥ד הַנְּבָלִ֖ים בְּיִשְׂרָאֵ֑ל וְעַתָּ֗ה דַּבֶּר־נָא֙ אֶל־הַמֶּ֔לֶךְ כִּ֛י לֹ֥א יִמְנָעֵ֖נִי מִמֶּֽךָּ׃
14 וְלֹ֥א אָבָ֖ה לִשְׁמֹ֣עַ בְּקוֹלָ֑הּ וַיֶּחֱזַ֤ק מִמֶּ֙נָּה֙ וַיְעַנֶּ֔הָ וַיִּשְׁכַּ֖ב אֹתָֽהּ׃
15 וַיִּשְׂנָאֶ֣הָ אַמְנ֗וֹן שִׂנְאָה֙ גְּדוֹלָ֣ה מְאֹ֔ד כִּ֣י גְדוֹלָ֗ה הַשִּׂנְאָה֙ אֲשֶׁ֣ר שְׂנֵאָ֔הּ מֵאַהֲבָ֖ה אֲשֶׁ֣ר אֲהֵבָ֑הּ וַיֹּֽאמֶר־לָ֥הּ אַמְנ֖וֹן ק֥וּמִי לֵֽכִי׃
16 וַתֹּ֣אמֶר ל֗וֹ אַל־אוֹדֹ֞ת הָרָעָ֤ה הַגְּדוֹלָה֙ הַזֹּ֔את מֵאַחֶ֥רֶת אֲשֶׁר־עָשִׂ֥יתָ עִמִּ֖י לְשַׁלְּחֵ֑נִי וְלֹ֥א אָבָ֖ה לִשְׁמֹ֥עַֽ לָֽהּ׃
17 וַיִּקְרָ֗א אֶֽת־נַעֲרוֹ֙ מְשָׁ֣רְת֔וֹ וַיֹּ֕אמֶר שִׁלְח֥וּ־נָ֛א אֶת־זֹ֥את מֵעָלַ֖י הַח֑וּצָה וּנְעֹ֥ל הַדֶּ֖לֶת אַחֲרֶֽיהָ׃
18 וְעָלֶ֜יהָ כְּתֹ֣נֶת פַּסִּ֗ים כִּי֩ כֵ֨ן תִּלְבַּ֧שְׁןָ בְנוֹת־הַמֶּ֛לֶךְ הַבְּתוּלֹ֖ת מְעִילִ֑ים וַיֹּצֵ֨א אוֹתָ֤הּ מְשָֽׁרְתוֹ֙ הַח֔וּץ וְנָעַ֥ל הַדֶּ֖לֶת אַחֲרֶֽיהָ׃
19 וַתִּקַּ֨ח תָּמָ֥ר אֵ֙פֶר֙ עַל־רֹאשָׁ֔הּ וּכְתֹ֧נֶת הַפַּסִּ֛ים אֲשֶׁ֥ר עָלֶ֖יהָ קָרָ֑עָה וַתָּ֤שֶׂם יָדָהּ֙ עַל־רֹאשָׁ֔הּ וַתֵּ֥לֶךְ הָל֖וֹךְ וְזָעָֽקָה׃
20 וַיֹּ֨אמֶר אֵלֶ֜יהָ אַבְשָׁל֣וֹם אָחִ֗יהָ הַאֲמִינ֣וֹן אָחִיךְ֮ הָיָ֣ה עִמָּךְ֒ וְעַתָּ֣ה אֲחוֹתִ֗י הַחֲרִ֙ישִׁי֙ אָחִ֣יךְ ה֔וּא אַל־תָּשִׁ֥יתִי אֶת־לִבֵּ֖ךְ לַדָּבָ֣ר הַזֶּ֑ה וַתֵּ֣שֶׁב תָּמָ֗ר וְשֹֽׁמֵמָ֔ה בֵּ֖ית אַבְשָׁל֥וֹם אָחִֽיהָ׃
21 וְהַמֶּ֣לֶךְ דָּוִ֔ד שָׁמַ֕ע אֵ֥ת כָּל־הַדְּבָרִ֖ים הָאֵ֑לֶּה וַיִּ֥חַר ל֖וֹ מְאֹֽד׃
22 וְלֹֽא־דִבֶּ֧ר אַבְשָׁל֛וֹם עִם־אַמְנ֖וֹן לְמֵרָ֣ע וְעַד־ט֑וֹב כִּֽי־שָׂנֵ֤א אַבְשָׁלוֹם֙ אֶת־אַמְנ֔וֹן עַל־דְּבַר֙ אֲשֶׁ֣ר עִנָּ֔ה אֵ֖ת תָּמָ֥ר אֲחֹתֽוֹ׃
23 וַיְהִי֙ לִשְׁנָתַ֣יִם יָמִ֔ים וַיִּהְי֤וּ גֹֽזְזִים֙ לְאַבְשָׁל֔וֹם בְּבַ֥עַל חָצ֖וֹר אֲשֶׁ֣ר עִם־אֶפְרָ֑יִם וַיִּקְרָ֥א אַבְשָׁל֖וֹם לְכָל־בְּנֵ֥י הַמֶּֽלֶךְ׃
24 וַיָּבֹ֤א אַבְשָׁלוֹם֙ אֶל־הַמֶּ֔לֶךְ וַיֹּ֗אמֶר הִנֵּה־נָ֛א גֹזְזִ֖ים לְעַבְדֶּ֑ךָ יֵֽלֶךְ־נָ֥א הַמֶּ֛לֶךְ וַעֲבָדָ֖יו עִם־עַבְדֶּֽךָ׃
25 וַיֹּ֨אמֶר הַמֶּ֜לֶךְ אֶל־אַבְשָׁל֗וֹם אַל־בְּנִי֙ אַל־נָ֤א נֵלֵךְ֙ כֻּלָּ֔נוּ וְלֹ֥א נִכְבַּ֖ד עָלֶ֑יךָ וַיִּפְרָץ־בּ֕וֹ וְלֹא־אָבָ֥ה לָלֶ֖כֶת וַֽיְבָרֲכֵֽהוּ׃
26 וַיֹּ֙אמֶר֙ אַבְשָׁל֔וֹם וָלֹ֕א יֵֽלֶךְ־נָ֥א אִתָּ֖נוּ אַמְנ֣וֹן אָחִ֑י וַיֹּ֤אמֶר לוֹ֙ הַמֶּ֔לֶךְ לָ֥מָּה יֵלֵ֖ךְ עִמָּֽךְ׃
27 וַיִּפְרָץ־בּ֖וֹ אַבְשָׁל֑וֹם וַיִּשְׁלַ֤ח אִתּוֹ֙ אֶת־אַמְנ֔וֹן וְאֵ֖ת כָּל־בְּנֵ֥י הַמֶּֽלֶךְ׃
28 וַיְצַו֩ אַבְשָׁל֨וֹם אֶת־נְעָרָ֜יו לֵאמֹ֗ר רְא֣וּ נָ֠א כְּט֨וֹב לֵב־אַמְנ֤וֹן בַּיַּ֙יִן֙ וְאָמַרְתִּ֣י אֲלֵיכֶ֔ם הַכּ֧וּ אֶת־אַמְנ֛וֹן וַהֲמִתֶּ֥ם אֹת֖וֹ אַל־תִּירָ֑אוּ הֲל֗וֹא כִּ֤י אָֽנֹכִי֙ צִוִּ֣יתִי אֶתְכֶ֔ם חִזְק֖וּ וִהְי֥וּ לִבְנֵי־חָֽיִל׃
29 וַֽיַּעֲשׂ֞וּ נַעֲרֵ֤י אַבְשָׁלוֹם֙ לְאַמְנ֔וֹן כַּאֲשֶׁ֥ר צִוָּ֖ה אַבְשָׁל֑וֹם וַיָּקֻ֜מוּ כָּל־בְּנֵ֣י הַמֶּ֗לֶךְ וַֽיִּרְכְּבוּ֙ אִ֣ישׁ עַל־פִּרְדּ֔וֹ וַיָּנֻֽסוּ׃
30 וַיְהִי֙ הֵ֣מָּה בַדֶּ֔רֶךְ וְהַשְּׁמֻעָ֣ה בָ֔אָה אֶל־דָּוִ֖ד לֵאמֹ֑ר הִכָּ֤ה אַבְשָׁלוֹם֙ אֶת־כָּל־בְּנֵ֣י הַמֶּ֔לֶךְ וְלֹֽא־נוֹתַ֥ר מֵהֶ֖ם אֶחָֽד׃
31 וַיָּ֧קָם הַמֶּ֛לֶךְ וַיִּקְרַ֥ע אֶת־בְּגָדָ֖יו וַיִּשְׁכַּ֣ב אָ֑רְצָה וְכָל־עֲבָדָ֥יו נִצָּבִ֖ים קְרֻעֵ֥י בְגָדִֽים׃
32 וַיַּ֡עַן יוֹנָדָב֩ בֶּן־שִׁמְעָ֨ה אֲחִֽי־דָוִ֜ד וַיֹּ֗אמֶר אַל־יֹאמַ֤ר אֲדֹנִי֙ אֵ֣ת כָּל־הַנְּעָרִ֤ים בְּנֵֽי־הַמֶּ֙לֶךְ֙ הֵמִ֔יתוּ כִּֽי־אַמְנ֥וֹן לְבַדּ֖וֹ מֵ֑ת כִּֽי־עַל־פִּ֣י אַבְשָׁל֗וֹם הָיְתָ֤ה שׂוּמָה֙ מִיּוֹם֙ עַנֹּת֔וֹ אֵ֖ת תָּמָ֥ר אֲחֹתֽוֹ׃
33 וְעַתָּ֡ה אַל־יָשֵׂם֩ אֲדֹנִ֨י הַמֶּ֤לֶךְ אֶל־לִבּוֹ֙ דָּבָ֣ר לֵאמֹ֔ר כָּל־בְּנֵ֥י הַמֶּ֖לֶךְ מֵ֑תוּ כִּֽי־אִם־אַמְנ֥וֹן לְבַדּ֖וֹ מֵֽת׃
34 וַיִּבְרַ֖ח אַבְשָׁל֑וֹם וַיִּשָּׂ֨א הַנַּ֤עַר הַצֹּפֶה֙ אֶת־עֵינָ֔ו וַיַּ֗רְא וְהִנֵּ֨ה עַם־רַ֤ב הֹלְכִים֙ מִדֶּ֣רֶךְ אַחֲרָ֔יו מִצַּ֖ד הָהָֽר׃
35 וַיֹּ֤אמֶר יֽוֹנָדָב֙ אֶל־הַמֶּ֔לֶךְ הִנֵּ֥ה בְנֵֽי־הַמֶּ֖לֶךְ בָּ֑אוּ כִּדְבַ֥ר עַבְדְּךָ֖ כֵּ֥ן הָיָֽה׃
36 וַיְהִ֣י ׀ כְּכַלֹּת֣וֹ לְדַבֵּ֗ר וְהִנֵּ֤ה בְנֵֽי־הַמֶּ֙לֶךְ֙ בָּ֔אוּ וַיִּשְׂא֥וּ קוֹלָ֖ם וַיִּבְכּ֑וּ וְגַם־הַמֶּ֙לֶךְ֙ וְכָל־עֲבָדָ֔יו בָּכ֕וּ בְּכִ֖י גָּד֥וֹל מְאֹֽד׃
37 וְאַבְשָׁל֣וֹם בָּרַ֔ח וַיֵּ֛לֶךְ אֶל־תַּלְמַ֥י בֶּן־עמיחור עַמִּיה֖וּד מֶ֣לֶךְ גְּשׁ֑וּר וַיִּתְאַבֵּ֥ל עַל־בְּנ֖וֹ כָּל־הַיָּמִֽים׃
38 וְאַבְשָׁל֥וֹם בָּרַ֖ח וַיֵּ֣לֶךְ גְּשׁ֑וּר וַיְהִי־שָׁ֖ם שָׁלֹ֥שׁ שָׁנִֽים׃
39 וַתְּכַל֙ דָּוִ֣ד הַמֶּ֔לֶךְ לָצֵ֖את אֶל־אַבְשָׁל֑וֹם כִּֽי־נִחַ֥ם עַל־אַמְנ֖וֹן כִּי־מֵֽת׃
Capítulo 14
Joab trae a Absalón de vuelta
LBLA
1 Joab, hijo de Sarvia, comprendió que el corazón del rey se inclinaba hacia Absalón.
2 Y Joab envió a Tecoa, y trajo de allí una mujer sabia, y le dijo: Te ruego que finjas estar de duelo, que te pongas ropas de luto y no te unjas con aceite, sino que seas como una mujer que por muchos días ha estado de duelo por un muerto;
3 entonces ve al rey y háblale de esta manera. Y Joab puso las palabras en su boca.
4 Cuando la mujer de Tecoa habló al rey, cayó sobre su rostro en tierra, y postrándose, dijo: ¡Socorro, oh rey!
5 Y el rey le dijo: ¿Qué te sucede? Y ella respondió: Ciertamente soy viuda, pues mi marido ha muerto.
6 Tu sierva tenía dos hijos, y los dos riñeron en el campo, y no habiendo quien los separara, uno hirió al otro y lo mató.
7 Y he aquí que toda la familia se ha levantado contra tu sierva, y dicen: "Entrega al que hirió a su hermano, para que le demos muerte por la vida de su hermano a quien mató, y destruyamos también al heredero." Así extinguirán el ascua que me queda, no dejando a mi marido nombre ni remanente sobre la faz de la tierra.
8 Entonces el rey dijo a la mujer: Ve a tu casa, y daré órdenes respecto a ti.
9 Y la mujer de Tecoa dijo al rey: Oh rey señor mío, la iniquidad sea sobre mí y sobre la casa de mi padre, pero el rey y su trono sean sin culpa.
10 Y el rey dijo: Cualquiera que te hable, tráemelo, y no te molestará más.
11 Entonces ella dijo: Te ruego, oh rey, que te acuerdes del SEÑOR tu Dios, para que el vengador de sangre no aumente el daño, no sea que destruya a mi hijo. Y él dijo: Vive el SEÑOR, ni un pelo de tu hijo caerá a tierra.
12 Dijo entonces la mujer: Te ruego que permitas que tu sierva hable una palabra a mi señor el rey. Y él dijo: Habla.
13 Y la mujer dijo: ¿Por qué, pues, has pensado tal cosa contra el pueblo de Dios? Porque al decir esta palabra, el rey se hace como uno que es culpable, ya que el rey no hace volver a su desterrado.
14 Pues ciertamente moriremos; somos como el agua derramada en tierra que no se vuelve a recoger. Pero Dios no quita la vida, sino designa medios para que el desterrado no sea alejado de Él.
15 Ahora, la razón por la cual he venido a decir esta palabra a mi señor el rey, es porque el pueblo me ha atemorizado; por eso tu sierva se dijo: "Hablaré ahora al rey, tal vez el rey cumpla la petición de su sierva.
16 "Porque el rey oirá y librará a su sierva de mano del hombre que me destruiría a mí y a mi único hijo de la heredad de Dios."
17 Tu sierva, además, se dijo: "Que la palabra de mi señor el rey me traiga consuelo, pues como el ángel de Dios, así es mi señor el rey para discernir entre el bien y el mal. ¡Que el SEÑOR tu Dios sea contigo!"
18 Respondió el rey, y dijo a la mujer: Te ruego que no me ocultes nada de lo que voy a preguntarte. Y la mujer dijo: Hable mi señor el rey.
19 Y el rey dijo: ¿Está la mano de Joab contigo en todo esto? Y la mujer respondió y dijo: Vive tu alma, mi señor el rey, nadie puede desviarse ni a la derecha ni a la izquierda de todo lo que mi señor el rey ha hablado. En verdad fue tu siervo Joab quien me mandó, y fue él quien puso todas estas palabras en boca de tu sierva;
20 para cambiar el aspecto de este asunto tu siervo Joab ha hecho esto. Pero mi señor es sabio, como con la sabiduría del ángel de Dios, para saber todo lo que hay en la tierra.
21 Entonces el rey dijo a Joab: He aquí, ciertamente ahora haré esto; ve, y haz volver al joven Absalón.
22 Y Joab cayó rostro en tierra, y postrándose, bendijo al rey; entonces Joab dijo: Oh rey mi señor, hoy tu siervo sabe que he hallado gracia ante tus ojos, puesto que el rey ha concedido la petición de su siervo.
23 Joab se levantó, fue a Gesur y trajo a Absalón a Jerusalén.
24 Pero el rey dijo: Que vuelva a su casa y no vea mi rostro. Y Absalón volvió a su casa y no vio el rostro del rey.
25 Y no había en todo Israel ningún hombre tan bien parecido y tan celebrado como Absalón; desde la planta de su pie hasta la coronilla no había defecto en él.
26 Cuando se cortaba el cabello (y era al final de cada año que se lo cortaba, pues le pesaba mucho, por eso se lo cortaba), el cabello pesaba doscientos siclos según el peso real.
27 Y a Absalón le nacieron tres hijos y una hija que se llamaba Tamar; ella era una mujer de hermoso semblante.
28 Absalón residió dos años completos en Jerusalén sin ver el rostro del rey.
29 Entonces Absalón mandó a buscar a Joab para enviarlo al rey, pero él no quiso venir. Y por segunda vez mandó a buscarlo, pero no quiso venir.
30 Por lo cual dijo a sus siervos: Mirad, el campo de Joab está junto al mío, y tiene allí cebada; id y prendedle fuego. Y los siervos de Absalón prendieron fuego al campo.
31 Entonces Joab se levantó, vino a la casa de Absalón y le dijo: ¿Por qué tus siervos han prendido fuego a mi campo?
32 Y Absalón respondió a Joab: Mira, envié por ti, diciendo: "Ven acá, para enviarte al rey a decirle: '¿Para qué vine de Gesur? Mejor me hubiera sido estar aún allá.'" Ahora pues, vea yo el rostro del rey; y si hay iniquidad en mí, que me dé muerte.
33 Fue, pues, Joab al rey y se lo hizo saber; y llamó a Absalón, y él vino al rey y se postró sobre su rostro en tierra delante del rey. Y el rey besó a Absalón.
WLC
1 וַיֵּ֖דַע יוֹאָ֣ב בֶּן־צְרֻיָ֑ה כִּֽי־לֵ֥ב הַמֶּ֖לֶךְ עַל־אַבְשָׁלֽוֹם׃
2 וַיִּשְׁלַ֤ח יוֹאָב֙ תְּק֔וֹעָה וַיִּקַּ֥ח מִשָּׁ֖ם אִשָּׁ֣ה חֲכָמָ֑ה וַיֹּ֣אמֶר אֵ֠לֶיהָ הִֽתְאַבְּלִי־נָ֞א וְלִבְשִׁי־נָ֣א בִגְדֵי־אֵ֗בֶל וְאַל־תָּ֙סוּכִי֙ שֶׁ֔מֶן וְהָיִ֕ית כְּאִשָּׁ֗ה זֶ֚ה יָמִ֣ים רַבִּ֔ים מִתְאַבֶּ֖לֶת עַל־מֵֽת׃
3 וּבָאת֙ אֶל־הַמֶּ֔לֶךְ וְדִבַּ֥רְתְּ אֵלָ֖יו כַּדָּבָ֣ר הַזֶּ֑ה וַיָּ֧שֶׂם יוֹאָ֛ב אֶת־הַדְּבָרִ֖ים בְּפִֽיהָ׃
4 וַתֹּ֜אמֶר הָאִשָּׁ֤ה הַתְּקֹעִית֙ אֶל־הַמֶּ֔לֶךְ וַתִּפֹּ֧ל עַל־אַפֶּ֛יהָ אַ֖רְצָה וַתִּשְׁתָּ֑חוּ וַתֹּ֖אמֶר הוֹשִׁ֥עָה הַמֶּֽלֶךְ׃
5 וַיֹּֽאמֶר־לָ֥הּ הַמֶּ֖לֶךְ מַה־לָּ֑ךְ וַתֹּ֗אמֶר אֲבָל֙ אִשָּֽׁה־אַלְמָנָ֣ה אָ֔נִי וַיָּ֥מָת אִישִֽׁי׃
6 וּלְשִׁפְחָתְךָ֙ שְׁנֵ֣י בָנִ֔ים וַיִּנָּצ֤וּ שְׁנֵיהֶם֙ בַּשָּׂדֶ֔ה וְאֵ֥ין מַצִּ֖יל בֵּֽינֵיהֶ֑ם וַיַּכּ֧וֹ הָאֶחָ֛ד אֶת־הָאֶחָ֖ד וַיָּ֥מֶת אֹתֽוֹ׃
7 וְהִנֵּה֩ קָ֨מָה כָֽל־הַמִּשְׁפָּחָ֜ה עַל־שִׁפְחָתֶ֗ךָ וַיֹּאמְר֡וּ תְּ֠נִי אֶת־מַכֵּ֨ה אָחִ֜יו וּנְמִתֵ֣הוּ בְּנֶ֣פֶשׁ אָחִיו֮ אֲשֶׁ֣ר הָרָג֒ וְנַשְׁמִ֙ידָה֙ גַּ֣ם אֶת־הַיּוֹרֵ֔שׁ וְכִבּ֗וּ אֶת־גַּֽחַלְתִּי֙ אֲשֶׁ֣ר נִשְׁאָ֔רָה לְבִלְתִּ֧י שים־ שׂוּם־לְאִישִׁ֛י שֵׁ֥ם וּשְׁאֵרִ֖ית עַל־פְּנֵ֥י הָאֲדָמָֽה׃
8 וַיֹּ֧אמֶר הַמֶּ֛לֶךְ אֶל־הָאִשָּׁ֖ה לְכִ֣י לְבֵיתֵ֑ךְ וַאֲנִ֖י אֲצַוֶּ֥ה עָלָֽיִךְ׃
9 וַתֹּ֜אמֶר הָאִשָּׁ֤ה הַתְּקוֹעִית֙ אֶל־הַמֶּ֔לֶךְ עָלַ֞י אֲדֹנִ֥י הַמֶּ֛לֶךְ הֶעָוֺ֖ן וְעַל־בֵּ֣ית אָבִ֑י וְהַמֶּ֥לֶךְ וְכִסְא֖וֹ נָקִֽי׃
10 וַיֹּ֖אמֶר הַמֶּ֑לֶךְ הַֽמְדַבֵּ֤ר אֵלַ֙יִךְ֙ וַהֲבֵאת֣וֹ אֵלַ֔י וְלֹֽא־יֹסִ֥יף ע֖וֹד לָגַ֥עַת בָּֽךְ׃
11 וַתֹּ֡אמֶר יִזְכָּר־נָא֩ הַמֶּ֨לֶךְ אֶת־יְהוָ֜ה אֱלֹהֶ֗יךָ מהרבית מֵֽהַרְבַּת֙ גֹּאֵ֣ל הַדָּ֔ם לְשַׁחֵ֖ת וְלֹ֣א יַשְׁמִ֣ידוּ אֶת־בְּנִ֑י וַיֹּ֙אמֶר֙ חַי־יְהוָ֔ה אִם־יִפֹּ֛ל מִשַּׂעֲרַ֥ת בְּנֵ֖ךְ אָֽרְצָה׃
12 וַתֹּ֙אמֶר֙ הָֽאִשָּׁ֔ה תְּדַבֶּר־נָ֧א שִׁפְחָתְךָ֛ אֶל־אֲדֹנִ֥י הַמֶּ֖לֶךְ דָּבָ֑ר וַיֹּ֖אמֶר דַּבֵּֽרִי׃
13 וַתֹּ֙אמֶר֙ הָֽאִשָּׁ֔ה וְלָ֧מָּה חָשַׁ֛בְתָּה כָּזֹ֖את עַל־עַ֣ם אֱלֹהִ֑ים וּמִדַּבֵּ֨ר הַמֶּ֜לֶךְ הַדָּבָ֤ר הַזֶּה֙ כְּאָשֵׁ֔ם לְבִלְתִּ֛י הָשִׁ֥יב הַמֶּ֖לֶךְ אֶת־נִדְּחֽוֹ׃
14 כִּי־מ֣וֹת נָמ֔וּת וְכַמַּ֙יִם֙ הַנִּגָּרִ֣ים אַ֔רְצָה אֲשֶׁ֖ר לֹ֣א יֵאָסֵ֑פוּ וְלֹא־יִשָּׂ֤א אֱלֹהִים֙ נֶ֔פֶשׁ וְחָשַׁב֙ מַֽחֲשָׁב֔וֹת לְבִלְתִּ֛י יִדַּ֥ח מִמֶּ֖נּוּ נִדָּֽח׃
15 וְ֠עַתָּה אֲשֶׁר־בָּ֜אתִי לְדַבֵּ֨ר אֶל־הַמֶּ֤לֶךְ אֲדֹנִי֙ אֶת־הַדָּבָ֣ר הַזֶּ֔ה כִּ֥י יֵֽרְאֻ֖נִי הָעָ֑ם וַתֹּ֤אמֶר שִׁפְחָֽתְךָ֙ אֲדַבְּרָה־נָּ֣א אֶל־הַמֶּ֔לֶךְ אוּלַ֛י יַעֲשֶׂ֥ה הַמֶּ֖לֶךְ אֶת־דְּבַ֥ר אֲמָתֽוֹ׃
16 כִּ֚י יִשְׁמַ֣ע הַמֶּ֔לֶךְ לְהַצִּ֥יל אֶת־אֲמָת֖וֹ מִכַּ֣ף הָאִ֑ישׁ לְהַשְׁמִ֨יד אֹתִ֤י וְאֶת־בְּנִי֙ יַ֔חַד מִֽנַּחֲלַ֖ת אֱלֹהִֽים׃
17 וַתֹּ֙אמֶר֙ שִׁפְחָ֣תְךָ֔ יִֽהְיֶה־נָּ֛א דְּבַר־אֲדֹנִ֥י הַמֶּ֖לֶךְ לִמְנוּחָ֑ה כִּ֣י ׀ כְּמַלְאַ֣ךְ הָאֱלֹהִ֗ים כֵּ֣ן אֲדֹנִ֤י הַמֶּ֙לֶךְ֙ לִשְׁמֹ֙עַ֙ הַטּ֣וֹב וְהָרָ֔ע וַיהוָ֥ה אֱלֹהֶ֖יךָ יְהִ֥י עִמָּֽךְ׃
18 וַיַּ֣עַן הַמֶּ֗לֶךְ וַיֹּ֙אמֶר֙ אֶל־הָ֣אִשָּׁ֔ה אַל־נָ֨א תְכַחֲדִ֤י מִמֶּ֙נִּי֙ דָּבָ֔ר אֲשֶׁ֥ר אָנֹכִ֖י שֹׁאֵ֣ל אֹתָ֑ךְ וַתֹּ֙אמֶר֙ הָֽאִשָּׁ֔ה יְדַבֶּר־נָ֖א אֲדֹנִ֥י הַמֶּֽלֶךְ׃
19 וַיֹּ֣אמֶר הַמֶּ֔לֶךְ הֲיַ֥ד יוֹאָ֛ב אִתָּ֖ךְ בְּכָל־זֹ֑את וַתַּ֣עַן הָאִשָּׁ֣ה וַתֹּ֡אמֶר חֵֽי־נַפְשְׁךָ֩ אֲדֹנִ֨י הַמֶּ֜לֶךְ אִם־אִ֣שׁ ׀ לְהֵמִ֣ין וּלְהַשְׂמִ֗יל מִכֹּל֙ אֲשֶׁר־דִּבֶּ֣ר אֲדֹנִ֣י הַמֶּ֔לֶךְ כִּֽי־עַבְדְּךָ֤ יוֹאָב֙ ה֣וּא צִוָּ֔נִי וְה֗וּא שָׂ֚ם בְּפִ֣י שִׁפְחָֽתְךָ֔ אֵ֥ת כָּל־הַדְּבָרִ֖ים הָאֵֽלֶּה׃
20 לְבַעֲב֤וּר סַבֵּב֙ אֶת־פְּנֵ֣י הַדָּבָ֔ר עָשָׂ֛ה עַבְדְּךָ֥ יוֹאָ֖ב אֶת־הַדָּבָ֣ר הַזֶּ֑ה וַאדֹנִ֤י חָכָם֙ כְּחָכְמַת֙ מַלְאַ֣ךְ הָאֱלֹהִ֔ים לָדַ֖עַת אֶת־כָּל־אֲשֶׁ֥ר בָּאָֽרֶץ׃
21 וַיֹּ֤אמֶר הַמֶּ֙לֶךְ֙ אֶל־יוֹאָ֔ב הִנֵּה־נָ֥א עָשִׂ֖יתִי אֶת־הַדָּבָ֣ר הַזֶּ֑ה וְלֵ֛ךְ הָשֵׁ֥ב אֶת־הַנַּ֖עַר אֶת־אַבְשָׁלֽוֹם׃
22 וַיִּפֹּל֩ יוֹאָ֨ב אֶל־פָּנָ֥יו אַ֛רְצָה וַיִּשְׁתַּ֖חוּ וַיְבָ֣רֶךְ אֶת־הַמֶּ֑לֶךְ וַיֹּ֣אמֶר יוֹאָ֡ב הַיּוֹם֩ יָדַ֨ע עַבְדְּךָ֜ כִּי־מָצָ֨אתִי חֵ֤ן בְּעֵינֶ֙יךָ֙ אֲדֹנִ֣י הַמֶּ֔לֶךְ אֲשֶׁר־עָשָׂ֥ה הַמֶּ֖לֶךְ אֶת־דְּבַ֥ר עַבְדֶּֽךָ׃
23 וַיָּ֥קָם יוֹאָ֖ב וַיֵּ֣לֶךְ גְּשׁ֑וּרָה וַיָּבֵ֥א אֶת־אַבְשָׁל֖וֹם יְרוּשָׁלִָֽם׃
24 וַיֹּ֣אמֶר הַמֶּ֗לֶךְ יִסֹּב֙ אֶל־בֵּית֔וֹ וּפָנַ֖י לֹ֣א יִרְאֶ֑ה וַיִּסֹּ֤ב אַבְשָׁלוֹם֙ אֶל־בֵּית֔וֹ וּפְנֵ֥י הַמֶּ֖לֶךְ לֹ֥א רָאָֽה׃
25 וּכְאַבְשָׁל֗וֹם לֹא־הָיָ֧ה אִישׁ־יָפֶ֛ה בְּכָל־יִשְׂרָאֵ֖ל לְהַלֵּ֣ל מְאֹ֑ד מִכַּ֤ף רַגְלוֹ֙ וְעַ֣ד קָדְקֳד֔וֹ לֹא־הָיָ֥ה ב֖וֹ מֽוּם׃
26 וּֽבְגַלְּחוֹ֮ אֶת־רֹאשׁוֹ֒ וְהָיָ֗ה מִקֵּץ֙ יָמִ֣ים ׀ לַיָּמִ֔ים אֲשֶׁ֥ר יְגַלֵּ֖חַ כִּֽי־כָבֵ֣ד עָלָ֔יו וְגִלְּח֑וֹ וְשָׁקַל֙ אֶת־שְׂעַ֣ר רֹאשׁ֔וֹ מָאתַ֥יִם שְׁקָלִ֖ים בְּאֶ֥בֶן הַמֶּֽלֶךְ׃
27 וַיִּוָּֽלְד֤וּ לְאַבְשָׁלוֹם֙ שְׁלוֹשָׁ֣ה בָנִ֔ים וּבַ֥ת אַחַ֖ת וּשְׁמָ֣הּ תָּמָ֑ר הִ֣יא הָיְתָ֔ה אִשָּׁ֖ה יְפַ֥ת מַרְאֶֽה׃
28 וַיֵּ֧שֶׁב אַבְשָׁל֛וֹם בִּירוּשָׁלִַ֖ם שְׁנָתַ֣יִם יָמִ֑ים וּפְנֵ֥י הַמֶּ֖לֶךְ לֹ֥א רָאָֽה׃
29 וַיִּשְׁלַ֨ח אַבְשָׁל֜וֹם אֶל־יוֹאָ֗ב לִשְׁלֹ֤חַ אֹתוֹ֙ אֶל־הַמֶּ֔לֶךְ וְלֹ֥א אָבָ֖ה לָב֣וֹא אֵלָ֑יו וַיִּשְׁלַ֥ח עוֹד֙ שֵׁנִ֔ית וְלֹ֥א אָבָ֖ה לָבֽוֹא׃
30 וַיֹּ֨אמֶר אֶל־עֲבָדָ֜יו רְא֣וּ ׀ חֶלְקַ֥ת יוֹאָ֛ב אֶל־יָדִ֖י וְלוֹ־שָׁ֣ם שְׂעֹרִ֑ים לְכ֣וּ והוצתיה וְהַצִּית֥וּהָ בָאֵ֔שׁ וַיַּצִּ֜תוּ עַבְדֵ֧י אַבְשָׁל֛וֹם אֶת־הַחֶלְקָ֖ה בָּאֵֽשׁ׃
31 וַיָּ֣קָם יוֹאָ֗ב וַיָּבֹ֛א אֶל־אַבְשָׁל֖וֹם הַבָּ֑יְתָה וַיֹּ֣אמֶר אֵלָ֔יו לָ֣מָּה הִצִּ֧יתוּ עֲבָדֶ֛ךָ אֶת־הַחֶלְקָ֥ה אֲשֶׁר־לִ֖י בָּאֵֽשׁ׃
32 וַיֹּ֨אמֶר אַבְשָׁל֜וֹם אֶל־יוֹאָ֗ב הִנֵּה֩ שָׁלַ֨חְתִּי אֵלֶ֜יךָ ׀ לֵאמֹ֡ר בֹּ֣א הֵ֠נָּה וְאֶשְׁלְחָ֨ה אֹתְךָ֥ אֶל־הַמֶּלֶךְ֮ לֵאמֹר֒ לָ֣מָּה בָּ֣אתִי מִגְּשׁ֔וּר ט֥וֹב לִ֖י עֹ֣ד אֲנִי־שָׁ֑ם וְעַתָּ֗ה אֶרְאֶה֙ פְּנֵ֣י הַמֶּ֔לֶךְ וְאִם־יֶשׁ־בִּ֥י עָוֺ֖ן וֶהֱמִתָֽנִי׃
33 וַיָּבֹ֨א יוֹאָ֥ב אֶל־הַמֶּ֘לֶךְ֮ וַיַּגֶּד־לוֹ֒ וַיִּקְרָ֣א אֶל־אַבְשָׁל֗וֹם וַיָּבֹ֤א אֶל־הַמֶּ֙לֶךְ֙ וַיִּשְׁתַּ֨חוּ ל֧וֹ עַל־אַפָּ֛יו אַ֖רְצָה לִפְנֵ֣י הַמֶּ֑לֶךְ וַיִּשַּׁ֥ק הַמֶּ֖לֶךְ לְאַבְשָׁלֽוֹם׃
Capítulo 15
Conspiración de Absalón
LBLA
1 Aconteció después de esto que Absalón se hizo de un carro y caballos y de cincuenta hombres que corrieran delante de él.
2 Y Absalón se levantaba temprano y se ponía a un lado del camino de la puerta; y sucedía que todo aquel que tenía un pleito y venía al rey para juicio, Absalón lo llamaba y le decía: ¿De qué ciudad eres? Y él respondía: Tu siervo es de una de las tribus de Israel.
3 Entonces Absalón le decía: Mira, tu causa es buena y justa, pero nadie te va a escuchar de parte del rey.
4 Decía además Absalón: ¡Quién me nombrara juez en la tierra! Para que viniera a mí todo hombre que tenga pleito o causa, yo le haría justicia.
5 Y sucedía que cuando alguno se acercaba y se postraba ante él, él extendía su mano, lo levantaba y lo besaba.
6 De esta manera Absalón trataba a todo israelita que venía al rey para juicio; y así Absalón robó el corazón de los hombres de Israel.
7 Y sucedió que al cabo de cuatro años, Absalón dijo al rey: Te ruego me permitas ir a Hebrón a pagar mi voto que he hecho al SEÑOR.
8 Porque tu siervo hizo voto mientras yo habitaba en Gesur, en Aram, diciendo: "Si en verdad el SEÑOR me hace volver a Jerusalén, entonces yo serviré al SEÑOR."
9 Y el rey le dijo: Ve en paz. Y él se levantó y fue a Hebrón.
10 Pero Absalón envió espías por todas las tribus de Israel, diciendo: Tan pronto como oigáis el sonido de la trompeta, entonces diréis: "Absalón es rey en Hebrón."
11 Con Absalón fueron doscientos hombres de Jerusalén, que fueron invitados y fueron inocentemente, sin saber nada.
12 Y Absalón envió por Ahitofel gilonita, consejero de David, desde Gilo su ciudad, cuando ofrecía los sacrificios. Y la conspiración se hacía fuerte, pues el pueblo que estaba con Absalón aumentaba continuamente.
13 Entonces un mensajero vino a David, diciendo: El corazón de los hombres de Israel está con Absalón.
14 Y David dijo a todos sus siervos que estaban con él en Jerusalén: Levantaos y huyamos, porque ninguno de nosotros escapará de Absalón. Id de prisa, no sea que nos alcance pronto, traiga desgracia sobre nosotros y hiera la ciudad a filo de espada.
15 Y los siervos del rey dijeron al rey: He aquí, tus siervos están listos para hacer todo lo que nuestro señor el rey decida.
16 Salió, pues, el rey, y toda su casa con él, dejando el rey a diez concubinas para guardar la casa.
17 El rey salió, y todo el pueblo con él, y se detuvieron en la última casa.
18 Y todos sus siervos pasaron junto a él, y todos los cereteos, los peleteos y todos los geteos, seiscientos hombres que habían venido con él desde Gat, iban delante del rey.
19 Y el rey dijo a Itai geteo: ¿Por qué has de venir tú también con nosotros? Regresa y quédate con el rey, porque eres extranjero y también desterrado; regresa a tu lugar.
20 Llegaste apenas ayer, ¿y he de hacer hoy que cambies de lugar con nosotros, mientras yo voy a donde vaya? Regresa y haz volver a tus hermanos contigo; la misericordia y la verdad sean contigo.
21 Pero Itai respondió al rey y dijo: Vive el SEÑOR y vive mi señor el rey, que ciertamente dondequiera que esté mi señor el rey, ya sea para muerte o para vida, allí también estará tu siervo.
22 Entonces David dijo a Itai: Ve y pasa adelante. Y pasó Itai geteo con todos sus hombres y con todos los pequeños que estaban con él.
23 Y todo el país lloraba a gran voz mientras pasaba todo el pueblo, y el rey cruzaba el torrente Cedrón; y todo el pueblo pasó en dirección al desierto.
24 Y he aquí, también iba Sadoc y todos los levitas con él, llevando el arca del pacto de Dios. Y asentaron el arca de Dios, y subió Abiatar después que todo el pueblo hubo acabado de salir de la ciudad.
25 Y el rey dijo a Sadoc: Haz volver el arca de Dios a la ciudad. Si hallo gracia ante los ojos del SEÑOR, entonces me hará volver y me mostrará tanto a ella como a su morada.
26 Pero si Él dice así: "No me complazco en ti", mira, aquí estoy, que haga de mí lo que le parezca bien.
27 El rey dijo también al sacerdote Sadoc: ¿No eres vidente? Vuelve en paz a la ciudad, y vuestros dos hijos con vosotros, tu hijo Ahimaas y Jonatán, hijo de Abiatar.
28 Mirad, yo me detendré en los vados del desierto hasta que venga palabra vuestra para informarme.
29 Sadoc y Abiatar hicieron volver el arca de Dios a Jerusalén, y se quedaron allí.
30 Y David subía por la cuesta del monte de los Olivos, y mientras subía, lloraba con la cabeza cubierta y los pies descalzos. Y todo el pueblo que iba con él cubrió cada uno su cabeza, e iban llorando mientras subían.
31 Y alguien dio aviso a David, diciendo: Ahitofel está entre los conspiradores con Absalón. Y David dijo: Oh SEÑOR, te ruego, haz necio el consejo de Ahitofel.
32 Y aconteció que cuando David llegó a la cumbre, donde se adoraba a Dios, he aquí, Husai arquita le salió al encuentro con su manto rasgado y polvo sobre su cabeza.
33 Y David le dijo: Si pasas conmigo, entonces me serás una carga.
34 Pero si regresas a la ciudad y dices a Absalón: "Seré tu siervo, oh rey; como he sido siervo de tu padre en el pasado, así seré ahora tu siervo", entonces frustrarás para mí el consejo de Ahitofel.
35 ¿No estarán contigo allí los sacerdotes Sadoc y Abiatar? Todo lo que oigas de la casa del rey, se lo informarás a los sacerdotes Sadoc y Abiatar.
36 He aquí, sus dos hijos, Ahimaas, hijo de Sadoc, y Jonatán, hijo de Abiatar, están con ellos; por medio de ellos me enviaréis todo lo que oigáis.
37 Husai, amigo de David, entró en la ciudad cuando Absalón entraba en Jerusalén.
WLC
1 וַיְהִי֙ מֵאַ֣חֲרֵי כֵ֔ן וַיַּ֤עַשׂ לוֹ֙ אַבְשָׁל֔וֹם מֶרְכָּבָ֖ה וְסֻסִ֑ים וַחֲמִשִּׁ֥ים אִ֖ישׁ רָצִ֥ים לְפָנָֽיו׃
2 וְהִשְׁכִּים֙ אַבְשָׁל֔וֹם וְעָמַ֕ד עַל־יַ֖ד דֶּ֣רֶךְ הַשָּׁ֑עַר וַיְהִ֡י כָּל־הָאִישׁ֩ אֲשֶׁר־יִֽהְיֶה־לּ֨וֹ רִ֜יב לָב֣וֹא אֶל־הַמֶּ֣לֶךְ לַמִּשְׁפָּ֗ט וַיִּקְרָ֨א אַבְשָׁל֤וֹם אֵלָיו֙ וַיֹּ֗אמֶר אֵֽי־מִזֶּ֥ה עִיר֙ אַ֔תָּה וַיֹּ֕אמֶר מֵאַחַ֛ד שִׁבְטֵ֥י יִשְׂרָאֵ֖ל עַבְדֶּֽךָ׃
3 וַיֹּ֤אמֶר אֵלָיו֙ אַבְשָׁל֔וֹם רְאֵ֥ה דְבָרֶ֖ךָ טוֹבִ֣ים וּנְכֹחִ֑ים וְשֹׁמֵ֥עַ אֵין־לְךָ֖ מֵאֵ֥ת הַמֶּֽלֶךְ׃
4 וַיֹּ֙אמֶר֙ אַבְשָׁל֔וֹם מִי־יְשִׂמֵ֥נִי שֹׁפֵ֖ט בָּאָ֑רֶץ וְעָלַ֗י יָב֥וֹא כָּל־אִישׁ֙ אֲשֶׁר־יִֽהְיֶה־לּוֹ־רִ֣יב וּמִשְׁפָּ֔ט וְהִצְדַּקְתִּֽיו׃
5 וְהָיָ֗ה בִּקְרָב־אִישׁ֙ לְהִשְׁתַּחֲוֺ֣ת ל֔וֹ וְשָׁלַ֧ח אֶת־יָד֛וֹ וְהֶחֱזִ֥יק ל֖וֹ וְנָ֥שַׁק לֽוֹ׃
6 וַיַּ֨עַשׂ אַבְשָׁל֜וֹם כַּדָּבָ֤ר הַזֶּה֙ לְכָל־יִשְׂרָאֵ֔ל אֲשֶׁר־יָבֹ֥אוּ לַמִּשְׁפָּ֖ט אֶל־הַמֶּ֑לֶךְ וַיְגַנֵּ֣ב אַבְשָׁל֔וֹם אֶת־לֵ֖ב אַנְשֵׁ֥י יִשְׂרָאֵֽל׃
7 וַיְהִ֕י מִקֵּ֖ץ אַרְבָּעִ֣ים שָׁנָ֑ה וַיֹּ֤אמֶר אַבְשָׁלוֹם֙ אֶל־הַמֶּ֔לֶךְ אֵ֣לֲכָה נָּ֗א וַאֲשַׁלֵּ֧ם אֶת־נִדְרִ֛י אֲשֶׁר־נָדַ֥רְתִּי לַֽיהוָ֖ה בְּחֶבְרֽוֹן׃
8 כִּי־נֵ֜דֶר נָדַ֣ר עַבְדְּךָ֗ בְּשִׁבְתִּי֙ בִגְשׁ֣וּר בַּאֲרָ֔ם לֵאמֹ֑ר אִם־ישיב יָשׁ֨וֹב יְשִׁיבֵ֤נִי יְהוָה֙ יְר֣וּשָׁלִַ֔ם וְעָבַדְתִּ֖י אֶת־יְהוָֽה׃
9 וַיֹּֽאמֶר־ל֥וֹ הַמֶּ֖לֶךְ לֵ֣ךְ בְּשָׁל֑וֹם וַיָּ֖קָם וַיֵּ֥לֶךְ חֶבְרֽוֹנָה׃
10 וַיִּשְׁלַ֤ח אַבְשָׁלוֹם֙ מְרַגְּלִ֔ים בְּכָל־שִׁבְטֵ֥י יִשְׂרָאֵ֖ל לֵאמֹ֑ר כְּשָׁמְעֲכֶם֙ אֶת־ק֣וֹל הַשֹּׁפָ֔ר וַאֲמַרְתֶּ֕ם מָלַ֥ךְ אַבְשָׁל֖וֹם בְּחֶבְרֽוֹן׃
11 וְאֶת־אַבְשָׁל֗וֹם הָֽלְכ֞וּ מָאתַ֤יִם אִישׁ֙ מִיר֣וּשָׁלִַ֔ם קְרֻאִ֖ים וְהֹלְכִ֣ים לְתֻמָּ֑ם וְלֹ֥א יָדְע֖וּ כָּל־דָּבָֽר׃
12 וַיִּשְׁלַ֣ח אַבְשָׁל֗וֹם אֶת־אֲחִיתֹ֤פֶל הַגִּילֹנִי֙ יוֹעֵ֣ץ דָּוִ֔ד מֵֽעִיר֖וֹ מִגִּלֹ֑ה בְּזָבְח֣וֹ אֶת־הַזְּבָחִ֔ים וַיְהִ֤י הַקֶּ֙שֶׁר֙ אַמִּ֔ץ וְהָעָ֛ם הוֹלֵ֥ךְ וָרָ֖ב אֶת־אַבְשָׁלֽוֹם׃
13 וַיָּבֹ֥א הַמַּגִּ֖יד אֶל־דָּוִ֣ד לֵאמֹ֑ר הָיָ֛ה לֶב־אִ֥ישׁ יִשְׂרָאֵ֖ל אַחֲרֵ֥י אַבְשָׁלֽוֹם׃
14 וַיֹּ֣אמֶר דָּ֠וִד לְכָל־עֲבָדָ֨יו אֲשֶׁר־אִתּ֥וֹ בִירוּשָׁלִַ֛ם ק֥וּמוּ וְנִבְרָ֖חָה כִּ֣י לֹֽא־תִהְיֶה־לָּ֧נוּ פְלֵיטָ֛ה מִפְּנֵ֥י אַבְשָׁל֖וֹם מַהֲר֣וּ לָלֶ֑כֶת פֶּן־יְמַהֵ֣ר וְהִשִּׂגָ֗נוּ וְהִדִּ֤יחַ עָלֵ֙ינוּ֙ אֶת־הָ֣רָעָ֔ה וְהִכָּ֥ה הָעִ֖יר לְפִי־חָֽרֶב׃
15 וַיֹּאמְר֥וּ עַבְדֵֽי־הַמֶּ֖לֶךְ אֶל־הַמֶּ֑לֶךְ כְּכֹ֧ל אֲשֶׁר־יִבְחַ֛ר אֲדֹנִ֥י הַמֶּ֖לֶךְ הִנֵּ֥ה עֲבָדֶֽיךָ׃
16 וַיֵּצֵ֥א הַמֶּ֛לֶךְ וְכָל־בֵּית֖וֹ בְּרַגְלָ֑יו וַיַּעֲזֹ֣ב הַמֶּ֗לֶךְ אֵ֣ת עֶ֧שֶׂר נָשִׁ֛ים פִּֽלַגְשִׁ֖ים לִשְׁמֹ֥ר הַבָּֽיִת׃
17 וַיֵּצֵ֥א הַמֶּ֖לֶךְ וְכָל־הָעָ֣ם בְּרַגְלָ֑יו וַיַּעַמְד֖וּ בֵּ֥ית הַמֶּרְחָֽק׃
18 וְכָל־עֲבָדָיו֙ עֹבְרִ֣ים עַל־יָד֔וֹ וְכָל־הַכְּרֵתִ֥י וְכָל־הַפְּלֵתִ֖י וְכָל־הַגִּתִּ֑ים שֵׁשׁ־מֵא֣וֹת אִ֗ישׁ אֲשֶׁר־בָּ֤אוּ בְרַגְלוֹ֙ מִגַּ֔ת עֹבְרִ֖ים עַל־פְּנֵ֥י הַמֶּֽלֶךְ׃
19 וַיֹּ֤אמֶר הַמֶּ֙לֶךְ֙ אֶל־אִתַּ֣י הַגִּתִּ֔י לָ֧מָּה תֵלֵ֛ךְ גַּם־אַתָּ֖ה אִתָּ֑נוּ שׁ֣וּב וְשֵׁ֤ב עִם־הַמֶּ֙לֶךְ֙ כִּי־נָכְרִ֣י אַ֔תָּה וְגַם־גֹּלֶ֥ה אַתָּ֖ה לִמְקוֹמֶֽךָ׃
20 תְּמ֣וֹל ׀ בּוֹאֶ֗ךָ וְהַיּ֞וֹם אנועך אֲנִֽיעֲךָ֤ לָלֶ֙כֶת֙ עִמָּ֔נוּ וַאֲנִ֣י הוֹלֵ֔ךְ עַ֖ל אֲשֶׁר־אֲנִ֣י הוֹלֵ֑ךְ שׁ֛וּב וְהָשֵׁ֥ב אֶת־אַחֶ֖יךָ עִמָּ֑ךְ חֶ֖סֶד וֶאֱמֶֽת׃
21 וַיַּ֤עַן אִתַּי֙ אֶת־הַמֶּ֔לֶךְ וַיֹּאמַ֑ר חַי־יְהוָ֗ה וְחֵי֙ אֲדֹנִ֣י הַמֶּ֔לֶךְ כִּ֠י אִם־בִּמְק֞וֹם אֲשֶׁ֨ר יִֽהְיֶה־שָּׁ֜ם אֲדֹנִ֣י הַמֶּ֗לֶךְ אִם־לְמָ֙וֶת֙ אִם־לְחַיִּ֔ים כִּי־שָׁ֖ם יִהְיֶ֥ה עַבְדֶּֽךָ׃
22 וַיֹּ֧אמֶר דָּוִ֛ד אֶל־אִתַּ֖י לֵ֣ךְ וַעֲבֹ֑ר וַֽיַּעֲבֹר֙ אִתַּ֣י הַגִּתִּ֔י וְכָל־אֲנָשָׁ֕יו וְכָל־הַטַּ֖ף אֲשֶׁ֥ר אִתּֽוֹ׃
23 וְכָל־הָאָ֗רֶץ בּוֹכִים֙ ק֣וֹל גָּד֔וֹל וְכָל־הָעָ֖ם עֹֽבְרִ֑ים וְהַמֶּ֗לֶךְ עֹבֵר֙ בְּנַ֣חַל קִדְר֔וֹן וְכָל־הָעָם֙ עֹבְרִ֔ים עַל־פְּנֵי־דֶ֖רֶךְ אֶת־הַמִּדְבָּֽר׃
24 וְהִנֵּ֨ה גַם־צָד֜וֹק וְכָֽל־הַלְוִיִּ֣ם אִתּ֗וֹ נֹֽשְׂאִים֙ אֶת־אֲרוֹן֙ בְּרִ֣ית הָאֱלֹהִ֔ים וַיַּצִּ֙קוּ֙ אֶת־אֲר֣וֹן הָאֱלֹהִ֔ים וַיַּ֖עַל אֶבְיָתָ֑ר עַד־תֹּ֥ם כָּל־הָעָ֖ם לַעֲב֥וֹר מִן־הָעִֽיר׃
25 וַיֹּ֤אמֶר הַמֶּ֙לֶךְ֙ לְצָד֔וֹק הָשֵׁ֛ב אֶת־אֲר֥וֹן הָאֱלֹהִ֖ים הָעִ֑יר אִם־אֶמְצָ֤א חֵן֙ בְּעֵינֵ֣י יְהוָ֔ה וֶהֱשִׁבַ֕נִי וְהִרְאַ֥נִי אֹת֖וֹ וְאֶת־נָוֵֽהוּ׃
26 וְאִם֙ כֹּ֣ה יֹאמַ֔ר לֹ֥א חָפַ֖צְתִּי בָּ֑ךְ הִנְנִ֕י יַֽעֲשֶׂה־לִּ֕י כַּאֲשֶׁ֥ר ט֖וֹב בְּעֵינָֽיו׃
27 וַיֹּ֤אמֶר הַמֶּ֙לֶךְ֙ אֶל־צָד֣וֹק הַכֹּהֵ֔ן הֲרוֹאֶ֖ה אַתָּ֑ה שֻׁ֧בָה הָעִ֣יר בְּשָׁל֗וֹם וַאֲחִימַ֤עַץ בִּנְךָ֙ וִיהוֹנָתָ֧ן בֶּן־אֶבְיָתָ֛ר שְׁנֵ֥י בְנֵיכֶ֖ם אִתְּכֶֽם׃
28 רְא֗וּ אָנֹכִי֙ מִתְמַהְמֵ֙הַ֙ בעברות בְּעַֽרְב֣וֹת הַמִּדְבָּ֔ר עַ֣ד בּ֥וֹא דָבָ֛ר מֵעִמָּכֶ֖ם לְהַגִּ֥יד לִֽי׃
29 וַיָּ֨שֶׁב צָד֧וֹק וְאֶבְיָתָ֛ר אֶת־אֲר֥וֹן הָאֱלֹהִ֖ים יְרוּשָׁלִָ֑ם וַיֵּשְׁב֖וּ שָֽׁם׃
30 וְדָוִ֡ד עֹלֶה֩ בְמַעֲלֵ֨ה הַזֵּיתִ֜ים עֹלֶ֣ה ׀ וּבוֹכֶ֗ה וְרֹ֥אשׁ לוֹ֙ חָפ֔וּי וְה֥וּא הֹלֵ֖ךְ יָחֵ֑ף וְכָל־הָעָ֣ם אֲשֶׁר־אִתּ֗וֹ חָפוּ֙ אִ֣ישׁ רֹאשׁ֔וֹ וְעָל֖וּ עָלֹ֥ה וּבָכֹֽה׃
31 וְדָוִ֗ד הִגִּ֤יד לֵאמֹר֙ אֲחִיתֹ֣פֶל בַּקֹּֽשְׁרִ֔ים עִם־אַבְשָׁל֑וֹם וַיֹּ֣אמֶר דָּוִ֔ד סַכֶּל־נָ֛א אֶת־עֲצַ֥ת אֲחִיתֹ֖פֶל יְהוָֽה׃
32 וַיְהִ֣י דָוִ֗ד בָּ֚א עַד־הָרֹ֔אשׁ אֲשֶׁר־יִשְׁתַּחֲוֶ֥ה שָׁ֖ם לֵֽאלֹהִ֑ים וְהִנֵּ֤ה לִקְרָאתוֹ֙ חוּשַׁ֣י הָאַרְכִּ֔י קָר֙וּעַ֙ כֻּתָּנְתּ֔וֹ וַאֲדָמָ֖ה עַל־רֹאשֽׁוֹ׃
33 וַיֹּ֥אמֶר ל֖וֹ דָּוִ֑ד אִ֚ם עָבַ֣רְתָּ אִתִּ֔י וְהָיִ֥תָ עָלַ֖י לְמַשָּֽׂא׃
34 וְאִם־הָעִ֣יר תָּשׁ֗וּב וְאָמַרְתָּ֤ לְאַבְשָׁלוֹם֙ עַבְדְּךָ֤ אֲנִי֙ הַמֶּ֔לֶךְ עֶ֣בֶד אָבִ֤יךָ וַאֲנִי֙ מֵאָ֔ז וְעַתָּ֖ה וַאֲנִ֣י עַבְדֶּ֑ךָ וְהֵפַרְתָּ֣ה לִ֔י אֵ֖ת עֲצַ֥ת אֲחִיתֹֽפֶל׃
35 וַהֲל֤וֹא עִמְּךָ֙ שָׁ֔ם צָד֥וֹק וְאֶבְיָתָ֖ר הַכֹּהֲנִ֑ים וְהָיָ֗ה כָּל־הַדָּבָר֙ אֲשֶׁ֤ר תִּשְׁמַע֙ מִבֵּ֣ית הַמֶּ֔לֶךְ תַּגִּ֛יד לְצָד֥וֹק וּלְאֶבְיָתָ֖ר הַכֹּהֲנִֽים׃
36 הִנֵּה־שָׁ֤ם עִמָּם֙ שְׁנֵ֣י בְנֵיהֶ֔ם אֲחִימַ֥עַץ לְצָד֖וֹק וִיהוֹנָתָ֣ן לְאֶבְיָתָ֑ר וּשְׁלַחְתֶּ֤ם בְּיָדָם֙ אֵלַ֔י כָּל־דָּבָ֖ר אֲשֶׁ֥ר תִּשְׁמָֽעוּ׃
37 וַיָּבֹ֛א חוּשַׁ֥י רֵעֶ֥ה דָוִ֖ד הָעִ֑יר וְאַבְשָׁלֹ֔ם יָב֖וֹא יְרוּשָׁלִָֽם׃
Capítulo 16
Siba engaña a David
LBLA
1 Cuando David había pasado un poco más allá de la cumbre, he aquí, Siba, el criado de Mefiboset, salió a recibirlo con un par de asnos aparejados, y sobre ellos había doscientos panes, cien racimos de pasas, cien frutas de verano y un odre de vino.
2 Y el rey dijo a Siba: ¿Por qué tienes esto? Y Siba respondió: Los asnos son para que monte la casa del rey, el pan y la fruta de verano para que coman los jóvenes, y el vino para que beba el que esté cansado en el desierto.
3 Entonces el rey dijo: ¿Y dónde está el hijo de tu señor? Y Siba respondió al rey: He aquí, se ha quedado en Jerusalén, porque ha dicho: "Hoy la casa de Israel me devolverá el reino de mi padre."
4 Y el rey dijo a Siba: He aquí, todo lo que pertenece a Mefiboset es tuyo. Y Siba dijo: Me postro; halle yo gracia ante tus ojos, oh rey, señor mío.
5 Cuando el rey David llegó a Bahurim, he aquí, salió de allí un hombre de la familia de la casa de Saúl, cuyo nombre era Simei, hijo de Gera; y mientras salía, no cesaba de maldecir.
6 Y arrojaba piedras contra David y contra todos los siervos del rey David, y todo el pueblo y todos los hombres valientes estaban a su derecha y a su izquierda.
7 Y así decía Simei mientras maldecía: ¡Sal, sal, hombre sanguinario e indigno!
8 El SEÑOR ha hecho volver sobre ti toda la sangre derramada de la casa de Saúl, en cuyo lugar has reinado; y el SEÑOR ha entregado el reino en mano de tu hijo Absalón. He aquí, estás prendido en tu propia maldad, porque eres hombre sanguinario.
9 Entonces Abisai, hijo de Sarvia, dijo al rey: ¿Por qué ha de maldecir este perro muerto a mi señor el rey? Déjame ir y quitarle la cabeza.
10 Pero el rey dijo: ¿Qué tengo yo que ver con vosotros, hijos de Sarvia? Si él maldice, y si el SEÑOR le ha dicho: "Maldice a David", ¿quién, pues, le dirá: "¿Por qué has hecho esto?"
11 Entonces David dijo a Abisai y a todos sus siervos: He aquí, mi hijo que salió de mis entrañas busca mi vida; ¿cuánto más ahora este benjamita? Dejadle que maldiga, porque el SEÑOR se lo ha dicho.
12 Quizá el SEÑOR mirará mi aflicción y me devolverá bien por su maldición de hoy.
13 Y David y sus hombres continuaron por el camino, y Simei iba por el lado del monte frente a él, y mientras iba, maldecía, arrojaba piedras y levantaba polvo hacia él.
14 Y el rey y todo el pueblo que iba con él llegaron fatigados, y descansaron allí.
15 Entonces Absalón y todo el pueblo, los hombres de Israel, entraron en Jerusalén, y Ahitofel con él.
16 Y aconteció que cuando Husai arquita, amigo de David, vino a Absalón, Husai dijo a Absalón: ¡Viva el rey! ¡Viva el rey!
17 Y Absalón dijo a Husai: ¿Es esta tu lealtad para con tu amigo? ¿Por qué no fuiste con tu amigo?
18 Entonces Husai dijo a Absalón: No, pues a quien el SEÑOR, este pueblo y todos los hombres de Israel han elegido, de él seré, y con él me quedaré.
19 Además, ¿a quién debería yo servir? ¿No debería servir en presencia de su hijo? Como he servido delante de tu padre, así seré delante de ti.
20 Entonces Absalón dijo a Ahitofel: Dad vuestro consejo. ¿Qué debemos hacer?
21 Y Ahitofel dijo a Absalón: Ve a las concubinas de tu padre, a las que él ha dejado para guardar la casa; entonces todo Israel sabrá que te has hecho odioso a tu padre. Las manos de todos los que están contigo se fortalecerán.
22 Entonces le levantaron una tienda a Absalón sobre el terrado, y Absalón se llegó a las concubinas de su padre a la vista de todo Israel.
23 El consejo de Ahitofel que daba en aquellos días era como si se consultara la palabra de Dios; así era considerado todo el consejo de Ahitofel tanto por David como por Absalón.
WLC
1 וְדָוִ֗ד עָבַ֣ר מְעַט֮ מֵהָרֹאשׁ֒ וְהִנֵּ֞ה צִיבָ֣א נַ֣עַר מְפִי־בֹ֗שֶׁת לִקְרָאתוֹ֒ וְצֶ֨מֶד חֲמֹרִ֜ים חֲבֻשִׁ֗ים וַעֲלֵיהֶ֞ם מָאתַ֥יִם לֶ֙חֶם֙ וּמֵאָ֨ה צִמּוּקִ֜ים וּמֵאָ֥ה קַ֛יִץ וְנֵ֖בֶל יָֽיִן׃
2 וַיֹּ֧אמֶר הַמֶּ֛לֶךְ אֶל־צִיבָ֖א מָה־אֵ֣לֶּה לָּ֑ךְ וַיֹּ֣אמֶר צִ֠יבָא הַחֲמוֹרִ֨ים לְבֵית־הַמֶּ֜לֶךְ לִרְכֹּ֗ב וְהַלֶּ֤חֶם וְהַקַּ֙יִץ֙ לֶאֱכ֣וֹל הַנְּעָרִ֔ים וְהַיַּ֕יִן לִשְׁתּ֥וֹת הַיָּעֵ֖ף בַּמִּדְבָּֽר׃
3 וַיֹּ֥אמֶר הַמֶּ֖לֶךְ וְאַיֵּ֣ה בֶּן־אֲדֹנֶ֑יךָ וַיֹּ֨אמֶר צִיבָ֜א אֶל־הַמֶּ֗לֶךְ הִנֵּה֙ יוֹשֵׁ֣ב בִּירוּשָׁלִַ֔ם כִּ֣י אָמַ֔ר הַיּ֗וֹם יָשִׁ֤יבוּ לִי֙ בֵּ֣ית יִשְׂרָאֵ֔ל אֵ֖ת מַמְלְכ֥וּת אָבִֽי׃
4 וַיֹּ֤אמֶר הַמֶּ֙לֶךְ֙ לְצִבָ֔א הִנֵּ֣ה לְךָ֔ כֹּ֖ל אֲשֶׁ֣ר לִמְפִי־בֹ֑שֶׁת וַיֹּ֣אמֶר צִיבָ֗א הִשְׁתַּֽחֲוֵ֙יתִי֙ אֶמְצָא־חֵ֣ן בְּעֵינֶ֔יךָ אֲדֹנִ֥י הַמֶּֽלֶךְ׃
5 וּבָ֛א הַמֶּ֥לֶךְ דָּוִ֖ד עַד־בַּֽחוּרִ֑ים וְהִנֵּה֩ מִשָּׁ֨ם אִ֜ישׁ יוֹצֵ֣א מִמִּשְׁפַּ֣חַת בֵּית־שָׁא֗וּל וּשְׁמוֹ֙ שִׁמְעִ֣י בֶן־גֵּרָ֔א יֹצֵ֥א יָצ֖וֹא וּמְקַלֵּֽל׃
6 וַיְסַקֵּ֤ל בָּֽאֲבָנִים֙ אֶת־דָּוִ֔ד וְאֶת־כָּל־עַבְדֵ֖י הַמֶּ֣לֶךְ דָּוִ֑ד וְכָל־הָעָם֙ וְכָל־הַגִּבֹּרִ֔ים מִימִינ֖וֹ וּמִשְּׂמֹאלֽוֹ׃
7 וְכֹֽה־אָמַ֥ר שִׁמְעִ֖י בְּקַֽלְל֑וֹ צֵ֥א צֵ֛א אִ֥ישׁ הַדָּמִ֖ים וְאִ֥ישׁ הַבְּלִיָּֽעַל׃
8 הֵשִׁיב֩ עָלֶ֨יךָ יְהוָ֜ה כֹּ֣ל ׀ דְּמֵ֣י בֵית־שָׁא֗וּל אֲשֶׁ֤ר מָלַ֙כְתָּ֙ תַּחְתָּ֔ו וַיִּתֵּ֤ן יְהוָה֙ אֶת־הַמְּלוּכָ֔ה בְּיַ֖ד אַבְשָׁל֣וֹם בְּנֶ֑ךָ וְהִנְּךָ֙ בְּרָ֣עָתֶ֔ךָ כִּ֛י אִ֥ישׁ דָּמִ֖ים אָֽתָּה׃
9 וַיֹּ֛אמֶר אֲבִישַׁ֥י בֶּן־צְרוּיָ֖ה אֶל־הַמֶּ֑לֶךְ לָ֣מָּה יְקַלֵּ֞ל הַכֶּ֤לֶב הַמֵּת֙ הַזֶּה֙ אֶת־אֲדֹנִ֣י הַמֶּ֔לֶךְ אֶעְבְּרָה־נָּ֖א וְאָסִ֥ירָה אֶת־רֹאשֽׁוֹ׃
10 וַיֹּ֣אמֶר הַמֶּ֔לֶךְ מַה־לִּ֥י וְלָכֶ֖ם בְּנֵ֣י צְרֻיָ֑ה כי כֹּ֣ה יְקַלֵּ֗ל וְכִי֙ יְהוָ֤ה אָֽמַר־לוֹ֙ קַלֵּ֣ל אֶת־דָּוִ֔ד וּמִ֣י יֹאמַ֔ר מַדּ֖וּעַ עָשִׂ֥יתָה כֵּֽן׃
11 וַיֹּ֨אמֶר דָּוִ֜ד אֶל־אֲבִישַׁ֣י וְאֶל־כָּל־עֲבָדָ֗יו הִנֵּ֤ה בְנִי֙ אֲשֶׁר־יָצָ֣א מִמֵּעַ֔י מְבַקֵּ֖שׁ אֶת־נַפְשִׁ֑י וְאַ֨ף כִּֽי־עַתָּ֜ה בֶּן־הַיְמִינִ֗י הַנִּ֤חֽוּ לוֹ֙ וִֽיקַלֵּ֔ל כִּ֥י אָֽמַר־ל֖וֹ יְהוָֽה׃
12 אוּלַ֛י יִרְאֶ֥ה יְהוָ֖ה בעוני בְּעֵינִ֑י וְהֵשִׁ֨יב יְהוָ֥ה לִי֙ טוֹבָ֔ה תַּ֥חַת קִלְלָת֖וֹ הַיּ֥וֹם הַזֶּֽה׃
13 וַיֵּ֧לֶךְ דָּוִ֛ד וַאֲנָשָׁ֖יו בַּדָּ֑רֶךְ וְשִׁמְעִ֡י הֹלֵךְ֩ בְּצֵ֨לַע הָהָ֜ר לְעֻמָּת֗וֹ הָלוֹךְ֙ וַיְקַלֵּ֔ל וַיְסַקֵּ֤ל בָּֽאֲבָנִים֙ לְעֻמָּת֔וֹ וְעִפַּ֖ר בֶּעָפָֽר׃
14 וַיָּבֹ֥א הַמֶּ֛לֶךְ וְכָל־הָעָ֥ם אֲשֶׁר־אִתּ֖וֹ עֲיֵפִ֑ים וַיִּנָּפֵ֖שׁ שָֽׁם׃
15 וְאַבְשָׁלוֹם֙ וְכָל־הָעָ֔ם אִ֥ישׁ יִשְׂרָאֵ֖ל בָּ֣אוּ יְרוּשָׁלִָ֑ם וַאֲחִיתֹ֖פֶל אִתּֽוֹ׃
16 וַיְהִ֗י כַּאֲשֶׁ֨ר־בָּ֜א חוּשַׁ֧י הָאַרְכִּ֛י רֵעֶ֥ה דָוִ֖ד אֶל־אַבְשָׁל֑וֹם וַיֹּ֤אמֶר חוּשַׁי֙ אֶל־אַבְשָׁלֹ֔ם יְחִ֥י הַמֶּ֖לֶךְ יְחִ֥י הַמֶּֽלֶךְ׃
17 וַיֹּ֤אמֶר אַבְשָׁלוֹם֙ אֶל־חוּשַׁ֔י זֶ֥ה חַסְדְּךָ֖ אֶת־רֵעֶ֑ךָ לָ֥מָּה לֹא־הָלַ֖כְתָּ אֶת־רֵעֶֽךָ׃
18 וַיֹּ֣אמֶר חוּשַׁי֮ אֶל־אַבְשָׁלֹם֒ לֹ֕א כִּ֛י אֲשֶׁ֥ר בָּחַ֛ר יְהוָ֥ה וְהָעָ֛ם הַזֶּ֖ה וְכָל־אִ֣ישׁ יִשְׂרָאֵ֑ל לא לֹ֥א אֶהְיֶ֖ה וְאִתּ֥וֹ אֵשֵֽׁב׃
19 וְהַשֵּׁנִ֗ית לְמִי֙ אֲנִ֣י אֶֽעֱבֹ֔ד הֲל֖וֹא לִפְנֵ֣י בְנ֑וֹ כַּאֲשֶׁ֤ר עָבַ֙דְתִּי֙ לִפְנֵ֣י אָבִ֔יךָ כֵּ֖ן אֶהְיֶ֥ה לְפָנֶֽיךָ׃
20 וַיֹּ֥אמֶר אַבְשָׁל֖וֹם אֶל־אֲחִיתֹ֑פֶל הָב֥וּ לָכֶ֛ם עֵצָ֖ה מַֽה־נַּעֲשֶֽׂה׃
21 וַיֹּ֤אמֶר אֲחִיתֹ֙פֶל֙ אֶל־אַבְשָׁלֹ֔ם בּ֚וֹא אֶל־פִּלַגְשֵׁ֣י אָבִ֔יךָ אֲשֶׁ֥ר הִנִּ֖יחַ לִשְׁמ֣וֹר הַבָּ֑יִת וְשָׁמַ֤ע כָּל־יִשְׂרָאֵל֙ כִּֽי־נִבְאַ֣שְׁתָּ אֶת־אָבִ֔יךָ וְחָ֣זְק֔וּ יְדֵ֖י כָּל־אֲשֶׁ֥ר אִתָּֽךְ׃
22 וַיַּטּ֧וּ לְאַבְשָׁל֛וֹם הָאֹ֖הֶל עַל־הַגָּ֑ג וַיָּבֹ֤א אַבְשָׁלוֹם֙ אֶל־פִּלַגְשֵׁ֣י אָבִ֔יו לְעֵינֵ֖י כָּל־יִשְׂרָאֵֽל׃
23 וַעֲצַ֤ת אֲחִיתֹ֙פֶל֙ אֲשֶׁ֣ר יָעַ֔ץ בַּיָּמִ֖ים הָהֵ֑ם כַּאֲשֶׁ֛ר יִשְׁאַל־אִ֥ישׁ בִּדְבַ֖ר הָאֱלֹהִ֑ים כֵּ֚ן כָּל־עֲצַ֣ת אֲחִיתֹ֔פֶל גַּם־לְדָוִ֖ד גַּ֥ם לְאַבְשָׁלֹֽם׃
Capítulo 17
El consejo de Ahitofel es rechazado
LBLA
1 Ahitofel dijo a Absalón: Te ruego que me dejes escoger doce mil hombres, y me levantaré y perseguiré a David esta noche.
2 Lo atacaré cuando él esté cansado y exhausto, y lo atemorizaré, y todo el pueblo que está con él huirá. Entonces heriré al rey solamente,
3 y haré volver a ti todo el pueblo. El regreso de todos depende del hombre a quien tú buscas; entonces todo el pueblo estará en paz.
4 Y el plan agradó a Absalón y a todos los ancianos de Israel.
5 Entonces Absalón dijo: Llama también ahora a Husai arquita, y oigamos lo que él tiene que decir.
6 Cuando Husai vino a Absalón, éste le dijo: Ahitofel ha hablado de esta manera. ¿Debemos hacer lo que él dice? Si no, habla.
7 Y Husai dijo a Absalón: Esta vez el consejo que ha dado Ahitofel no es bueno.
8 Tú conoces a tu padre y a sus hombres, que son valientes y que están enfurecidos, como una osa en el campo cuando le roban sus cachorros. Además, tu padre es experto en la guerra y no pasará la noche con el pueblo.
9 He aquí, él ahora se habrá escondido en una de las cuevas o en otro lugar; y sucederá que cuando algunos de los tuyos caigan al principio, cualquiera que lo sepa dirá: "Ha habido una matanza entre el pueblo que sigue a Absalón."
10 Y aun el valiente, cuyo corazón es como el corazón de un león, se desanimará completamente, pues todo Israel sabe que tu padre es un hombre poderoso, y que son valientes los que están con él.
11 Pero yo aconsejo que todo Israel se reúna contigo, desde Dan hasta Beerseba, abundantes como la arena que está a la orilla del mar, y que tú personalmente vayas al combate.
12 Entonces iremos contra él en uno de los lugares donde se encuentre, y caeremos sobre él como cae el rocío sobre la tierra, y de él y de todos los hombres que están con él, no dejaremos ni uno solo.
13 Y si se refugia en una ciudad, todo Israel traerá sogas a aquella ciudad, y la arrastraremos hasta el valle, hasta que no se encuentre en ella ni una piedra pequeña.
14 Entonces Absalón y todos los hombres de Israel dijeron: El consejo de Husai arquita es mejor que el consejo de Ahitofel. Porque el SEÑOR había ordenado que se frustrara el buen consejo de Ahitofel, para que el SEÑOR trajera calamidad sobre Absalón.
15 Husai dijo entonces a los sacerdotes Sadoc y Abiatar: Esto es lo que Ahitofel aconsejó a Absalón y a los ancianos de Israel, y esto es lo que yo he aconsejado.
16 Ahora pues, enviad pronto aviso a David, diciendo: "No pases la noche en los vados del desierto, sino pasa con certeza al otro lado, no sea que el rey y todo el pueblo que con él está sean destruidos."
17 Y Jonatán y Ahimaas estaban junto a En-rogel, y una criada fue a avisarles, y ellos fueron y avisaron al rey David, pues no debían ser vistos entrando en la ciudad.
18 Pero un muchacho los vio, y avisó a Absalón; así que los dos salieron rápidamente y fueron a la casa de un hombre en Bahurim que tenía un pozo en su patio, y descendieron a él.
19 Y la mujer tomó una manta, la extendió sobre la boca del pozo y esparció grano sobre ella, y nada se supo del asunto.
20 Entonces los siervos de Absalón vinieron a la mujer en la casa, y dijeron: ¿Dónde están Ahimaas y Jonatán? Y la mujer les dijo: Han pasado el arroyo. Y cuando ellos buscaron y no los encontraron, volvieron a Jerusalén.
21 Y aconteció que después que se fueron, los otros salieron del pozo y fueron y avisaron al rey David, y le dijeron: Levantaos y pasad aprisa las aguas, porque Ahitofel ha aconsejado así contra vosotros.
22 Entonces David y todo el pueblo que estaba con él se levantaron y pasaron el Jordán; y al amanecer no quedó ninguno que no hubiera pasado el Jordán.
23 Cuando Ahitofel vio que su consejo no había sido seguido, aparejó su asno, y se levantó y fue a su casa, a su ciudad; después de poner su casa en orden, se ahorcó. Así murió y fue sepultado en la tumba de su padre.
24 Entonces David llegó a Mahanaim. Y Absalón pasó el Jordán, él y todos los hombres de Israel con él.
25 Y Absalón puso a Amasa al mando del ejército en lugar de Joab. Amasa era hijo de un hombre que se llamaba Itra el israelita, el cual se había llegado a Abigail, hija de Nahas, hermana de Sarvia, madre de Joab.
26 E Israel y Absalón acamparon en la tierra de Galaad.
27 Cuando David había llegado a Mahanaim, Sobi, hijo de Nahas de Rabá de los hijos de Amón, Maquir, hijo de Amiel de Lodebar, y Barzilai galaadita de Rogelim,
28 trajeron camas, tazas, vasijas de barro, trigo, cebada, harina, grano tostado, habas, lentejas, semillas tostadas,
29 miel, cuajada, ovejas y queso de vaca, para que comieran David y el pueblo que estaba con él, porque decían: El pueblo está hambriento, cansado y sediento en el desierto.
WLC
1 וַיֹּ֙אמֶר֙ אֲחִיתֹ֔פֶל אֶל־אַבְשָׁלֹ֑ם אֶבְחֲרָ֣ה נָּ֗א שְׁנֵים־עָשָׂ֥ר אֶ֙לֶף֙ אִ֔ישׁ וְאָק֛וּמָה וְאֶרְדְּפָ֥ה אַחֲרֵֽי־דָוִ֖ד הַלָּֽיְלָה׃
2 וְאָב֣וֹא עָלָ֗יו וְה֤וּא יָגֵ֙עַ֙ וּרְפֵ֣ה יָדַ֔יִם וְהַחֲרַדְתִּ֖י אֹת֑וֹ וְנָ֥ס כָּל־הָעָ֖ם אֲשֶׁר־אִתּ֑וֹ וְהִכֵּיתִ֥י אֶת־הַמֶּ֖לֶךְ לְבַדּֽוֹ׃
3 וְאָשִׁ֥יבָה כָל־הָעָ֖ם אֵלֶ֑יךָ כְּשׁ֣וּב הַכֹּ֔ל הָאִ֛ישׁ אֲשֶׁ֥ר אַתָּ֖ה מְבַקֵּ֑שׁ כָּל־הָעָ֖ם יִהְיֶ֥ה שָׁלֽוֹם׃
4 וַיִּישַׁ֥ר הַדָּבָ֖ר בְּעֵינֵ֣י אַבְשָׁלֹ֑ם וּבְעֵינֵ֖י כָּל־זִקְנֵ֥י יִשְׂרָאֵֽל׃
5 וַיֹּ֙אמֶר֙ אַבְשָׁל֔וֹם קְרָ֣א נָ֔א גַּ֖ם לְחוּשַׁ֣י הָאַרְכִּ֑י וְנִשְׁמְעָ֥ה מַה־בְּפִ֖יו גַּם־הֽוּא׃
6 וַיָּבֹ֣א חוּשַׁ֣י אֶל־אַבְשָׁלוֹם֒ וַיֹּ֨אמֶר אַבְשָׁל֜וֹם אֵלָ֗יו לֵאמֹ֗ר כַּדָּבָ֤ר הַזֶּה֙ דִּבֶּ֣ר אֲחִיתֹ֔פֶל הֲנַעֲשֶׂ֖ה אֶת־דְּבָר֑וֹ אִם־אַ֖יִן אַתָּ֥ה דַבֵּֽר׃
7 וַיֹּ֥אמֶר חוּשַׁ֖י אֶל־אַבְשָׁל֑וֹם לֹא־טוֹבָ֧ה הָעֵצָ֛ה אֲשֶׁר־יָעַ֥ץ אֲחִיתֹ֖פֶל בַּפַּ֥עַם הַזֹּֽאת׃
8 וַיֹּאמֶר֮ חוּשַׁי֒ אַתָּ֣ה יָדַ֗עְתָּ אֶת־אָבִ֤יךָ וְאֶת־אֲנָשָׁיו֙ כִּ֤י גִבֹּרִים֙ הֵ֔מָּה וּמָרֵ֥י נֶ֖פֶשׁ הֵ֑מָּה כְּדֹ֤ב שַׁכּוּל֙ בַּשָּׂדֶ֔ה וְאָבִ֖יךָ אִ֣ישׁ מִלְחָמָ֑ה וְלֹ֥א יָלִ֖ין אֶת־הָעָֽם׃
9 הִנֵּ֨ה עַתָּ֤ה הֽוּא־נֶחְבָּא֙ בְּאַחַ֣ת הַפְּחָתִ֔ים א֖וֹ בְּאַחַ֣ד הַמְּקוֹמֹ֑ת וְהָיָ֗ה כִּנְפֹ֤ל בָּהֶם֙ בַּתְּחִלָּ֔ה וְשָׁמַ֤ע הַשֹּׁמֵ֙עַ֙ וְאָמַ֔ר הָֽיְתָה֙ מַגֵּפָ֔ה בָּעָ֕ם אֲשֶׁ֖ר אַחֲרֵ֥י אַבְשָׁלֹֽם׃
10 וְה֣וּא גַם־בֶּן־חַ֗יִל אֲשֶׁ֤ר לִבּוֹ֙ כְּלֵ֣ב הָאַרְיֵ֔ה הִמֵּ֖ס יִמָּ֑ס כִּֽי־יֹדֵ֤עַ כָּל־יִשְׂרָאֵל֙ כִּי־גִבּ֣וֹר אָבִ֔יךָ וּבְנֵי־חַ֖יִל אֲשֶׁ֥ר אִתּֽוֹ׃
11 כִּ֣י יָעַ֔צְתִּי הֵאָסֹף֩ יֵאָסֵ֨ף עָלֶ֜יךָ כָל־יִשְׂרָאֵ֗ל מִדָּן֙ וְעַד־בְּאֵ֣ר שֶׁ֔בַע כַּח֥וֹל אֲשֶׁר־עַל־הַיָּ֖ם לָרֹ֑ב וּפָנֶ֥יךָ הֹלְכִ֖ים בַּקְרָֽב׃
12 וּבָ֣אנוּ אֵלָ֗יו באחת בְּאַחַ֤ת הַמְּקוֹמֹת֙ אֲשֶׁ֣ר נִמְצָ֣א שָׁ֔ם וְנַ֣חְנוּ עָלָ֔יו כַּאֲשֶׁ֛ר יִפֹּ֥ל הַטַּ֖ל עַל־הָאֲדָמָ֑ה וְלֹֽא־נ֥וֹתַר בּ֛וֹ וּבְכָל־הָאֲנָשִׁ֥ים אֲשֶׁר־אִתּ֖וֹ גַּם־אֶחָֽד׃
13 וְאִם־אֶל־עִיר֙ יֵֽאָסֵ֔ף וְהִשִּׂ֧יאוּ כָל־יִשְׂרָאֵ֛ל אֶל־הָעִ֥יר הַהִ֖יא חֲבָלִ֑ים וְסָחַ֤בְנוּ אֹתוֹ֙ עַד־הַנַּ֔חַל עַ֛ד אֲשֶׁר־לֹא־נִמְצָ֥א שָׁ֖ם גַּם־צְרֽוֹר׃
14 וַיֹּ֤אמֶר אַבְשָׁלוֹם֙ וְכָל־אִ֣ישׁ יִשְׂרָאֵ֔ל טוֹבָ֗ה עֲצַ֛ת חוּשַׁ֥י הָאַרְכִּ֖י מֵעֲצַ֣ת אֲחִיתֹ֑פֶל וַֽיהוָ֣ה צִוָּ֗ה לְהָפֵ֞ר אֶת־עֲצַ֤ת אֲחִיתֹ֙פֶל֙ הַטּוֹבָ֔ה לְבַעֲב֗וּר הָבִ֧יא יְהוָ֛ה אֶל־אַבְשָׁל֖וֹם אֶת־הָרָעָֽה׃
15 וַיֹּ֣אמֶר חוּשַׁ֗י אֶל־צָד֤וֹק וְאֶל־אֶבְיָתָר֙ הַכֹּ֣הֲנִ֔ים כָּזֹ֣את וְכָזֹ֗את יָעַ֤ץ אֲחִיתֹ֙פֶל֙ אֶת־אַבְשָׁלֹ֔ם וְאֵ֖ת זִקְנֵ֣י יִשְׂרָאֵ֑ל וְכָזֹ֥את וְכָזֹ֖את יָעַ֥צְתִּי אָֽנִי׃
16 וְעַתָּ֡ה שִׁלְח֣וּ מְהֵרָה֩ וְהַגִּ֨ידוּ לְדָוִ֜ד לֵאמֹ֗ר אַל־תָּ֤לֶן הַלַּ֙יְלָה֙ בְּעַֽרְב֣וֹת הַמִּדְבָּ֔ר וְגַ֖ם עָב֣וֹר תַּעֲב֑וֹר פֶּ֚ן יְבֻלַּ֣ע לַמֶּ֔לֶךְ וּלְכָל־הָעָ֖ם אֲשֶׁ֥ר אִתּֽוֹ׃
17 וִיהוֹנָתָ֨ן וַאֲחִימַ֜עַץ עֹמְדִ֣ים בְּעֵין־רֹגֵ֗ל וְהָלְכָ֤ה הַשִּׁפְחָה֙ וְהִגִּ֣ידָה לָהֶ֔ם וְהֵם֙ יֵֽלְכ֔וּ וְהִגִּ֖ידוּ לַמֶּ֣לֶךְ דָּוִ֑ד כִּ֣י לֹ֤א יוּכְלוּ֙ לְהֵרָא֔וֹת לָב֖וֹא הָעִֽירָה׃
18 וַיַּ֤רְא אֹתָם֙ נַ֔עַר וַיַּגֵּ֖ד לְאַבְשָׁלֹ֑ם וַיֵּלְכ֨וּ שְׁנֵיהֶ֜ם מְהֵרָ֗ה וַיָּבֹ֣אוּ ׀ אֶל־בֵּית־אִ֣ישׁ בְּבַחוּרִ֗ים וְל֥וֹ בְאֵ֛ר בַּחֲצֵר֖וֹ וַיֵּ֥רְדוּ שָֽׁם׃
19 וַתִּקַּ֣ח הָאִשָּׁ֗ה וַתִּפְרֹ֤שׂ אֶת־הַמָּסָךְ֙ עַל־פְּנֵ֣י הַבְּאֵ֔ר וַתִּשְׁטַ֥ח עָלָ֖יו הָֽרִפ֑וֹת וְלֹ֥א נוֹדַ֖ע דָּבָֽר׃
20 וַיָּבֹ֣אוּ עַבְדֵ֣י אַבְשָׁלוֹם֮ אֶל־הָאִשָּׁ֣ה הַבַּיְתָה֒ וַיֹּאמְר֗וּ אַיֵּ֗ה אֲחִימַ֙עַץ֙ וִיה֣וֹנָתָ֔ן וַתֹּ֤אמֶר לָהֶם֙ הָֽאִשָּׁ֔ה עָבְר֖וּ מִיכַ֣ל הַמָּ֑יִם וַיְבַקְשׁוּ֙ וְלֹ֣א מָצָ֔אוּ וַיָּשֻׁ֖בוּ יְרוּשָׁלִָֽם׃
21 וַיְהִ֣י ׀ אַחֲרֵ֣י לֶכְתָּ֗ם וַֽיַּעֲלוּ֙ מֵֽהַבְּאֵ֔ר וַיֵּלְכ֔וּ וַיַּגִּ֖דוּ לַמֶּ֣לֶךְ דָּוִ֑ד וַיֹּאמְר֜וּ אֶל־דָּוִ֗ד ק֣וּמוּ וְעִבְר֤וּ מְהֵרָה֙ אֶת־הַמַּ֔יִם כִּֽי־כָ֛כָה יָעַ֥ץ עֲלֵיכֶ֖ם אֲחִיתֹֽפֶל׃
22 וַיָּ֣קָם דָּוִ֗ד וְכָל־הָעָם֙ אֲשֶׁ֣ר אִתּ֔וֹ וַיַּעַבְר֖וּ אֶת־הַיַּרְדֵּ֑ן עַד־א֣וֹר הַבֹּ֗קֶר עַֽד־אַחַד֙ לֹ֣א נֶעְדָּ֔ר אֲשֶׁ֥ר לֹא־עָבַ֖ר אֶת־הַיַּרְדֵּֽן׃
23 וַאֲחִיתֹ֣פֶל רָאָ֗ה כִּ֣י לֹ֣א נֶעֶשְׂתָה֮ עֲצָתוֹ֒ וַֽיַּחֲבֹשׁ֙ אֶת־הַחֲמ֔וֹר וַיָּ֣קָם וַיֵּ֤לֶךְ אֶל־בֵּיתוֹ֙ אֶל־עִיר֔וֹ וַיְצַ֥ו אֶל־בֵּית֖וֹ וַיֵּחָנַ֑ק וַיָּ֕מָת וַיִּקָּבֵ֖ר בְּקֶ֥בֶר אָבִֽיו׃
24 וְדָוִ֖ד בָּ֣א מַחֲנָ֑יְמָה וְאַבְשָׁלֹ֗ם עָבַר֙ אֶת־הַיַּרְדֵּ֔ן ה֕וּא וְכָל־אִ֥ישׁ יִשְׂרָאֵ֖ל עִמּֽוֹ׃
25 וְאֶת־עֲמָשָׂ֗א שָׂ֧ם אַבְשָׁלֹ֛ם תַּ֥חַת יוֹאָ֖ב עַל־הַצָּבָ֑א וַעֲמָשָׂ֣א בֶן־אִ֗ישׁ וּשְׁמ֤וֹ יִתְרָא֙ הַיִּשְׂרְאֵלִ֔י אֲשֶׁר־בָּא֙ אֶל־אֲבִיגַ֣ל בַּת־נָחָ֔שׁ אֲח֥וֹת צְרוּיָ֖ה אֵ֥ם יוֹאָֽב׃
26 וַיִּ֤חַן יִשְׂרָאֵל֙ וְאַבְשָׁלֹ֔ם אֶ֖רֶץ הַגִּלְעָֽד׃
27 וַיְהִ֗י כְּב֤וֹא דָוִד֙ מַחֲנָ֔יְמָה וְשֹׁבִ֨י בֶן־נָחָ֜שׁ מֵרַבַּ֣ת בְּנֵֽי־עַמּ֗וֹן וּמָכִ֤יר בֶּן־עַמִּיאֵל֙ מִלֹּ֣א דְבָ֔ר וּבַרְזִלַּ֥י הַגִּלְעָדִ֖י מֵרֹגְלִֽים׃
28 מִשְׁכָּ֣ב וְסַפּ֗וֹת וּכְלִ֤י יוֹצֵר֙ וְחִטִּ֣ים וּשְׂעֹרִ֔ים וְקֶ֖מַח וְקָלִ֑י וּפ֣וֹל וַעֲדָשִׁ֔ים וְקָלִֽי׃
29 וּדְבַ֤שׁ וְחֶמְאָה֙ וְצֹ֣אן וּשְׁפ֣וֹת בָּקָ֔ר הִגִּ֥ישׁוּ לְדָוִ֖ד וְלָעָ֣ם אֲשֶׁר־אִתּ֑וֹ לֶאֱכ֔וֹל כִּ֣י אָמְר֔וּ הָעָ֗ם רָעֵ֧ב וְעָיֵ֛ף וְצָמֵ֖א בַּמִּדְבָּֽר׃
Capítulo 18
Derrota y muerte de Absalón
LBLA
1 Entonces David contó el pueblo que estaba con él, y puso sobre ellos jefes de mil y jefes de cien.
2 Y David envió al pueblo, un tercio bajo el mando de Joab, un tercio bajo el mando de Abisai, hijo de Sarvia y hermano de Joab, y un tercio bajo el mando de Itai geteo. Y el rey dijo al pueblo: Ciertamente yo también saldré con vosotros.
3 Pero el pueblo dijo: No debes salir; porque si nosotros huimos, no harán caso de nosotros; aunque muera la mitad de nosotros, no harán caso de nosotros. Pero tú vales por diez mil de nosotros; por tanto, ahora es mejor que tú estés preparado para ayudarnos desde la ciudad.
4 Y el rey les dijo: Haré lo que os parezca mejor. Y el rey se detuvo junto a la puerta, y todo el pueblo salió por centenares y por millares.
5 Y el rey ordenó a Joab, a Abisai y a Itai, diciendo: Por amor a mí, tratad bien al joven Absalón. Y todo el pueblo oyó cuando el rey dio orden a todos los jefes acerca de Absalón.
6 Entonces el pueblo salió al campo al encuentro de Israel, y se libró la batalla en el bosque de Efraín.
7 Y el pueblo de Israel fue derrotado allí delante de los siervos de David, y la matanza aquel día allí fue grande: veinte mil hombres.
8 La batalla se extendió por toda aquella región, y el bosque devoró más gente aquel día que la espada.
9 Y Absalón se encontró con los siervos de David. Absalón iba montado en su mulo, y el mulo entró debajo del espeso ramaje de una gran encina, y se le trabó la cabeza en la encina, y quedó colgado entre el cielo y la tierra, mientras que el mulo que estaba debajo de él siguió de largo.
10 Cuando un hombre lo vio, avisó a Joab, y dijo: He aquí, he visto a Absalón colgado de una encina.
11 Y Joab dijo al hombre que le había avisado: He aquí, tú lo viste, ¿por qué no lo heriste allí derribándolo a tierra? Te hubiera dado diez piezas de plata y un cinturón.
12 El hombre respondió a Joab: Aunque yo recibiera mil piezas de plata en mi mano, no extendería mi mano contra el hijo del rey; porque ante nuestros oídos el rey te ordenó a ti, a Abisai y a Itai, diciendo: "Proteged por amor a mí al joven Absalón."
13 De otra manera, si yo hubiera hecho traición contra su vida (y no hay nada oculto al rey), tú mismo te hubieras mostrado indiferente.
14 Entonces Joab dijo: No malgastaré mi tiempo aquí contigo. Y tomando tres dardos en su mano, los clavó en el corazón de Absalón mientras todavía estaba vivo en medio de la encina.
15 Y diez jóvenes escuderos de Joab rodearon e hirieron a Absalón y lo remataron.
16 Entonces Joab tocó la trompeta, y el pueblo regresó de perseguir a Israel, porque Joab detuvo al pueblo.
17 Y tomando a Absalón, lo echaron en una fosa profunda en el bosque y levantaron sobre él un gran montón de piedras. Y todo Israel huyó, cada uno a su tienda.
18 En vida, Absalón había tomado y erigido para sí una columna que está en el Valle del Rey, porque había dicho: No tengo hijo que conserve la memoria de mi nombre. Y llamó la columna por su propio nombre, y hasta hoy se llama Monumento de Absalón.
19 Entonces Ahimaas, hijo de Sadoc, dijo: Te ruego que me dejes correr y llevar al rey las noticias de que el SEÑOR lo ha librado de mano de sus enemigos.
20 Y Joab le dijo: Tú no eres el hombre que debe llevar las noticias hoy, las llevarás otro día; no llevarás las noticias hoy porque el hijo del rey ha muerto.
21 Entonces Joab dijo al cusita: Ve, y anuncia al rey lo que has visto. El cusita se postró ante Joab, y corrió.
22 Y Ahimaas, hijo de Sadoc, volvió a decir a Joab: Pase lo que pase, te ruego que me dejes correr tras el cusita. Y Joab dijo: ¿Por qué correrías, hijo mío, ya que no tendrás recompensa por ir?
23 Y él dijo: Pase lo que pase, correré. Y Joab le dijo: Corre. Entonces Ahimaas corrió por el camino de la llanura, y pasó al cusita.
24 Y David estaba sentado entre las dos puertas; y el atalaya subió al terrado de la puerta en el muro, y alzando los ojos miró, y he aquí, un hombre venía corriendo solo.
25 Y el atalaya dio voces y avisó al rey. Y el rey dijo: Si viene solo, trae buenas noticias. Y vino acercándose más y más.
26 Entonces el atalaya vio a otro hombre corriendo; y el atalaya dio voces al portero, y dijo: He aquí, otro hombre viene corriendo solo. Y el rey dijo: Este también trae buenas noticias.
27 Y el atalaya dijo: Me parece que la manera de correr del primero es como la manera de correr de Ahimaas, hijo de Sadoc. Y el rey dijo: Este es un hombre bueno, y viene con buenas noticias.
28 Y Ahimaas dio voces y dijo al rey: Todo está bien. Y se postró rostro en tierra delante del rey, y dijo: Bendito sea el SEÑOR tu Dios, que ha entregado a los hombres que levantaron sus manos contra mi señor el rey.
29 Y el rey dijo: ¿Está bien el joven Absalón? Y Ahimaas respondió: Cuando Joab envió al siervo del rey y a tu siervo, vi un gran tumulto, pero no supe qué era.
30 Entonces el rey dijo: Hazte a un lado y ponte aquí. Y él se hizo a un lado y esperó.
31 Y he aquí, llegó el cusita, y dijo: Reciba mi señor el rey buenas noticias, pues el SEÑOR te ha librado hoy de la mano de todos los que se levantaron contra ti.
32 Y el rey preguntó al cusita: ¿Está bien el joven Absalón? Y el cusita respondió: Sean como ese joven los enemigos de mi señor el rey, y todos los que se levantan contra ti para mal.
33 Y el rey se conmovió profundamente, y subió a la sala que estaba encima de la puerta y lloró. Y decía así mientras caminaba: ¡Hijo mío Absalón, hijo mío, hijo mío Absalón! ¡Quién me diera haber muerto yo en tu lugar, Absalón, hijo mío, hijo mío!
WLC
1 וַיִּפְקֹ֣ד דָּוִ֔ד אֶת־הָעָ֖ם אֲשֶׁ֣ר אִתּ֑וֹ וַיָּ֣שֶׂם עֲלֵיהֶ֗ם שָׂרֵ֤י אֲלָפִים֙ וְשָׂרֵ֥י מֵאֽוֹת׃
2 וַיְשַׁלַּ֨ח דָּוִ֜ד אֶת־הָעָ֗ם הַשְּׁלִשִׁ֤ית בְּיַד־יוֹאָב֙ וְהַשְּׁלִשִׁ֗ית בְּיַד֙ אֲבִישַׁ֣י בֶּן־צְרוּיָ֔ה אֲחִ֥י יוֹאָ֖ב וְהַ֨שְּׁלִשִׁ֔ית בְּיַ֖ד אִתַּ֣י הַגִּתִּ֑י ס וַיֹּ֤אמֶר הַמֶּ֙לֶךְ֙ אֶל־הָעָ֔ם יָצֹ֛א אֵצֵ֥א גַם־אֲנִ֖י עִמָּכֶֽם׃
3 וַיֹּ֣אמֶר הָעָ֗ם לֹ֤א תֵצֵא֙ כִּ֣י אִם־נֹ֣ס נָנ֗וּס לֹֽא־יָשִׂ֤ימוּ אֵלֵ֙ינוּ֙ לֵ֔ב וְאִם־יָמֻ֤תוּ חֶצְיֵ֙נוּ֙ לֹא־יָשִׂ֤ימוּ אֵלֵ֙ינוּ֙ לֵ֔ב כִּֽי־עַתָּ֥ה כָמֹ֖נוּ עֲשָׂרָ֣ה אֲלָפִ֑ים וְעַתָּ֣ה ט֔וֹב כִּי־תִהְיֶה־לָּ֥נוּ מֵעִ֖יר לעזיר לַעְזֽוֹר׃
4 וַיֹּ֤אמֶר אֲלֵיהֶם֙ הַמֶּ֔לֶךְ אֲשֶׁר־יִיטַ֥ב בְּעֵינֵיכֶ֖ם אֶעֱשֶׂ֑ה וַיַּעֲמֹ֤ד הַמֶּ֙לֶךְ֙ אֶל־יַ֣ד הַשַּׁ֔עַר וְכָל־הָעָ֗ם יָצְא֛וּ לְמֵא֖וֹת וְלַאֲלָפִֽים׃
5 וַיְצַ֨ו הַמֶּ֜לֶךְ אֶת־יוֹאָ֣ב וְאֶת־אֲבִישַׁ֣י וְאֶת־אִתַּי֮ לֵאמֹר֒ לְאַט־לִ֖י לַנַּ֣עַר לְאַבְשָׁל֑וֹם וְכָל־הָעָ֣ם שָׁמְע֗וּ בְּצַוֺּ֤ת הַמֶּ֙לֶךְ֙ אֶת־כָּל־הַשָּׂרִ֔ים עַל־דְּבַ֥ר אַבְשָׁלֽוֹם׃
6 וַיֵּצֵ֧א הָעָ֛ם הַשָּׂדֶ֖ה לִקְרַ֣את יִשְׂרָאֵ֑ל וַתְּהִ֥י הַמִּלְחָמָ֖ה בְּיַ֥עַר אֶפְרָֽיִם׃
7 וַיִּנָּ֤גְפוּ שָׁם֙ עַ֣ם יִשְׂרָאֵ֔ל לִפְנֵ֖י עַבְדֵ֣י דָוִ֑ד וַתְּהִי־שָׁ֞ם הַמַּגֵּפָ֤ה גְדוֹלָה֙ בַּיּ֣וֹם הַה֔וּא עֶשְׂרִ֥ים אֶ֖לֶף׃
8 וַתְּהִי־שָׁ֧ם הַמִּלְחָמָ֛ה נפצית נָפֹ֖צֶת עַל־פְּנֵ֣י כָל־הָאָ֑רֶץ וַיֶּ֤רֶב הַיַּ֙עַר֙ לֶאֱכֹ֣ל בָּעָ֔ם מֵאֲשֶׁ֛ר אָכְלָ֥ה הַחֶ֖רֶב בַּיּ֥וֹם הַהֽוּא׃
9 וַיִּקָּרֵ֗א אַבְשָׁל֔וֹם לִפְנֵ֖י עַבְדֵ֣י דָוִ֑ד וְאַבְשָׁל֞וֹם רֹכֵ֣ב עַל־הַפֶּ֗רֶד וַיָּבֹ֨א הַפֶּ֜רֶד תַּ֣חַת שׂ֧וֹבֶךְ הָאֵלָ֣ה הַגְּדוֹלָ֗ה וַיֶּחֱזַ֨ק רֹאשׁ֤וֹ בָאֵלָה֙ וַיֻּתַּ֜ן בֵּ֤ין הַשָּׁמַ֙יִם֙ וּבֵ֣ין הָאָ֔רֶץ וְהַפֶּ֛רֶד אֲשֶׁר־תַּחְתָּ֖יו עָבָֽר׃
10 וַיַּרְא֙ אִ֣ישׁ אֶחָ֔ד וַיַּגֵּ֖ד לְיוֹאָ֑ב וַיֹּ֗אמֶר הִנֵּ֛ה רָאִ֥יתִי אֶת־אַבְשָׁלֹ֖ם תָּל֥וּי בָּאֵלָֽה׃
11 וַיֹּ֣אמֶר יוֹאָ֗ב לָאִישׁ֮ הַמַּגִּ֣יד לוֹ֒ וְהִנֵּ֤ה רָאִ֙יתָ֙ וּמַדּ֙וּעַ֙ לֹא־הִכִּית֥וֹ שָׁ֖ם אָ֑רְצָה וְעָלַ֗י לָ֤תֶת לְךָ֙ עֲשָׂ֣רָה כֶ֔סֶף וַחֲגֹרָ֖ה אֶחָֽת׃
12 וַיֹּ֣אמֶר הָאִישׁ֮ אֶל־יוֹאָב֒ ולא וְל֨וּ אָנֹכִ֜י שֹׁקֵ֣ל עַל־כַּפַּ֗י אֶ֚לֶף כֶּ֔סֶף לֹֽא־אֶשְׁלַ֥ח יָדִ֖י אֶל־בֶּן־הַמֶּ֑לֶךְ כִּ֣י בְאָזְנֵ֡ינוּ צִוָּה֩ הַמֶּ֨לֶךְ אֹתְךָ֜ וְאֶת־אֲבִישַׁ֣י וְאֶת־אִתַּ֗י לֵאמֹר֙ שִׁמְרוּ־מִ֕י בַּנַּ֖עַר בְּאַבְשָׁלֽוֹם׃
13 אֽוֹ־עָשִׂ֤יתִֽי בְנַפְשׁוֹ֙ שֶׁ֔קֶר וְכָל־דָּבָ֖ר לֹא־יִכָּחֵ֣ד מִן־הַמֶּ֑לֶךְ וְאַתָּ֖ה תִּתְיַצֵּ֥ב מִנֶּֽגֶד׃
14 וַיֹּ֣אמֶר יוֹאָ֔ב לֹא־כֵ֥ן אֹחִ֖ילָה לְפָנֶ֑יךָ וַיִּקַּ֞ח שְׁלֹשָׁ֤ה שְׁבָטִים֙ בְּכַפּ֔וֹ וַיִּתְקָעֵ֖ם בְּלֵ֣ב אַבְשָׁל֑וֹם עוֹדֶ֥נּוּ חַ֖י בְּלֵ֥ב הָאֵלָֽה׃
15 וַיָּסֹ֙בּוּ֙ עֲשָׂרָ֣ה נְעָרִ֔ים נֹשְׂאֵ֖י כְּלֵ֣י יוֹאָ֑ב וַיַּכּ֥וּ אֶת־אַבְשָׁל֖וֹם וַיְמִיתֻֽהוּ׃
16 וַיִּתְקַ֤ע יוֹאָב֙ בַּשֹּׁפָ֔ר וַיָּ֣שָׁב הָעָ֔ם מִרְדֹ֖ף אַחֲרֵ֣י יִשְׂרָאֵ֑ל כִּֽי־חָשַׂ֥ךְ יוֹאָ֖ב אֶת־הָעָֽם׃
17 וַיִּקְח֣וּ אֶת־אַבְשָׁל֗וֹם וַיַּשְׁלִ֤יכוּ אֹתוֹ֙ בַיַּ֙עַר֙ אֶל־הַפַּ֣חַת הַגָּד֔וֹל וַיַּצִּ֧בוּ עָלָ֛יו גַּל־אֲבָנִ֖ים גָּד֣וֹל מְאֹ֑ד וְכָל־יִשְׂרָאֵ֔ל נָ֖סוּ אִ֥ישׁ לאהלו לְאֹהָלָֽיו׃
18 וְאַבְשָׁלֹ֣ם לָקַ֗ח וַיַּצֶּב־ל֤וֹ בחיו בְחַיָּיו֙ אֶת־מַצֶּ֙בֶת֙ אֲשֶׁ֣ר בְּעֵֽמֶק־הַמֶּ֔לֶךְ כִּ֣י אָמַ֗ר אֵֽין־לִ֥י בֵן֙ בַּעֲב֣וּר הַזְכִּ֣יר שְׁמִ֔י וַיִּקְרָ֤א לַמַּצֶּ֙בֶת֙ עַל־שְׁמ֔וֹ וַיִּקָּ֤רֵא לָהּ֙ יַ֣ד אַבְשָׁלֹ֔ם עַ֖ד הַיּ֥וֹם הַזֶּֽה׃
19 וַאֲחִימַ֤עַץ בֶּן־צָדוֹק֙ אָמַ֔ר אָר֣וּצָה נָּ֔א וַאֲבַשְּׂרָ֖ה אֶת־הַמֶּ֑לֶךְ כִּֽי־שְׁפָט֥וֹ יְהוָ֖ה מִיַּ֥ד אֹיְבָֽיו׃
20 וַיֹּ֧אמֶר ל֣וֹ יוֹאָ֗ב לֹ֣א אִ֤ישׁ בְּשֹׂרָה֙ אַתָּ֣ה הַיּ֣וֹם הַזֶּ֔ה וּבִשַּׂרְתָּ֖ בְּי֣וֹם אַחֵ֑ר וְהַיּ֣וֹם הַזֶּ֗ה לֹ֤א תְבַשֵּׂר֙ כִּֽי־עַל־כֵּ֥ן בֶּן־הַמֶּ֖לֶךְ מֵֽת׃
21 וַיֹּ֤אמֶר יוֹאָב֙ לכושי לַכּוּשִׁ֔י לֵ֛ךְ הַגֵּ֥ד לַמֶּ֖לֶךְ אֲשֶׁ֣ר רָאִ֑יתָה וַיִּשְׁתַּ֧חוּ כוּשִׁ֛י לְיוֹאָ֖ב וַיָּרֹֽץ׃
22 וַיֹּ֣סֶף ע֗וֹד אֲחִימַ֤עַץ בֶּן־צָדוֹק֙ וַיֹּ֣אמֶר אֶל־יוֹאָ֔ב וִ֣יהִי מָ֔ה אָרֻֽצָה־נָּ֥א גַם־אָ֖נִי אַחֲרֵ֣י הַכּוּשִׁ֑י וַיֹּ֣אמֶר יוֹאָ֗ב לָ֣מָּה זֶּה֩ אַתָּ֨ה רָ֤ץ בְּנִי֙ וּלְכָ֔ה אֵֽין־בְּשׂוֹרָ֖ה מֹצֵֽאת׃
23 וִיהִי־מָ֣ה אָר֑וּץ וַיֹּ֥אמֶר ל֖וֹ ר֑וּץ וַיָּ֤רָץ אֲחִימַ֙עַץ֙ דֶּ֣רֶךְ הַכִּכָּ֔ר וַֽיַּעֲבֹ֖ר אֶת־הַכּוּשִֽׁי׃
24 וְדָוִ֥ד יוֹשֵׁ֖ב בֵּין־שְׁנֵ֣י הַשְּׁעָרִ֑ים וַיֵּ֨לֶךְ הַצֹּפֶ֜ה אֶל־גַּ֤ג הַשַּׁ֙עַר֙ אֶל־הַ֣חוֹמָ֔ה וַיִּשָּׂ֤א אֶת־עֵינָיו֙ וַיַּ֔רְא וְהִנֵּה־אִ֖ישׁ רָ֥ץ לְבַדּֽוֹ׃
25 וַיִּקְרָ֤א הַצֹּפֶה֙ וַיַּגֵּ֣ד לַמֶּ֔לֶךְ וַיֹּ֣אמֶר הַמֶּ֔לֶךְ אִם־לְבַדּ֥וֹ בְּשׂוֹרָ֖ה בְּפִ֑יו וַיֵּ֥לֶךְ הָל֖וֹךְ וְקָרֵֽב׃
26 וַיַּ֣רְא הַצֹּפֶה֮ אִישׁ־אַחֵ֣ר רָץ֒ וַיִּקְרָ֨א הַצֹּפֶ֤ה אֶל־הַשֹּׁעֵר֙ וַיֹּ֔אמֶר הִנֵּה־אִ֥ישׁ רָ֖ץ לְבַדּ֑וֹ וַיֹּ֥אמֶר הַמֶּ֖לֶךְ גַּם־זֶ֥ה מְבַשֵּֽׂר׃
27 וַיֹּ֙אמֶר֙ הַצֹּפֶ֔ה אֲנִ֤י רֹאֶה֙ אֶת־מְרוּצַ֣ת הָרִאשׁ֔וֹן כִּמְרֻצַ֖ת אֲחִימַ֣עַץ בֶּן־צָד֑וֹק וַיֹּ֤אמֶר הַמֶּ֙לֶךְ֙ אִֽישׁ־ט֣וֹב זֶ֔ה וְאֶל־בְּשׂוֹרָ֥ה טוֹבָ֖ה יָבֽוֹא׃
28 וַיִּקְרָ֣א אֲחִימַ֗עַץ וַיֹּ֤אמֶר אֶל־הַמֶּ֙לֶךְ֙ שָׁל֔וֹם וַיִּשְׁתַּ֧חוּ לַמֶּ֛לֶךְ לְאַפָּ֖יו אָ֑רְצָה ס וַיֹּ֗אמֶר בָּרוּךְ֙ יְהוָ֣ה אֱלֹהֶ֔יךָ אֲשֶׁ֤ר סִגַּר֙ אֶת־הָ֣אֲנָשִׁ֔ים אֲשֶׁר־נָשְׂא֥וּ אֶת־יָדָ֖ם בַּאדֹנִ֥י הַמֶּֽלֶךְ׃
29 וַיֹּ֣אמֶר הַמֶּ֔לֶךְ שָׁל֥וֹם לַנַּ֖עַר לְאַבְשָׁל֑וֹם וַיֹּ֣אמֶר אֲחִימַ֡עַץ רָאִיתִי֩ הֶהָמ֨וֹן הַגָּד֜וֹל לִ֠שְׁלֹחַ אֶת־עֶ֨בֶד הַמֶּ֤לֶךְ יוֹאָב֙ וְאֶֽת־עַבְדֶּ֔ךָ וְלֹ֥א יָדַ֖עְתִּי מָֽה׃
30 וַיֹּ֥אמֶר הַמֶּ֖לֶךְ סֹ֑ב הִתְיַצֵּ֥ב כֹּ֖ה וַיִּסֹּ֖ב וַֽיַּעֲמֹֽד׃
31 וְהִנֵּ֥ה הַכּוּשִׁ֖י בָּ֑א וַיֹּ֣אמֶר הַכּוּשִׁ֗י יִתְבַּשֵּׂר֙ אֲדֹנִ֣י הַמֶּ֔לֶךְ כִּֽי־שְׁפָטְךָ֤ יְהוָה֙ הַיּ֔וֹם מִיַּ֖ד כָּל־הַקָּמִ֥ים עָלֶֽיךָ׃
32 וַיֹּ֤אמֶר הַמֶּ֙לֶךְ֙ אֶל־הַכּוּשִׁ֔י הֲשָׁל֥וֹם לַנַּ֖עַר לְאַבְשָׁל֑וֹם וַיֹּ֣אמֶר הַכּוּשִׁ֗י יִהְי֤וּ כַנַּ֙עַר֙ אֹיְבֵ֣י אֲדֹנִ֣י הַמֶּ֔לֶךְ וְכֹ֛ל אֲשֶׁר־קָ֥מוּ עָלֶ֖יךָ לְרָעָֽה׃
33 וַיִּרְגַּ֣ז הַמֶּ֗לֶךְ וַיַּ֜עַל עַל־עֲלִיַּ֤ת הַשַּׁ֙עַר֙ וַיֵּ֔בְךְּ וְכֹ֣ה ׀ אָמַ֣ר בְּלֶכְתּ֗וֹ בְּנִ֤י אַבְשָׁלוֹם֙ בְּנִ֔י בְנִ֥י אַבְשָׁל֖וֹם מִֽי־יִתֵּ֤ן מוּתִי֙ אֲנִ֣י תַחְתֶּ֔יךָ אַבְשָׁל֥וֹם בְּנִ֖י בְנִֽי׃
Capítulo 19
David regresa a Jerusalén
LBLA
1 Entonces avisaron a Joab: He aquí, el rey está llorando y hace duelo por Absalón.
2 Y la victoria aquel día se convirtió en duelo para todo el pueblo, porque aquel día el pueblo oyó decir: El rey está afligido por su hijo.
3 Y aquel día el pueblo entró furtivamente en la ciudad, como furtivamente entra un pueblo humillado cuando huye de la batalla.
4 Y el rey cubrió su rostro y clamaba en alta voz: ¡Hijo mío Absalón, Absalón, hijo mío, hijo mío!
5 Entonces Joab entró en la casa del rey, y dijo: Hoy has cubierto de vergüenza el rostro de todos tus siervos que hoy han librado tu vida, las vidas de tus hijos y de tus hijas, las vidas de tus mujeres y las vidas de tus concubinas,
6 amando a los que te aborrecen y aborreciendo a los que te aman. Porque hoy has demostrado que los jefes y siervos no son nada para ti; pues ahora entiendo que si Absalón viviera y todos nosotros hubiéramos muerto hoy, entonces tú estarías complacido.
7 Ahora pues, levántate, sal y habla bondadosamente a tus siervos, porque juro por el SEÑOR que si no sales, ciertamente ningún hombre pasará contigo la noche, y esto será peor para ti que todo el mal que te ha sobrevenido desde tu juventud hasta ahora.
8 Entonces el rey se levantó y se sentó a la puerta. Y avisaron a todo el pueblo, diciendo: He aquí, el rey está sentado a la puerta. Y todo el pueblo vino delante del rey. Entre tanto, Israel había huido, cada uno a su tienda.
9 Y todo el pueblo discutía en todas las tribus de Israel, diciendo: El rey nos ha librado de manos de nuestros enemigos y nos ha salvado de manos de los filisteos, pero ahora ha huido del país por causa de Absalón.
10 Sin embargo, Absalón, a quien ungimos sobre nosotros, ha muerto en batalla. Ahora pues, ¿por qué guardáis silencio acerca de hacer volver al rey?
11 Y el rey David envió mensaje a los sacerdotes Sadoc y Abiatar, diciendo: Hablad a los ancianos de Judá, diciendo: "¿Por qué sois los últimos en hacer volver al rey a su casa, ya que la palabra de todo Israel ha llegado al rey, a su casa?
12 "Vosotros sois mis hermanos; sois mis huesos y mi carne. ¿Por qué, pues, habéis de ser los últimos en hacer volver al rey?"
13 Y decid a Amasa: "¿No eres tú mi hueso y mi carne? Así haga Dios conmigo, y aún más, si no has de ser comandante del ejército delante de mí para siempre en lugar de Joab."
14 Así inclinó el corazón de todos los hombres de Judá como el de un solo hombre, y enviaron palabra al rey, diciendo: Vuelve, tú y todos tus siervos.
15 El rey regresó, y llegó hasta el Jordán. Y Judá vino a Gilgal para ir al encuentro del rey, para conducir al rey a través del Jordán.
16 Entonces Simei, hijo de Gera, el benjamita que era de Bahurim, se dio prisa y descendió con los hombres de Judá al encuentro del rey David.
17 Y con él había mil hombres de Benjamín, y Siba, siervo de la casa de Saúl, y con él sus quince hijos y sus veinte siervos; y se apresuraron a pasar el Jordán antes que el rey.
18 Y cruzaron el vado para pasar a la familia del rey y hacer lo que le pareciera bien. Y Simei, hijo de Gera, se postró ante el rey cuando éste iba a cruzar el Jordán.
19 Y dijo al rey: No me considere mi señor culpable, ni recuerde el mal que tu siervo hizo el día en que mi señor el rey salió de Jerusalén, de modo que el rey lo tome en cuenta.
20 Porque tu siervo sabe que he pecado; por eso, he aquí, he venido hoy, el primero de toda la casa de José, para descender al encuentro de mi señor el rey.
21 Pero Abisai, hijo de Sarvia, respondió y dijo: ¿No ha de morir Simei por esto, porque maldijo al ungido del SEÑOR?
22 Y David dijo: ¿Qué tengo yo que ver con vosotros, hijos de Sarvia, que debáis ser hoy mis adversarios? ¿Ha de morir hoy alguno en Israel? Pues, ¿no sé yo que hoy soy rey sobre Israel?
23 Y el rey dijo a Simei: No morirás. Y el rey se lo juró.
24 También Mefiboset, hijo de Saúl, descendió al encuentro del rey; y no había cuidado sus pies, ni había cortado su bigote, ni había lavado sus vestidos desde el día en que el rey se fue hasta el día en que volvió en paz.
25 Y sucedió que cuando vino a Jerusalén al encuentro del rey, el rey le dijo: ¿Por qué no fuiste conmigo, Mefiboset?
26 Y él respondió: Oh rey, señor mío, mi siervo me engañó, pues tu siervo había dicho: "Me aparejaré un asno para montar en él e ir con el rey", ya que tu siervo es cojo.
27 Además, ha calumniado a tu siervo ante mi señor el rey; pero mi señor el rey es como un ángel de Dios; haz, pues, lo que te parezca bien.
28 Porque toda la casa de mi padre no era más que hombres muertos ante mi señor el rey; sin embargo, pusiste a tu siervo entre los que comían a tu mesa. ¿Qué derecho tengo todavía para quejarme más al rey?
29 Y el rey le dijo: ¿Por qué hablas más de tus asuntos? Yo he decidido: Tú y Siba os repartiréis las tierras.
30 Y Mefiboset dijo al rey: Que él las tome todas, ya que mi señor el rey ha vuelto en paz a su propia casa.
31 Entonces Barzilai galaadita descendió de Rogelim, y pasó el Jordán con el rey para despedirlo en el Jordán.
32 Y Barzilai era muy anciano, de ochenta años, y había provisto de sustento al rey mientras éste estaba en Mahanaim, porque era un hombre muy rico.
33 Y el rey dijo a Barzilai: Pasa conmigo, y te sustentaré junto a mí en Jerusalén.
34 Pero Barzilai respondió al rey: ¿Cuántos años más tengo de vida para que yo suba con el rey a Jerusalén?
35 Tengo ya ochenta años. ¿Puedo distinguir entre lo bueno y lo malo? ¿Puede tu siervo saborear lo que come o lo que bebe? ¿Puede oír ya la voz de los cantores o de las cantoras? ¿Para qué ha de ser tu siervo una carga más para mi señor el rey?
36 Tu siervo sólo pasará el Jordán con el rey. ¿Y por qué ha de concederme el rey esta recompensa?
37 Te ruego que permitas que tu siervo vuelva, para que yo muera en mi ciudad junto al sepulcro de mi padre y de mi madre. Pero he aquí tu siervo Quimam; que pase él con mi señor el rey, y haz por él lo que te parezca bien.
38 Y el rey respondió: Quimam pasará conmigo, y haré por él lo que te parezca bien; y todo lo que tú me pidas, lo haré por ti.
39 Todo el pueblo pasó el Jordán y el rey también pasó. Entonces el rey besó a Barzilai y lo bendijo, y él volvió al lugar donde vivía.
40 El rey pasó a Gilgal y Quimam pasó con él; y todo el pueblo de Judá y también la mitad del pueblo de Israel acompañaron al rey.
41 Y he aquí, todos los hombres de Israel vinieron al rey y le dijeron: ¿Por qué nuestros hermanos, los hombres de Judá, te han llevado furtivamente, y han hecho pasar el Jordán al rey y a su familia, y a todos los hombres de David con él?
42 Entonces todos los hombres de Judá respondieron a los hombres de Israel: Porque el rey es pariente cercano nuestro. ¿Por qué, pues, estáis enojados por esto? ¿Acaso hemos comido algo a costa del rey, o se nos ha dado algún regalo?
43 Pero los hombres de Israel respondieron a los hombres de Judá, y dijeron: Nosotros tenemos diez partes en el rey, por tanto, tenemos también más derecho sobre David que vosotros. ¿Por qué, pues, nos habéis menospreciado? ¿No fue nuestro consejo el primero para hacer volver a nuestro rey? Sin embargo, las palabras de los hombres de Judá fueron más duras que las palabras de los hombres de Israel.
WLC
1 וַיֻּגַּ֖ד לְיוֹאָ֑ב הִנֵּ֨ה הַמֶּ֜לֶךְ בֹּכֶ֧ה וַיִּתְאַבֵּ֛ל עַל־אַבְשָׁלֹֽם׃
2 וַתְּהִ֧י הַתְּשֻׁעָ֛ה בַּיּ֥וֹם הַה֖וּא לְאֵ֑בֶל לְכָל־הָעָ֔ם כִּֽי־שָׁמַ֤ע הָעָם֙ בַּיּ֣וֹם הַה֔וּא לֵאמֹ֔ר נֶעֱצַ֥ב הַמֶּ֖לֶךְ עַל־בְּנֽוֹ׃
3 וַיִּתְגַּנֵּ֥ב הָעָ֛ם בַּיּ֥וֹם הַה֖וּא לָב֣וֹא הָעִ֑יר כַּאֲשֶׁ֤ר יִתְגַּנֵּב֙ הָעָ֔ם הַנִּכְלָמִ֖ים בְּנוּסָ֥ם בַּמִּלְחָמָֽה׃
4 וְהַמֶּ֙לֶךְ֙ לָאַ֣ט אֶת־פָּנָ֔יו וַיִּזְעַ֥ק הַמֶּ֖לֶךְ ק֣וֹל גָּד֑וֹל בְּנִ֣י אַבְשָׁל֔וֹם אַבְשָׁל֖וֹם בְּנִ֥י בְנִֽי׃
5 וַיָּבֹ֥א יוֹאָ֛ב אֶל־הַמֶּ֖לֶךְ הַבָּ֑יִת וַיֹּ֡אמֶר הֹבַ֣שְׁתָּ הַ֠יּוֹם אֶת־פְּנֵ֨י כָל־עֲבָדֶ֜יךָ הַֽמְמַלְּטִ֣ים אֶֽת־נַפְשְׁךָ֣ הַיּ֗וֹם וְאֵ֨ת נֶ֤פֶשׁ בָּנֶ֙יךָ֙ וּבְנֹתֶ֔יךָ וְנֶ֙פֶשׁ֙ נָשֶׁ֔יךָ וְנֶ֖פֶשׁ פִּלַגְשֶֽׁיךָ׃
6 לְאַֽהֲבָה֙ אֶת־שֹׂ֣נְאֶ֔יךָ וְלִשְׂנֹ֖א אֶת־אֹהֲבֶ֑יךָ כִּ֣י ׀ הִגַּ֣דְתָּ הַיּ֗וֹם כִּי֩ אֵ֨ין לְךָ֤ שָׂרִים֙ וַעֲבָדִ֔ים כִּ֣י ׀ יָדַ֣עְתִּי הַיּ֗וֹם כִּ֠י לו אַבְשָׁל֥וֹם חַי֙ וְכֻלָּ֤נוּ הַיּוֹם֙ מֵתִ֔ים כִּ֛י־אָ֥ז יָשָׁ֖ר בְּעֵינֶֽיךָ׃
7 וְעַתָּה֙ ק֣וּם צֵ֔א וְדַבֵּ֖ר עַל־לֵ֣ב עֲבָדֶ֑יךָ כִּ֣י בַֽיהוָ֡ה נִ֠שְׁבַּעְתִּי כִּֽי־אֵינְךָ֨ יוֹצֵ֜א אִם־יָלִ֨ין אִ֤ישׁ אִתְּךָ֙ הַלַּ֔יְלָה וְרָעָ֨ה לְךָ֜ זֹ֗את מִכָּל־הָרָעָה֙ אֲשֶׁר־בָּ֣אָה עָלֶ֔יךָ מִנְּעֻרֶ֖יךָ עַד־עָֽתָּה׃
8 וַיָּ֥קָם הַמֶּ֖לֶךְ וַיֵּ֣שֶׁב בַּשָּׁ֑עַר וּֽלְכָל־הָעָ֞ם הִגִּ֣ידוּ לֵאמֹ֗ר הִנֵּ֤ה הַמֶּ֙לֶךְ֙ יוֹשֵׁ֣ב בַּשַּׁ֔עַר וַיָּבֹ֤א כָל־הָעָם֙ לִפְנֵ֣י הַמֶּ֔לֶךְ וְיִשְׂרָאֵ֔ל נָ֖ס אִ֥ישׁ לְאֹהָלָֽיו׃
9 וַיְהִ֤י כָל־הָעָם֙ נָד֔וֹן בְּכָל־שִׁבְטֵ֥י יִשְׂרָאֵ֖ל לֵאמֹ֑ר הַמֶּ֜לֶךְ הִצִּילָ֤נוּ ׀ מִכַּ֣ף אֹיְבֵ֗ינוּ וְה֤וּא מִלְּטָ֙נוּ֙ מִכַּ֣ף פְּלִשְׁתִּ֔ים וְעַתָּ֛ה בָּרַ֥ח מִן־הָאָ֖רֶץ מֵעַ֥ל אַבְשָׁלֽוֹם׃
10 וְאַבְשָׁל֗וֹם אֲשֶׁ֤ר מָשַׁ֙חְנוּ֙ עָלֵ֔ינוּ מֵ֖ת בַּמִּלְחָמָ֑ה וְעַתָּ֗ה לָמָ֥ה אַתֶּ֛ם מַחֲרִשִׁ֖ים לְהָשִׁ֥יב אֶת־הַמֶּֽלֶךְ׃
11 וְהַמֶּ֣לֶךְ דָּוִ֗ד שָׁ֠לַח אֶל־צָד֨וֹק וְאֶל־אֶבְיָתָ֥ר הַכֹּהֲנִים֮ לֵאמֹר֒ דַּבְּר֞וּ אֶל־זִקְנֵ֤י יְהוּדָה֙ לֵאמֹ֔ר לָ֤מָּה תִֽהְיוּ֙ אַֽחֲרֹנִ֔ים לְהָשִׁ֥יב אֶת־הַמֶּ֖לֶךְ אֶל־בֵּית֑וֹ וּדְבַר֙ כָּל־יִשְׂרָאֵ֔ל בָּ֥א אֶל־הַמֶּ֖לֶךְ אֶל־בֵּיתֽוֹ׃
12 אַחַ֣י אַתֶּ֔ם עַצְמִ֥י וּבְשָׂרִ֖י אַתֶּ֑ם וְלָ֛מָּה תִהְי֥וּ אַחֲרֹנִ֖ים לְהָשִׁ֥יב אֶת־הַמֶּֽלֶךְ׃
13 וְלַעֲמָשָׂא֙ תֹּֽמְר֔וּ הֲל֛וֹא עַצְמִ֥י וּבְשָׂרִ֖י אָ֑תָּה כֹּ֣ה יַעֲשֶׂה־לִּ֤י אֱלֹהִים֙ וְכֹ֣ה יוֹסִ֔יף אִם־לֹ֨א שַׂר־צָבָ֧א תִּהְיֶ֥ה לְפָנַ֛י כָּל־הַיָּמִ֖ים תַּ֥חַת יוֹאָֽב׃
14 וַיַּ֛ט אֶת־לְבַ֥ב כָּל־אִישׁ־יְהוּדָ֖ה כְּאִ֣ישׁ אֶחָ֑ד וַֽיִּשְׁלְחוּ֙ אֶל־הַמֶּ֔לֶךְ שׁ֥וּב אַתָּ֖ה וְכָל־עֲבָדֶֽיךָ׃
15 וַיָּ֤שָׁב הַמֶּ֙לֶךְ֙ וַיָּבֹ֖א עַד־הַיַּרְדֵּ֑ן וִֽיהוּדָ֞ה בָּ֣א הַגִּלְגָּ֗לָה לָלֶ֙כֶת֙ לִקְרַ֣את הַמֶּ֔לֶךְ לְהַעֲבִ֥יר אֶת־הַמֶּ֖לֶךְ אֶת־הַיַּרְדֵּֽן׃
16 וַיְמַהֵ֗ר שִׁמְעִ֤י בֶן־גֵּרָא֙ בֶּן־הַיְמִינִ֔י אֲשֶׁ֖ר מִבַּחוּרִ֑ים וַיֵּ֙רֶד֙ עִם־אִ֣ישׁ יְהוּדָ֔ה לִקְרַ֖את הַמֶּ֥לֶךְ דָּוִֽד׃
17 וְאֶ֨לֶף אִ֤ישׁ עִמּוֹ֙ מִבִּנְיָמִ֔ן וְצִיבָ֗א נַ֚עַר בֵּ֣ית שָׁא֔וּל וַחֲמֵ֨שֶׁת עָשָׂ֥ר בָּנָ֛יו וְעֶשְׂרִ֥ים עֲבָדָ֖יו אִתּ֑וֹ וְצָלְח֥וּ הַיַּרְדֵּ֖ן לִפְנֵ֥י הַמֶּֽלֶךְ׃
18 וְעָבְרָ֣ה הָעֲבָרָ֗ה לַעֲבִיר֙ אֶת־בֵּ֣ית הַמֶּ֔לֶךְ וְלַעֲשׂ֥וֹת הַטּ֖וֹב בעינו בְּעֵינָ֑יו וְשִׁמְעִ֣י בֶן־גֵּרָ֗א נָפַל֙ לִפְנֵ֣י הַמֶּ֔לֶךְ בְּעָבְר֖וֹ בַּיַּרְדֵּֽן׃
19 וַיֹּ֣אמֶר אֶל־הַמֶּ֗לֶךְ אַל־יַחֲשָׁב־לִ֣י אֲדֹנִי֮ עָוֺן֒ וְאַל־תִּזְכֹּ֗ר אֵ֤ת אֲשֶׁ֣ר הֶעֱוָה֙ עַבְדְּךָ֔ בַּיּ֕וֹם אֲשֶׁר־יָצָ֥א אֲדֹנִֽי־הַמֶּ֖לֶךְ מִירֽוּשָׁלִָ֑ם לָשׂ֥וּם הַמֶּ֖לֶךְ אֶל־לִבּֽוֹ׃
20 כִּ֚י יָדַ֣ע עַבְדְּךָ֔ כִּ֥י אֲנִ֖י חָטָ֑אתִי וְהִנֵּֽה־בָ֣אתִי הַיּ֗וֹם רִאשׁוֹן֙ לְכָל־בֵּ֣ית יוֹסֵ֔ף לָרֶ֕דֶת לִקְרַ֖את אֲדֹנִ֥י הַמֶּֽלֶךְ׃
21 וַיַּ֨עַן אֲבִישַׁ֤י בֶּן־צְרוּיָה֙ וַיֹּ֔אמֶר הֲתַ֣חַת זֹ֔את לֹ֥א יוּמַ֖ת שִׁמְעִ֑י כִּ֥י קִלֵּ֖ל אֶת־מְשִׁ֥יחַ יְהוָֽה׃
22 וַיֹּ֣אמֶר דָּוִ֗ד מַה־לִּ֤י וְלָכֶם֙ בְּנֵ֣י צְרוּיָ֔ה כִּֽי־תִהְיוּ־לִ֥י הַיּ֖וֹם לְשָׂטָ֑ן הַיּ֗וֹם י֤וּמַת אִישׁ֙ בְּיִשְׂרָאֵ֔ל כִּ֚י הֲל֣וֹא יָדַ֔עְתִּי כִּ֥י הַיּ֖וֹם אֲנִי־מֶ֥לֶךְ עַל־יִשְׂרָאֵֽל׃
23 וַיֹּ֧אמֶר הַמֶּ֛לֶךְ אֶל־שִׁמְעִ֖י לֹ֣א תָמ֑וּת וַיִּשָּׁ֥בַֽע ל֖וֹ הַמֶּֽלֶךְ׃
24 וּמְפִבֹ֨שֶׁת בֶּן־שָׁא֜וּל יָרַ֣ד לִקְרַ֣את הַמֶּ֗לֶךְ וְלֹא־עָשָׂ֨ה רַגְלָ֜יו וְלֹֽא־עָשָׂ֣ה שְׂפָמ֗וֹ וְאֶת־בְּגָדָיו֙ לֹ֣א כִבֵּ֔ס לְמִן־הַיּוֹם֙ לֶ֣כֶת הַמֶּ֔לֶךְ עַד־הַיּ֖וֹם אֲשֶׁר־בָּ֥א בְשָׁלֽוֹם׃
25 וַיְהִ֗י כִּי־בָ֤א יְרוּשָׁלִַ֙ם֙ לִקְרַ֣את הַמֶּ֔לֶךְ וַיֹּ֤אמֶר לוֹ֙ הַמֶּ֔לֶךְ לָ֥מָּה לֹא־הָלַ֖כְתָּ עִמִּ֥י מְפִיבֹֽשֶׁת׃
26 וַיֹּאמַ֕ר אֲדֹנִ֥י הַמֶּ֖לֶךְ עַבְדִּ֣י רִמָּ֑נִי כִּֽי־אָמַ֨ר עַבְדְּךָ֜ אֶחְבְּשָׁה־לִּ֨י הַחֲמ֤וֹר וְאֶרְכַּ֤ב עָלֶ֙יהָ֙ וְאֵלֵ֣ךְ אֶת־הַמֶּ֔לֶךְ כִּ֥י פִסֵּ֖חַ עַבְדֶּֽךָ׃
27 וַיְרַגֵּ֥ל בְּעַבְדְּךָ֖ אֶל־אֲדֹנִ֣י הַמֶּ֑לֶךְ וַאדֹנִ֤י הַמֶּ֙לֶךְ֙ כְּמַלְאַ֣ךְ הָאֱלֹהִ֔ים וַעֲשֵׂ֥ה הַטּ֖וֹב בְּעֵינֶֽיךָ׃
28 כִּ֣י לֹ֣א הָיָ֗ה כָּל־בֵּ֤ית אָבִי֙ כִּ֣י אִם־אַנְשֵׁי־מָ֔וֶת לַֽאדֹנִ֖י הַמֶּ֑לֶךְ וַתָּ֙שֶׁת֙ אֶֽת־עַבְדְּךָ֔ בְּאֹכְלֵ֖י שֻׁלְחָנֶ֑ךָ וּמַה־יֶּשׁ־לִ֥י עוֹד֙ צְדָקָ֔ה וְלִזְעֹ֥ק ע֖וֹד אֶל־הַמֶּֽלֶךְ׃
29 וַיֹּ֤אמֶר לוֹ֙ הַמֶּ֔לֶךְ לָ֛מָּה תְּדַבֵּ֥ר ע֖וֹד דְּבָרֶ֑יךָ אָמַ֕רְתִּי אַתָּ֣ה וְצִיבָ֔א תַּחְלְק֖וּ אֶת־הַשָּׂדֶֽה׃
30 וַיֹּ֤אמֶר מְפִיבֹ֙שֶׁת֙ אֶל־הַמֶּ֔לֶךְ גַּ֥ם אֶת־הַכֹּ֖ל יִקָּ֑ח אַחֲרֵ֗י אֲשֶׁר־בָּ֛א אֲדֹנִ֥י הַמֶּ֖לֶךְ בְּשָׁל֥וֹם אֶל־בֵּיתֽוֹ׃
31 וּבַרְזִלַּי֙ הַגִּלְעָדִ֔י יָרַ֖ד מֵרֹגְלִ֑ים וַיַּעֲבֹ֤ר אֶת־הַמֶּ֙לֶךְ֙ הַיַּרְדֵּ֔ן לְשַׁלְּח֖וֹ אֶת־ביַּרְדֵּֽן׃
32 וּבַרְזִלַּ֖י זָקֵ֣ן מְאֹ֑ד בֶּן־שְׁמֹנִ֣ים שָׁנָ֗ה וְהֽוּא־כִלְכַּ֤ל אֶת־הַמֶּ֙לֶךְ֙ בְּשִׁיבָת֣וֹ בְמַחֲנַ֔יִם כִּֽי־אִ֛ישׁ גָּד֥וֹל ה֖וּא מְאֹֽד׃
33 וַיֹּ֥אמֶר הַמֶּ֖לֶךְ אֶל־בַּרְזִלָּ֑י אַתָּה֙ עֲבֹ֣ר אִתִּ֔י וְכִלְכַּלְתִּ֥י אֹתְךָ֖ עִמָּדִ֖י בִּירוּשָׁלִָֽם׃
34 וַיֹּ֥אמֶר בַּרְזִלַּ֖י אֶל־הַמֶּ֑לֶךְ כַּמָּ֗ה יְמֵי֙ שְׁנֵ֣י חַיַּ֔י כִּֽי־אֶעֱלֶ֥ה אֶת־הַמֶּ֖לֶךְ יְרוּשָׁלִָֽם׃
35 בֶּן־שְׁמֹנִ֨ים שָׁנָ֜ה אָנֹכִ֣י הַיּ֗וֹם הַאֵדַ֣ע׀ בֵּין־ט֣וֹב לְרָ֗ע אִם־יִטְעַ֨ם עַבְדְּךָ֜ אֶת־אֲשֶׁ֥ר אֹכַ֣ל וְאֶת־אֲשֶׁ֣ר אֶשְׁתֶּ֗ה אִם־אֶשְׁמַ֥ע עוֹד֙ בְּק֣וֹל שָׁרִ֔ים וְשָׁר֑וֹת וְלָ֣מָּה יִֽהְיֶ֤ה עַבְדְּךָ֙ עוֹד֙ לְמַשָּׂ֔א אֶל־אֲדֹנִ֖י הַמֶּֽלֶךְ׃
36 כִּמְעַ֞ט יַעֲבֹ֧ר עַבְדְּךָ֛ אֶת־הַיַּרְדֵּ֖ן אֶת־הַמֶּ֑לֶךְ וְלָ֧מָּה יִגְמְלֵ֛נִי הַמֶּ֖לֶךְ הַגְּמוּלָ֥ה הַזֹּֽאת׃
37 יָֽשָׁב־נָ֣א עַבְדְּךָ֗ וְאָמֻת֙ בְּעִירִ֔י עִ֛ם קֶ֥בֶר אָבִ֖י וְאִמִּ֑י וְהִנֵּ֣ה׀ עַבְדְּךָ֣ כִמְהָ֗ם יַֽעֲבֹר֙ עִם־אֲדֹנִ֣י הַמֶּ֔לֶךְ וַעֲשֵׂה־ל֕וֹ אֵ֥ת אֲשֶׁר־ט֖וֹב בְּעֵינֶֽיךָ׃
38 וַיֹּ֣אמֶר הַמֶּ֗לֶךְ אִתִּי֙ יַעֲבֹ֣ר כִּמְהָ֔ם וַאֲנִי֙ אֶֽעֱשֶׂה־לּ֔וֹ אֶת־הַטּ֖וֹב בְּעֵינֶ֑יךָ וְכֹ֛ל אֲשֶׁר־תִּבְחַ֥ר עָלַ֖י אֶֽעֱשֶׂה־לָּֽךְ׃
39 וַיַּעֲבֹ֨ר כָּל־הָעָ֜ם אֶת־הַיַּרְדֵּ֗ן וְהַמֶּ֙לֶךְ֙ עָבָ֔ר וַיִּשַּׁ֧ק הַמֶּ֛לֶךְ לְבַרְזִלַּ֖י וַיְבָרֲכֵ֑הוּ וַיָּ֖שָׁב לִמְקֹמֽוֹ׃
40 וַיַּעֲבֹ֤ר הַמֶּ֙לֶךְ֙ הַגִּלְגָּ֔לָה וְכִמְהָ֖ן עָבַ֣ר עִמּ֑וֹ וְכָל־עַ֤ם יְהוּדָה֙ ויעברו וַיַּֽעֲבִ֣ירוּ אֶת־הַמֶּ֔לֶךְ וְגַ֕ם חֲצִ֖י עַ֥ם יִשְׂרָאֵֽל׃
41 וְהִנֵּ֥ה כָּל־אִ֥ישׁ יִשְׂרָאֵ֖ל בָּאִ֣ים אֶל־הַמֶּ֑לֶךְ וַיֹּאמְר֨וּ אֶל־הַמֶּ֜לֶךְ מַדּוּעַ֩ גְּנָב֨וּךָ אַחֵ֜ינוּ אִ֣ישׁ יְהוּדָ֗ה וַיַּעֲבִ֨רוּ אֶת־הַמֶּ֤לֶךְ וְאֶת־בֵּיתוֹ֙ אֶת־הַיַּרְדֵּ֔ן וְכָל־אַנְשֵׁ֥י דָוִ֖ד עִמּֽוֹ׃
42 וַיַּ֨עַן כָּל־אִ֤ישׁ יְהוּדָה֙ עַל־אִ֣ישׁ יִשְׂרָאֵ֔ל כִּֽי־קָר֥וֹב הַמֶּ֖לֶךְ אֵלָ֑י וְלָ֤מָּה זֶּה֙ חָרָ֣ה לְךָ֔ עַל־הַדָּבָ֖ר הַזֶּ֑ה הֶאָכ֤וֹל אָכַ֙לְנוּ֙ מִן־הַמֶּ֔לֶךְ אִם־נִשֵּׂ֥את נִשָּׂ֖א לָֽנוּ׃
43 וַיַּ֣עַן אִֽישׁ־יִשְׂרָאֵ֣ל אֶת־אִ֣ישׁ יְהוּדָ֡ה וַיֹּאמֶר֩ עֶ֨שֶׂר־יָד֜וֹת לִ֣י בַמֶּ֗לֶךְ וְגַם־בְּדָוִד֙ אֲנִ֣י מִמְּךָ֔ וּמַדּ֙וּעַ֙ הֱקִלֹּתַ֔נִי וְלֹא־הָיָ֨ה דְבָרִ֥י רִאשׁ֛וֹן לִ֖י לְהָשִׁ֣יב אֶת־מַלְכִּ֑י וַיִּ֙קֶשׁ֙ דְּבַר־אִ֣ישׁ יְהוּדָ֔ה מִדְּבַ֖ר אִ֥ישׁ יִשְׂרָאֵֽל׃
Capítulo 20
Rebelión de Seba
LBLA
1 Aconteció que había allí un hombre perverso que se llamaba Seba, hijo de Bicri, benjamita; y él tocó la trompeta, y dijo: No tenemos parte con David, ni tenemos heredad con el hijo de Isaí. ¡Cada uno a su tienda, oh Israel!
2 Así que todos los hombres de Israel dejaron de seguir a David y siguieron a Seba, hijo de Bicri; pero los hombres de Judá permanecieron fieles a su rey, desde el Jordán hasta Jerusalén.
3 Cuando David llegó a su casa en Jerusalén, tomó el rey a las diez mujeres, las concubinas que había dejado para guardar la casa, y las puso bajo custodia y les dio alimentos, pero no se llegó a ellas. Y estuvieron encerradas hasta el día de su muerte, viviendo como viudas.
4 Entonces el rey dijo a Amasa: Convócame a los hombres de Judá dentro de tres días, y tú también está presente aquí.
5 Amasa fue a convocar a los hombres de Judá, pero se tardó más del tiempo que le había sido señalado.
6 Y David dijo a Abisai: Ahora Seba, hijo de Bicri, nos hará más daño que Absalón; toma tú los siervos de tu señor y persíguelo, no sea que halle para sí ciudades fortificadas y se nos escape.
7 Entonces los hombres de Joab salieron tras él, junto con los cereteos, los peleteos y todos los hombres valientes; y salieron de Jerusalén para perseguir a Seba, hijo de Bicri.
8 Cuando estaban junto a la gran piedra que está en Gabaón, Amasa vino a encontrarse con ellos. Y Joab estaba vestido con su ropa militar, y sobre ella tenía un cinturón con una espada en vaina ceñida a sus lomos; y mientras él avanzaba, la espada se le cayó.
9 Y Joab dijo a Amasa: ¿Te va bien, hermano mío? Y Joab tomó a Amasa por la barba con la mano derecha para besarlo.
10 Pero Amasa no se cuidó de la espada que estaba en la mano de Joab, de modo que éste lo hirió con ella en el vientre, y derramó sus entrañas por tierra, y no tuvo que repetir el golpe, y murió. Entonces Joab y su hermano Abisai, continuaron persiguiendo a Seba, hijo de Bicri.
11 Y uno de los jóvenes de Joab estaba junto a Amasa, y decía: El que favorezca a Joab y el que esté por David, que siga a Joab.
12 Pero Amasa yacía revolcándose en su sangre en medio del camino. Y cuando el hombre vio que todo el pueblo se detenía, retiró a Amasa del camino hacia el campo y echó sobre él una vestidura, viendo que todo el que pasaba junto a él se detenía.
13 Cuando lo quitaron del camino, todos los hombres pasaron tras Joab para perseguir a Seba, hijo de Bicri.
14 Y éste pasó por todas las tribus de Israel hasta Abel-bet-maaca y todo Berim; y se reunieron y lo siguieron también.
15 Y llegaron y lo sitiaron en Abel-bet-maaca, y levantaron un terraplén contra la ciudad, y éste se apoyaba en el antemuro; y toda la gente que estaba con Joab socavaba el muro para derribarlo.
16 Entonces una mujer sabia gritó desde la ciudad: ¡Oíd, oíd! Os ruego que digáis a Joab: "Ven acá para que hable contigo."
17 Y él se acercó a ella, y la mujer dijo: ¿Eres tú Joab? Y él respondió: Yo soy. Entonces ella le dijo: Escucha las palabras de tu sierva. Y él respondió: Escucho.
18 Entonces ella habló, diciendo: Antes solían decir: "Ciertamente pedirán consejo en Abel"; y así terminaban el asunto.
19 Yo soy de las pacíficas y fieles en Israel; tú procuras destruir una ciudad que es madre en Israel. ¿Por qué has de destruir la heredad del SEÑOR?
20 Y Joab respondió y dijo: Lejos, lejos esté de mí que yo destruya o arruine.
21 No es así el asunto, sino que un hombre de la región montañosa de Efraín, que se llama Seba, hijo de Bicri, ha levantado su mano contra el rey David. Entregadlo a él solo, y me alejaré de la ciudad. Y la mujer dijo a Joab: He aquí, su cabeza te será arrojada por encima del muro.
22 Entonces la mujer fue a todo el pueblo con su sabiduría. Y ellos cortaron la cabeza de Seba, hijo de Bicri, y se la arrojaron a Joab. Entonces él tocó la trompeta, y se retiraron de la ciudad, cada uno a su tienda. Y Joab regresó al rey en Jerusalén.
23 Joab era el comandante de todo el ejército de Israel, y Benaía, hijo de Joiada, estaba sobre los cereteos y sobre los peleteos;
24 y Adoram estaba sobre el tributo laboral, y Josafat, hijo de Ahilud, era cronista;
25 y Seva era escriba, y Sadoc y Abiatar eran sacerdotes;
26 e Ira jaireo era también sacerdote de David.
WLC
1 וְשָׁם֩ נִקְרָ֨א אִ֥ישׁ בְּלִיַּ֛עַל וּשְׁמ֥וֹ שֶׁ֖בַע בֶּן־בִּכְרִ֣י אִ֣ישׁ יְמִינִ֑י וַיִּתְקַ֨ע בַּשֹּׁפָ֜ר וַיֹּ֗אמֶר אֵֽין־לָ֨נוּ חֵ֜לֶק בְּדָוִ֗ד וְלֹ֤א נַֽחֲלָה־לָ֙נוּ֙ בְּבֶן־יִשַׁ֔י אִ֥ישׁ לְאֹהָלָ֖יו יִשְׂרָאֵֽל׃
2 וַיַּ֜עַל כָּל־אִ֤ישׁ יִשְׂרָאֵל֙ מֵאַחֲרֵ֣י דָוִ֔ד אַחֲרֵ֖י שֶׁ֣בַע בֶּן־בִּכְרִ֑י וְאִ֤ישׁ יְהוּדָה֙ דָּבְק֣וּ בְמַלְכָּ֔ם מִן־הַיַּרְדֵּ֖ן וְעַד־יְרוּשָׁלִָֽם׃
3 וַיָּבֹ֨א דָוִ֣ד אֶל־בֵּיתוֹ֮ יְרוּשָׁלִַם֒ וַיִּקַּ֣ח הַמֶּ֡לֶךְ אֵ֣ת עֶֽשֶׂר־נָשִׁים֩ פִּלַגְשִׁ֨ים אֲשֶׁ֥ר הִנִּ֛יחַ לִשְׁמֹ֥ר הַבַּ֖יִת וַיִּתְּנֵ֣ם בֵּֽית־מִשְׁמֶ֗רֶת וַֽיְכַלְכְּלֵ֛ם וַאֲלֵיהֶ֥ם לֹא־בָ֖א וַתִּהְיֶ֧ינָה צְרֻר֛וֹת עַד־י֥וֹם מֻתָ֖ן אַלְמְנ֥וּת חַיּֽוּת׃
4 וַיֹּ֤אמֶר הַמֶּ֙לֶךְ֙ אֶל־עֲמָשָׂ֔א הַזְעֶק־לִ֥י אֶת־אִישׁ־יְהוּדָ֖ה שְׁלֹ֣שֶׁת יָמִ֑ים וְאַתָּ֖ה פֹּ֥ה עֲמֹֽד׃
5 וַיֵּ֥לֶךְ עֲמָשָׂ֖א לְהַזְעִ֣יק אֶת־יְהוּדָ֑ה וייחר וַיּ֕וֹחֶר מִן־הַמּוֹעֵ֖ד אֲשֶׁ֥ר יְעָדֽוֹ׃
6 וַיֹּ֤אמֶר דָּוִד֙ אֶל־אֲבִישַׁ֔י עַתָּ֗ה יֵ֧רַֽע לָ֛נוּ שֶׁ֥בַע בֶּן־בִּכְרִ֖י מִן־אַבְשָׁל֑וֹם אַ֠תָּה קַ֞ח אֶת־עַבְדֵ֤י אֲדֹנֶ֙יךָ֙ וּרְדֹ֣ף אַחֲרָ֔יו פֶּן־מָ֥צָא ל֛וֹ עָרִ֥ים בְּצֻר֖וֹת וְהִצִּ֥יל עֵינֵֽנוּ׃
7 וַיֵּצְא֤וּ אַֽחֲרָיו֙ אַנְשֵׁ֣י יוֹאָ֔ב וְהַכְּרֵתִ֥י וְהַפְּלֵתִ֖י וְכָל־הַגִּבֹּרִ֑ים וַיֵּֽצְאוּ֙ מִיר֣וּשָׁלִַ֔ם לִרְדֹּ֕ף אַחֲרֵ֖י שֶׁ֥בַע בֶּן־בִּכְרִֽי׃
8 הֵ֗ם עִם־הָאֶ֤בֶן הַגְּדוֹלָה֙ אֲשֶׁ֣ר בְּגִבְע֔וֹן וַעֲמָשָׂ֖א בָּ֣א לִפְנֵיהֶ֑ם וְיוֹאָ֞ב חָג֣וּר ׀ מִדּ֣וֹ לְבֻשׁ֗וֹ ועלו וְעָלָיו֙ חֲג֣וֹר חֶ֔רֶב מְצֻמֶּ֤דֶת עַל־מָתְנָיו֙ בְּתַעְרָ֔הּ וְה֖וּא יָצָ֥א וַתִּפֹּֽל׃
9 וַיֹּ֤אמֶר יוֹאָב֙ לַעֲמָשָׂ֔א הֲשָׁל֥וֹם אַתָּ֖ה אָחִ֑י וַתֹּ֜חֶז יַד־יְמִ֥ין יוֹאָ֛ב בִּזְקַ֥ן עֲמָשָׂ֖א לִנְשָׁק־לֽוֹ׃
10 וַעֲמָשָׂ֨א לֹֽא־נִשְׁמַ֜ר בַּחֶ֣רֶב ׀ אֲשֶׁ֣ר בְּיַד־יוֹאָ֗ב וַיַּכֵּ֨הוּ בָ֥הּ אֶל־הַחֹ֙מֶשׁ֙ וַיִּשְׁפֹּ֨ךְ מֵעָ֤יו אַ֙רְצָה֙ וְלֹא־שָׁ֣נָה ל֔וֹ וַיָּמֹ֑ת ס וְיוֹאָ֗ב וַאֲבִישַׁ֤י אָחִיו֙ רָדַ֔ף אַחֲרֵ֖י שֶׁ֥בַע בֶּן־בִּכְרִֽי׃
11 וְאִישׁ֙ עָמַ֣ד עָלָ֔יו מִֽנַּעֲרֵ֖י יוֹאָ֑ב וַיֹּ֗אמֶר מִ֠י אֲשֶׁ֨ר חָפֵ֧ץ בְּיוֹאָ֛ב וּמִ֥י אֲשֶׁר־לְדָוִ֖ד אַחֲרֵ֥י יוֹאָֽב׃
12 וַעֲמָשָׂ֗א מִתְגֹּלֵ֤ל בַּדָּם֙ בְּת֣וֹךְ הַֽמְסִלָּ֔ה וַיַּ֤רְא הָאִישׁ֙ כִּֽי־עָמַ֣ד כָּל־הָעָ֔ם וַיַּסֵּב֩ אֶת־עֲמָשָׂ֨א מִֽן־הַמְסִלָּ֤ה הַשָּׂדֶה֙ וַיַּשְׁלֵ֤ךְ עָלָיו֙ בֶּ֔גֶד כַּאֲשֶׁ֣ר רָאָ֔ה כָּל־הַבָּ֥א עָלָ֖יו וְעָמָֽד׃
13 כַּאֲשֶׁ֥ר הֹגָ֖ה מִן־הַֽמְסִלָּ֑ה עָבַ֣ר כָּל־אִ֗ישׁ אַחֲרֵ֣י יוֹאָ֔ב לִרְדֹּ֕ף אַחֲרֵ֖י שֶׁ֥בַע בֶּן־בִּכְרִֽי׃
14 וַֽיַּעֲבֹ֗ר בְּכָל־שִׁבְטֵ֤י יִשְׂרָאֵל֙ אָבֵ֣לָה וּבֵ֣ית מַעֲכָ֔ה וְכָל־הַבֵּרִ֑ים ויקלהו וַיִּקָּ֣הֲל֔וּ וַיָּבֹ֥אוּ אַף־אַחֲרָֽיו׃
15 ויבאו וַיָּבֹ֜אוּ וַיָּצֻ֣רוּ עָלָ֗יו בְּאָבֵ֙לָה֙ בֵּ֣ית הַֽמַּעֲכָ֔ה וַיִּשְׁפְּכ֤וּ סֹֽלְלָה֙ אֶל־הָעִ֔יר וַֽתַּעֲמֹ֖ד בַּחֵ֑ל וְכָל־הָעָם֙ אֲשֶׁ֣ר אֶת־יוֹאָ֔ב מַשְׁחִיתִ֖ם לְהַפִּ֥יל הַחוֹמָֽה׃
16 וַתִּקְרָא֙ אִשָּׁ֣ה חֲכָמָ֔ה מִן־הָעִ֑יר שִׁמְע֤וּ שִׁמְעוּ֙ אִמְרוּ־נָ֣א אֶל־יוֹאָ֔ב קְרַ֣ב עַד־הֵ֔נָּה וַאֲדַבְּרָ֖ה אֵלֶֽיךָ׃
17 וַיִּקְרַ֣ב אֵלֶ֔יהָ וַתֹּ֧אמֶר הָאִשָּׁ֛ה הַאַתָּ֥ה יוֹאָ֖ב וַיֹּ֣אמֶר אָ֑נִי וַתֹּ֣אמֶר ל֗וֹ שְׁמַע֙ דִּבְרֵ֣י אֲמָתֶ֔ךָ וַיֹּ֖אמֶר שֹׁמֵ֥עַ אָנֹֽכִי׃
18 וַתֹּ֖אמֶר לֵאמֹ֑ר דַּבֵּ֨ר יְדַבְּר֤וּ בָרִאשֹׁנָה֙ לֵאמֹ֔ר שָׁאֹ֧ל יְשָׁאֲל֛וּ בְּאָבֵ֖ל וְכֵ֥ן הֵתֵֽמּוּ׃
19 אָנֹכִ֗י שְׁלֻמֵ֛י אֱמוּנֵ֥י יִשְׂרָאֵ֖ל אַתָּ֣ה מְבַקֵּ֗שׁ לְהָמִ֛ית עִ֥יר וְאֵ֖ם בְּיִשְׂרָאֵ֑ל לָ֥מָּה תְבַלַּ֖ע נַחֲלַ֥ת יְהוָֽה׃
20 וַיַּ֤עַן יוֹאָב֙ וַיֹּאמַ֔ר חָלִ֣ילָה חָלִ֥ילָה לִ֖י אִם־אֲבַלַּ֥ע וְאִם־אַשְׁחִֽית׃
21 לֹא־כֵ֣ן הַדָּבָ֗ר כִּי֩ אִ֨ישׁ מֵהַ֥ר אֶפְרַ֛יִם שֶׁ֥בַע בֶּן־בִּכְרִ֖י שְׁמ֑וֹ נָשָׂ֨א יָד֜וֹ בַּמֶּ֣לֶךְ בְּדָוִ֗ד תְּנוּ־אֹת֤וֹ לְבַדּוֹ֙ וְאֵֽלְכָ֔ה מֵעַ֖ל הָעִ֑יר וַתֹּ֤אמֶר הָֽאִשָּׁה֙ אֶל־יוֹאָ֔ב הִנֵּ֥ה רֹאשׁ֛וֹ מֻשְׁלָ֥ךְ אֵלֶ֖יךָ בְּעַ֥ד הַחוֹמָֽה׃
22 וַתָּב֣וֹא הָאִשָּׁ֗ה אֶל־כָּל־הָעָם֮ בְּחָכְמָתָהּ֒ וַֽיִּכְרְת֞וּ אֶת־רֹ֨אשׁ שֶׁ֤בַע בֶּן־בִּכְרִי֙ וַיַּשְׁלִ֣כוּ אֶל־יוֹאָ֔ב וַיִּתְקַע֙ בַּשּׁוֹפָ֔ר וַיָּפֻ֥צוּ מֵֽעַל־הָעִ֖יר אִ֣ישׁ לְאֹהָלָ֑יו וְיוֹאָ֛ב שָׁ֥ב יְרוּשָׁלִַ֖ם אֶל־הַמֶּֽלֶךְ׃
23 וְיוֹאָ֕ב אֶ֖ל כָּל־הַצָּבָ֣א יִשְׂרָאֵ֑ל וּבְנָיָה֙ בֶּן־יְה֣וֹיָדָ֔ע עַל־הַכְּרֵתִ֖י וְעַל־הַפְּלֵתִֽי׃
24 וַאֲדֹרָ֖ם עַל־הַמַּ֑ס וִיהוֹשָׁפָ֥ט בֶּן־אֲחִיל֖וּד הַמַּזְכִּֽיר׃
25 וּשְׁיָ֖א סֹפֵ֑ר וְצָד֥וֹק וְאֶבְיָתָ֖ר כֹּהֲנִֽים׃
26 וְגַ֗ם עִירָא֙ הַיָּ֣אִרִ֔י הָיָ֥ה כֹהֵ֖ן לְדָוִֽד׃
Capítulo 21
La venganza de los gabaonitas
LBLA
1 Hubo hambre en los días de David por tres años consecutivos. Y David buscó la presencia del SEÑOR, y el SEÑOR dijo: Es por causa de Saúl y su casa sanguinaria, porque él dio muerte a los gabaonitas.
2 Entonces el rey llamó a los gabaonitas y les habló (los gabaonitas no eran de los hijos de Israel, sino del remanente de los amorreos, y los hijos de Israel habían hecho un pacto con ellos, pero Saúl había procurado matarlos en su celo por los hijos de Israel y de Judá).
3 Y David dijo a los gabaonitas: ¿Qué debo hacer por vosotros y con qué haré expiación para que bendigáis la heredad del SEÑOR?
4 Entonces los gabaonitas le dijeron: No es cuestión de plata u oro entre nosotros y Saúl o su casa, ni es para nosotros hacer morir a ninguno en Israel. Y él dijo: Haré por vosotros lo que digáis.
5 Y ellos dijeron al rey: Del hombre que nos consumió, y que tramó contra nosotros para exterminarnos sin que quedáramos dentro de los límites de Israel,
6 que se nos entreguen siete hombres de entre sus descendientes, y los colgaremos delante del SEÑOR en Gabaa de Saúl, el escogido del SEÑOR. Y el rey dijo: Los entregaré.
7 Pero el rey perdonó a Mefiboset, hijo de Jonatán, hijo de Saúl, a causa del juramento del SEÑOR que había entre ellos, entre David y Jonatán, hijo de Saúl.
8 Entonces el rey tomó a los dos hijos de Rizpa, hija de Aja, Armoni y Mefiboset, a quienes ella había dado a luz a Saúl; y a los cinco hijos de Mical, hija de Saúl, que ella había dado a luz a Adriel, hijo de Barzilai meholatita;
9 y los entregó en manos de los gabaonitas, y ellos los colgaron en el monte delante del SEÑOR, de modo que los siete cayeron a la vez; y les dieron muerte en los primeros días de la cosecha, al principio de la cosecha de la cebada.
10 Y tomando Rizpa, hija de Aja, tela de cilicio, la tendió para sí sobre la roca, desde el principio de la cosecha hasta que llovió sobre ellos agua del cielo; y no permitió que las aves del cielo se posaran sobre ellos de día ni las fieras del campo de noche.
11 Cuando le contaron a David lo que Rizpa, hija de Aja, concubina de Saúl, había hecho,
12 David fue y recogió los huesos de Saúl y los huesos de Jonatán su hijo, de los hombres de Jabes de Galaad, quienes los habían robado de la plaza de Bet-sán, donde los filisteos los habían colgado el día que los filisteos mataron a Saúl en Gilboa.
13 Y llevó de allí los huesos de Saúl y los huesos de su hijo Jonatán, y recogieron los huesos de los que habían sido colgados.
14 Y sepultaron los huesos de Saúl y de su hijo Jonatán en el país de Benjamín, en Zela, en el sepulcro de Cis su padre; hicieron, pues, todo lo que el rey había ordenado, y después Dios fue propicio a la tierra.
15 Y los filisteos volvieron a hacer guerra a Israel, y David descendió con sus siervos, y mientras peleaban contra los filisteos, David se cansó.
16 Entonces Isbi-benob, que era de los descendientes del gigante, y cuya lanza pesaba trescientos siclos de bronce, y que estaba ceñido con una espada nueva, intentó matar a David.
17 Pero Abisai, hijo de Sarvia, lo ayudó, e hirió al filisteo y lo mató. Entonces los hombres de David le juraron, diciendo: Nunca más saldrás con nosotros a la batalla, para que no apagues la lámpara de Israel.
18 Y después de esto, hubo guerra otra vez con los filisteos en Gob; entonces Sibecai husatita mató a Saf, que era de los descendientes del gigante.
19 Y hubo guerra de nuevo con los filisteos en Gob, y Elhanán, hijo de Jaare-oregim de Belén, mató a Goliat geteo, el asta de cuya lanza era como un rodillo de telar.
20 Y hubo guerra de nuevo en Gat, donde había un hombre de gran estatura que tenía seis dedos en cada mano y seis dedos en cada pie, veinticuatro en total; y él también había nacido al gigante.
21 Cuando desafió a Israel, Jonatán, hijo de Simea, hermano de David, lo mató.
22 Estos cuatro habían nacido al gigante en Gat, y cayeron por mano de David y por mano de sus siervos.
WLC
1 וַיְהִ֣י רָ֠עָב בִּימֵ֨י דָוִ֤ד שָׁלֹשׁ֙ שָׁנִ֔ים שָׁנָ֖ה אַֽחֲרֵ֣י שָׁנָ֑ה וַיְבַקֵּ֤שׁ דָּוִד֙ אֶת־פְּנֵ֣י יְהוָ֔ה וַיֹּ֣אמֶר יְהוָ֗ה אֶל־שָׁאוּל֙ וְאֶל־בֵּ֣ית הַדָּמִ֔ים עַל־אֲשֶׁר־הֵמִ֖ית אֶת־הַגִּבְעֹנִֽים׃
2 וַיִּקְרָ֥א הַמֶּ֛לֶךְ לַגִּבְעֹנִ֖ים וַיֹּ֣אמֶר אֲלֵיהֶ֑ם וְהַגִּבְעֹנִ֞ים לֹ֣א מִבְּנֵ֤י יִשְׂרָאֵל֙ הֵ֔מָּה כִּ֚י אִם־מִיֶּ֣תֶר הָאֱמֹרִ֔י וּבְנֵ֤י יִשְׂרָאֵל֙ נִשְׁבְּע֣וּ לָהֶ֔ם וַיְבַקֵּ֤שׁ שָׁאוּל֙ לְהַכֹּתָ֔ם בְּקַנֹּאת֥וֹ לִבְנֵֽי־יִשְׂרָאֵ֖ל וִיהוּדָֽה׃
3 וַיֹּ֤אמֶר דָּוִד֙ אֶל־הַגִּבְעֹנִ֔ים מָ֥ה אֶעֱשֶׂ֖ה לָכֶ֑ם וּבַמָּ֣ה אֲכַפֵּ֔ר וּבָרְכ֖וּ אֶת־נַחֲלַ֥ת יְהוָֽה׃
4 וַיֹּ֨אמְרוּ ל֜וֹ הַגִּבְעֹנִ֗ים אֵֽין־לנו לִ֨י כֶּ֤סֶף וְזָהָב֙ עִם־שָׁא֣וּל וְעִם־בֵּית֔וֹ וְאֵֽין־לָ֥נוּ אִ֖ישׁ לְהָמִ֣ית בְּיִשְׂרָאֵ֑ל וַיֹּ֛אמֶר מָֽה־אַתֶּ֥ם אֹמְרִ֖ים אֶֽעֱשֶׂ֥ה לָכֶֽם׃
5 וַיֹּאמְרוּ֙ אֶל־הַמֶּ֔לֶךְ הָאִ֕ישׁ אֲשֶׁ֥ר כִּלָּ֖נוּ וַאֲשֶׁ֣ר דִּמָּה־לָ֑נוּ נִשְׁמַ֕דְנוּ מֵהִתְיַצֵּ֖ב בְּכָל־גְּבֻ֥ל יִשְׂרָאֵֽל׃
6 יינתן־ יֻתַּן־לָ֜נוּ שִׁבְעָ֤ה אֲנָשִׁים֙ מִבָּנָ֔יו וְהוֹקַֽעֲנ֥וּם לַיהוָ֖ה בְּגִבְעַ֣ת שָׁא֑וּל בְּחִ֥יר יְהוָ֖ה ס וַיֹּ֥אמֶר הַמֶּ֖לֶךְ אֲנִ֥י אֶתֵּֽן׃
7 וַיַּחְמֹ֣ל הַמֶּ֔לֶךְ עַל־מְפִיבֹ֖שֶׁת בֶּן־יְהוֹנָתָ֣ן בֶּן־שָׁא֑וּל עַל־שְׁבֻעַ֤ת יְהוָה֙ אֲשֶׁ֣ר בֵּֽינֹתָ֔ם בֵּ֣ין דָּוִ֔ד וּבֵ֖ין יְהוֹנָתָ֥ן בֶּן־שָׁאֽוּל׃
8 וַיִּקַּ֣ח הַמֶּ֡לֶךְ אֶת־שְׁנֵי֩ בְּנֵ֨י רִצְפָּ֤ה בַת־אַיָּה֙ אֲשֶׁ֣ר יָלְדָ֣ה לְשָׁא֔וּל אֶת־אַרְמֹנִ֖י וְאֶת־מְפִבֹ֑שֶׁת וְאֶת־חֲמֵ֙שֶׁת֙ בְּנֵ֣י מִיכַ֣ל בַּת־שָׁא֔וּל אֲשֶׁ֥ר יָלְדָ֛ה לְעַדְרִיאֵ֥ל בֶּן־בַּרְזִלַּ֖י הַמְּחֹלָתִֽי׃
9 וַֽיִּתְּנֵ֞ם בְּיַ֣ד הַגִּבְעֹנִ֗ים וַיֹּקִיעֻ֤ם בָּהָר֙ לִפְנֵ֣י יְהוָ֔ה וַיִּפְּל֥וּ שְׁבַעְתָּ֖ם יָ֑חַד והם וְהֵ֗מָּה הֻמְת֛וּ בִּימֵ֥י קָצִ֖יר בָּרִאשֹׁנִ֔ים תְּחִלַּ֖ת קְצִ֥יר שְׂעֹרִֽים׃
10 וַתִּקַּח֩ רִצְפָּ֨ה בַת־אַיָּ֜ה אֶת־הַשַּׂ֗ק וַתַּטֵּ֨הוּ לָ֤הּ אֶל־הַצּוּר֙ מִתְּחִלַּ֣ת קָצִ֔יר עַ֛ד נִתַּךְ־מַ֥יִם עֲלֵיהֶ֖ם מִן־הַשָּׁמָ֑יִם וְלֹֽא־נָתְנָ֨ה ע֤וֹף הַשָּׁמַ֙יִם֙ לָנ֤וּחַ עֲלֵיהֶם֙ יוֹמָ֔ם וְאֶת־חַיַּ֥ת הַשָּׂדֶ֖ה לָֽיְלָה׃
11 וַיֻּגַּ֖ד לְדָוִ֑ד אֵ֧ת אֲשֶׁר־עָשְׂתָ֛ה רִצְפָּ֥ה בַת־אַיָּ֖ה פִּלֶ֥גֶשׁ שָׁאֽוּל׃
12 וַיֵּ֣לֶךְ דָּוִ֗ד וַיִּקַּ֞ח אֶת־עַצְמ֤וֹת שָׁאוּל֙ וְאֶת־עַצְמוֹת֙ יְהוֹנָתָ֣ן בְּנ֔וֹ מֵאֵת֙ בַּעֲלֵ֣י יָבֵ֣ישׁ גִּלְעָ֔ד אֲשֶׁ֨ר גָּנְב֤וּ אֹתָם֙ מֵרְחֹ֣ב בֵּֽית־שַׁ֔ן אֲשֶׁר֩ תלום תְּלָאוּם֩ שָׁ֨ם הַפְּלִשְׁתִּ֜ים בְּי֨וֹם הַכּ֧וֹת פְּלִשְׁתִּ֛ים אֶת־שָׁא֖וּל בַּגִּלְבֹּֽעַ׃
13 וַיַּ֤עַל מִשָּׁם֙ אֶת־עַצְמ֣וֹת שָׁא֔וּל וְאֶת־עַצְמ֖וֹת יְהוֹנָתָ֣ן בְּנ֑וֹ וַיַּ֣אַסְפ֔וּ אֶת־עַצְמ֖וֹת הַמּוּקָעִֽים׃
14 וַיִּקְבְּר֣וּ אֶת־עַצְמוֹת־שָׁא֣וּל וִֽיהוֹנָתָֽן־בְּ֠נוֹ בְּאֶ֨רֶץ בִּנְיָמִ֜ן בְּצֵלָ֗ע בְּקֶ֙בֶר֙ קִ֣ישׁ אָבִ֔יו וַֽיַּעֲשׂ֔וּ כֹּ֥ל אֲשֶׁר־צִוָּ֖ה הַמֶּ֑לֶךְ וַיֵּעָתֵ֧ר אֱלֹהִ֛ים לָאָ֖רֶץ אַֽחֲרֵי־כֵֽן׃
15 וַתְּהִי־ע֧וֹד מִלְחָמָ֛ה לַפְּלִשְׁתִּ֖ים אֶת־יִשְׂרָאֵ֑ל וַיֵּ֨רֶד דָּוִ֜ד וַעֲבָדָ֥יו עִמּ֛וֹ וַיִּלָּחֲמ֥וּ אֶת־פְּלִשְׁתִּ֖ים וַיָּ֥עַף דָּוִֽד׃
16 וְיִשְׁבּ֨וֹ בְּנֹ֜ב אֲשֶׁ֣ר ׀ בִּילִידֵ֣י הָרָפָ֗ה וּמִשְׁקַ֤ל קֵינוֹ֙ שְׁלֹ֤שׁ מֵאוֹת֙ מִשְׁקַ֣ל נְחֹ֔שֶׁת וְה֖וּא חָג֣וּר חֲדָשָׁ֑ה וַיֹּ֖אמֶר לְהַכּ֥וֹת אֶת־דָּוִֽד׃
17 וַיַּֽעֲזָר־ל֞וֹ אֲבִישַׁ֣י בֶּן־צְרוּיָ֗ה וַיַּ֤ךְ אֶת־הַפְּלִשְׁתִּי֙ וַיְמִיתֵ֔הוּ אָ֠ז נִשְׁבְּעוּ֩ אַנְשֵׁי־דָוִ֨ד ל֜וֹ לֵאמֹ֗ר לֹֽא־תֵצֵ֨א ע֤וֹד אִתָּ֙נוּ֙ לַמִּלְחָמָ֔ה וְלֹ֥א תְכַבֶּ֖ה אֶת־נֵ֥ר יִשְׂרָאֵֽל׃
18 וַֽיְהִי־אַֽחֲרֵי־כֵ֗ן וַתְּהִי־ע֧וֹד הַמִּלְחָמָ֛ה בְּג֖וֹב עִם־פְּלִשְׁתִּ֑ים אָ֣ז הִכָּ֗ה סִבְּכַי֙ הַחֻ֣שָׁתִ֔י אֶת־סַ֕ף אֲשֶׁ֖ר בִּילִדֵ֥י הָרָפָֽה׃
19 וַתְּהִי־ע֧וֹד הַמִּלְחָמָ֛ה בְּג֖וֹב עִם־פְּלִשְׁתִּ֑ים וַ֠יַּךְ אֶלְחָנָ֨ן בֶּן־יַעֲרֵ֜י אֹרְגִ֣ים בֵּ֣ית הַלַּחְמִ֗י אֵ֚ת גָּלְיָ֣ת הַגִּתִּ֔י וְעֵ֣ץ חֲנִית֔וֹ כִּמְנ֖וֹר אֹרְגִֽים׃
20 וַתְּהִי־ע֥וֹד מִלְחָמָ֖ה בְּגַ֑ת וַיְהִ֣י ׀ אִ֣ישׁ מדין מָדוֹן֩ וְאֶצְבְּעֹ֨ת יָדָ֜יו וְאֶצְבְּעֹ֤ת רַגְלָיו֙ שֵׁ֣שׁ וָשֵׁ֔שׁ עֶשְׂרִ֥ים וְאַרְבַּ֖ע מִסְפָּ֑ר וְגַם־ה֖וּא יֻלַּ֥ד לְהָרָפָֽה׃
21 וַיְחָרֵ֖ף אֶת־יִשְׂרָאֵ֑ל וַיַּכֵּ֙הוּ֙ יְה֣וֹנָתָ֔ן בֶּן־שמעי שִׁמְעָ֖ה אֲחִ֥י דָוִֽד׃
22 אֶת־אַרְבַּ֥עַת אֵ֛לֶּה יֻלְּד֥וּ לְהָרָפָ֖ה בְּגַ֑ת וַיִּפְּל֥וּ בְיַד־דָּוִ֖ד וּבְיַ֥ד עֲבָדָֽיו׃
Capítulo 22
Cántico de liberación de David
LBLA
1 Y David habló al SEÑOR las palabras de este cántico el día que el SEÑOR lo libró de la mano de todos sus enemigos y de la mano de Saúl.
2 Y dijo: El SEÑOR es mi roca, mi fortaleza y mi libertador;
3 mi Dios, mi roca en quien me refugio; mi escudo y el cuerno de mi salvación, mi altura inaccesible y mi refugio; Salvador mío, tú me salvas de la violencia.
4 Invoco al SEÑOR, que es digno de ser alabado, y soy salvo de mis enemigos.
5 Pues me rodearon las olas de la muerte, los torrentes de destrucción me aterraron;
6 los lazos del Seol me cercaron, me confrontaron los lazos de la muerte.
7 En mi angustia invoqué al SEÑOR, sí, clamé a mi Dios; desde su templo Él oyó mi voz, y mi clamor llegó a sus oídos.
8 Entonces se estremeció y tembló la tierra, los cimientos de los cielos se estremecieron y se sacudieron, porque Él ardía en ira.
9 Humo subía de su nariz, y fuego devorador de su boca; carbones encendidos salían de Él.
10 También inclinó los cielos y descendió con densas tinieblas debajo de sus pies.
11 Cabalgó sobre un querubín, y voló; y apareció sobre las alas del viento.
12 Puso tinieblas alrededor de sí como pabellones, una masa de aguas, espesos nubarrones.
13 Por el resplandor de su presencia se encendieron carbones ardientes.
14 El SEÑOR tronó desde los cielos, y el Altísimo dio su voz.
15 Envió flechas, y los dispersó, relámpagos, y los confundió.
16 Aparecieron los lechos del mar, y quedaron al descubierto los cimientos del mundo, por la reprensión del SEÑOR, por el soplo del aliento de su nariz.
17 Envió desde lo alto y me tomó; me sacó de las muchas aguas.
18 Me libró de mi poderoso enemigo, de los que me aborrecían, porque eran más fuertes que yo.
19 Me asaltaron el día de mi calamidad, pero el SEÑOR fue mi sostén.
20 También me sacó a lugar espacioso; me rescató, porque se complacía en mí.
21 El SEÑOR me ha premiado conforme a mi justicia; conforme a la limpieza de mis manos me ha recompensado.
22 Porque he guardado los caminos del SEÑOR, y no me he apartado impíamente de mi Dios.
23 Pues todas sus ordenanzas estaban delante de mí, y de sus estatutos no me aparté.
24 También fui íntegro para con Él, y me guardé de mi iniquidad.
25 Por tanto, el SEÑOR me ha recompensado conforme a mi justicia, conforme a mi limpieza delante de sus ojos.
26 Con el benigno te muestras benigno, con el íntegro te muestras íntegro;
27 con el puro te muestras puro, y con el perverso te muestras astuto.
28 Tú salvas al pueblo afligido, pero tus ojos están sobre los altivos, a quienes humillas.
29 Porque tú eres mi lámpara, oh SEÑOR; el SEÑOR ilumina mis tinieblas.
30 Pues contigo puedo destrozar una tropa; con mi Dios puedo escalar una muralla.
31 En cuanto a Dios, su camino es perfecto; la palabra del SEÑOR es probada; Él es escudo a todos los que en Él se refugian.
32 Porque ¿quién es Dios, sino el SEÑOR? ¿Y quién es roca, sino nuestro Dios?
33 Dios es mi fortaleza poderosa, y el que hace perfecto mi camino.
34 El hace mis pies como de ciervas, y me afirma en mis alturas.
35 El adiestra mis manos para la batalla, de manera que mis brazos pueden tensar un arco de bronce.
36 Tú me has dado también el escudo de tu salvación, y tu ayuda me engrandece.
37 Ensanchas mis pasos debajo de mí, y mis pies no han resbalado.
38 Persigo a mis enemigos y los destruyo, y no vuelvo hasta acabarlos.
39 Los consumo, los quebranto para que no se levanten; caen debajo de mis pies.
40 Porque tú me has ceñido de poder para la batalla; has sometido debajo de mí a los que contra mí se levantaban.
41 Has hecho que mis enemigos me vuelvan las espaldas; y yo destruyo a los que me aborrecen.
42 Miraron, pero no hubo quien los salvara; miraron al SEÑOR, pero Él no les respondió.
43 Entonces los pulvericé como el polvo de la tierra; los aplasté, los pisoteé como al lodo de las calles.
44 Tú también me has librado de las contiendas de mi pueblo; me has preservado para ser cabeza de naciones; pueblo que no conocía me sirve.
45 Los extranjeros pretenden servirme; al oír de mí, me obedecen.
46 Los extranjeros pierden el ánimo, y salen temblando de sus fortalezas.
47 ¡Vivo está el SEÑOR, y bendita sea mi roca! Y ensalzado sea Dios, la roca de mi salvación,
48 el Dios que me da venganza y trae los pueblos debajo de mí,
49 que me rescata de mis enemigos. Ciertamente tú me exaltas sobre los que se levantan contra mí; me libras del hombre violento.
50 Por tanto, te daré gracias entre las naciones, oh SEÑOR, y cantaré alabanzas a tu nombre.
51 Él es torre de salvación para su rey, y muestra misericordia a su ungido, a David y a su descendencia para siempre.
WLC
1 וַיְדַבֵּ֤ר דָּוִד֙ לַֽיהוָ֔ה אֶת־דִּבְרֵ֖י הַשִּׁירָ֣ה הַזֹּ֑את בְּיוֹם֩ הִצִּ֨יל יְהוָ֥ה אֹת֛וֹ מִכַּ֥ף כָּל־אֹיְבָ֖יו וּמִכַּ֥ף שָׁאֽוּל׃
2 וַיֹּאמַ֑ר יְהוָ֛ה סַֽלְעִ֥י וּמְצֻדָתִ֖י וּמְפַלְטִי־לִֽי׃
3 אֱלֹהֵ֥י צוּרִ֖י אֶֽחֱסֶה־בּ֑וֹ מָגִנִּ֞י וְקֶ֣רֶן יִשְׁעִ֗י מִשְׂגַּבִּי֙ וּמְנוּסִ֔י מֹשִׁעִ֕י מֵחָמָ֖ס תֹּשִׁעֵֽנִי׃
4 מְהֻלָּ֖ל אֶקְרָ֣א יְהוָ֑ה וּמֵאֹיְבַ֖י אִוָּשֵֽׁעַ׃
5 כִּ֥י אֲפָפֻ֖נִי מִשְׁבְּרֵי־מָ֑וֶת נַחֲלֵ֥י בְלִיַּ֖עַל יְבַעֲתֻֽנִי׃
6 חֶבְלֵ֥י שְׁא֖וֹל סַבֻּ֑נִי קִדְּמֻ֖נִי מֹ֥קְשֵׁי מָֽוֶת׃
7 בַּצַּר־לִי֙ אֶקְרָ֣א יְהוָ֔ה וְאֶל־אֱלֹהַ֖י אֶקְרָ֑א וַיִּשְׁמַ֤ע מֵֽהֵיכָלוֹ֙ קוֹלִ֔י וְשַׁוְעָתִ֖י בְּאָזְנָֽיו׃
8 ותגעש וַיִּתְגָּעַ֤שׁ וַתִּרְעַשׁ֙ הָאָ֔רֶץ מוֹסְד֥וֹת הַשָּׁמַ֖יִם יִרְגָּ֑זוּ וַיִּֽתְגָּעֲשׁ֖וּ כִּי־חָ֥רָה לֽוֹ׃
9 עָלָ֤ה עָשָׁן֙ בְּאַפּ֔וֹ וְאֵ֥שׁ מִפִּ֖יו תֹּאכֵ֑ל גֶּחָלִ֖ים בָּעֲר֥וּ מִמֶּֽנּוּ׃
10 וַיֵּ֥ט שָׁמַ֖יִם וַיֵּרַ֑ד וַעֲרָפֶ֖ל תַּ֥חַת רַגְלָֽיו׃
11 וַיִּרְכַּ֥ב עַל־כְּר֖וּב וַיָּעֹ֑ף וַיֵּרָ֖א עַל־כַּנְפֵי־רֽוּחַ׃
12 וַיָּ֧שֶׁת חֹ֛שֶׁךְ סְבִיבֹתָ֖יו סֻכּ֑וֹת חַֽשְׁרַת־מַ֖יִם עָבֵ֥י שְׁחָקִֽים׃
13 מִנֹּ֖גַהּ נֶגְדּ֑וֹ בָּעֲר֖וּ גַּחֲלֵי־אֵֽשׁ׃
14 יַרְעֵ֥ם מִן־שָׁמַ֖יִם יְהוָ֑ה וְעֶלְי֖וֹן יִתֵּ֥ן קוֹלֽוֹ׃
15 וַיִּשְׁלַ֥ח חִצִּ֖ים וַיְפִיצֵ֑ם בָּרָ֖ק ויהמם וַיָּהֹֽם׃
16 וַיֵּֽרָאוּ֙ אֲפִ֣קֵי יָ֔ם יִגָּל֖וּ מֹסְד֣וֹת תֵּבֵ֑ל בְּגַעֲרַ֣ת יְהוָ֔ה מִנִּשְׁמַ֖ת ר֥וּחַ אַפּֽוֹ׃
17 יִשְׁלַ֥ח מִמָּר֖וֹם יִקָּחֵ֑נִי יַֽמְשֵׁ֖נִי מִמַּ֥יִם רַבִּֽים׃
18 יַצִּילֵ֕נִי מֵאֹיְבִ֖י עָ֑ז מִשֹּׂ֣נְאַ֔י כִּ֥י אָמְצ֖וּ מִמֶּֽנִּי׃
19 יְקַדְּמֻ֖נִי בְּי֣וֹם אֵידִ֑י וַיְהִ֧י יְהוָ֛ה מִשְׁעָ֖ן לִֽי׃
20 וַיֹּצֵ֥א לַמֶּרְחָ֖ב אֹתִ֑י יְחַלְּצֵ֖נִי כִּי־חָ֥פֵֽץ בִּֽי׃
21 יִגְמְלֵ֥נִי יְהוָ֖ה כְּצִדְקָתִ֑י כְּבֹ֥ר יָדַ֖י יָשִׁ֥יב לִֽי׃
22 כִּ֥י שָׁמַ֖רְתִּי דַּרְכֵ֣י יְהוָ֑ה וְלֹ֥א רָשַׁ֖עְתִּי מֵאֱלֹהָֽי׃
23 כִּ֥י כָל־מִשְׁפָּטָ֖ו לְנֶגְדִּ֑י וְחֻקֹּתָ֖יו לֹא־אָס֥וּר מִמֶּֽנָּה׃
24 וָאֶהְיֶ֥ה תָמִ֖ים ל֑וֹ וָאֶשְׁתַּמְּרָ֖ה מֵעֲוֺנִֽי׃
25 וַיָּ֧שֶׁב יְהוָ֛ה לִ֖י כְּצִדְקָתִ֑י כְּבֹרִ֖י לְנֶ֥גֶד עֵינָֽיו׃
26 עִם־חָסִ֖יד תִּתְחַסָּ֑ד עִם־גִּבּ֥וֹר תָּמִ֖ים תִּתַּמָּֽם׃
27 עִם־נָבָ֖ר תִּתָּבָ֑ר וְעִם־עִקֵּ֖שׁ תִּתַּפָּֽל׃
28 וְאֶת־עַ֥ם עָנִ֖י תּוֹשִׁ֑יעַ וְעֵינֶ֥יךָ עַל־רָמִ֖ים תַּשְׁפִּֽיל׃
29 כִּֽי־אַתָּ֥ה נֵירִ֖י יְהוָ֑ה וַֽיהוָ֖ה יַגִּ֥יהַּ חָשְׁכִּֽי׃
30 כִּ֥י בְכָ֖ה אָר֣וּץ גְּד֑וּד בֵּאלֹהַ֖י אֲדַלֶּג־שֽׁוּר׃
31 הָאֵ֖ל תָּמִ֣ים דַּרְכּ֑וֹ אִמְרַ֤ת יְהוָה֙ צְרוּפָ֔ה מָגֵ֣ן ה֔וּא לְכֹ֖ל הַחֹסִ֥ים בּֽוֹ׃
32 כִּ֥י מִי־אֵ֖ל מִבַּלְעֲדֵ֣י יְהוָ֑ה וּמִ֥י צ֖וּר מִֽבַּלְעֲדֵ֥י אֱלֹהֵֽינוּ׃
33 הָאֵ֥ל מָעוּזִּ֖י חָ֑יִל וַיַּתֵּ֥ר תָּמִ֖ים דרכו דַּרְכִּֽי׃
34 מְשַׁוֶּ֥ה רגליו רַגְלַ֖י כָּאַיָּל֑וֹת וְעַ֥ל בָּמֹתַ֖י יַעֲמִדֵֽנִי׃
35 מְלַמֵּ֥ד יָדַ֖י לַמִּלְחָמָ֑ה וְנִחַ֥ת קֶֽשֶׁת־נְחוּשָׁ֖ה זְרֹעֹתָֽי׃
36 וַתִּתֶּן־לִ֖י מָגֵ֣ן יִשְׁעֶ֑ךָ וַעֲנֹתְךָ֖ תַּרְבֵּֽנִי׃
37 תַּרְחִ֥יב צַעֲדִ֖י תַּחְתֵּ֑נִי וְלֹ֥א מָעֲד֖וּ קַרְסֻלָּֽי׃
38 אֶרְדְּפָ֥ה אֹיְבַ֖י וָאַשְׁמִידֵ֑ם וְלֹ֥א אָשׁ֖וּב עַד־כַּלּוֹתָֽם׃
39 וָאֲכַלֵּ֥ם וָאֶמְחָצֵ֖ם וְלֹ֣א יְקוּמ֑וּן וַֽיִּפְּל֖וּ תַּ֥חַת רַגְלָֽי׃
40 וַתַּזְרֵ֥נִי חַ֖יִל לַמִּלְחָמָ֑ה תַּכְרִ֥יעַ קָמַ֖י תַּחְתֵּֽנִי׃
41 וְאֹ֣יְבַ֔י תַּ֥תָּה לִּ֖י עֹ֑רֶף מְשַׂנְאַ֖י וָאַצְמִיתֵֽם׃
42 יִשְׁע֖וּ וְאֵ֣ין מֹשִׁ֑יעַ אֶל־יְהוָ֖ה וְלֹ֥א עָנָֽם׃
43 וְאֶשְׁחָקֵ֖ם כַּעֲפַר־אָ֑רֶץ כְּטִיט־חוּצ֥וֹת אֲדִקֵּ֖ם אֶרְקָעֵֽם׃
44 וַֽתְּפַלְּטֵ֔נִי מֵרִיבֵ֖י עַמִּ֑י תִּשְׁמְרֵ֙נִי֙ לְרֹ֣אשׁ גּוֹיִ֔ם עַ֥ם לֹא־יָדַ֖עְתִּי יַעַבְדֻֽנִי׃
45 בְּנֵ֥י נֵכָ֖ר יִתְכַּֽחֲשׁוּ־לִ֑י לִשְׁמ֥וֹעַ אֹ֖זֶן יִשָּׁ֥מְעוּ לִֽי׃
46 בְּנֵ֥י נֵכָ֖ר יִבֹּ֑לוּ וְיַחְגְּר֖וּ מִמִּסְגְּרוֹתָֽם׃
47 חַי־יְהוָ֖ה וּבָר֣וּךְ צוּרִ֑י וְיָרֻ֕ם אֱלֹהֵ֖י צ֥וּר יִשְׁעִֽי׃
48 הָאֵ֕ל הַנֹּתֵ֥ן נְקָמֹ֖ת לִ֑י וּמוֹרִ֥יד עַמִּ֖ים תַּחְתֵּֽנִי׃
49 וּמוֹצִיאִ֖י מֵאֹֽיְבָ֑י וּמִקָּמַי֙ תְּר֣וֹמְמֵ֔נִי מֵאִ֥ישׁ חֲמָסִ֖ים תַּצִּילֵֽנִי׃
50 עַל־כֵּ֛ן אוֹדְךָ֥ יְהוָ֖ה בַּגּוֹיִ֑ם וּלְשִׁמְךָ֖ אֲזַמֵּֽר׃
51 מגדיל מִגְדּ֖וֹל יְשׁוּע֣וֹת מַלְכּ֑וֹ וְעֹֽשֶׂה־חֶ֧סֶד לִמְשִׁיח֛וֹ לְדָוִ֥ד וּלְזַרְע֖וֹ עַד־עוֹלָֽם׃
Capítulo 23
Las últimas palabras de David
LBLA
1 Estas son las últimas palabras de David. Declara David, hijo de Isaí, declara el hombre que fue levantado en alto, el ungido del Dios de Jacob, el dulce salmista de Israel:
2 El Espíritu del SEÑOR habló por mí, y su palabra estuvo en mi lengua.
3 El Dios de Israel dijo, la Roca de Israel me habló: "El que gobierna a los hombres con justicia, el que gobierna en el temor de Dios,
4 es como la luz del amanecer cuando sale el sol, una mañana sin nubes, cuando por el resplandor después de la lluvia brota la hierba de la tierra."
5 ¿No es así mi casa para con Dios? Pues Él ha establecido conmigo un pacto eterno, ordenado en todo y seguro. Pues toda mi salvación y todo mi deseo, ¿no hará El ciertamente que brote?
6 Pero los malvados, todos ellos, serán como espinos desechados, porque no pueden ser tomados con la mano;
7 pero el hombre que los toque debe armarse con hierro y asta de lanza, y serán completamente quemados con fuego donde se encuentren.
8 Estos son los nombres de los valientes que David tenía: Joseb-basebet tacmonita, el principal de los capitanes; éste era Adino eznita, que se levantó contra ochocientos, a los cuales mató de una vez.
9 Después de él, Eleazar, hijo de Dodo ahohíta, uno de los tres valientes que estaban con David cuando desafiaron a los filisteos que se habían reunido allí para la batalla, y los hombres de Israel se habían retirado.
10 El se levantó e hirió a los filisteos hasta que su mano se cansó y se quedó pegada a la espada; y el SEÑOR produjo una gran victoria aquel día, y el pueblo volvió tras él solamente para recoger el botín.
11 Después de él, Sama, hijo de Age ararita. Los filisteos se habían reunido en escuadrón donde había un terreno lleno de lentejas, y el pueblo había huido delante de los filisteos.
12 Pero él se paró en medio del terreno, lo defendió y mató a los filisteos; y el SEÑOR produjo una gran victoria.
13 Tres de los treinta jefes descendieron y fueron a David, a la cueva de Adulam, mientras una banda de filisteos acampaba en el valle de Refaim.
14 David estaba entonces en el refugio, mientras la guarnición de los filisteos estaba en Belén.
15 Y David sintió un vivo deseo, y dijo: ¡Quién me diera a beber agua del pozo de Belén que está junto a la puerta!
16 Y los tres valientes irrumpieron por el campamento de los filisteos, sacaron agua del pozo de Belén que estaba junto a la puerta, y tomándola la llevaron a David. Pero él no quiso beberla, sino que la derramó ante el SEÑOR;
17 y dijo: Lejos esté de mí, oh SEÑOR, que yo haga esto. ¿He de beber la sangre de los hombres que fueron con riesgo de sus vidas? Por tanto, no quiso beberla. Estas cosas hicieron los tres valientes.
18 Y Abisai, hermano de Joab, hijo de Sarvia, era el principal de los treinta. Y él blandió su lanza contra trescientos y los mató, y tuvo renombre como los tres.
19 El era el más respetado de los treinta, por lo cual llegó a ser su jefe; pero no igualó a los tres primeros.
20 Luego estaba Benaía, hijo de Joiada, hijo de un valiente de Cabseel, de grandes hazañas. El mató a los dos hijos de Ariel de Moab. También descendió y mató un león dentro de una cisterna en un día nevado.
21 Y él mató a un egipcio, hombre de aspecto impresionante. El egipcio tenía una lanza en su mano, pero él descendió contra él con un palo, y arrebatando la lanza de la mano del egipcio, lo mató con su propia lanza.
22 Estas cosas hizo Benaía, hijo de Joiada, y tuvo renombre como los tres valientes.
23 Era más respetado que los treinta, pero no igualó a los tres primeros. Y David lo puso sobre su guardia personal.
24 Asael, hermano de Joab, estaba entre los treinta; también Elhanán, hijo de Dodo de Belén,
25 Sama harodita, Elica harodita,
26 Heles paltita, Ira, hijo de Iques, de Tecoa,
27 Abiezer anatotita, Mebunai husatita,
28 Zalmón ahohíta, Maharai netofatita,
29 Heleb, hijo de Baana, netofatita, Itai, hijo de Ribai de Gabaa de los hijos de Benjamín,
30 Benaía piratonita, Hidai de los arroyos de Gaas,
31 Abi-albón arbatita, Azmavet barhumita,
32 Eliaba saalbonita, los hijos de Jasén, Jonatán,
33 Sama ararita, Ahíam, hijo de Sarar, ararita,
34 Elifelet, hijo de Ahasbai, hijo del maacateo, Eliam, hijo de Ahitofel gilonita,
35 Hezrai carmelita, Paarai arbita,
36 Igal, hijo de Natán, de Soba, Bani gadita,
37 Selec amonita, Naharai beerotita, escudero de Joab, hijo de Sarvia,
38 Ira itrita, Gareb itrita,
39 Urías heteo; treinta y siete por todos.
WLC
1 וְאֵ֛לֶּה דִּבְרֵ֥י דָוִ֖ד הָאַחֲרֹנִ֑ים נְאֻ֧ם דָּוִ֣ד בֶּן־יִשַׁ֗י וּנְאֻ֤ם הַגֶּ֙בֶר֙ הֻ֣קַם עָ֔ל מְשִׁ֙יחַ֙ אֱלֹהֵ֣י יַעֲקֹ֔ב וּנְעִ֖ים זְמִר֥וֹת יִשְׂרָאֵֽל׃
2 ר֥וּחַ יְהוָ֖ה דִּבֶּר־בִּ֑י וּמִלָּת֖וֹ עַל־לְשׁוֹנִֽי׃
3 אָמַר֙ אֱלֹהֵ֣י יִשְׂרָאֵ֔ל לִ֥י דִבֶּ֖ר צ֣וּר יִשְׂרָאֵ֑ל מוֹשֵׁל֙ בָּאָדָ֔ם צַדִּ֕יק מוֹשֵׁ֖ל יִרְאַ֥ת אֱלֹהִֽים׃
4 וּכְא֥וֹר בֹּ֖קֶר יִזְרַח־שָׁ֑מֶשׁ בֹּ֚קֶר לֹ֣א עָב֔וֹת מִנֹּ֥גַהּ מִמָּטָ֖ר דֶּ֥שֶׁא מֵאָֽרֶץ׃
5 כִּי־לֹא־כֵ֥ן בֵּיתִ֖י עִם־אֵ֑ל כִּי֩ בְרִ֨ית עוֹלָ֜ם שָׂ֣ם לִ֗י עֲרוּכָ֤ה בַכֹּל֙ וּשְׁמֻרָ֔ה כִּֽי־כָל־יִשְׁעִ֥י וְכָל־חֵ֖פֶץ כִּֽי־לֹ֥א יַצְמִֽיחַ׃
6 וּבְלִיַּ֕עַל כְּק֥וֹץ מֻנָ֖ד כֻּלָּ֑הַם כִּֽי־לֹ֥א בְיָ֖ד יִקָּֽחוּ׃
7 וְאִישׁ֙ יִגַּ֣ע בָּהֶ֔ם יִמָּלֵ֥א בַרְזֶ֖ל וְעֵ֣ץ חֲנִ֑ית וּבָאֵ֕שׁ שָׂר֥וֹף יִשָּׂרְפ֖וּ בַּשָּֽׁבֶת׃
8 אֵ֛לֶּה שְׁמ֥וֹת הַגִּבֹּרִ֖ים אֲשֶׁ֣ר לְדָוִ֑ד יֹשֵׁ֣ב בַּשֶּׁ֜בֶת תַּחְכְּמֹנִ֣י׀ רֹ֣אשׁ הַשָּׁלִשִׁ֗י ה֚וּא עֲדִינ֣וֹ העצנו הָעֶצְנִ֔י עַל־שְׁמֹנֶ֥ה מֵא֛וֹת חָלָ֖ל בְּפַ֥עַם אחת אֶחָֽד׃
9 ואחרו וְאַחֲרָ֛יו אֶלְעָזָ֥ר בֶּן־דֹּדִ֖י בֶּן־אֲחֹחִ֑י בִּשְׁלֹשָׁ֨ה גבורים גִּבֹּרִ֜ים עִם־דָּוִ֗ד בְּחָֽרְפָ֤ם בַּפְּלִשְׁתִּים֙ נֶאֶסְפוּ־שָׁ֣ם לַמִּלְחָמָ֔ה וַֽיַּעֲל֖וּ אִ֥ישׁ יִשְׂרָאֵֽל׃
10 ה֣וּא קָ֠ם וַיַּ֨ךְ בַּפְּלִשְׁתִּ֜ים עַ֣ד׀ כִּי־יָגְעָ֣ה יָד֗וֹ וַתִּדְבַּ֤ק יָדוֹ֙ אֶל־הַחֶ֔רֶב וַיַּ֧עַשׂ יְהוָ֛ה תְּשׁוּעָ֥ה גְדוֹלָ֖ה בַּיּ֣וֹם הַה֑וּא וְהָעָ֛ם יָשֻׁ֥בוּ אַחֲרָ֖יו אַךְ־לְפַשֵּֽׁט׃
11 וְאַחֲרָ֛יו שַׁמָּ֥ה בֶן־אָגֵ֖א הָרָרִ֑י וַיֵּאָסְפ֨וּ פְלִשְׁתִּ֜ים לַחַיָּ֗ה וַתְּהִי־שָׁ֞ם חֶלְקַ֤ת הַשָּׂדֶה֙ מְלֵאָ֣ה עֲדָשִׁ֔ים וְהָעָ֖ם נָ֥ס מִפְּנֵ֥י פְלִשְׁתִּֽים׃
12 וַיִּתְיַצֵּ֤ב בְּתוֹךְ־הַחֶלְקָה֙ וַיַּצִּילֶ֔הָ וַיַּ֖ךְ אֶת־פְּלִשְׁתִּ֑ים וַיַּ֥עַשׂ יְהוָ֖ה תְּשׁוּעָ֥ה גְדוֹלָֽה׃
13 וַיֵּרְד֞וּ שלשים שְׁלֹשָׁ֧ה מֵהַשְּׁלֹשִׁ֛ים רֹ֖אשׁ וַיָּבֹ֧אוּ אֶל־קָצִ֛יר אֶל־דָּוִ֖ד אֶל־מְעָרַ֣ת עֲדֻלָּ֑ם וְחַיַּ֣ת פְּלִשְׁתִּ֔ים חֹנָ֖ה בְּעֵ֥מֶק רְפָאִֽים׃
14 וְדָוִ֖ד אָ֣ז בַּמְּצוּדָ֑ה וּמַצַּ֣ב פְּלִשְׁתִּ֔ים אָ֖ז בֵּ֥ית לָֽחֶם׃
15 וַיִּתְאַוֶּ֥ה דָוִ֖ד וַיֹּאמַ֑ר מִ֚י יַשְׁקֵ֣נִי מַ֔יִם מִבֹּ֥אר בֵּֽית־לֶ֖חֶם אֲשֶׁ֥ר בַּשָּֽׁעַר׃
16 וַיִּבְקְעוּ֩ שְׁלֹ֨שֶׁת הַגִּבֹּרִ֜ים בְּמַחֲנֵ֣ה פְלִשְׁתִּ֗ים וַיִּֽשְׁאֲבוּ־מַ֙יִם֙ מִבֹּ֤אר בֵּֽית־לֶ֙חֶם֙ אֲשֶׁ֣ר בַּשַּׁ֔עַר וַיִּשְׂא֖וּ וַיָּבִ֣אוּ אֶל־דָּוִ֑ד וְלֹ֤א אָבָה֙ לִשְׁתּוֹתָ֔ם וַיַּסֵּ֥ךְ אֹתָ֖ם לַיהוָֽה׃
17 וַיֹּ֡אמֶר חָלִילָה֩ לִּ֨י יְהוָ֜ה מֵעֲשֹׂתִ֣י זֹ֗את הֲדַ֤ם הָֽאֲנָשִׁים֙ הַהֹלְכִ֣ים בְּנַפְשׁוֹתָ֔ם וְלֹ֥א אָבָ֖ה לִשְׁתּוֹתָ֑ם אֵ֣לֶּה עָשׂ֔וּ שְׁלֹ֖שֶׁת הַגִּבֹּרִֽים׃
18 וַאֲבִישַׁ֞י אֲחִ֣י יוֹאָ֣ב בֶּן־צְרוּיָ֗ה ה֚וּא רֹ֣אשׁ השלשי הַשְּׁלֹשָׁ֔ה וְהוּא֙ עוֹרֵ֣ר אֶת־חֲנִית֔וֹ עַל־שְׁלֹ֥שׁ מֵא֖וֹת חָלָ֑ל וְלוֹ־שֵׁ֖ם בַּשְּׁלֹשָֽׁה׃
19 מִן־הַשְּׁלֹשָׁה֙ הֲכִ֣י נִכְבָּ֔ד וַיְהִ֥י לָהֶ֖ם לְשָׂ֑ר וְעַד־הַשְּׁלֹשָׁ֖ה לֹא־בָֽא׃
20 וּבְנָיָ֨הוּ בֶן־יְהוֹיָדָ֧ע בֶּן־אִֽישׁ־חי חַ֛יִל רַב־פְּעָלִ֖ים מִֽקַּבְצְאֵ֑ל ה֣וּא הִכָּ֗ה אֵ֣ת שְׁנֵ֤י אֲרִאֵל֙ מוֹאָ֔ב וְ֠הוּא יָרַ֞ד וְהִכָּ֧ה אֶֽת־הארי הָאַרְיֵ֛ה בְּת֥וֹךְ הַבֹּ֖אר בְּי֥וֹם הַשָּֽׁלֶג׃
21 וְהוּא־הִכָּה֩ אֶת־אִ֨ישׁ מִצְרִ֜י אִ֣ישׁ מַרְאֶ֗ה וּבְיַ֤ד הַמִּצְרִי֙ חֲנִ֔ית וַיֵּ֥רֶד אֵלָ֖יו בַּשָּׁ֑בֶט וַיִּגְזֹ֤ל אֶֽת־הַחֲנִית֙ מִיַּ֣ד הַמִּצְרִ֔י וַיַּהַרְגֵ֖הוּ בַּחֲנִיתֽוֹ׃
22 אֵ֣לֶּה עָשָׂ֔ה בְּנָיָ֖הוּ בֶּן־יְהוֹיָדָ֑ע וְלוֹ־שֵׁ֖ם בִּשְׁלֹשָׁ֥ה הַגִּבֹּרִֽים׃
23 מִן־הַשְּׁלֹשִׁ֣ים נִכְבָּ֔ד וְאֶל־הַשְּׁלֹשָׁ֖ה לֹא־בָ֑א וַיְשִׂמֵ֥הוּ דָוִ֖ד אֶל־מִשְׁמַעְתּֽוֹ׃
24 עֲשָׂה־אֵל֙ אֲחִ֣י יוֹאָ֔ב בַּשְּׁלֹשִׁ֑ים אֶלְחָנָ֥ן בֶּן־דֹּד֖וֹ בֵּ֥ית לָֽחֶם׃
25 שַׁמָּה֙ הַֽחֲרֹדִ֔י אֱלִיקָ֖א הַחֲרֹדִֽי׃
26 חֶ֚לֶץ הַפַּלְטִ֔י עִירָ֥א בֶן־עִקֵּ֖שׁ הַתְּקוֹעִֽי׃
27 אֲבִיעֶ֙זֶר֙ הָֽעַנְּתֹתִ֔י מְבֻנַּ֖י הַחֻשָׁתִֽי׃
28 צַלְמוֹן֙ הָֽאֲחֹחִ֔י מַהְרַ֖י הַנְּטֹפָתִֽי׃
29 חֵ֥לֶב בֶּֽן־בַּעֲנָ֖ה הַנְּטֹפָתִ֑י אִתַּי֙ בֶּן־רִיבַ֔י מִגִּבְעַ֖ת בְּנֵ֥י בִנְיָמִֽן׃
30 בְּנָיָ֙הוּ֙ פִּרְעָ֣תֹנִ֔י הִדַּ֖י מִנַּ֥חֲלֵי גָֽעַשׁ׃
31 אֲבִֽי־עַלְבוֹן֙ הָֽעַרְבָתִ֔י עַזְמָ֖וֶת הַבַּרְחֻמִֽי׃
32 אֶלְיַחְבָּא֙ הַשַּׁ֣עַלְבֹנִ֔י בְּנֵ֥י יָשֵׁ֖ן יְהוֹנָתָֽן׃
33 שַׁמָּה֙ הַֽהֲרָרִ֔י אֲחִיאָ֥ם בֶּן־שָׁרָ֖ר הָארָרִֽי׃
34 אֱלִיפֶ֥לֶט בֶּן־אֲחַסְבַּ֖י בֶּן־הַמַּֽעֲכָתִ֑י אֱלִיעָ֥ם בֶּן־אֲחִיתֹ֖פֶל הַגִּלֹנִֽי׃
35 חצרו חֶצְרַי֙ הַֽכַּרְמְלִ֔י פַּעֲרַ֖י הָאַרְבִּֽי׃
36 יִגְאָ֤ל בֶּן־נָתָן֙ מִצֹּבָ֔ה בָּנִ֖י הַגָּדִֽי׃
37 צֶ֖לֶק הָעַמֹּנִ֑י נַחְרַי֙ הַבְּאֵ֣רֹתִ֔י נשא נֹשְׂאֵי֙ כְּלֵ֔י יוֹאָ֖ב בֶּן־צְרֻיָֽה׃
38 עִירָא֙ הַיִּתְרִ֔י גָּרֵ֖ב הַיִּתְרִֽי׃
39 אֽוּרִיָּה֙ הַֽחִתִּ֔י כֹּ֖ל שְׁלֹשִׁ֥ים וְשִׁבְעָֽה׃
Capítulo 24
El censo de David
LBLA
1 De nuevo la ira del SEÑOR se encendió contra Israel, e incitó a David contra ellos, diciendo: Ve, haz un censo de Israel y de Judá.
2 Y el rey dijo a Joab, el comandante del ejército que estaba con él: Recorre todas las tribus de Israel, desde Dan hasta Beerseba, y haz un censo del pueblo para que yo sepa el número de la población.
3 Pero Joab respondió al rey: Que el SEÑOR tu Dios añada al pueblo cien veces más de lo que son, mientras mi señor el rey viva para verlo. Mas, ¿por qué se complace mi señor el rey en esto?
4 Sin embargo, la palabra del rey prevaleció contra Joab y contra los comandantes del ejército. Salió, pues, Joab con los comandantes del ejército de la presencia del rey para hacer un censo del pueblo de Israel.
5 Cruzaron el Jordán y acamparon en Aroer, a la derecha de la ciudad que está en medio del valle de Gad, y hacia Jazer.
6 Después fueron a Galaad y a la tierra de Tahtim-hodsi, y llegaron a Dan-jaán y a los alrededores de Sidón.
7 Llegaron a la fortaleza de Tiro y a todas las ciudades de los heveos y de los cananeos, y salieron hacia el Neguev de Judá, hasta Beerseba.
8 Habiendo recorrido toda la tierra, volvieron a Jerusalén al cabo de nueve meses y veinte días.
9 Y Joab dio al rey el resultado del censo del pueblo: había en Israel ochocientos mil hombres valientes que sacaban espada, y los hombres de Judá eran quinientos mil.
10 Y el corazón de David lo acusó después que había contado al pueblo. Y David dijo al SEÑOR: He pecado en gran manera por lo que he hecho. Pero ahora, oh SEÑOR, te ruego que quites la iniquidad de tu siervo, porque he actuado muy neciamente.
11 Cuando David se levantó por la mañana, la palabra del SEÑOR había llegado al profeta Gad, vidente de David, diciendo:
12 Ve y habla a David: "Así dice el SEÑOR: 'Tres cosas te propongo; escoge para ti una de ellas, la cual yo haré por ti.'"
13 Vino, pues, Gad a David, y se lo hizo saber, diciéndole: ¿Quieres que te vengan siete años de hambre en tu tierra? ¿O que huyas tres meses delante de tus adversarios mientras te persiguen? ¿O que haya tres días de pestilencia en tu tierra? Ahora considera y mira qué respuesta he de llevar al que me envió.
14 Entonces David dijo a Gad: Estoy en gran angustia. Te ruego que caigamos en manos del SEÑOR, porque grandes son sus misericordias, pero no caiga yo en manos de hombres.
15 El SEÑOR envió una pestilencia sobre Israel desde la mañana hasta el tiempo señalado; y desde Dan hasta Beerseba murieron setenta mil hombres del pueblo.
16 Y cuando el ángel extendió su mano hacia Jerusalén para destruirla, el SEÑOR se arrepintió del mal, y dijo al ángel que destruía al pueblo: ¡Basta! ¡Detén ahora tu mano! Y el ángel del SEÑOR estaba junto a la era de Arauna jebuseo.
17 Entonces habló David al SEÑOR, cuando vio al ángel que hería al pueblo, y dijo: He aquí, yo he pecado y he hecho mal, pero estas ovejas, ¿qué han hecho? Te ruego que tu mano caiga sobre mí y sobre la casa de mi padre.
18 Y Gad vino a David aquel día y le dijo: Sube, levanta un altar al SEÑOR en la era de Arauna jebuseo.
19 David subió conforme a la palabra de Gad, tal como el SEÑOR había ordenado.
20 Y Arauna miró, y vio al rey y a sus siervos que venían hacia él; y Arauna salió y se postró rostro en tierra delante del rey.
21 Y Arauna dijo: ¿Por qué ha venido mi señor el rey a su siervo? Y David respondió: Para comprar de ti la era a fin de edificar un altar al SEÑOR, para que la plaga sea detenida en el pueblo.
22 Y Arauna dijo a David: Tome y ofrezca mi señor el rey lo que bien le parezca. Mira, aquí están los bueyes para el holocausto, y los trillos y los yugos de los bueyes para la leña.
23 Todo esto, oh rey, Arauna lo da al rey. Y Arauna dijo al rey: Que el SEÑOR tu Dios te acepte.
24 Pero el rey dijo a Arauna: No, sino que ciertamente lo compraré de ti por un precio, porque no ofreceré al SEÑOR mi Dios holocausto que no me cueste nada. Y David compró la era y los bueyes por cincuenta siclos de plata.
25 Edificó allí David un altar al SEÑOR, y ofreció holocaustos y ofrendas de paz. Y el SEÑOR escuchó la súplica por la tierra, y fue detenida la plaga en Israel.
WLC
1 וַיֹּ֙סֶף֙ אַף־יְהוָ֔ה לַחֲר֖וֹת בְּיִשְׂרָאֵ֑ל וַיָּ֨סֶת אֶת־דָּוִ֤ד בָּהֶם֙ לֵאמֹ֔ר לֵ֛ךְ מְנֵ֥ה אֶת־יִשְׂרָאֵ֖ל וְאֶת־יְהוּדָֽה׃
2 וַיֹּ֨אמֶר הַמֶּ֜לֶךְ אֶל־יוֹאָ֣ב ׀ שַׂר־הַחַ֣יִל אֲשֶׁר־אִתּ֗וֹ שֽׁוּט־נָ֞א בְּכָל־שִׁבְטֵ֤י יִשְׂרָאֵל֙ מִדָּן֙ וְעַד־בְּאֵ֣ר שֶׁ֔בַע וּפִקְד֖וּ אֶת־הָעָ֑ם וְיָ֣דַעְתִּ֔י אֵ֖ת מִסְפַּ֥ר הָעָֽם׃
3 וַיֹּ֨אמֶר יוֹאָ֜ב אֶל־הַמֶּ֗לֶךְ וְיוֹסֵ֣ף יְהוָה֩ אֱלֹהֶ֨יךָ אֶל־הָעָ֜ם כָּהֵ֤ם ׀ וְכָהֵם֙ מֵאָ֣ה פְעָמִ֔ים וְעֵינֵ֥י אֲדֹנִֽי־הַמֶּ֖לֶךְ רֹא֑וֹת וַאדֹנִ֣י הַמֶּ֔לֶךְ לָ֥מָּה חָפֵ֖ץ בַּדָּבָ֥ר הַזֶּֽה׃
4 וַיֶּחֱזַ֤ק דְּבַר־הַמֶּ֙לֶךְ֙ אֶל־יוֹאָ֔ב וְעַ֖ל שָׂרֵ֣י הַחָ֑יִל וַיֵּצֵ֨א יוֹאָ֜ב וְשָׂרֵ֤י הַחַ֙יִל֙ לִפְנֵ֣י הַמֶּ֔לֶךְ לִפְקֹ֥ד אֶת־הָעָ֖ם אֶת־יִשְׂרָאֵֽל׃
5 וַיַּעַבְר֖וּ אֶת־הַיַּרְדֵּ֑ן וַֽיַּחֲנ֤וּ בַעֲרוֹעֵר֙ יְמִ֣ין הָעִ֔יר אֲשֶׁ֛ר בְּתוֹךְ־הַנַּ֥חַל הַגָּ֖ד וְאֶל־יַעְזֵֽר׃
6 וַיָּבֹ֙אוּ֙ הַגִּלְעָ֔דָה וְאֶל־אֶ֖רֶץ תַּחְתִּ֣ים חָדְשִׁ֑י וַיָּבֹ֙אוּ֙ דָּ֣נָה יַּ֔עַן וְסָבִ֖יב אֶל־צִידֽוֹן׃
7 וַיָּבֹ֙אוּ֙ מִבְצַר־צֹ֔ר וְכָל־עָרֵ֥י הַחִוִּ֖י וְהַֽכְּנַעֲנִ֑י וַיֵּֽצְא֛וּ אֶל־נֶ֥גֶב יְהוּדָ֖ה בְּאֵ֥ר שָֽׁבַע׃
8 וַיָּשֻׁ֖טוּ בְּכָל־הָאָ֑רֶץ וַיָּבֹ֙אוּ֙ מִקְצֵ֣ה תִשְׁעָ֤ה חֳדָשִׁים֙ וְעֶשְׂרִ֣ים י֔וֹם יְרוּשָׁלִָֽם׃
9 וַיִּתֵּ֥ן יוֹאָ֛ב אֶת־מִסְפַּ֥ר מִפְקַד־הָעָ֖ם אֶל־הַמֶּ֑לֶךְ וַתְּהִ֣י יִשְׂרָאֵ֡ל שְׁמֹנֶה֩ מֵאֹ֨ות אֶ֤לֶף אִֽישׁ־חַ֙יִל֙ שֹׁ֣לֵֽף חֶ֔רֶב וְאִ֣ישׁ יְהוּדָ֔ה חֲמֵשׁ־מֵאֹ֥ות אֶ֖לֶף אִֽישׁ׃
10 וַיַּ֤ךְ לֵב־דָּוִד֙ אֹת֔וֹ אַחֲרֵי־כֵ֖ן סָפַ֣ר אֶת־הָעָ֑ם וַיֹּ֨אמֶר דָּוִ֜ד אֶל־יְהוָ֗ה חָטָ֤אתִי מְאֹד֙ אֲשֶׁ֣ר עָשִׂ֔יתִי וְעַתָּ֣ה יְהוָ֔ה הַֽעֲבֶר־נָ֛א אֶת־עֲוֺ֥ן עַבְדְּךָ֖ כִּ֥י נִסְכַּ֖לְתִּי מְאֹֽד׃
11 וַיָּ֥קָם דָּוִ֖ד בַּבֹּ֑קֶר פ וּדְבַר־יְהוָ֗ה הָיָה֙ אֶל־גָּ֣ד הַנָּבִ֔יא חֹזֵ֥ה דָוִ֖ד לֵאמֹֽר׃
12 הָל֞וֹךְ וְדִבַּרְתָּ֣ אֶל־דָּוִ֗ד כֹּ֚ה אָמַ֣ר יְהוָ֔ה שָׁלֹ֕שׁ אָנֹכִ֖י נוֹטֵ֣ל עָלֶ֑יךָ בְּחַר־לְךָ֥ אַֽחַת־מֵהֶ֖ם וְאֶֽעֱשֶׂה־לָּֽךְ׃
13 וַיָּבֹא־גָ֥ד אֶל־דָּוִ֖ד וַיַּגֶּד־ל֑וֹ וַיֹּ֣אמֶר ל֡וֹ הֲתָב֣וֹא לְךָ֣ שֶֽׁבַע־שָׁנִים֩ רָעָ֨ב ׀ בְּאַרְצֶ֡ךָ אִם־שְׁלֹשָׁ֣ה חֳ֠דָשִׁים נֻסְךָ֨ לִפְנֵֽי־צָרֶ֜יךָ וְה֣וּא רֹדְפֶ֗ךָ וְאִם־הֱ֠יוֹת שְׁלֹ֨שֶׁת יָמִ֥ים דֶּ֙בֶר֙ בְּאַרְצֶ֔ךָ עַתָּה֙ דַּ֣ע וּרְאֵ֔ה מָֽה־אָשִׁ֥יב שֹׁלְחִ֖י דָּבָֽר׃
14 וַיֹּ֧אמֶר דָּוִ֛ד אֶל־גָּ֖ד צַר־לִ֣י מְאֹ֑ד נִפְּלָה־נָּ֤א בְיַד־יְהוָה֙ כִּֽי־רַבִּ֣ים רחמו רַחֲמָ֔יו וּבְיַד־אָדָ֖ם אַל־אֶפֹּֽלָה׃
15 וַיִּתֵּ֨ן יְהוָ֥ה דֶּ֙בֶר֙ בְּיִשְׂרָאֵ֔ל מֵהַבֹּ֖קֶר וְעַד־עֵ֣ת מוֹעֵ֑ד וַיָּ֣מָת מִן־הָעָ֗ם מִדָּן֙ וְעַד־בְּאֵ֣ר שֶׁ֔בַע שִׁבְעִ֥ים אֶ֖לֶף אִֽישׁ׃
16 וַיִּשְׁלַח֩ יָד֨וֹ הַמַּלְאָ֥ךְ ׀ יְרֽוּשָׁלִַ֮ם לְשַׁחֲתָהּ֒ וַיִּנָּ֤חֶם יְהוָה֙ אֶל־הָ֣רָעָ֔ה וַ֠יֹּאמֶר לַמַּלְאָ֞ךְ הַמַּשְׁחִ֤ית בָּעָם֙ רַ֔ב עַתָּ֖ה הֶ֣רֶף יָדֶ֑ךָ וּמַלְאַ֤ךְ יְהוָה֙ הָיָ֔ה עִם־גֹּ֖רֶן האורנה הָאֲרַ֥וְנָה הַיְבֻסִֽי׃
17 וַיֹּאמֶר֩ דָּוִ֨ד אֶל־יְהוָ֜ה בִּרְאֹת֣וֹ ׀ אֶֽת־הַמַּלְאָךְ֮ הַמַּכֶּ֣ה בָעָם֒ וַיֹּ֙אמֶר֙ הִנֵּ֨ה אָנֹכִ֤י חָטָ֙אתִי֙ וְאָנֹכִ֣י הֶעֱוֵ֔יתִי וְאֵ֥לֶּה הַצֹּ֖אן מֶ֣ה עָשׂ֑וּ תְּהִ֨י נָ֥א יָדְךָ֛ בִּ֖י וּבְבֵ֥ית אָבִֽי׃
18 וַיָּבֹא־גָ֥ד אֶל־דָּוִ֖ד בַּיּ֣וֹם הַה֑וּא וַיֹּ֣אמֶר ל֗וֹ עֲלֵ֛ה הָקֵ֧ם לַיהוָ֛ה מִזְבֵּ֖חַ בְּגֹ֥רֶן ארניה אֲרַ֥וְנָה הַיְבֻסִֽי׃
19 וַיַּ֧עַל דָּוִ֛ד כִּדְבַר־גָּ֖ד כַּאֲשֶׁ֥ר צִוָּ֖ה יְהוָֽה׃
20 וַיַּשְׁקֵ֣ף אֲרַ֗וְנָה וַיַּרְא֙ אֶת־הַמֶּ֔לֶךְ וְאֶת־עֲבָדָ֔יו עֹבְרִ֖ים עָלָ֑יו וַיֵּצֵ֣א אֲרַ֔וְנָה וַיִּשְׁתַּ֧חוּ לַמֶּ֛לֶךְ אַפָּ֖יו אָֽרְצָה׃
21 וַיֹּ֣אמֶר אֲרַ֔וְנָה מַדּ֛וּעַ בָּ֥א אֲדֹנִֽי־הַמֶּ֖לֶךְ אֶל־עַבְדּ֑וֹ וַיֹּ֣אמֶר דָּוִ֗ד לִקְנ֤וֹת מֵֽעִמְּךָ֙ אֶת־הַגֹּ֔רֶן לִבְנ֥וֹת מִזְבֵּ֖חַ לַֽיהוָ֑ה וְתֵעָצַ֥ר הַמַּגֵּפָ֖ה מֵעַ֥ל הָעָֽם׃
22 וַיֹּ֤אמֶר אֲרַ֙וְנָה֙ אֶל־דָּוִ֔ד יִקַּ֥ח וְיַ֛עַל אֲדֹנִ֥י הַמֶּ֖לֶךְ הַטּ֣וֹב בעינו בְּעֵינָ֑יו רְאֵ֤ה הַבָּקָר֙ לָעֹלָ֔ה וְהַמֹּרִגִּ֛ים וּכְלֵ֥י הַבָּקָ֖ר לָעֵצִֽים׃
23 הַכֹּ֗ל נָתַ֛ן אֲרַ֥וְנָה הַמֶּ֖לֶךְ לַמֶּ֑לֶךְ ס וַיֹּ֤אמֶר אֲרַ֙וְנָה֙ אֶל־הַמֶּ֔לֶךְ יְהוָ֥ה אֱלֹהֶ֖יךָ יִרְצֶֽךָ׃
24 וַיֹּ֨אמֶר הַמֶּ֜לֶךְ אֶל־אֲרַ֗וְנָה לֹ֚א כִּי־קָנ֨וֹ אֶקְנֶ֤ה מֵֽאוֹתְךָ֙ בִּמְחִ֔יר וְלֹ֧א אַעֲלֶ֛ה לַיהוָ֥ה אֱלֹהַ֖י עֹל֣וֹת חִנָּ֑ם וַיִּ֨קֶן דָּוִ֜ד אֶת־הַגֹּ֧רֶן וְאֶת־הַבָּקָ֛ר בְּכֶ֖סֶף שְׁקָלִ֥ים חֲמִשִּֽׁים׃
25 וַיִּבֶן֩ שָׁ֨ם דָּוִ֤ד מִזְבֵּ֙חַ֙ לַֽיהוָ֔ה וַיַּ֥עַל עֹל֖וֹת וּשְׁלָמִ֑ים וַיֵּעָתֵ֤ר יְהוָה֙ לָאָ֔רֶץ וַתֵּעָצַ֥ר הַמַּגֵּפָ֖ה מֵעַ֥ל יִשְׂרָאֵֽל׃