מְלָכִים ב Reyes 2º

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Capítulo 1
Elías y los mensajeros de Ocozías
LBLA
1 Después de la muerte de Acab, Moab se rebeló contra Israel.
2 Y Ocozías cayó por la celosía de su aposento alto en Samaria, y estuvo enfermo; y envió mensajeros y les dijo: Id y consultad a Baal-zebub, dios de Ecrón, si he de recuperarme de esta enfermedad.
3 Pero el ángel del SEÑOR dijo a Elías tisbita: Levántate, sube al encuentro de los mensajeros del rey de Samaria y diles: "¿Acaso no hay Dios en Israel para que vayáis a consultar a Baal-zebub, dios de Ecrón?"
4 Por tanto, así dice el SEÑOR: "No descenderás de la cama adonde has subido, sino que ciertamente morirás." Entonces Elías se fue.
5 Cuando los mensajeros volvieron a Ocozías, él les dijo: ¿Por qué habéis vuelto?
6 Y ellos le respondieron: Un hombre subió a nuestro encuentro y nos dijo: "Id, volved al rey que os envió y decidle: 'Así dice el SEÑOR: ¿Acaso no hay Dios en Israel para que envíes a consultar a Baal-zebub, dios de Ecrón? Por tanto, no descenderás de la cama adonde has subido, sino que ciertamente morirás.'"
7 Y él les dijo: ¿Cómo era el hombre que subió a vuestro encuentro y os habló estas palabras?
8 Y ellos le respondieron: Era un hombre velludo con un cinturón de cuero ceñido a sus lomos. Y él dijo: Es Elías tisbita.
9 Entonces el rey le envió un capitán de cincuenta con sus cincuenta hombres. Y subió a donde él estaba, que estaba sentado en la cumbre del monte, y le dijo: Hombre de Dios, el rey ha dicho: "Desciende."
10 Y Elías respondió y dijo al capitán de cincuenta: Si yo soy hombre de Dios, que descienda fuego del cielo y te consuma a ti y a tus cincuenta. Entonces descendió fuego del cielo y lo consumió a él y a sus cincuenta.
11 Volvió a enviarle otro capitán de cincuenta con sus cincuenta, que le dijo: Hombre de Dios, así ha dicho el rey: "Desciende pronto."
12 Y Elías respondió y les dijo: Si yo soy hombre de Dios, que descienda fuego del cielo y te consuma a ti y a tus cincuenta. Entonces descendió fuego del cielo y lo consumió a él y a sus cincuenta.
13 Volvió a enviar un tercer capitán de cincuenta con sus cincuenta. Y el tercer capitán de cincuenta subió y cayó de rodillas delante de Elías, y le rogó, diciendo: Hombre de Dios, te ruego que sea de valor mi vida y la vida de estos cincuenta siervos tuyos ante tus ojos.
14 He aquí, ha descendido fuego del cielo y ha consumido a los dos primeros capitanes de cincuenta con sus cincuenta; pero ahora, sea de valor mi vida ante tus ojos.
15 Y el ángel del SEÑOR dijo a Elías: Desciende con él; no tengas temor de él. Se levantó, pues, y descendió con él al rey.
16 Y le dijo: Así dice el SEÑOR: "Por cuanto has enviado mensajeros a consultar a Baal-zebub, dios de Ecrón, ¿acaso no hay Dios en Israel para consultar su palabra? Por tanto, no descenderás de la cama adonde has subido, sino que ciertamente morirás."
17 Y murió conforme a la palabra del SEÑOR que Elías había hablado. Y Joram reinó en su lugar en el año segundo de Joram, hijo de Josafat, rey de Judá, porque Ocozías no tenía hijo.
18 Los demás hechos de Ocozías, ¿no están escritos en el libro de las Crónicas de los reyes de Israel?
WLC
1 וַיִּפְשַׁ֥ע מוֹאָ֖ב בְּיִשְׂרָאֵ֑ל אַחֲרֵ֖י מ֥וֹת אַחְאָֽב׃
2 וַיִּפֹּ֨ל אֲחַזְיָ֜ה בְּעַ֣ד הַשְּׂבָכָ֗ה בַּעֲלִיָּת֛וֹ אֲשֶׁ֥ר בְּשֹׁמְר֖וֹן וַיָּ֑חַל וַיִּשְׁלַ֣ח מַלְאָכִ֔ים וַיֹּ֤אמֶר אֲלֵהֶם֙ לְכ֣וּ דִרְשׁ֗וּ בְּבַ֤עַל זְבוּב֙ אֱלֹהֵ֣י עֶקְר֔וֹן אִם־אֶחְיֶ֖ה מֵחֳלִ֥י זֶֽה׃
3 וּמַלְאַ֣ךְ יְהוָ֗ה דִּבֶּר֙ אֶל־אֵלִיָּ֣ הַתִּשְׁבִּ֔י ק֣וּם עֲלֵ֔ה לִקְרַ֖את מַלְאֲכֵ֣י מֶֽלֶךְ־שֹׁמְר֑וֹן וְדַבֵּ֣ר אֲלֵהֶ֔ם הַֽמִבְּלִ֤י אֵין־אֱלֹהִים֙ בְּיִשְׂרָאֵ֔ל אַתֶּם֙ הֽוֹלְכִ֔ים לִדְרֹ֖שׁ בְּבַ֥עַל זְבֽוּב׃
4 וְלָכֵ֞ן כֹּֽה־אָמַ֣ר יְהוָ֗ה הַמִּטָּה֙ אֲשֶׁ֣ר עָלִ֣יתָ שָּׁ֔ם לֹֽא־תֵרֵ֥ד מִמֶּ֖נָּה כִּ֣י מ֣וֹת תָּמ֑וּת וַיֵּ֖לֶךְ אֵלִיָּֽהוּ׃
5 וַיָּשׁ֥וּבוּ הַמַּלְאָכִ֖ים אֵלָ֑יו וַיֹּ֥אמֶר אֲלֵיהֶ֖ם מַה־זֶּ֥ה שַׁבְתֶּֽם׃
6 וַיֹּאמְר֣וּ אֵלָ֡יו אִ֣ישׁ עָלָה֩ לִקְרָאתֵ֨נוּ וַיֹּ֣אמֶר אֵלֵ֗ינוּ לְכ֡וּ שׁ֙וּבוּ֙ אֶל־הַמֶּ֙לֶךְ֙ אֲשֶׁ֣ר שָׁלַ֣ח אֶתְכֶ֔ם וְדִבַּרְתֶּ֣ם אֵלָ֔יו כֹּ֚ה אָמַ֣ר יְהוָ֔ה הַֽמִבְּלִ֤י אֵין־אֱלֹהִים֙ בְּיִשְׂרָאֵ֔ל אַתָּ֣ה שֹׁלֵ֔חַ לִדְרֹ֖שׁ בְּבַ֣עַל זְב֑וּב לָכֵ֛ן הַמִּטָּ֥ה אֲשֶׁר־עָלִ֥יתָ שָּׁ֖ם לֹ֥א תֵרֵ֖ד מִמֶּ֥נָּה כִּֽי־מ֥וֹת תָּמֽוּת׃
7 וַיְדַבֵּ֣ר אֲלֵהֶ֔ם מֶ֚ה מִשְׁפַּ֣ט הָאִ֔ישׁ אֲשֶׁ֥ר עָלָ֖ה לִקְרַאתְכֶ֑ם וַיְדַבֵּ֣ר אֲלֵיכֶ֔ם אֶת־הַדְּבָרִ֖ים הָאֵֽלֶּה׃
8 וַיֹּאמְר֣וּ אֵלָ֗יו אִ֚ישׁ בַּ֣עַל שֵׂעָ֔ר וְאֵז֥וֹר ע֖וֹר אָז֣וּר בְּמָתְנָ֑יו וַיֹּאמַ֕ר אֵלִיָּ֥ה הַתִּשְׁבִּ֖י הֽוּא׃
9 וַיִּשְׁלַ֥ח אֵלָ֛יו שַׂר־חֲמִשִּׁ֖ים וַחֲמִשָּׁ֑יו וַיַּ֣עַל אֵלָ֗יו וְהִנֵּה֙ יֹשֵׁב֙ עַל־רֹ֣אשׁ הָהָ֔ר וַיְדַבֵּ֣ר אֵלָ֔יו אִ֚ישׁ הָאֱלֹהִ֔ים הַמֶּ֥לֶךְ דִּבֶּ֖ר רֵֽדָה׃
10 וַיַּעֲנֶ֣ה אֵלִיָּ֗הוּ וַיְדַבֵּר֮ אֶל־שַׂ֣ר הַחֲמִשִּׁים֒ וְאִם־אִ֤ישׁ אֱלֹהִים֙ אָ֔נִי תֵּ֤רֶד אֵשׁ֙ מִן־הַשָּׁמַ֔יִם וְתֹאכַ֥ל אֹתְךָ֖ וְאֶת־חֲמִשֶּׁ֑יךָ וַתֵּ֤רֶד אֵשׁ֙ מִן־הַשָּׁמַ֔יִם וַתֹּ֥אכַל אֹת֖וֹ וְאֶת־חֲמִשָּֽׁיו׃
11 וַיָּ֜שָׁב וַיִּשְׁלַ֥ח אֵלָ֛יו שַׂר־חֲמִשִּׁ֥ים אַחֵ֖ר וַחֲמִשָּׁ֑יו וַיַּ֙עַן֙ וַיְדַבֵּ֣ר אֵלָ֔יו אִ֚ישׁ הָאֱלֹהִ֔ים כֹּה־אָמַ֥ר הַמֶּ֖לֶךְ מְהֵרָ֥ה רֵֽדָה׃
12 וַיַּ֣עַן אֵלִיָּ֗הוּ וַיְדַבֵּ֤ר אֲלֵיהֶם֙ אִם־אִ֤ישׁ הָֽאֱלֹהִים֙ אָ֔נִי תֵּ֤רֶד אֵשׁ֙ מִן־הַשָּׁמַ֔יִם וְתֹאכַ֥ל אֹתְךָ֖ וְאֶת־חֲמִשֶּׁ֑יךָ וַתֵּ֤רֶד אֵשׁ־אֱלֹהִים֙ מִן־הַשָּׁמַ֔יִם וַתֹּ֥אכַל אֹת֖וֹ וְאֶת־חֲמִשָּֽׁיו׃
13 וַיָּ֗שָׁב וַיִּשְׁלַ֛ח שַׂר־חֲמִשִּׁ֥ים שְׁלִשִׁ֖ים וַחֲמִשָּׁ֑יו וַיַּ֣עַל ׀ וַיָּבֹ֣א שַׂר־הַחֲמִשִּׁ֣ים הַשְּׁלִישִׁ֗י וַיִּכְרַ֥ע עַל־בִּרְכָּ֛יו לְנֶ֥גֶד אֵלִיָּ֖הוּ וַיִּתְחַנֵּ֣ן אֵלָ֗יו וַיְדַבֵּ֤ר אֵלָיו֙ אִ֣ישׁ הָאֱלֹהִ֔ים תִּֽיקַר־נָ֣א נַפְשִׁ֗י וְנֶ֛פֶשׁ עֲבָדֶ֥יךָֽ אֵ֖לֶּה חֲמִשִּֽׁים׃
14 הִנֵּה֩ יָֽרְדָ֨ה אֵ֜שׁ מִן־הַשָּׁמַ֗יִם וַתֹּ֤אכַל אֶת־שְׁנֵי֙ שָׂרֵ֣י הַחֲמִשִּׁ֔ים הָרִֽאשֹׁנִ֖ים וְאֶת־חֲמִשֵּׁיהֶ֑ם וְעַתָּ֕ה תִּיקַ֥ר נַפְשִׁ֖י בְּעֵינֶֽיךָ׃
15 וַיְדַבֵּ֞ר מַלְאַ֤ךְ יְהוָה֙ אֶל־אֵ֣לִיָּ֔הוּ רֵ֣ד אוֹת֔וֹ אַל־תִּירָ֖א מִפָּנָ֑יו וַיָּ֛קָם וַיֵּ֥רֶד אוֹת֖וֹ אֶל־הַמֶּֽלֶךְ׃
16 וַיְדַבֵּ֣ר אֵלָ֗יו כֹּ֚ה אָמַ֣ר יְהוָ֔ה יַ֗עַן אֲשֶׁ֤ר שָׁלַ֙חְתָּ֙ מַלְאָכִ֔ים לִדְרֹ֕שׁ בְּבַ֥עַל זְב֖וּב אֱלֹהֵ֣י עֶקְר֑וֹן הַֽמִבְּלִ֤י אֵין־אֱלֹהִים֙ בְּיִשְׂרָאֵ֔ל לִדְרֹ֖שׁ בִּדְבָרֽוֹ׃
17 לָכֵ֛ן הַמִּטָּ֥ה אֲשֶׁר־עָלִ֖יתָ שָּׁ֑ם לֹֽא־תֵרֵ֤ד מִמֶּ֙נָּה֙ כִּ֣י מ֣וֹת תָּמ֔וּת וַיָּ֜מָת כִּדְבַ֥ר יְהוָ֛ה אֲשֶׁר־דִּבֶּ֥ר אֵלִיָּ֖הוּ׃
18 וְיֶ֛תֶר דִּבְרֵ֥י אֲחַזְיָ֖הוּ אֲשֶׁ֣ר עָשָׂ֑ה הֲלֽוֹא־הֵ֣ם כְּתוּבִ֗ים עַל־סֵ֛פֶר דִּבְרֵ֥י הַיָּמִ֖ים לְמַלְכֵ֥י יִשְׂרָאֵֽל׃
Capítulo 2
Elías es llevado al cielo
LBLA
1 Y sucedió que cuando el SEÑOR iba a llevar a Elías al cielo en un torbellino, Elías y Eliseo partieron de Gilgal.
2 Y Elías dijo a Eliseo: Quédate aquí, porque el SEÑOR me ha enviado hasta Betel. Pero Eliseo dijo: Vive el SEÑOR y vive tu alma, que no te dejaré. Y descendieron a Betel.
3 Y los hijos de los profetas que estaban en Betel salieron a Eliseo y le dijeron: ¿Sabes que el SEÑOR te quitará hoy a tu señor de sobre ti? Y él dijo: Sí, lo sé; callad.
4 Entonces Elías le dijo: Eliseo, quédate aquí, porque el SEÑOR me ha enviado a Jericó. Pero él dijo: Vive el SEÑOR y vive tu alma, que no te dejaré. Y llegaron a Jericó.
5 Y los hijos de los profetas que estaban en Jericó se acercaron a Eliseo y le dijeron: ¿Sabes que el SEÑOR te quitará hoy a tu señor de sobre ti? Y él respondió: Sí, lo sé; callad.
6 Y Elías le dijo: Quédate aquí, porque el SEÑOR me ha enviado al Jordán. Y él dijo: Vive el SEÑOR y vive tu alma, que no te dejaré. Y los dos fueron.
7 Y cincuenta hombres de los hijos de los profetas fueron y se pararon frente a ellos a cierta distancia, mientras los dos se detuvieron junto al Jordán.
8 Entonces Elías tomó su manto, lo dobló y golpeó las aguas, las cuales se dividieron hacia uno y otro lado, y pasaron ambos por tierra seca.
9 Y cuando habían pasado, Elías dijo a Eliseo: Pide lo que quieras que haga por ti, antes que sea quitado de ti. Y Eliseo dijo: Te ruego que una doble porción de tu espíritu sea sobre mí.
10 Y él dijo: Cosa difícil has pedido. Si me ves cuando sea quitado de ti, te será concedido, pero si no, no te será concedido.
11 Y sucedió que mientras ellos iban andando y hablando, he aquí, apareció un carro de fuego con caballos de fuego que separó a los dos. Y Elías subió al cielo en un torbellino.
12 Y viéndolo Eliseo, clamaba: ¡Padre mío, padre mío! ¡Carros de Israel y sus jinetes! Y no lo vio más. Entonces tomó sus vestidos y los rasgó en dos pedazos.
13 También alzó el manto de Elías que se le había caído, y volvió y se paró a la orilla del Jordán.
14 Y tomó el manto de Elías que se le había caído, y golpeó las aguas, y dijo: ¿Dónde está el SEÑOR, el Dios de Elías? Y cuando él también hubo golpeado las aguas, se dividieron hacia uno y otro lado, y pasó Eliseo.
15 Y cuando los hijos de los profetas que estaban en Jericó enfrente lo vieron, dijeron: El espíritu de Elías reposa sobre Eliseo. Y vinieron a su encuentro y se postraron en tierra ante él.
16 Y le dijeron: He aquí ahora, con tus siervos hay cincuenta hombres valientes; por favor, deja que vayan y busquen a tu señor; quizá el Espíritu del SEÑOR lo ha arrebatado y lo ha echado en algún monte o en algún valle. Pero él dijo: No los enviéis.
17 Sin embargo, ellos le insistieron hasta que, avergonzado, dijo: Enviadlos. Entonces enviaron cincuenta hombres que lo buscaron por tres días, pero no lo hallaron.
18 Y volvieron a él mientras él se quedaba en Jericó; y él les dijo: ¿No os dije que no fuerais?
19 Y los hombres de la ciudad dijeron a Eliseo: He aquí, el lugar donde habitamos es agradable, como mi señor puede ver; pero las aguas son malas y la tierra es estéril.
20 Y él dijo: Traedme una vasija nueva y poned sal en ella. Y se la trajeron.
21 Entonces salió al manantial de las aguas, echó sal en él y dijo: Así dice el SEÑOR: "Yo he sanado estas aguas; no saldrá de allí más muerte ni esterilidad."
22 Y las aguas quedaron sanas hasta hoy, conforme a la palabra que Eliseo habló.
23 Y de allí subió a Betel; y cuando iba por el camino, unos muchachos salieron de la ciudad y se burlaban de él, diciendo: ¡Sube, calvo! ¡Sube, calvo!
24 Y cuando él se volvió y los vio, los maldijo en el nombre del SEÑOR. Entonces salieron dos osos del bosque y despedazaron a cuarenta y dos muchachos de ellos.
25 Y de allí fue al monte Carmelo, y de allí regresó a Samaria.
WLC
1 וַיְהִ֕י בְּהַעֲל֥וֹת יְהוָ֖ה אֶת־אֵלִיָּ֑הוּ בַּֽסְעָרָ֖ה הַשָּׁמָֽיִם וַיֵּ֧לֶךְ אֵלִיָּ֛הוּ וֶאֱלִישָׁ֖ע מִן־הַגִּלְגָּֽל׃
2 וַיֹּאמֶר֩ אֵלִיָּ֨הוּ אֶל־אֱלִישָׁ֜ע שֵֽׁב־נָ֣א פֹ֗ה כִּ֤י יְהוָה֙ שְׁלָחַ֣נִי עַד־בֵּֽית־אֵ֔ל וַיֹּ֣אמֶר אֱלִישָׁ֔ע חַי־יְהוָ֥ה וְחֵֽי־נַפְשְׁךָ֖ אִם־אֶעֶזְבֶ֑ךָּ וַיֵּרְד֖וּ בֵּֽית־אֵֽל׃
3 וַיֵּצְא֨וּ בְנֵֽי־הַנְּבִיאִ֥ים אֲשֶׁר־בֵּֽית־אֵל֮ אֶל־אֱלִישָׁע֒ וַיֹּאמְר֣וּ אֵלָ֔יו הֲיָדַ֕עְתָּ כִּ֣י הַיּ֗וֹם יְהוָ֛ה לֹקֵ֥חַ אֶת־אֲדֹנֶ֖יךָ מֵעַ֣ל רֹאשֶׁ֑ךָ וַיֹּ֛אמֶר גַּם־אֲנִ֥י יָדַ֖עְתִּי הֶחֱשֽׁוּ׃
4 וַיֹּ֨אמֶר ל֜וֹ אֵלִיָּ֗הוּ אֱלִישָׁע֙ שֵֽׁב־נָ֣א פֹ֔ה כִּ֥י יְהוָ֖ה שְׁלָחַ֣נִי יְרִיח֑וֹ וַיֹּ֛אמֶר חַי־יְהוָ֥ה וְחֵֽי־נַפְשְׁךָ֖ אִם־אֶעֶזְבֶ֑ךָּ וַיָּבֹ֖אוּ יְרִיחֽוֹ׃
5 וַיִּגְּשׁ֨וּ בְנֵֽי־הַנְּבִיאִ֥ים אֲשֶׁר־בִּֽירִיחוֹ֮ אֶל־אֱלִישָׁע֒ וַיֹּאמְר֣וּ אֵלָ֔יו הֲיָדַ֕עְתָּ כִּ֣י הַיּ֗וֹם יְהוָ֛ה לֹקֵ֥חַ אֶת־אֲדֹנֶ֖יךָ מֵעַ֣ל רֹאשֶׁ֑ךָ וַיֹּ֛אמֶר גַּם־אֲנִ֥י יָדַ֖עְתִּי הֶחֱשֽׁוּ׃
6 וַיֹּ֤אמֶר לוֹ֙ אֵֽלִיָּ֔הוּ שֵֽׁב־נָ֣א פֹ֔ה כִּ֥י יְהוָ֖ה שְׁלָחַ֣נִי הַיַּרְדֵּ֑ן וַיֹּ֛אמֶר חַי־יְהוָ֥ה וְחֵֽי־נַפְשְׁךָ֖ אִם־אֶעֶזְבֶ֑ךָּ וַיֵּלְכ֖וּ שְׁנֵיהֶֽם׃
7 וַחֲמִשִּׁ֨ים אִ֜ישׁ מִבְּנֵ֤י הַנְּבִיאִים֙ הָֽלְכ֔וּ וַיַּעַמְד֥וּ מִנֶּ֖גֶד מֵרָח֑וֹק וּשְׁנֵיהֶ֖ם עָמְד֥וּ עַל־הַיַּרְדֵּֽן׃
8 וַיִּקַּח֩ אֵלִיָּ֨הוּ אֶת־אַדַּרְתּ֤וֹ וַיִּגְלֹם֙ וַיַּכֶּ֣ה אֶת־הַמַּ֔יִם וַיֵּחָצ֖וּ הֵ֣נָּה וָהֵ֑נָּה וַיַּעַבְר֥וּ שְׁנֵיהֶ֖ם בֶּחָרָבָֽה׃
9 וַיְהִ֣י כְעָבְרָ֗ם וְאֵ֨לִיָּ֜הוּ אָמַ֤ר אֶל־אֱלִישָׁע֙ שְׁאַל֙ מָ֣ה אֶֽעֱשֶׂה־לָּ֔ךְ בְּטֶ֖רֶם אֶלָּקַ֣ח מֵעִמָּ֑ךְ וַיֹּ֤אמֶר אֱלִישָׁע֙ וִֽיהִי־נָ֞א פִּֽי־שְׁנַ֧יִם בְּרוּחֲךָ֛ אֵלָֽי׃
10 וַיֹּ֖אמֶר הִקְשִׁ֣יתָ לִשְׁא֑וֹל אִם־תִּרְאֶ֨ה אֹתִ֜י לֻקָּ֤ח מֵֽאִתָּךְ֙ יְהִֽי־לְךָ֣ כֵ֔ן וְאִם־אַ֖יִן לֹ֥א יִהְיֶֽה׃
11 וַיְהִ֗י הֵ֣ם הֹלְכִ֤ים הָלוֹךְ֙ וְדַבֵּ֔ר וְהִנֵּ֤ה רֶֽכֶב־אֵשׁ֙ וְס֣וּסֵי אֵ֔שׁ וַיַּפְרִ֖דוּ בֵּ֣ין שְׁנֵיהֶ֑ם וַיַּ֙עַל֙ אֵ֣לִיָּ֔הוּ בַּֽסְעָרָ֖ה הַשָּׁמָֽיִם׃
12 וֶאֱלִישָׁ֣ע רֹאֶ֗ה וְה֤וּא מְצַעֵק֙ אָבִ֣י ׀ אָבִ֗י רֶ֤כֶב יִשְׂרָאֵל֙ וּפָ֣רָשָׁ֔יו וְלֹ֥א רָאָ֖הוּ ע֑וֹד וַֽיַּחֲזֵק֙ בִּבְגָדָ֔יו וַיִּקְרָעֵ֖ם לִשְׁנַ֥יִם קְרָעִֽים׃
13 וַיָּ֙רֶם֙ אֶת־אַדֶּ֣רֶת אֵלִיָּ֔הוּ אֲשֶׁ֥ר נָפְלָ֖ה מֵעָלָ֑יו וַיָּ֥שָׁב וַֽיַּעֲמֹ֖ד עַל־שְׂפַ֥ת הַיַּרְדֵּֽן׃
14 וַיִּקַּח֩ אֶת־אַדֶּ֨רֶת אֵלִיָּ֜הוּ אֲשֶׁר־נָפְלָ֣ה מֵעָלָ֗יו וַיַּכֶּ֤ה אֶת־הַמַּ֙יִם֙ וַיֹּאמַ֔ר אַיֵּ֕ה יְהוָ֖ה אֱלֹהֵ֣י אֵלִיָּ֑הוּ אַף־ה֣וּא ׀ וַיַּכֶּ֣ה אֶת־הַמַּ֗יִם וַיֵּחָ֥צוּ הֵ֛נָּה וָהֵ֖נָּה וַיַּעֲבֹ֥ר אֱלִישָֽׁע׃
15 וַיִּרְאֻ֨הוּ בְנֵֽי־הַנְּבִיאִ֤ים אֲשֶׁר־בִּֽירִיחוֹ֙ מִנֶּ֔גֶד וַיֹּ֣אמְר֔וּ נָ֛חָה ר֥וּחַ אֵלִיָּ֖הוּ עַל־אֱלִישָׁ֑ע וַיָּבֹ֙אוּ֙ לִקְרָאת֔וֹ וַיִּשְׁתַּחֲווּ־ל֖וֹ אָֽרְצָה׃
16 וַיֹּאמְר֣וּ אֵלָ֡יו הִנֵּה־נָ֣א יֵֽשׁ־אֶת־עֲבָדֶיךָ֩ חֲמִשִּׁ֨ים אֲנָשִׁ֜ים בְּנֵֽי־חַ֗יִל יֵ֣לְכוּ נָא֮ וִיבַקְשׁ֣וּ אֶת־אֲדֹנֶיךָ֒ פֶּן־נְשָׂא֞וֹ ר֤וּחַ יְהוָה֙ וַיַּשְׁלִכֵ֙הוּ֙ בְּאַחַ֣ד הֶהָרִ֔ים א֖וֹ בְּאַחַ֣ת הַגֵּאָי֑וֹת וַיֹּ֖אמֶר לֹ֥א תִשְׁלָֽחוּ׃
17 וַיִּפְצְרוּ־ב֥וֹ עַד־בֹּ֖שׁ וַיֹּ֣אמֶר שְׁלָ֑חוּ וַֽיִּשְׁלְחוּ֙ חֲמִשִּׁ֣ים אִ֔ישׁ וַיְבַקְשׁ֥וּ שְׁלֹשָֽׁה־יָמִ֖ים וְלֹ֥א מְצָאֻֽהוּ׃
18 וַיָּשֻׁ֣בוּ אֵלָ֔יו וְה֖וּא יֹשֵׁ֣ב בִּֽירִיח֑וֹ וַיֹּ֣אמֶר אֲלֵהֶ֔ם הֲלֽוֹא־אָמַ֥רְתִּי אֲלֵיכֶ֖ם אַל־תֵּלֵֽכוּ׃
19 וַיֹּ֨אמְר֜וּ אַנְשֵׁ֤י הָעִיר֙ אֶל־אֱלִישָׁ֔ע הִנֵּה־נָ֣א מוֹשַׁ֔ב הָעִ֖יר ט֑וֹב כַּאֲשֶׁ֥ר אֲדֹנִ֖י רֹאֶ֑ה וְהַמַּ֥יִם רָעִ֖ים וְהָאָ֥רֶץ מְשַׁכָּֽלֶת׃
20 וַיֹּ֜אמֶר קְחוּ־לִ֣י צְלֹחִ֣ית חֲדָשָׁ֗ה וְשִׂ֤ימוּ שָׁם֙ מֶ֔לַח וַיִּקְח֖וּ אֵלָֽיו׃
21 וַיֵּצֵא֙ אֶל־מוֹצָ֣א הַמַּ֔יִם וַיַּשְׁלֶךְ־שָׁ֖ם מֶ֑לַח וַיֹּ֜אמֶר כֹּֽה־אָמַ֣ר יְהוָ֗ה רִפִּ֙אתִי֙ לַמַּ֣יִם הָאֵ֔לֶּה לֹֽא־יִהְיֶ֥ה מִשָּׁ֛ם ע֖וֹד מָ֥וֶת וּמְשַׁכָּֽלֶת׃
22 וַיֵּרָפ֣וּ הַמַּ֔יִם עַ֖ד הַיּ֣וֹם הַזֶּ֑ה כִּדְבַ֥ר אֱלִישָׁ֖ע אֲשֶׁ֥ר דִּבֵּֽר׃
23 וַיַּ֥עַל מִשָּׁ֖ם בֵּֽית־אֵ֑ל וְה֣וּא׀ עֹלֶ֣ה בַדֶּ֗רֶךְ וּנְעָרִ֤ים קְטַנִּים֙ יָצְא֣וּ מִן־הָעִ֔יר וַיִּתְקַלְּסוּ־בוֹ֙ וַיֹּ֣אמְרוּ ל֔וֹ עֲלֵ֥ה קֵרֵ֖חַ עֲלֵ֥ה קֵרֵֽחַ׃
24 וַיִּ֤פֶן אַחֲרָיו֙ וַיִּרְאֵ֔ם וַֽיְקַלְלֵ֖ם בְּשֵׁ֣ם יְהוָ֑ה וַתֵּצֶ֨אנָה שְׁתַּ֤יִם דֻּבִּים֙ מִן־הַיַּ֔עַר וַתְּבַקַּ֣עְנָה מֵהֶ֔ם אַרְבָּעִ֥ים וּשְׁנֵ֖י יְלָדִֽים׃
25 וַיֵּ֥לֶךְ מִשָּׁ֖ם אֶל־הַ֣ר הַכַּרְמֶ֑ל וּמִשָּׁ֖ם שָׁ֥ב שֹׁמְרֽוֹן׃
Capítulo 3
Guerra de Israel y Judá contra Moab
LBLA
1 Joram, hijo de Acab, comenzó a reinar sobre Israel en Samaria el año dieciocho de Josafat, rey de Judá, y reinó doce años.
2 E hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR, aunque no como su padre y su madre, porque quitó el pilar sagrado de Baal que su padre había hecho.
3 Sin embargo, se aferró a los pecados de Jeroboam, hijo de Nabat, con los cuales hizo pecar a Israel, y no se apartó de ellos.
4 Y Mesa, rey de Moab, era criador de ovejas, y pagaba al rey de Israel cien mil corderos y cien mil carneros con su lana.
5 Pero sucedió que cuando Acab murió, el rey de Moab se rebeló contra el rey de Israel.
6 Y aquel mismo día el rey Joram salió de Samaria y alistó a todo Israel.
7 También fue y envió palabra a Josafat, rey de Judá, diciendo: El rey de Moab se ha rebelado contra mí. ¿Irás conmigo a pelear contra Moab? Y él respondió: Subiré; yo soy como tú, mi pueblo como tu pueblo, mis caballos como tus caballos.
8 Y dijo: ¿Por qué camino subiremos? Y él respondió: Por el camino del desierto de Edom.
9 Fue, pues, el rey de Israel con el rey de Judá y el rey de Edom; y dando un rodeo anduvieron siete días de camino. Y no había agua para el ejército ni para los animales que los seguían.
10 Entonces el rey de Israel dijo: ¡Ah! Porque el SEÑOR ha llamado a estos tres reyes para entregarlos en mano de Moab.
11 Pero Josafat dijo: ¿No hay aquí un profeta del SEÑOR para que consultemos al SEÑOR por medio de él? Y uno de los siervos del rey de Israel respondió, y dijo: Aquí está Eliseo, hijo de Safat, el que vertía agua en las manos de Elías.
12 Y Josafat dijo: La palabra del SEÑOR está con él. Entonces el rey de Israel, Josafat y el rey de Edom descendieron a él.
13 Y Eliseo dijo al rey de Israel: ¿Qué tengo yo que ver contigo? Ve a los profetas de tu padre y a los profetas de tu madre. Y el rey de Israel le dijo: No, porque el SEÑOR ha llamado a estos tres reyes para entregarlos en mano de Moab.
14 Y Eliseo dijo: Vive el SEÑOR de los ejércitos, ante quien estoy, que si no fuera por respeto a la presencia de Josafat, rey de Judá, no te miraría ni te vería.
15 Pero ahora traedme un tañedor de arpa. Y sucedió que mientras el tañedor tocaba el arpa, la mano del SEÑOR vino sobre Eliseo.
16 Y él dijo: Así dice el SEÑOR: "Haced en este valle muchas zanjas."
17 Porque así dice el SEÑOR: "No veréis viento, ni veréis lluvia; sin embargo ese valle se llenará de agua, y beberéis vosotros y vuestros ganados y vuestras bestias."
18 Y esto es poca cosa a los ojos del SEÑOR; también entregará a Moab en vuestras manos.
19 Y destruiréis toda ciudad fortificada y toda ciudad principal, y talaréis todo buen árbol, cegaréis todas las fuentes de agua y estropearéis con piedras toda parcela fértil.
20 Y sucedió que por la mañana, a la hora de ofrecerse el sacrificio, he aquí, el agua vino por el camino de Edom, y la tierra se llenó de agua.
21 Y todos los de Moab oyeron que los reyes habían subido para pelear contra ellos, y convocaron a todos, desde los que podían ceñir armadura para arriba, y se pusieron en la frontera.
22 Y se levantaron muy de mañana, y cuando el sol brilló sobre el agua, los de Moab vieron el agua frente a ellos tan roja como la sangre.
23 Y dijeron: Esto es sangre; sin duda los reyes han peleado entre sí, y se han matado unos a otros. Ahora pues, ¡Moab, al botín!
24 Pero cuando llegaron al campamento de Israel, los israelitas se levantaron e hirieron a los de Moab, y éstos huyeron delante de ellos; y los israelitas se adentraron en Moab matando a los moabitas.
25 Destruyeron las ciudades, y cada uno arrojó su piedra en toda parcela fértil y las llenaron, cegaron todas las fuentes de agua y talaron todos los buenos árboles, hasta que sólo dejaron sus piedras en Kir-hareset, y los honderos la rodearon y la hirieron.
26 Y cuando el rey de Moab vio que la batalla arreciaba contra él, tomó consigo setecientos hombres que sacaban espada, para abrir brecha hacia el rey de Edom; pero no pudieron.
27 Entonces tomó a su hijo primogénito, que había de reinar en su lugar, y lo ofreció en holocausto sobre la muralla. Y hubo gran ira contra Israel, por lo que se apartaron de allí y regresaron a su tierra.
WLC
1 וִיהוֹרָ֣ם בֶּן־אַחְאָ֗ב מָלַ֤ךְ עַל־יִשְׂרָאֵל֙ בְּשֹׁ֣מְר֔וֹן בִּשְׁנַת֙ שְׁמֹנֶ֣ עֶשְׂרֵ֔ה לִיהוֹשָׁפָ֖ט מֶ֣לֶךְ יְהוּדָ֑ה וַיִּמְלֹ֖ךְ שְׁתֵּים־עֶשְׂרֵ֥ה שָׁנָֽה׃
2 וַיַּעֲשֶׂ֤ה הָרַע֙ בְּעֵינֵ֣י יְהוָ֔ה רַ֕ק לֹ֥א כְאָבִ֖יו וּכְאִמּ֑וֹ וַיָּ֙סַר֙ אֶת־מַצְּבַ֣ת הַבַּ֔עַל אֲשֶׁ֥ר עָשָׂ֖ה אָבִֽיו׃
3 רַ֠ק בְּחַטֹּ֞אות יָרָבְעָ֧ם בֶּן־נְבָ֛ט אֲשֶׁר־הֶחֱטִ֥יא אֶת־יִשְׂרָאֵ֖ל דָּבֵ֑ק לֹא־סָ֖ר מִמֶּֽנָּה׃
4 וּמֵישַׁ֥ע מֶֽלֶךְ־מוֹאָ֖ב הָיָ֣ה נֹקֵ֑ד וְהֵשִׁ֣יב׀ לְמֶ֣לֶךְ יִשְׂרָאֵ֗ל מֵאָה־אֶ֙לֶף֙ כָּרִ֔ים וּמֵ֥אָה אֶ֖לֶף אֵילִ֥ים צָֽמֶר׃
5 וַיְהִ֖י כְּמ֣וֹת אַחְאָ֑ב וַיִּפְשַׁ֥ע מֶֽלֶךְ־מוֹאָ֖ב בְּמֶ֥לֶךְ יִשְׂרָאֵֽל׃
6 וַיֵּצֵ֞א הַמֶּ֧לֶךְ יְהוֹרָ֛ם בַּיּ֥וֹם הַה֖וּא מִשֹּׁמְר֑וֹן וַיִּפְקֹ֖ד אֶת־כָּל־יִשְׂרָאֵֽל׃
7 וַיֵּ֡לֶךְ וַיִּשְׁלַח֩ אֶל־יְהוֹשָׁפָ֨ט מֶֽלֶךְ־יְהוּדָ֜ה לֵאמֹ֗ר מֶ֤לֶךְ מוֹאָב֙ פָּשַׁ֣ע בִּ֔י הֲתֵלֵ֥ךְ אִתִּ֛י אֶל־מוֹאָ֖ב לַמִּלְחָמָ֑ה וַיֹּ֣אמֶר אֶעֱלֶ֔ה כָּמ֧וֹנִי כָמ֛וֹךָ כְּעַמִּ֥י כְעַמֶּ֖ךָ כְּסוּסַ֥י כְּסוּסֶֽיךָ׃
8 וַיֹּ֕אמֶר אֵי־זֶ֥ה הַדֶּ֖רֶךְ נַעֲלֶ֑ה וַיֹּ֕אמֶר דֶּ֖רֶךְ מִדְבַּ֥ר אֱדֽוֹם׃
9 וַיֵּ֩לֶךְ֩ מֶ֨לֶךְ יִשְׂרָאֵ֤ל וּמֶֽלֶך־יְהוּדָה֙ וּמֶ֣לֶךְ אֱד֔וֹם וַיָּסֹ֕בּוּ דֶּ֖רֶךְ שִׁבְעַ֣ת יָמִ֑ים וְלֹא־הָיָ֨ה מַ֧יִם לַֽמַּחֲנֶ֛ה וְלַבְּהֵמָ֖ה אֲשֶׁ֥ר בְּרַגְלֵיהֶֽם׃
10 וַיֹּ֖אמֶר מֶ֣לֶךְ יִשְׂרָאֵ֑ל אֲהָ֕הּ כִּֽי־קָרָ֣א יְהוָ֗ה לִשְׁלֹ֙שֶׁת֙ הַמְּלָכִ֣ים הָאֵ֔לֶּה לָתֵ֥ת אוֹתָ֖ם בְּיַד־מוֹאָֽב׃
11 וַיֹּ֣אמֶר יְהוֹשָׁפָ֗ט הַאֵ֨ין פֹּ֤ה נָבִיא֙ לַֽיהוָ֔ה וְנִדְרְשָׁ֥ה אֶת־יְהוָ֖ה מֵאוֹת֑וֹ וַ֠יַּעַן אֶחָד מֵעַבְדֵ֤י מֶֽלֶךְ־יִשְׂרָאֵל֙ וַיֹּ֔אמֶר פֹּ֚ה אֱלִישָׁ֣ע בֶּן־שָׁפָ֔ט אֲשֶׁר־יָ֥צַק מַ֖יִם עַל־יְדֵ֥י אֵלִיָּֽהוּ׃
12 וַיֹּ֙אמֶר֙ יְה֣וֹשָׁפָ֔ט יֵ֥שׁ אוֹת֖וֹ דְּבַר־יְהוָ֑ה וַיֵּ֡רֶדוּ אֵלָיו֩ מֶ֨לֶךְ יִשְׂרָאֵ֜ל וִיהוֹשָׁפָ֤ט וּמֶ֙לֶךְ֙ אֱד֔וֹם׃
13 וַיֹּ֨אמֶר אֱלִישָׁ֜ע אֶל־מֶ֤לֶךְ יִשְׂרָאֵל֙ מַה־לִּ֣י וָלָ֔ךְ לֵ֚ךְ אֶל־נְבִיאֵ֣י אָבִ֔יךָ וְאֶל־נְבִיאֵ֖י אִמֶּ֑ךָ וַיֹּ֤אמֶר לוֹ֙ מֶ֣לֶךְ יִשְׂרָאֵ֔ל אַ֗ל כִּֽי־קָרָ֤א יְהוָה֙ לִשְׁלֹ֙שֶׁת֙ הַמְּלָכִ֣ים הָאֵ֔לֶּה לָתֵ֥ת אוֹתָ֖ם בְּיַד־מוֹאָֽב׃
14 וַיֹּ֣אמֶר אֱלִישָׁ֗ע חַי־יְהוָ֤ה צְבָאוֹת֙ אֲשֶׁ֣ר עָמַ֣דְתִּי לְפָנָ֔יו כִּ֗י לוּלֵ֛י פְּנֵ֛י יְהוֹשָׁפָ֥ט מֶֽלֶךְ־יְהוּדָ֖ה אֲנִ֣י נֹשֵׂ֑א אִם־אַבִּ֥יט אֵלֶ֖יךָ וְאִם־אֶרְאֶֽךָּ׃
15 וְעַתָּ֖ה קְחוּ־לִ֣י מְנַגֵּ֑ן וְהָיָה֙ כְּנַגֵּ֣ן הַֽמְנַגֵּ֔ן וַתְּהִ֥י עָלָ֖יו יַד־יְהוָֽה׃
16 וַיֹּ֕אמֶר כֹּ֖ה אָמַ֣ר יְהוָ֑ה עָשֹׂ֛ה הַנַּ֥חַל הַזֶּ֖ה גֵּבִ֥ים׀ גֵּבִֽים׃
17 כִּֽי־כֹה֙ אָמַ֣ר יְהוָ֔ה לֹֽא־תִרְא֥וּ ר֖וּחַ וְלֹֽא־תִרְא֣וּ גֶ֑שֶׁם וְהַנַּ֥חַל הַה֖וּא יִמָּ֥לֵא מָֽיִם וּשְׁתִיתֶ֛ם אַתֶּ֥ם וּמִקְנֵיכֶ֖ם וּבְהֶמְתְּכֶֽם׃
18 וְנָקַ֥ל זֹ֖את בְּעֵינֵ֣י יְהוָ֑ה וְנָתַ֥ן אֶת־מוֹאָ֖ב בְּיֶדְכֶֽם׃
19 וְהִכִּיתֶ֞ם כָּל־עִ֤יר מִבְצָר֙ וְכָל־עִ֣יר מִבְח֔וֹר וְכָל־עֵ֥ץ טוֹב֙ תַּפִּ֔ילוּ וְכָל־מַעְיְנֵי־מַ֖יִם תִּסְתֹּ֑מוּ וְכֹל֙ הַחֶלְקָ֣ה הַטּוֹבָ֔ה תַּכְאִ֖יבוּ בָּאֲבָנִֽים׃
20 וַיְהִ֤י בַבֹּ֙קֶר֙ כַּעֲל֣וֹת הַמִּנְחָ֔ה וְהִנֵּה־מַ֥יִם בָּאִ֖ים מִדֶּ֣רֶךְ אֱד֑וֹם וַתִּמָּ֥לֵא הָאָ֖רֶץ אֶת־הַמָּֽיִם׃
21 וְכָל־מוֹאָב֙ שָֽׁמְע֔וּ כִּֽי־עָל֥וּ הַמְּלָכִ֖ים לְהִלָּ֣חֶם בָּ֑ם וַיִּצָּעֲק֗וּ מִכֹּ֨ל חֹגֵ֤ר חֲגֹרָה֙ וָמַ֔עְלָה וַיַּעַמְד֖וּ עַֽל־הַגְּבֽוּל׃
22 וַיַּשְׁכִּ֣ימוּ בַבֹּ֔קֶר וְהַשֶּׁ֖מֶשׁ זָרְחָ֣ה עַל־הַמָּ֑יִם וַיִּרְא֨וּ מוֹאָ֥ב מִנֶּ֛גֶד אֶת־הַמַּ֖יִם אֲדֻמִּ֥ים כַּדָּֽם׃
23 וַיֹּֽאמְרוּ֙ דָּ֣ם זֶ֔ה הָחֳרֵ֤ב נֶֽחֶרְבוּ֙ הַמְּלָכִ֔ים וַיַּכּ֖וּ אִ֣ישׁ אֶת־רֵעֵ֑הוּ וְעַתָּ֥ה לַשָּׁלָ֖ל מוֹאָֽב׃
24 וַיָּבֹ֙אוּ֙ אֶל־מַחֲנֵ֣ה יִשְׂרָאֵ֔ל וַיָּקֻ֥מוּ יִשְׂרָאֵ֖ל וַיַּכּ֣וּ אֶת־מוֹאָ֑ב וַיָּנֻ֙סוּ מִפְּנֵיהֶ֔ם וַיַּכּוּ־בָ֔הּ וְהַכּ֖וֹת אֶת־מוֹאָֽב׃
25 וְהֶעָרִ֣ים יַהֲרֹ֗סוּ וְכָל־חֶלְקָ֣ה טוֹבָה֩ יַשְׁלִ֙יכוּ֩ אִ֨ישׁ אַבְנ֜וֹ וּמִלְא֗וּהָ וְכָל־מַעְיַן־מַ֤יִם יִסְתֹּ֙מוּ֙ וְכָל־עֵ֣ץ ט֔וֹב יַפִּ֖ילוּ עַד־הִשְׁאִ֣יר אֲבָנֶ֑יהָ בַּקִּ֕יר וַיָּסֹ֙בּוּ֙ הַקַּ֣לָּעִ֔ים וַיַּכּ֖וּהָ׃
26 וַיַּרְא֙ מֶ֣לֶךְ מוֹאָ֔ב כִּֽי־חָזַ֥ק מִמֶּ֖נּוּ הַמִּלְחָמָ֑ה וַיִּקַּ֣ח אִתּ֗וֹ שְׁבַע־מֵא֨וֹת אִ֜ישׁ שֹׁ֣לֵֽף חֶ֗רֶב לְהַבְקִ֙יעַ֙ אֶל־מֶ֣לֶךְ אֱד֔וֹם וְלֹ֖א יָכֹֽלוּ׃
27 וַיִּקַּח֩ אֶת־בְּנ֨וֹ הַבְּכ֜וֹר אֲשֶׁר־יִמְלֹ֣ךְ תַּחְתָּ֗יו וַיַּעֲלֵ֤הוּ עֹלָה֙ עַל־הַ֣חֹמָ֔ה וַיְהִ֥י קֶצֶף־גָּד֖וֹל עַל־יִשְׂרָאֵ֑ל וַיִּסְעוּ֙ מֵֽעָלָ֔יו וַיָּשֻׁ֖בוּ לָאָֽרֶץ׃
Capítulo 4
Los milagros de Eliseo
LBLA
1 Una mujer de las mujeres de los hijos de los profetas clamó a Eliseo, diciendo: Tu siervo mi marido ha muerto, y tú sabes que tu siervo temía al SEÑOR; y el acreedor ha venido para llevarse a mis dos hijos como esclavos.
2 Y Eliseo le dijo: ¿Qué puedo hacer por ti? Dime, ¿qué tienes en casa? Y ella respondió: Tu sierva no tiene nada en casa, excepto una vasija de aceite.
3 Entonces él dijo: Ve, pide para ti vasijas prestadas de todos tus vecinos, vasijas vacías, no pocas.
4 Entra luego y cierra la puerta detrás de ti y de tus hijos, y echa aceite en todas esas vasijas, y pon aparte las que estén llenas.
5 Y se fue de su presencia, y cerró la puerta detrás de sí y de sus hijos. Ellos le traían las vasijas, y ella echaba el aceite.
6 Y sucedió que cuando las vasijas estuvieron llenas, dijo a su hijo: Tráeme otra vasija. Pero él le dijo: No hay más vasijas. Entonces el aceite se detuvo.
7 Y fue y se lo contó al hombre de Dios, y él dijo: Ve y vende el aceite, y paga tu deuda, y tú y tus hijos vivid de lo que quede.
8 Y aconteció un día que Eliseo pasaba por Sunem, donde había una mujer importante que le insistió que comiera allí. Y siempre que pasaba por allí, entraba a comer.
9 Y ella dijo a su marido: He aquí, ahora sé que éste es un santo hombre de Dios que siempre pasa por nuestra casa.
10 Te ruego que hagamos un pequeño aposento de paredes y pongamos allí para él una cama, una mesa, una silla y un candelero; y será que cuando venga a nosotros, se quedará allí.
11 Y aconteció un día que vino él allí, y se retiró al aposento y se acostó allí.
12 Y dijo a Giezi su criado: Llama a esta sunamita. Y cuando la llamó, ella se puso delante de él.
13 Y él le dijo: Dile ahora: He aquí, has mostrado todo este cuidado por nosotros; ¿qué puedo hacer por ti? ¿Quieres que hable por ti al rey o al capitán del ejército? Y ella respondió: Yo habito en medio de mi pueblo.
14 Y él dijo: ¿Qué, pues, puede hacerse por ella? Y Giezi respondió: En verdad, no tiene hijo, y su marido es viejo.
15 Entonces él dijo: Llámala. Y cuando la llamó, ella se paró a la puerta.
16 Y él dijo: El año que viene, por este tiempo, abrazarás un hijo. Y ella dijo: No, señor mío, hombre de Dios, no engañes a tu sierva.
17 Y la mujer concibió y dio a luz un hijo al año siguiente, en el tiempo que Eliseo le había dicho.
18 Y el niño creció; y aconteció un día que salió adonde estaba su padre con los segadores.
19 Y dijo a su padre: ¡Mi cabeza, mi cabeza! Y el padre dijo a un criado: Llévalo a su madre.
20 Y cuando lo tomó y lo llevó a su madre, estuvo sentado sobre sus rodillas hasta el mediodía, y entonces murió.
21 Y ella subió y lo acostó sobre la cama del hombre de Dios, y cerró la puerta y salió.
22 Llamó luego a su marido y dijo: Te ruego que me envíes uno de los criados y una de las asnas, para que yo vaya corriendo al hombre de Dios y vuelva.
23 Y él dijo: ¿Por qué vas a él hoy? No es luna nueva ni día de reposo. Y ella dijo: Está bien.
24 Entonces hizo aparejar la asna y dijo al criado: Guía y anda; no me detengas para montar sino cuando yo te lo diga.
25 Y partió y fue al hombre de Dios, al monte Carmelo. Y sucedió que cuando el hombre de Dios la vio de lejos, dijo a Giezi su criado: He allí a la sunamita.
26 Te ruego que corras ahora a su encuentro y le digas: ¿Te va bien? ¿Va bien tu marido? ¿Va bien el niño? Y ella respondió: Bien.
27 Y cuando llegó al hombre de Dios en el monte, se asió de sus pies. Y Giezi se acercó para apartarla, pero el hombre de Dios dijo: Déjala, porque su alma está amargada, y el SEÑOR me lo ha encubierto y no me lo ha revelado.
28 Y ella dijo: ¿Acaso pedí yo un hijo a mi señor? ¿No dije yo: No me engañes?
29 Entonces él dijo a Giezi: Ciñe tus lomos, toma mi bastón en tu mano y ve; si encuentras a alguien, no lo saludes, y si alguien te saluda, no le respondas; y pondrás mi bastón sobre el rostro del niño.
30 Y la madre del niño dijo: Vive el SEÑOR y vive tu alma, que no te dejaré. Y él se levantó y la siguió.
31 Y Giezi había ido delante de ellos y había puesto el bastón sobre el rostro del niño, pero no hubo voz ni respuesta. Y volvió al encuentro de Eliseo y le dio las nuevas, diciendo: El niño no ha despertado.
32 Cuando Eliseo llegó a la casa, he aquí que el niño estaba muerto, tendido sobre su cama.
33 Entró, pues, y cerró la puerta tras ambos, y oró al SEÑOR.
34 Y subió y se tendió sobre el niño, y puso su boca sobre su boca, sus ojos sobre sus ojos y sus manos sobre sus manos, y se tendió sobre él; y el cuerpo del niño se calentó.
35 Luego se levantó y anduvo por la casa de un lado a otro, y volvió a subir y se tendió sobre él; y el niño estornudó siete veces, y abrió sus ojos.
36 Entonces llamó a Giezi y dijo: Llama a esta sunamita. Y él la llamó. Y cuando ella entró a él, él dijo: Toma a tu hijo.
37 Y ella entró y cayó a sus pies, y se postró en tierra; y tomó a su hijo y salió.
38 Cuando Eliseo volvió a Gilgal, había hambre en el país. Y estando los hijos de los profetas sentados delante de él, dijo a su criado: Pon la olla grande y cuece potaje para los hijos de los profetas.
39 Y salió uno al campo a recoger hierbas, y halló una enredadera silvestre y recogió de ella calabazas silvestres, su ropa llena, y volvió y las cortó en la olla del potaje, pues no sabía lo que era.
40 Y sirvieron de comer a los hombres. Y sucedió que mientras comían del potaje, gritaron y dijeron: ¡Hombre de Dios, hay muerte en la olla! Y no pudieron comer.
41 Pero él dijo: Traed harina. Y la echó en la olla, y dijo: Sacad y dad de comer a la gente. Y no hubo más daño en la olla.
42 Vino entonces un hombre de Baal-salisá, y trajo al hombre de Dios pan de las primicias, veinte panes de cebada y grano tierno en su espiga. Y él dijo: Da a la gente para que coman.
43 Y su criado respondió: ¿Cómo he de poner esto delante de cien hombres? Pero él dijo: Da a la gente para que coman, porque así dice el SEÑOR: Comerán y sobrará.
44 Entonces lo puso delante de ellos, y comieron y sobró, conforme a la palabra del SEÑOR.
WLC
1 וְאִשָּׁ֣ה אַחַ֣ת מִנְּשֵׁ֣י בְנֵֽי־הַ֠נְּבִיאִים צָעֲקָ֨ה אֶל־אֱלִישָׁ֜ע לֵאמֹ֗ר עַבְדְּךָ֤ אִישִׁי֙ מֵ֔ת וְאַתָּ֣ה יָדַ֔עְתָּ כִּ֣י עַבְדְּךָ֔ הָיָ֥ה יָרֵ֖א אֶת־יְהוָ֑ה וְהַ֨נֹּשֶׁ֔ה בָּ֗א לָקַ֜חַת אֶת־שְׁנֵ֧י יְלָדַ֛י ל֖וֹ לַעֲבָדִֽים׃
2 וַיֹּ֨אמֶר אֵלֶ֤יהָ אֱלִישָׁע֙ מָ֣ה אֶֽעֱשֶׂה־לָּ֔ךְ הַגִּ֣ידִי לִ֔י מַה־יֶּשׁ־[לָ֖ךְ] (לְכִי) בַּבָּ֑יִת וַתֹּ֗אמֶר אֵ֣ין לְשִׁפְחָתְךָ֥ כֹל֙ בַּבַּ֔יִת כִּ֖י אִם־אָס֥וּךְ שָֽׁמֶן׃
3 וַיֹּ֗אמֶר לְכִ֨י שַׁאֲלִי־לָ֤ךְ כֵּלִים֙ מִן־הַח֔וּץ מֵאֵ֖ת כָּל־[שְׁכֵנָ֑יִךְ] (שְׁכֵנָ֑יִךְ) כֵּלִ֥ים רֵקִ֖ים אַל־תַּמְעִֽיטִי׃
4 וּבָ֗את וְסָגַ֤רְתְּ הַדֶּ֙לֶת֙ בַּעֲדֵ֣ךְ וּבְעַד־בָּנַ֔יִךְ וְיָצַ֕קְתְּ עַ֥ל כָּל־הַכֵּלִ֖ים הָאֵ֑לֶּה וְהַמָּלֵ֖א תַּסִּֽיעִי׃
5 וַתֵּ֙לֶךְ֙ מֵֽאִתּ֔וֹ וַתִּסְגֹּ֣ר הַדֶּ֔לֶת בַּעֲדָ֖הּ וּבְעַ֣ד בָּנֶ֑יהָ הֵ֛ם מַגִּישִׁ֥ים אֵלֶ֖יהָ וְהִ֥יא מיצקת׃
6 וַיְהִ֣י׀ כִּמְלֹ֣את הַכֵּלִ֗ים וַתֹּ֤אמֶר אֶל־בְּנָהּ֙ הַגִּ֨ישָׁה אֵלַ֥י עוֹד֙ כֶּ֔לִי וַיֹּ֣אמֶר אֵלֶ֔יהָ אֵ֥ין ע֖וֹד כֶּ֑לִי וַֽיַּעֲמֹ֖ד הַשָּֽׁמֶן׃
7 וַתָּבֹ֗א וַתַּגֵּד֙ לְאִ֣ישׁ הָאֱלֹהִ֔ים וַיֹּ֗אמֶר לְכִי֙ מִכְרִ֣י אֶת־הַשֶּׁ֔מֶן וְשַׁלְּמִ֖י אֶת־[נִשְׁיֵ֑ךְ] (נִשְׁיֵ֑ךְ) וְאַ֣תְּ׀ וּבָנַ֣יִךְ׀ תִּֽחְיִ֖י בַּנּוֹתָֽר׃
8 וַיְהִ֨י הַיּ֜וֹם וַיַּעֲבֹ֧ר אֱלִישָׁ֣ע׀ אֶל־שׁוּנֵ֗ם וְשָׁם֙ אִשָּׁ֣ה גְדוֹלָ֔ה וַתַּחֲזֶק־בּ֖וֹ לֶאֱכָל־לָ֑חֶם וַֽיְהִי֙ מִדֵּ֣י עָבְר֔וֹ יָסֻ֥ר שָׁ֖מָּה לֶאֱכָל־לָֽחֶם׃
9 וַתֹּ֙אמֶר֙ אֶל־אִישָׁ֔הּ הִנֵּה־נָ֣א יָדַ֔עְתִּי כִּ֛י אִ֥ישׁ אֱלֹהִ֖ים קָד֣וֹשׁ ה֑וּא עֹבֵ֥ר עָלֵ֖ינוּ תָּמִֽיד׃
10 נַעֲשֶׂה־נָּ֤א עֲלִיַּת־קִיר֙ קְטַנָּ֔ה וְנָשִׂ֨ים ל֥וֹ שָׁ֛ם מִטָּ֥ה וְשֻׁלְחָ֖ן וְכִסֵּ֣א וּמְנוֹרָ֑ה וְהָיָ֛ה בְּבֹא֥וֹ אֵלֵ֖ינוּ יָס֥וּר שָֽׁמָּה׃
11 וַיְהִ֥י הַיּ֖וֹם וַיָּ֣בֹא שָׁ֑מָּה וַיָּ֥סַר אֶל־הָעֲלִיָּ֖ה וַיִּשְׁכַּב־שָֽׁמָּה׃
12 וַיֹּ֙אמֶר֙ אֶל־גֵּחֲזִ֣י נַעֲר֔וֹ קְרָ֖א לַשּׁוּנַמִּ֣ית הַזֹּ֑את וַיִּקְרָא־לָ֔הּ וַֽתַּעֲמֹ֖ד לְפָנָֽיו׃
13 וַיֹּ֣אמֶר ל֗וֹ אֱמָר־נָ֣א אֵלֶיהָ֮ הִנֵּ֣ה חָרַ֣דְתְּ׀ אֵלֵינוּ֮ אֶת־כָּל־הַחֲרָדָ֣ה הַזֹּאת֒ מֶ֚ה לַעֲשׂ֣וֹת לָ֔ךְ הֲיֵ֤שׁ לְדַבֶּר־לָךְ֙ אֶל־הַמֶּ֔לֶךְ א֖וֹ אֶל־שַׂ֣ר הַצָּבָ֑א וַתֹּ֕אמֶר בְּת֥וֹךְ עַמִּ֖י אָנֹכִ֥י יֹשָֽׁבֶת׃
14 וַיֹּ֕אמֶר וּמֶ֖ה לַעֲשׂ֣וֹת לָ֑הּ וַיֹּ֣אמֶר גֵּיחֲזִ֗י אֲבָ֛ל בֵּ֥ן אֵֽין־לָ֖הּ וְאִישָׁ֥הּ זָקֵֽן׃
15 וַיֹּ֖אמֶר קְרָא־לָ֑הּ וַיִּקְרָא־לָ֔הּ וַֽתַּעֲמֹ֖ד בַּפָּֽתַח׃
16 וַיֹּ֗אמֶר לַמּוֹעֵ֤ed הַזֶּה֙ כָּעֵ֣ת חַיָּ֔ה אַתְּ׀ חֹבֶ֖קֶת בֵּ֑ן וַתֹּ֗אמֶר אַל־אֲדֹנִי֙ אִ֣ישׁ הָאֱלֹהִ֔ים אַל־תְּכַזֵּ֖ב בְּשִׁפְחָתֶֽךָ׃
17 וַתַּ֥הַר הָאִשָּׁ֖ה וַתֵּ֣לֶד בֵּ֑ן לַמּוֹעֵ֤ed הַזֶּה֙ כָּעֵ֣ת חַיָּ֔ה אֲשֶׁר־דִּבֶּ֥ר אֵלֶ֖יהָ אֱלִישָֽׁע׃
18 וַיִּגְדַּ֖ל הַיָּ֑לֶד וַיְהִ֣י הַיּ֔וֹם וַיֵּצֵ֥א אֶל־אָבִ֖יו אֶל־הַקֹּצְרִֽים׃
19 וַיֹּ֥אמֶר אֶל־אָבִ֖יו רֹאשִׁ֣י׀ רֹאשִׁ֑י וַיֹּ֙אמֶר֙ אֶל־הַנַּ֔עַר שָׂאֵ֖הוּ אֶל־אִמּֽוֹ׃
20 וַיִּשָּׂאֵ֖הוּ וַיְבִיאֵ֣הוּ אֶל־אִמּ֑וֹ וַיֵּ֧שֶׁב עַל־בִּרְכֶּ֛יהָ עַד־הַֽצָּהֳרַ֖יִם וַיָּמֹֽת׃
21 וַתַּ֙עַל֙ וַתַּשְׁכִּבֵ֔הוּ עַל־מִטַּ֖ת אִ֣ישׁ הָאֱלֹהִ֑ים וַתִּסְגֹּ֥ר בַּעֲד֖וֹ וַתֵּצֵֽא׃
22 וַתִּקְרָא֮ אֶל־אִישָׁהּ֒ וַתֹּ֗אמֶר שִׁלְחָ֨ה נָ֥א לִי֙ אֶחָ֣ד מִן־הַנְּעָרִ֔ים וְאַחַ֖ת הָאֲתֹנ֑וֹת וְאָר֛וּצָה עַד־אִ֥ישׁ הָאֱלֹהִ֖ים וְאָשֽׁוּבָה׃
23 וַיֹּ֗אמֶר מַ֠דּוּעַ אתי [אַ֣תְּ] הֹלֶ֤כֶת אֵלָיו֙ הַיּ֔וֹם לֹא־חֹ֖דֶשׁ וְלֹ֣א שַׁבָּ֑ת וַתֹּ֖אמֶר שָׁלֽוֹם׃
24 וַֽתַּחֲבֹשׁ֙ הָֽאָת֔וֹן וַתֹּ֥אמֶר אֶֽל־נַעֲרָ֖הּ נְהַ֣ג וָלֵ֑ךְ אַל־תַּעֲצׇר־לִ֣י לִרְכֹּ֔ב כִּ֖י אִם־אָמַ֥רְתִּי לָֽךְ׃
25 וַתֵּ֗לֶךְ וַתָּבֹ֛א אֶל־אִ֥ישׁ הָאֱלֹהִ֖ים אֶל־הַ֣ר הַכַּרְמֶ֑ל וַ֠יְהִי כִּרְא֨וֹת אִישׁ־הָאֱלֹהִ֤ים אֹתָהּ֙ מִנֶּ֔גֶד וַיֹּ֙אמֶר֙ אֶל־גֵּיחֲזִ֣י נַעֲר֔וֹ הִנֵּ֖ה הַשּׁוּנַמִּ֥ית הַלָּֽז׃
26 עַתָּה֮ רֽוּץ־נָ֣א לִקְרָאתָהּ֒ וֶאֱמׇר־לָ֗הּ הֲשָׁל֥וֹם לָ֛ךְ הֲשָׁל֥וֹם לְאִישֵׁ֖ךְ הֲשָׁל֣וֹם לַיָּ֑לֶד וַתֹּ֖אמֶר שָׁלֽוֹם׃
27 וַתָּבֹ֞א אֶל־אִ֤ישׁ הָאֱלֹהִים֙ אֶל־הָהָ֔ר וַֽתַּחֲזֵ֖ק בְּרַגְלָ֑יו וַיִּגַּ֨שׁ גֵּיחֲזִ֜י לְהָדְפָ֗הּ וַיֹּ֤אמֶר אִישׁ־הָֽאֱלֹהִים֙ הַרְפֵּֽה־לָ֔הּ כִּֽי־נַפְשָׁ֥הּ מָֽרָה־לָ֖הּ וַֽיהוָה֙ הֶעְלִ֣ים מִמֶּ֔נִּי וְלֹ֥א הִגִּ֖יד לִֽי׃
28 וַתֹּ֗אמֶר הֲשָׁאַ֤לְתִּי בֵן֙ מֵאֵ֣ת אֲדֹנִ֔י הֲלֹ֥א אָמַ֖רְתִּי לֹ֣א תַשְׁלֶ֖ה אֹתִֽי׃
29 וַיֹּ֨אמֶר לְגֵיחֲזִ֜י חֲגֹ֣ר מׇתְנֶ֗יךָ וְקַ֨ח מִשְׁעַנְתִּ֣י בְיָדְךָ֮ וָלֵךְ֒ כִּֽי־תִמְצָ֥א אִישׁ֙ לֹ֣א תְבָרְﬞכֶ֔נּוּ וְכִֽי־יְבָרְﬞכְךָ֥ אִ֖ישׁ לֹ֣א תַעֲנֶ֑נּוּ וְשַׂמְתָּ֥ מִשְׁעַנְתִּ֖י עַל־פְּנֵ֥י הַנָּֽעַר׃
30 וַתֹּ֙אמֶר֙ אֵ֣ם הַנַּ֔עַר חַי־יְהוָ֥ה וְחֵֽי־נַפְשְׁךָ֖ אִם־אֶעֶזְבֶ֑ךָּ וַיָּ֖קׇם וַיֵּ֥לֶךְ אַחֲרֶֽיהָ׃
31 וְגֵחֲזִ֞י עָבַ֣ר לִפְנֵיהֶ֗ם וַיָּ֤שֶׂם אֶת־הַמִּשְׁעֶ֙נֶת֙ עַל־פְּנֵ֣י הַנַּ֔עַר וְאֵ֥ין ק֖וֹל וְאֵ֣ין קָ֑שֶׁב וַיָּ֤שׇׁב לִקְרָאתוֹ֙ וַיַּגֶּד־ל֣וֹ לֵאמֹ֔ר לֹ֥א הֵקִ֖יץ הַנָּֽעַר׃
32 וַיָּבֹ֥א אֱלִישָׁ֖ע הַבָּ֑יְתָה וְהִנֵּ֤ה הַנַּ֙עַר֙ מֵ֔ת מֻשְׁכָּ֖ב עַל־מִטָּתֽוֹ׃
33 וַיָּבֹ֕א וַיִּסְגֹּ֥ר הַדֶּ֖לֶת בְּעַ֣ד שְׁנֵיהֶ֑ם וַיִּתְפַּלֵּ֖ל אֶל־יְהוָֽה׃
34 וַיַּ֜עַל וַיִּשְׁכַּ֣ב עַל־הַיֶּ֗לֶד וַיָּשֶׂם֩ פִּ֨יו עַל־פִּ֜יו וְעֵינָ֤יו עַל־עֵינָיו֙ וְכַפָּ֣יו עַל־[כַּפּ֔וֹ] (כַּפָּ֔יו) וַיִּגְהַ֖ר עָלָ֑יו וַיָּ֖חׇם בְּשַׂ֥ר הַיָּֽלֶד׃
35 וַיָּ֜שׇׁב וַיֵּ֣לֶךְ בַּבַּ֗יִת אַחַ֥ת הֵ֙נָּה֙ וְאַחַ֣ת הֵ֔נָּה וַיַּ֖עַל וַיִּגְהַ֣ר עָלָ֑יו וַיְזוֹרֵ֤ר הַנַּ֙עַר֙ עַד־שֶׁ֣בַע פְּעָמִ֔ים וַיִּפְקַ֥ח הַנַּ֖עַר אֶת־עֵינָֽיו׃
36 וַיִּקְרָ֣א אֶל־גֵּיחֲזִ֗י וַיֹּ֙אמֶר֙ קְרָא֙ אֶל־הַשּׁ֣וּנַמִּ֔ית הַזֹּ֖את וַיִּקְרָאֶ֑הָ וַתָּבֹ֣א אֵלָ֔יו וַיֹּ֖אמֶר שְׂאִ֥י בְנֵֽךְ׃
37 וַתָּבֹא֙ וַתִּפֹּ֣ל עַל־רַגְלָ֔יו וַתִּשְׁתַּ֖חוּ אָ֑רְצָה וַתִּשָּׂ֥א אֶת־בְּנָ֖הּ וַתֵּצֵֽא׃
38 וֶאֱלִישָׁ֞ע שָׁ֤ב הַגִּלְגָּ֙לָה֙ וְהָרָעָ֣ב בָּאָ֔רֶץ וּבְנֵ֤י הַנְּבִיאִים֙ יֹשְׁבִ֣ים לְפָנָ֔יו וַיֹּ֣אמֶר לְנַעֲר֔וֹ שְׁפֹ֥ת הַסִּֽירָה֙ הַגְּדוֹלָ֔ה וּבַשֵּׁ֥ל נָזִ֖יד לִבְנֵ֥י הַנְּבִיאִֽים׃
39 וַיֵּצֵ֨א אֶחָ֣ד אֶל־הַשָּׂדֶה֮ לְלַקֵּ֣ט אֹרֹת֒ וַיִּמְצָא֙ גֶּ֣פֶן שָׂדֶ֔ה וַיְלַקֵּ֥ט מִמֶּ֛נּוּ פַּקֻּעֹ֥ת שָׂדֶ֖ה מְלֹ֣א בִגְד֑וֹ וַיָּבֹ֗א וַיְפַלַּ֛ח אֶל־סִ֥יר הַנָּזִ֖יד כִּֽי־לֹ֥א יָדָֽעוּ׃
40 וַיִּֽצְק֥וּ לַאֲנָשִׁ֖ים לֶאֱכ֑וֹל וַ֠יְהִ֠י כְּאׇכְלָ֨ם מֵהַנָּזִ֜יד וְהֵ֣ם׀ צָעָ֗קוּ וַיֹּֽאמְרוּ֙ מָ֤וֶת בַּסִּיר֙ אִ֣ישׁ הָאֱלֹהִ֔ים וְלֹ֥א יָכְל֖וּ לֶאֱכֹֽל׃
41 וַיֹּ֙אמֶר֙ וּקְחוּ־קֶ֔מַח וַיַּשְׁלֵ֖ךְ אֶל־הַסִּ֑יר וַיֹּ֗אמֶר צַ֤ק לָעָם֙ וְיֹאכֵ֔לוּ וְלֹ֥א הָיָ֛ה דָּבָ֥ר רָ֖ע בַּסִּֽיר׃
42 וְאִ֨ישׁ בָּ֜א מִבַּ֣עַל שָׁלִ֗שָׁה וַיָּבֵא֩ לְאִ֨ישׁ הָאֱלֹהִ֜ים לֶ֤חֶם בִּכּוּרִים֙ עֶשְׂרִֽים־לֶ֣חֶם שְׂעֹרִ֔ים וְכַרְמֶ֖ל בְּצִקְלֹנ֑וֹ וַיֹּ֕אמֶר תֵּ֥ן לָעָ֖ם וְיֹאכֵֽלוּ׃
43 וַיֹּ֨אמֶר מְשָׁרְת֜וֹ מָ֣ה אֶתֵּ֣ן זֶ֗ה לִפְנֵי֙ מֵאָ֣ה אִ֔ישׁ וַיֹּ֗אמֶר תֵּ֤ן לָעָם֙ וְיֹאכֵ֔לוּ כִּ֣י כֹ֥ה אָמַ֛ר יְהוָ֖ה אָכֹ֣ל וְהוֹתֵֽר׃
44 וַיִּתֵּ֧ן לִפְנֵיהֶ֛ם וַיֹּאכְל֥וּ וַיּוֹתִ֖רוּ כִּדְבַ֥ר יְהוָֽה׃
Capítulo 5
Naamán es sanado de su lepra
LBLA
1 Naamán, comandante del ejército del rey de Aram, era un gran hombre delante de su señor y muy estimado, porque por medio de él el SEÑOR había dado victoria a Aram. Este hombre era un guerrero valiente, pero padecía de lepra.
2 Y los arameos habían salido en bandas y habían llevado cautiva de la tierra de Israel a una muchacha, que servía a la mujer de Naamán.
3 Y ella dijo a su señora: ¡Ojalá mi señor estuviera delante del profeta que está en Samaria! Él lo sanaría de su lepra.
4 Entró Naamán y se lo contó a su señor, diciendo: Así y así ha hablado la muchacha que es de la tierra de Israel.
5 Y el rey de Aram dijo: Ve ahora, y yo enviaré una carta al rey de Israel. Él fue, pues, llevando consigo diez talentos de plata, seis mil siclos de oro y diez mudas de ropa.
6 Y llevó la carta al rey de Israel, que decía: Cuando llegue a ti esta carta, he aquí, he enviado a ti a Naamán mi siervo, para que lo sanes de su lepra.
7 Y sucedió que cuando el rey de Israel leyó la carta, rasgó sus vestidos y dijo: ¿Acaso soy yo Dios, que mata y da vida, para que éste envíe a mí a un hombre a que lo sane de su lepra? Considerad ahora, y ved cómo busca ocasión contra mí.
8 Pero cuando Eliseo, el hombre de Dios, oyó que el rey de Israel había rasgado sus vestidos, envió a decir al rey: ¿Por qué has rasgado tus vestidos? Que venga ahora a mí, y sabrá que hay un profeta en Israel.
9 Y Naamán vino con sus caballos y con su carro, y se detuvo a la puerta de la casa de Eliseo.
10 Entonces Eliseo envió un mensajero para decirle: Ve y lávate siete veces en el Jordán, y tu carne se te restaurará y serás limpio.
11 Pero Naamán se enojó y se fue, diciendo: He aquí, yo pensaba que él saldría personalmente, se pondría de pie e invocaría el nombre del SEÑOR su Dios, movería su mano sobre el lugar y sanaría la lepra.
12 ¿No son mejores Abana y Farfar, ríos de Damasco, que todas las aguas de Israel? ¿No podría yo lavarme en ellos y ser limpio? Y se volvió y se fue furioso.
13 Pero sus siervos se acercaron y le hablaron, diciendo: Padre mío, si el profeta te hubiera mandado alguna gran cosa, ¿no la habrías hecho? ¡Cuánto más si sólo te dice: "Lávate y serás limpio!"
14 Entonces descendió y se sumergió siete veces en el Jordán, conforme a la palabra del hombre de Dios; y su carne se volvió como la carne de un niño pequeño, y quedó limpio.
15 Y volvió al hombre de Dios con todo su séquito, y entrando, se puso delante de él y dijo: He aquí ahora, sé que no hay Dios en toda la tierra, sino en Israel. Te ruego, pues, que aceptes un presente de tu siervo.
16 Pero él dijo: Vive el SEÑOR, ante quien estoy, que no aceptaré nada. Y aunque él le insistía, lo rehusó.
17 Entonces Naamán dijo: Si no, te ruego que se le permita a tu siervo tomar tierra de este lugar, la carga de un par de mulas; porque tu siervo no ofrecerá más holocausto ni sacrificio a otros dioses, sino al SEÑOR.
18 En esto perdone el SEÑOR a tu siervo: cuando mi señor entre en la casa de Rimón para adorar allí, y se apoye en mi brazo, y yo me incline en la casa de Rimón, cuando me incline en la casa de Rimón, que el SEÑOR perdone a tu siervo por esto.
19 Y él le dijo: Vete en paz. Y se apartó de él una pequeña distancia.
20 Pero Giezi, criado de Eliseo, el hombre de Dios, pensó: He aquí, mi señor ha rehusado tomar de la mano de Naamán el arameo lo que éste había traído. Vive el SEÑOR, que correré tras él y tomaré algo de él.
21 Y Giezi siguió a Naamán. Cuando Naamán vio que alguien corría tras él, se bajó del carro para encontrarse con él y dijo: ¿Va todo bien?
22 Y él respondió: Todo está bien. Mi señor me ha enviado para decir: "He aquí, ahora mismo han venido a mí dos jóvenes de los hijos de los profetas de la región montañosa de Efraín. Te ruego que les des un talento de plata y dos mudas de ropa."
23 Y Naamán dijo: Te ruego que tomes dos talentos. Y él insistió, y ató dos talentos de plata en dos bolsas, con dos mudas de ropa, y los puso sobre dos de sus criados que los llevaron delante de Giezi.
24 Cuando llegó a la colina, lo tomó de sus manos y lo depositó en la casa; luego despidió a los hombres, y ellos se fueron.
25 Pero él entró y se puso delante de su señor. Y Eliseo le dijo: ¿De dónde vienes, Giezi? Y él respondió: Tu siervo no ha ido a ninguna parte.
26 Entonces él le dijo: ¿No iba contigo mi corazón, cuando el hombre se bajó de su carro para encontrarse contigo? ¿Es tiempo de aceptar dinero y de aceptar ropas, olivares, viñas, ovejas, bueyes, siervos y siervas?
27 Por tanto, la lepra de Naamán se te pegará a ti y a tu descendencia para siempre. Y salió de su presencia leproso, blanco como la nieve.
WLC
1 וְ֠נַעֲמָן שַׂר־צְבָ֨א מֶֽלֶךְ־אֲרָ֜ם הָיָ֣ה אִישׁ֩ גָּד֨וֹל לִפְנֵ֤י אֲדֹנָיו֙ וּנְשֻׂ֣א פָנִ֔ים כִּֽי־ב֛וֹ נָתַן־יְהוָ֥ה תְּשׁוּעָ֖ה לַאֲרָ֑ם וְהָאִ֗ישׁ הָיָה֙ גִּבּ֣וֹר חַ֔יִל מְצֹרָֽע׃
2 וַאֲרָם֙ יָצְא֣וּ גְדוּדִ֔ים וַיִּשְׁבּ֛וּ מֵאֶ֥רֶץ יִשְׂרָאֵ֖ל נַעֲרָ֣ה קְטַנָּ֑ה וַתְּהִ֕י לִפְנֵ֖י אֵ֥שֶׁת נַעֲמָֽן׃
3 וַתֹּ֙אמֶר֙ אֶל־גְּבִרְתָּ֔הּ אַחֲלֵ֣י אֲדֹנִ֔י לִפְנֵ֥י הַנָּבִ֖יא אֲשֶׁ֣ר בְּשֹׁמְר֑וֹן אָ֛ז יֶאֱסֹ֥ף אֹת֖וֹ מִצָּרַעְתּֽוֹ׃
4 וַיָּבֹא֙ וַיַּגֵּ֣ד לַאדֹנָ֔יו לֵאמֹ֕ר כָּזֹ֥את וְכָזֹ֖את דִּבְּרָ֣ה הַֽנַּעֲרָ֑ה אֲשֶׁ֖ר מֵאֶ֥רֶץ יִשְׂרָאֵֽל׃
5 וַיֹּ֨אמֶר֙ מֶ֣לֶךְ אֲרָ֔ם לֶךְ־בֹּ֖א וְאֶשְׁלְחָ֣ה סֵ֑פֶר אֶל־מֶ֖לֶךְ יִשְׂרָאֵֽל וַיֵּ֗לֶךְ וַיִּקַּ֤ח בְּיָדוֹ֙ עֶ֣שֶׂר כִּכְּרֵי־כֶ֔סֶף וְשֵׁ֥שֶׁת אֲלָפִ֖ים זָהָ֑ב וְעֶ֖שֶׂר חֲלִיפ֥וֹת בְּגָדִֽים׃
6 וַיָּבֵ֣א הַסֵּ֔פֶר אֶל־מֶ֥לֶךְ יִשְׂרָאֵ֖ל לֵאמֹ֑ר וְעַתָּ֗ה כְּב֨וֹא הַסֵּ֤פֶר הַזֶּה֙ אֵלֶ֔יךָ הִנֵּ֨ה שָׁלַ֤חְתִּי אֵלֶ֙יךָ֙ אֶת־נַעֲמָ֣ן עַבְדִּ֔י וַאֲסַפְתּ֖וֹ מִצָּֽרַעְתּֽוֹ׃
7 וַיְהִ֡י כִּקְרֹא֩ מֶֽלֶךְ־יִשְׂרָאֵ֨ל אֶת־הַסֵּ֜פֶר וַיִּקְרַ֣ע בְּגָדָ֗יו וַיֹּ֙אמֶר֙ הַאֱלֹהִ֥ים אָ֙נִי֙ לְהָמִ֣ית וּֽלְהַחֲי֔וֹת כִּֽי־זֶה֙ שֹׁלֵ֣חַ אֵלַ֔י לֶאֱסֹ֥ף אִ֖ישׁ מִצָּֽרַעְתּ֑וֹ כִּ֤י אַךְ־דְּעוּ־נָא֙ וּרְא֔וּ כִּֽי־מִתְאַנֶּ֥ה ה֖וּא לִֽי׃
8 וַיְהִ֞י כִּשְׁמֹ֣עַ׀ אֱלִישָׁ֣ע אִישׁ־הָאֱלֹהִ֗ים כִּֽי־קָרַ֤ע מֶֽלֶךְ־יִשְׂרָאֵל֙ אֶת־בְּגָדָ֔יו וַיִּשְׁלַח֙ אֶל־הַמֶּ֣לֶךְ לֵאמֹ֔ר לָ֥מָּה קָרַ֖עְתָּ בְּגָדֶ֑יךָ יָבֹֽא־נָ֣א אֵלַ֔י וְיֵדַ֕ע כִּ֛י יֵ֥שׁ נָבִ֖יא בְּיִשְׂרָאֵֽל׃
9 וַיָּבֹ֥א נַעֲמָ֖ן בְּסוּסָ֣ו וּבְרִכְבּ֑וֹ וַיַּעֲמֹ֥ד פֶּֽתַח־הַבַּ֖יִת לֶאֱלִישָֽׁע׃
10 וַיִּשְׁלַ֥ח אֵלָ֛יו אֱלִישָׁ֖ע מַלְאָ֣ךְ לֵאמֹ֑ר הָל֗וֹךְ וְרָחַצְתָּ֤ שֶֽׁבַע־פְּעָמִים֙ בַּיַּרְדֵּ֔ן וְיָשֹׁ֧ב בְּשָׂרְךָ֛ לְךָ֖ וּטְהָֽר׃
11 וַיִּקְצֹ֥ף נַעֲמָ֖ן וַיֵּלַ֑ךְ וַיֹּ֩אמֶר֩ הִנֵּ֨ה אָמַ֜רְתִּי אֵלַ֣י׀ יֵצֵ֣א יָצ֗וֹא וְעָמַד֙ וְקָרָא֙ בְּשֵׁם־יְהוָ֣ה אֱלֹהָ֔יו וְהֵנִ֥יף יָד֛וֹ אֶל־הַמָּק֖וֹם וְאָסַ֥ף הַמְּצֹרָֽע׃
12 הֲלֹ֡א טוֹב֩ אבנה [אֲמָנָ֨ה] וּפַרְפַּ֜ר נַהֲר֥וֹת דַּמֶּ֛שֶׂק מִכֹּ֖ל מֵימֵ֣י יִשְׂרָאֵ֑ל הֲלֹֽא־אֶרְחַ֥ץ בָּהֶ֖ם וְטָהָֽרְתִּי וַיִּ֖פֶן וַיֵּ֥לֶךְ בְּחֵמָֽה׃
13 וַיִּגְּשׁ֤וּ עֲבָדָיו֙ וַיְדַבְּר֣וּ אֵלָ֔יו וַיֹּאמְר֖וּ אָבִ֑י דָּבָ֤ר גָּדוֹל֙ הַנָּבִ֣יא דִּבֶּ֣ר אֵלֶ֔יךָ הֲל֖וֹא תַעֲשֶׂ֑ה וְאַ֛ף כִּֽי־אָמַ֥ר אֵלֶ֖יךָ רְחַ֥ץ וּטְהָֽר׃
14 וַיֵּ֗רֶד וַיִּטְבֹּ֤ל בַּיַּרְדֵּן֙ שֶׁ֣בַע פְּעָמִ֔ים כִּדְבַ֖ר אִ֣ישׁ הָאֱלֹהִ֑ים וַיָּ֣שָׁב בְּשָׂר֗וֹ כִּבְשַׂ֛ר נַ֥עַר קָטֹ֖ן וַיִּטְהָֽר׃
15 וַיָּשָׁב֩ אֶל־אִ֨ישׁ הָאֱלֹהִ֜ים ה֣וּא וְכָל־מַחֲנֵ֗הוּ וַיָּבֹא֮ וַיַּעֲמֹ֣ד לְפָנָיו֒ וַיֹּ֗אמֶר הִנֵּה־נָ֤א יָדַ֙עְתִּי֙ כִּ֣י אֵ֤ין אֱלֹהִים֙ בְּכׇל־הָאָ֔רֶץ כִּ֖י אִם־בְּיִשְׂרָאֵ֑ל וְעַתָּ֛ה קַח־נָ֥א בְרָכָ֖ה מֵאֵ֥ת עַבְדֶּֽךָ׃
16 וַיֹּ֕אמֶר חַי־יְהוָ֛ה אֲשֶׁר־עָמַ֥דְתִּי לְפָנָ֖יו אִם־אֶקָּ֑ח וַיִּפְצַר־בּ֥וֹ לָקַ֖חַת וַיְמָאֵֽן׃
17 וַיֹּאמֶר֮ נַעֲמָן֒ וָלֹ֕א יֻתַּן־נָ֣א לְעַבְדְּךָ֔ מַשָּׂ֥א צֶמֶד־פְּרָדִ֖ים אֲדָמָ֑ה כִּ֡י לֽוֹא־יַעֲשֶׂה֩ ע֨וֹד עַבְדְּךָ֜ עֹלָ֤ה וָזֶ֙בַח֙ לֵאלֹהִ֣ים אֲחֵרִ֔ים כִּ֖י אִם־לַיהוָֽה׃
18 לַדָּבָ֣ר הַזֶּ֔ה יִסְלַ֥ח יְהוָ֖ה לְעַבְדֶּ֑ךָ בְּב֣וֹא אֲדֹנִ֣י בֵית־רִמּוֹן֩ לְהִשְׁתַּחֲוֺ֨ת שָׁ֜מָּה וְה֣וּא׀ נִשְׁעָ֣ן עַל־יָדִ֗י וְהִֽשְׁתַּחֲוֵ֙יתִי֙ בֵּ֣ית רִמֹּ֔ן בְּהִשְׁתַּחֲוָיָ֙תִי֙ בֵּ֣ית רִמֹּ֔ן יִסְלַח־נָ֥א יְהוָ֖ה לְעַבְדְּךָ֥ בַּדָּבָ֖ר הַזֶּֽה׃
19 וַיֹּ֥אמֶר ל֖וֹ לֵ֣ךְ לְשָׁל֑וֹם וַיֵּ֥לֶךְ מֵאִתּ֖וֹ כִּבְרַת־אָֽרֶץ׃
20 וַיֹּ֣אמֶר גֵּיחֲזִ֗י נַ֘עַר֮ אֱלִישָׁ֣ע אִישׁ־הָאֱלֹהִים֒ הִנֵּ֣ה׀ חָשַׂ֣ךְ אֲדֹנִ֗י אֶֽת־נַעֲמָן֙ הָֽאֲרַמִּ֣י הַזֶּ֔ה מִקַּ֥חַת מִיָּד֖וֹ אֵ֣ת אֲשֶׁר־הֵבִ֑יא חַי־יְהוָה֙ כִּֽי־אִם־רַ֣צְתִּי אַחֲרָ֔יו וְלָקַחְתִּ֥י מֵאִתּ֖וֹ מְאֽוּמָה׃
21 וַיִּרְדֹּ֥ף גֵּיחֲזִ֖י אַחֲרֵ֣י נַעֲמָ֑ן וַיִּרְאֶ֤ה נַעֲמָן֙ רָ֣ץ אַחֲרָ֔יו וַיִּפֹּ֞ל מֵעַ֧ל הַמֶּרְכָּבָ֛ה לִקְרָאת֖וֹ וַיֹּ֥אמֶר הֲשָׁלֽוֹם׃
22 וַיֹּ֣אמֶר׀ שָׁל֗וֹם אֲדֹנִי֮ שְׁלָחַ֣נִי לֵאמֹר֒ הִנֵּ֣ה עַתָּ֡ה זֶ֠ה בָּ֣אוּ אֵלַ֧י שְׁנֵֽי־נְעָרִ֛ים מֵהַ֥ר אֶפְרַ֖יִם מִבְּנֵ֣י הַנְּבִיאִ֑ים תְּנָה־נָּ֤א לָהֶם֙ כִּכַּר־כֶּ֔סֶף וּשְׁתֵּ֖י חֲלִפ֥וֹת בְּגָדִֽים׃
23 וַיֹּ֣אמֶר נַעֲמָ֔ן הוֹאֵ֖ל קַ֣ח כִּכָּרָ֑יִם וַיִּפְרׇץ־בּ֗וֹ וַיָּצַר֩ כִּכְּרַ֨יִם כֶּ֜סֶף בִּשְׁנֵ֣י חֲרִטִ֗ים וּשְׁתֵּי֙ חֲלִפ֣וֹת בְּגָדִ֔ים וַיִּתֵּן֙ אֶל־שְׁנֵ֣י נְעָרָ֔יו וַיִּשְׂא֖וּ לְפָנָֽיו׃
24 וַיָּבֹא֙ אֶל־הָעֹ֔פֶל וַיִּקַּ֥ח מִיָּדָ֖ם וַיִּפְקֹ֣ד בַּבָּ֑יִת וַיְשַׁלַּ֥ח אֶת־הָאֲנָשִׁ֖ים וַיֵּלֵֽכוּ׃
25 וְהוּא־בָא֙ וַיַּעֲמֹ֣ד אֶל־אֲדֹנָ֔יו וַיֹּ֤אמֶר אֵלָיו֙ אֱלִישָׁ֔ע מאן [מֵאַ֖יִן] גֵּחֲזִ֑י וַיֹּ֕אמֶר לֹא־הָלַ֥ךְ עַבְדְּךָ֖ אָ֥נֶה וָאָֽנָה׃
26 וַיֹּ֤אמֶר אֵלָיו֙ לֹ֣א לִבִּ֔י הָלַ֕ךְ כַּאֲשֶׁ֛ר הָפַךְ־אִ֥ישׁ מֵעַֽל־מֶרְכַּבְתּ֖וֹ לִקְרָאתֶ֑ךָ הַעֵ֞ת לָקַ֤חַת אֶת־הַכֶּ֙סֶף֙ וְלָקַ֣חַת בְּגָדִ֔ים וְזֵיתִ֤ים וּכְרָמִים֙ וְצֹ֣אן וּבָקָ֔ר וַעֲבָדִ֖ים וּשְׁפָחֽוֹת׃
27 וְצָרַ֤עַת נַֽעֲמָן֙ תִּֽדְבַּק־בְּךָ֔ וּֽבְזַרְעֲךָ֖ לְעוֹלָ֑ם וַיֵּצֵ֥א מִלְּפָנָ֖יו מְצֹרָ֥ע כַּשָּֽׁלֶג׃
Capítulo 6
El hacha flotante y los carros de fuego
LBLA
1 Los hijos de los profetas dijeron a Eliseo: He aquí, el lugar donde habitamos delante de ti es demasiado estrecho para nosotros.
2 Vayamos ahora al Jordán, y tomemos de allí cada uno una viga, y hagamos allí un lugar donde habitemos. Y él dijo: Id.
3 Y uno dijo: Te ruego que vengas con tus siervos. Y él respondió: Iré.
4 Fue, pues, con ellos; y cuando llegaron al Jordán, cortaron árboles.
5 Pero sucedió que mientras uno estaba derribando un árbol, el hierro del hacha cayó al agua; y gritó diciendo: ¡Ah, señor mío, era prestada!
6 Y el hombre de Dios dijo: ¿Dónde cayó? Y él le mostró el lugar. Entonces cortó un palo y lo echó allí, e hizo flotar el hierro.
7 Y dijo: Tómalo. Y él extendió la mano y lo tomó.
8 Y el rey de Aram estaba en guerra contra Israel; y consultando con sus siervos, dijo: En tal y tal lugar estará mi campamento.
9 Pero el hombre de Dios envió a decir al rey de Israel: Cuídate de no pasar por tal lugar, porque los arameos están allí descendiendo.
10 Y el rey de Israel envió a aquel lugar de que le había hablado el hombre de Dios, advirtiéndole; y se guardó de allí, no una ni dos veces.
11 Y el corazón del rey de Aram se turbó por esto; y llamó a sus siervos y les dijo: ¿No me declararéis quién de los nuestros es del rey de Israel?
12 Y uno de sus siervos dijo: No, rey señor mío, sino que Eliseo, el profeta que está en Israel, da a conocer al rey de Israel las palabras que hablas en tu dormitorio.
13 Y él dijo: Id y ved dónde está, para que yo envíe a prenderlo. Y le fue dicho: He aquí, está en Dotán.
14 Entonces envió allá caballos, carros y un gran ejército, que llegaron de noche y rodearon la ciudad.
15 Y se levantó muy de mañana el criado del hombre de Dios, y he aquí que un ejército con caballos y carros rodeaba la ciudad. Y su criado le dijo: ¡Ah, señor mío! ¿Qué haremos?
16 Y él respondió: No temas, porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos.
17 Entonces Eliseo oró y dijo: Te ruego, oh SEÑOR, que abras sus ojos para que vea. Y el SEÑOR abrió los ojos del criado, y vio; y he aquí, el monte estaba lleno de caballos y carros de fuego alrededor de Eliseo.
18 Y cuando descendieron hacia él, Eliseo oró al SEÑOR y dijo: Te ruego que hieras a esta gente con ceguera. Y los hirió con ceguera, conforme a la palabra de Eliseo.
19 Entonces Eliseo les dijo: No es éste el camino, ni es ésta la ciudad; seguidme, y os guiaré al hombre que buscáis. Y los guió a Samaria.
20 Y sucedió que cuando llegaron a Samaria, dijo Eliseo: Oh SEÑOR, abre los ojos de éstos para que vean. Y el SEÑOR abrió sus ojos, y vieron que estaban en medio de Samaria.
21 Y cuando el rey de Israel los vio, dijo a Eliseo: ¿Los mataré, padre mío?
22 Y él respondió: No los mates. ¿Matarías tú a los que has tomado cautivos con tu espada y con tu arco? Pon delante de ellos pan y agua, para que coman y beban y regresen a su señor.
23 Entonces les preparó un gran banquete, y después que comieron y bebieron, los despidió, y regresaron a su señor. Y no volvieron más las bandas de los arameos a invadir la tierra de Israel.
24 Después de esto aconteció que Ben-adad, rey de Aram, reunió todo su ejército, subió y sitió a Samaria.
25 Y hubo gran hambre en Samaria; pues he aquí que la sitiaron hasta que una cabeza de asno se vendía por ochenta piezas de plata, y la cuarta parte de un cab de estiércol de paloma por cinco piezas de plata.
26 Y sucedió que cuando el rey de Israel pasaba por la muralla, una mujer le gritó, diciendo: ¡Ayuda, rey señor mío!
27 Y él dijo: Si el SEÑOR no te ayuda, ¿de dónde te he de ayudar yo? ¿Del campo de trillar o del lagar?
28 Y el rey le dijo: ¿Qué te pasa? Y ella respondió: Esta mujer me dijo: "Da acá tu hijo, para que lo comamos hoy, y mañana comeremos el mío."
29 Cocimos, pues, a mi hijo y lo comimos. Y al día siguiente yo le dije: "Da acá tu hijo, para que lo comamos." Pero ella ha escondido a su hijo.
30 Y cuando el rey oyó las palabras de la mujer, rasgó sus vestidos, y al pasar por la muralla, el pueblo vio que llevaba cilicio debajo sobre su cuerpo.
31 Y él dijo: Así me haga Dios y aun me añada, si la cabeza de Eliseo, hijo de Safat, queda sobre él hoy.
32 Estaba Eliseo sentado en su casa, y los ancianos estaban sentados con él. Y el rey envió a un hombre delante de sí; pero antes que el mensajero llegara a él, Eliseo dijo a los ancianos: ¿Veis cómo este hijo de asesino ha enviado a quitarme la cabeza? Mirad, cuando llegue el mensajero, cerrad la puerta y detenedlo con la puerta. ¿No se oye tras él el ruido de los pies de su señor?
33 Todavía estaba hablando con ellos, cuando he aquí, el mensajero descendió a él. Y dijo: He aquí, este mal viene de parte del SEÑOR; ¿por qué he de esperar más al SEÑOR?
WLC
1 וַיֹּאמְר֨וּ בְנֵֽי־הַנְּבִיאִ֤ים אֶל־אֱלִישָׁע֙ הִנֵּה־נָ֣א הַמָּק֗וֹם אֲשֶׁ֨ר אֲנַ֧חְנוּ יֹשְׁבִ֛ים שָׁ֖ם לְפָנֶ֑יךָ צַ֖ר מִמֶּֽנּוּ׃
2 נֵלְכָה־נָּ֣א עַד־הַיַּרְדֵּ֗ן וְנִקְחָ֤ה מִשָּׁם֙ אִ֚ישׁ קוֹרָ֣ה אֶחָ֔ת וְנַעֲשֶׂה־לָּ֥נוּ שָׁ֛ם מָק֖וֹם לָשֶׁ֣בֶת שָׁ֑ם וַיֹּ֖אמֶר לֵֽכוּ׃
3 וַיֹּ֙אמֶר֙ הָֽאֶחָ֔ד ה֥וֹאֶל נָ֖א וְלֵ֣ךְ אֶת־עֲבָדֶ֑יךָ וַיֹּ֖אמֶר אֲנִ֥י אֵלֵֽךְ׃
4 וַיֵּ֖לֶךְ אִתָּ֑ם וַיָּבֹ֙אוּ֙ הַיַּרְדֵּ֔נָה וַֽיִּגְזְר֖וּ הָעֵצִֽים׃
5 וַיְהִ֤י הָֽאֶחָד֙ מַפִּ֣יל הַקּוֹרָ֔ה וְאֶת־הַבַּרְזֶ֖ל נָפַ֣ל אֶל־הַמָּ֑יִם וַיִּצְעַ֥ק וַיֹּ֛אמֶר אֲהָ֥הּ אֲדֹנִ֖י וְה֥וּא שָׁאֽוּל׃
6 וַיֹּ֥אמֶר אִישׁ־הָאֱלֹהִ֖ים אָ֣נָה נָפָ֑ל וַיַּרְאֵ֙הוּ֙ אֶת־הַמָּק֔וֹם וַיִּקְצׇב־עֵץ֙ וַיַּשְׁלֶךְ־שָׁ֔מָּה וַיָּ֖צֶף הַבַּרְזֶֽל׃
7 וַיֹּ֖אמֶר הָ֣רֶם לָ֑ךְ וַיִּשְׁלַ֥ח יָד֖וֹ וַיִּקָּחֵֽהוּ׃
8 וּמֶ֣לֶךְ אֲרָ֔ם הָיָ֥ה נִלְחָ֖ם בְּיִשְׂרָאֵ֑ל וַיִּוָּעַץ֙ אֶל־עֲבָדָ֣יו לֵאמֹ֔ר אֶל־מְק֛וֹם פְּלֹנִ֥י אַלְמֹנִ֖י תַּחֲנֹתִֽי׃
9 וַיִּשְׁלַ֞ח אִ֣ישׁ הָאֱלֹהִ֗ים אֶל־מֶ֤לֶךְ יִשְׂרָאֵל֙ לֵאמֹ֔ר הִשָּׁ֕מֶר מֵעֲבֹ֖ר הַמָּק֣וֹם הַזֶּ֑ה כִּֽי־שָׁ֖ם אֲרָ֥ם נְחִתִּֽים׃
10 וַיִּשְׁלַ֞ח מֶ֣לֶךְ יִשְׂרָאֵ֗ל אֶֽל־הַמָּק֞וֹם אֲשֶׁ֨ר אָֽמַר־ל֧וֹ אִישׁ־הָאֱלֹהִ֛ים וְהִזְהִירֹ֖ה וְנִשְׁמַ֣ר שָׁ֑ם לֹ֥א אַחַ֖ת וְלֹ֥א שְׁתָּֽיִם׃
11 וַיִּסְעַ֤ר לֵב֙ מֶ֣לֶךְ אֲרָ֔ם עַל־הַדָּבָ֖ר הַזֶּ֑ה וַיִּקְרָ֤א אֶל־עֲבָדָיו֙ וַיֹּ֣אמֶר אֲלֵיהֶ֔ם הֲלוֹא֙ תַּגִּ֣ידוּ לִ֔י מִ֥י מִשֶּׁלָּ֖נוּ אֶל־מֶ֥לֶךְ יִשְׂרָאֵֽל׃
12 וַיֹּ֙אמֶר֙ אַחַ֣ד מֵעֲבָדָ֔יו ל֖וֹא אֲדֹנִ֣י הַמֶּ֑לֶךְ כִּֽי־אֱלִישָׁ֤ע הַנָּבִיא֙ אֲשֶׁ֣ר בְּיִשְׂרָאֵ֔ל יַגִּיד֙ לְמֶ֣לֶךְ יִשְׂרָאֵ֔ל אֶת־הַדְּבָרִ֖ים אֲשֶׁ֥ר תְּדַבֵּֽר׃
13 וַיֹּ֗אמֶר לְכ֤וּ וּרְאוּ֙ אֵיכֹ֣ה ה֔וּא וְאֶשְׁלַ֖ח וְאֶקָּחֵ֑הוּ וַיֻּגַּד־ל֥וֹ לֵאמֹ֖ר הִנֵּ֥ה בְדֹתָֽן׃
14 וַיִּשְׁלַח־שָׁ֛מָּה סוּסִ֥ים וְרֶ֖כֶב וְחַ֣יִל כָּבֵ֑ד וַיָּבֹ֣אוּ לַ֔יְלָה וַיַּקִּ֖פוּ עַל־הָעִֽיר׃
15 וַיַּשְׁכֵּ֨ם מְשָׁרֵ֤ת אִישׁ־הָאֱלֹהִים֙ לָק֔וּם וַיֵּצֵ֕א וְהִנֵּה־חַ֛יִל סוֹבֵ֥ב אֶת־הָעִ֖יר וְס֣וּס וָרָ֑כֶב וַיֹּ֨אמֶר נַעֲר֥וֹ אֵלָ֛יו אֲהָ֥הּ אֲדֹנִ֖י אֵיכָ֥ה נַעֲשֶֽׂה׃
16 וַיֹּ֖אמֶר אַל־תִּירָ֑א כִּ֤י רַבִּים֙ אֲשֶׁ֣ר אִתָּ֔נוּ מֵאֲשֶׁ֖ר אוֹתָֽם׃
17 וַיִּתְפַּלֵּ֤ל אֱלִישָׁע֙ וַיֹּאמַ֔ר יְהוָ֕ה פְּקַח־נָ֥א אֶת־עֵינָ֖יו וְיִרְאֶ֑ה וַיִּפְקַ֤ח יְהוָה֙ אֶת־עֵינֵ֣י הַנַּ֔עַר וַיַּ֗רְא וְהִנֵּ֨ה הָהָ֜ר מָלֵ֨א סוּסִ֥ים וְרֶ֛כֶב אֵ֖שׁ סְבִיבֹ֥ת אֱלִישָֽׁע׃
18 וַיֵּרְדוּ֮ אֵלָיו֒ וַיִּתְפַּלֵּ֤ל אֱלִישָׁע֙ אֶל־יְהוָ֔ה וַיֹּאמַ֔ר הַךְ־נָ֥א אֶת־הַגּוֹי־הַזֶּ֖ה בַּסַּנְוֵרִ֑ים וַיַּכֵּ֥ם בַּסַּנְוֵרִ֖ים כִּדְבַ֥ר אֱלִישָֽׁע׃
19 וַיֹּ֤אמֶר אֲלֵהֶם֙ אֱלִישָׁ֔ע לֹ֥א זֶ֖ה הַדֶּ֑רֶךְ וְלֹ֥א זֹ֖ה הָעִ֗יר לְכ֤וּ אַחֲרַי֙ וְאוֹלִ֣יכָה אֶתְכֶ֔ם אֶל־הָאִ֖ישׁ אֲשֶׁ֥ר תְּבַקֵּֽשׁוּ׃
20 וַיּוֹלֶ֖ךְ אֹתָ֣ם שֹׁמְר֑וֹנָה וַיְהִ֗י כְּבֹאָם֙ שֹׁמְר֔וֹן וַיֹּ֤אמֶר אֱלִישָׁע֙ יְהוָ֔ה פְּקַח֙ אֶת־עֵינֵ֣י־אֵ֔לֶּה וְיִרְא֖וּ וַיִּפְקַ֥ח יְהוָ֖ה אֶת־עֵינֵיהֶ֑ם וַיִּרְא֕וּ וְהִנֵּ֖ה בְּת֥וֹךְ שֹׁמְרֽוֹן׃
21 וַיֹּ֤אמֶר מֶֽלֶךְ־יִשְׂרָאֵל֙ אֶל־אֱלִישָׁ֔ע כִּרְאֹת֖וֹ אוֹתָ֑ם הַאַכֶּ֥ה אַכֶּ֖ה אָבִֽי׃
22 וַיֹּ֙אמֶר֙ לֹ֣א תַכֶּ֔ה הַאֲשֶׁ֥ר שָׁבִ֛יתָ בְּחַרְבְּךָ֥ וּבְקַשְׁתְּךָ֖ אַתָּ֣ה מַכֶּ֑ה שִׂים֩ לֶ֨חֶם וָמַ֜יִם לִפְנֵיהֶ֗ם וְיֹֽאכְלוּ֙ וְיִשְׁתּ֔וּ וְיֵלְכ֖וּ אֶל־אֲדֹנֵיהֶֽם׃
23 וַיִּכְרֶ֨ה לָהֶ֜ם כֵּרָ֣ה גְדוֹלָ֗ה וַיֹּֽאכְלוּ֙ וַיִּשְׁתּ֔וּ וַֽיְשַׁלְּחֵ֔ם וַיֵּלְכ֖וּ אֶל־אֲדֹנֵיהֶ֑ם וְלֹֽא־יָסְפ֣וּ ע֗וֹד גְּדוּדֵ֤י אֲרָם֙ לָב֔וֹא בְּאֶ֖רֶץ יִשְׂרָאֵֽל׃
24 וַיְהִי֙ אַחֲרֵי־כֵ֔ן וַיִּקְבֹּ֛ץ בֶּן־הֲדַ֥ד מֶֽלֶךְ־אֲרָ֖ם אֶת־כָּל־מַחֲנֵ֑הוּ וַיַּ֕עַל וַיָּ֖צַר עַל־שֹׁמְרֽוֹן׃
25 וַיְהִ֨י רָעָ֤ב גָּדוֹל֙ בְּשֹׁ֣מְר֔וֹן וְהִנֵּ֖ה צָרִ֣ים עָלֶ֑יהָ עַ֣ד הֱי֤וֹת רֹאשׁ־חֲמוֹר֙ בִּשְׁמֹנִ֣ים כֶּ֔סֶף וְרֹ֛בַע הַקַּ֥ב חרייונים [דִּב־הַקַּ֖ב] בַּחֲמִשָּׁה־כָֽסֶף׃
26 וַיְהִ֗י מֶ֧לֶךְ יִשְׂרָאֵ֛ל עֹבֵ֖ר עַל־הַחֹמָ֑ה וְאִשָּׁ֗ה צָעֲקָ֤ה אֵלָיו֙ לֵאמֹ֔ר הוֹשִׁ֖יעָה אֲדֹנִ֥י הַמֶּֽלֶךְ׃
27 וַיֹּ֗אמֶר אַל־יוֹשִׁעֵ֤ךְ יְהוָה֙ מֵאַ֔יִן אוֹשִׁ֑יעֵךְ הֲמִן־הַגֹּ֖רֶן א֥וֹ מִן־הַיָּֽקֶב׃
28 וַיֹּֽאמֶר־לָ֥הּ הַמֶּ֖לֶךְ מַה־לָּ֑ךְ וַתֹּ֗אמֶר הָאִשָּׁ֨ה הַזֹּ֜את אָמְרָ֣ה אֵלַ֗י תְּנִ֤י אֶת־בְּנֵךְ֙ וְנֹאכְלֶ֣נּוּ הַיּ֔וֹם וְאֶת־בְּנִ֖י נֹאכַ֥ל מָחָֽר׃
29 וַנְּבַשֵּׁ֥ל אֶת־בְּנִ֖י וַנֹּאכְלֵ֑הוּ וָאֹמַ֨ר אֵלֶ֜יהָ בַּיּ֣וֹם הָאַחֵ֗ר תְּנִ֤י אֶת־בְּנֵךְ֙ וְנֹ֣אכְלֶ֔נּוּ וַתַּחְבִּ֖א אֶת־בְּנָֽהּ׃
30 וַיְהִי֩ כִשְׁמֹ֨עַ הַמֶּ֜לֶךְ אֶת־דִּבְרֵ֣י הָאִשָּׁ֗ה וַיִּקְרַ֤ע אֶת־בְּגָדָיו֙ וְה֣וּא עֹבֵ֣ר עַל־הַחֹמָ֔ה וַיַּ֣רְא הָעָ֔ם וְהִנֵּ֥ה הַשַּׂ֛ק עַל־בְּשָׂר֖וֹ מִבָּֽיִת׃
31 וַיֹּ֕אמֶר כֹּֽה־יַעֲשֶׂה־לִּ֥י אֱלֹהִ֖ים וְכֹ֣ה יוֹסִ֑ף אִֽם־יַעֲמֹ֞ד רֹ֤אשׁ אֱלִישָׁ֤ע בֶּן־שָׁפָט֙ עָלָ֣יו הַיּ֔וֹם׃
32 וֶאֱלִישָׁ֞ע יֹשֵׁ֣ב בְּבֵית֗וֹ וְהַזְּקֵנִים֙ יֹֽשְׁבִ֣ים אִתּ֔וֹ וַיִּשְׁלַ֥ח אִ֖ישׁ מִלְּפָנָ֑יו בְּטֶ֣רֶם יָבֹ֣א הַמַּלְאָ֣ךְ אֵלָ֡יו וְהוּא֩ אָמַ֨ר אֶל־הַזְּקֵנִ֜ים הַרְּאִיתֶ֗ם כִּֽי־שָׁלַ֞ח בֶּן־הַמְרַצֵּ֤חַ הַזֶּה֙ לְהָסִ֣יר אֶת־רֹאשִׁ֔י רְא֣וּ׀ כְּבֹ֣א הַמַּלְאָ֗ךְ סִגְר֤וּ הַדֶּ֙לֶת֙ וּלְחַצְתֶּ֤ם אֹתוֹ֙ בַּדֶּ֔לֶת הֲל֗וֹא ק֛וֹל רַגְלֵ֥י אֲדֹנָ֖יו אַחֲרָֽיו׃
33 עוֹדֶ֙נּוּ֙ מְדַבֵּ֣ר עִמָּ֔ם וְהִנֵּ֥ה הַמַּלְאָ֖ךְ יֹרֵ֣ד אֵלָ֑יו וַיֹּ֗אמֶר הִנֵּֽה־זֹ֤את הָֽרָעָה֙ מֵאֵ֣ת יְהוָ֔ה מָה־אוֹחִ֥יל לַיהוָ֖ה עֽוֹד׃
Capítulo 7
Profecía de abundancia y su cumplimiento
LBLA
1 Entonces Eliseo dijo: Oíd palabra del SEÑOR. Así dice el SEÑOR: "Mañana a estas horas una medida de flor de harina se venderá por un siclo, y dos medidas de cebada por un siclo, a la puerta de Samaria."
2 Y el ayudante del rey, en cuya mano el rey se apoyaba, respondió al hombre de Dios y dijo: Aunque el SEÑOR hiciera ventanas en el cielo, ¿podría suceder esto? Y él dijo: He aquí, lo verás con tus ojos, pero no comerás de ello.
3 Y había cuatro hombres leprosos a la entrada de la puerta, los cuales se dijeron unos a otros: ¿Para qué nos sentamos aquí hasta que muramos?
4 Si decimos: "Entremos en la ciudad", en la ciudad hay hambre, y moriremos allí; y si nos quedamos aquí, moriremos también. Vamos, pues, ahora, y pasemos al campamento de los arameos. Si nos dejan vivir, viviremos; y si nos dan muerte, moriremos.
5 Y se levantaron al anochecer para ir al campamento de los arameos; y cuando llegaron a las afueras del campamento de los arameos, he aquí, no había nadie allí.
6 Porque el Señor había hecho oír en el campamento de los arameos un ruido de carros y un ruido de caballos, es decir, el ruido de un gran ejército; y se dijeron unos a otros: He aquí, el rey de Israel ha contratado contra nosotros a los reyes de los hititas y a los reyes de los egipcios para que vengan contra nosotros.
7 Y se levantaron y huyeron al anochecer, abandonando sus tiendas, sus caballos y sus asnos, el campamento tal como estaba, y huyeron por salvar sus vidas.
8 Cuando estos leprosos llegaron a las afueras del campamento, entraron en una tienda, comieron y bebieron, y tomaron de allí plata, oro y ropa, y fueron a esconderlo; luego volvieron y entraron en otra tienda, y tomaron de allí también, y fueron a esconderlo.
9 Entonces se dijeron unos a otros: No estamos haciendo bien. Este día es día de buenas nuevas, pero nosotros estamos callados. Si esperamos hasta la luz de la mañana, nos sobrevendrá castigo. Ahora pues, vamos, entremos y demos la noticia a la casa del rey.
10 Y vinieron y llamaron a los porteros de la ciudad, y les contaron diciendo: Fuimos al campamento de los arameos, y he aquí, no había allí nadie, ni voz de hombre, sino sólo caballos atados y asnos atados, y las tiendas tal como estaban.
11 Y los porteros gritaron y avisaron a la casa del rey.
12 Y el rey se levantó de noche y dijo a sus siervos: Os haré saber lo que los arameos han tramado contra nosotros. Saben que tenemos hambre, por eso han salido del campamento para esconderse en el campo, diciendo: "Cuando salgan de la ciudad, los tomaremos vivos y entraremos en la ciudad."
13 Pero uno de sus siervos respondió y dijo: Te ruego que tomen cinco de los caballos que quedan en la ciudad (he aquí, son como toda la multitud de Israel que ha quedado en ella; son como toda la multitud de Israel que ha perecido), y enviémoslos y veamos.
14 Tomaron, pues, dos carros con caballos, y el rey los envió tras el ejército de los arameos, diciendo: Id y ved.
15 Y fueron tras ellos hasta el Jordán; y he aquí, todo el camino estaba lleno de ropas y equipaje que los arameos habían arrojado en su apresurada huida. Y volvieron los mensajeros y se lo contaron al rey.
16 Entonces el pueblo salió y saqueó el campamento de los arameos. Y una medida de flor de harina se vendió por un siclo, y dos medidas de cebada por un siclo, conforme a la palabra del SEÑOR.
17 Y el rey puso al ayudante en cuya mano se apoyaba, a cargo de la puerta; pero el pueblo lo atropelló a la entrada, y murió, tal como el hombre de Dios había dicho, cuando habló cuando el rey descendió a él.
18 Y sucedió que cuando el hombre de Dios había hablado al rey, diciendo: "Dos medidas de cebada se venderán por un siclo, y una medida de flor de harina por un siclo, mañana a estas horas a la puerta de Samaria",
19 el ayudante del rey había respondido al hombre de Dios y dicho: Aunque el SEÑOR hiciera ventanas en el cielo, ¿podría suceder esto? Y él había dicho: He aquí, lo verás con tus ojos, pero no comerás de ello.
20 Y así le sucedió, pues el pueblo lo atropelló a la entrada, y murió.
WLC
1 וַיֹּ֣אמֶר אֱלִישָׁ֔ע שִׁמְע֖וּ דְּבַר־יְהוָ֑ה כֹּ֣ה׀ אָמַ֣ר יְהוָ֗ה כָּעֵ֤ת׀ מָחָר֙ סְאָֽה־סֹ֣לֶת בְּשֶׁ֗קֶל וְסָאתַ֧יִם שְׂעֹרִ֛ים בְּשֶׁ֖קֶל בְּשַׁ֥עַר שֹׁמְרֽוֹן׃
2 וַיַּ֣עַן הַשָּׁלִ֡ישׁ אֲשֶׁר־לַמֶּלֶךְ֩ נִשְׁעָ֨ן עַל־יָד֜וֹ אֶת־אִ֣ישׁ הָאֱלֹהִים֮ וַיֹּאמַר֒ הִנֵּ֣ה יְהוָ֗ה עֹשֶׂ֤ה אֲרֻבּוֹת֙ בַּשָּׁמַ֔יִם הֲיִהְיֶ֖ה הַדָּבָ֣ר הַזֶּ֑ה וַיֹּ֗אמֶר הִנְּכָ֤ה רֹאֶה֙ בְּעֵינֶ֔יךָ וּמִשָּׁ֖ם לֹ֥א תֹאכֵֽל׃
3 וְאַרְבָּעָ֧ה אֲנָשִׁ֛ים הָי֥וּ מְצֹרָעִ֖ים פֶּ֣תַח הַשָּׁ֑עַר וַיֹּֽאמְרוּ֙ אִ֣ישׁ אֶל־רֵעֵ֔הוּ מָ֗ה אֲנַ֛חְנוּ יֹשְׁבִ֥ים פֹּ֖ה עַד־מָֽתְנוּ׃
4 אִם־אָמַרְנוּ֩ נָב֨וֹא הָעִ֜יר וְהָרָעָ֤ב בָּעִיר֙ וָמַ֣תְנוּ שָׁ֔ם וְאִם־יָשַׁ֥בְנוּ פֹ֖ה וָמָ֑תְנוּ וְעַתָּ֗ה לְכוּ֙ וְנִפְּלָה֙ אֶל־מַחֲנֵ֣ה אֲרָ֔ם אִם־יְחַיֻּ֣נוּ נִֽחְיֶ֔ה וְאִם־יְמִיתֻ֖נוּ וָמָֽתְנוּ׃
5 וַיָּק֣וּמוּ בַנֶּ֔שֶׁף לָב֖וֹא אֶל־מַחֲנֵ֣ה אֲרָ֑ם וַיָּבֹ֗אוּ עַד־קְצֵה֙ מַחֲנֵ֣ה אֲרָ֔ם וְהִנֵּ֥ה אֵֽין־שָׁ֖ם אִֽישׁ׃
6 וַאדֹנָ֞י הִשְׁמִ֣יעַ׀ אֶת־מַחֲנֵ֣ה אֲרָ֗ם ק֥וֹל רֶ֙כֶב֙ ק֣וֹל ס֔וּס ק֖וֹל חַ֣יִל גָּד֑וֹל וַיֹּֽאמְרוּ֩ אִ֨ישׁ אֶל־אָחִ֜יו הִנֵּ֣ה׀ שָׂכַ֨ר עָלֵ֜ינוּ מֶ֣לֶךְ יִשְׂרָאֵ֗ל אֶת־מַלְכֵ֤י הַחִתִּים֙ וְאֶת־מַלְכֵ֣י מִצְרַ֔יִם לָב֖וֹא עָלֵֽינוּ׃
7 וַיָּקוּמוּ֮ וַיָּנ֣וּסוּ בַנֶּשֶׁף֒ וַיַּעַזְב֣וּ אֶת־אָהֳלֵיהֶ֗ם וְאֶת־סֽוּסֵיהֶם֙ וְאֶת־חֲמֹ֣רֵיהֶ֔ם הַֽמַּחֲנֶ֖ה כַּאֲשֶׁר־הִ֑יא וַיָּנֻ֖סוּ אֶל־נַפְשָֽׁם׃
8 וַיָּבֹאוּ֩ הַֽמְצֹרָעִ֨ים הָאֵ֜לֶּה עַד־קְצֵ֣ה הַֽמַּחֲנֶ֗ה וַיָּבֹ֜אוּ אֶל־אֹ֤הֶל אֶחָד֙ וַיֹּאכְל֣וּ וַיִּשְׁתּ֔וּ וַיִּשְׂא֣וּ מִשָּׁ֗ם כֶּ֤סֶף וְזָהָב֙ וּבְגָדִ֔ים וַיֵּלְכ֖וּ וַיַּטְמִ֑נוּ וַיָּשֻׁ֗בוּ וַיָּבֹ֙אוּ֙ אֶל־אֹ֣הֶל אַחֵ֔ר וַיִּשְׂא֣וּ מִשָּׁ֔ם וַיֵּלְכ֖וּ וַיַּטְמִ֥נוּ׃
9 וַיֹּאמְרוּ֩ אִ֨ישׁ אֶל־רֵעֵ֜הוּ לֹֽא־כֵ֣ן׀ אֲנַ֣חְנוּ עֹשִׂ֗ים הַיּ֤וֹם הַזֶּה֙ יוֹם־בְּשֹׂרָ֣ה ה֔וּא וַאֲנַ֣חְנוּ מַחְשִׁ֗ים וְחִכִּ֛ינוּ עַד־א֥וֹר הַבֹּ֖קֶר וּמְצָאָ֣נוּ עָו֑וֹן וְעַתָּ֗ה לְכוּ֙ וְנָבֹ֣אָה וְנַגִּ֔ידָה בֵּ֖ית הַמֶּֽלֶךְ׃
10 וַיָּבֹ֗אוּ וַֽיִּקְרְאוּ֮ אֶל־שֹׁעֵ֣ר הָעִיר֒ וַיַּגִּ֤ידוּ לָהֶם֙ לֵאמֹ֔ר בָּ֚אנוּ אֶל־מַחֲנֵ֣ה אֲרָ֔ם וְהִנֵּ֥ה אֵֽין־שָׁ֛ם אִ֖ישׁ וְק֣וֹל אָדָ֑ם כִּ֣י אִם־הַסּ֤וּס אָסוּר֙ וְהַחֲמ֣וֹר אָס֔וּר וְאֹהָלִ֖ים כַּאֲשֶׁר־הֵֽמָּה׃
11 וַיִּקְרָ֖א הַשֹּׁעֲרִ֑ים וַיַּגִּ֕ידוּ בֵּ֥ית הַמֶּ֖לֶךְ פְּנִֽימָה׃
12 וַיָּ֨קָם הַמֶּ֜לֶךְ לַ֗יְלָה וַיֹּ֙אמֶר֙ אֶל־עֲבָדָ֔יו אַגִּֽידָה־נָּ֣א לָכֶ֔ם אֵ֛ת אֲשֶׁר־עָשׂ֥וּ לָ֖נוּ אֲרָ֑ם יָדְע֞וּ כִּֽי־רְעֵבִ֣ים אֲנַ֗חְנוּ וַיֵּצְא֤וּ מִן־הַֽמַּחֲנֶה֙ לְהֵחָבֵ֤ה בַשָּׂדֶה֙ לֵאמֹ֔ר כִּֽי־יֵצְא֤וּ מִן־הָעִיר֙ וְנִתְפְּשֵׂ֣ם חַיִּ֔ים וְאֶל־הָעִ֖יר נָבֹֽא׃
13 וַיַּעַן֩ אֶחָ֨ד מֵעֲבָדָ֜יו וַיֹּ֗אמֶר וְיִקְחוּ־נָ֞א חֲמִשָּׁ֣ה מִן־הַסּוּסִים֮ הַֽנִּשְׁאָרִים֮ אֲשֶׁ֣ר נִשְׁאֲרוּ־בָהּ֒ הִנָּ֗ם כְּכׇל־הֶהָמוֹן֙ יִשְׂרָאֵ֔ל אֲשֶׁ֥ר נִשְׁאֲרוּ־בָ֖הּ הִנָּ֑ם כְּכׇל־הֶהָמוֹן֙ יִשְׂרָאֵ֔ל אֲשֶׁר־תָּ֔מּוּ וְנִשְׁלְחָ֖ה וְנִרְאֶֽה׃
14 וַיִּקְח֕וּ שְׁנֵ֖י רֶ֣כֶב סוּסִ֑ים וַיִּשְׁלַ֨ח הַמֶּ֜לֶךְ אַחֲרֵ֧י מַחֲנֵה־אֲרָ֛ם לֵאמֹ֖ר לְכ֥וּ וּרְאֽוּ׃
15 וַיֵּלְכ֣וּ אַחֲרֵיהֶם֮ עַד־הַיַּרְדֵּן֒ וְהִנֵּ֣ה כׇל־הַדֶּ֗רֶךְ מְלֵאָ֤ה בְגָדִים֙ וְכֵלִ֔ים אֲשֶׁר־הִשְׁלִ֥יכוּ אֲרָ֖ם בְּהׇפְזָמָ֑ם וַיָּשֻׁ֙בוּ֙ הַמַּלְאָכִ֔ים וַיַּגִּ֖דוּ לַמֶּֽלֶךְ׃
16 וַיֵּצֵ֥א הָעָ֖ם וַיָּבֹ֑זּוּ אֵ֣ת מַחֲנֵ֣ה אֲרָ֡ם וַיְהִי֩ סְאָה־סֹ֨לֶת בְּשֶׁ֗קֶל וְסָאתַ֧יִם שְׂעֹרִ֛ים בְּשֶׁ֖קֶל כִּדְבַ֥ר יְהוָֽה׃
17 וְהַמֶּלֶךְ֩ הִפְקִ֨יד אֶת־הַשָּׁלִ֜ישׁ אֲשֶׁר־נִשְׁעָ֤ן עַל־יָדוֹ֙ עַל־הַשַּׁ֔עַר וַיִּרְמְסֻ֧הוּ הָעָ֛ם בַּשַּׁ֖עַר וַיָּמֹ֑ת כַּאֲשֶׁ֤ר דִּבֶּר֙ אִ֣ישׁ הָאֱלֹהִ֔ים אֲשֶׁ֣ר דִּבֶּ֔ר בְּרֶ֥דֶת הַמֶּ֖לֶךְ אֵלָֽיו׃
18 וַיְהִ֗י כְּדַבֵּר֙ אִ֣ישׁ הָאֱלֹהִ֔ים אֶל־הַמֶּ֖לֶךְ לֵאמֹ֑ר סָאתַ֨יִם שְׂעֹרִ֜ים בְּשֶׁ֗קֶל וּֽסְאָה־סֹ֙לֶת֙ בְּשֶׁ֔קֶל יִהְיֶה֙ כָּעֵ֣ת מָחָ֔ר בְּשַׁ֖עַר שֹׁמְרֽוֹן׃
19 וַיַּ֨עַן הַשָּׁלִ֜ישׁ אֶת־אִ֣ישׁ הָאֱלֹהִים֮ וַיֹּאמַר֒ וְהִנֵּ֣ה יְהוָ֗ה עֹשֶׂ֤ה אֲרֻבּוֹת֙ בַּשָּׁמַ֔יִם הֲיִהְיֶ֖ה כַּדָּבָ֣ר הַזֶּ֑ה וַיֹּ֗אמֶר הִנְּכָ֤ה רֹאֶה֙ בְּעֵינֶ֔יךָ וּמִשָּׁ֖ם לֹ֥א תֹאכֵֽל׃
20 וַיְהִי־ל֖וֹ כֵּ֑ן וַיִּרְמְס֨וּ אֹת֥וֹ הָעָ֛ם בַּשַּׁ֖עַר וַיָּמֹֽת׃
Capítulo 8
La sunamita y su tierra
LBLA
1 Entonces Eliseo habló a la mujer a cuyo hijo él había hecho vivir, diciendo: Levántate y vete con los de tu casa, y vive donde puedas vivir, porque el SEÑOR ha llamado al hambre, y ciertamente vendrá sobre la tierra por siete años.
2 Y la mujer se levantó e hizo conforme a la palabra del hombre de Dios; se fue con los de su casa y vivió en la tierra de los filisteos siete años.
3 Y sucedió que al cabo de los siete años, la mujer volvió de la tierra de los filisteos; y salió a clamar al rey por su casa y por sus tierras.
4 Y el rey estaba hablando con Giezi, siervo del hombre de Dios, diciendo: Te ruego que me cuentes todas las grandes cosas que Eliseo ha hecho.
5 Y sucedió que mientras él le contaba al rey cómo Eliseo había devuelto la vida a un muerto, he aquí, la mujer a cuyo hijo él había hecho vivir, clamó al rey por su casa y por sus tierras. Entonces Giezi dijo: Oh rey, señor mío, ésta es la mujer y éste es su hijo, a quien Eliseo hizo vivir.
6 Y cuando el rey preguntó a la mujer, ella se lo contó. Entonces el rey le asignó un oficial, diciendo: Devuélvele todo lo que era suyo, y todos los frutos de sus tierras desde el día que dejó el país hasta ahora.
Hazael rey de Aram
7 Después Eliseo fue a Damasco. Y Ben-adad, rey de Aram, estaba enfermo, y le avisaron, diciendo: El hombre de Dios ha venido aquí.
8 Y el rey dijo a Hazael: Toma en tu mano un presente y ve al encuentro del hombre de Dios, y por medio de él consulta al SEÑOR, diciendo: ¿Me recuperaré de esta enfermedad?
9 Hazael fue a su encuentro y tomó en su mano un presente de todo lo bueno de Damasco, cuarenta camellos de carga; y vino y se puso delante de él, y dijo: Tu hijo Ben-adad, rey de Aram, me ha enviado a ti, diciendo: ¿Me recuperaré de esta enfermedad?
10 Y Eliseo le dijo: Ve, dile: "Ciertamente te recuperarás." Pero el SEÑOR me ha mostrado que ciertamente morirá.
11 Y el hombre de Dios fijó su mirada en Hazael y la sostuvo hasta que éste se sintió avergonzado. Entonces el hombre de Dios lloró.
12 Y Hazael dijo: ¿Por qué llora mi señor? Y él respondió: Porque sé el mal que harás a los hijos de Israel. Sus fortalezas incendiarás, y a sus jóvenes matarás a espada, y estrellarás a sus niños, y a sus mujeres encintas abrirás.
13 Y Hazael dijo: ¿Qué es tu siervo, sino un perro, para que haga estas grandes cosas? Y Eliseo respondió: El SEÑOR me ha mostrado que tú serás rey sobre Aram.
14 Entonces Hazael se apartó de Eliseo y vino a su señor, quien le dijo: ¿Qué te dijo Eliseo? Y él respondió: Me dijo: "Ciertamente te recuperarás."
15 Y sucedió que al día siguiente tomó la manta y la empapó en agua, y la extendió sobre su rostro, y murió. Y Hazael reinó en su lugar.
Reinado de Joram de Judá
16 En el año quinto de Joram, hijo de Acab, rey de Israel, siendo Josafat rey de Judá, comenzó a reinar Joram, hijo de Josafat, rey de Judá.
17 Tenía treinta y dos años cuando comenzó a reinar, y reinó ocho años en Jerusalén.
18 Y anduvo en el camino de los reyes de Israel, tal como había hecho la casa de Acab, porque tenía por mujer a una hija de Acab, e hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR.
19 Sin embargo, el SEÑOR no quiso destruir a Judá, por amor a su siervo David, pues había prometido darle una lámpara a él y a sus hijos para siempre.
20 En sus días se rebeló Edom contra el dominio de Judá, y pusieron rey sobre sí.
21 Entonces Joram pasó a Zair con todos sus carros; y se levantó de noche y derrotó a los edomitas que lo tenían sitiado a él y a los capitanes de los carros, pero el pueblo huyó a sus tiendas.
22 Así se rebeló Edom contra el dominio de Judá hasta hoy. Entonces Libna se rebeló en el mismo tiempo.
23 Los demás hechos de Joram y todo lo que hizo, ¿no están escritos en el libro de las Crónicas de los reyes de Judá?
24 Y durmió Joram con sus padres, y fue sepultado con sus padres en la ciudad de David; y su hijo Ocozías reinó en su lugar.
Reinado de Ocozías de Judá
25 En el año doce de Joram, hijo de Acab, rey de Israel, comenzó a reinar Ocozías, hijo de Joram, rey de Judá.
26 Ocozías tenía veintidós años cuando comenzó a reinar, y reinó un año en Jerusalén. El nombre de su madre era Atalía, nieta de Omri, rey de Israel.
27 Y anduvo en el camino de la casa de Acab e hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR, como la casa de Acab, porque era yerno de la casa de Acab.
28 Y fue con Joram, hijo de Acab, a la guerra contra Hazael, rey de Aram, en Ramot de Galaad; y los arameos hirieron a Joram.
29 Entonces el rey Joram volvió para ser curado en Jezreel de las heridas que los arameos le habían hecho en Ramá, cuando peleó contra Hazael, rey de Aram. Y Ocozías, hijo de Joram, rey de Judá, descendió a ver a Joram, hijo de Acab, en Jezreel, porque estaba enfermo.
WLC
1 וֶאֱלִישָׁ֡ע דִּבֶּר֩ אֶל־הָאִשָּׁ֨ה אֲשֶׁר־הֶחֱיָ֤ה אֶת־בְּנָהּ֙ לֵאמֹ֔ר קֳמִ֛י וּלְכִ֥י אַתְּ֖ וּבֵיתֵ֑ךְ וְג֖וּרִי בַּאֲשֶׁ֥ר תָּגֽוּרִי׃ כִּֽי־קָרָ֤א יְהוָה֙ לָֽרָעָ֔ב וְגַם־בָּ֥א אֶל־הָאָ֖רֶץ שֶׁ֥בַע שָׁנִֽים׃
2 וַתָּ֙קָם֙ הָֽאִשָּׁ֔ה וַתַּ֕עַשׂ כִּדְבַ֖ר אִ֣ישׁ הָאֱלֹהִ֑ים וַתֵּ֤לֶךְ הִיא֙ וּבֵיתָ֔הּ וַתָּ֥גָר בְּאֶֽרֶץ־פְּלִשְׁתִּ֖ים שֶׁ֥בַע שָׁנִֽים׃
3 וַיְהִ֗י מִקְצֵה֙ שֶׁ֣בַע שָׁנִ֔ים וַתָּ֥שָׁב הָאִשָּׁ֖ה מֵאֶ֣רֶץ פְּלִשְׁתִּ֑ים וַתֵּצֵא֙ לִצְעֹ֣ אֶל־הַמֶּ֔לֶךְ עַל־בֵּיתָ֖הּ וְעַל־שָׂדָֽהּ׃
4 וְהַמֶּ֗לֶךְ מְדַבֵּר֙ אֶל־גֵּחֲזִ֔י נַ֥עַר אִישׁ־הָאֱלֹהִ֖ים לֵאמֹ֑ר סַפְּרָה־נָּ֣א לִ֔י אֵ֥ת כָּל־הַגְּדֹל֖וֹת אֲשֶׁר־עָשָׂ֥ה אֱלִישָֽׁע׃
5 וַיְהִ֣י׀ ה֣וּא מְסַפֵּ֣ר לַמֶּ֗לֶךְ אֵ֤ת אֲשֶׁר־הֶחֱיָה֙ אֶת־הַמֵּ֔ת וְהִנֵּ֤ה הָֽאִשָּׁה֙ אֲשֶׁר־הֶחֱיָ֣ה אֶת־בְּנָ֔הּ צֹעֶ֥קֶת אֶל־הַמֶּ֖לֶךְ עַל־בֵּיתָ֑הּ וְעַל־שָׂדָ֔הּ וַיֹּ֤אמֶר גֵּֽחֲזִי֙ אֲדֹנִ֣י הַמֶּ֔לֶךְ זֹ֚את הָֽאִשָּׁ֔ה וְזֶה־בְּנָ֖הּ אֲשֶׁר־הֶחֱיָ֥ה אֱלִישָֽׁע׃
6 וַיִּשְׁאַ֥ל הַמֶּ֖לֶךְ לָאִשָּׁ֑ה וַתְּסַפֶּר־ל֗וֹ וַיִּתֶּן־לָ֤הּ הַמֶּ֙לֶךְ֙ סָרִ֣יס אֶחָ֔ד לֵאמֹ֔ר הָשֵׁ֣יב אֶת־כָּל־אֲשֶׁר־לָ֗הּ וְאֵת֙ כָּל־תְּבוּאֹ֣ת הַשָּׂדֶ֔ה מִיּ֛וֹם עָזְבָ֥ה אֶת־הָאָ֖רֶץ וְעַד־עָֽתָּה׃
7 וַיָּבֹ֥א אֱלִישָׁ֖ע דַּמֶּ֑שֶׂק וּבֶן־הֲדַ֤ד מֶֽלֶךְ־אֲרָם֙ חֹלֶ֔ה וַיֻּגַּד־ל֣וֹ לֵאמֹ֔ר בָּ֛א אִ֥ישׁ הָאֱלֹהִ֖ים עַד־הֵֽנָּה׃
8 וַיֹּ֨אמֶר הַמֶּ֜לֶךְ אֶל־חֲזָהאֵ֗ל קַ֤ח בְּיָֽדְךָ֙ מִנְחָ֔ה וְלֵ֕ךְ לִקְרַ֖את אִ֣ישׁ הָאֱלֹהִ֑ים וְדָרַשְׁתָּ֙ אֶת־יְהוָ֤ה מֵֽאוֹתוֹ֙ לֵאמֹ֔ר הַאֶחְיֶ֖ה מֵחֳלִ֥י זֶֽה׃
9 וַיֵּ֣לֶךְ חֲזָאֵל֮ לִקְרָאתוֹ֒ וַיִּקַּ֨ח מִנְחָ֤ה בְיָדוֹ֙ וְכָל־ט֣וּב דַּמֶּ֔שֶׂק מַשָּׂ֖א אַרְבָּעִ֣ גְּמַלִּ֑ים וַיָּבֹא֙ וַיַּעֲמֹ֣ד לְפָנָ֔יו וַיֹּ֗אמֶר בִּנְךָ֨ בֶן־הֲדַ֤ד מֶֽלֶךְ־אֲרָם֙ שְׁלָחַ֤נִי אֵלֶ֙יךָ֙ לֵאמֹ֔ר הַאֶחְיֶ֖ה מֵחֳלִ֥י זֶֽה׃
10 וַיֹּ֤אמֶר אֵלָיו֙ אֱלִישָׁ֔ע לֵ֥ךְ אֱמָר־ל֖וֹ חָיֹ֣ה תִחְיֶ֑ה וְהִרְאַ֥נִי יְהוָ֖ה כִּֽי־מ֥וֹת יָמֽוּת׃
11 וַיַּעֲמֵ֥ד אֶת־פָּנָ֖יו וַיָּ֣שֶׂם עַד־בֹּ֑שׁ וַיֵּ֖בְךְּ אִ֥ישׁ הָאֱלֹהִֽים׃
12 וַיֹּ֣אמֶר חֲזָאֵ֔ל מַדּ֖וּעַ אֲדֹנִ֣י בֹכֶ֑ה וַיֹּ֡אמֶר כִּֽי־יָדַ֜עְתִּי אֵ֣ת׀ אֲשֶׁר־תַּעֲשֶׂ֣ה לִבְנֵֽי־יִשְׂרָאֵ֗ל רָעָ֛ה מִבְצְרֵיהֶ֥ם תְּשַׁלַּ֖ח בָּאֵ֥שׁ וּבַחֻֽרֵיהֶם֙ בַּחֶ֣רֶב תַּהֲרֹ֔ג וְעֹלְלֵיהֶ֣ם תְּרַטֵּ֔שׁ וְהָרֹתֵיהֶ֖ם תְּבַקֵּֽעַ׃
13 וַיֹּ֣אמֶר חֲזָאֵ֔ל כִּ֣י מָ֤ה עַבְדְּךָ֙ הַכֶּ֔לֶב כִּ֣י יַעֲשֶׂ֔ה הַדָּבָ֖ר הַגָּד֣וֹל הַזֶּ֑ה וַיֹּ֣אמֶר אֱלִישָׁ֔ע הִרְאַ֧נִי יְהוָ֛ה אֹתְךָ֖ מֶ֥לֶךְ עַל־אֲרָֽם׃
14 וַיֵּ֣לֶךְ׀ מֵאֵ֣ת אֱלִישָׁ֗ע וַיָּבֹא֙ אֶל־אֲדֹנָ֔יו וַיֹּ֣אמֶר ל֔וֹ מָֽה־אָמַ֥ר לְךָ֖ אֱלִישָׁ֑ע וַיֹּ֕אמֶר אָ֥מַר לִ֖י חָיֹ֥ה תִחְיֶֽה׃
15 וַיְהִ֣י מִֽמָּחֳרָ֗ת וַיִּקַּח֙ הַמַּכְבֵּ֔ר וַיִּטְבֹּ֥ל בַּמַּ֖יִם וַיִּפְרֹ֣שׂ עַל־פָּנָ֑יו וַיָּמֹ֗ת וַיִּמְלֹ֛ךְ חֲזָהאֵ֖ל תַּחְתָּֽיו׃
16 וּבִשְׁנַ֣ת חָמֵ֗שׁ לְיוֹרָ֤ם בֶּן־אַחְאָב֙ מֶ֣לֶךְ יִשְׂרָאֵ֔ל וִיהוֹשָׁפָ֖ט מֶ֣לֶךְ יְהוּדָ֑ה מָלַ֛ךְ יְהוֹרָ֥ם בֶּן־יְהוֹשָׁפָ֖ט מֶ֥לֶךְ יְהוּדָֽה׃
17 בֶּן־שְׁלֹשִׁ֥ים וּשְׁתַּ֛יִם שָׁנָ֖ה הָיָ֣ה בְמָלְכ֑וֹ וּשְׁמֹנֶ֣ה שָׁנִ֔ים מָלַ֖ךְ בִּירוּשָׁלִָֽם׃
18 וַיֵּ֜לֶךְ בְּדֶ֣רֶךְ׀ מַלְכֵ֣י יִשְׂרָאֵ֗ל כַּאֲשֶׁ֤ר עָשׂוּ֙ בֵּ֣ית אַחְאָ֔ב כִּ֚י בַּת־אַחְאָ֔ב הָ֥יְתָה לּ֖וֹ אִשָּׁ֑ה וַיַּ֥עַשׂ הָרַ֖ע בְּעֵינֵ֥י יְהוָֽה׃
19 וְלֹֽא־אָבָ֤ה יְהוָה֙ לְהַשְׁחִ֣ית אֶת־יְהוּדָ֔ה לְמַ֖עַן דָּוִ֣ד עַבְדּ֑וֹ כַּאֲשֶׁ֣ר אָֽמַר־ל֗וֹ לָתֵ֤ת ל֥וֹ נִ֛יר לְבָנָ֖יו כָּל־הַיָּמִֽים׃
20 בְּיָמָיו֙ פָּשַׁ֣ע אֱד֔וֹם מִתַּ֖חַת יַד־יְהוּדָ֑ה וַיַּמְלִ֥כוּ עֲלֵיהֶ֖ם מֶֽלֶךְ׃
21 וַיַּעֲבֹ֤ר יוֹרָם֙ צָעִ֔ירָה וְכָל־הָרֶ֖כֶב עִמּ֑וֹ וַ֠יְהִי הוּא קָ֣ם לַ֗יְלָה וַיַּכֶּ֨ה אֶת־אֱד֤וֹם הַסֹּֽבֵיב֙ אֵלָ֔יו וְאֵ֖ת שָׂרֵ֥י הָרֶֽכֶב׃ וַיָּ֥נָס הָעָ֖ם לְאֹהָלָֽיו׃
22 וַיִּפְשַׁ֨ע אֱד֜וֹם מִתַּ֣חַת יַד־יְהוּדָ֗ה עַ֚ד הַיּ֣וֹם הַזֶּ֔ה אָ֖ז תִּפְשַׁ֣ע לִבְנָ֑ה בָּעֵ֖ת הַהִֽיא׃
23 וְיֶ֛תֶר דִּבְרֵ֥י יוֹרָ֖ם וְכָל־אֲשֶׁ֣ר עָשָׂ֑ה הֲלֽוֹא־הֵ֣ם כְּתוּבִ֗ים עַל־סֵ֛פֶר דִּבְרֵ֥י הַיָּמִ֖ים לְמַלְכֵ֥י יְהוּדָֽה׃
24 וַיִּשְׁכַּ֤ב יוֹרָם֙ עִם־אֲבֹתָ֔יו וַיִּקָּבֵ֥ר עִם־אֲבֹתָ֖יו בְּעִ֣יר דָּוִ֑ד וַיִּמְלֹ֛ךְ אֲחַזְיָ֥הוּ בְנ֖וֹ תַּחְתָּֽיו׃
25 בִּשְׁנַת֙ שְׁתֵּים־עֶשְׂרֵ֣ה שָׁנָ֔ה לְיוֹרָ֥ם בֶּן־אַחְאָ֖ב מֶ֣לֶךְ יִשְׂרָאֵ֑ל מָלַ֛ךְ אֲחַזְיָ֥הוּ בֶן־יְהוֹרָ֖ם מֶ֥לֶךְ יְהוּדָֽה׃
26 בֶּן־עֶשְׂרִ֨ים וּשְׁתַּ֤יִם שָׁנָה֙ אֲחַזְיָ֣הוּ בְמָלְכ֔וֹ וְשָׁנָ֣ה אַחַ֔ת מָלַ֖ךְ בִּירוּשָׁלִָ֑ם וְשֵׁ֤ם אִמּוֹ֙ עֲתַלְיָ֔הוּ בַּת־עָמְרִ֖י מֶ֥לֶךְ יִשְׂרָאֵֽל׃
27 וַיֵּ֜לֶךְ בְּדֶ֣רֶךְ בֵּֽית־אַחְאָ֗ב וַיַּ֤עַשׂ הָרַע֙ בְּעֵינֵ֣י יְהוָ֔ה כְּבֵ֖ית אַחְאָ֑ב כִּ֛י חֲתַ֥ן בֵּית־אַחְאָ֖ב הֽוּא׃
28 וַיֵּ֜לֶךְ אֶת־יוֹרָ֣ם בֶּן־אַחְאָ֗ב לַמִּלְחָמָ֛ה עִם־חֲזָהאֵ֥ל מֶֽלֶךְ־אֲרָ֖ם בְּרָמֹ֣ת גִּלְעָ֑ד וַיַּכּ֥וּ אֲרַמִּ֖ים אֶת־יוֹרָֽם׃
29 וַיָּשָׁב֩ יוֹרָ֨ם הַמֶּ֜לֶךְ לְהִתְרַפֵּ֣א בִֽיזְרְעֶ֗אל מִן־הַמַּכִּים֙ אֲשֶׁ֨ר יַכֻּ֤הוּ אֲרַמִּים֙ בָּֽרָמָ֔ה בְּהִלָּ֣חֲמוֹ אֶת־חֲזָהאֵל֙ מֶ֣לֶךְ אֲרָ֔ם וַאֲחַזְיָ֨הוּ בֶן־יְהוֹרָ֜ם מֶ֣לֶךְ יְהוּדָ֗ה יָרַ֡ד לִרְא֞וֹת אֶת־יוֹרָ֧ם בֶּן־אַחְאָ֛ב בְּיִזְרְעֶ֖אל כִּֽי־חֹלֶ֥ה הֽוּא׃
Capítulo 9
LBLA
1 Entonces el profeta Eliseo llamó a uno de los hijos de los profetas, y le dijo: Ciñe tus lomos, y toma esta redoma de aceite en tu mano, y ve a Ramot de Galaad.
2 Cuando llegues allá, busca allí a Jehú, hijo de Josafat, hijo de Nimsi; entra y haz que se levante de entre sus hermanos, y llévalo a una cámara interior.
3 Toma entonces la redoma de aceite, y derrámala sobre su cabeza y di: "Así dice el SEÑOR: 'Te he ungido rey sobre Israel.'" Entonces abre la puerta y huye; no esperes.
4 Fue, pues, el joven (el siervo del profeta) a Ramot de Galaad.
5 Cuando llegó, he aquí que los capitanes del ejército estaban sentados juntos. Y él dijo: Tengo un mensaje para ti, capitán. Y Jehú dijo: ¿Para cuál de todos nosotros? Y él respondió: Para ti, capitán.
6 Entonces se levantó y entró en la casa; y él derramó el aceite sobre su cabeza, y le dijo: Así dice el SEÑOR, Dios de Israel: "Te he ungido rey sobre el pueblo del SEÑOR, sobre Israel.
7 Y herirás la casa de Acab tu señor, para que yo vengue la sangre de mis siervos los profetas, y la sangre de todos los siervos del SEÑOR, de la mano de Jezabel.
8 Porque toda la casa de Acab perecerá; y exterminaré de Acab todo varón, tanto al esclavo como al libre en Israel.
9 Y haré la casa de Acab como la casa de Jeroboam, hijo de Nabat, y como la casa de Baasa, hijo de Ahías.
10 Y a Jezabel la comerán los perros en la parcela de Jezreel, y no habrá quien la entierre." Entonces abrió la puerta y huyó.
11 Cuando salió Jehú a los siervos de su señor, le dijeron: ¿Está todo bien? ¿Para qué vino a ti aquel loco? Y él les dijo: Vosotros conocéis al hombre y sus palabras.
12 Pero ellos dijeron: ¡Mentira! Te rogamos que nos lo digas. Y él dijo: Así y así me habló, diciendo: "Así dice el SEÑOR: 'Te he ungido rey sobre Israel.'"
13 Entonces se apresuraron, y tomando cada uno su manto, lo pusieron debajo de él en las gradas, y tocaron la trompeta, y dijeron: ¡Jehú es rey!
14 Así conspiró Jehú, hijo de Josafat, hijo de Nimsi, contra Joram. Y Joram había estado guardando Ramot de Galaad, él y todo Israel, por causa de Hazael, rey de Aram,
15 pero el rey Joram había regresado a Jezreel para curarse de las heridas que los arameos le habían hecho cuando peleó contra Hazael, rey de Aram. Y Jehú dijo: Si es vuestra voluntad, que nadie escape ni salga de la ciudad para ir a dar las nuevas en Jezreel.
16 Entonces Jehú montó en su carro y fue a Jezreel, porque Joram estaba allí enfermo; y Ocozías, rey de Judá, había descendido a visitar a Joram.
17 Y el centinela estaba de pie en la torre de Jezreel, y vio la compañía de Jehú que venía, y dijo: Veo una compañía. Y Joram dijo: Toma un jinete y envíalo a su encuentro, y que pregunte: ¿Hay paz?
18 Fue, pues, el jinete a su encuentro, y dijo: Así dice el rey: ¿Hay paz? Y Jehú dijo: ¿Qué tienes tú que ver con la paz? Vuélvete y ven detrás de mí. Y el centinela dio aviso, diciendo: El mensajero llegó a ellos, pero no regresa.
19 Entonces envió un segundo jinete, que llegó a ellos y dijo: Así dice el rey: ¿Hay paz? Y Jehú respondió: ¿Qué tienes tú que ver con la paz? Vuélvete y ven detrás de mí.
20 Y el centinela dio aviso, diciendo: El mensajero llegó a ellos, pero no regresa; y la manera de conducirse es como la manera de conducirse de Jehú, hijo de Nimsi, porque conduce con locura.
21 Entonces Joram dijo: Unce el carro. Y uncieorn su carro. Y salieron Joram, rey de Israel, y Ocozías, rey de Judá, cada uno en su carro, y salieron al encuentro de Jehú, y lo encontraron en la parcela de Nabot el jezreelita.
22 Y sucedió que cuando Joram vio a Jehú, dijo: ¿Hay paz, Jehú? Y él respondió: ¿Qué paz, mientras las fornicaciones de tu madre Jezabel y sus muchas hechicerías continúan?
23 Entonces Joram volvió las riendas y huyó, diciendo a Ocozías: ¡Traición, Ocozías!
24 Pero Jehú tensó su arco e hirió a Joram entre los hombros, y la flecha salió por su corazón, y él se desplomó en su carro.
25 Entonces Jehú dijo a Bidcar su oficial: Tómalo y échalo en la parcela del campo de Nabot el jezreelita; porque acuérdate que cuando tú y yo íbamos juntos tras su padre Acab, el SEÑOR pronunció esta carga contra él:
26 "Ciertamente he visto ayer la sangre de Nabot y la sangre de sus hijos--declara el SEÑOR--y te daré el pago en esta parcela--declara el SEÑOR." Ahora pues, tómalo y échalo en la parcela, conforme a la palabra del SEÑOR.
27 Al ver esto Ocozías, rey de Judá, huyó por el camino de la casa del huerto. Y Jehú lo persiguió, y dijo: ¡Matadlo a él también en su carro! Y lo hirieron en la cuesta de Gur, que está cerca de Ibleam. Pero él huyó a Meguido, y allí murió.
28 Y sus siervos lo llevaron en un carro a Jerusalén, y lo sepultaron en su sepulcro con sus padres en la ciudad de David.
29 Y en el año undécimo de Joram, hijo de Acab, Ocozías había comenzado a reinar sobre Judá.
30 Cuando Jehú llegó a Jezreel, Jezabel lo oyó, y se pintó los ojos con antimonio, y adornó su cabeza, y se asomó por la ventana.
31 Y cuando Jehú entraba por la puerta, ella dijo: ¿Le va bien a Zimri, asesino de su señor?
32 Entonces él alzó su rostro hacia la ventana, y dijo: ¿Quién está conmigo? ¿Quién? Y dos o tres oficiales se asomaron hacia él.
33 Y él dijo: Echadla abajo. Y ellos la echaron, y parte de su sangre salpicó en la pared y en los caballos, y él la atropelló.
34 Cuando entró, comió y bebió, y dijo: Id ahora a ver a esa maldita mujer, y sepultadla, pues es hija de rey.
35 Pero cuando fueron a sepultarla, no hallaron de ella más que el cráneo, los pies y las palmas de las manos.
36 Y volvieron y se lo dijeron. Y él dijo: Esta es la palabra que el SEÑOR habló por medio de su siervo Elías tisbita, diciendo: "En la parcela de Jezreel los perros comerán la carne de Jezabel;
37 y el cadáver de Jezabel será como estiércol sobre la faz del campo en la parcela de Jezreel, de modo que no se pueda decir: 'Esta es Jezabel.'"
WLC
1 וֶאֱלִישָׁע֙ הַנָּבִ֔יא קָרָ֕א לְאַחַ֖ד מִבְּנֵ֣י הַנְּבִיאִ֑ים וַיֹּ֨אמֶר ל֜וֹ חֲגֹ֣ר מָתְנֶ֗יךָ וְקַח֙ פַּ֣ךְ הַשֶּׁ֔מֶן הַזֶּ֖ה בְּיָדֶ֑ךָ וְלֵ֖ךְ רָמֹ֥ת גִּלְעָֽד׃
2 וּבָ֖אתָ שָׁ֑מָּה וּרְאֵֽה־שָׁ֠ם יֵה֨וּא בֶן־יְהוֹשָׁפָ֜ט בֶּן־נִמְשִׁ֗י וּבָ֙אתָ֙ וַהֲקֵֽמֹתוֹ֙ מִתּ֣וֹך אֶחָ֔יו וְהֵבֵיאתָ֥ אֹת֖וֹ חֶ֥דֶר בְּחָֽדֶר׃
3 וְלָקַחְתָּ֤ פַךְ־הַשֶּׁ֙מֶן֙ וְיָצַקְתָּ֣ עַל־רֹאשׁ֔וֹ וְאָֽמַרְתָּ֙ כֹּֽה־אָמַ֣ר יְהוָ֔ה מְשַׁחְתִּ֥יךָֽ לְמֶ֖לֶךְ אֶל־יִשְׂרָאֵ֑ל וּפָתַחְתָּ֥ הַדֶּ֛לֶת וְנַ֖סְתָּה וְלֹ֥א תְחַכֶּֽה׃
4 וַיֵּ֧לֶךְ הַנַּ֛עַר הַנַּ֥עַר הַנָּבִ֖יא רָמֹ֥ת גִּלְעָֽד׃
5 וַיָּבֹ֗א וְהִנֵּ֤ה שָׂרֵֽי־הַחַ֙יִל֙ יֹֽשְׁבִ֔ים וַיֹּ֕אמֶר דָּבָ֥ר לִ֛י אֵלֶ֖יךָ הַשָּׂ֑ר וַיֹּ֤אמֶר יֵהוּא֙ אֶל־מִ֣י מִכֻּלָּ֔נוּ וַיֹּ֖אמֶר אֵלֶ֥יךָ הַשָּֽׂר׃
6 וַיָּ֙קָם֙ וַיָּבֹ֣א הַבַּ֔יְתָה וַיִּצֹ֥ק הַשֶּׁ֖מֶן אֶל־רֹאשׁ֑וֹ וַיֹּ֣אמֶר ל֗וֹ כֹּֽה־אָמַ֤ר יְהוָה֙ אֱלֹהֵ֣י יִשְׂרָאֵ֔ל מְשַׁחְתִּ֧יךָֽ לְמֶ֛לֶךְ אֶל־עַ֥ם יְהוָ֖ה אֶל־יִשְׂרָאֵֽל׃
7 וְהִ֨כִּיתָ֔ה אֶת־בֵּ֥ית אַחְאָ֖ב אֲדֹנֶ֑יךָ וְנִקַּמְתִּ֞י דְּמֵ֣י׀ עֲבָדַ֣י הַנְּבִיאִ֗ים וּדְמֵ֛י כָּל־עַבְדֵ֥י יְהוָ֖ה מִיַּ֥ד אִיזָֽבֶל׃
8 וְאָבַ֖ד כָּל־בֵּ֣ית אַחְאָ֑ב וְהִכְרַתִּ֤י לְאַחְאָב֙ מַשְׁתִּ֣ין בְּקִ֔יר וְעָצ֥וּר וְעָז֖וּב בְּיִשְׂרָאֵֽל׃
9 וְנָֽתַתִּי֙ אֶת־בֵּ֣ית אַחְאָ֔ב כְּבֵ֖ית יָרָבְעָ֣ם בֶּן־נְבָ֑ט וּכְבֵ֖ית בַּעְשָׁ֥א בֶן־אֲחִיָּֽה׃
10 וְאֶת־אִיזֶ֜בֶל יֹאכְל֧וּ הַכְּלָבִ֛ים בְּחֵ֥לֶק יִזְרְעֶ֖אל וְאֵ֣ין קֹבֵ֑ר וַיִּפְתַּ֥ח הַדֶּ֛לֶת וַיָּנֹֽס׃
11 וְיֵה֗וּא יָצָא֙ אֶל־עַבְדֵ֣י אֲדֹנָ֔יו וַיֹּ֤אמֶר לוֹ֙ הֲשָׁל֔וֹם מַדּ֛וּעַ בָּֽא־הַמְשֻׁגָּ֥ע הַזֶּ֖ה אֵלֶ֑יךָ וַיֹּ֣אמֶר אֲלֵיהֶ֔ם אַתֶּ֛ם יְדַעְתֶּ֥ם אֶת־הָאִ֖ישׁ וְאֶת־שִׂיחֽוֹ׃
12 וַיֹּאמְר֣וּ שֶׁ֔קֶר הַגֶּד־נָ֖א לָ֑נוּ וַיֹּ֗אמֶר כָּזֹ֤את וְכָזֹאת֙ אָמַ֤ר אֵלַי֙ לֵאמֹ֔ר כֹּ֚ה אָמַ֣ר יְהוָ֔ה מְשַׁחְתִּ֥יךָֽ לְמֶ֖לֶךְ אֶל־יִשְׂרָאֵֽל׃
13 וַֽיְמַהֲר֗וּ וַיִּקְחוּ֙ אִ֣ישׁ בִּגְד֔וֹ וַיָּשִׂ֥ימוּ תַחְתָּ֖יו אֶל־גֶּ֣רֶם הַֽמַּעֲל֑וֹת וַֽיִּתְקְעוּ֙ בַּשּׁוֹפָ֔ר וַיֹּאמְר֖וּ מָלַ֥ךְ יֵהֽוּא׃
14 וַיִּתְקַשֵּׁ֗ר יֵה֛וּא בֶּן־יְהוֹשָׁפָ֥ט בֶּן־נִמְשִׁ֖י אֶל־יוֹרָ֑ם וְיוֹרָ֗ם הָיָ֨ה שֹׁמֵ֤ר בְּרָמֹת֙ גִּלְעָ֔ד ה֛וּא וְכָל־יִשְׂרָאֵ֖ל מִפְּנֵ֥י חֲזָאֵ֖ל מֶ֥לֶךְ אֲרָֽם׃
15 וַיָּשָׁב֩ יְהוֹרָ֨ם הַמֶּ֜לֶךְ לְהִתְרַפֵּ֣א בִיְזְרְעֶ֗אל מִן־הַמַּכִּים֙ אֲשֶׁ֨ר יַכֻּ֤הוּ אֲרַמִּים֙ בְּהִלָּ֣חֲמ֔וֹ אֶת־חֲזָאֵ֖ל מֶ֣לֶךְ אֲרָ֑ם וַיֹּ֤אמֶר יֵהוּא֙ אִם־יֵ֣שׁ נַפְשְׁכֶ֔ם אַל־יֵצֵ֤א פָלִיט֙ מִן־הָעִ֔יר לָלֶ֖כֶת לְהַגִּ֥יד בְּיִזְרְעֶֽאל׃
16 וַיִּרְכַּ֤ב יֵהוּא֙ וַיֵּ֣לֶךְ יִזְרְעֶ֔אלָה כִּ֥י יוֹרָ֖ם שֹׁכֵ֣ב שָׁ֑מָּה וַֽאֲחַזְיָה֙ מֶ֣לֶךְ יְהוּדָ֔ה יָרַ֖ד לִרְא֥וֹת אֶת־יוֹרָֽם׃
17 וְהַצֹּפֶה֩ עֹמֵ֨ד עַֽל־הַמִּגְדָּ֜ל בְּיִזְרְעֶ֗אל וַיַּ֞רְא אֶת־שִׁפְעַ֤ת יֵהוּא֙ בְּבֹא֔וֹ וַיֹּ֕אמֶר שִׁפְעַ֥ת אֲנִ֖י רֹאֶ֑ה וַיֹּ֣אמֶר יְהוֹרָ֗ם קַ֥ח רַכָּ֛ב וּֽשְׁלַ֥ח לִקְרָאתָ֖ם וְיֹאמַ֥ר הֲשָׁלֽוֹם׃
18 וַיֵּ֩לֶךְ֩ רֹכֵ֨ב הַסּ֜וּס לִקְרָאת֗וֹ וַיֹּ֙אמֶר֙ כֹּֽה־אָמַ֤ר הַמֶּ֙לֶךְ֙ הֲשָׁל֔וֹם וַיֹּ֧אמֶר יֵה֛וּא מַה־לְּךָ֥ וּלְשָׁל֖וֹם סֹ֣ב אֶֽל־אַחֲרָ֑י וַיַּגֵּ֤ד הַצֹּפֶה֙ לֵאמֹ֔ר בָּֽא־הַמַּלְאָ֥ךְ עַד־הֵ֖ם וְלֹא־שָֽׁב׃
19 וַיִּשְׁלַ֗ח רֹכֵ֣ב סוּס֮ שֵׁנִי֒ וַיָּבֹ֣א אֲלֵהֶ֔ם וַיֹּ֛אמֶר כֹּה־אָמַ֥ר הַמֶּ֖לֶךְ שָׁל֑וֹם וַיֹּ֧אמֶר יֵה֛וּא מַה־לְּךָ֥ וּלְשָׁל֖וֹם סֹ֥ב אֶֽל־אַחֲרָֽי׃
20 וַיַּגֵּ֤ד הַצֹּפֶה֙ לֵאמֹ֔ר בָּ֥א עַד־אֲלֵיהֶ֖ם וְלֹא־שָׁ֑ב וְהַמִּנְהָ֗ג כְּמִנְהַג֙ יֵה֣וּא בֶן־נִמְשִׁ֔י כִּ֥י בְשִׁגָּע֖וֹן יִנְהָֽג׃
21 וַיֹּ֤אמֶר יְהוֹרָם֙ אֱסֹ֔ר וַיֶּאְסֹ֖ר רִכְבּ֑וֹ וַיֵּצֵ֣א יְהוֹרָ֣ם מֶֽלֶךְ־יִשְׂרָאֵ֣ל׀ וַֽאֲחַזְיָ֣הוּ מֶֽלֶךְ־יְהוּדָ֡ה אִ֣ישׁ בְּרִכְבּ֡וֹ וַיֵּֽצְאוּ֩ לִקְרַ֨את יֵה֜וּא וַיִּמְצָאֻ֗הוּ בְּחֶלְקַת֙ נָב֣וֹת הַיִּזְרְעֵאלִ֔י׃
22 וַיְהִ֛י כִּרְא֥וֹת יְהוֹרָ֖ם אֶת־יֵה֑וּא וַיֹּ֙אמֶר֙ הֲשָׁל֣וֹם יֵה֔וּא וַיֹּ֙אמֶר֙ מָ֣ה הַשָּׁל֔וֹם עַד־זְנוּנֵ֞י אִיזֶ֧בֶל אִמְּךָ֛ וּכְשָׁפֶ֖יהָ הָרַבִּֽים׃
23 וַיַּהֲפֹ֤ךְ יְהוֹרָם֙ יָדָ֔יו וַיָּנֹ֖ס וַיֹּ֣אמֶר אֶל־אֲחַזְיָ֑ה מִרְמָ֖ה אֲחַזְיָֽה׃
24 וְיֵה֞וּא מִלֵּ֧א יָד֣וֹ בַקֶּ֗שֶׁת וַיַּ֤ךְ אֶת־יְהוֹרָם֙ בֵּ֣ין זְרֹעָ֔יו וַיֵּצֵ֥א הַחֵ֖צִי מִלִּבּ֑וֹ וַיִּכְרַ֖ע בְּרִכְבּֽוֹ׃
25 וַיֹּ֨אמֶר יֵה֜וּא אֶל־בִּדְקַ֣ר׀ שָׁלִשׁ֗וֹ שָׂ֠א הַשְׁלִכֵ֤הוּ בְּחֶלְקַת֙ שְׂדֵ֣ה נָב֣וֹת הַיִּזְרְעֵאלִ֔י כִּֽי־זְכֹ֕ר אֲנִ֣י וָאַ֗תָּה אֵ֚ת רֹכְבִ֣ים צְמָדִ֔ים אַחֲרֵ֖י אַחְאָ֣ב אָבִ֑יו וַֽיהוָה֙ נָשָׂ֣א עָלָ֔יו אֶת־הַמַּשָּׂ֖א הַזֶּֽה׃
26 אִם־לֹ֡א אֶת־דְּמֵ֣י נָבוֹת֩ וְאֶת־דְּמֵ֨י בָנָ֜יו רָאִ֤יתִי אֶ֙מֶשׁ֙ נְאֻם־יְהוָ֔ה וְשִׁלַּמְתִּ֥י לְךָ֛ בַּחֶלְקָ֥ה הַזֹּ֖את נְאֻם־יְהוָ֑ה וְעַתָּ֗ה שָׂ֤א הַשְׁלִכֵ֙הוּ֙ בַּחֶלְקָ֔ה כִּדְבַ֥ר יְהוָֽה׃
27 וַאֲחַזְיָ֤ה מֶֽלֶךְ־יְהוּדָה֙ רָאָ֔ה וַיָּ֕נָס דֶּ֖רֶךְ בֵּ֣ית הַגָּ֑ן וַיִּרְדֹּ֨ף אַחֲרָ֜יו יֵה֗וּא וַ֠יֹּאמֶר גַּם־אֹת֞וֹ הַכֻּ֣הוּ אֶל־הַמֶּרְכָּבָ֗ה בְּמַֽעֲלֵה־גוּר֙ אֲשֶׁ֣ר אֶֽת־יִבְלְעָ֔ם וַיָּ֥נָס מְגִדּ֖וֹ וַיָּ֥מָת שָֽׁם׃
28 וַיַּרְכִּ֧בוּ אֹת֛וֹ עֲבָדָ֖יו יְרוּשָׁלִַ֑מָה וַיִּקְבְּר֨וּ אֹת֧וֹ בִקְבֻרָת֛וֹ עִם־אֲבֹתָ֖יו בְּעִ֥יר דָּוִֽד׃
29 וּבִשְׁנַת֙ אַחַ֣ת עֶשְׂרֵ֣ה שָׁנָ֔ה לְיוֹרָ֖ם בֶּן־אַחְאָ֑ב מָלַ֥ךְ אֲחַזְיָ֖ה עַל־יְהוּדָֽה׃
30 וַיָּב֥וֹא יֵה֖וּא יִזְרְעֶ֑אלָה וְאִיזֶ֣בֶל שָׁמְעָ֗ה וַתָּ֨שֶׂם בַּפּ֤וּךְ עֵינֶ֙יהָ֙ וַתֵּ֣יטֶב אֶת־רֹאשָׁ֔הּ וַתַּשְׁקֵ֖ף בְּעַ֥ד הַחַלּֽוֹן׃
31 וְיֵה֖וּא בָּ֣א בַשָּׁ֑עַר וַתֹּ֣אמֶר הֲשָׁל֔וֹם זִמְרִ֖י הֹרֵ֥ג אֲדֹנָֽיו׃
32 וַיִּשָּׂ֤א פָנָיו֙ אֶל־הַ֣חַלּ֔וֹן וַיֹּ֕אמֶר מִ֥י אִתִּ֖י מִ֑י וַיַּשְׁקִ֣יפוּ אֵלָ֔יו שְׁנַ֥יִם שְׁלֹשָׁ֖ה סָרִיסִֽים׃
33 וַיֹּ֥אמֶר שִׁמְט֖וּהָ וַֽיִּשְׁמְט֑וּהָ וַיִּ֨ז מִדָּמָ֧הּ אֶל־הַקִּ֛יר וְאֶל־הַסּוּסִ֖ים וַֽיִּרְמְסֶֽנָּה׃
34 וַיָּבֹ֖א וַיֹּ֣אכַל וַיֵּ֑שְׁתְּ וַיֹּ֗אמֶר פִּקְדוּ־נָ֞א אֶת־הָאֲרוּרָ֤ה הַזֹּאת֙ וְקִבְר֔וּהָ כִּ֥י בַת־מֶ֖לֶךְ הִֽיא׃
35 וַיֵּלְכ֖וּ לְקָבְרָ֑הּ וְלֹא־מָ֣צְאוּ בָ֗הּ כִּ֧י אִם־הַגֻּלְגֹּ֛לֶת וְהָרַגְלַ֖יִם וְכַפּ֥וֹת הַיָּדָֽיִם׃
36 וַיָּשֻׁ֙בוּ֙ וַיַּגִּ֣דוּ ל֔וֹ וַיֹּ֙אמֶר֙ דְּבַר־יְהוָ֣ה ה֔וּא אֲשֶׁ֣ר דִּבֶּ֗ר בְּיַד־עַבְדּ֛וֹ אֵלִיָּ֥הוּ הַתִּשְׁבִּ֖י לֵאמֹ֑ר בְּחֵ֣לֶק יִזְרְעֶ֔אל יֹאכְל֥וּ הַכְּלָבִ֖ים אֶת־בְּשַׂ֥ר אִיזָֽבֶל׃
37 וְהָיְתָ֤ה נִבְלַת֙ אִיזֶ֔בֶל כְּדֹ֛מֶן עַל־פְּנֵ֥י הַשָּׂדֶ֖ה בְּחֵ֣לֶק יִזְרְעֶ֑אל אֲשֶׁ֥ר לֹֽא־יֹאמְר֖וּ זֹ֥את אִיזָֽבֶל׃
Capítulo 10
LBLA
1 Y Acab tenía setenta hijos en Samaria. Y Jehú escribió cartas y las envió a Samaria, a los principales de Jezreel, a los ancianos y a los tutores de los hijos de Acab, diciendo:
2 Ahora pues, cuando lleguen a vosotros estas cartas, puesto que tenéis con vosotros a los hijos de vuestro señor, así como carros y caballos, una ciudad fortificada y armas,
3 escoged al mejor y más recto de los hijos de vuestro señor, ponedlo en el trono de su padre, y pelead por la casa de vuestro señor.
4 Pero ellos tuvieron gran temor, y dijeron: He aquí, dos reyes no pudieron resistirle, ¿cómo le resistiremos nosotros?
5 Y el que estaba encargado de la casa, y el que estaba encargado de la ciudad, los ancianos y los tutores, enviaron a decir a Jehú: Somos tus siervos, y haremos todo lo que nos digas. No haremos rey a nadie; haz lo que bien te parezca.
6 Entonces les escribió una segunda carta, diciendo: Si estáis de mi parte y escucháis mi voz, tomad las cabezas de los hombres, hijos de vuestro señor, y venid a mí mañana a esta hora a Jezreel. Y los hijos del rey, setenta personas, estaban con los principales de la ciudad que los criaban.
7 Y sucedió que cuando la carta llegó a ellos, tomaron a los hijos del rey y degollaron a las setenta personas, y pusieron sus cabezas en canastas y se las enviaron a Jezreel.
8 Y vino un mensajero y le dio las nuevas, diciendo: Han traído las cabezas de los hijos del rey. Y él dijo: Ponedlas en dos montones a la entrada de la puerta hasta la mañana.
9 Y sucedió que por la mañana salió y se detuvo, y dijo a todo el pueblo: Vosotros sois justos; he aquí, yo conspiré contra mi señor y lo maté, pero ¿quién mató a todos estos?
10 Sabed ahora que nada de la palabra del SEÑOR caerá a tierra, la cual el SEÑOR habló contra la casa de Acab; pues el SEÑOR ha hecho lo que dijo por medio de su siervo Elías.
11 Y Jehú mató a todos los que quedaban de la casa de Acab en Jezreel, a todos sus grandes, a sus conocidos y a sus sacerdotes, hasta que no le dejó ninguno con vida.
12 Entonces se levantó y partió, y fue a Samaria. Cuando estaba en la casa de esquileo en el camino,
13 Jehú encontró a los hermanos de Ocozías, rey de Judá, y dijo: ¿Quiénes sois vosotros? Y ellos respondieron: Somos los hermanos de Ocozías, y hemos bajado a saludar a los hijos del rey y a los hijos de la reina.
14 Y él dijo: Prendedlos vivos. Y los prendieron vivos y los degollaron junto al pozo de la casa de esquileo, cuarenta y dos hombres; no dejó a ninguno de ellos.
15 Y partiendo de allí, encontró a Jonadab, hijo de Recab, que venía a su encuentro; lo saludó y le dijo: ¿Es recto tu corazón, como mi corazón es recto con el tuyo? Y Jonadab respondió: Lo es. Pues si lo es, dame la mano. Y él le dio la mano, y lo hizo subir con él en el carro.
16 Y le dijo: Ven conmigo y verás mi celo por el SEÑOR. Y lo llevaron en su carro.
17 Cuando llegó a Samaria, mató a todos los que quedaban de Acab en Samaria, hasta exterminarlos, conforme a la palabra que el SEÑOR habló a Elías.
18 Entonces Jehú reunió a todo el pueblo y les dijo: Acab sirvió poco a Baal; Jehú lo servirá mucho.
19 Ahora pues, llamad a mí a todos los profetas de Baal, a todos sus siervos y a todos sus sacerdotes; que no falte ninguno, porque tengo un gran sacrificio para Baal; cualquiera que falte no vivirá. Pero Jehú actuaba con engaño para destruir a los siervos de Baal.
20 Y dijo Jehú: Proclamad una asamblea solemne para Baal. Y la proclamaron.
21 Y envió Jehú mensajeros por todo Israel; y vinieron todos los siervos de Baal, y no quedó ninguno que no viniera. Entraron en la casa de Baal, y la casa de Baal se llenó de un extremo al otro.
22 Y dijo al encargado de los vestidos: Saca vestidos para todos los siervos de Baal. Y él les sacó vestidos.
23 Entonces entró Jehú con Jonadab, hijo de Recab, en la casa de Baal, y dijo a los siervos de Baal: Buscad y mirad que no haya aquí con vosotros ninguno de los siervos del SEÑOR, sino sólo los siervos de Baal.
24 Y cuando entraron para ofrecer sacrificios y holocaustos, Jehú puso fuera a ochenta hombres, y les dijo: El que deje escapar a alguno de los hombres que yo he puesto en vuestras manos, su vida responderá por la vida de él.
25 Y sucedió que cuando acabaron de ofrecer el holocausto, Jehú dijo a los guardias y a los capitanes: Entrad y matadlos; que no escape ninguno. Y los mataron a filo de espada; y los guardias y los capitanes los arrojaron fuera, y fueron hasta la ciudad de la casa de Baal.
26 Sacaron las columnas sagradas de la casa de Baal y las quemaron.
27 También derribaron el pilar de Baal, y derribaron la casa de Baal y la convirtieron en letrinas hasta hoy.
28 Así exterminó Jehú a Baal de Israel.
29 Sin embargo, Jehú no se apartó de los pecados de Jeroboam, hijo de Nabat, que hizo pecar a Israel, es decir, de los becerros de oro que estaban en Betel y en Dan.
30 Y el SEÑOR dijo a Jehú: Por cuanto has hecho bien en ejecutar lo que es recto ante mis ojos, y has hecho a la casa de Acab conforme a todo lo que estaba en mi corazón, tus hijos se sentarán sobre el trono de Israel hasta la cuarta generación.
31 Pero Jehú no tuvo cuidado de andar en la ley del SEÑOR, Dios de Israel, con todo su corazón; no se apartó de los pecados de Jeroboam, que hizo pecar a Israel.
32 En aquellos días el SEÑOR comenzó a reducir el territorio de Israel; y Hazael los derrotó por todo el territorio de Israel,
33 desde el Jordán hacia el oriente, toda la tierra de Galaad, los gaditas, los rubenitas y los manasitas, desde Aroer que está junto al torrente Arnón, hasta Galaad y Basán.
34 Los demás hechos de Jehú y todo lo que hizo y todo su poderío, ¿no están escritos en el libro de las Crónicas de los reyes de Israel?
35 Y durmió Jehú con sus padres, y lo sepultaron en Samaria; y su hijo Joacaz reinó en su lugar.
36 Y los días que reinó Jehú sobre Israel en Samaria fueron veintiocho años.
WLC
1 וּלְאַחְאָ֛ב שִׁבְעִ֥ים בָּנִ֖ים בְּשֹׁמְר֑וֹן וַיִּכְתֹּב֩ יֵה֨וּא סְפָרִ֜ים וַיִּשְׁלַ֣ח שֹׁמְר֗וֹן אֶל־שָׂרֵ֤י יִזְרְעֶאל֙ הַזְּקֵנִ֔ים וְאֶל־הָאֹמְנִ֥ים אַחְאָ֖ב לֵאמֹֽר׃
2 וְעַתָּ֗ה כְּבֹ֨א הַסֵּ֤פֶר הַזֶּה֙ אֲלֵיכֶ֔ם וְאִתְּכֶ֖ם בְּנֵ֣י אֲדֹנֵיכֶ֑ם וְאִתְּכֶם֙ הָרֶ֣כֶב וְהַסּוּסִ֔ים וְעִ֥יר מִבְצָ֖ר וְהַנָּֽשֶׁק׃
3 וּרְאִיתֶ֞ם הַטּ֤וֹב וְהַיָּשָׁר֙ מִבְּנֵ֣י אֲדֹנֵיכֶ֔ם וְשַׂמְתֶּ֖ם עַל־כִּסֵּ֣א אָבִ֑יו וְהִֽלָּחֲמ֖וּ בֵּ֥ית אֲדֹנֵיכֶֽם׃
4 וַיִּֽרְא֖וּ מְאֹ֣ד מְאֹ֑ד וַיֹּ֣אמְר֔וּ הִנֵּה֙ שְׁנֵ֣י הַמְּלָכִ֔ים לֹ֥א עָמְד֖וּ לְפָנָ֑יו וְאֵ֖יךְ נַעֲמֹ֥ד אֲנָֽחְנוּ׃
5 וַיִּשְׁלַ֞ח אֲשֶׁ֤ר עַל־הַבַּ֙יִת֙ וַאֲשֶׁ֣ר עַל־הָעִ֔יר וְהַזְּקֵנִ֖ים וְהָאֹמְנִ֑ים אֶל־יֵה֣וּא׀ לֵאמֹ֔ר עֲבָדֶ֥יךָ אֲנַ֛חְנוּ וְכֹ֥ל אֲשֶׁר־תֹּאמַ֖ר אֵלֵ֥ינוּ נַעֲשֶֽׂה׃ לֹא־נַמְלִ֣יךְ אִ֔ישׁ הַטּ֥וֹב בְּעֵינֶ֖יךָ עֲשֵֽׂה׃
6 וַיִּכְתֹּ֣ב אֲלֵיהֶם֩ סֵ֨פֶר׀ שֵׁנִ֜ית לֵאמֹ֗ר אִם־לִי֙ אַתֶּ֔ם וְלִקֹלִ֖י אַתֶּ֣ם שֹׁמְעִ֑ים קְח֗וּ אֶת־רָאשֵׁי֙ אַנְשֵׁ֣י בְנֵֽי־אֲדֹנֵיכֶ֔ם וּבֹ֧אוּ אֵלַ֛י כָּעֵ֥ת מָחָ֖ר יִזְרְעֶֽאלָה׃ וּבְנֵ֤י הַמֶּ֙לֶךְ֙ שִׁבְעִ֣ים אִ֔ישׁ אֶת־גְּדֹלֵ֥י הָעִ֖יר מְגַדְּלִ֥ים אוֹתָֽם׃
7 וַיְהִ֗י כְּבֹ֤א הַסֵּ֙פֶר֙ אֲלֵיהֶ֔ם וַיִּקְחוּ֙ אֶת־בְּנֵ֣י הַמֶּ֔לֶךְ וַֽיִּשְׁחֲט֖וּ שִׁבְעִ֣ים אִ֑ישׁ וַיָּשִׂ֙ימוּ֙ אֶת־רָ֣אשֵׁיהֶ֔ם בַּדּוּדִ֔ים וַיִּשְׁלְח֥וּ אֵלָ֖יו יִזְרְעֶֽאלָה׃
8 וַיָּבֹ֤א הַמַּלְאָךְ֙ וַיַּגֶּד־ל֣וֹ לֵאמֹ֔ר הֵבִ֖יאוּ רָאשֵׁ֣י בְנֵי־הַמֶּ֑לֶךְ וַיֹּ֗אמֶר שִׂ֤ימוּ אֹתָם֙ שְׁנֵ֣י צִבֻּרִ֔ים פֶּ֖תַח הַשַּׁ֥עַר עַד־הַבֹּֽקֶר׃
9 וַיְהִ֤י בַבֹּ֙קֶר֙ וַיֵּצֵ֣א וַֽיַּעֲמֹ֔ד וַיֹּ֨אמֶר אֶל־כָּל־הָעָ֔ם צַדִּיקִ֖ים אַתֶּ֑ם הִנֵּ֨ה אֲנִ֜י קָשַׁ֤רְתִּי עַל־אֲדֹנִי֙ וָאֶהְרְגֵ֔הוּ וּמִ֥י הִכָּ֖ה אֶת־כָּל־אֵֽלֶּה׃
10 דְּע֣וּ אֵפ֗וֹא כִּי֩ לֹ֨א יִפֹּ֜ל מִדְּבַ֤ר יְהוָה֙ אַ֔רְצָה אֲשֶׁר־דִּבֶּ֥ר יְהוָ֖ה עַל־בֵּ֣ית אַחְאָ֑ב וַֽיהוָה֙ עָשָׂ֔ה אֵ֥ת אֲשֶׁר־דִּבֶּ֖ר בְּיַ֥ד עַבְדּֽוֹ אֵלִיָּֽהוּ׃
11 וַיַּ֤ךְ יֵהוּא֙ אֵ֣ת כָּל־הַנִּשְׁאָרִ֔ים לְבֵ֥ית אַחְאָ֖ב בְּיִזְרְעֶ֑אל וְכָל־גְּדֹלָ֤יו וּמְיֻדָּעָיו֙ וְכֹהֲנָ֔יו עַד־בִּלְתִּ֥י הִשְׁאִֽיר־ל֖וֹ שָׂרִֽיד׃
12 וַיָּ֙קָם֙ וַיָּבֹ֔א וַיֵּ֖לֶךְ שֹׁמְר֑וֹן ה֥וּא בֵֽית־עֵ֛קֶד הָרֹעִ֖ים בַּדָּֽרֶךְ׃
13 וְיֵה֗וּא מָצָא֙ אֶת־אֲחֵי֙ אֲחַזְיָ֣הוּ מֶֽלֶךְ־יְהוּדָ֔ה וַיֹּ֕אמֶר מִ֥י אַתֶּ֖ם וַיֹּאמְר֑וּ אֲחֵ֤י אֲחַזְיָ֙הוּ֙ אֲנַ֔חְנוּ וַנֵּ֛רֶד לִשְׁל֥וֹם בְּנֵֽי־הַמֶּ֖לֶךְ וּבְנֵ֥י הַגְּבִירָֽה׃
14 וַיֹּ֙אמֶר֙ תִּפְשׂ֣וּם חַיִּ֔ים וַֽיִּתְפְּשׂ֖וּם חַיִּ֑ים וַֽיִּשְׁחָט֞וּם אֶל־בּ֤וֹר בֵּֽית־עֵקֶד֙ אַרְבָּעִ֣ים וּשְׁנַ֣יִם אִ֔ישׁ וְלֹֽא־הִשְׁאִ֥יר אִ֖ישׁ מֵהֶֽם׃
15 וַיֵּ֣לֶךְ מִשָּׁ֗ם וַיִּמְצָא֙ אֶת־יְהוֹנָדָ֣ב בֶּן־רֵכָ֔ב לִקְרָאת֖וֹ וַֽיְבָרְכֵ֑הוּ וַיֹּ֨אמֶר אֵלָ֜יו הֲיֵ֧שׁ אֶת־לְבָבְךָ֣ יָשָׁ֗ר כַּאֲשֶׁ֤ר לְבָבִי֙ עִם־לְבָבֶ֔ךָ וַיֹּ֤אמֶר יְהוֹנָדָב֙ יֵ֔שׁ וָיֵ֕שׁ תְּנָ֣ה אֶת־יָדֶ֔ךָ וַיִּתֵּ֣ן יָד֔וֹ וַיַּעֲלֵ֥הוּ אֵלָ֖יו אֶל־הַמֶּרְכָּבָֽה׃
16 וַיֹּ֙אמֶר֙ לְכָ֣ה אִתִּ֔י וּרְאֵ֖ה בְּקִנְאָתִ֣י לַיהוָ֑ה וַיַּרְכִּ֥בוּ אֹת֖וֹ בְּרִכְבּֽוֹ׃
17 וַיָּבֹ֣א שֹׁמְר֔וֹן וַיַּ֗ךְ אֶת־כָּל־הַנִּשְׁאָרִ֥ים לְאַחְאָ֖ב בְּשֹׁמְר֑וֹן עַד־הִשְׁמִיד֔וֹ כִּדְבַ֣ר יְהוָ֔ה אֲשֶׁ֥ר דִּבֶּ֖ר אֶל־אֵלִיָּֽהוּ׃
18 וַיִּקְבֹּ֤ץ יֵהוּא֙ אֶת־כָּל־הָעָ֔ם וַיֹּ֣אמֶר אֲלֵהֶ֔ם אַחְאָ֕ב עָבַ֥ד אֶת־הַבַּ֖עַל מְעָ֑ט יֵה֖וּא יַעַבְדֶ֥נּוּ הַרְבֵּֽה׃
19 וְעַתָּ֣ה כָל־נְבִיאֵ֣י הַבַּ֡עַל כָּל־עֹבְדָ֡יו וְכָל־כֹּהֲנָיו֩ קִרְא֨וּ אֵלַ֜י אִ֣ישׁ אַל־יִפָּקֵ֗ד כִּי֩ זֶ֨בַח גָּד֥וֹל לִ֛י לַבַּ֖עַל כֹּ֣ל אֲשֶׁר־יִפָּקֵ֑ד לֹ֥א יִֽחְיֶ֖ה וְיֵה֗וּא עָשָׂ֤ה בְעָקְבָּה֙ לְמַ֣עַן הַאֲבִ֔יד אֶת־עֹבְדֵ֖י הַבָּֽעַל׃
20 וַיֹּ֣אמֶר יֵה֔וּא קַדְּשׁ֥וּ עֲצָרָ֖ה לַבָּ֑עַל וַיִּקְרָֽאוּ׃
21 וַיִּשְׁלַ֤ח יֵהוּא֙ בְּכָל־יִשְׂרָאֵ֔ל וַיָּבֹ֙אוּ֙ כָּל־עֹבְדֵ֣י הַבַּ֔עַל וְלֹֽא־נִשְׁאַ֥ר אִ֖ישׁ אֲשֶׁ֣ר לֹֽא־בָ֑א וַיָּבֹ֙אוּ֙ בֵּ֣ית הַבַּ֔עַל וַיִּמָּלֵ֥א בֵית־הַבַּ֖עַל פֶּ֥ה לָפֶֽה׃
22 וַיֹּ֗אמֶר לַֽאֲשֶׁר֙ עַל־הַמֶּלְתָּחָ֔ה הוֹצֵ֥א לְב֖וּשׁ לְכֹ֣ל עֹבְדֵ֣י הַבָּ֑עַל וַיֹּצֵ֥א לָהֶ֖ם הַמַּלְבּֽוּשׁ׃
23 וַיָּבֹ֨א יֵה֤וּא וִֽיהוֹנָדָב֙ בֶּן־רֵכָ֔ב בֵּ֖ית הַבָּ֑עַל וַיֹּ֨אמֶר לְעֹבְדֵ֤י הַבַּ֙עַל֙ חַפְּשׂ֣וּ וּרְא֔וּ פֶּן־יֶשׁ־פֹּ֥ה עִמָּכֶ֖ם מֵעַבְדֵ֥י יְהוָֽה׃ כִּ֛י אִם־עֹבְדֵ֥י הַבַּ֖עַל לְבַדָּֽם׃
24 וַיָּבֹ֕אוּ לַעֲשׂ֖וֹת זְבָחִ֣ים וְעֹל֑וֹת וְיֵה֞וּא שָׂם־ל֤וֹ בַחוּץ֙ שְׁמֹנִ֣ים אִ֔ישׁ וַיֹּ֗אמֶר הָאִ֤ישׁ אֲשֶׁר־יִמָּלֵט֙ מִן־הָ֣אֲנָשִׁ֔ים אֲשֶׁ֥ר אֲנִ֛י מֵבִ֥יא עַל־יְדֵיכֶ֖ם נַפְשׁ֥וֹ תַֽחַת־נַפְשֽׁוֹ׃
25 וַיְהִ֗י כְּכַלֹּתוֹ֙ לַעֲשׂ֣וֹת הָעֹלָ֔ה וַיֹּ֤אמֶר יֵהוּא֙ לָרָצִ֣ים וְלַשָּׁלִשִׁ֔ים בֹּ֖אוּ הַכּ֑וּם אִ֖ישׁ אַל־יֵצֵֽא׃ וַיַּכּ֣וּם לְפִי־חָ֔רֶב וַיַּשְׁלִ֤כוּ הָֽרָצִים֙ וְהַשָּׁ֣לִשִׁ֔ים וַיֵּֽלְכ֖וּ עַד־עִ֥יר בֵּית־הַבָּֽעַל׃
26 וַיֹּצִ֗אוּ אֶת־מַצְּבוֹת֙ בֵּ֣ית הַבַּ֔עַל וַֽיִּשְׂרְפ֖וּהָ׃
27 וַֽיִּתְּצ֔וּ אֵ֖ת מַצְּבַ֣ת הַבָּ֑עַל וַֽיִּתְּצוּ֙ אֶת־בֵּ֣ית הַבַּ֔עַל וַיְשִׂמֻ֥הוּ לַמַּחֲרָא֖וֹת עַד־הַיּֽוֹם׃
28 וַיַּשְׁמֵ֥ד יֵה֖וּא אֶת־הַבַּ֑עַל מִיִּשְׂרָאֵֽל׃
29 רַק֩ חֲטָאֵ֨י יָרָבְעָ֧ם בֶּן־נְבָ֛ט אֲשֶׁר־הֶחֱטִ֥יא אֶת־יִשְׂרָאֵ֖ל לֹֽא־סָ֣ר יֵה֗וּא מֵֽאַחֲרֵיהֶ֛ם עֶגְלֵ֥י הַזָּהָ֖ב אֲשֶׁ֥ר בֵּֽית־אֵ֖ל וַאֲשֶׁ֥ר בְּדָֽן׃
30 וַיֹּ֨אמֶר יְהוָ֜ה אֶל־יֵה֗וּא יַ֤עַן אֲשֶׁר־הֱטִיבֹ֙תָ֙ לַעֲשׂ֤וֹת הַיָּשָׁר֙ בְּעֵינַ֔י כְּכֹל֙ אֲשֶׁ֣ר בִּלְבָבִ֔י עָשִׂ֖יתָ לְבֵ֣ית אַחְאָ֑ב בְּנֵ֣י רְבִעִ֔ים יֵשְׁב֥וּ לְךָ֖ עַל־כִּסֵּ֥א יִשְׂרָאֵֽל׃
31 וְיֵה֗וּא לֹ֥א שָׁמַ֛ר לָלֶ֛כֶת בְּתוֹרַ֥ת יְהוָ֖ה אֱלֹהֵ֣י יִשְׂרָאֵ֑ל בְּכָל־לְבָב֗וֹ לֹ֤א סָר֙ מֵעַל֙ חַטֹּ֣אות יָרָבְעָ֔ם אֲשֶׁ֥ר הֶחֱטִ֖יא אֶת־יִשְׂרָאֵֽל׃
32 בַּיָּמִ֣ים הָהֵ֔ם הֵחֵ֣ל יְהוָ֔ה לְקַצּ֖וֹת בְּיִשְׂרָאֵ֑ל וַיַּכֵּ֥ם חֲזָאֵ֖ל בְּכָל־גְּב֥וּל יִשְׂרָאֵֽל׃
33 מִן־הַיַּרְדֵּן֙ מִזְרַ֣ח הַשֶּׁ֔מֶשׁ אֵ֚ת כָּל־אֶ֣רֶץ הַגִּלְעָ֔ד הַגָּדִ֥י וְהָרֻאובֵנִ֖י וְהַֽמְנַשִּׁ֑י מֵעֲרֹעֵ֗ר אֲשֶׁר־עַל־נַ֙חַל֙ אַרְנֹ֔ן וְהַגִּלְעָ֖ד וְהַבָּשָֽׁן׃
34 וְיֶ֨תֶר דִּבְרֵ֥י יֵה֛וּא וְכָל־אֲשֶׁ֥ר עָשָׂ֖ה וְכָל־גְּבוּרָת֑וֹ הֲלֽוֹא־הֵ֣ם כְּתוּבִ֗ים עַל־סֵ֛פֶר דִּבְרֵ֥י הַיָּמִ֖ים לְמַלְכֵ֥י יִשְׂרָאֵֽל׃
35 וַיִּשְׁכַּ֤ב יֵהוּא֙ עִם־אֲבֹתָ֔יו וַיִּקְבְּר֥וּ אֹת֖וֹ בְּשֹׁמְר֑וֹן וַיִּמְלֹ֛ךְ יוֹאָחָ֥ז בְּנ֖וֹ תַּחְתָּֽיו׃
36 וְהַיָּמִ֗ים אֲשֶׁ֨ר מָלַ֤ךְ יֵהוּא֙ עַל־יִשְׂרָאֵ֔ל עֶשְׂרִ֥ים וּשְׁמֹנֶֽה־שָׁנָ֖ה בְּשֹׁמְרֽוֹן׃
Capítulo 11
Reinado de Atalía
LBLA
1 Cuando Atalía, madre de Ocozías, vio que su hijo había muerto, se levantó y exterminó a toda la descendencia real.
2 Pero Josaba, hija del rey Joram, hermana de Ocozías, tomó a Joás, hijo de Ocozías, y lo sacó de entre los hijos del rey a quienes estaban dando muerte, y lo puso a él y a su nodriza en el dormitorio. Así lo escondieron de Atalía, y no lo mataron.
3 Y estuvo escondido con ella en la casa del SEÑOR seis años, mientras Atalía reinaba sobre la tierra.
4 Al séptimo año, Joiada mandó traer a los capitanes de centenas de los cariteos y de la guardia, y los llevó a él en la casa del SEÑOR. Hizo un pacto con ellos y les tomó juramento en la casa del SEÑOR, y les mostró al hijo del rey.
5 Y les ordenó, diciendo: Esto es lo que habéis de hacer: una tercera parte de vosotros, los que entran en el día de reposo y hacen guardia en la casa del rey,
6 (otra tercera parte estará en la puerta Sur, y otra tercera parte en la puerta detrás de los guardias), haréis la guardia de la casa alternándose.
7 Dos partes de vosotros, es decir, todos los que salen el día de reposo, también harán la guardia del SEÑOR junto al rey.
8 Entonces rodearéis al rey, cada uno con sus armas en la mano; y cualquiera que penetre en las filas, será muerto. Y estaréis con el rey cuando salga y cuando entre.
9 Los capitanes de centenas hicieron conforme a todo lo que había ordenado el sacerdote Joiada. Y cada uno de ellos tomó sus hombres, los que habían de entrar el día de reposo junto con los que habían de salir el día de reposo, y vinieron al sacerdote Joiada.
10 Y el sacerdote dio a los capitanes de centenas las lanzas y los escudos que habían sido del rey David, que estaban en la casa del SEÑOR.
11 Y los guardias, cada uno con sus armas en la mano, se apostaron desde el lado derecho de la casa hasta el lado izquierdo de la casa, junto al altar y junto a la casa, alrededor del rey.
12 Entonces sacó al hijo del rey y le puso la corona y el testimonio; y le proclamaron rey y le ungieron, y batiendo palmas, dijeron: ¡Viva el rey!
13 Cuando Atalía oyó el ruido de los guardias y del pueblo, vino al pueblo a la casa del SEÑOR;
14 y miró, y he aquí, el rey estaba de pie junto a la columna, conforme a la costumbre, y los capitanes y los trompeteros estaban junto al rey, y todo el pueblo del país se regocijaba y tocaba trompetas. Entonces Atalía rasgó sus vestidos y gritó: ¡Traición! ¡Traición!
15 Y el sacerdote Joiada ordenó a los capitanes de centenas que estaban al mando del ejército, y les dijo: Sacadla de entre las filas, y al que la siga, matadlo a espada. Porque el sacerdote había dicho: No sea muerta en la casa del SEÑOR.
16 Entonces le hicieron lugar, y fue por el camino de la entrada de los caballos a la casa del rey, y allí la mataron.
17 Y Joiada hizo un pacto entre el SEÑOR y el rey y el pueblo, para que fuera el pueblo del SEÑOR; también entre el rey y el pueblo.
18 Y todo el pueblo de la tierra fue a la casa de Baal y la derribaron; hicieron pedazos completamente sus altares y sus imágenes, y mataron a Matán, sacerdote de Baal, delante de los altares. Y el sacerdote designó oficiales sobre la casa del SEÑOR.
19 Y tomó a los capitanes de centenas, a los cariteos, a los guardias y a todo el pueblo de la tierra; e hicieron descender al rey de la casa del SEÑOR, y llegaron por el camino de la puerta de los guardias a la casa del rey. Y él se sentó en el trono de los reyes.
20 Y se regocijó todo el pueblo de la tierra y la ciudad permaneció tranquila. Pues habían dado muerte a Atalía a espada en la casa del rey.
21 Joás tenía siete años cuando comenzó a reinar.
WLC
1 וַעֲתַלְיָה אֵם אֲחַזְיָהוּ וְרָאֲתָה כִּי מֵת בְּנָהּ וַתָּקָם וַתְּאַבֵּד אֵת כָּל־זֶרַע הַמַּמְלָכָה
2 וַתִּקַּח יְהוֹשֶׁבַע בַּת־הַמֶּלֶךְ־יוֹרָם אֲחוֹת אֲחַזְיָהוּ אֶת־יוֹאָשׁ בֶּן־אֲחַזְיָה וַתִּגְנֹב אֹתוֹ מִתּוֹךְ בְּנֵי־הַמֶּלֶךְ המומתים [הַמּוּמָתִים] אֹתוֹ וְאֶת־מֵינִקְתּוֹ בַּחֲדַר הַמִּטּוֹת וַיַּסְתִּרוּ אֹתוֹ מִפְּנֵי עֲתַלְיָהוּ וְלֹא הוּמָת
3 וַיְהִי אִתָּהּ בֵּית יְהוָה מִתְחַבֵּא שֵׁשׁ שָׁנִים וַעֲתַלְיָה מֹלֶכֶת עַל־הָאָרֶץ
4 וּבַשָּׁנָה הַשְּׁבִיעִית שָׁלַח יְהוֹיָדָע וַיִּקַּח אֶת־שָׂרֵי הַמֵּאיוֹת לַכָּרִי וְלָרָצִים וַיָּבֵא אֹתָם אֵלָיו בֵּית יְהוָה וַיִּכְרֹת לָהֶם בְּרִית וַיַּשְׁבַּע אֹתָם בְּבֵית יְהוָה וַיַּרְא אֹתָם אֶת־בֶּן־הַמֶּלֶךְ
5 וַיְצַוֵּם לֵאמֹר זֶה הַדָּבָר אֲשֶׁר תַּעֲשׂוּן הַשְּׁלִשִׁית מִכֶּם בָּאֵי הַשַּׁבָּת וְשֹׁמְרֵי מִשְׁמֶרֶת בֵּית הַמֶּלֶךְ
6 וְהַשְּׁלִשִׁית בְּשַׁעַר סוּר וְהַשְּׁלִשִׁית בַּשַּׁעַר אַחַר הָרָצִים וּשְׁמַרְתֶּם אֶת־מִשְׁמֶרֶת הַבַּיִת מַסָּח
7 וּשְׁתֵּי הַיָּדוֹת בָּכֶם כֹּל יֹצְאֵי הַשַּׁבָּת וְשָׁמְרוּ אֶת־מִשְׁמֶרֶת בֵּית־יְהוָה אֶל־הַמֶּלֶךְ
8 וְהִקַּפְתֶּם עַל־הַמֶּלֶךְ סָבִיב אִישׁ וְכֵלָיו בְּיָדוֹ וְהַבָּא אֶל־הַשְּׂדֵרוֹת יוּמָת וִהְיוּ אֶת־הַמֶּלֶךְ בְּצֵאתוֹ וּבְבֹאוֹ
9 וַיַּעֲשׂוּ שָׂרֵי הַמֵּאיוֹת כְּכֹל אֲשֶׁר־צִוָּה יְהוֹיָדָע הַכֹּהֵן וַיִּקְחוּ אִישׁ אֶת־אֲנָשָׁיו בָּאֵי הַשַּׁבָּת עִם יֹצְאֵי הַשַּׁבָּת וַיָּבֹאוּ אֶל־יְהוֹיָדָע הַכֹּהֵן
10 וַיִּתֵּן הַכֹּהֵן לְשָׂרֵי הַמֵּאיוֹת אֶת־הַחֲנִית וְאֶת־הַשְּׁלָטִים אֲשֶׁר לַמֶּלֶךְ דָּוִד אֲשֶׁר בְּבֵית יְהוָה
11 וַיַּעַמְדוּ הָרָצִים אִישׁ וְכֵלָיו בְּיָדוֹ מִכֶּתֶף הַבַּיִת הַיְמָנִית עַד־כֶּתֶף הַבַּיִת הַשְּׂמָאלִית לַמִּזְבֵּחַ וְלַבָּיִת עַל־הַמֶּלֶךְ סָבִיב
12 וַיּוֹצִא אֶת־בֶּן־הַמֶּלֶךְ וַיִּתֵּן עָלָיו אֶת־הַנֵּזֶר וְאֶת־הָעֵדוּת וַיַּמְלִכוּ אֹתוֹ וַיִּמְשָׁחֻהוּ וַיַּכּוּ־כָף וַיֹּאמְרוּ יְחִי הַמֶּלֶךְ
13 וַתִּשְׁמַע עֲתַלְיָה אֶת־קוֹל הָרָצִין הָעָם וַתָּבֹא אֶל־הָעָם בֵּית יְהוָה
14 וַתֵּרֶא וְהִנֵּה הַמֶּלֶךְ עֹמֵד עַל־הָעַמּוּד כַּמִּשְׁפָּט וְהַשָּׂרִים וְהַחֲצֹצְרוֹת אֶל־הַמֶּלֶךְ וְכָל־עַם הָאָרֶץ שָׂמֵחַ וְתֹקֵעַ בַּחֲצֹצְרוֹת וַתִּקְרַע עֲתַלְיָה אֶת־בְּגָדֶיהָ וַתִּקְרָא קֶשֶׁר קָשֶׁר
15 וַיְצַו יְהוֹיָדָע הַכֹּהֵן אֶת־שָׂרֵי המיאות [הַמֵּאוֹת] פְּקֻדֵי הַחַיִל וַיֹּאמֶר אֲלֵיהֶם הוֹצִיאוּ אֹתָהּ אֶל־מִבֵּית לַשְּׂדֵרֹת וְהַבָּא אַחֲרֶיהָ הָמֵת בֶּחָרֶב כִּי אָמַר הַכֹּהֵן אַל־תּוּמַת בֵּית יְהוָה
16 וַיָּשִׂמוּ לָהּ יָדַיִם וַתָּבוֹא דֶּרֶךְ־מְבוֹא הַסּוּסִים בֵּית הַמֶּלֶךְ וַתּוּמַת שָׁם
17 וַיִּכְרֹת יְהוֹיָדָע אֶת־הַבְּרִית בֵּין יְהוָה וּבֵין הַמֶּלֶךְ וּבֵין הָעָם לִהְיוֹת לְעָם לַיהוָה וּבֵין הַמֶּלֶךְ וּבֵין הָעָם
18 וַיָּבֹאוּ כָל־עַם הָאָרֶץ בֵּית־הַבַּעַל וַיִּתְּצֻהוּ אֶת־מזבחתו [מִזְבְּחֹתָיו] וְאֶת־צְלָמָיו שִׁבְּרוּ הֵיטֵב וְאֵת מַתָּן כֹּהֵן הַבַּעַל הָרְגוּ לִפְנֵי הַמִּזְבְּחוֹת וַיָּשֶׂם הַכֹּהֵן פְּקֻדֹּת עַל־בֵּית יְהוָה
19 וַיִּקַּח אֶת־שָׂרֵי הַמֵּאוֹת וְאֶת־הַכָּרִי וְאֶת־הָרָצִים וְאֵת כָּל־עַם הָאָרֶץ וַיֹּרִידוּ אֶת־הַמֶּלֶךְ מִבֵּית יְהוָה וַיָּבוֹאוּ דֶּרֶךְ־שַׁעַר הָרָצִים בֵּית הַמֶּלֶךְ וַיֵּשֶׁב עַל־כִּסֵּא הַמְּלָכִים
20 וַיִּשְׂמַח כָּל־עַם־הָאָרֶץ וְהָעִיר שָׁקָטָה וְאֶת־עֲתַלְיָהוּ הֵמִיתוּ בַחֶרֶב בֵּית מלך [הַמֶּלֶךְ]
21 בֶּן־שֶׁבַע שָׁנִים יְהוֹאָשׁ בְּמָלְכוֹ
Capítulo 12
Reinado de Joás
LBLA
1 En el año séptimo de Jehú, comenzó a reinar Joás, y reinó cuarenta años en Jerusalén; el nombre de su madre era Sibia de Beerseba.
2 Y Joás hizo lo recto ante los ojos del SEÑOR todos los días en que le instruyó el sacerdote Joiada.
3 Sólo que los lugares altos no fueron quitados; el pueblo aún sacrificaba y quemaba incienso en los lugares altos.
4 Y Joás dijo a los sacerdotes: Todo el dinero de las cosas sagradas que se trae a la casa del SEÑOR, el dinero corriente, el dinero del rescate de personas según la valuación de cada uno, y todo el dinero que a cualquiera le dicte su corazón traer a la casa del SEÑOR,
5 que lo reciban los sacerdotes, cada uno de mano de sus conocidos, y que reparen los deterioros que tenga el templo, dondequiera que se encuentre algún deterioro.
6 Pero sucedió que en el año veintitrés del rey Joás, los sacerdotes no habían reparado los deterioros del templo.
7 Entonces el rey Joás llamó al sacerdote Joiada y a los demás sacerdotes y les dijo: ¿Por qué no habéis reparado los deterioros del templo? Ahora pues, no toméis más dinero de vuestros conocidos, sino entregadlo para los deterioros del templo.
8 Y consintieron los sacerdotes en no tomar más dinero del pueblo ni reparar los deterioros del templo.
9 Y el sacerdote Joiada tomó un cofre, le hizo una abertura en la tapa, y lo puso junto al altar, a la derecha según se entra en la casa del SEÑOR; y los sacerdotes que guardaban la entrada depositaban allí todo el dinero que se traía a la casa del SEÑOR.
10 Y sucedía que cuando veían que había mucho dinero en el cofre, el escriba del rey y el sumo sacerdote subían, lo contaban y ponían en bolsas el dinero que encontraban en la casa del SEÑOR.
11 Y entregaban el dinero pesado en manos de los que hacían la obra, que tenían a su cargo la casa del SEÑOR; y ellos lo iban desembolsando a los carpinteros y a los constructores que trabajaban en la casa del SEÑOR;
12 también a los albañiles y a los canteros, y para la compra de madera y piedra labrada para reparar los deterioros de la casa del SEÑOR, y para todo lo que se gastaba en la casa para repararla.
13 Pero del dinero traído a la casa del SEÑOR no se hicieron para la casa del SEÑOR tazas de plata, despabiladeras, lebrillos, trompetas, ni ningún otro utensilio de oro, o utensilio de plata;
14 sino que lo daban a los que hacían la obra, y con él reparaban la casa del SEÑOR.
15 Además, no pedían cuentas a los hombres en cuyas manos entregaban el dinero para dar a los que hacían la obra, porque obraban con fidelidad.
16 El dinero por la ofrenda de culpa y el dinero por la ofrenda por el pecado no se traía a la casa del SEÑOR; era para los sacerdotes.
17 Entonces Hazael, rey de Aram, subió y luchó contra Gat y la tomó. Y Hazael resolvió subir contra Jerusalén.
18 Y Joás, rey de Judá, tomó todas las cosas sagradas que Josafat, Joram y Ocozías, sus padres, reyes de Judá, habían dedicado, y sus propias cosas sagradas y todo el oro que se encontraba en los tesoros de la casa del SEÑOR y de la casa del rey, y lo envió a Hazael, rey de Aram. Y él se retiró de Jerusalén.
19 Los demás hechos de Joás y todo lo que hizo, ¿no están escritos en el Libro de las Crónicas de los reyes de Judá?
20 Y sus siervos se levantaron, hicieron una conspiración y mataron a Joás en la casa de Milo, por el camino que desciende a Sila.
21 Pues Josacar, hijo de Simeat, y Jozabad, hijo de Somer, sus siervos, lo hirieron y murió. Y lo sepultaron con sus padres en la ciudad de David, y su hijo Amasías reinó en su lugar.
WLC
1 בִּשְׁנַת־שֶׁבַע לְיֵהוּא מָלַךְ יְהוֹאָשׁ וְאַרְבָּעִים שָׁנָה מָלַךְ בִּירוּשָׁלִָם וְשֵׁם אִמּוֹ צִבְיָה מִבְּאֵר שָׁבַע
2 וַיַּעַשׂ יְהוֹאָשׁ הַיָּשָׁר בְּעֵינֵי יְהוָה כָּל־יָמָיו אֲשֶׁר הוֹרָהוּ יְהוֹיָדָע הַכֹּהֵן
3 רַק הַבָּמוֹת לֹא־סָרוּ עוֹד הָעָם מְזַבְּחִים וּמְקַטְּרִים בַּבָּמוֹת
4 וַיֹּאמֶר יְהוֹאָשׁ אֶל־הַכֹּהֲנִים כֹּל כֶּסֶף הַקֳּדָשִׁים אֲשֶׁר־יוּבָא בֵית־יְהוָה כֶּסֶף עוֹבֵר אִישׁ כֶּסֶף נַפְשׁוֹת עֶרְכּוֹ כָּל־כֶּסֶף אֲשֶׁר יַעֲלֶה עַל לֶב־אִישׁ לְהָבִיא בֵּית יְהוָה
5 יִקְחוּ לָהֶם הַכֹּהֲנִים אִישׁ מֵאֵת מַכָּרוֹ וְהֵם יְחַזְּקוּ אֶת־בֶּדֶק הַבַּיִת לְכֹל אֲשֶׁר־יִמָּצֵא שָׁם בָּדֶק
6 וַיְהִי בִּשְׁנַת עֶשְׂרִים וְשָׁלֹשׁ שָׁנָה לַמֶּלֶךְ יְהוֹאָשׁ לֹא־חִזְּקוּ הַכֹּהֲנִים אֶת־בֶּדֶק הַבָּיִת
7 וַיִּקְרָא הַמֶּלֶךְ יְהוֹאָשׁ לִיהוֹיָדָע הַכֹּהֵן וְלַכֹּהֲנִים וַיֹּאמֶר אֲלֵהֶם מַדּוּעַ אֵינְכֶם מְחַזְּקִים אֶת־בֶּדֶק הַבָּיִת וְעַתָּה אַל־תִּקְחוּ־כֶסֶף מֵאֵת מַכָּרֵיכֶם כִּי־לְבֶדֶק הַבַּיִת תִּתְּנֻהוּ
8 וַיֵּאֹתוּ הַכֹּהֲנִים לְבִלְתִּי קְחַת־כֶּסֶף מֵאֵת הָעָם וּלְבִלְתִּי חַזֵּק אֶת־בֶּדֶק הַבָּיִת
9 וַיִּקַּח יְהוֹיָדָע הַכֹּהֵן אֲרוֹן אֶחָד וַיִּקֹּב חֹר בְּדַלְתּוֹ וַיִּתֵּן אֹתוֹ אֵצֶל הַמִּזְבֵּחַ בימין [מִיָּמִין] בְּבוֹא־אִישׁ בֵּית יְהוָה וְנָתְנוּ־שָׁמָּה הַכֹּהֲנִים שֹׁמְרֵי הַסַּף אֶת־כָּל־הַכֶּסֶף הַמּוּבָא בֵית־יְהוָה
10 וַיְהִי כִּרְאוֹתָם כִּי־רַב הַכֶּסֶף בָּאָרוֹן וַיַּעַל סֹפֵר הַמֶּלֶךְ וְהַכֹּהֵן הַגָּדוֹל וַיָּצֻרוּ וַיִּמְנוּ אֶת־הַכֶּסֶף הַנִּמְצָא בֵית־יְהוָה
11 וְנָתְנוּ אֶת־הַכֶּסֶף הַמְתֻכָּן עַל־ידו [יְדֵי] עֹשֵׂי הַמְּלָאכָה הפקדים [הַמֻּפְקָדִים] בֵּית יְהוָה וַיּוֹצִאֻהוּ לְחָרָשֵׁי הָעֵץ וְלַבֹּנִים הָעֹשִׂים בֵּית יְהוָה
12 וְלַגֹּדְרִים וּלְחֹצְבֵי הָאֶבֶן וְלִקְנוֹת עֵצִים וְאַבְנֵי מַחְצֵב לְחַזֵּק אֶת־בֶּדֶק בֵּית־יְהוָה וּלְכֹל אֲשֶׁר־יֵצֵא עַל־הַבַּיִת לְחָזְקָה
13 אַךְ לֹא יֵעָשֶׂה בֵּית יְהוָה סִפּוֹת כֶּסֶף מְזַמְּרוֹת מִזְרָקוֹת חֲצֹצְרוֹת כָּל־כְּלִי זָהָב וּכְלִי־כָסֶף מִן־הַכֶּסֶף הַמּוּבָא בֵית־יְהוָה
14 כִּי־לְעֹשֵׂי הַמְּלָאכָה יִתְּנֻהוּ וְחִזְּקוּ־בוֹ אֶת־בֵּית יְהוָה
15 וְלֹא יְחַשְּׁבוּ אֶת־הָאֲנָשִׁים אֲשֶׁר יִתְּנוּ אֶת־הַכֶּסֶף עַל־יָדָם לָתֵת לְעֹשֵׂי הַמְּלָאכָה כִּי בֶאֱמֻנָה הֵם עֹשִׂים
16 כֶּסֶף אָשָׁם וְכֶסֶף חַטָּאוֹת לֹא יוּבָא בֵּית יְהוָה לַכֹּהֲנִים יִהְיוּ
17 אָז יַעֲלֶה חֲזָאֵל מֶלֶךְ אֲרָם וַיִּלָּחֶם עַל־גַּת וַיִּלְכְּדָהּ וַיָּשֶׂם חֲזָאֵל פָּנָיו לַעֲלוֹת עַל־יְרוּשָׁלִָם
18 וַיִּקַּח יְהוֹאָשׁ מֶלֶךְ־יְהוּדָה אֵת כָּל־הַקֳּדָשִׁים אֲשֶׁר־הִקְדִּישׁוּ יְהוֹשָׁפָט וִיהוֹרָם וַאֲחַזְיָהוּ אֲבֹתָיו מַלְכֵי יְהוּדָה וְאֶת־קֳדָשָׁיו וְאֵת כָּל־הַזָּהָב הַנִּמְצָא בְּאֹצְרוֹת בֵּית־יְהוָה וּבֵית הַמֶּלֶךְ וַיִּשְׁלַח לַחֲזָאֵל מֶלֶךְ אֲרָם וַיַּעַל מֵעַל יְרוּשָׁלִָם
19 וְיֶתֶר דִּבְרֵי יוֹאָשׁ וְכָל־אֲשֶׁר עָשָׂה הֲלוֹא־הֵם כְּתוּבִים עַל־סֵפֶר דִּבְרֵי הַיָּמִים לְמַלְכֵי יְהוּדָה
20 וַיָּקֻמוּ עֲבָדָיו וַיִּקְשְׁרוּ־קָשֶׁר וַיַּכּוּ אֶת־יוֹאָשׁ בֵּית מִלֹּא הַיּוֹרֵד סִלָּא
21 וְיוֹזָבָד בֶּן־שִׁמְעָת וִיהוֹזָבָד בֶּן־שֹׁמֵר עֲבָדָיו הִכֻּהוּ וַיָּמֹת וַיִּקְבְּרוּ אֹתוֹ עִם־אֲבֹתָיו בְּעִיר דָּוִד וַיִּמְלֹךְ אֲמַצְיָה בְנוֹ תַּחְתָּיו
Capítulo 13
Reinado de Joacaz
LBLA
1 En el año veintitrés de Joás, hijo de Ocozías, rey de Judá, comenzó a reinar Joacaz, hijo de Jehú, sobre Israel en Samaria, y reinó diecisiete años.
2 El hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR, y siguió los pecados de Jeroboam, hijo de Nabat, con los cuales hizo pecar a Israel; no se apartó de ellos.
3 Y se encendió la ira del SEÑOR contra Israel, y los entregó continuamente en mano de Hazael, rey de Aram, y en mano de Ben-adad, hijo de Hazael.
4 Entonces Joacaz imploró el favor del SEÑOR, y el SEÑOR lo escuchó, porque vio la opresión de Israel, pues el rey de Aram los oprimía.
5 Y el SEÑOR dio a Israel un libertador, y escaparon del poder de los arameos; y los hijos de Israel habitaron en sus tiendas como antes.
6 Sin embargo, no se apartaron de los pecados de la casa de Jeroboam, con los cuales hizo pecar a Israel, sino que anduvieron en ellos; y también la Asera permaneció en pie en Samaria.
7 Pues no le había quedado pueblo a Joacaz, excepto cincuenta hombres de a caballo, diez carros y diez mil hombres de a pie, porque el rey de Aram los había destruido y los había hecho como el polvo de la trilla.
8 Los demás hechos de Joacaz, todo lo que hizo y su poderío, ¿no están escritos en el Libro de las Crónicas de los reyes de Israel?
9 Y durmió Joacaz con sus padres, y lo sepultaron en Samaria; y su hijo Joás reinó en su lugar.
10 En el año treinta y siete de Joás, rey de Judá, comenzó a reinar Joás, hijo de Joacaz, sobre Israel en Samaria, y reinó dieciséis años.
11 El hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR; no se apartó de todos los pecados de Jeroboam, hijo de Nabat, con los cuales hizo pecar a Israel, sino que anduvo en ellos.
12 Los demás hechos de Joás, todo lo que hizo y el valor con que luchó contra Amasías, rey de Judá, ¿no están escritos en el Libro de las Crónicas de los reyes de Israel?
13 Y durmió Joás con sus padres, y Jeroboam se sentó sobre su trono; y Joás fue sepultado en Samaria con los reyes de Israel.
14 Cuando Eliseo enfermó de la enfermedad de la cual iba a morir, Joás, rey de Israel, descendió a él y lloró delante de él, y dijo: ¡Padre mío, padre mío, los carros de Israel y sus hombres de a caballo!
15 Y Eliseo le dijo: Toma un arco y flechas. Y él tomó un arco y flechas.
16 Entonces Eliseo dijo al rey de Israel: Pon tu mano sobre el arco. Y él puso su mano sobre él. Entonces Eliseo puso sus manos sobre las manos del rey.
17 Y dijo: Abre la ventana hacia el oriente. Y él la abrió. Entonces Eliseo dijo: Tira. Y él tiró. Y Eliseo dijo: Flecha de victoria del SEÑOR, y flecha de victoria sobre Aram; pues derrotarás a los arameos en Afec hasta exterminarlos.
18 Y añadió: Toma las flechas. Y él las tomó. Y dijo al rey de Israel: Golpea en tierra. Y él golpeó tres veces y se detuvo.
19 Entonces el hombre de Dios se enojó con él y dijo: Debías haber golpeado cinco o seis veces, entonces hubieras derrotado a Aram hasta exterminarlo. Pero ahora sólo derrotarás a Aram tres veces.
20 Y murió Eliseo, y lo sepultaron. Y las bandas de moabitas invadieron la tierra al comienzo del año.
21 Y aconteció que estando unos sepultando a un hombre, vieron de repente una banda armada, y arrojaron al hombre en el sepulcro de Eliseo. Y cuando el hombre tocó los huesos de Eliseo, revivió y se puso en pie.
22 Y Hazael, rey de Aram, había oprimido a Israel todos los días de Joacaz.
23 Pero el SEÑOR tuvo misericordia de ellos, y se compadeció de ellos y se volvió hacia ellos a causa de su pacto con Abraham, Isaac y Jacob, y no quiso destruirlos ni echarlos de su presencia hasta ahora.
24 Y murió Hazael, rey de Aram, y su hijo Ben-adad reinó en su lugar.
25 Entonces Joás, hijo de Joacaz, volvió a tomar de mano de Ben-adad, hijo de Hazael, las ciudades que él había tomado en guerra de mano de su padre Joacaz. Tres veces Joás lo derrotó, y recobró las ciudades de Israel.
WLC
1 בִּשְׁנַת עֶשְׂרִים וְשָׁלֹשׁ שָׁנָה לְיוֹאָשׁ בֶּן־אֲחַזְיָהוּ מֶלֶךְ יְהוּדָה מָלַךְ יְהוֹאָחָז בֶּן־יֵהוּא עַל־יִשְׂרָאֵל בְּשֹׁמְרוֹן שְׁבַע עֶשְׂרֵה שָׁנָה
2 וַיַּעַשׂ הָרַע בְּעֵינֵי יְהוָה וַיֵּלֶךְ אַחַר חַטֹּאת יָרָבְעָם בֶּן־נְבָט אֲשֶׁר־הֶחֱטִיא אֶת־יִשְׂרָאֵל לֹא־סָר מִמֶּנָּה
3 וַיִּחַר־אַף יְהוָה בְּיִשְׂרָאֵל וַיִּתְּנֵם בְּיַד חֲזָאֵל מֶלֶךְ־אֲרָם וּבְיַד בֶּן־הֲדַד בֶּן־חֲזָאֵל כָּל־הַיָּמִים
4 וַיְחַל יְהוֹאָחָז אֶת־פְּנֵי יְהוָה וַיִּשְׁמַע אֵלָיו יְהוָה כִּי רָאָה אֶת־לַחַץ יִשְׂרָאֵל כִּי־לָחַץ אֹתָם מֶלֶךְ אֲרָם
5 וַיִּתֵּן יְהוָה לְיִשְׂרָאֵל מוֹשִׁיעַ וַיֵּצְאוּ מִתַּחַת יַד־אֲרָם וַיֵּשְׁבוּ בְנֵי־יִשְׂרָאֵל בְּאָהֳלֵיהֶם כִּתְמוֹל שִׁלְשׁוֹם
6 אַךְ לֹא־סָרוּ מֵחַטֹּאות בֵּית־יָרָבְעָם אֲשֶׁר־החטי [הֶחֱטִיא] אֶת־יִשְׂרָאֵל בָּהּ הָלָךְ וְגַם הָאֲשֵׁרָה עָמְדָה בְּשֹׁמְרוֹן
7 כִּי לֹא הִשְׁאִיר לִיהוֹאָחָז עָם כִּי אִם־חֲמִשִּׁים פָּרָשִׁים וַעֲשָׂרָה רֶכֶב וַעֲשֶׂרֶת אֲלָפִים רַגְלִי כִּי אִבְּדָם מֶלֶךְ אֲרָם וַיְשִׂמֵם כֶּעָפָר לָדֻשׁ
8 וְיֶתֶר דִּבְרֵי יְהוֹאָחָז וְכָל־אֲשֶׁר עָשָׂה וּגְבוּרָתוֹ הֲלוֹא־הֵם כְּתוּבִים עַל־סֵפֶר דִּבְרֵי הַיָּמִים לְמַלְכֵי יִשְׂרָאֵל
9 וַיִּשְׁכַּב יְהוֹאָחָז עִם־אֲבֹתָיו וַיִּקְבְּרֻהוּ בְּשֹׁמְרוֹן וַיִּמְלֹךְ יוֹאָשׁ בְּנוֹ תַּחְתָּיו
10 בִּשְׁנַת שְׁלֹשִׁים וָשֶׁבַע שָׁנָה לְיוֹאָשׁ מֶלֶךְ יְהוּדָה מָלַךְ יְהוֹאָשׁ בֶּן־יְהוֹאָחָז עַל־יִשְׂרָאֵל בְּשֹׁמְרוֹן שֵׁשׁ עֶשְׂרֵה שָׁנָה
11 וַיַּעֲשֶׂה הָרַע בְּעֵינֵי יְהוָה לֹא סָר מִכָּל־חַטֹּאות יָרָבְעָם בֶּן־נְבָט אֲשֶׁר־הֶחֱטִיא אֶת־יִשְׂרָאֵל בָּהּ הָלָךְ
12 וְיֶתֶר דִּבְרֵי יוֹאָשׁ וְכָל־אֲשֶׁר עָשָׂה וּגְבוּרָתוֹ אֲשֶׁר נִלְחַם עִם אֲמַצְיָה מֶלֶךְ־יְהוּדָה הֲלֹא־הֵם כְּתוּבִים עַל־סֵפֶר דִּבְרֵי הַיָּמִים לְמַלְכֵי יִשְׂרָאֵל
13 וַיִּשְׁכַּב יוֹאָשׁ עִם־אֲבֹתָיו וְיָרָבְעָם יָשַׁב עַל־כִּסְאוֹ וַיִּקָּבֵר יוֹאָשׁ בְּשֹׁמְרוֹן עִם מַלְכֵי יִשְׂרָאֵל
14 וֶאֱלִישָׁע חָלָה אֶת־חָלְיוֹ אֲשֶׁר יָמוּת בּוֹ וַיֵּרֶד אֵלָיו יוֹאָשׁ מֶלֶךְ־יִשְׂרָאֵל וַיֵּבְךְּ עַל־פָּנָיו וַיֹּאמַר אָבִי אָבִי רֶכֶב יִשְׂרָאֵל וּפָרָשָׁיו
15 וַיֹּאמֶר לוֹ אֱלִישָׁע קַח קֶשֶׁת וְחִצִּים וַיִּקַּח אֵלָיו קֶשֶׁת וְחִצִּים
16 וַיֹּאמֶר לְמֶלֶךְ יִשְׂרָאֵל הַרְכֵּב יָדְךָ עַל־הַקֶּשֶׁת וַיַּרְכֵּב יָדוֹ וַיָּשֶׂם אֱלִישָׁע יָדָיו עַל־יְדֵי הַמֶּלֶךְ
17 וַיֹּאמֶר פְּתַח הַחַלּוֹן קֵדְמָה וַיִּפְתָּח וַיֹּאמֶר אֱלִישָׁע יְרֵה וַיּוֹר וַיֹּאמֶר חֵץ־תְּשׁוּעָה לַיהוָה וְחֵץ תְּשׁוּעָה בַאֲרָם וְהִכִּיתָ אֶת־אֲרָם בַּאֲפֵק עַד־כַּלֵּה
18 וַיֹּאמֶר קַח הַחִצִּים וַיִּקָּח וַיֹּאמֶר לְמֶלֶךְ־יִשְׂרָאֵל הַךְ־אַרְצָה וַיַּךְ שָׁלֹשׁ־פְּעָמִים וַיַּעֲמֹד
19 וַיִּקְצֹף עָלָיו אִישׁ הָאֱלֹהִים וַיֹּאמֶר לְהַכּוֹת חָמֵשׁ אוֹ־שֵׁשׁ פְּעָמִים אָז הִכִּיתָ אֶת־אֲרָם עַד־כַּלֵּה וְעַתָּה שָׁלֹשׁ פְּעָמִים תַּכֶּה אֶת־אֲרָם
20 וַיָּמָת אֱלִישָׁע וַיִּקְבְּרֻהוּ וּגְדוּדֵי מוֹאָב יָבֹאוּ בָאָרֶץ בָּא שָׁנָה
21 וַיְהִי הֵם קֹבְרִים אִישׁ וְהִנֵּה רָאוּ אֶת־הַגְּדוּד וַיַּשְׁלִיכוּ אֶת־הָאִישׁ בְּקֶבֶר אֱלִישָׁע וַיֵּלֶךְ וַיִּגַּע הָאִישׁ בְּעַצְמוֹת אֱלִישָׁע וַיְחִי וַיָּקָם עַל־רַגְלָיו
22 וַחֲזָאֵל מֶלֶךְ אֲרָם לָחַץ אֶת־יִשְׂרָאֵל כֹּל יְמֵי יְהוֹאָחָז
23 וַיָּחָן יְהוָה אֹתָם וַיְרַחֲמֵם וַיִּפֶן אֲלֵיהֶם לְמַעַן בְּרִיתוֹ אֶת־אַבְרָהָם יִצְחָק וְיַעֲקֹב וְלֹא אָבָה הַשְׁחִיתָם וְלֹא־הִשְׁלִיכָם מֵעַל־פָּנָיו עַד־עָתָּה
24 וַיָּמָת חֲזָאֵל מֶלֶךְ־אֲרָם וַיִּמְלֹךְ בֶּן־הֲדַד בְּנוֹ תַּחְתָּיו
25 וַיָּשָׁב יְהוֹאָשׁ בֶּן־יְהוֹאָחָז וַיִּקַּח אֶת־הֶעָרִים מִיַּד בֶּן־הֲדַד בֶּן־חֲזָאֵל אֲשֶׁר לָקַח מִיַּד יְהוֹאָחָז אָבִיו בַּמִּלְחָמָה שָׁלֹשׁ פְּעָמִים הִכָּהוּ יוֹאָשׁ וַיָּשֶׁב אֶת־עָרֵי יִשְׂרָאֵל
Capítulo 14
Reinado de Amasías
LBLA
1 En el segundo año de Joás, hijo de Joacaz, rey de Israel, comenzó a reinar Amasías, hijo de Joás, rey de Judá.
2 Tenía veinticinco años cuando comenzó a reinar, y reinó veintinueve años en Jerusalén. El nombre de su madre era Joadán, de Jerusalén.
3 El hizo lo recto ante los ojos del SEÑOR, aunque no como su padre David; hizo conforme a todo lo que su padre Joás había hecho.
4 Sólo que los lugares altos no fueron quitados; el pueblo aún sacrificaba y quemaba incienso en los lugares altos.
5 Y sucedió que tan pronto como el reino se consolidó en su mano, mató a sus siervos que habían dado muerte al rey su padre.
6 Pero a los hijos de los asesinos no les dio muerte, conforme a lo que está escrito en el libro de la ley de Moisés, como el SEÑOR ordenó, diciendo: No se dará muerte a los padres por causa de sus hijos, ni se dará muerte a los hijos por causa de sus padres, sino que a cada uno se le dará muerte por su propio pecado.
7 El mató a diez mil edomitas en el Valle de la Sal, y tomó Sela en batalla, y la llamó Jocteel, hasta hoy.
8 Entonces Amasías envió mensajeros a Joás, hijo de Joacaz, hijo de Jehú, rey de Israel, diciendo: Ven, veámonos las caras.
9 Y Joás, rey de Israel, envió a decir a Amasías, rey de Judá: El cardo que estaba en el Líbano mandó a decir al cedro que estaba en el Líbano: "Da tu hija por mujer a mi hijo." Pero pasó una fiera que estaba en el Líbano, y pisoteó el cardo.
10 En verdad has derrotado a Edom, y tu corazón se ha enorgullecido. Gloríate, pero quédate en casa; pues ¿por qué provocar conflictos para mal tuyo, para que caigas tú y Judá contigo?
11 Pero Amasías no escuchó. Y subió Joás, rey de Israel, y se vieron las caras, él y Amasías, rey de Judá, en Bet-semes, que pertenece a Judá.
12 Y Judá fue derrotado delante de Israel, y huyeron cada uno a su tienda.
13 Entonces Joás, rey de Israel, capturó a Amasías, rey de Judá, hijo de Joás, hijo de Ocozías, en Bet-semes, y vino a Jerusalén y derribó la muralla de Jerusalén desde la puerta de Efraín hasta la puerta del Angulo, cuatrocientos codos.
14 Y tomó todo el oro y la plata y todos los utensilios que se encontraban en la casa del SEÑOR y en los tesoros de la casa del rey, también los rehenes, y se volvió a Samaria.
15 Los demás hechos de Joás, lo que hizo, su poderío, y cómo peleó contra Amasías, rey de Judá, ¿no están escritos en el Libro de las Crónicas de los reyes de Israel?
16 Y durmió Joás con sus padres, y fue sepultado en Samaria con los reyes de Israel; y su hijo Jeroboam reinó en su lugar.
17 Y Amasías, hijo de Joás, rey de Judá, vivió quince años después de la muerte de Joás, hijo de Joacaz, rey de Israel.
18 Los demás hechos de Amasías, ¿no están escritos en el Libro de las Crónicas de los reyes de Judá?
19 Y conspiraron contra él en Jerusalén, y huyó a Laquis; pero lo persiguieron hasta Laquis y allí lo mataron.
20 Después lo trajeron en caballos y fue sepultado en Jerusalén con sus padres en la ciudad de David.
21 Y todo el pueblo de Judá tomó a Azarías, que tenía dieciséis años, y lo hicieron rey en lugar de su padre Amasías.
22 El edificó Elat y la restituyó a Judá después que el rey durmió con sus padres.
23 En el año quince de Amasías, hijo de Joás, rey de Judá, Jeroboam, hijo de Joás, rey de Israel, comenzó a reinar en Samaria, y reinó cuarenta y un años.
24 El hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR; no se apartó de todos los pecados de Jeroboam, hijo de Nabat, con los cuales hizo pecar a Israel.
25 El restableció los límites de Israel desde la entrada de Hamat hasta el mar del Arabá, conforme a la palabra que el SEÑOR, Dios de Israel, había hablado por medio de su siervo el profeta Jonás, hijo de Amitai, que era de Gat-hefer.
26 Porque el SEÑOR vio la aflicción de Israel, que era muy amarga; pues no había ni siervo ni libre, ni había quien ayudara a Israel.
27 Y el SEÑOR no había dicho que borraría el nombre de Israel de debajo del cielo, por lo cual los salvó por mano de Jeroboam, hijo de Joás.
28 Los demás hechos de Jeroboam y todo lo que hizo, y su poderío, cómo guerreó y cómo recobró para Israel Damasco y Hamat, que habían pertenecido a Judá, ¿no están escritos en el Libro de las Crónicas de los reyes de Israel?
29 Y durmió Jeroboam con sus padres, con los reyes de Israel, y su hijo Zacarías reinó en su lugar.
WLC
1 בִּשְׁנַת שְׁתַּיִם לְיוֹאָשׁ בֶּן־יוֹאָחָז מֶלֶךְ יִשְׂרָאֵל מָלַךְ אֲמַצְיָהוּ בֶן־יוֹאָשׁ מֶלֶךְ יְהוּדָה
2 בֶּן־עֶשְׂרִים וְחָמֵשׁ שָׁנָה הָיָה בְמָלְכוֹ וְעֶשְׂרִים וָתֵשַׁע שָׁנָה מָלַךְ בִּירוּשָׁלִָם וְשֵׁם אִמּוֹ יְהוֹעַדָּן מִן־יְרוּשָׁלִָם
3 וַיַּעַשׂ הַיָּשָׁר בְּעֵינֵי יְהוָה רַק לֹא כְּדָוִד אָבִיו כְּכֹל אֲשֶׁר־עָשָׂה יוֹאָשׁ אָבִיו עָשָׂה
4 רַק הַבָּמוֹת לֹא־סָרוּ עוֹד הָעָם מְזַבְּחִים וּמְקַטְּרִים בַּבָּמוֹת
5 וַיְהִי כַּאֲשֶׁר חָזְקָה הַמַּמְלָכָה בְּיָדוֹ וַיַּךְ אֶת־עֲבָדָיו הַמַּכִּים אֶת־הַמֶּלֶךְ אָבִיו
6 וְאֶת־בְּנֵי הַמַּכִּים לֹא הֵמִית כַּכָּתוּב בְּסֵפֶר תּוֹרַת־מֹשֶׁה אֲשֶׁר־צִוָּה יְהוָה לֵאמֹר לֹא־יוּמְתוּ אָבוֹת עַל־בָּנִים וּבָנִים לֹא־יוּמְתוּ עַל־אָבוֹת כִּי אִם־אִישׁ בְּחֶטְאוֹ ימות [יָמוּת]
7 הוּא־הִכָּה אֶת־אֱדוֹם בְּגֵיא־המלח [הַמֶּלַח] עֲשֶׂרֶת אֲלָפִים וְתָפַשׂ אֶת־הַסֶּלַע בַּמִּלְחָמָה וַיִּקְרָא אֶת־שְׁמָהּ יָקְתְאֵל עַד הַיּוֹם הַזֶּה
8 אָז שָׁלַח אֲמַצְיָה מַלְאָכִים אֶל־יְהוֹאָשׁ בֶּן־יְהוֹאָחָז בֶּן־יֵהוּא מֶלֶךְ יִשְׂרָאֵל לֵאמֹר לְכָה נִתְרָאֶה פָנִים
9 וַיִּשְׁלַח יְהוֹאָשׁ מֶלֶךְ־יִשְׂרָאֵל אֶל־אֲמַצְיָהוּ מֶלֶךְ־יְהוּדָה לֵאמֹר הַחוֹחַ אֲשֶׁר בַּלְּבָנוֹן שָׁלַח אֶל־הָאֶרֶז אֲשֶׁר בַּלְּבָנוֹן לֵאמֹר תְּנָה־אֶת־בִּתְּךָ לִבְנִי לְאִשָּׁה וַתַּעֲבֹר חַיַּת הַשָּׂדֶה אֲשֶׁר בַּלְּבָנוֹן וַתִּרְמֹס אֶת־הַחוֹחַ
10 הַכֵּה הִכִּיתָ אֶת־אֱדוֹם וּנְשָׂאֲךָ לִבֶּךָ הִכָּבֵד וְשֵׁב בְּבֵיתֶךָ וְלָמָּה תִתְגָּרֶה בְּרָעָה וְנָפַלְתָּה אַתָּה וִיהוּדָה עִמָּךְ
11 וְלֹא־שָׁמַע אֲמַצְיָהוּ וַיַּעַל יְהוֹאָשׁ מֶלֶךְ־יִשְׂרָאֵל וַיִּתְרָאוּ פָנִים הוּא וַאֲמַצְיָהוּ מֶלֶךְ־יְהוּדָה בְּבֵית שֶׁמֶשׁ אֲשֶׁר לִיהוּדָה
12 וַיִּנָּגֶף יְהוּדָה לִפְנֵי יִשְׂרָאֵל וַיָּנֻסוּ אִישׁ לאהלו [לְאֹהָלָיו]
13 וְאֵת אֲמַצְיָהוּ מֶלֶךְ־יְהוּדָה בֶּן־יְהוֹאָשׁ בֶּן־אֲחַזְיָהוּ תָּפַשׂ יְהוֹאָשׁ מֶלֶךְ־יִשְׂרָאֵל בְּבֵית שָׁמֶשׁ ויבאו [וַיָּבֹא] יְרוּשָׁלִַם וַיִּפְרֹץ בְּחוֹמַת יְרוּשָׁלִַם בְּשַׁעַר אֶפְרַיִם עַד־שַׁעַר הַפִּנָּה אַרְבַּע מֵאוֹת אַמָּה
14 וְלָקַח אֶת־כָּל־הַזָּהָב־וְהַכֶּסֶף וְאֵת כָּל־הַכֵּלִים הַנִּמְצְאִים בֵּית־יְהוָה וּבְאֹצְרוֹת בֵּית הַמֶּלֶךְ וְאֵת בְּנֵי הַתַּעֲרֻבוֹת וַיָּשָׁב שֹׁמְרוֹנָה
15 וְיֶתֶר דִּבְרֵי יְהוֹאָשׁ אֲשֶׁר עָשָׂה וּגְבוּרָתוֹ וַאֲשֶׁר נִלְחַם עִם אֲמַצְיָהוּ מֶלֶךְ־יְהוּדָה הֲלֹא־הֵם כְּתוּבִים עַל־סֵפֶר דִּבְרֵי הַיָּמִים לְמַלְכֵי יִשְׂרָאֵל
16 וַיִּשְׁכַּב יְהוֹאָשׁ עִם־אֲבֹתָיו וַיִּקָּבֵר בְּשֹׁמְרוֹן עִם מַלְכֵי יִשְׂרָאֵל וַיִּמְלֹךְ יָרָבְעָם בְּנוֹ תַּחְתָּיו
17 וַיְחִי אֲמַצְיָהוּ בֶן־יוֹאָשׁ מֶלֶךְ יְהוּדָה אַחֲרֵי מוֹת יְהוֹאָשׁ בֶּן־יְהוֹאָחָז מֶלֶךְ יִשְׂרָאֵל חֲמֵשׁ עֶשְׂרֵה שָׁנָה
18 וְיֶתֶר דִּבְרֵי אֲמַצְיָהוּ הֲלֹא־הֵם כְּתוּבִים עַל־סֵפֶר דִּבְרֵי הַיָּמִים לְמַלְכֵי יְהוּדָה
19 וַיִּקְשְׁרוּ עָלָיו קֶשֶׁר בִּירוּשָׁלִַם וַיָּנָס לָכִישָׁה וַיִּשְׁלְחוּ אַחֲרָיו לָכִישָׁה וַיְמִתֻהוּ שָׁם
20 וַיִּשְׂאוּ אֹתוֹ עַל־הַסּוּסִים וַיִּקָּבֵר בִּירוּשָׁלִַם עִם־אֲבֹתָיו בְּעִיר דָּוִד
21 וַיִּקְחוּ כָּל־עַם יְהוּדָה אֶת־עֲזַרְיָה וְהוּא בֶּן־שֵׁשׁ עֶשְׂרֵה שָׁנָה וַיַּמְלִכוּ אֹתוֹ תַּחַת אָבִיו אֲמַצְיָהוּ
22 הוּא בָּנָה אֶת־אֵילַת וַיְשִׁבֶהָ לִיהוּדָה אַחֲרֵי שְׁכַב־הַמֶּלֶךְ עִם־אֲבֹתָיו
23 בִּשְׁנַת חֲמֵשׁ־עֶשְׂרֵה שָׁנָה לַאֲמַצְיָהוּ בֶן־יוֹאָשׁ מֶלֶךְ יְהוּדָה מָלַךְ יָרָבְעָם בֶּן־יוֹאָשׁ מֶלֶךְ־יִשְׂרָאֵל בְּשֹׁמְרוֹן אַרְבָּעִים וְאַחַת שָׁנָה
24 וַיַּעַשׂ הָרַע בְּעֵינֵי יְהוָה לֹא סָר מִכָּל־חַטֹּאות יָרָבְעָם בֶּן־נְבָט אֲשֶׁר הֶחֱטִיא אֶת־יִשְׂרָאֵל
25 הוּא הֵשִׁיב אֶת־גְּבוּל יִשְׂרָאֵל מִלְּבוֹא חֲמָת עַד־יָם הָעֲרָבָה כִּדְבַר יְהוָה אֱלֹהֵי יִשְׂרָאֵל אֲשֶׁר דִּבֶּר בְּיַד־עַבְדּוֹ יוֹנָה בֶן־אֲמִתַּי הַנָּבִיא אֲשֶׁר מִגַּת הַחֵפֶר
26 כִּי־רָאָה יְהוָה אֶת־עֳנִי יִשְׂרָאֵל מֹרֶה מְאֹד וְאֶפֶס עָצוּר וְאֶפֶס עָזוּב וְאֵין עֹזֵר לְיִשְׂרָאֵל
27 וְלֹא־דִבֶּר יְהוָה לִמְחוֹת אֶת־שֵׁם יִשְׂרָאֵל מִתַּחַת הַשָּׁמָיִם וַיּוֹשִׁיעֵם בְּיַד יָרָבְעָם בֶּן־יוֹאָשׁ
28 וְיֶתֶר דִּבְרֵי יָרָבְעָם וְכָל־אֲשֶׁר עָשָׂה וּגְבוּרָתוֹ אֲשֶׁר־נִלְחָם וַאֲשֶׁר הֵשִׁיב אֶת־דַּמֶּשֶׂק וְאֶת־חֲמָת לִיהוּדָה בְּיִשְׂרָאֵל הֲלֹא־הֵם כְּתוּבִים עַל־סֵפֶר דִּבְרֵי הַיָּמִים לְמַלְכֵי יִשְׂרָאֵל
29 וַיִּשְׁכַּב יָרָבְעָם עִם־אֲבֹתָיו עִם מַלְכֵי יִשְׂרָאֵל וַיִּמְלֹךְ זְכַרְיָה בְנוֹ תַּחְתָּיו׃ פ
Capítulo 15
Reinado de Azarías
LBLA
1 En el año veintisiete de Jeroboam, rey de Israel, comenzó a reinar Azarías, hijo de Amasías, rey de Judá.
2 Tenía dieciséis años cuando comenzó a reinar, y reinó cincuenta y dos años en Jerusalén; el nombre de su madre era Jecolía, de Jerusalén.
3 El hizo lo recto ante los ojos del SEÑOR, conforme a todo lo que su padre Amasías había hecho.
4 Sólo que los lugares altos no fueron quitados; el pueblo aún sacrificaba y quemaba incienso en los lugares altos.
5 Y el SEÑOR hirió al rey, y quedó leproso hasta el día de su muerte. Y habitó en una casa separada, mientras Jotam, hijo del rey, estaba al frente de la casa y gobernaba al pueblo de la tierra.
6 Los demás hechos de Azarías y todo lo que hizo, ¿no están escritos en el Libro de las Crónicas de los reyes de Judá?
7 Y durmió Azarías con sus padres, y lo sepultaron con sus padres en la ciudad de David, y su hijo Jotam reinó en su lugar.
8 En el año treinta y ocho de Azarías, rey de Judá, Zacarías, hijo de Jeroboam, reinó sobre Israel en Samaria seis meses.
9 El hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR, como habían hecho sus padres; no se apartó de los pecados de Jeroboam, hijo de Nabat, con que hizo pecar a Israel.
10 Entonces Salum, hijo de Jabes, conspiró contra él, lo hirió delante del pueblo y lo mató, y reinó en su lugar.
11 Los demás hechos de Zacarías, he aquí, están escritos en el Libro de las Crónicas de los reyes de Israel.
12 Esta es la palabra del SEÑOR que El habló a Jehú, diciendo: Tus hijos hasta la cuarta generación se sentarán en el trono de Israel. Y así fue.
13 Salum, hijo de Jabes, comenzó a reinar en el año treinta y nueve de Uzías, rey de Judá, y reinó un mes en Samaria.
14 Entonces Menahem, hijo de Gadi, subió de Tirsa, entró en Samaria, hirió a Salum, hijo de Jabes, en Samaria, lo mató y reinó en su lugar.
15 Los demás hechos de Salum, y la conspiración que tramó, he aquí, están escritos en el Libro de las Crónicas de los reyes de Israel.
16 Entonces Menahem atacó Tifsa y a todos los que estaban en ella y en sus territorios desde Tirsa, porque no le abrieron la ciudad, por eso la atacó y a todas las mujeres encintas en ella las rasgó.
17 En el año treinta y nueve de Azarías, rey de Judá, Menahem, hijo de Gadi, comenzó a reinar sobre Israel, y reinó diez años en Samaria.
18 El hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR; en todos sus días no se apartó de los pecados de Jeroboam, hijo de Nabat, con que hizo pecar a Israel.
19 Y Pul, rey de Asiria, vino contra la tierra, y Menahem dio a Pul mil talentos de plata para que su mano estuviera con él para fortalecer el reino bajo su mando.
20 Entonces Menahem exigió el dinero de Israel, de todos los hombres fuertes y ricos, de cada uno cincuenta siclos de plata para dárselos al rey de Asiria. Y el rey de Asiria regresó y no se quedó allí en la tierra.
21 Los demás hechos de Menahem y todo lo que hizo, ¿no están escritos en el Libro de las Crónicas de los reyes de Israel?
22 Y durmió Menahem con sus padres, y su hijo Pekaía reinó en su lugar.
23 En el año cincuenta de Azarías, rey de Judá, Pekaía, hijo de Menahem, comenzó a reinar sobre Israel en Samaria, y reinó dos años.
24 El hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR; no se apartó de los pecados de Jeroboam, hijo de Nabat, con que hizo pecar a Israel.
25 Y Peka, hijo de Remalías, su oficial, conspiró contra él y lo hirió en Samaria, en la fortaleza de la casa del rey junto con Argob y Arie; y con él estaban cincuenta hombres de los hijos de los galaaditas, y dio muerte a Pekaía y reinó en su lugar.
26 Los demás hechos de Pekaía y todo lo que hizo, he aquí, están escritos en el Libro de las Crónicas de los reyes de Israel.
27 En el año cincuenta y dos de Azarías, rey de Judá, Peka, hijo de Remalías, comenzó a reinar sobre Israel en Samaria, y reinó veinte años.
28 El hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR, y no se apartó de los pecados de Jeroboam, hijo de Nabat, con que hizo pecar a Israel.
29 En los días de Peka, rey de Israel, vino Tiglat-pileser, rey de Asiria, y tomó Ijón, Abel-bet-maaca, Janoa, Cedes, Hazor, Galaad y Galilea, toda la tierra de Neftalí; y los llevó cautivos a Asiria.
30 Y Oseas, hijo de Ela, hizo una conspiración contra Peka, hijo de Remalías, lo hirió, le dio muerte y reinó en su lugar, en el año veinte de Jotam, hijo de Uzías.
31 Los demás hechos de Peka y todo lo que hizo, he aquí, están escritos en el Libro de las Crónicas de los reyes de Israel.
32 En el segundo año de Peka, hijo de Remalías, rey de Israel, comenzó a reinar Jotam, hijo de Uzías, rey de Judá.
33 Tenía veinticinco años cuando comenzó a reinar, y reinó dieciséis años en Jerusalén; el nombre de su madre era Jerusa, hija de Sadoc.
34 El hizo lo recto ante los ojos del SEÑOR; hizo conforme a todo lo que su padre Uzías había hecho.
35 Sólo que los lugares altos no fueron quitados; el pueblo aún sacrificaba y quemaba incienso en los lugares altos. El edificó la puerta superior de la casa del SEÑOR.
36 Los demás hechos de Jotam y todo lo que hizo, ¿no están escritos en el Libro de las Crónicas de los reyes de Judá?
37 En aquellos días comenzó el SEÑOR a enviar contra Judá a Rezín, rey de Aram, y a Peka, hijo de Remalías.
38 Y durmió Jotam con sus padres, y fue sepultado con sus padres en la ciudad de su padre David; y su hijo Acaz reinó en su lugar.
WLC
1 בִּשְׁנַת עֶשְׂרִים וָשֶׁבַע שָׁנָה לְיָרָבְעָם מֶלֶךְ יִשְׂרָאֵל מָלַךְ עֲזַרְיָה בֶן־אֲמַצְיָה מֶלֶךְ יְהוּדָה
2 בֶּן־שֵׁשׁ עֶשְׂרֵה שָׁנָה הָיָה בְמָלְכוֹ וַחֲמִשִּׁים וּשְׁתַּיִם שָׁנָה מָלַךְ בִּירוּשָׁלִָם וְשֵׁם אִמּוֹ יְכָלְיָהוּ מִירוּשָׁלִָם
3 וַיַּעַשׂ הַיָּשָׁר בְּעֵינֵי יְהוָה כְּכֹל אֲשֶׁר־עָשָׂה אֲמַצְיָהוּ אָבִיו
4 רַק הַבָּמוֹת לֹא־סָרוּ עוֹד הָעָם מְזַבְּחִים וּמְקַטְּרִים בַּבָּמוֹת
5 וַיְנַגַּע יְהוָה אֶת־הַמֶּלֶךְ וַיְהִי מְצֹרָע עַד־יוֹם מֹתוֹ וַיֵּשֶׁב בְּבֵית הַחָפְשִׁית וְיוֹתָם בֶּן־הַמֶּלֶךְ עַל־הַבַּיִת שֹׁפֵט אֶת־עַם הָאָרֶץ
6 וְיֶתֶר דִּבְרֵי עֲזַרְיָהוּ וְכָל־אֲשֶׁר עָשָׂה הֲלֹא־הֵם כְּתוּבִים עַל־סֵפֶר דִּבְרֵי הַיָּמִים לְמַלְכֵי יְהוּדָה
7 וַיִּשְׁכַּב עֲזַרְיָה עִם־אֲבֹתָיו וַיִּקְבְּרוּ אֹתוֹ עִם־אֲבֹתָיו בְּעִיר דָּוִד וַיִּמְלֹךְ יוֹתָם בְּנוֹ תַּחְתָּיו
8 בִּשְׁנַת שְׁלֹשִׁים וּשְׁמֹנֶה שָׁנָה לַעֲזַרְיָהוּ מֶלֶךְ יְהוּדָה מָלַךְ זְכַרְיָהוּ בֶן־יָרָבְעָם עַל־יִשְׂרָאֵל בְּשֹׁמְרוֹן שִׁשָּׁה חֳדָשִׁים
9 וַיַּעַשׂ הָרַע בְּעֵינֵי יְהוָה כַּאֲשֶׁר עָשׂוּ אֲבֹתָיו לֹא סָר מֵחַטֹּאות יָרָבְעָם בֶּן־נְבָט אֲשֶׁר הֶחֱטִיא אֶת־יִשְׂרָאֵל
10 וַיִּקְשֹׁר עָלָיו שַׁלֻּם בֶּן־יָבֵשׁ וַיַּכֵּהוּ קָבָל־עָם וַיְמִיתֵהוּ וַיִּמְלֹךְ תַּחְתָּיו
11 וְיֶתֶר דִּבְרֵי זְכַרְיָה הִנָּם כְּתוּבִים עַל־סֵפֶר דִּבְרֵי הַיָּמִים לְמַלְכֵי יִשְׂרָאֵל
12 הוּא דְבַר־יְהוָה אֲשֶׁר דִּבֶּר אֶל־יֵהוּא לֵאמֹר בְּנֵי רְבִיעִים יֵשְׁבוּ לְךָ עַל־כִּסֵּא יִשְׂרָאֵל וַיְהִי־כֵן
13 שַׁלּוּם בֶּן־יָבֵישׁ מָלַךְ בִּשְׁנַת שְׁלֹשִׁים וָתֵשַׁע שָׁנָה לְעֻזִיָּה מֶלֶךְ יְהוּדָה וַיִּמְלֹךְ יֶרַח־יָמִים בְּשֹׁמְרוֹן
14 וַיַּעַל מְנַחֵם בֶּן־גָּדִי מִתִּרְצָה וַיָּבֹא שֹׁמְרוֹן וַיַּךְ אֶת־שַׁלּוּם בֶּן־יָבֵישׁ בְּשֹׁמְרוֹן וַיְמִיתֵהוּ וַיִּמְלֹךְ תַּחְתָּיו
15 וְיֶתֶר דִּבְרֵי שַׁלּוּם וְקִשְׁרוֹ אֲשֶׁר קָשָׁר הִנָּם כְּתֻבִים עַל־סֵפֶר דִּבְרֵי הַיָּמִים לְמַלְכֵי יִשְׂרָאֵל
16 אָז יַכֶּה־מְנַחֵם אֶת־תִּפְסַח וְאֶת־כָּל־אֲשֶׁר־בָּהּ וְאֶת־גְּבוּלֶיהָ מִתִּרְצָה כִּי לֹא פָתַח וַיַּךְ אֵת כָּל־הֶהָרוֹתֶיהָ בִּקֵּעַ
17 בִּשְׁנַת שְׁלֹשִׁים וָתֵשַׁע שָׁנָה לַעֲזַרְיָה מֶלֶךְ יְהוּדָה מָלַךְ מְנַחֵם בֶּן־גָּדִי עַל־יִשְׂרָאֵל עֶשֶׂר שָׁנִים בְּשֹׁמְרוֹן
18 וַיַּעַשׂ הָרַע בְּעֵינֵי יְהוָה לֹא סָר מֵעַל חַטֹּאות יָרָבְעָם בֶּן־נְבָט אֲשֶׁר־הֶחֱטִיא אֶת־יִשְׂרָאֵל כָּל־יָמָיו
19 בָּא פוּל מֶלֶךְ־אַשּׁוּר עַל־הָאָרֶץ וַיִּתֵּן מְנַחֵם לְפוּל אֶלֶף כִּכַּר־כָּסֶף לִהְיוֹת יָדָיו אִתּוֹ לְהַחֲזִיק הַמַּמְלָכָה בְּיָדוֹ
20 וַיֹּצֵא מְנַחֵם אֶת־הַכֶּסֶף עַל־יִשְׂרָאֵל עַל כָּל־גִּבּוֹרֵי הַחַיִל לָתֵת לְמֶלֶךְ אַשּׁוּר חֲמִשִּׁים שְׁקָלִים כֶּסֶף לְאִישׁ אֶחָד וַיָּשָׁב מֶלֶךְ אַשּׁוּר וְלֹא־עָמַד שָׁם בָּאָרֶץ
21 וְיֶתֶר דִּבְרֵי מְנַחֵם וְכָל־אֲשֶׁר עָשָׂה הֲלוֹא־הֵם כְּתוּבִים עַל־סֵפֶר דִּבְרֵי הַיָּמִים לְמַלְכֵי יִשְׂרָאֵל
22 וַיִּשְׁכַּב מְנַחֵם עִם־אֲבֹתָיו וַיִּמְלֹךְ פְּקַחְיָה בְנוֹ תַּחְתָּיו
23 בִּשְׁנַת חֲמִשִּׁים שָׁנָה לַעֲזַרְיָה מֶלֶךְ יְהוּדָה מָלַךְ פְּקַחְיָה בֶן־מְנַחֵם עַל־יִשְׂרָאֵל בְּשֹׁמְרוֹן שְׁנָתָיִם
24 וַיַּעַשׂ הָרַע בְּעֵינֵי יְהוָה לֹא סָר מֵחַטֹּאות יָרָבְעָם בֶּן־נְבָט אֲשֶׁר הֶחֱטִיא אֶת־יִשְׂרָאֵל
25 וַיִּקְשֹׁר עָלָיו פֶּקַח בֶּן־רְמַלְיָהוּ שָׁלִישׁוֹ וַיַּכֵּהוּ בְשֹׁמְרוֹן בְּאַרְמוֹן בֵּית־מלך [הַמֶּלֶךְ] אֶת־אַרְגֹּב וְאֶת־הָאַרְיֵה וְעִמּוֹ חֲמִשִּׁים אִישׁ מִבְּנֵי גִלְעָדִים וַיְמִיתֵהוּ וַיִּמְלֹךְ תַּחְתָּיו
26 וְיֶתֶר דִּבְרֵי פְקַחְיָה וְכָל־אֲשֶׁר עָשָׂה הִנָּם כְּתוּבִים עַל־סֵפֶר דִּבְרֵי הַיָּמִים לְמַלְכֵי יִשְׂרָאֵל
27 בִּשְׁנַת חֲמִשִּׁים וּשְׁתַּיִם שָׁנָה לַעֲזַרְיָה מֶלֶךְ יְהוּדָה מָלַךְ פֶּקַח בֶּן־רְמַלְיָהוּ עַל־יִשְׂרָאֵל בְּשֹׁמְרוֹן עֶשְׂרִים שָׁנָה
28 וַיַּעַשׂ הָרַע בְּעֵינֵי יְהוָה לֹא סָר מִן־חַטֹּאות יָרָבְעָם בֶּן־נְבָט אֲשֶׁר הֶחֱטִיא אֶת־יִשְׂרָאֵל
29 בִּימֵי פֶּקַח מֶלֶךְ־יִשְׂרָאֵל בָּא תִּגְלַת פִּלְאֶסֶר מֶלֶךְ אַשּׁוּר וַיִּקַּח אֶת־עִיּוֹן וְאֶת־אָבֵל בֵּית־מַעֲכָה וְאֶת־יָנוֹחַ וְאֶת־קֶדֶשׁ וְאֶת־חָצוֹר וְאֶת־הַגִּלְעָד וְאֶת־הַגָּלִילָה כֹּל אֶרֶץ נַפְתָּלִי וַיַּגְלֵם אַשּׁוּרָה
30 וַיִּקְשָׁר־קֶשֶׁר הוֹשֵׁעַ בֶּן־אֵלָה עַל־פֶּקַח בֶּן־רְמַלְיָהוּ וַיַּכֵּהוּ וַיְמִיתֵהוּ וַיִּמְלֹךְ תַּחְתָּיו בִּשְׁנַת עֶשְׂרִים לְיוֹתָם בֶּן־עֻזִיָּה
31 וְיֶתֶר דִּבְרֵי־פֶקַח וְכָל־אֲשֶׁר עָשָׂה הִנָּם כְּתוּבִים עַל־סֵפֶר דִּבְרֵי הַיָּמִים לְמַלְכֵי יִשְׂרָאֵל
32 בִּשְׁנַת שְׁתַּיִם לְפֶקַח בֶּן־רְמַלְיָהוּ מֶלֶךְ יִשְׂרָאֵל מָלַךְ יוֹתָם בֶּן־עֻזִיָּהוּ מֶלֶךְ יְהוּדָה
33 בֶּן־עֶשְׂרִים וְחָמֵשׁ שָׁנָה הָיָה בְמָלְכוֹ וְשֵׁשׁ־עֶשְׂרֵה שָׁנָה מָלַךְ בִּירוּשָׁלִָם וְשֵׁם אִמּוֹ יְרוּשָׁא בַּת־צָדוֹק
34 וַיַּעַשׂ הַיָּשָׁר בְּעֵינֵי יְהוָה כְּכֹל אֲשֶׁר־עָשָׂה עֻזִיָּהוּ אָבִיו עָשָׂה
35 רַק הַבָּמוֹת לֹא סָרוּ עוֹד הָעָם מְזַבְּחִים וּמְקַטְּרִים בַּבָּמוֹת הוּא בָּנָה אֶת־שַׁעַר בֵּית־יְהוָה הָעֶלְיוֹן
36 וְיֶתֶר דִּבְרֵי יוֹתָם אֲשֶׁר עָשָׂה הֲלֹא־הֵם כְּתוּבִים עַל־סֵפֶר דִּבְרֵי הַיָּמִים לְמַלְכֵי יְהוּדָה
37 בַּיָּמִים הָהֵם הֵחֵל יְהוָה לְהַשְׁלִיחַ בִּיהוּדָה רְצִין מֶלֶךְ אֲרָם וְאֵת פֶּקַח בֶּן־רְמַלְיָהוּ
38 וַיִּשְׁכַּב יוֹתָם עִם־אֲבֹתָיו וַיִּקָּבֵר עִם־אֲבֹתָיו בְּעִיר דָּוִד אָבִיו וַיִּמְלֹךְ אָחָז בְּנוֹ תַּחְתָּיו
Capítulo 16
Reinado de Acaz
LBLA
1 En el año diecisiete de Peka, hijo de Remalías, comenzó a reinar Acaz, hijo de Jotam, rey de Judá.
2 Acaz tenía veinte años cuando comenzó a reinar, y reinó dieciséis años en Jerusalén; y no hizo lo recto ante los ojos del SEÑOR su Dios como su padre David había hecho.
3 Sino que anduvo en el camino de los reyes de Israel, y aun hizo pasar por fuego a su hijo, conforme a las abominaciones de las naciones que el SEÑOR había arrojado de delante de los hijos de Israel.
4 Y sacrificaba y quemaba incienso en los lugares altos, en las colinas y debajo de todo árbol frondoso.
5 Entonces Rezín, rey de Aram, y Peka, hijo de Remalías, rey de Israel, subieron a Jerusalén para hacer guerra; y sitiaron a Acaz, pero no pudieron vencerlo.
6 En aquel tiempo Rezín, rey de Aram, recuperó Elat para Aram, y expulsó a los judíos de Elat; y los arameos vinieron a Elat y han habitado allí hasta hoy.
7 Y Acaz envió mensajeros a Tiglat-pileser, rey de Asiria, diciendo: Yo soy tu siervo y tu hijo; sube y líbrame de la mano del rey de Aram y de la mano del rey de Israel, que se levantan contra mí.
8 Y Acaz tomó la plata y el oro que se hallaron en la casa del SEÑOR y en los tesoros de la casa del rey, y envió un presente al rey de Asiria.
9 Y el rey de Asiria le escuchó, y subió contra Damasco, la capturó, deportó a su pueblo a Kir y dio muerte a Rezín.
10 Entonces el rey Acaz fue a Damasco para encontrarse con Tiglat-pileser, rey de Asiria, y vio el altar que estaba en Damasco; y el rey Acaz envió al sacerdote Urías el diseño del altar y el plano de toda su hechura.
11 Y el sacerdote Urías edificó un altar; conforme a todo lo que el rey Acaz había enviado de Damasco, así lo hizo el sacerdote Urías antes que el rey Acaz regresara de Damasco.
12 Cuando el rey regresó de Damasco, vio el altar; entonces el rey se acercó al altar y subió a él,
13 y quemó su holocausto y su ofrenda de cereal, derramó su libación y roció la sangre de sus ofrendas de paz sobre el altar.
14 Y el altar de bronce que estaba delante del SEÑOR, lo trasladó de delante de la casa, de entre su altar y la casa del SEÑOR, y lo puso al lado norte de su altar.
15 Entonces el rey Acaz ordenó al sacerdote Urías, diciendo: En el altar grande quema el holocausto de la mañana y la ofrenda de cereal de la tarde, el holocausto del rey y su ofrenda de cereal, con el holocausto de todo el pueblo de la tierra, su ofrenda de cereal y su libación; y rocía sobre él toda la sangre del holocausto y toda la sangre del sacrificio. Pero el altar de bronce será para mí, para inquirir de Dios.
16 Y el sacerdote Urías hizo conforme a todo lo que el rey Acaz había ordenado.
17 Entonces el rey Acaz cortó los bordes de las basas, y quitó de sobre ellas la pila; también quitó el mar de sobre los bueyes de bronce que estaban debajo de él y lo puso sobre un pavimento de piedra.
18 Y el pórtico cubierto para el día de reposo, que habían construido en la casa, y la entrada exterior del rey, los quitó de la casa del SEÑOR, a causa del rey de Asiria.
19 Los demás hechos de Acaz que hizo, ¿no están escritos en el Libro de las Crónicas de los reyes de Judá?
20 Y durmió Acaz con sus padres, y fue sepultado con sus padres en la ciudad de David; y su hijo Ezequías reinó en su lugar.
WLC
1 בִּשְׁנַת שְׁבַע־עֶשְׂרֵה שָׁנָה לְפֶקַח בֶּן־רְמַלְיָהוּ מָלַךְ אָחָז בֶּן־יוֹתָם מֶלֶךְ יְהוּדָה
2 בֶּן־עֶשְׂרִים שָׁנָה אָחָז בְּמָלְכוֹ וְשֵׁשׁ־עֶשְׂרֵה שָׁנָה מָלַךְ בִּירוּשָׁלִָם וְלֹא־עָשָׂה הַיָּשָׁר בְּעֵינֵי יְהוָה אֱלֹהָיו כְּדָוִד אָבִיו
3 וַיֵּלֶךְ בְּדֶרֶךְ מַלְכֵי יִשְׂרָאֵל וְגַם אֶת־בְּנוֹ הֶעֱבִיר בָּאֵשׁ כְּתֹעֲבוֹת הַגּוֹיִם אֲשֶׁר הוֹרִישׁ יְהוָה אֹתָם מִפְּנֵי בְּנֵי יִשְׂרָאֵל
4 וַיְזַבֵּחַ וַיְקַטֵּר בַּבָּמוֹת וְעַל־הַגְּבָעוֹת וְתַחַת כָּל־עֵץ רַעֲנָן
5 אָז יַעֲלֶה רְצִין מֶלֶךְ־אֲרָם וּפֶקַח בֶּן־רְמַלְיָהוּ מֶלֶךְ־יִשְׂרָאֵל יְרוּשָׁלִַם לַמִּלְחָמָה וַיָּצֻרוּ עַל־אָחָז וְלֹא יָכְלוּ לְהִלָּחֵם
6 בָּעֵת הַהִיא הֵשִׁיב רְצִין מֶלֶךְ־אֲרָם אֶת־אֵילַת לַאֲרָם וַיְנַשֵּׁל אֶת־הַיְּהוּדִים מֵאֵילוֹת וארמים [וַאֲדוֹמִים] בָּאוּ אֵילַת וַיֵּשְׁבוּ שָׁם עַד הַיּוֹם הַזֶּה
7 וַיִּשְׁלַח אָחָז מַלְאָכִים אֶל־תִּגְלַת פְּלֶסֶר מֶלֶךְ־אַשּׁוּר לֵאמֹר עַבְדְּךָ וּבִנְךָ אָנִי עֲלֵה וְהוֹשִׁעֵנִי מִכַּף מֶלֶךְ־אֲרָם וּמִכַּף מֶלֶךְ יִשְׂרָאֵל הַקּוֹמִים עָלָי
8 וַיִּקַּח אָחָז אֶת־הַכֶּסֶף וְאֶת־הַזָּהָב הַנִּמְצָא בֵּית יְהוָה וּבְאֹצְרוֹת בֵּית הַמֶּלֶךְ וַיִּשְׁלַח לְמֶלֶךְ־אַשּׁוּר שֹׁחַד
9 וַיִּשְׁמַע אֵלָיו מֶלֶךְ אַשּׁוּר וַיַּעַל מֶלֶךְ אַשּׁוּר אֶל־דַּמֶּשֶׂק וַיִּתְפְּשֶׂהָ וַיַּגְלֶהָ קִירָה וְאֶת־רְצִין הֵמִית
10 וַיֵּלֶךְ הַמֶּלֶךְ אָחָז לִקְרַאת תִּגְלַת פִּלְאֶסֶר מֶלֶךְ־אַשּׁוּר דּוּמֶּשֶׂק וַיַּרְא אֶת־הַמִּזְבֵּחַ אֲשֶׁר בְּדַמֶּשֶׂק וַיִּשְׁלַח הַמֶּלֶךְ אָחָז אֶל־אוּרִיָּה הַכֹּהֵן אֶת־דְּמוּת הַמִּזְבֵּחַ וְאֶת־תַּבְנִיתוֹ לְכָל־מַעֲשֵׂהוּ
11 וַיִּבֶן אוּרִיָּה הַכֹּהֵן אֶת־הַמִּזְבֵּחַ כְּכֹל אֲשֶׁר־שָׁלַח הַמֶּלֶךְ אָחָז מִדַּמֶּשֶׂק כֵּן עָשָׂה אוּרִיָּה הַכֹּהֵן עַד־בּוֹא הַמֶּלֶךְ־אָחָז מִדַּמָּשֶׂק
12 וַיָּבֹא הַמֶּלֶךְ מִדַּמֶּשֶׂק וַיַּרְא הַמֶּלֶךְ אֶת־הַמִּזְבֵּחַ וַיִּקְרַב הַמֶּלֶךְ עַל־הַמִּזְבֵּחַ וַיַּעַל עָלָיו
13 וַיַּקְטֵר אֶת־עֹלָתוֹ וְאֶת־מִנְחָתוֹ וַיַּסֵּךְ אֶת־נִסְכּוֹ וַיִּזְרֹק אֶת־דַּם־הַשְּׁלָמִים אֲשֶׁר־לוֹ עַל־הַמִּזְבֵּחַ
14 וְאֵת הַמִּזְבַּח הַנְּחֹשֶׁת אֲשֶׁר לִפְנֵי יְהוָה וַיַּקְרֵב מֵאֵת פְּנֵי הַבַּיִת מִבֵּין הַמִּזְבֵּחַ וּמִבֵּין בֵּית יְהוָה וַיִּתֵּן אֹתוֹ עַל־יֶרֶךְ הַמִּזְבֵּחַ צָפוֹנָה
15 ויצוהו [וַיְצַוֶּה] הַמֶּלֶךְ אָחָז אֶת־אוּרִיָּה הַכֹּהֵן לֵאמֹר עַל הַמִּזְבֵּחַ הַגָּדוֹל הַקְטֵר אֶת־עֹלַת־הַבֹּקֶר וְאֶת־מִנְחַת הָעֶרֶב וְאֶת־עֹלַת הַמֶּלֶךְ וְאֶת־מִנְחָתוֹ וְאֵת עֹלַת כָּל־עַם הָאָרֶץ וּמִנְחָתָם וְנִסְכֵּיהֶם וְכָל־דַּם עֹלָה וְכָל־דַּם־זֶבַח עָלָיו תִּזְרֹק וּמִזְבַּח הַנְּחֹשֶׁת יִהְיֶה־לִּי לְבַקֵּר
16 וַיַּעַשׂ אוּרִיָּה הַכֹּהֵן כְּכֹל אֲשֶׁר־צִוָּה הַמֶּלֶךְ אָחָז
17 וַיְקַצֵּץ הַמֶּלֶךְ אָחָז אֶת־הַמִּסְגְּרוֹת הַמְּכֹנוֹת וַיָּסַר מֵעֲלֵיהֶם אֶת־הַכִּיֹּר וְאֶת־הַיָּם הוֹרִד מֵעַל הַבָּקָר הַנְּחֹשֶׁת אֲשֶׁר תַּחְתֶּיהָ וַיִּתֵּן אֹתוֹ עַל מַרְצֶפֶת אֲבָנִים
18 וְאֶת־מיסך [מוּסַךְ] הַשַּׁבָּת אֲשֶׁר־בָּנוּ בַבַּיִת וְאֶת־מְבוֹא הַמֶּלֶךְ הַחִיצוֹנָה הֵסֵב בֵּית יְהוָה מִפְּנֵי מֶלֶךְ אַשּׁוּר
19 וְיֶתֶר דִּבְרֵי אָחָז אֲשֶׁר עָשָׂה הֲלֹא־הֵם כְּתוּבִים עַל־סֵפֶר דִּבְרֵי הַיָּמִים לְמַלְכֵי יְהוּדָה
20 וַיִּשְׁכַּב אָחָז עִם־אֲבֹתָיו וַיִּקָּבֵר עִם־אֲבֹתָיו בְּעִיר דָּוִד וַיִּמְלֹךְ חִזְקִיָּהוּ בְנוֹ תַּחְתָּיו
Capítulo 17
Caída de Samaria
LBLA
1 En el año doce de Acaz, rey de Judá, Oseas, hijo de Ela, comenzó a reinar sobre Israel en Samaria, y reinó nueve años.
2 El hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR, aunque no como los reyes de Israel que habían sido antes que él.
3 Contra él subió Salmanasar, rey de Asiria, y Oseas vino a ser su siervo y le pagaba tributo.
4 Pero el rey de Asiria descubrió una conspiración en Oseas, quien había enviado mensajeros a So, rey de Egipto, y no había pagado tributo al rey de Asiria, como había hecho año tras año; por tanto, el rey de Asiria lo detuvo y lo encadenó en la cárcel.
5 Y el rey de Asiria invadió todo el país, subió a Samaria y la sitió por tres años.
6 En el año noveno de Oseas, el rey de Asiria tomó Samaria y desterró a los israelitas a Asiria, y los estableció en Halah, en Habor, río de Gozán, y en las ciudades de los medos.
7 Y esto sucedió porque los hijos de Israel habían pecado contra el SEÑOR su Dios, que los había sacado de la tierra de Egipto, de bajo la mano de Faraón, rey de Egipto, y habían temido a otros dioses,
8 y anduvieron en los estatutos de las naciones que el SEÑOR había expulsado de delante de los hijos de Israel, y en los estatutos que habían hecho los reyes de Israel.
9 Los hijos de Israel hicieron secretamente cosas que no eran rectas contra el SEÑOR su Dios. Se edificaron lugares altos en todas sus ciudades, desde las torres de atalaya hasta las ciudades fortificadas;
10 y levantaron para sí pilares sagrados y Aseras en todo collado alto y debajo de todo árbol frondoso,
11 y quemaron incienso allí en todos los lugares altos, como hicieron las naciones que el SEÑOR había desterrado de delante de ellos, e hicieron cosas malas provocando al SEÑOR.
12 Y sirvieron a los ídolos, acerca de los cuales el SEÑOR les había dicho: No haréis esto.
13 Sin embargo, el SEÑOR amonestó a Israel y a Judá por medio de todos sus profetas y de todo vidente, diciendo: Volveos de vuestros malos caminos, y guardad mis mandamientos y mis estatutos conforme a toda la ley que ordené a vuestros padres, y que os envié por medio de mis siervos los profetas.
14 Pero no escucharon, sino que fueron tercos como lo habían sido sus padres, que no creyeron en el SEÑOR su Dios.
15 Desecharon sus estatutos y el pacto que El había hecho con sus padres, y los testimonios que les había dado. Fueron tras la vanidad y se hicieron vanos, y fueron tras las naciones que los rodeaban, respecto a las cuales el SEÑOR les había ordenado que no hicieran como ellas.
16 Abandonaron todos los mandamientos del SEÑOR su Dios, y se hicieron imágenes fundidas de dos becerros; hicieron una Asera, adoraron a todo el ejército de los cielos y sirvieron a Baal.
17 Hicieron pasar por fuego a sus hijos y a sus hijas, practicaron la adivinación y los augurios, y se entregaron a hacer lo malo ante los ojos del SEÑOR, provocándole.
18 Por lo cual el SEÑOR se airó en gran manera contra Israel, y los quitó de su presencia; ninguno quedó, excepto la tribu de Judá.
19 Tampoco Judá guardó los mandamientos del SEÑOR su Dios, sino que anduvieron en los estatutos que Israel había hecho.
20 El SEÑOR desechó a toda la descendencia de Israel, los afligió y los entregó en mano de saqueadores, hasta que los echó de su presencia.
21 Cuando El arrancó a Israel de la casa de David, ellos hicieron rey a Jeroboam, hijo de Nabat. Entonces Jeroboam apartó a Israel de seguir al SEÑOR, y les hizo cometer un gran pecado.
22 Y los hijos de Israel anduvieron en todos los pecados que Jeroboam había cometido; no se apartaron de ellos,
23 hasta que el SEÑOR quitó a Israel de su presencia, tal como había dicho por medio de todos sus siervos los profetas. E Israel fue llevado de su tierra al destierro en Asiria, hasta hoy.
24 Y el rey de Asiria trajo gente de Babilonia, de Cuta, de Ava, de Hamat y de Sefarvaim, y los estableció en las ciudades de Samaria en lugar de los hijos de Israel. Y tomaron posesión de Samaria y habitaron en sus ciudades.
25 Y aconteció que al principio de su estancia allí, no temían al SEÑOR; por tanto el SEÑOR envió contra ellos leones que mataron a muchos de ellos.
26 Y hablaron al rey de Asiria, diciendo: Las naciones que tú has deportado y establecido en las ciudades de Samaria, no conocen la costumbre del dios de aquella tierra; por eso él ha enviado leones entre ellos, y he aquí, los matan porque no conocen la costumbre del dios de la tierra.
27 Entonces el rey de Asiria ordenó, diciendo: Llevad allí a uno de los sacerdotes que deportasteis de allí; que vaya y habite allí, y que les enseñe la costumbre del dios de aquella tierra.
28 Y vino uno de los sacerdotes que habían deportado de Samaria y habitó en Betel, y les enseñó cómo debían temer al SEÑOR.
29 Pero cada nación siguió haciendo sus propios dioses, y los pusieron en los santuarios de los lugares altos que habían hecho los samaritanos, cada nación en las ciudades donde habitaban.
30 Los hombres de Babilonia hicieron a Sucot-benot, los hombres de Cuta hicieron a Nergal, los hombres de Hamat hicieron a Asima,
31 los aveos hicieron a Nibhaz y a Tartac, y los de Sefarvaim quemaban a sus hijos en el fuego a Adramelec y a Anamelec, dioses de Sefarvaim.
32 También temían al SEÑOR, y nombraron de entre ellos sacerdotes de los lugares altos, que oficiaban por ellos en los santuarios de los lugares altos.
33 Temían al SEÑOR, y servían a sus propios dioses conforme a la costumbre de las naciones de donde habían sido deportados.
34 Hasta el día de hoy siguen según las costumbres antiguas: no temen al SEÑOR, ni siguen sus estatutos, sus ordenanzas, su ley, ni el mandamiento que el SEÑOR ordenó a los hijos de Jacob, a quien puso por nombre Israel,
35 con los cuales el SEÑOR había hecho un pacto y les había ordenado, diciendo: No temeréis a otros dioses, ni os inclinaréis ante ellos, ni les serviréis, ni les ofreceréis sacrificios.
36 Sino al SEÑOR, que os sacó de la tierra de Egipto con gran poder y con brazo extendido, a El temeréis, ante El os inclinaréis y a El ofreceréis sacrificio.
37 Y los estatutos, las ordenanzas, la ley y el mandamiento que El os escribió, cuidaréis de observarlos siempre, y no temeréis a otros dioses.
38 No olvidaréis el pacto que he hecho con vosotros, ni temeréis a otros dioses.
39 Sino que temeréis al SEÑOR vuestro Dios, y El os librará de mano de todos vuestros enemigos.
40 Sin embargo, no escucharon, sino que siguieron haciendo según su costumbre antigua.
41 Así que, mientras estas naciones temían al SEÑOR, también servían a sus ídolos; y sus hijos y sus nietos, tal como hicieron sus padres, así hacen hasta hoy.
WLC
1 בִּשְׁנַת שְׁתֵּים עֶשְׂרֵה לְאָחָז מֶלֶךְ יְהוּדָה מָלַךְ הוֹשֵׁעַ בֶּן־אֵלָה בְשֹׁמְרוֹן עַל־יִשְׂרָאֵל תֵּשַׁע שָׁנִים
2 וַיַּעַשׂ הָרַע בְּעֵינֵי יְהוָה רַק לֹא כְּמַלְכֵי יִשְׂרָאֵל אֲשֶׁר הָיוּ לְפָנָיו
3 עָלָיו עָלָה שַׁלְמַנְאֶסֶר מֶלֶךְ אַשּׁוּר וַיְהִי־לוֹ הוֹשֵׁעַ עֶבֶד וַיָּשֶׁב לוֹ מִנְחָה
4 וַיִּמְצָא מֶלֶךְ־אַשּׁוּר בְּהוֹשֵׁעַ קֶשֶׁר אֲשֶׁר שָׁלַח מַלְאָכִים אֶל־סוֹא מֶלֶךְ־מִצְרַיִם וְלֹא־הֶעֱלָה מִנְחָה לְמֶלֶךְ אַשּׁוּר כְּשָׁנָה בְשָׁנָה וַיַּעַצְרֵהוּ מֶלֶךְ אַשּׁוּר וַיַּאַסְרֵהוּ בֵּית כֶּלֶא
5 וַיַּעַל מֶלֶךְ־אַשּׁוּר בְּכָל־הָאָרֶץ וַיַּעַל שֹׁמְרוֹן וַיָּצַר עָלֶיהָ שָׁלֹשׁ שָׁנִים
6 בִּשְׁנַת הַתְּשִׁיעִית לְהוֹשֵׁעַ לָכַד מֶלֶךְ־אַשּׁוּר אֶת־שֹׁמְרוֹן וַיֶּגֶל אֶת־יִשְׂרָאֵל אַשּׁוּרָה וַיֹּשֶׁב אֹתָם בַּחְלַח וּבְחָבוֹר נְהַר גּוֹזָן וְעָרֵי מָדָי
7 וַיְהִי כִּי־חָטְאוּ בְנֵי־יִשְׂרָאֵל לַיהוָה אֱלֹהֵיהֶם הַמַּעֲלֶה אֹתָם מֵאֶרֶץ מִצְרַיִם מִתַּחַת יַד פַּרְעֹה מֶלֶךְ־מִצְרָיִם וַיִּירְאוּ אֱלֹהִים אֲחֵרִים
8 וַיֵּלְכוּ בְּחֻקּוֹת הַגּוֹיִם אֲשֶׁר הוֹרִישׁ יְהוָה מִפְּנֵי בְּנֵי יִשְׂרָאֵל וּמַלְכֵי יִשְׂרָאֵל אֲשֶׁר עָשׂוּ
9 וַיְחַפְּאוּ בְנֵי־יִשְׂרָאֵל דְּבָרִים אֲשֶׁר לֹא־כֵן עַל־יְהוָה אֱלֹהֵיהֶם וַיִּבְנוּ לָהֶם בָּמוֹת בְּכָל־עָרֵיהֶם מִמִּגְדַּל נוֹצְרִים עַד־עִיר מִבְצָר
10 וַיַּצִּבוּ לָהֶם מַצֵּבוֹת וַאֲשֵׁרִים עַל כָּל־גִּבְעָה גְבֹהָה וְתַחַת כָּל־עֵץ רַעֲנָן
11 וַיְקַטְּרוּ־שָׁם בְּכָל־בָּמוֹת כַּגּוֹיִם אֲשֶׁר־הֶגְלָה יְהוָה מִפְּנֵיהֶם וַיַּעֲשׂוּ דְּבָרִים רָעִים לְהַכְעִיס אֶת־יְהוָה
12 וַיַּעַבְדוּ הַגִּלֻּלִים אֲשֶׁר אָמַר יְהוָה לָהֶם לֹא תַעֲשׂוּ אֶת־הַדָּבָר הַזֶּה
13 וַיָּעַד יְהוָה בְּיִשְׂרָאֵל וּבִיהוּדָה בְּיַד כָּל־נביאו [נְבִיאֵי] כָל־חֹזֶה לֵאמֹר שֻׁבוּ מִדַּרְכֵיכֶם הָרָעִים וְשִׁמְרוּ מִצְוֺתַי חֻקּוֹתַי כְּכָל־הַתּוֹרָה אֲשֶׁר צִוִּיתִי אֶת־אֲבֹתֵיכֶם וַאֲשֶׁר שָׁלַחְתִּי אֲלֵיכֶם בְּיַד עֲבָדַי הַנְּבִיאִים
14 וְלֹא שָׁמֵעוּ וַיַּקְשׁוּ אֶת־עָרְפָּם כְּעֹרֶף אֲבוֹתָם אֲשֶׁר לֹא הֶאֱמִינוּ בַּיהוָה אֱלֹהֵיהֶם
15 וַיִּמְאֲסוּ אֶת־חֻקָּיו וְאֶת־בְּרִיתוֹ אֲשֶׁר כָּרַת אֶת־אֲבוֹתָם וְאֵת עֵדְוֺתָיו אֲשֶׁר הֵעִיד בָּם וַיֵּלְכוּ אַחֲרֵי הַהֶבֶל וַיֶּהְבָּלוּ וְאַחֲרֵי הַגּוֹיִם אֲשֶׁר סְבִיבֹתָם אֲשֶׁר צִוָּה יְהוָה אֹתָם לְבִלְתִּי עֲשׂוֹת כָּהֶם
16 וַיַּעַזְבוּ אֶת־כָּל־מִצְוֺת יְהוָה אֱלֹהֵיהֶם וַיַּעֲשׂוּ לָהֶם מַסֵּכָה שנים [שְׁנֵי] עֲגָלִים וַיַּעֲשׂוּ אֲשֵׁירָה וַיִּשְׁתַּחֲווּ לְכָל־צְבָא הַשָּׁמַיִם וַיַּעַבְדוּ אֶת־הַבָּעַל
17 וַיַּעֲבִירוּ אֶת־בְּנֵיהֶם וְאֶת־בְּנוֹתֵיהֶם בָּאֵשׁ וַיִּקְסְמוּ קְסָמִים וַיְנַחֵשׁוּ וַיִּתְמַכְּרוּ לַעֲשׂוֹת הָרַע בְּעֵינֵי יְהוָה לְהַכְעִיסוֹ
18 וַיִּתְאַנַּף יְהוָה מְאֹד בְּיִשְׂרָאֵל וַיְסִרֵם מֵעַל פָּנָיו לֹא נִשְׁאַר רַק שֵׁבֶט יְהוּדָה לְבַדּוֹ
19 גַּם־יְהוּדָה לֹא שָׁמַר אֶת־מִצְוֺת יְהוָה אֱלֹהֵיהֶם וַיֵּלְכוּ בְּחֻקּוֹת יִשְׂרָאֵל אֲשֶׁר עָשׂוּ
20 וַיִּמְאַס יְהוָה בְּכָל־זֶרַע יִשְׂרָאֵל וַיְעַנֵּם וַיִּתְּנֵם בְּיַד־שֹׁסִים עַד אֲשֶׁר הִשְׁלִיכָם מִפָּנָיו
21 כִּי־קָרַע יִשְׂרָאֵל מֵעַל בֵּית דָּוִד וַיַּמְלִיכוּ אֶת־יָרָבְעָם בֶּן־נְבָט וידא [וַיַּדַּח] יָרָבְעָם אֶת־יִשְׂרָאֵל מֵאַחֲרֵי יְהוָה וְהֶחֱטִיאָם חֲטָאָה גְדוֹלָה
22 וַיֵּלְכוּ בְּנֵי יִשְׂרָאֵל בְּכָל־חַטֹּאות יָרָבְעָם אֲשֶׁר עָשָׂה לֹא־סָרוּ מִמֶּנָּה
23 עַד אֲשֶׁר־הֵסִיר יְהוָה אֶת־יִשְׂרָאֵל מֵעַל פָּנָיו כַּאֲשֶׁר דִּבֶּר בְּיַד כָּל־עֲבָדָיו הַנְּבִיאִים וַיִּגֶל יִשְׂרָאֵל מֵעַל אַדְמָתוֹ אַשּׁוּרָה עַד הַיּוֹם הַזֶּה׃ פ
24 וַיָּבֵא מֶלֶךְ־אַשּׁוּר מִבָּבֶל וּמִכּוּתָה וּמֵעַוָּא וּמֵחֲמָת וּסְפַרְוַיִם וַיֹּשֶׁב בְּעָרֵי שֹׁמְרוֹן תַּחַת בְּנֵי יִשְׂרָאֵל וַיִּרְשׁוּ אֶת־שֹׁמְרוֹן וַיֵּשְׁבוּ בְּעָרֶיהָ
25 וַיְהִי בִּתְחִלַּת שִׁבְתָּם שָׁם לֹא יָרְאוּ אֶת־יְהוָה וַיְשַׁלַּח יְהוָה בָּהֶם אֶת־הָאֲרָיוֹת וַיִּהְיוּ הֹרְגִים בָּהֶם
26 וַיֹּאמְרוּ לְמֶלֶךְ אַשּׁוּר לֵאמֹר הַגּוֹיִם אֲשֶׁר הִגְלִיתָ וַתּוֹשֶׁב בְּעָרֵי שֹׁמְרוֹן לֹא יָדְעוּ אֶת־מִשְׁפַּט אֱלֹהֵי הָאָרֶץ וַיְשַׁלַּח־בָּם אֶת־הָאֲרָיוֹת וְהִנָּם מְמִיתִים אוֹתָם כַּאֲשֶׁר אֵינָם יֹדְעִים אֶת־מִשְׁפַּט אֱלֹהֵי הָאָרֶץ
27 וַיְצַו מֶלֶךְ־אַשּׁוּר לֵאמֹר הֹלִיכוּ שָׁמָּה אֶחָד מֵהַכֹּהֲנִים אֲשֶׁר הִגְלִיתֶם מִשָּׁם וְיֵלְכוּ וְיֵשְׁבוּ שָׁם וְיֹרֵם אֶת־מִשְׁפַּט אֱלֹהֵי הָאָרֶץ
28 וַיָּבֹא אֶחָד מֵהַכֹּהֲנִים אֲשֶׁר הִגְלוּ מִשֹּׁמְרוֹן וַיֵּשֶׁב בְּבֵית־אֵל וַיְהִי מוֹרֶה אֹתָם אֵיךְ יִירְאוּ אֶת־יְהוָה
29 וַיִּהְיוּ עֹשִׂים גּוֹי גּוֹי אֱלֹהָיו וַיַּנִּיחוּ בְּבֵית הַבָּמוֹת אֲשֶׁר עָשׂוּ הַשֹּׁמְרֹנִים גּוֹי גּוֹי בְּעָרֵיהֶם אֲשֶׁר הֵם יֹשְׁבִים שָׁם
30 וְאַנְשֵׁי בָבֶל עָשׂוּ אֶת־סֻכּוֹת בְּנוֹת וְאַנְשֵׁי־כוּת עָשׂוּ אֶת־נֵרְגַל וְאַנְשֵׁי חֲמָת עָשׂוּ אֶת־אֲשִׁימָא
31 וְהָעַוִּים עָשׂוּ נִבְחַז וְאֶת־תַּרְתָּק וְהַסְפַרְוִים שֹׂרְפִים אֶת־בְּנֵיהֶם בָּאֵשׁ לְאַדְרַמֶּלֶךְ וַעֲנַמֶּלֶךְ אֱלֹהַ ספרים [סְפַרְוָיִם]
32 וַיִּהְיוּ יְרֵאִים אֶת־יְהוָה וַיַּעֲשׂוּ לָהֶם מִקְצוֹתָם כֹּהֲנֵי בָמוֹת וַיִּהְיוּ עֹשִׂים לָהֶם בְּבֵית הַבָּמוֹת
33 אֶת־יְהוָה הָיוּ יְרֵאִים וְאֶת־אֱלֹהֵיהֶם הָיוּ עֹבְדִים כְּמִשְׁפַּט הַגּוֹיִם אֲשֶׁר־הִגְלוּ אֹתָם מִשָּׁם
34 עַד הַיּוֹם הַזֶּה הֵם עֹשִׂים כַּמִּשְׁפָּטִים הָרִאשֹׁנִים אֵינָם יְרֵאִים אֶת־יְהוָה וְאֵינָם עֹשִׂים כְּחֻקֹּתָם וּכְמִשְׁפָּטָם וְכַתּוֹרָה וְכַמִּצְוָה אֲשֶׁר צִוָּה יְהוָה אֶת־בְּנֵי יַעֲקֹב אֲשֶׁר־שָׂם שְׁמוֹ יִשְׂרָאֵל
35 וַיִּכְרֹת יְהוָה אִתָּם בְּרִית וַיְצַוֵּם לֵאמֹר לֹא תִירְאוּ אֱלֹהִים אֲחֵרִים וְלֹא־תִשְׁתַּחֲווּ לָהֶם וְלֹא תַעַבְדוּם וְלֹא תִזְבְּחוּ לָהֶם
36 כִּי אִם־אֶת־יְהוָה אֲשֶׁר הֶעֱלָה אֶתְכֶם מֵאֶרֶץ מִצְרַיִם בְּכֹחַ גָּדוֹל וּבִזְרוֹעַ נְטוּיָה אֹתוֹ תִירָאוּ וְלוֹ תִשְׁתַּחֲווּ וְלוֹ תִזְבָּחוּ
37 וְאֶת־הַחֻקִּים וְאֶת־הַמִּשְׁפָּטִים וְהַתּוֹרָה וְהַמִּצְוָה אֲשֶׁר כָּתַב לָכֶם תִּשְׁמְרוּן לַעֲשׂוֹת כָּל־הַיָּמִים וְלֹא תִירְאוּ אֱלֹהִים אֲחֵרִים
38 וְהַבְּרִית אֲשֶׁר־כָּרַתִּי אִתְּכֶם לֹא תִשְׁכָּחוּ וְלֹא תִירְאוּ אֱלֹהִים אֲחֵרִים
39 כִּי אִם־אֶת־יְהוָה אֱלֹהֵיכֶם תִּירָאוּ וְהוּא יַצִּיל אֶתְכֶם מִיַּד כָּל־אֹיְבֵיכֶם
40 וְלֹא שָׁמֵעוּ כִּי אִם־כְּמִשְׁפָּטָם הָרִאשׁוֹן הֵם עֹשִׂים
41 וַיִּהְיוּ הַגּוֹיִם הָאֵלֶּה יְרֵאִים אֶת־יְהוָה וְאֶת־פְּסִילֵיהֶם הָיוּ עֹבְדִים גַּם־בְּנֵיהֶם וּבְנֵי בְנֵיהֶם כַּאֲשֶׁר עָשׂוּ אֲבֹתָם הֵם עֹשִׂים עַד הַיּוֹם הַזֶּה
Capítulo 18
Reinado de Ezequías
LBLA
1 Y aconteció que en el tercer año de Oseas, hijo de Ela, rey de Israel, comenzó a reinar Ezequías, hijo de Acaz, rey de Judá.
2 Tenía veinticinco años cuando comenzó a reinar, y reinó veintinueve años en Jerusalén; el nombre de su madre era Abi, hija de Zacarías.
3 El hizo lo recto ante los ojos del SEÑOR, conforme a todo lo que su padre David había hecho.
4 Quitó los lugares altos, rompió las piedras sagradas, cortó las Aseras y quebró en pedazos la serpiente de bronce que Moisés había hecho, porque hasta aquellos días los hijos de Israel le quemaban incienso; y la llamó Nehustán.
5 En el SEÑOR, Dios de Israel, confió; y después de él no hubo ninguno como él entre todos los reyes de Judá, ni entre los que fueron antes de él.
6 Pues se apegó al SEÑOR; no se apartó de seguirle, sino que guardó sus mandamientos que el SEÑOR había ordenado a Moisés.
7 Y el SEÑOR estaba con él; adondequiera que iba prosperaba. Y se rebeló contra el rey de Asiria y no le sirvió.
8 Derrotó a los filisteos hasta Gaza y sus territorios, desde las torres de atalaya hasta las ciudades fortificadas.
9 Y aconteció que en el cuarto año del rey Ezequías, que era el séptimo año de Oseas, hijo de Ela, rey de Israel, Salmanasar, rey de Asiria, subió contra Samaria y la sitió.
10 Y al cabo de tres años la tomaron; en el año sexto de Ezequías, que era el año noveno de Oseas, rey de Israel, fue tomada Samaria.
11 Entonces el rey de Asiria deportó a los israelitas a Asiria y los estableció en Halah, en el Habor, río de Gozán, y en las ciudades de los medos,
12 porque no obedecieron la voz del SEÑOR su Dios, sino que quebrantaron su pacto; es decir, todo lo que Moisés, siervo del SEÑOR, había ordenado; no lo escucharon ni lo cumplieron.
13 En el año catorce del rey Ezequías, subió Senaquerib, rey de Asiria, contra todas las ciudades fortificadas de Judá y se apoderó de ellas.
14 Y Ezequías, rey de Judá, envió a decir al rey de Asiria en Laquis: He pecado, retírate de mí; lo que me impongas pagaré. Y el rey de Asiria impuso a Ezequías, rey de Judá, trescientos talentos de plata y treinta talentos de oro.
15 Y Ezequías dio toda la plata que se hallaba en la casa del SEÑOR y en los tesoros de la casa del rey.
16 En aquel tiempo Ezequías cortó el oro de las puertas del templo del SEÑOR y de las columnas que Ezequías, rey de Judá, había recubierto de oro, y se lo dio al rey de Asiria.
17 Y el rey de Asiria envió desde Laquis a Tartán, a Rabsaris y al Rabsaces con un gran ejército contra el rey Ezequías en Jerusalén. Y subieron y vinieron a Jerusalén. Y cuando subieron, vinieron y se detuvieron junto al acueducto del estanque superior, que está en la calzada del campo del Batanero.
18 Cuando llamaron al rey, salieron a ellos Eliaquim, hijo de Hilcías, que estaba a cargo de la casa, con el escriba Sebna y el cronista Joa, hijo de Asaf.
19 Y el Rabsaces les dijo: Decid ahora a Ezequías: "Así dice el gran rey, el rey de Asiria: '¿Qué confianza es ésta que tienes?
20 Tú dices: "Un simple dicho de labios es consejo y poder para la guerra." Ahora pues, ¿en quién confías, que te has rebelado contra mí?
21 He aquí, tú confías en el báculo de esta caña quebrada, en Egipto, en el cual si un hombre se apoya, penetrará en su mano y la atravesará. Así es Faraón, rey de Egipto, para todos los que confían en él.
22 Y si me decís: "Nosotros confiamos en el SEÑOR nuestro Dios", ¿no es El aquel cuyos lugares altos y cuyos altares ha quitado Ezequías, y ha dicho a Judá y a Jerusalén: "Adoraréis delante de este altar en Jerusalén"?'
23 Ahora pues, haz una apuesta con mi señor, el rey de Asiria: yo te daré dos mil caballos, si por tu parte puedes poner jinetes sobre ellos.
24 ¿Cómo podrías rechazar a un oficial del más bajo rango de los siervos de mi señor, confiando en Egipto para tener carros y hombres de a caballo?
25 ¿Acaso he subido ahora sin el consentimiento del SEÑOR contra este lugar para destruirlo? El SEÑOR me dijo: 'Sube contra esta tierra y destrúyela.'"
26 Entonces Eliaquim, hijo de Hilcías, Sebna y Joa dijeron al Rabsaces: Te rogamos que hables a tus siervos en arameo, porque nosotros lo entendemos, y no nos hables en la lengua de los judíos a oídos del pueblo que está sobre el muro.
27 Pero el Rabsaces les dijo: ¿Acaso mi señor me ha enviado a decir estas palabras sólo a tu señor y a ti, y no a los hombres que se sientan en el muro, condenados a comer su propio estiércol y a beber su propia orina con vosotros?
28 Entonces el Rabsaces se puso en pie y gritó a gran voz en la lengua de los judíos, diciendo: Oíd la palabra del gran rey, el rey de Asiria.
29 Así dice el rey: "No os engañe Ezequías, porque él no os podrá librar de mi mano;
30 no os haga Ezequías confiar en el SEÑOR, diciendo: 'Ciertamente el SEÑOR nos librará, y esta ciudad no será entregada en manos del rey de Asiria.'"
31 No escuchéis a Ezequías, porque así dice el rey de Asiria: "Haced la paz conmigo y salid a mí, y coma cada uno de su vid y cada uno de su higuera, y beba cada uno de las aguas de su cisterna,
32 hasta que yo venga y os lleve a una tierra como vuestra tierra, tierra de grano y de mosto, tierra de pan y de viñas, tierra de olivos y de miel, para que viváis y no muráis." Pero no escuchéis a Ezequías cuando os engaña, diciendo: "El SEÑOR nos librará."
33 ¿Acaso alguno de los dioses de las naciones ha librado su tierra de la mano del rey de Asiria?
34 ¿Dónde están los dioses de Hamat y de Arfad? ¿Dónde están los dioses de Sefarvaim, de Hena y de Iva? ¿Han librado ellos a Samaria de mi mano?
35 ¿Quiénes de entre todos los dioses de estas tierras han librado su tierra de mi mano, para que el SEÑOR libre a Jerusalén de mi mano?
36 Pero el pueblo se quedó callado y no le respondió ni una palabra, porque el mandamiento del rey era: No le respondáis.
37 Entonces Eliaquim, hijo de Hilcías, que estaba a cargo de la casa, con el escriba Sebna y el cronista Joa, hijo de Asaf, vinieron a Ezequías con sus vestidos rasgados y le contaron las palabras del Rabsaces.
WLC
1 וַיְהִי בִּשְׁנַת שָׁלֹשׁ לְהוֹשֵׁעַ בֶּן־אֵלָה מֶלֶךְ יִשְׂרָאֵל מָלַךְ חִזְקִיָּה בֶן־אָחָז מֶלֶךְ יְהוּדָה
2 בֶּן־עֶשְׂרִים וְחָמֵשׁ שָׁנָה הָיָה בְמָלְכוֹ וְעֶשְׂרִים וָתֵשַׁע שָׁנָה מָלַךְ בִּירוּשָׁלִָם וְשֵׁם אִמּוֹ אֲבִי בַּת־זְכַרְיָה
3 וַיַּעַשׂ הַיָּשָׁר בְּעֵינֵי יְהוָה כְּכֹל אֲשֶׁר־עָשָׂה דָּוִד אָבִיו
4 הוּא הֵסִיר אֶת־הַבָּמוֹת וְשִׁבַּר אֶת־הַמַּצֵּבֹת וְכָרַת אֶת־הָאֲשֵׁרָה וְכִתַּת נְחַשׁ הַנְּחֹשֶׁת אֲשֶׁר־עָשָׂה מֹשֶׁה כִּי עַד־הַיָּמִים הָהֵמָּה הָיוּ בְנֵי־יִשְׂרָאֵל מְקַטְּרִים לוֹ וַיִּקְרָא־לוֹ נְחֻשְׁתָּן
5 בַּיהוָה אֱלֹהֵי־יִשְׂרָאֵל בָּטָח וְאַחֲרָיו לֹא־הָיָה כָמֹהוּ בְּכֹל מַלְכֵי יְהוּדָה וַאֲשֶׁר הָיוּ לְפָנָיו
6 וַיִּדְבַּק בַּיהוָה לֹא־סָר מֵאַחֲרָיו וַיִּשְׁמֹר מִצְוֺתָיו אֲשֶׁר־צִוָּה יְהוָה אֶת־מֹשֶׁה
7 וְהָיָה יְהוָה עִמּוֹ בְּכֹל אֲשֶׁר־יֵצֵא יַשְׂכִּיל וַיִּמְרֹד בְּמֶלֶךְ־אַשּׁוּר וְלֹא עֲבָדוֹ
8 הוּא־הִכָּה אֶת־פְּלִשְׁתִּים עַד־עַזָּה וְאֶת־גְּבוּלֶיהָ מִמִּגְדַּל נוֹצְרִים עַד־עִיר מִבְצָר
9 וַיְהִי בַּשָּׁנָה הָרְבִיעִית לַמֶּלֶךְ חִזְקִיָּהוּ הִיא הַשָּׁנָה הַשְּׁבִיעִית לְהוֹשֵׁעַ בֶּן־אֵלָה מֶלֶךְ יִשְׂרָאֵל עָלָה שַׁלְמַנְאֶסֶר מֶלֶךְ־אַשּׁוּר עַל־שֹׁמְרוֹן וַיָּצַר עָלֶיהָ
10 וַיִּלְכְּדֻהָ מִקְצֵה שָׁלֹשׁ שָׁנִים בִּשְׁנַת־שֵׁשׁ לְחִזְקִיָּה הִיא שְׁנַת־תֵּשַׁע לְהוֹשֵׁעַ מֶלֶךְ יִשְׂרָאֵל נִלְכְּדָה שֹׁמְרוֹן
11 וַיֶּגֶל מֶלֶךְ־אַשּׁוּר אֶת־יִשְׂרָאֵל אַשּׁוּרָה וַיַּנְחֵם בַּחְלַח וּבְחָבוֹר נְהַר גּוֹזָן וְעָרֵי מָדָי
12 עַל אֲשֶׁר לֹא־שָׁמְעוּ בְּקוֹל יְהוָה אֱלֹהֵיהֶם וַיַּעַבְרוּ אֶת־בְּרִיתוֹ אֵת כָּל־אֲשֶׁר צִוָּה מֹשֶׁה עֶבֶד יְהוָה וְלֹא שָׁמְעוּ וְלֹא עָשׂוּ
13 וּבְאַרְבַּע עֶשְׂרֵה שָׁנָה לַמֶּלֶךְ חִזְקִיָּה עָלָה סַנְחֵרִיב מֶלֶךְ־אַשּׁוּר עַל כָּל־עָרֵי יְהוּדָה הַבְּצֻרוֹת וַיִּתְפְּשֵׂם
14 וַיִּשְׁלַח חִזְקִיָּה מֶלֶךְ־יְהוּדָה אֶל־מֶלֶךְ־אַשּׁוּר לָכִישָׁה לֵאמֹר חָטָאתִי שׁוּב מֵעָלַי אֵת אֲשֶׁר־תִּתֵּן עָלַי אֶשָּׂא וַיָּשֶׂם מֶלֶךְ־אַשּׁוּר עַל־חִזְקִיָּה מֶלֶךְ־יְהוּדָה שְׁלֹשׁ מֵאוֹת כִּכַּר־כֶּסֶף וּשְׁלֹשִׁים כִּכַּר זָהָב
15 וַיִּתֵּן חִזְקִיָּה אֶת־כָּל־הַכֶּסֶף הַנִּמְצָא בֵית־יְהוָה וּבְאֹצְרוֹת בֵּית הַמֶּלֶךְ
16 בָּעֵת הַהִיא קִצַּץ חִזְקִיָּה אֶת־דַּלְתוֹת הֵיכַל יְהוָה וְאֶת־הָאֹמְנוֹת אֲשֶׁר צִפָּה חִזְקִיָּה מֶלֶךְ יְהוּדָה וַיִּתְּנֵם לְמֶלֶךְ אַשּׁוּר
17 וַיִּשְׁלַח מֶלֶךְ־אַשּׁוּר אֶת־תַּרְתָּן וְאֶת־רַב־סָרִיס וְאֶת־רַב־שָׁקֵה מִן־לָכִישׁ אֶל־הַמֶּלֶךְ חִזְקִיָּהוּ בְּחֵיל כָּבֵד יְרוּשָׁלִָם וַיַּעֲלוּ וַיָּבֹאוּ יְרוּשָׁלִַם וַיַּעֲלוּ וַיָּבֹאוּ וַיַּעַמְדוּ בִּתְעָלַת הַבְּרֵכָה הָעֶלְיוֹנָה אֲשֶׁר בִּמְסִלַּת שְׂדֵה כוֹבֵס
18 וַיִּקְרְאוּ אֶל־הַמֶּלֶךְ וַיֵּצֵא אֲלֵהֶם אֶלְיָקִים בֶּן־חִלְקִיָּהוּ אֲשֶׁר עַל־הַבָּיִת וְשֶׁבְנָה הַסֹּפֵר וְיוֹאָח בֶּן־אָסָף הַמַּזְכִּיר
19 וַיֹּאמֶר אֲלֵהֶם רַב־שָׁקֵה אִמְרוּ־נָא אֶל־חִזְקִיָּהוּ כֹּה־אָמַר הַמֶּלֶךְ הַגָּדוֹל מֶלֶךְ אַשּׁוּר מָה הַבִּטָּחוֹן הַזֶּה אֲשֶׁר בָּטָחְתָּ
20 אָמַרְתָּ אַךְ־דְּבַר־שְׂפָתַיִם עֵצָה וּגְבוּרָה לַמִּלְחָמָה עַתָּה עַל־מִי בָטַחְתָּ כִּי מָרַדְתָּ בִּי
21 עַתָּה הִנֵּה בָטַחְתָּ לְּךָ עַל־מִשְׁעֶנֶת הַקָּנֶה הָרָצוּץ הַזֶּה עַל־מִצְרַיִם אֲשֶׁר יִסָּמֵךְ אִישׁ עָלָיו וּבָא בְכַפּוֹ וּנְקָבָהּ כֵּן פַּרְעֹה מֶלֶךְ־מִצְרַיִם לְכָל־הַבֹּטְחִים עָלָיו
22 וְכִי־תֹאמְרוּן אֵלַי אֶל־יְהוָה אֱלֹהֵינוּ בָּטָחְנוּ הֲלוֹא־הוּא אֲשֶׁר הֵסִיר חִזְקִיָּהוּ אֶת־בָּמֹתָיו וְאֶת־מִזְבְּחֹתָיו וַיֹּאמֶר לִיהוּדָה וְלִירוּשָׁלִַם לִפְנֵי הַמִּזְבֵּחַ הַזֶּה תִּשְׁתַּחֲווּ בִּירוּשָׁלִָם
23 וְעַתָּה הִתְעָרֶב נָא אֶת־אֲדֹנִי אֶת־מֶלֶךְ אַשּׁוּר וְאֶתְּנָה לְךָ אַלְפַּיִם סוּסִים אִם־תּוּכַל לָתֶת לְךָ רֹכְבִים עֲלֵיהֶם׃
24 וְאֵיךְ תָּשִׁיב אֵת פְּנֵי פַחַת אַחַד עַבְדֵי אֲדֹנִי הַקְּטַנִּים וַתִּבְטַח לְךָ עַל־מִצְרַיִם לְרֶכֶב וּלְפָרָשִׁים
25 עַתָּה הֲמִבַּלְעֲדֵי יְהוָה עָלִיתִי עַל־הַמָּקוֹם הַזֶּה לְהַשְׁחִתוֹ יְהוָה אָמַר אֵלַי עֲלֵה עַל־הָאָרֶץ הַזֹּאת וְהַשְׁחִיתָהּ
26 וַיֹּאמֶר אֶלְיָקִים בֶּן־חִלְקִיָּהוּ וְשֶׁבְנָה וְיוֹאָח אֶל־רַב־שָׁקֵה דַּבֶּר־נָא אֶל־עֲבָדֶיךָ אֲרָמִית כִּי שֹׁמְעִים אֲנָחְנוּ וְאַל־תְּדַבֵּר עִמָּנוּ יְהוּדִית בְּאָזְנֵי הָעָם אֲשֶׁר עַל־הַחֹמָה
27 וַיֹּאמֶר אֲלֵיהֶם רַב־שָׁקֵה הַעַל אֲדֹנֶיךָ וְאֵלֶיךָ שְׁלָחַנִי אֲדֹנִי לְדַבֵּר אֶת־הַדְּבָרִים הָאֵלֶּה הֲלֹא עַל־הָאֲנָשִׁים הַיֹּשְׁבִים עַל־הַחֹמָה לֶאֱכֹל אֶת חריהם [צוֹאָתָם] וְלִשְׁתּוֹת אֶת שיניהם [מֵימֵי רַגְלֵיהֶם] עִמָּכֶם
28 וַיַּעֲמֹד רַב־שָׁקֵה וַיִּקְרָא בְקוֹל־גָּדוֹל יְהוּדִית וַיְדַבֵּר וַיֹּאמֶר שִׁמְעוּ דְּבַר־הַמֶּלֶךְ הַגָּדוֹל מֶלֶךְ אַשּׁוּר
29 כֹּה אָמַר הַמֶּלֶךְ אַל־יַשִּׁיא לָכֶם חִזְקִיָּהוּ כִּי־לֹא יוּכַל לְהַצִּיל אֶתְכֶם מִיָּדוֹ
30 וְאַל־יַבְטַח אֶתְכֶם חִזְקִיָּהוּ אֶל־יְהוָה לֵאמֹר הַצֵּל יַצִּילֵנוּ יְהוָה וְלֹא תִנָּתֵן אֶת־הָעִיר הַזֹּאת בְּיַד מֶלֶךְ אַשּׁוּר
31 אַל־תִּשְׁמְעוּ אֶל־חִזְקִיָּהוּ כִּי כֹה אָמַר מֶלֶךְ אַשּׁוּר עֲשׂוּ־אִתִּי בְרָכָה וּצְאוּ אֵלַי וְאִכְלוּ אִישׁ־גַּפְנוֹ וְאִישׁ תְּאֵנָתוֹ וּשְׁתוּ אִישׁ מֵי־בֹרוֹ
32 עַד־בֹּאִי וְלָקַחְתִּי אֶתְכֶם אֶל־אֶרֶץ כְּאַרְצְכֶם אֶרֶץ דָּגָן וְתִירוֹשׁ אֶרֶץ לֶחֶם וּכְרָמִים אֶרֶץ זֵית יִצְהָר וּדְבַשׁ וִחְיוּ וְלֹא תָמֻתוּ וְאַל־תִּשְׁמְעוּ אֶל־חִזְקִיָּהוּ כִּי־יַסִּית אֶתְכֶם לֵאמֹר יְהוָה יַצִּילֵנוּ
33 הַהַצֵּל הִצִּילוּ אֱלֹהֵי הַגּוֹיִם אִישׁ אֶת־אַרְצוֹ מִיַּד מֶלֶךְ אַשּׁוּר
34 אַיֵּה אֱלֹהֵי חֲמָת וְאַרְפָּד אַיֵּה אֱלֹהֵי סְפַרְוַיִם הֵנַע וְעִוָּה כִּי־הִצִּילוּ אֶת־שֹׁמְרוֹן מִיָּדִי
35 מִי בְּכָל־אֱלֹהֵי הָאֲרָצוֹת אֲשֶׁר־הִצִּילוּ אֶת־אַרְצָם מִיָּדִי כִּי־יַצִּיל יְהוָה אֶת־יְרוּשָׁלִַם מִיָּדִי
36 וְהֶחֱרִישׁוּ הָעָם וְלֹא־עָנוּ אֹתוֹ דָּבָר כִּי־מִצְוַת הַמֶּלֶךְ הִיא לֵאמֹר לֹא תַעֲנֻהוּ
37 וַיָּבֹא אֶלְיָקִים בֶּן־חִלְקִיָּה אֲשֶׁר־עַל־הַבַּיִת וְשֶׁבְנָא הַסֹּפֵר וְיוֹאָח בֶּן־אָסָף הַמַּזְכִּיר אֶל־חִזְקִיָּהוּ קְרוּעֵי בְגָדִים וַיַּגִּדוּ לוֹ דִּבְרֵי רַב־שָׁקֵה
Capítulo 19
Ezequías busca ayuda de Isaías
LBLA
1 Cuando el rey Ezequías lo oyó, rasgó sus vestidos, se cubrió de cilicio y entró en la casa del SEÑOR.
2 Entonces envió a Eliaquim, que estaba a cargo de la casa, con el escriba Sebna y los ancianos de los sacerdotes, cubiertos de cilicio, al profeta Isaías, hijo de Amoz.
3 Y ellos le dijeron: Así dice Ezequías: "Este día es día de angustia, de reprensión y de desprecio; porque los hijos están para nacer, pero no hay fuerzas para dar a luz.
4 Tal vez el SEÑOR tu Dios oirá todas las palabras del Rabsaces, a quien su señor el rey de Asiria ha enviado para injuriar al Dios viviente, y lo reprenderá por las palabras que el SEÑOR tu Dios ha oído. Por tanto, eleva una oración por el remanente que aún queda."
5 Cuando los siervos del rey Ezequías fueron a Isaías,
6 éste les dijo: Así diréis a vuestro señor: "Así dice el SEÑOR: 'No temas por las palabras que has oído, con las cuales los criados del rey de Asiria me han blasfemado.
7 He aquí, pondré un espíritu en él, oirá un rumor y se volverá a su tierra; y en su tierra lo haré caer a espada.'"
8 Entonces el Rabsaces regresó y halló al rey de Asiria combatiendo contra Libna, porque había oído que el rey había salido de Laquis.
9 Y cuando él oyó decir acerca de Tirhaca, rey de Etiopía: He aquí, ha salido a pelear contra ti, envió mensajeros otra vez a Ezequías, diciendo:
10 Así diréis a Ezequías, rey de Judá: "No te engañe tu Dios, en quien confías, diciendo: 'Jerusalén no será entregada en manos del rey de Asiria.'
11 He aquí, tú has oído lo que los reyes de Asiria han hecho a todas las tierras, destruyéndolas por completo. ¿Y te librarás tú?
12 ¿Acaso las libraron los dioses de las naciones que mis padres destruyeron: Gozán, Harán, Resef y a los hijos de Edén que estaban en Telasar?
13 ¿Dónde está el rey de Hamat, el rey de Arfad, el rey de la ciudad de Sefarvaim, de Hena y de Iva?"
14 Ezequías tomó la carta de mano de los mensajeros, y la leyó; subió luego a la casa del SEÑOR y la extendió delante del SEÑOR.
15 Y oró Ezequías delante del SEÑOR y dijo: Oh SEÑOR, Dios de Israel, que estás sobre los querubines, sólo tú eres Dios de todos los reinos de la tierra. Tú hiciste los cielos y la tierra.
16 Inclina, SEÑOR, tu oído y escucha; abre, SEÑOR, tus ojos y mira; escucha las palabras que Senaquerib ha mandado a decir para injuriar al Dios viviente.
17 En verdad, oh SEÑOR, los reyes de Asiria han asolado las naciones y sus tierras,
18 y han echado sus dioses al fuego, porque no eran dioses, sino obra de manos de hombre, de madera y piedra; por eso los han destruido.
19 Y ahora, oh SEÑOR, Dios nuestro, líbranos, te suplico, de su mano, para que todos los reinos de la tierra sepan que sólo tú, oh SEÑOR, eres Dios.
20 Entonces Isaías, hijo de Amoz, envió a decir a Ezequías: Así dice el SEÑOR, Dios de Israel: "Lo que me has pedido en oración acerca de Senaquerib, rey de Asiria, he escuchado."
21 Esta es la palabra que el SEÑOR ha hablado contra él: "Te ha despreciado y se ha burlado de ti la virgen hija de Sion; ha movido su cabeza a tus espaldas la hija de Jerusalén.
22 ¿A quién has injuriado y blasfemado? ¿Contra quién has alzado la voz y levantado con altivez tus ojos? ¡Contra el Santo de Israel!
23 Por mano de tus mensajeros has injuriado al Señor, y has dicho: 'Con mis numerosos carros he subido a las cumbres de los montes, a las partes más remotas del Líbano; he cortado sus altos cedros y sus mejores cipreses, y he llegado a su morada más lejana, a su más frondoso bosque.
24 He cavado pozos y bebido aguas extranjeras, y he secado con la planta de mis pies todos los ríos de Egipto.'
25 ¿No has oído? Hace mucho tiempo que lo hice, desde la antigüedad lo había planeado. Ahora lo he hecho venir, para que tú conviertas ciudades fortificadas en montones de ruinas.
26 Por eso sus habitantes, faltos de poder, están atemorizados y avergonzados; son como la vegetación del campo y como la hierba verde, como la hierba de los terrados que es quemada antes de crecer.
27 Pero yo conozco tu sentarte, tu salir y tu entrar, y tu furor contra mí.
28 A causa de tu furor contra mí, y porque tu arrogancia ha subido a mis oídos, pondré mi garfio en tu nariz, mi freno en tus labios, y te haré volver por el camino por donde viniste.
29 Y esto te servirá de señal: Este año comeréis lo que crezca espontáneamente, el segundo año lo que nazca de por sí, y el tercer año sembraréis, segaréis, plantaréis viñas y comeréis su fruto.
30 Y el remanente de la casa de Judá que se salve, echará de nuevo raíces por debajo y dará fruto por arriba.
31 Porque de Jerusalén saldrá un remanente, y del monte Sion los que escapen. El celo del SEÑOR de los ejércitos hará esto.
32 Por tanto, así dice el SEÑOR acerca del rey de Asiria: 'No entrará en esta ciudad, ni lanzará allí flecha alguna; tampoco vendrá delante de ella con escudo, ni levantará terraplén contra ella.
33 Por el camino que vino, por él se volverá, y no entrará en esta ciudad'"—declara el SEÑOR.
34 "Porque defenderé esta ciudad para salvarla por amor a mí mismo y por amor a mi siervo David."
35 Y aconteció que aquella misma noche salió el ángel del SEÑOR e hirió a ciento ochenta y cinco mil en el campamento de los asirios; cuando los demás se levantaron por la mañana, he aquí, todos eran cadáveres.
36 Entonces Senaquerib, rey de Asiria, partió y regresó a su tierra, y habitó en Nínive.
37 Y sucedió que mientras adoraba en la casa de su dios Nisroc, sus hijos Adramelec y Sarezer lo mataron a espada; y escaparon a la tierra de Ararat. Y su hijo Esarhadón reinó en su lugar.
WLC
1 וַיְהִי כִּשְׁמֹעַ הַמֶּלֶךְ חִזְקִיָּהוּ וַיִּקְרַע אֶת־בְּגָדָיו וַיִּתְכַּס בַּשָּׂק וַיָּבֹא בֵּית יְהוָה
2 וַיִּשְׁלַח אֶת־אֶלְיָקִים אֲשֶׁר־עַל־הַבַּיִת וְשֶׁבְנָא הַסֹּפֵר וְאֵת זִקְנֵי הַכֹּהֲנִים מִתְכַּסִּים בַּשַּׂקִּים אֶל־יְשַׁעְיָהוּ הַנָּבִיא בֶּן־אָמוֹץ
3 וַיֹּאמְרוּ אֵלָיו כֹּה אָמַר חִזְקִיָּהוּ יוֹם־צָרָה וְתוֹכֵחָה וּנְאָצָה הַיּוֹם הַזֶּה כִּי בָאוּ בָנִים עַד־מַשְׁבֵּר וְכֹחַ אַיִן לְלֵדָה
4 אוּלַי יִשְׁמַע יְהוָה אֱלֹהֶיךָ אֵת כָּל־דִּבְרֵי רַב־שָׁקֵה אֲשֶׁר שְׁלָחוֹ מֶלֶךְ־אַשּׁוּר אֲדֹנָיו לְחָרֵף אֱלֹהִים חַי וְהוֹכִיחַ בַּדְּבָרִים אֲשֶׁר שָׁמַע יְהוָה אֱלֹהֶיךָ וְנָשָׂאתָ תְפִלָּה בְּעַד הַשְּׁאֵרִית הַנִּמְצָאָה
5 וַיָּבֹאוּ עַבְדֵי הַמֶּלֶךְ חִזְקִיָּהוּ אֶל־יְשַׁעְיָהוּ
6 וַיֹּאמֶר לָהֶם יְשַׁעְיָהוּ כֹּה תֹאמְרוּן אֶל־אֲדֹנֵיכֶם כֹּה אָמַר יְהוָה אַל־תִּירָא מִפְּנֵי הַדְּבָרִים אֲשֶׁר שָׁמַעְתָּ אֲשֶׁר גִּדְּפוּ נַעֲרֵי מֶלֶךְ־אַשּׁוּר אֹתִי
7 הִנְנִי נֹתֵן בּוֹ רוּחַ וְשָׁמַע שְׁמוּעָה וְשָׁב לְאַרְצוֹ וְהִפַּלְתִּיו בַּחֶרֶב בְּאַרְצוֹ
8 וַיָּשָׁב רַב־שָׁקֵה וַיִּמְצָא אֶת־מֶלֶךְ אַשּׁוּר נִלְחָם עַל־לִבְנָה כִּי שָׁמַע כִּי נָסַע מִלָּכִישׁ
9 וַיִּשְׁמַע אֶל־תִּרְהָקָה מֶלֶךְ־כּוּשׁ לֵאמֹר הִנֵּה יָצָא לְהִלָּחֵם אִתָּךְ וַיָּשָׁב וַיִּשְׁלַח מַלְאָכִים אֶל־חִזְקִיָּהוּ לֵאמֹר
10 כֹּה תֹאמְרוּן אֶל־חִזְקִיָּהוּ מֶלֶךְ־יְהוּדָה לֵאמֹר אַל־יַשִּׁאֲךָ אֱלֹהֶיךָ אֲשֶׁר אַתָּה בֹּטֵחַ בּוֹ לֵאמֹר לֹא תִנָּתֵן יְרוּשָׁלִַם בְּיַד מֶלֶךְ אַשּׁוּר
11 הִנֵּה אַתָּה שָׁמַעְתָּ אֵת אֲשֶׁר עָשׂוּ מַלְכֵי אַשּׁוּר לְכָל־הָאֲרָצוֹת לְהַחֲרִימָם וְאַתָּה תִּנָּצֵל
12 הַהִצִּילוּ אֹתָם אֱלֹהֵי הַגּוֹיִם אֲשֶׁר שִׁחֲתוּ אֲבוֹתַי אֶת־גּוֹזָן וְאֶת־חָרָן וְרֶצֶף וּבְנֵי־עֶדֶן אֲשֶׁר בִּתְלַאשָּׂר
13 אַיּוֹ מֶלֶךְ־חֲמָת וּמֶלֶךְ אַרְפָּד וּמֶלֶךְ לָעִיר סְפַרְוָיִם הֵנַע וְעִוָּה
14 וַיִּקַּח חִזְקִיָּהוּ אֶת־הַסְּפָרִים מִיַּד הַמַּלְאָכִים וַיִּקְרָאֵם וַיַּעַל בֵּית יְהוָה וַיִּפְרְשֵׂהוּ חִזְקִיָּהוּ לִפְנֵי יְהוָה
15 וַיִּתְפַּלֵּל חִזְקִיָּהוּ לִפְנֵי יְהוָה וַיֹּאמַר יְהוָה אֱלֹהֵי יִשְׂרָאֵל יֹשֵׁב הַכְּרֻבִים אַתָּה־הוּא הָאֱלֹהִים לְבַדְּךָ לְכֹל מַמְלְכוֹת הָאָרֶץ אַתָּה עָשִׂיתָ אֶת־הַשָּׁמַיִם וְאֶת־הָאָרֶץ
16 הַטֵּה יְהוָה אָזְנְךָ וּשְׁמָע פְּקַח יְהוָה עֵינֶיךָ וּרְאֵה וּשְׁמַע אֵת דִּבְרֵי סַנְחֵרִיב אֲשֶׁר שְׁלָחוֹ לְחָרֵף אֱלֹהִים חָי
17 אָמְנָם יְהוָה הֶחֱרִיבוּ מַלְכֵי אַשּׁוּר אֶת־הַגּוֹיִם וְאֶת־אַרְצָם
18 וְנָתְנוּ אֶת־אֱלֹהֵיהֶם בָּאֵשׁ כִּי לֹא אֱלֹהִים הֵמָּה כִּי אִם־מַעֲשֵׂה יְדֵי־אָדָם עֵץ וָאֶבֶן וַיְאַבְּדוּם
19 וְעַתָּה יְהוָה אֱלֹהֵינוּ הוֹשִׁיעֵנוּ נָא מִיָּדוֹ וְיֵדְעוּ כָּל־מַמְלְכוֹת הָאָרֶץ כִּי אַתָּה יְהוָה אֱלֹהִים לְבַדֶּךָ
20 וַיִּשְׁלַח יְשַׁעְיָהוּ בֶן־אָמוֹץ אֶל־חִזְקִיָּהוּ לֵאמֹר כֹּה־אָמַר יְהוָה אֱלֹהֵי יִשְׂרָאֵל אֲשֶׁר הִתְפַּלַּלְתָּ אֵלַי אֶל־סַנְחֵרִב מֶלֶךְ־אַשּׁוּר שָׁמָעְתִּי
21 זֶה הַדָּבָר אֲשֶׁר־דִּבֶּר יְהוָה עָלָיו בָּזָה לְךָ לָעֲגָה לְךָ בְּתוּלַת בַּת־צִיּוֹן אַחֲרֶיךָ רֹאשׁ הֵנִיעָה בַּת יְרוּשָׁלִָם
22 אֶת־מִי חֵרַפְתָּ וְגִדַּפְתָּ וְעַל־מִי הֲרִימוֹתָ קּוֹל וַתִּשָּׂא מָרוֹם עֵינֶיךָ עַל־קְדוֹשׁ יִשְׂרָאֵל
23 בְּיַד מַלְאָכֶיךָ חֵרַפְתָּ אֲדֹנָי וַתֹּאמֶר ברכב [בְּרֶכֶב] רִכְבִּי אֲנִי עָלִיתִי מְרוֹם הָרִים יַרְכְּתֵי לְבָנוֹן וְאֶכְרֹת קוֹמַת אֲרָזָיו מִבְחוֹר בְּרֹשָׁיו וְאָבוֹאָה מְלוֹן קִצֹּה יַעַר כַּרְמִלּוֹ
24 אֲנִי קַרְתִּי וְשָׁתִיתִי מַיִם זָרִים וְאַחְרִב בְּכַף־פְּעָמַי כֹּל יְאֹרֵי מָצוֹר
25 הֲלֹא־שָׁמַעְתָּ לְמֵרָחוֹק אֹתָהּ עָשִׂיתִי לְמִימֵי קֶדֶם וִיצַרְתִּיהָ עַתָּה הֲבֵיאתִיהָ וּתְהִי לַהְשׁוֹת גַּלִּים נִצִּים עָרִים בְּצֻרוֹת
26 וִירַק שָׂדֶה וִירַק דֶּשֶׁא חֲצִיר גַּגּוֹת וּשְׁדֵפָה לִפְנֵי קָמָה
27 וְשִׁבְתְּךָ וְצֵאתְךָ וּבֹאֲךָ יָדָעְתִּי וְאֵת הִתְרַגֶּזְךָ אֵלָי
28 יַעַן הִתְרַגֶּזְךָ אֵלַי וְשַׁאֲנַנְךָ עָלָה בְאָזְנָי וְשַׂמְתִּי חַחִי בְּאַפֶּךָ וּמִתְגִּי בִּשְׂפָתֶיךָ וַהֲשִׁבֹתִיךָ בַּדֶּרֶךְ אֲשֶׁר־בָּאתָ בָּהּ
29 וְזֶה־לְּךָ הָאוֹת אָכוֹל הַשָּׁנָה סָפִיחַ וּבַשָּׁנָה הַשֵּׁנִית שָׁחִיס וּבַשָּׁנָה הַשְּׁלִישִׁית זִרְעוּ וְקִצְרוּ וְנִטְעוּ כְרָמִים וְאִכְלוּ פִרְיָם
30 וְיָסְפָה פְּלֵיטַת בֵּית־יְהוּדָה הַנִּשְׁאָרָה שֹׁרֶשׁ לְמָטָּה וְעָשָׂה פְרִי לְמָעְלָה
31 כִּי מִירוּשָׁלִַם תֵּצֵא שְׁאֵרִית וּפְלֵיטָה מֵהַר צִיּוֹן קִנְאַת יְהוָה צְבָאוֹת תַּעֲשֶׂה־זֹּאת
32 לָכֵן כֹּה־אָמַר יְהוָה אֶל־מֶלֶךְ אַשּׁוּר לֹא יָבֹא אֶל־הָעִיר הַזֹּאת וְלֹא־יוֹרֶה שָׁם חֵץ וְלֹא־יְקַדְּמֶנָּה מָגֵן וְלֹא־יִשְׁפֹּךְ עָלֶיהָ סֹלְלָה
33 בַּדֶּרֶךְ אֲשֶׁר־יָבֹא בָּהּ יָשׁוּב וְאֶל־הָעִיר הַזֹּאת לֹא יָבֹא נְאֻם־יְהוָה
34 וְגַנּוֹתִי אֶל־הָעִיר הַזֹּאת לְהוֹשִׁיעָהּ לְמַעֲנִי וּלְמַעַן דָּוִד עַבְדִּי
35 וַיְהִי בַּלַּיְלָה הַהוּא וַיֵּצֵא מַלְאַךְ יְהוָה וַיַּךְ בְּמַחֲנֵה אַשּׁוּר מֵאָה שְׁמוֹנִים וַחֲמִשָּׁה אָלֶף וַיַּשְׁכִּימוּ בַבֹּקֶר וְהִנֵּה כֻלָּם פְּגָרִים מֵתִים
36 וַיִּסַּע וַיֵּלֶךְ וַיָּשָׁב סַנְחֵרִיב מֶלֶךְ־אַשּׁוּר וַיֵּשֶׁב בְּנִינְוֵה
37 וַיְהִי הוּא מִשְׁתַּחֲוֶה בֵּית נִסְרֹךְ אֱלֹהָיו וְאַדְרַמֶּלֶךְ וְשַׂרְאֶצֶר בָּנָיו הִכֻּהוּ בַחֶרֶב וְהֵמָּה נִמְלְטוּ אֶרֶץ אֲרָרָט וַיִּמְלֹךְ אֵסַר־חַדֹּן בְּנוֹ תַּחְתָּיו
Capítulo 20
Enfermedad de Ezequías y embajada babilónica
LBLA
1 En aquellos días Ezequías cayó enfermo de muerte. Y el profeta Isaías, hijo de Amoz, vino a él y le dijo: Así dice el SEÑOR: "Pon tu casa en orden, porque morirás y no vivirás."
2 Entonces él volvió su rostro hacia la pared y oró al SEÑOR, diciendo:
3 Te ruego, oh SEÑOR, que te acuerdes ahora de cómo he andado delante de ti en verdad y con corazón íntegro, y he hecho lo bueno ante tus ojos. Y Ezequías lloró amargamente.
4 Y sucedió que antes que Isaías hubiera salido del patio central, la palabra del SEÑOR vino a él, diciendo:
5 Vuelve y di a Ezequías, príncipe de mi pueblo: "Así dice el SEÑOR, Dios de tu padre David: 'He oído tu oración, he visto tus lágrimas; he aquí, te voy a sanar; al tercer día subirás a la casa del SEÑOR.
6 Y añadiré quince años a tus días, y te libraré a ti y a esta ciudad de la mano del rey de Asiria; y defenderé esta ciudad por amor a mí mismo y por amor a mi siervo David.'"
7 Entonces dijo Isaías: Traed una torta de higos. La trajeron y la pusieron sobre la úlcera, y sanó.
8 Y Ezequías dijo a Isaías: ¿Cuál será la señal de que el SEÑOR me sanará y de que subiré a la casa del SEÑOR al tercer día?
9 E Isaías dijo: Esta será la señal del SEÑOR para ti, de que el SEÑOR hará lo que ha dicho: ¿Avanzará la sombra diez grados o retrocederá diez grados?
10 Y Ezequías respondió: Cosa fácil es que la sombra decline diez grados; no, que la sombra vuelva atrás diez grados.
11 El profeta Isaías clamó al SEÑOR, y El hizo volver la sombra diez grados atrás, sobre los grados que había descendido en los grados de Acaz.
12 En aquel tiempo Berodac-baladán, hijo de Baladán, rey de Babilonia, envió cartas y un presente a Ezequías, pues había oído que Ezequías había estado enfermo.
13 Y Ezequías los escuchó y les mostró toda su casa del tesoro, la plata y el oro, los perfumes y el aceite precioso, su arsenal y todo lo que había en sus tesoros. No hubo nada en su casa ni en todo su dominio que Ezequías no les mostrara.
14 Entonces el profeta Isaías vino al rey Ezequías y le dijo: ¿Qué dijeron estos hombres, y de dónde vinieron a ti? Y Ezequías respondió: Han venido de una tierra lejana, de Babilonia.
15 Y él dijo: ¿Qué han visto en tu casa? Y Ezequías respondió: Han visto todo lo que hay en mi casa; no hay nada entre mis tesoros que no les haya mostrado.
16 Entonces Isaías dijo a Ezequías: Oye la palabra del SEÑOR:
17 "He aquí, vendrán días cuando todo lo que hay en tu casa, y lo que tus padres han atesorado hasta el día de hoy, será llevado a Babilonia; nada quedará —dice el SEÑOR.
18 Y algunos de tus hijos que procederán de ti, que tú engendrarás, serán llevados, y serán eunucos en el palacio del rey de Babilonia."
19 Entonces Ezequías dijo a Isaías: La palabra del SEÑOR que has hablado es buena. Pues pensaba: ¿No es así, si hay paz y seguridad en mis días?
20 Los demás hechos de Ezequías y todo su poderío, y cómo hizo el estanque y el acueducto y trajo agua a la ciudad, ¿no están escritos en el Libro de las Crónicas de los reyes de Judá?
21 Y durmió Ezequías con sus padres, y su hijo Manasés reinó en su lugar.
WLC
1 בַּיָּמִים הָהֵם חָלָה חִזְקִיָּהוּ לָמוּת וַיָּבֹא אֵלָיו יְשַׁעְיָהוּ בֶן־אָמוֹץ הַנָּבִיא וַיֹּאמֶר אֵלָיו כֹּה־אָמַר יְהוָה צַו לְבֵיתֶךָ כִּי מֵת אַתָּה וְלֹא תִחְיֶה
2 וַיַּסֵּב אֶת־פָּנָיו אֶל־הַקִּיר וַיִּתְפַּלֵּל אֶל־יְהוָה לֵאמֹר
3 אָנָּה יְהוָה זְכָר־נָא אֵת אֲשֶׁר הִתְהַלַּכְתִּי לְפָנֶיךָ בֶּאֱמֶת וּבְלֵבָב שָׁלֵם וְהַטּוֹב בְּעֵינֶיךָ עָשִׂיתִי וַיֵּבְךְּ חִזְקִיָּהוּ בְּכִי גָדוֹל
4 וַיְהִי יְשַׁעְיָהוּ לֹא יָצָא העיר [חָצֵר] הַתִּיכֹנָה וּדְבַר־יְהוָה הָיָה אֵלָיו לֵאמֹר
5 שׁוּב וְאָמַרְתָּ אֶל־חִזְקִיָּהוּ נְגִיד־עַמִּי כֹּה־אָמַר יְהוָה אֱלֹהֵי דָּוִד אָבִיךָ שָׁמַעְתִּי אֶת־תְּפִלָּתֶךָ רָאִיתִי אֶת־דִּמְעָתֶךָ הִנְנִי רֹפֶא לָךְ בַּיּוֹם הַשְּׁלִישִׁי תַּעֲלֶה בֵּית יְהוָה
6 וְהֹסַפְתִּי עַל־יָמֶיךָ חֲמֵשׁ עֶשְׂרֵה שָׁנָה וּמִכַּף מֶלֶךְ־אַשּׁוּר אַצִּילְךָ וְאֵת הָעִיר הַזֹּאת וְגַנּוֹתִי עַל־הָעִיר הַזֹּאת לְמַעֲנִי וּלְמַעַן דָּוִד עַבְדִּי
7 וַיֹּאמֶר יְשַׁעְיָהוּ קְחוּ דְּבֶלֶת תְּאֵנִים וַיִּקְחוּ וַיָּשִׂימוּ עַל־הַשְּׁחִין וַיֶּחִי
8 וַיֹּאמֶר חִזְקִיָּהוּ אֶל־יְשַׁעְיָהוּ מָה אוֹת כִּי־יִרְפָּא יְהוָה לִי וְעָלִיתִי בַּיּוֹם הַשְּׁלִישִׁי בֵּית יְהוָה
9 וַיֹּאמֶר יְשַׁעְיָהוּ זֶה־לְּךָ הָאוֹת מֵאֵת יְהוָה כִּי יַעֲשֶׂה יְהוָה אֶת־הַדָּבָר אֲשֶׁר דִּבֵּר הָלַךְ הַצֵּל עֶשֶׂר מַעֲלוֹת אִם־יָשׁוּב עֶשֶׂר מַעֲלוֹת
10 וַיֹּאמֶר יְחִזְקִיָּהוּ נָקֵל לַצֵּל לִנְטוֹת עֶשֶׂר מַעֲלוֹת לֹא כִי יָשׁוּב הַצֵּל אֲחֹרַנִּית עֶשֶׂר מַעֲלוֹת
11 וַיִּקְרָא יְשַׁעְיָהוּ הַנָּבִיא אֶל־יְהוָה וַיָּשֶׁב אֶת־הַצֵּל בַּמַּעֲלוֹת אֲשֶׁר יָרְדָה בְּמַעֲלוֹת אָחָז אֲחֹרַנִּית עֶשֶׂר מַעֲלוֹת
12 בָּעֵת הַהִיא שָׁלַח בְּרֹאדַךְ בַּלְאֲדָן בֶּן־בַּלְאֲדָן מֶלֶךְ־בָּבֶל סְפָרִים וּמִנְחָה אֶל־חִזְקִיָּהוּ כִּי שָׁמַע כִּי חָלָה חִזְקִיָּהוּ
13 וַיִּשְׁמַע עֲלֵיהֶם חִזְקִיָּהוּ וַיַּרְאֵם אֶת־כָּל־בֵּית נכתה [נְכֹתוֹ] אֶת־הַכֶּסֶף וְאֶת־הַזָּהָב וְאֶת־הַבְּשָׂמִים וְאֵת שֶׁמֶן הַטּוֹב וְאֵת בֵּית כֵּלָיו וְאֵת כָּל־אֲשֶׁר נִמְצָא בְּאוֹצְרֹתָיו לֹא־הָיָה דָבָר אֲשֶׁר לֹא־הֶרְאָם חִזְקִיָּהוּ בְּבֵיתוֹ וּבְכָל־מֶמְשַׁלְתּוֹ
14 וַיָּבֹא יְשַׁעְיָהוּ הַנָּבִיא אֶל־הַמֶּלֶךְ חִזְקִיָּהוּ וַיֹּאמֶר אֵלָיו מָה אָמְרוּ הָאֲנָשִׁים הָאֵלֶּה וּמֵאַיִן יָבֹאוּ אֵלֶיךָ וַיֹּאמֶר חִזְקִיָּהוּ מֵאֶרֶץ רְחוֹקָה בָּאוּ מִבָּבֶל
15 וַיֹּאמֶר מָה רָאוּ בְּבֵיתֶךָ וַיֹּאמֶר חִזְקִיָּהוּ אֵת כָּל־אֲשֶׁר בְּבֵיתִי רָאוּ לֹא־הָיָה דָבָר אֲשֶׁר לֹא־הִרְאִיתִם בְּאֹצְרֹתָי
16 וַיֹּאמֶר יְשַׁעְיָהוּ אֶל־חִזְקִיָּהוּ שְׁמַע דְּבַר־יְהוָה
17 הִנֵּה יָמִים בָּאִים וְנִשָּׂא כָּל־אֲשֶׁר בְּבֵיתֶךָ וַאֲשֶׁר אָצְרוּ אֲבֹתֶיךָ עַד־הַיּוֹם הַזֶּה בָּבֶלָה לֹא־יִוָּתֵר דָּבָר אָמַר יְהוָה
18 וּמִבָּנֶיךָ אֲשֶׁר יֵצְאוּ מִמְּךָ אֲשֶׁר תּוֹלִיד יקח [יִקָּחוּ] וְהָיוּ סָרִיסִים בְּהֵיכַל מֶלֶךְ בָּבֶל
19 וַיֹּאמֶר חִזְקִיָּהוּ אֶל־יְשַׁעְיָהוּ טוֹב דְּבַר־יְהוָה אֲשֶׁר דִּבַּרְתָּ וַיֹּאמֶר הֲלוֹא אִם־שָׁלוֹם וֶאֱמֶת יִהְיֶה בְיָמָי
20 וְיֶתֶר דִּבְרֵי חִזְקִיָּהוּ וְכָל־גְּבוּרָתוֹ וַאֲשֶׁר עָשָׂה אֶת־הַבְּרֵכָה וְאֶת־הַתְּעָלָה וַיָּבֵא אֶת־הַמַּיִם הָעִירָה הֲלֹא־הֵם כְּתוּבִים עַל־סֵפֶר דִּבְרֵי הַיָּמִים לְמַלְכֵי יְהוּדָה
21 וַיִּשְׁכַּב חִזְקִיָּהוּ עִם־אֲבֹתָיו וַיִּמְלֹךְ מְנַשֶּׁה בְנוֹ תַּחְתָּיו
Capítulo 21
Reinado de Manasés
LBLA
1 Manasés tenía doce años cuando comenzó a reinar, y reinó cincuenta y cinco años en Jerusalén; el nombre de su madre era Hepsiba.
2 El hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR, conforme a las abominaciones de las naciones que el SEÑOR había desposeído delante de los hijos de Israel.
3 Porque volvió a edificar los lugares altos que su padre Ezequías había destruido, levantó altares a Baal e hizo una Asera, como había hecho Acab, rey de Israel, y adoró a todo el ejército del cielo y los sirvió.
4 Y edificó altares en la casa del SEÑOR, de la cual el SEÑOR había dicho: En Jerusalén pondré mi nombre.
5 Y edificó altares para todo el ejército del cielo en los dos atrios de la casa del SEÑOR.
6 Hizo pasar por fuego a su hijo, practicó la adivinación y la brujería, e hizo uso de médium y espiritistas. Hizo mucho mal ante los ojos del SEÑOR, provocándole a ira.
7 Y puso la imagen tallada de Asera que había hecho en la casa de la cual el SEÑOR había dicho a David y a su hijo Salomón: En esta casa y en Jerusalén, que he escogido de entre todas las tribus de Israel, pondré mi nombre para siempre.
8 Y no volveré a hacer vagar el pie de Israel de la tierra que di a sus padres, con tal de que cuiden de hacer conforme a todo lo que les he mandado, y conforme a toda la ley que mi siervo Moisés les ordenó.
9 Pero ellos no escucharon, y Manasés los indujo a hacer lo malo, más que las naciones que el SEÑOR destruyó delante de los hijos de Israel.
10 Y habló el SEÑOR por medio de sus siervos los profetas, diciendo:
11 Por cuanto Manasés, rey de Judá, ha hecho estas abominaciones, habiendo hecho lo malo más que todo lo que hicieron los amorreos que fueron antes de él, y ha hecho pecar también a Judá con sus ídolos,
12 por tanto, así dice el SEÑOR, el Dios de Israel: "He aquí, traigo tal mal sobre Jerusalén y sobre Judá, que a cualquiera que lo oiga le zumbarán ambos oídos.
13 Y extenderé sobre Jerusalén el cordel de Samaria y la plomada de la casa de Acab, y limpiaré a Jerusalén como se limpia un plato, que después de limpiarlo se pone boca abajo.
14 Y abandonaré al remanente de mi heredad y los entregaré en manos de sus enemigos, y serán para presa y despojo de todos sus enemigos,
15 porque han hecho lo malo ante mis ojos, y me han provocado a ira desde el día en que sus padres salieron de Egipto, hasta hoy."
16 Manasés también derramó muchísima sangre inocente hasta llenar a Jerusalén de un extremo a otro; además de su pecado con el cual hizo pecar a Judá, haciendo lo malo ante los ojos del SEÑOR.
17 Los demás hechos de Manasés y todo lo que hizo, y el pecado que cometió, ¿no están escritos en el Libro de las Crónicas de los reyes de Judá?
18 Y durmió Manasés con sus padres, y fue sepultado en el jardín de su casa, en el jardín de Uza, y su hijo Amón reinó en su lugar.
19 Amón tenía veintidós años cuando comenzó a reinar, y reinó dos años en Jerusalén; el nombre de su madre era Mesulemet, hija de Haruz, de Jotba.
20 El hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR, como había hecho su padre Manasés.
21 Pues anduvo en todo el camino en que su padre había andado, y sirvió a los ídolos a los cuales su padre había servido, y los adoró.
22 Así que abandonó al SEÑOR, el Dios de sus padres, y no anduvo en el camino del SEÑOR.
23 Y los siervos de Amón conspiraron contra él, y mataron al rey en su casa.
24 Entonces el pueblo de la tierra mató a todos los que habían conspirado contra el rey Amón, y el pueblo de la tierra puso a su hijo Josías como rey en su lugar.
25 Los demás hechos de Amón que él hizo, ¿no están escritos en el Libro de las Crónicas de los reyes de Judá?
26 Y fue sepultado en su sepulcro en el jardín de Uza, y su hijo Josías reinó en su lugar.
WLC
1 בֶּן־שְׁתֵּים עֶשְׂרֵה שָׁנָה מְנַשֶּׁה בְמָלְכוֹ וַחֲמִשִּׁים וְחָמֵשׁ שָׁנָה מָלַךְ בִּירוּשָׁלִָם וְשֵׁם אִמּוֹ חֶפְצִי־בָהּ
2 וַיַּעַשׂ הָרַע בְּעֵינֵי יְהוָה כְּתוֹעֲבֹת הַגּוֹיִם אֲשֶׁר הוֹרִישׁ יְהוָה מִפְּנֵי בְּנֵי יִשְׂרָאֵל
3 וַיָּשָׁב וַיִּבֶן אֶת־הַבָּמוֹת אֲשֶׁר אִבַּד חִזְקִיָּהוּ אָבִיו וַיָּקֶם מִזְבְּחֹת לַבַּעַל וַיַּעַשׂ אֲשֵׁרָה כַּאֲשֶׁר עָשָׂה אַחְאָב מֶלֶךְ יִשְׂרָאֵל וַיִּשְׁתַּחוּ לְכָל־צְבָא הַשָּׁמַיִם וַיַּעֲבֹד אֹתָם
4 וּבָנָה מִזְבְּחֹת בְּבֵית יְהוָה אֲשֶׁר אָמַר יְהוָה בִּירוּשָׁלִַם אָשִׂים אֶת־שְׁמִי
5 וַיִּבֶן מִזְבְּחוֹת לְכָל־צְבָא הַשָּׁמָיִם בִּשְׁתֵּי חַצְרוֹת בֵּית־יְהוָה
6 וְהֶעֱבִיר אֶת־בְּנוֹ בָּאֵשׁ וְעוֹנֵן וְנִחֵשׁ וְעָשָׂה אוֹב וְיִדְּעֹנִים הִרְבָּה לַעֲשׂוֹת הָרַע בְּעֵינֵי יְהוָה לְהַכְעִיס
7 וַיָּשֶׂם אֶת־פֶּסֶל הָאֲשֵׁרָה אֲשֶׁר עָשָׂה בַּבַּיִת אֲשֶׁר אָמַר יְהוָה אֶל־דָּוִד וְאֶל־שְׁלֹמֹה בְנוֹ בַּבַּיִת הַזֶּה וּבִירוּשָׁלִַם אֲשֶׁר בָּחַרְתִּי מִכֹּל שִׁבְטֵי יִשְׂרָאֵל אָשִׂים אֶת־שְׁמִי לְעוֹלָם
8 וְלֹא אֹסִיף לְהָנִיד רֶגֶל יִשְׂרָאֵל מִן־הָאֲדָמָה אֲשֶׁר נָתַתִּי לַאֲבוֹתָם רַק אִם־יִשְׁמְרוּ לַעֲשׂוֹת כְּכֹל אֲשֶׁר צִוִּיתִים וּלְכָל־הַתּוֹרָה אֲשֶׁר־צִוָּה אֹתָם עַבְדִּי מֹשֶׁה
9 וְלֹא שָׁמֵעוּ וַיַּתְעֵם מְנַשֶּׁה לַעֲשׂוֹת אֶת־הָרָע מִן־הַגּוֹיִם אֲשֶׁר הִשְׁמִיד יְהוָה מִפְּנֵי בְּנֵי יִשְׂרָאֵל
10 וַיְדַבֵּר יְהוָה בְּיַד־עֲבָדָיו הַנְּבִיאִים לֵאמֹר
11 יַעַן אֲשֶׁר עָשָׂה מְנַשֶּׁה מֶלֶךְ־יְהוּדָה הַתֹּעֵבוֹת הָאֵלֶּה הֵרַע מִכֹּל אֲשֶׁר־עָשׂוּ הָאֱמֹרִי אֲשֶׁר לְפָנָיו וַיַּחֲטִא גַם־אֶת־יְהוּדָה בְּגִלּוּלָיו
12 לָכֵן כֹּה־אָמַר יְהוָה אֱלֹהֵי יִשְׂרָאֵל הִנְנִי מֵבִיא רָעָה עַל־יְרוּשָׁלִַם וִיהוּדָה אֲשֶׁר כָּל־שמעיו [שֹׁמְעָהּ] תִּצַּלְנָה שְׁתֵּי אָזְנָיו
13 וְנָטִיתִי עַל־יְרוּשָׁלִַם אֵת קָו שֹׁמְרוֹן וְאֶת־מִשְׁקֹלֶת בֵּית אַחְאָב וּמָחִיתִי אֶת־יְרוּשָׁלִַם כַּאֲשֶׁר־יִמְחֶה אֶת־הַצַּלַּחַת מָחָה וְהָפַךְ עַל־פָּנֶיהָ
14 וְנָטַשְׁתִּי אֵת שְׁאֵרִית נַחֲלָתִי וּנְתַתִּים בְּיַד אֹיְבֵיהֶם וְהָיוּ לְבַז וְלִמְשִׁסָּה לְכָל־אֹיְבֵיהֶם
15 יַעַן אֲשֶׁר עָשׂוּ אֶת־הָרַע בְּעֵינַי וַיִּהְיוּ מַכְעִסִים אֹתִי מִן־הַיּוֹם אֲשֶׁר יָצְאוּ אֲבוֹתָם מִמִּצְרַיִם וְעַד הַיּוֹם הַזֶּה
16 וְגַם דָּם נָקִי שָׁפַךְ מְנַשֶּׁה הַרְבֵּה מְאֹד עַד אֲשֶׁר־מִלֵּא אֶת־יְרוּשָׁלִַם פֶּה לָפֶה לְבַד מֵחַטָּאתוֹ אֲשֶׁר הֶחֱטִיא אֶת־יְהוּדָה לַעֲשׂוֹת הָרַע בְּעֵינֵי יְהוָה
17 וְיֶתֶר דִּבְרֵי מְנַשֶּׁה וְכָל־אֲשֶׁר עָשָׂה וְחַטָּאתוֹ אֲשֶׁר חָטָא הֲלֹא־הֵם כְּתוּבִים עַל־סֵפֶר דִּבְרֵי הַיָּמִים לְמַלְכֵי יְהוּדָה
18 וַיִּשְׁכַּב מְנַשֶּׁה עִם־אֲבֹתָיו וַיִּקָּבֵר בְּגַן־בֵּיתוֹ בְּגַן־עֻזָּא וַיִּמְלֹךְ אָמוֹן בְּנוֹ תַּחְתָּיו
19 בֶּן־עֶשְׂרִים וּשְׁתַּיִם שָׁנָה אָמוֹן בְּמָלְכוֹ וּשְׁתַּיִם שָׁנִים מָלַךְ בִּירוּשָׁלִָם וְשֵׁם אִמּוֹ מְשֻׁלֶּמֶת בַּת־חָרוּץ מִן־יָטְבָה
20 וַיַּעַשׂ הָרַע בְּעֵינֵי יְהוָה כַּאֲשֶׁר עָשָׂה מְנַשֶּׁה אָבִיו
21 וַיֵּלֶךְ בְּכָל־הַדֶּרֶךְ אֲשֶׁר־הָלַךְ אָבִיו וַיַּעֲבֹד אֶת־הַגִּלֻּלִים אֲשֶׁר עָבַד אָבִיו וַיִּשְׁתַּחוּ לָהֶם
22 וַיַּעֲזֹב אֶת־יְהוָה אֱלֹהֵי אֲבֹתָיו וְלֹא הָלַךְ בְּדֶרֶךְ יְהוָה
23 וַיִּקְשְׁרוּ עַבְדֵי־אָמוֹן עָלָיו וַיָּמִיתוּ אֶת־הַמֶּלֶךְ בְּבֵיתוֹ
24 וַיַּךְ עַם־הָאָרֶץ אֵת כָּל־הַקֹּשְׁרִים עַל־הַמֶּלֶךְ אָמוֹן וַיַּמְלִיכוּ עַם־הָאָרֶץ אֶת־יֹאשִׁיָּהוּ בְנוֹ תַּחְתָּיו
25 וְיֶתֶר דִּבְרֵי אָמוֹן אֲשֶׁר עָשָׂה הֲלֹא־הֵם כְּתוּבִים עַל־סֵפֶר דִּבְרֵי הַיָּמִים לְמַלְכֵי יְהוּדָה
26 וַיִּקְבֹּר אֹתוֹ בִּקְבֻרָתוֹ בְּגַן־עֻזָּא וַיִּמְלֹךְ יֹאשִׁיָּהוּ בְנוֹ תַּחְתָּיו
Capítulo 22
Reinado de Josías y hallazgo del libro de la ley
LBLA
1 Josías tenía ocho años cuando comenzó a reinar, y reinó treinta y un años en Jerusalén; el nombre de su madre era Jedida, hija de Adaía, de Boscat.
2 El hizo lo recto ante los ojos del SEÑOR y anduvo en todo el camino de su padre David, y no se desvió ni a la derecha ni a la izquierda.
3 Y en el año dieciocho del rey Josías, el rey envió a Safán, hijo de Azalías, hijo de Mesulam, el escriba, a la casa del SEÑOR, diciendo:
4 Ve a Hilcías, el sumo sacerdote, para que cuente el dinero que ha sido traído a la casa del SEÑOR, que los guardianes de la puerta han recogido del pueblo,
5 y que lo entreguen en mano de los que hacen la obra, que tienen a su cargo la casa del SEÑOR, y que ellos lo entreguen a los que hacen la obra que hay en la casa del SEÑOR para reparar los daños de la casa:
6 a los carpinteros, a los constructores y a los albañiles, y para comprar madera y piedra labrada para reparar la casa.
7 Pero que no se les pida cuenta del dinero entregado en sus manos, porque ellos obran con fidelidad.
8 Entonces el sumo sacerdote Hilcías dijo al escriba Safán: He hallado el libro de la ley en la casa del SEÑOR. E Hilcías dio el libro a Safán, y él lo leyó.
9 Y el escriba Safán vino al rey y dio cuenta al rey, y dijo: Tus siervos han vaciado el dinero que se halló en la casa, y lo han entregado en mano de los que hacen la obra, que tienen a su cargo la casa del SEÑOR.
10 Además, el escriba Safán declaró al rey, diciendo: El sacerdote Hilcías me ha dado un libro. Y Safán lo leyó en presencia del rey.
11 Y sucedió que cuando el rey oyó las palabras del libro de la ley, rasgó sus vestidos.
12 Entonces el rey ordenó al sacerdote Hilcías, a Ahicam, hijo de Safán, a Acbor, hijo de Micaías, al escriba Safán y a Asaías, siervo del rey, diciendo:
13 Id y consultad al SEÑOR por mí, por el pueblo y por todo Judá acerca de las palabras de este libro que se ha hallado, porque grande es la ira del SEÑOR que se ha encendido contra nosotros, por cuanto nuestros padres no escucharon las palabras de este libro, para hacer conforme a todo lo que está escrito de nosotros.
14 Entonces el sacerdote Hilcías, Ahicam, Acbor, Safán y Asaías fueron a la profetisa Hulda, mujer de Salum, hijo de Ticva, hijo de Harhas, encargado del vestuario (ella vivía en Jerusalén en el segundo sector), y hablaron con ella.
15 Y ella les dijo: Así dice el SEÑOR, Dios de Israel: "Decid al hombre que os envió a mí:
16 'Así dice el SEÑOR: "He aquí, voy a traer mal sobre este lugar y sobre sus habitantes, conforme a todas las palabras del libro que el rey de Judá ha leído.
17 Por cuanto me han abandonado y han quemado incienso a otros dioses para provocarme a ira con toda la obra de sus manos, mi ira se ha encendido contra este lugar, y no se apagará."'
18 Mas al rey de Judá que os ha enviado a consultar al SEÑOR, así le diréis: 'Así dice el SEÑOR, Dios de Israel: "Acerca de las palabras que has oído,
19 por cuanto se enterneció tu corazón y te humillaste delante del SEÑOR cuando oíste lo que hablé contra este lugar y contra sus habitantes, que vendrían a ser desolación y maldición, y has rasgado tus vestidos y llorado delante de mí, yo ciertamente te he oído"—declara el SEÑOR—.
20 Por tanto, he aquí, te reuniré con tus padres, y serás recogido a tu sepulcro en paz y tus ojos no verán todo el mal que yo voy a traer sobre este lugar."'" Y ellos llevaron la respuesta al rey.
WLC
1 בֶּן־שְׁמֹנֶה שָׁנָה יֹאשִׁיָּהוּ בְמָלְכוֹ וּשְׁלֹשִׁים וְאַחַת שָׁנָה מָלַךְ בִּירוּשָׁלִָם וְשֵׁם אִמּוֹ יְדִידָה בַת־עֲדָיָה מִבָּצְקַת
2 וַיַּעַשׂ הַיָּשָׁר בְּעֵינֵי יְהוָה וַיֵּלֶךְ בְּכָל־דֶּרֶךְ דָּוִד אָבִיו וְלֹא־סָר יָמִין וּשְׂמֹאול
3 וַיְהִי בִּשְׁמֹנֶה עֶשְׂרֵה שָׁנָה לַמֶּלֶךְ יֹאשִׁיָּהוּ שָׁלַח הַמֶּלֶךְ אֶת־שָׁפָן בֶּן־אֲצַלְיָהוּ בֶן־מְשֻׁלָּם הַסֹּפֵר בֵּית יְהוָה לֵאמֹר
4 עֲלֵה אֶל־חִלְקִיָּהוּ הַכֹּהֵן הַגָּדוֹל וְיַתֵּם אֶת־הַכֶּסֶף הַמּוּבָא בֵּית יְהוָה אֲשֶׁר אָסְפוּ שֹׁמְרֵי הַסַּף מֵאֵת הָעָם
5 ויתנה [וְיִתְּנֻהוּ] עַל־יַד עֹשֵׂי הַמְּלָאכָה הַמֻּפְקָדִים בֵּית יְהוָה וְיִתְּנוּ אֹתוֹ לְעֹשֵׂי הַמְּלָאכָה אֲשֶׁר בְּבֵית יְהוָה לְחַזֵּק בֶּדֶק הַבָּיִת
6 לֶחָרָשִׁים וְלַבֹּנִים וְלַגֹּדְרִים וְלִקְנוֹת עֵצִים וְאַבְנֵי מַחְצֵב לְחַזֵּק אֶת־הַבָּיִת
7 אַךְ לֹא־יֵחָשֵׁב אִתָּם הַכֶּסֶף הַנִּתָּן עַל־יָדָם כִּי בֶאֱמוּנָה הֵם עֹשִׂים
8 וַיֹּאמֶר חִלְקִיָּהוּ הַכֹּהֵן הַגָּדוֹל עַל־שָׁפָן הַסֹּפֵר סֵפֶר הַתּוֹרָה מָצָאתִי בְּבֵית יְהוָה וַיִּתֵּן חִלְקִיָּה אֶת־הַסֵּפֶר אֶל־שָׁפָן וַיִּקְרָאֵהוּ
9 וַיָּבֹא שָׁפָן הַסֹּפֵר אֶל־הַמֶּלֶךְ וַיָּשֶׁב אֶת־הַמֶּלֶךְ דָּבָר וַיֹּאמֶר הִתִּיכוּ עֲבָדֶיךָ אֶת־הַכֶּסֶף הַנִּמְצָא בַבַּיִת וַיִּתְּנֻהוּ עַל־יַד עֹשֵׂי הַמְּלָאכָה הַמֻּפְקָדִים בֵּית יְהוָה
10 וַיַּגֵּד שָׁפָן הַסֹּפֵר לַמֶּלֶךְ לֵאמֹר סֵפֶר נָתַן לִי חִלְקִיָּה הַכֹּהֵן וַיִּקְרָאֵהוּ שָׁפָן לִפְנֵי הַמֶּלֶךְ
11 וַיְהִי כִּשְׁמֹעַ הַמֶּלֶךְ אֶת־דִּבְרֵי סֵפֶר הַתּוֹרָה וַיִּקְרַע אֶת־בְּגָדָיו
12 וַיְצַו הַמֶּלֶךְ אֶת־חִלְקִיָּה הַכֹּהֵן וְאֶת־אֲחִיקָם בֶּן־שָׁפָן וְאֶת־עַכְבּוֹר בֶּן־מִיכָיָה וְאֵת שָׁפָן הַסֹּפֵר וְאֵת עֲשָׂיָה עֶבֶד־הַמֶּלֶךְ לֵאמֹר
13 לְכוּ דִרְשׁוּ אֶת־יְהוָה בַּעֲדִי וּבְעַד־הָעָם וּבְעַד כָּל־יְהוּדָה עַל־דִּבְרֵי הַסֵּפֶר הַנִּמְצָא הַזֶּה כִּי־גְדוֹלָה חֲמַת יְהוָה אֲשֶׁר־הִיא נִצְּתָה בָנוּ עַל אֲשֶׁר לֹא־שָׁמְעוּ אֲבֹתֵינוּ עַל־דִּבְרֵי הַסֵּפֶר הַזֶּה לַעֲשׂוֹת כְּכָל־הַכָּתוּב עָלֵינוּ
14 וַיֵּלֶךְ חִלְקִיָּהוּ הַכֹּהֵן וַאֲחִיקָם וְעַכְבּוֹר וְשָׁפָן וַעֲשָׂיָה אֶל־חֻלְדָּה הַנְּבִיאָה אֵשֶׁת שַׁלֻּם בֶּן־תִּקְוָה בֶּן־חַרְחַס שֹׁמֵר הַבְּגָדִים וְהִיא יֹשֶׁבֶת בִּירוּשָׁלִַם בַּמִּשְׁנֶה וַיְדַבְּרוּ אֵלֶיהָ
15 וַתֹּאמֶר אֲלֵיהֶם כֹּה־אָמַר יְהוָה אֱלֹהֵי יִשְׂרָאֵל אִמְרוּ לָאִישׁ אֲשֶׁר־שָׁלַח אֶתְכֶם אֵלָי
16 כֹּה אָמַר יְהוָה הִנְנִי מֵבִיא רָעָה אֶל־הַמָּקוֹם הַזֶּה וְעַל־יֹשְׁבָיו אֵת כָּל־דִּבְרֵי הַסֵּפֶר אֲשֶׁר קָרָא מֶלֶךְ יְהוּדָה
17 תַּחַת אֲשֶׁר עֲזָבוּנִי וַיְקַטְּרוּ לֵאלֹהִים אֲחֵרִים לְמַעַן הַכְעִיסֵנִי בְּכֹל מַעֲשֵׂה יְדֵיהֶם וְנִצְּתָה חֲמָתִי בַּמָּקוֹם הַזֶּה וְלֹא תִכְבֶּה
18 וְאֶל־מֶלֶךְ יְהוּדָה הַשֹּׁלֵחַ אֶתְכֶם לִדְרֹשׁ אֶת־יְהוָה כֹּה תֹאמְרוּ אֵלָיו כֹּה־אָמַר יְהוָה אֱלֹהֵי יִשְׂרָאֵל הַדְּבָרִים אֲשֶׁר שָׁמָעְתָּ
19 יַעַן רַךְ־לְבָבְךָ וַתִּכָּנַע מִפְּנֵי יְהוָה בְּשָׁמְעֲךָ אֲשֶׁר דִּבַּרְתִּי עַל־הַמָּקוֹם הַזֶּה וְעַל־יֹשְׁבָיו לִהְיוֹת לְשַׁמָּה וְלִקְלָלָה וַתִּקְרַע אֶת־בְּגָדֶיךָ וַתִּבְכֶּה לְפָנָי וְגַם אָנֹכִי שָׁמַעְתִּי נְאֻם־יְהוָה
20 לָכֵן הִנְנִי אֹסִפְךָ עַל־אֲבֹתֶיךָ וְנֶאֱסַפְתָּ אֶל־קִבְרֹתֶיךָ בְּשָׁלוֹם וְלֹא־תִרְאֶינָה עֵינֶיךָ בְּכֹל הָרָעָה אֲשֶׁר־אֲנִי מֵבִיא עַל־הַמָּקוֹם הַזֶּה וַיָּשִׁיבוּ אֶת־הַמֶּלֶךְ דָּבָר
Capítulo 23
Las reformas de Josías
LBLA
1 Entonces el rey mandó reunir con él a todos los ancianos de Judá y de Jerusalén.
2 Y el rey subió a la casa del SEÑOR, y con él todos los hombres de Judá, todos los habitantes de Jerusalén, los sacerdotes, los profetas y todo el pueblo, desde el menor hasta el mayor; y leyó en presencia de ellos todas las palabras del libro del pacto que había sido hallado en la casa del SEÑOR.
3 Y poniéndose el rey de pie junto a la columna, hizo pacto delante del SEÑOR de andar en pos del SEÑOR y de guardar sus mandamientos, sus testimonios y sus estatutos con todo su corazón y con toda su alma, para cumplir las palabras de este pacto que estaban escritas en este libro. Y todo el pueblo confirmó el pacto.
4 Entonces el rey ordenó al sumo sacerdote Hilcías, a los sacerdotes de segundo orden y a los guardias de la puerta que sacaran del templo del SEÑOR todos los objetos que habían sido hechos para Baal, para la Asera y para todo el ejército del cielo; y los quemó fuera de Jerusalén en los campos del Cedrón, y llevó sus cenizas a Betel.
5 Y quitó a los sacerdotes idólatras que los reyes de Judá habían designado para quemar incienso en los lugares altos en las ciudades de Judá y en los alrededores de Jerusalén, y también a los que quemaban incienso a Baal, al sol, a la luna, a las constelaciones y a todo el ejército del cielo.
6 Y sacó la Asera de la casa del SEÑOR fuera de Jerusalén, al torrente Cedrón, y la quemó junto al torrente Cedrón, la redujo a polvo y arrojó su polvo sobre los sepulcros del pueblo.
7 También derribó las casas de los prostitutos del templo que estaban en la casa del SEÑOR, donde las mujeres tejían pabellones para la Asera.
8 Entonces hizo venir a todos los sacerdotes de las ciudades de Judá, y profanó los lugares altos donde los sacerdotes habían quemado incienso, desde Geba hasta Beerseba; y derribó los lugares altos de las puertas que estaban a la entrada de la puerta de Josué, el gobernador de la ciudad, que estaban a la izquierda según se entra por la puerta de la ciudad.
9 Sin embargo, los sacerdotes de los lugares altos no subían al altar del SEÑOR en Jerusalén, sino que comían panes sin levadura entre sus hermanos.
10 También profanó el Tofet, que está en el valle de Ben-hinom, para que nadie hiciera pasar por fuego a su hijo o a su hija para Moloc.
11 Y quitó los caballos que los reyes de Judá habían dedicado al sol a la entrada de la casa del SEÑOR, junto a la cámara de Natán-melec el oficial, la cual estaba en el atrio; y quemó con fuego los carros del sol.
12 Y los altares que estaban en la azotea, el aposento alto de Acaz, que los reyes de Judá habían hecho, y los altares que Manasés había hecho en los dos atrios de la casa del SEÑOR, el rey los derribó; los destrozó allí y arrojó su polvo al torrente Cedrón.
13 El rey también profanó los lugares altos que estaban frente a Jerusalén, a la derecha del monte de la destrucción, que Salomón, rey de Israel, había edificado a Astoret, abominación de los sidonios, a Quemos, abominación de Moab, y a Milcom, abominación de los hijos de Amón.
14 Destrozó las piedras sagradas y cortó las Aseras, y llenó sus lugares con huesos humanos.
15 Asimismo el altar que estaba en Betel y el lugar alto que había hecho Jeroboam, hijo de Nabat, el que hizo pecar a Israel, también ese altar y el lugar alto él los derribó. Entonces demolió sus piedras, las hizo polvo y quemó la Asera.
16 Y al volverse Josías, vio los sepulcros que estaban allí en el monte, y mandó sacar los huesos de los sepulcros, los quemó sobre el altar y lo profanó, conforme a la palabra del SEÑOR que había proclamado el hombre de Dios, el cual había anunciado estas cosas.
17 Entonces dijo: ¿Qué monumento es este que veo? Y los hombres de la ciudad le dijeron: Es el sepulcro del hombre de Dios que vino de Judá y proclamó estas cosas que tú has hecho contra el altar de Betel.
18 Y él dijo: Dejadlo; que nadie toque sus huesos. Así que dejaron sus huesos intactos junto con los huesos del profeta que vino de Samaria.
19 Y Josías también quitó todos los santuarios de los lugares altos que estaban en las ciudades de Samaria, que los reyes de Israel habían hecho provocando al SEÑOR; hizo con ellos conforme a todos los hechos que había hecho en Betel.
20 A todos los sacerdotes de los lugares altos que estaban allí, los mató sobre los altares, y quemó huesos humanos sobre ellos. Después regresó a Jerusalén.
21 Entonces el rey ordenó a todo el pueblo, diciendo: Celebrad la Pascua al SEÑOR vuestro Dios, según está escrito en este libro del pacto.
22 No se había celebrado ciertamente una Pascua como ésta desde los días de los jueces que gobernaron a Israel, ni en todos los días de los reyes de Israel y de los reyes de Judá.
23 Pero en el año dieciocho del rey Josías, se celebró esta Pascua al SEÑOR en Jerusalén.
24 Además, Josías quitó a los médium y a los espiritistas, los ídolos domésticos, los ídolos y todas las abominaciones que se veían en la tierra de Judá y en Jerusalén, para cumplir las palabras de la ley que estaban escritas en el libro que el sacerdote Hilcías había hallado en la casa del SEÑOR.
25 Y no hubo antes de él rey como él, que se volviera al SEÑOR con todo su corazón, con toda su alma y con todas sus fuerzas, conforme a toda la ley de Moisés, ni después de él se ha levantado otro igual.
26 Sin embargo, el SEÑOR no desistió del ardor de su gran ira con la cual ardía contra Judá, a causa de todas las provocaciones con que Manasés le había provocado.
27 Y el SEÑOR dijo: También quitaré a Judá de mi presencia, como he quitado a Israel. Y desecharé a Jerusalén, esta ciudad que he escogido, y el templo del cual dije: "Mi nombre estará allí".
28 Los demás hechos de Josías y todo lo que hizo, ¿no están escritos en el Libro de las Crónicas de los reyes de Judá?
29 En sus días, el faraón Necao, rey de Egipto, subió contra el rey de Asiria hacia el río Eufrates. Y el rey Josías fue a su encuentro, pero cuando Necao lo vio, lo mató en Meguido.
30 Sus siervos llevaron su cuerpo en un carro desde Meguido, lo trajeron a Jerusalén y lo sepultaron en su sepulcro. Entonces el pueblo de la tierra tomó a Joacaz, hijo de Josías, lo ungieron y lo hicieron rey en lugar de su padre.
31 Joacaz tenía veintitrés años cuando comenzó a reinar, y reinó tres meses en Jerusalén. El nombre de su madre era Hamutal, hija de Jeremías, de Libna.
32 Y él hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR, conforme a todo lo que habían hecho sus padres.
33 Y el faraón Necao lo encarceló en Ribla, en la tierra de Hamat, para que no reinara en Jerusalén; e impuso sobre la tierra una multa de cien talentos de plata y un talento de oro.
34 Entonces el faraón Necao puso por rey a Eliaquim, hijo de Josías, en lugar de su padre Josías, y le cambió el nombre por el de Joacim. Y tomó a Joacaz y lo llevó a Egipto, donde murió.
35 Joacim dio la plata y el oro al faraón, pero tuvo que imponer contribuciones en el país para dar el dinero conforme al mandato del faraón. Según lo que a cada uno le fue impuesto, exigió la plata y el oro del pueblo de la tierra para dárselo al faraón Necao.
36 Joacim tenía veinticinco años cuando comenzó a reinar, y reinó once años en Jerusalén; el nombre de su madre era Zebuda, hija de Pedaías, de Ruma.
37 Y él hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR, conforme a todo lo que habían hecho sus padres.
WLC
1 וַיִּשְׁלַח הַמֶּלֶךְ וַיַּאַסְפוּ אֵלָיו כָּל־זִקְנֵי יְהוּדָה וִירוּשָׁלִָם
2 וַיַּעַל הַמֶּלֶךְ בֵּית־יְהוָה וְכָל־אִישׁ יְהוּדָה וְכָל־יֹשְׁבֵי יְרוּשָׁלִַם אִתּוֹ וְהַכֹּהֲנִים וְהַנְּבִיאִים וְכָל־הָעָם לְמִקָּטֹן וְעַד־גָּדוֹל וַיִּקְרָא בְאָזְנֵיהֶם אֶת־כָּל־דִּבְרֵי סֵפֶר הַבְּרִית הַנִּמְצָא בְּבֵית יְהוָה
3 וַיַּעֲמֹד הַמֶּלֶךְ עַל־הָעַמּוּד וַיִּכְרֹת אֶת־הַבְּרִית לִפְנֵי יְהוָה לָלֶכֶת אַחַר יְהוָה וְלִשְׁמֹר מִצְוֺתָיו וְאֶת־עֵדְוֺתָיו וְאֶת־חֻקֹּתָיו בְּכָל־לֵב וּבְכָל־נֶפֶשׁ לְהָקִים אֶת־דִּבְרֵי הַבְּרִית הַזֹּאת הַכְּתֻבִים עַל־הַסֵּפֶר הַזֶּה וַיַּעֲמֹד כָּל־הָעָם בַּבְּרִית
4 וַיְצַו הַמֶּלֶךְ אֶת־חִלְקִיָּהוּ הַכֹּהֵן הַגָּדוֹל וְאֶת־כֹּהֲנֵי הַמִּשְׁנֶה וְאֶת־שֹׁמְרֵי הַסַּף לְהוֹצִיא מֵהֵיכַל יְהוָה אֵת כָּל־הַכֵּלִים הָעֲשׂוּיִם לַבַּעַל וְלָאֲשֵׁרָה וּלְכֹל צְבָא הַשָּׁמָיִם וַיִּשְׂרְפֵם מִחוּץ לִירוּשָׁלִַם בְּשַׁדְמוֹת קִדְרוֹן וְנָשָׂא אֶת־עֲפָרָם בֵּית־אֵל
5 וְהִשְׁבִּית אֶת־הַכְּמָרִים אֲשֶׁר נָתְנוּ מַלְכֵי יְהוּדָה וַיְקַטֵּר בַּבָּמוֹת בְּעָרֵי יְהוּדָה וּמְסִבֵּי יְרוּשָׁלִָם וְאֶת־הַמְקַטְּרִים לַבַּעַל לַשֶּׁמֶשׁ וְלַיָּרֵחַ וְלַמַּזָּלוֹת וּלְכֹל צְבָא הַשָּׁמָיִם
6 וַיֹּצֵא אֶת־הָאֲשֵׁרָה מִבֵּית יְהוָה מִחוּץ לִירוּשָׁלִַם אֶל־נַחַל קִדְרוֹן וַיִּשְׂרֹף אֹתָהּ בְּנַחַל קִדְרוֹן וַיָּדֶק לְעָפָר וַיַּשְׁלֵךְ אֶת־עֲפָרָהּ עַל־קֶבֶר בְּנֵי הָעָם
7 וַיִּתֹּץ אֶת־בָּתֵּי הַקְּדֵשִׁים אֲשֶׁר בְּבֵית יְהוָה אֲשֶׁר הַנָּשִׁים אֹרְגוֹת שָׁם בָּתִּים לָאֲשֵׁרָה
8 וַיָּבֵא אֶת־כָּל־הַכֹּהֲנִים מֵעָרֵי יְהוּדָה וַיְטַמֵּא אֶת־הַבָּמוֹת אֲשֶׁר קִטְּרוּ־שָׁמָּה הַכֹּהֲנִים מִגֶּבַע עַד־בְּאֵר שָׁבַע וְנָתַץ אֶת־בָּמוֹת הַשְּׁעָרִים אֲשֶׁר־פֶּתַח שַׁעַר יְהוֹשֻׁעַ שַׂר־הָעִיר אֲשֶׁר־עַל־שְׂמֹאול אִישׁ בְּשַׁעַר הָעִיר
9 אַךְ לֹא יַעֲלוּ כֹּהֲנֵי הַבָּמוֹת אֶל־מִזְבַּח יְהוָה בִּירוּשָׁלִָם כִּי אִם־אָכְלוּ מַצּוֹת בְּתוֹךְ אֲחֵיהֶם
10 וְטִמֵּא אֶת־הַתֹּפֶת אֲשֶׁר בְּגֵי בני־הִנֹּם לְבִלְתִּי לְהַעֲבִיר אִישׁ אֶת־בְּנוֹ וְאֶת־בִּתּוֹ בָּאֵשׁ לַמֹּלֶךְ
11 וַיַּשְׁבֵּת אֶת־הַסּוּסִים אֲשֶׁר נָתְנוּ מַלְכֵי יְהוּדָה לַשֶּׁמֶשׁ מִבֹּא בֵית־יְהוָה אֶל־לִשְׁכַּת נְתַן־מֶלֶךְ הַסָּרִיס אֲשֶׁר בַּפַּרְוָרִים וְאֶת־מַרְכְּבוֹת הַשֶּׁמֶשׁ שָׂרַף בָּאֵשׁ
12 וְאֶת־הַמִּזְבְּחוֹת אֲשֶׁר עַל־הַגָּג עֲלִיַּת אָחָז אֲשֶׁר־עָשׂוּ מַלְכֵי יְהוּדָה וְאֶת־הַמִּזְבְּחוֹת אֲשֶׁר־עָשָׂה מְנַשֶּׁה בִּשְׁתֵּי חַצְרוֹת בֵּית־יְהוָה נָתַץ הַמֶּלֶךְ וַיָּרָץ מִשָּׁם וְהִשְׁלִיךְ אֶת־עֲפָרָם אֶל־נַחַל קִדְרוֹן
13 וְאֶת־הַבָּמוֹת אֲשֶׁר עַל־פְּנֵי יְרוּשָׁלִַם אֲשֶׁר מִימִין לְהַר־הַמַּשְׁחִית אֲשֶׁר בָּנָה שְׁלֹמֹה מֶלֶךְ־יִשְׂרָאֵל לְעַשְׁתֹּרֶת שִׁקֻּץ צִידֹנִים וְלִכְמוֹשׁ שִׁקֻּץ מוֹאָב וּלְמִלְכֹּם תּוֹעֲבַת בְּנֵי־עַמּוֹן טִמֵּא הַמֶּלֶךְ
14 וְשִׁבַּר אֶת־הַמַּצֵּבוֹת וַיִּכְרֹת אֶת־הָאֲשֵׁרִים וַיְמַלֵּא אֶת־מְקוֹמָם עַצְמוֹת אָדָם
15 וְגַם אֶת־הַמִּזְבֵּחַ אֲשֶׁר בְּבֵית־אֵל הַבָּמָה אֲשֶׁר עָשָׂה יָרָבְעָם בֶּן־נְבָט אֲשֶׁר הֶחֱטִיא אֶת־יִשְׂרָאֵל גַּם אֶת־הַמִּזְבֵּחַ הַהוּא וְאֶת־הַבָּמָה נָתָץ וַיִּשְׂרֹף אֶת־הַבָּמָה הֵדַק לְעָפָר וְשָׂרַף אֲשֵׁרָה
16 וַיִּפֶן יֹאשִׁיָּהוּ וַיַּרְא אֶת־הַקְּבָרִים אֲשֶׁר־שָׁם בָּהָר וַיִּשְׁלַח וַיִּקַּח אֶת־הָעֲצָמוֹת מִן־הַקְּבָרִים וַיִּשְׂרֹף עַל־הַמִּזְבֵּחַ וַיְטַמְּאֵהוּ כִּדְבַר יְהוָה אֲשֶׁר קָרָא אִישׁ הָאֱלֹהִים אֲשֶׁר קָרָא אֶת־הַדְּבָרִים הָאֵלֶּה
17 וַיֹּאמֶר מָה הַצִּיּוּן הַלָּז אֲשֶׁר אֲנִי רֹאֶה וַיֹּאמְרוּ אֵלָיו אַנְשֵׁי הָעִיר הַקֶּבֶר אִישׁ־הָאֱלֹהִים אֲשֶׁר־בָּא מִיהוּדָה וַיִּקְרָא אֶת־הַדְּבָרִים הָאֵלֶּה אֲשֶׁר עָשִׂיתָ עַל הַמִּזְבַּח בֵּית־אֵל׃
18 וַיֹּאמֶר הַנִּיחוּ לוֹ אִישׁ אַל־יָנַע עַצְמֹתָיו וַיְמַלְּטוּ עַצְמֹתָיו אֵת עַצְמוֹת הַנָּבִיא אֲשֶׁר־בָּא מִשֹּׁמְרוֹן
19 וְגַם אֶת־כָּל־בָּתֵּי הַבָּמוֹת אֲשֶׁר בְּעָרֵי שֹׁמְרוֹן אֲשֶׁר עָשׂוּ מַלְכֵי יִשְׂרָאֵל לְהַכְעִיס הֵסִיר יֹאשִׁיָּהוּ וַיַּעַשׂ לָהֶם כְּכָל־הַמַּעֲשִׂים אֲשֶׁר עָשָׂה בְּבֵית־אֵל
20 וַיִּזְבַּח אֶת־כָּל־כֹּהֲנֵי הַבָּמוֹת אֲשֶׁר־שָׁם עַל־הַמִּזְבְּחוֹת וַיִּשְׂרֹף אֶת־עַצְמוֹת אָדָם עֲלֵיהֶם וַיָּשָׁב יְרוּשָׁלִָם
21 וַיְצַו הַמֶּלֶךְ אֶת־כָּל־הָעָם לֵאמֹר עֲשׂוּ פֶסַח לַיהוָה אֱלֹהֵיכֶם כַּכָּתוּב עַל סֵפֶר הַבְּרִית הַזֶּה
22 כִּי לֹא נַעֲשָׂה כַּפֶּסַח הַזֶּה מִימֵי הַשֹּׁפְטִים אֲשֶׁר שָׁפְטוּ אֶת־יִשְׂרָאֵל וְכֹל יְמֵי מַלְכֵי יִשְׂרָאֵל וּמַלְכֵי יְהוּדָה
23 כִּי אִם־בִּשְׁמֹנֶה עֶשְׂרֵה שָׁנָה לַמֶּלֶךְ יֹאשִׁיָּהוּ נַעֲשָׂה הַפֶּסַח הַזֶּה לַיהוָה בִּירוּשָׁלִָם
24 וְגַם אֶת־הָאֹבוֹת וְאֶת־הַיִּדְּעֹנִים וְאֶת־הַתְּרָפִים וְאֶת־הַגִּלֻּלִים וְאֵת כָּל־הַשִּׁקֻּצִים אֲשֶׁר נִרְאוּ בְּאֶרֶץ יְהוּדָה וּבִירוּשָׁלִַם בִּעֵר יֹאשִׁיָּהוּ לְמַעַן הָקִים אֶת־דִּבְרֵי הַתּוֹרָה הַכְּתֻבִים עַל־הַסֵּפֶר אֲשֶׁר מָצָא חִלְקִיָּהוּ הַכֹּהֵן בֵּית יְהוָה
25 וְכָמֹהוּ לֹא־הָיָה לְפָנָיו מֶלֶךְ אֲשֶׁר־שָׁב אֶל־יְהוָה בְּכָל־לְבָבוֹ וּבְכָל־נַפְשׁוֹ וּבְכָל־מְאֹדוֹ כְּכֹל תּוֹרַת מֹשֶׁה וְאַחֲרָיו לֹא־קָם כָּמֹהוּ
26 אַךְ לֹא־שָׁב יְהוָה מֵחֲרוֹן אַפּוֹ הַגָּדוֹל אֲשֶׁר־חָרָה אַפּוֹ בִּיהוּדָה עַל כָּל־הַכְּעָסִים אֲשֶׁר הִכְעִיסוֹ מְנַשֶּׁה
27 וַיֹּאמֶר יְהוָה גַּם אֶת־יְהוּדָה אָסִיר מֵעַל פָּנַי כַּאֲשֶׁר הֲסִרֹתִי אֶת־יִשְׂרָאֵל וּמָאַסְתִּי אֶת־הָעִיר הַזֹּאת אֲשֶׁר־בָּחַרְתִּי אֶת־יְרוּשָׁלִַם וְאֶת־הַבַּיִת אֲשֶׁר אָמַרְתִּי יִהְיֶה שְׁמִי שָׁם
28 וְיֶתֶר דִּבְרֵי יֹאשִׁיָּהוּ וְכָל־אֲשֶׁר עָשָׂה הֲלֹא־הֵם כְּתוּבִים עַל־סֵפֶר דִּבְרֵי הַיָּמִים לְמַלְכֵי יְהוּדָה
29 בְּיָמָיו עָלָה פַרְעֹה נְכֹה מֶלֶךְ־מִצְרַיִם עַל־מֶלֶךְ אַשּׁוּר עַל־נְהַר־פְּרָת וַיֵּלֶךְ הַמֶּלֶךְ יֹאשִׁיָּהוּ לִקְרָאתוֹ וַיְמִיתֵהוּ בִּמְגִדּוֹ כִּרְאֹתוֹ אֹתוֹ
30 וַיַּרְכִּבֻהוּ עֲבָדָיו מֵת מִמְּגִדּוֹ וַיְבִאֻהוּ יְרוּשָׁלִַם וַיִּקְבְּרֻהוּ בִּקְבֻרָתוֹ וַיִּקַּח עַם־הָאָרֶץ אֶת־יְהוֹאָחָז בֶּן־יֹאשִׁיָּהוּ וַיִּמְשְׁחוּ אֹתוֹ וַיַּמְלִיכוּ אֹתוֹ תַּחַת אָבִיו
31 בֶּן־עֶשְׂרִים וְשָׁלֹשׁ שָׁנָה יְהוֹאָחָז בְּמָלְכוֹ וּשְׁלֹשָׁה חֳדָשִׁים מָלַךְ בִּירוּשָׁלִָם וְשֵׁם אִמּוֹ חֲמוּטַל בַּת־יִרְמְיָהוּ מִלִּבְנָה
32 וַיַּעַשׂ הָרַע בְּעֵינֵי יְהוָה כְּכֹל אֲשֶׁר־עָשׂוּ אֲבֹתָיו
33 וַיַּאַסְרֵהוּ פַרְעֹה נְכֹה בְרִבְלָה בְּאֶרֶץ חֲמָת במלך [מִמְּלֹךְ] בִּירוּשָׁלִָם וַיִּתֶּן־עֹנֶשׁ עַל־הָאָרֶץ מֵאָה כִכַּר־כֶּסֶף וְכִכַּר זָהָב
34 וַיַּמְלֵךְ פַּרְעֹה נְכֹה אֶת־אֶלְיָקִים בֶּן־יֹאשִׁיָּהוּ תַּחַת יֹאשִׁיָּהוּ אָבִיו וַיַּסֵּב אֶת־שְׁמוֹ יְהוֹיָקִים וְאֶת־יְהוֹאָחָז לָקָח וַיָּבֹא מִצְרַיִם וַיָּמָת שָׁם
35 וְהַכֶּסֶף וְהַזָּהָב נָתַן יְהוֹיָקִים לְפַרְעֹה אַךְ הֶעֱרִיךְ אֶת־הָאָרֶץ לָתֵת אֶת־הַכֶּסֶף עַל־פִּי פַרְעֹה אִישׁ כְּעֶרְכּוֹ נָגַשׂ אֶת־הַכֶּסֶף וְאֶת־הַזָּהָב אֶת־עַם הָאָרֶץ לָתֵת לְפַרְעֹה נְכֹה
36 בֶּן־עֶשְׂרִים וְחָמֵשׁ שָׁנָה יְהוֹיָקִים בְּמָלְכוֹ וְאַחַת עֶשְׂרֵה שָׁנָה מָלַךְ בִּירוּשָׁלִָם וְשֵׁם אִמּוֹ זְבוּדָּה בַת־פְּדָיָה מִן־רוּמָה
37 וַיַּעַשׂ הָרַע בְּעֵינֵי יְהוָה כְּכֹל אֲשֶׁר־עָשׂוּ אֲבֹתָיו
Capítulo 24
Reinado de Joacim y primer sitio de Jerusalén
LBLA
1 En sus días subió Nabucodonosor, rey de Babilonia, y Joacim vino a ser su siervo por tres años; entonces se volvió y se rebeló contra él.
2 Y el SEÑOR envió contra él bandas de caldeos, bandas de arameos, bandas de moabitas y bandas de amonitas; las envió contra Judá para destruirla, conforme a la palabra que el SEÑOR había hablado por medio de sus siervos los profetas.
3 Ciertamente esto vino sobre Judá por mandato del SEÑOR, para quitarlos de su presencia a causa de los pecados de Manasés, conforme a todo lo que él había hecho,
4 y también por la sangre inocente que él derramó, pues llenó a Jerusalén de sangre inocente; y el SEÑOR no quiso perdonar.
5 Los demás hechos de Joacim y todo lo que hizo, ¿no están escritos en el Libro de las Crónicas de los reyes de Judá?
6 Y durmió Joacim con sus padres, y su hijo Joaquín reinó en su lugar.
7 Y el rey de Egipto no salió más de su tierra, porque el rey de Babilonia había tomado todo lo que pertenecía al rey de Egipto desde el torrente de Egipto hasta el río Eufrates.
8 Joaquín tenía dieciocho años cuando llegó a ser rey, y reinó tres meses en Jerusalén. El nombre de su madre era Nehusta, hija de Elnatán, de Jerusalén.
9 El hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR, conforme a todo lo que había hecho su padre.
10 En aquel tiempo los siervos de Nabucodonosor, rey de Babilonia, subieron a Jerusalén, y la ciudad fue sitiada.
11 Y Nabucodonosor, rey de Babilonia, vino a la ciudad mientras sus siervos la estaban sitiando,
12 y Joaquín, rey de Judá, se rindió al rey de Babilonia, él, su madre, sus siervos, sus príncipes y sus oficiales. El rey de Babilonia lo tomó cautivo en el año octavo de su reinado.
13 Y sacó de allí todos los tesoros de la casa del SEÑOR y los tesoros de la casa del rey, y desbarató todos los utensilios de oro que Salomón, rey de Israel, había hecho en el templo del SEÑOR, tal como el SEÑOR había dicho.
14 Y deportó a todo Jerusalén, a todos los oficiales y a todos los hombres valientes, diez mil cautivos, y a todos los artesanos y herreros. No quedó nadie, excepto los más pobres del pueblo de la tierra.
15 También deportó a Joaquín a Babilonia; y a la madre del rey, a las mujeres del rey, a sus oficiales y a los poderosos del país, los llevó al cautiverio de Jerusalén a Babilonia.
16 Y a todos los hombres de valor, siete mil, y a los artesanos y herreros, mil, a todos los hombres fuertes aptos para la guerra, el rey de Babilonia los llevó cautivos a Babilonia.
17 Entonces el rey de Babilonia puso por rey en lugar de Joaquín a Matanías, su tío, y le cambió el nombre por el de Sedequías.
18 Sedequías tenía veintiún años cuando comenzó a reinar, y reinó once años en Jerusalén. El nombre de su madre era Hamutal, hija de Jeremías, de Libna.
19 El hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR, conforme a todo lo que había hecho Joacim.
20 Porque debido a la ira del SEÑOR esto sucedió en Jerusalén y en Judá, hasta que los echó de su presencia. Y Sedequías se rebeló contra el rey de Babilonia.
WLC
1 בְּיָמָיו עָלָה נְבֻכַדְנֶאצַּר מֶלֶךְ בָּבֶל וַיְהִי־לוֹ יְהוֹיָקִים עֶבֶד שָׁלֹשׁ שָׁנִים וַיָּשָׁב וַיִּמְרָד־בּוֹ
2 וַיְשַׁלַּח יְהוָה בּוֹ אֶת־גְּדוּדֵי כַשְׂדִּים וְאֶת־גְּדוּדֵי אֲרָם וְאֵת גְּדוּדֵי מוֹאָב וְאֵת גְּדוּדֵי בְנֵי־עַמּוֹן וַיְשַׁלְּחֵם בִּיהוּדָה לְהַאֲבִידוֹ כִּדְבַר יְהוָה אֲשֶׁר דִּבֶּר בְּיַד עֲבָדָיו הַנְּבִיאִים
3 אַךְ עַל־פִּי יְהוָה הָיְתָה בִּיהוּדָה לְהָסִיר מֵעַל פָּנָיו בְּחַטֹּאת מְנַשֶּׁה כְּכֹל אֲשֶׁר עָשָׂה
4 וְגַם דַּם־הַנָּקִי אֲשֶׁר שָׁפָךְ וַיְמַלֵּא אֶת־יְרוּשָׁלִַם דָּם נָקִי וְלֹא־אָבָה יְהוָה לִסְלֹחַ
5 וְיֶתֶר דִּבְרֵי יְהוֹיָקִים וְכָל־אֲשֶׁר עָשָׂה הֲלֹא־הֵם כְּתוּבִים עַל־סֵפֶר דִּבְרֵי הַיָּמִים לְמַלְכֵי יְהוּדָה
6 וַיִּשְׁכַּב יְהוֹיָקִים עִם־אֲבֹתָיו וַיִּמְלֹךְ יְהוֹיָכִין בְּנוֹ תַּחְתָּיו
7 וְלֹא־הִסְפִּיף עוֹד מֶלֶךְ מִצְרַיִם לָצֵאת מֵאַרְצוֹ כִּי־לָקַח מֶלֶךְ בָּבֶל מִנַּחַל מִצְרַיִם עַד־נְהַר־פְּרָת כֹּל אֲשֶׁר הָיְתָה לְמֶלֶךְ מִצְרָיִם
8 בֶּן־שְׁמֹנֶה עֶשְׂרֵה שָׁנָה יְהוֹיָכִין בְּמָלְכוֹ וּשְׁלֹשָׁה חֳדָשִׁים מָלַךְ בִּירוּשָׁלִָם וְשֵׁם אִמּוֹ נְחֻשְׁתָּא בַת־אֶלְנָתָן מִירוּשָׁלִָם
9 וַיַּעַשׂ הָרַע בְּעֵינֵי יְהוָה כְּכֹל אֲשֶׁר־עָשָׂה אָבִיו
10 בָּעֵת הַהִיא עָלוּ עַבְדֵי נְבֻכַדְנֶאצַּר מֶלֶךְ־בָּבֶל יְרוּשָׁלִָם וַתָּבֹא הָעִיר בַּמָּצוֹר
11 וַיָּבֹא נְבוּכַדְנֶאצַּר מֶלֶךְ־בָּבֶל עַל־הָעִיר וַעֲבָדָיו צָרִים עָלֶיהָ
12 וַיֵּצֵא יְהוֹיָכִין מֶלֶךְ־יְהוּדָה עַל־מֶלֶךְ בָּבֶל הוּא וְאִמּוֹ וַעֲבָדָיו וְשָׂרָיו וְסָרִיסָיו וַיִּקַּח אֹתוֹ מֶלֶךְ בָּבֶל בִּשְׁנַת שְׁמֹנֶה לְמָלְכוֹ
13 וַיּוֹצֵא מִשָּׁם אֶת־כָּל־אוֹצְרוֹת בֵּית יְהוָה וְאוֹצְרוֹת בֵּית הַמֶּלֶךְ וַיְקַצֵּץ אֶת־כָּל־כְּלֵי הַזָּהָב אֲשֶׁר עָשָׂה שְׁלֹמֹה מֶלֶךְ־יִשְׂרָאֵל בְּהֵיכַל יְהוָה כַּאֲשֶׁר דִּבֶּר יְהוָה
14 וְהִגְלָה אֶת־כָּל־יְרוּשָׁלִַם וְאֶת־כָּל־הַשָּׂרִים וְאֵת כָּל־גִּבּוֹרֵי הַחַיִל עֲשֶׂרֶת אֲלָפִים גּוֹלֶה וְכָל־הֶחָרָשׁ וְהַמַּסְגֵּר לֹא נִשְׁאַר זוּלַת דַּלַּת עַם־הָאָרֶץ
15 וַיֶּגֶל אֶת־יְהוֹיָכִין בָּבֶלָה וְאֶת־אֵם הַמֶּלֶךְ וְאֶת־נְשֵׁי הַמֶּלֶךְ וְאֶת־סָרִיסָיו וְאֵת אולי [אֵילֵי] הָאָרֶץ הוֹלִיךְ גּוֹלָה מִירוּשָׁלִַם בָּבֶלָה
16 וְאֵת כָּל־אַנְשֵׁי הַחַיִל שִׁבְעַת אֲלָפִים וְהֶחָרָשׁ וְהַמַּסְגֵּר אֶלֶף הַכֹּל גִּבּוֹרִים עֹשֵׂי מִלְחָמָה וַיְבִיאֵם מֶלֶךְ־בָּבֶל גּוֹלָה בָּבֶלָה
17 וַיַּמְלֵךְ מֶלֶךְ־בָּבֶל אֶת־מַתַּנְיָה דֹדוֹ תַּחְתָּיו וַיַּסֵּב אֶת־שְׁמוֹ צִדְקִיָּהוּ
18 בֶּן־עֶשְׂרִים וְאַחַת שָׁנָה צִדְקִיָּהוּ בְמָלְכוֹ וְאַחַת עֶשְׂרֵה שָׁנָה מָלַךְ בִּירוּשָׁלִָם וְשֵׁם אִמּוֹ חֲמוּטַל בַּת־יִרְמְיָהוּ מִלִּבְנָה
19 וַיַּעַשׂ הָרַע בְּעֵינֵי יְהוָה כְּכֹל אֲשֶׁר־עָשָׂה יְהוֹיָקִים
20 כִּי עַל־אַף יְהוָה הָיְתָה בִירוּשָׁלִַם וּבִיהוּדָה עַד־הִשְׁלִכוֹ אֹתָם מֵעַל פָּנָיו וַיִּמְרֹד צִדְקִיָּהוּ בְּמֶלֶךְ בָּבֶל
Capítulo 25
La caída de Jerusalén
LBLA
1 Y aconteció que en el año noveno de su reinado, en el mes décimo, el día diez del mes, Nabucodonosor, rey de Babilonia, vino, él y todo su ejército, contra Jerusalén, acampó contra ella y construyó un muro de asedio todo alrededor de ella.
2 Y la ciudad estuvo sitiada hasta el año once del rey Sedequías.
3 El día nueve del mes cuarto arreció el hambre en la ciudad, y no había pan para el pueblo de la tierra.
4 Entonces se abrió brecha en la ciudad, y todos los hombres de guerra huyeron de noche por el camino de la puerta entre los dos muros junto al jardín del rey, estando los caldeos alrededor de la ciudad. Y el rey fue por el camino del Arabá.
5 Pero el ejército de los caldeos persiguió al rey y lo alcanzó en las llanuras de Jericó, y todo su ejército fue dispersado de su lado.
6 Entonces capturaron al rey y lo trajeron al rey de Babilonia en Ribla, y éste pronunció sentencia contra él.
7 Y degollaron a los hijos de Sedequías en su presencia, luego le sacaron los ojos a Sedequías, lo ataron con cadenas de bronce y lo llevaron a Babilonia.
8 En el mes quinto, el séptimo día del mes, que era el año diecinueve del rey Nabucodonosor, rey de Babilonia, Nabuzaradán, capitán de la guardia, siervo del rey de Babilonia, vino a Jerusalén.
9 Y quemó la casa del SEÑOR, la casa del rey y todas las casas de Jerusalén; también prendió fuego a todas las casas de los grandes.
10 Y todo el ejército de los caldeos que estaba con el capitán de la guardia derribó las murallas alrededor de Jerusalén.
11 Y Nabuzaradán, capitán de la guardia, llevó al destierro al resto del pueblo que había quedado en la ciudad, a los desertores que se habían pasado al rey de Babilonia y al resto de la multitud.
12 Pero el capitán de la guardia dejó algunos de los más pobres de la tierra para que fueran viñadores y labradores.
13 Y los caldeos rompieron en pedazos las columnas de bronce que estaban en la casa del SEÑOR, y las basas y el mar de bronce que estaban en la casa del SEÑOR, y llevaron el bronce a Babilonia.
14 También se llevaron las ollas, las palas, las despabiladeras, las cucharas y todos los utensilios de bronce con que ministraban.
15 El capitán de la guardia se llevó también los incensarios y los tazones, lo que era de oro, en oro, y lo que era de plata, en plata.
16 En cuanto a las dos columnas, el mar y las basas que Salomón había hecho para la casa del SEÑOR, no se podía calcular el peso del bronce de todos estos objetos.
17 La altura de una columna era de dieciocho codos, y había sobre ella un capitel de bronce; y la altura del capitel era de tres codos, con una red y granadas alrededor del capitel, todo de bronce; y la segunda columna era igual a ésta, con red.
18 Entonces el capitán de la guardia tomó a Seraías, el principal sacerdote, y a Sofonías, el segundo sacerdote, y a los tres guardias de la puerta.
19 Y de la ciudad tomó a un oficial que estaba encargado de los hombres de guerra, y a cinco hombres de los consejeros personales del rey que fueron hallados en la ciudad, y al escriba del capitán del ejército, que alistaba al pueblo de la tierra para el servicio militar, y a sesenta hombres del pueblo de la tierra que fueron hallados en la ciudad.
20 Y Nabuzaradán, capitán de la guardia, los tomó y los llevó al rey de Babilonia en Ribla.
21 Entonces el rey de Babilonia los hirió y los dio muerte en Ribla, en la tierra de Hamat. Así fue llevado cautivo Judá lejos de su tierra.
22 Y en cuanto al pueblo que quedó en la tierra de Judá, los que había dejado Nabucodonosor, rey de Babilonia, puso sobre ellos a Gedalías, hijo de Ahicam, hijo de Safán.
23 Cuando todos los capitanes de las tropas, ellos y sus hombres, oyeron que el rey de Babilonia había puesto a Gedalías por gobernador, vinieron a Gedalías en Mizpa, a saber: Ismael, hijo de Netanías, Johanán, hijo de Carea, Seraías, hijo de Tanhumet el netofatita, y Jaazanías, hijo del maacateo, ellos y sus hombres.
24 Y Gedalías les juró a ellos y a sus hombres, y les dijo: No temáis a los siervos de los caldeos; habitad en la tierra y servid al rey de Babilonia, y os irá bien.
25 Pero sucedió que en el mes séptimo, Ismael, hijo de Netanías, hijo de Elisama, de la estirpe real, vino con diez hombres e hirieron a Gedalías y éste murió, junto con los judíos y los caldeos que estaban con él en Mizpa.
26 Entonces todo el pueblo, desde el menor hasta el mayor, y los capitanes de las tropas, se levantaron y se fueron a Egipto porque tenían temor de los caldeos.
27 Y aconteció que en el año treinta y siete del cautiverio de Joaquín, rey de Judá, en el mes duodécimo, a los veintisiete días del mes, Evil-merodac, rey de Babilonia, en el año que comenzó a reinar, libertó a Joaquín, rey de Judá, de la prisión;
28 y le habló amablemente y puso su trono por encima de los tronos de los reyes que estaban con él en Babilonia.
29 Y se le cambiaron sus ropas de prisión, y comió en la presencia del rey todos los días de su vida.
30 Y le fue dada continuamente su ración por el rey, una porción diaria todos los días de su vida.
WLC
1 וַיְהִי בִשְׁנַת הַתְּשִׁיעִית לְמָלְכוֹ בַּחֹדֶשׁ הָעֲשִׂירִי בֶּעָשׂוֹר לַחֹדֶשׁ בָּא נְבֻכַדְנֶאצַּר מֶלֶךְ־בָּבֶל הוּא וְכָל־חֵילוֹ עַל־יְרוּשָׁלִַם וַיִּחַן עָלֶיהָ וַיִּבְנוּ עָלֶיהָ דָּיֵק סָבִיב
2 וַתָּבֹא הָעִיר בַּמָּצוֹר עַד עַשְׁתֵּי עֶשְׂרֵה שָׁנָה לַמֶּלֶךְ צִדְקִיָּהוּ
3 בְּתִשְׁעָה לַחֹדֶשׁ וַיֶּחֱזַק הָרָעָב בָּעִיר וְלֹא־הָיָה לֶחֶם לְעַם הָאָרֶץ
4 וַתִּבָּקַע הָעִיר וְכָל־אַנְשֵׁי הַמִּלְחָמָה הַלַּיְלָה דֶּרֶךְ שַׁעַר בֵּין הַחֹמֹתַיִם אֲשֶׁר עַל־גַּן הַמֶּלֶךְ וְכַשְׂדִּים עַל־הָעִיר סָבִיב וַיֵּלֶךְ דֶּרֶךְ הָעֲרָבָה
5 וַיִּרְדְּפוּ חֵיל־כַּשְׂדִּים אַחַר הַמֶּלֶךְ וַיַּשִּׂגוּ אֹתוֹ בְּעַרְבוֹת יְרֵחוֹ וְכָל־חֵילוֹ נָפֹצוּ מֵעָלָיו
6 וַיִּתְפְּשׂוּ אֶת־הַמֶּלֶךְ וַיַּעֲלוּ אֹתוֹ אֶל־מֶלֶךְ בָּבֶל רִבְלָתָה וַיְדַבְּרוּ אִתּוֹ מִשְׁפָּט
7 וְאֶת־בְּנֵי צִדְקִיָּהוּ שָׁחֲטוּ לְעֵינָיו וְאֶת־עֵינֵי צִדְקִיָּהוּ עִוֵּר וַיַּאַסְרֵהוּ בַנְחֻשְׁתַּיִם וַיְבִאֵהוּ בָּבֶל
8 וּבַחֹדֶשׁ הַחֲמִישִׁי בְּשִׁבְעָה לַחֹדֶשׁ הִיא שְׁנַת תְּשַׁע־עֶשְׂרֵה שָׁנָה לַמֶּלֶךְ נְבֻכַדְנֶאצַּר מֶלֶךְ־בָּבֶל בָּא נְבוּזַרְאֲדָן רַב־טַבָּחִים עֶבֶד מֶלֶךְ־בָּבֶל יְרוּשָׁלִָם
9 וַיִּשְׂרֹף אֶת־בֵּית־יְהוָה וְאֶת־בֵּית הַמֶּלֶךְ וְאֵת כָּל־בָּתֵּי יְרוּשָׁלִַם וְאֶת־כָּל־בֵּית גָּדוֹל שָׂרַף בָּאֵשׁ
10 וְאֶת־חוֹמֹת יְרוּשָׁלִַם סָבִיב נָתְצוּ כָּל־חֵיל כַּשְׂדִּים אֲשֶׁר רַב־טַבָּחִים
11 וְאֵת יֶתֶר הָעָם הַנִּשְׁאָרִים בָּעִיר וְאֶת־הַנֹּפְלִים אֲשֶׁר נָפְלוּ עַל־הַמֶּלֶךְ בָּבֶל וְאֵת יֶתֶר הֶהָמוֹן הֶגְלָה נְבוּזַרְאֲדָן רַב־טַבָּחִים
12 וּמִדַּלַּת הָאָרֶץ הִשְׁאִיר רַב־טַבָּחִים לְכֹרְמִים וּלְיֹגְבִים
13 וְאֶת־עַמּוּדֵי הַנְּחֹשֶׁת אֲשֶׁר בֵּית־יְהוָה וְאֶת־הַמְּכֹנוֹת וְאֶת־יָם הַנְּחֹשֶׁת אֲשֶׁר בְּבֵית־יְהוָה שִׁבְּרוּ כַשְׂדִּים וַיִּשְׂאוּ אֶת־נְחֻשְׁתָּם בָּבֶלָה
14 וְאֶת־הַסִּירֹת וְאֶת־הַיָּעִים וְאֶת־הַמְזַמְּרוֹת וְאֶת־הַכַּפּוֹת וְאֵת כָּל־כְּלֵי הַנְּחֹשֶׁת אֲשֶׁר יְשָׁרְתוּ־בָם לָקָחוּ
15 וְאֶת־הַמַּחְתּוֹת וְאֶת־הַמִּזְרָקוֹת אֲשֶׁר זָהָב זָהָב וַאֲשֶׁר־כֶּסֶף כָּסֶף לָקַח רַב־טַבָּחִים
16 הָעַמּוּדִים שְׁנַיִם הַיָּם הָאֶחָד וְהַמְּכֹנוֹת אֲשֶׁר־עָשָׂה שְׁלֹמֹה לְבֵית יְהוָה לֹא הָיָה מִשְׁקָל לִנְחֹשֶׁת כָּל־הַכֵּלִים הָאֵלֶּה
17 שְׁמֹנֶה עֶשְׂרֵה אַמָּה קוֹמַת הָעַמּוּד הָאֶחָד וְכֹתֶרֶת עָלָיו נְחֹשֶׁת וְקוֹמַת הַכֹּתֶרֶת שָׁלֹשׁ אַמּוֹת וּשְׂבָכָה וְרִמֹּנִים עַל־הַכֹּתֶרֶת סָבִיב הַכֹּל נְחֹשֶׁת וְכָאֵלֶּה לַעַמּוּד הַשֵּׁנִי עַל־הַשְּׂבָכָה
18 וַיִּקַּח רַב־טַבָּחִים אֶת־שְׂרָיָה כֹּהֵן הָרֹאשׁ וְאֶת־צְפַנְיָהוּ כֹּהֵן מִשְׁנֶה וְאֶת־שְׁלֹשֶׁת שֹׁמְרֵי הַסַּף
19 וּמִן־הָעִיר לָקַח סָרִיס אֶחָד אֲשֶׁר הוּא פָקִיד עַל־אַנְשֵׁי הַמִּלְחָמָה וַחֲמִשָּׁה אֲנָשִׁים מֵרֹאֵי פְנֵי־הַמֶּלֶךְ אֲשֶׁר נִמְצְאוּ בָעִיר וְאֵת הַסֹּפֵר שַׂר הַצָּבָא הַמַּצְבִּא אֶת־עַם הָאָרֶץ וְשִׁשִּׁים אִישׁ מֵעַם הָאָרֶץ הַנִּמְצְאִים בָּעִיר
20 וַיִּקַּח אֹתָם נְבוּזַרְאֲדָן רַב־טַבָּחִים וַיֹּלֶךְ אֹתָם עַל־מֶלֶךְ בָּבֶל רִבְלָתָה
21 וַיַּךְ אֹתָם מֶלֶךְ בָּבֶל וַיְמִיתֵם בְּרִבְלָה בְּאֶרֶץ חֲמָת וַיִּגֶל יְהוּדָה מֵעַל אַדְמָתוֹ
22 וְהָעָם הַנִּשְׁאָר בְּאֶרֶץ יְהוּדָה אֲשֶׁר הִשְׁאִיר נְבוּכַדְנֶאצַּר מֶלֶךְ בָּבֶל וַיַּפְקֵד עֲלֵיהֶם אֶת־גְּדַלְיָהוּ בֶּן־אֲחִיקָם בֶּן־שָׁפָן
23 וַיִּשְׁמְעוּ כָל־שָׂרֵי הַחֲיָלִים הֵמָּה וְהָאֲנָשִׁים כִּי־הִפְקִיד מֶלֶךְ־בָּבֶל אֶת־גְּדַלְיָהוּ וַיָּבֹאוּ אֶל־גְּדַלְיָהוּ הַמִּצְפָּה וְיִשְׁמָעֵאל בֶּן־נְתַנְיָה וְיוֹחָנָן בֶּן־קָרֵחַ וּשְׂרָיָה בֶן־תַּנְחֻמֶת הַנְּטֹפָתִי וְיַאֲזַנְיָהוּ בֶּן־הַמַּעֲכָתִי הֵמָּה וְאַנְשֵׁיהֶם
24 וַיִּשָּׁבַע לָהֶם גְּדַלְיָהוּ וּלְאַנְשֵׁיהֶם וַיֹּאמֶר לָהֶם אַל־תִּירְאוּ מֵעַבְדֵי הַכַּשְׂדִּים שְׁבוּ בָאָרֶץ וְעִבְדוּ אֶת־מֶלֶךְ בָּבֶל וְיִטַב לָכֶם
25 וַיְהִי בַּחֹדֶשׁ הַשְּׁבִיעִי בָּא יִשְׁמָעֵאל בֶּן־נְתַנְיָה בֶּן־אֱלִישָׁמָע מִזֶּרַע הַמְּלוּכָה וַעֲשָׂרָה אֲנָשִׁים אִתּוֹ וַיַּכּוּ אֶת־גְּדַלְיָהוּ וַיָּמֹת וְאֶת־הַיְּהוּדִים וְאֶת־הַכַּשְׂדִּים אֲשֶׁר־הָיוּ אִתּוֹ בַּמִּצְפָּה
26 וַיָּקֻמוּ כָל־הָעָם מִקָּטֹן וְעַד־גָּדוֹל וְשָׂרֵי הַחֲיָלִים וַיָּבֹאוּ מִצְרָיִם כִּי יָרְאוּ מִפְּנֵי כַשְׂדִּים
27 וַיְהִי בִשְׁלֹשִׁים וָשֶׁבַע שָׁנָה לְגָלוּת יְהוֹיָכִין מֶלֶךְ־יְהוּדָה בִּשְׁנֵים עָשָׂר חֹדֶשׁ בְּעֶשְׂרִים וְשִׁבְעָה לַחֹדֶשׁ נָשָׂא אֱוִיל מְרֹדַךְ מֶלֶךְ בָּבֶל בִּשְׁנַת מָלְכוֹ אֶת־רֹאשׁ יְהוֹיָכִין מֶלֶךְ־יְהוּדָה מִבֵּית כֶּלֶא׃
28 וַיְדַבֵּר אִתּוֹ טֹבוֹת וַיִּתֵּן אֶת־כִּסְאוֹ מֵעַל כִּסֵּא הַמְּלָכִים אֲשֶׁר אִתּוֹ בְּבָבֶל
29 וְשִׁנָּא אֶת־בִּגְדֵי כִלְאוֹ וְאָכַל לֶחֶם תָּמִיד לְפָנָיו כָּל־יְמֵי חַיָּיו
30 וַאֲרֻחָתוֹ אֲרֻחַת תָּמִיד נִתְּנָה־לּוֹ מֵאֵת הַמֶּלֶךְ דְּבַר־יוֹם בְּיוֹמוֹ כֹּל יְמֵי חַיָּו