שְׁמוּאֵל א Samuel 1º

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Capítulo 1
Oración de Ana
LBLA
1 Había un hombre de Ramataim de Zofim, de la región montañosa de Efraín, que se llamaba Elcana, hijo de Jeroham, hijo de Eliú, hijo de Tohu, hijo de Zuf, efrateo.
2 Y tenía dos mujeres: el nombre de una era Ana, y el de la otra, Penina. Y Penina tenía hijos, pero Ana no los tenía.
3 Este hombre subía todos los años desde su ciudad para adorar y ofrecer sacrificio al SEÑOR de los ejércitos en Silo. Y los dos hijos de Elí, Ofni y Finees, sacerdotes del SEÑOR, estaban allí.
4 Cuando llegaba el día en que Elcana ofrecía sacrificio, daba porciones a Penina su mujer y a todos sus hijos e hijas;
5 pero a Ana le daba una porción doble, porque él amaba a Ana, aunque el SEÑOR no le había dado hijos.
6 Y su rival la provocaba amargamente para irritarla, porque el SEÑOR no le había dado hijos.
7 Así sucedía año tras año; siempre que ella subía a la casa del SEÑOR, la otra la provocaba. Entonces ella lloraba y no comía.
8 Y Elcana su marido le decía: Ana, ¿por qué lloras y no comes? ¿Por qué está triste tu corazón? ¿No soy yo para ti mejor que diez hijos?
9 Pero Ana se levantó después de haber comido y bebido en Silo. Y el sacerdote Elí estaba sentado en la silla junto al poste de la puerta del templo del SEÑOR.
10 Y ella, con amargura de alma, oraba al SEÑOR y lloraba abundantemente.
11 E hizo voto y dijo: Oh SEÑOR de los ejércitos, si tú te dignas mirar la aflicción de tu sierva, te acuerdas de mí y no te olvidas de tu sierva, sino que das un hijo varón a tu sierva, entonces yo lo dedicaré al SEÑOR por todos los días de su vida y nunca pasará navaja sobre su cabeza.
12 Y mientras ella continuaba en oración delante del SEÑOR, Elí observaba su boca.
13 Pero Ana hablaba en su corazón, sólo sus labios se movían y su voz no se oía. Entonces Elí pensó que estaba ebria.
14 Y Elí le dijo: ¿Hasta cuándo estarás embriagada? Echa de ti tu vino.
15 Pero Ana respondió y dijo: No, señor mío, soy una mujer angustiada en espíritu; no he bebido vino ni licor, sino que he derramado mi alma delante del SEÑOR.
16 No tengas a tu sierva por mujer indigna; porque hasta ahora he orado a causa de mi gran congoja y aflicción.
17 Respondió Elí y dijo: Ve en paz; y que el Dios de Israel te conceda la petición que le has hecho.
18 Y ella dijo: Halle tu sierva gracia ante tus ojos. Y la mujer se puso en camino, comió y ya no estaba triste su semblante.
19 Y se levantaron de mañana, adoraron delante del SEÑOR y regresaron de nuevo a su casa en Ramá. Y Elcana se llegó a Ana su mujer, y el SEÑOR se acordó de ella.
20 Y a su debido tiempo, después de haber concebido, Ana dio a luz un hijo, y le puso por nombre Samuel, diciendo: Porque se lo he pedido al SEÑOR.
21 Subió el hombre Elcana con toda su casa para ofrecer al SEÑOR el sacrificio anual y para cumplir su voto,
22 pero Ana no subió, pues dijo a su marido: No subiré hasta que el niño sea destetado; entonces lo llevaré para que se presente delante del SEÑOR y se quede allí para siempre.
23 Y Elcana su marido le dijo: Haz lo que mejor te parezca. Quédate hasta que lo hayas destetado; solamente confirme el SEÑOR su palabra. La mujer se quedó y crió a su hijo hasta que lo destetó.
24 Después de haberlo destetado, lo llevó consigo, junto con un novillo de tres años, un efa de harina y un odre de vino, y lo trajo a la casa del SEÑOR en Silo, aunque el niño era pequeño.
25 Entonces sacrificaron el novillo, y trajeron el niño a Elí.
26 Y ella dijo: ¡Oh señor mío! Vive tu alma, señor mío, yo soy la mujer que estuvo aquí junto a ti orando al SEÑOR.
27 Por este niño oraba, y el SEÑOR me ha concedido la petición que le hice.
28 Por lo cual yo también lo he dedicado al SEÑOR; todos los días de su vida estará dedicado al SEÑOR. Y adoró allí al SEÑOR.
WLC
1 וַיְהִי֩ אִ֨ישׁ אֶחָ֜ד מִן־הָרָמָתַ֛יִם צוֹפִ֖ים מֵהַ֣ר אֶפְרָ֑יִם וּשְׁמ֡וֹ אֶ֠לְקָנָ֠ה בֶּן־יְרֹחָ֧ם בֶּן־אֱלִיה֛וּא בֶּן־תֹּ֥חוּ בֶן־צ֖וּף אֶפְרָתִֽי׃
2 וְלוֹ֙ שְׁתֵּ֣י נָשִׁ֔ים שֵׁ֤ם אַחַת֙ חַנָּ֔ה וְשֵׁ֥ם הַשֵּׁנִ֖ית פְּנִנָּ֑ה וַיְהִ֤י לִפְנִנָּה֙ יְלָדִ֔ים וּלְחַנָּ֖ה אֵ֥ין יְלָדִֽים׃
3 וְעָלָה֩ הָאִ֨ישׁ הַה֤וּא מֵֽעִירוֹ֙ מִיָּמִ֣ים׀ יָמִ֔ימָה לְהִֽשְׁתַּחֲוֺ֧ת וְלִזְבֹּ֛חַ לַיהוָ֥ה צְבָא֖וֹת בְּשִׁלֹ֑ה וְשָׁ֞ם שְׁנֵ֣י בְנֵֽי־עֵלִ֗י חָפְנִי֙ וּפִ֣נְחָ֔ס כֹּהֲנִ֖ים לַיהוָֽה׃
4 וַיְהִ֣י הַיּ֔וֹם וַיִּזְבַּ֖ח אֶלְקָנָ֑ה וְנָתַ֞ן לִפְנִנָּ֣ה אִשְׁתּ֗וֹ וּֽלְכָל־בָּנֶ֛יהָ וּבְנוֹתֶ֖יהָ מָנֽוֹת׃
5 וּלְחַנָּ֕ה יִתֵּ֛ן מָנָ֥ה אַחַ֖ת אַפָּ֑יִם כִּ֤י אֶת־חַנָּה֙ אָהֵ֔ב וַֽיהוָ֖ה סָגַ֥ר רַחְמָֽהּ׃
6 וְכִֽעֲסַ֤תָּה צָֽרָתָהּ֙ גַּם־כַּ֔עַס בַּעֲב֖וּר הַרְּעִמָ֑הּ כִּֽי־סָגַ֥ר יְהוָ֖ה בְּעַ֥ד רַחְמָֽהּ׃
7 וְכֵ֨ן יַעֲשֶׂ֜ה שָׁנָ֣ה בְשָׁנָ֗ה מִדֵּ֤י עֲלֹתָהּ֙ בְּבֵ֣ית יְהוָ֔ה כֵּ֖ן תַּכְעִסֶ֑נָּה וַתִּבְכֶּ֖ה וְלֹ֥א תֹאכַֽל׃
8 וַיֹּ֨אמֶר לָ֜הּ אֶלְקָנָ֣ה אִישָׁ֗הּ חַנָּה֙ לָ֣מֶה תִבְכִּ֗י וְלָ֙מֶה֙ לֹ֣א תֹֽאכְלִ֔י וְלָ֖מֶה יֵרַ֣ע לְבָבֵ֑ךְ הֲל֤וֹא אָֽנֹכִי֙ ט֣וֹב לָ֔ךְ מֵעֲשָׂרָ֖ה בָּנִֽים׃
9 וַתָּ֣קָם חַנָּ֔ה אַחֲרֵ֛י אָכְלָ֥ה בְשִׁלֹ֖ה וְאַחֲרֵ֣י שָׁתֹ֑ה וְעֵלִ֣י הַכֹּהֵ֗ן יֹשֵׁב֙ עַל־הַכִּסֵּ֔א עַל־מְזוּזַ֖ת הֵיכַ֥ל יְהוָֽה׃
10 וְהִ֖יא מָ֣רַת נָ֑פֶשׁ וַתִּתְפַּלֵּ֥ל עַל־יְהוָ֖ה וּבָכֹ֥ה תִבְכֶּֽה׃
11 וַתִּדֹּ֨ר נֶ֜דֶר וַתֹּאמַ֗ר יְהוָ֨ה צְבָא֜וֹת אִם־רָאֹ֥ה תִרְאֶ֣ה׀ בָּעֳנִ֣י אֲמָתֶ֗ךָ וּזְכַרְתַּ֙נִי֙ וְלֹֽא־תִשְׁכַּ֣ח אֶת־אֲמָתֶ֔ךָ וְנָתַתָּ֥ה לַאֲמָתְךָ֖ זֶ֣רַע אֲנָשִׁ֑ים וּנְתַתִּ֤יו לַֽיהוָה֙ כָּל־יְמֵ֣י חַיָּ֔יו וּמוֹרָ֖ה לֹא־יַעֲלֶ֥ה עַל־רֹאשֽׁוֹ׃
12 וְהָיָה֙ כִּ֣י הִרְבְּתָ֔ה לְהִתְפַּלֵּ֖ל לִפְנֵ֣י יְהוָ֑ה וְעֵלִ֖י שֹׁמֵ֥ר אֶת־פִּֽיהָ׃
13 וְחַנָּ֗ה הִ֚יא מְדַבֶּ֣רֶת עַל־לִבָּ֔הּ רַ֚ק שְׂפָתֶ֣יהָ נָּע֔וֹת וְקוֹלָ֖הּ לֹ֣א יִשָּׁמֵ֑עַ וַיַּחְשְׁבֶ֥הָ עֵלִ֖י לְשִׁכֹּרָֽה׃
14 וַיֹּ֤אמֶר אֵלֶ֙יהָ֙ עֵלִ֔י עַד־מָתַ֖י תִּשְׁתַּכָּרִ֑ין הָסִ֥ירִי אֶת־יֵינֵ֖ךְ מֵעָלָֽיִךְ׃
15 וַתַּ֨עַן חַנָּ֤ה וַתֹּ֙אמֶר֙ לֹ֣א אֲדֹנִ֔י אִשָּׁ֤ה קְשַׁת־ר֙וּחַ֙ אָנֹ֔כִי וְיַ֥יִן וְשֵׁכָ֖ר לֹ֣א שָׁתִ֑יתִי וָאֶשְׁפֹּ֥ךְ אֶת־נַפְשִׁ֖י לִפְנֵ֥י יְהוָֽה׃
16 אַל־תִּתֵּן֙ אֶת־אֲמָ֣תְךָ֔ לִפְנֵ֖י בַּת־בְּלִיָּ֑עַל כִּֽי־מֵרֹ֥ב שִׂיחִ֛י וְכַעְסִ֖י דִּבַּ֥רְתִּי עַד־הֵֽנָּה׃
17 וַיַּ֧עַן עֵלִ֛י וַיֹּ֖אמֶר לְכִ֣י לְשָׁל֑וֹם וֵאלֹהֵ֣י יִשְׂרָאֵ֗ל יִתֵּן֙ אֶת־שֵׁ֣לָתֵ֔ךְ אֲשֶׁ֥ר שָׁאַ֖לְתְּ מֵעִמּֽוֹ׃
18 וַתֹּ֕אמֶר תִּמְצָ֧א שִׁפְחָתְךָ֛ חֵ֖ן בְּעֵינֶ֑יךָ וַתֵּ֨לֶךְ הָאִשָּׁ֤ה לְדַרְכָּהּ֙ וַתֹּאכַ֔ל וּפָנֶ֥יהָ לֹא־הָיוּ־לָ֖הּ עֽוֹד׃
19 וַיַּשְׁכִּ֣מוּ בַבֹּ֗קֶר וַיִּֽשְׁתַּחֲווּ֙ לִפְנֵ֣י יְהוָ֔ה וַיָּשֻׁ֛בוּ וַיָּבֹ֥אוּ אֶל־בֵּיתָ֖ם הָרָמָ֑תָה וַיֵּ֤דַע אֶלְקָנָה֙ אֶת־חַנָּ֣ה אִשְׁתּ֔וֹ וַֽיִּזְכְּרֶ֖הָ יְהוָֽה׃
20 וַיְהִי֙ לִתְקֻפ֣וֹת הַיָּמִ֔ים וַתַּ֥הַר חַנָּ֖ה וַתֵּ֣לֶד בֵּ֑ן וַתִּקְרָ֤א אֶת־שְׁמוֹ֙ שְׁמוּאֵ֔ל כִּ֥י מֵיְהוָ֖ה שְׁאִלְתִּֽיו׃
21 וַיַּ֛עַל הָאִ֥ישׁ אֶלְקָנָ֖ה וְכָל־בֵּית֑וֹ לִזְבֹּ֧חַ לַֽיהוָ֛ה אֶת־זֶ֥בַח הַיָּמִ֖ים וְאֶת־נִדְרֽוֹ׃
22 וְחַנָּ֖ה לֹ֣א עָלָ֑תָה כִּֽי־אָמְרָ֣ה לְאִישָׁ֗הּ עַ֣ד יִגָּמֵ֤ל הַנַּ֙עַר֙ וַהֲבִאֹתִ֗יו וְנִרְאָה֙ אֶת־פְּנֵ֣י יְהוָ֔ה וְיָ֥שַׁב שָׁ֖ם עַד־עוֹלָֽם׃
23 וַיֹּ֣אמֶר לָ֞הּ אֶלְקָנָ֣ה אִישָׁ֗הּ עֲשִׂ֤י הַטּוֹב֙ בְּעֵינַ֔יִךְ שְׁבִ֖י עַד־גָּמְלֵ֣ךְ אֹת֑וֹ אַ֛ךְ יָקֵ֥ם יְהוָ֖ה אֶת־דְּבָר֑וֹ וַתֵּ֤שֶׁב הָֽאִשָּׁה֙ וַתֵּ֣ינֶק אֶת־בְּנָ֔הּ עַד־גָּמְלָ֖הּ אֹתֽוֹ׃
24 וַתַּעֲלֵ֨הוּ עִמָּ֜הּ כַּאֲשֶׁ֣ר גְּמָלַ֗תּוּ בְּפָרִ֤ים שְׁלֹשָׁה֙ וְאֵיפָ֨ה אַחַ֥ת קֶ֙מַח֙ וְנֵ֣בֶל יַ֔יִן וַתְּבִאֵ֥הוּ בֵית־יְהוָ֖ה שִׁל֑וֹ וְהַנַּ֖עַר נָֽעַר׃
25 וַֽיִּשְׁחֲט֖וּ אֶת־הַפָּ֑ר וַיָּבִ֥יאוּ אֶת־הַנַּ֖עַר אֶל־עֵלִֽי׃
26 וַתֹּ֙אמֶר֙ בִּ֣י אֲדֹנִ֔י חֵ֥י נַפְשְׁךָ֖ אֲדֹנִ֑י אֲנִ֣י הָאִשָּׁ֗ה הַנִּצֶּ֤בֶת עִמְּכָה֙ בָּזֶ֔ה לְהִתְפַּלֵּ֖ל אֶל־יְהוָֽה׃
27 אֶל־הַנַּ֥עַר הַזֶּ֖ה הִתְפַּלָּ֑לְתִּי וַיִּתֵּ֨ן יְהוָ֥ה לִי֙ אֶת־שְׁאֵ֣לָתִ֔י אֲשֶׁ֥ר שָׁאַ֖לְתִּי מֵעִמּֽוֹ׃
28 וְגַ֣ם אָנֹכִ֗י הִשְׁאִלְתִּ֙הוּ֙ לַֽיהוָ֔ה כָּל־הַיָּמִים֙ אֲשֶׁ֣ר הָיָ֔ה ה֥וּא שָׁא֖וּל לַיהוָ֑ה וַיִּשְׁתַּ֥חוּ שָׁ֖ם לַיהוָֽה׃
Capítulo 2
Cántico de Ana
LBLA
1 Entonces Ana oró y dijo: Mi corazón se regocija en el SEÑOR, mi fortaleza es exaltada en el SEÑOR, mi boca habla con osadía contra mis enemigos, por cuanto me regocijo en tu salvación.
2 No hay santo como el SEÑOR; en verdad, no hay otro fuera de ti, ni hay roca como nuestro Dios.
3 No os jactéis más con tanto orgullo, no salga la arrogancia de vuestra boca; porque el SEÑOR es Dios de sabiduría, y por El son pesadas las acciones.
4 Los arcos de los fuertes son quebrados, pero los débiles se ciñen de poder.
5 Los que estaban saciados se alquilan por pan, y dejan de tener hambre los que estaban hambrientos. Aun la estéril da a luz a siete, pero la que tiene muchos hijos languidece.
6 El SEÑOR hace morir y hace vivir; hace descender al Seol y hace subir.
7 El SEÑOR empobrece y enriquece; humilla y también exalta.
8 Levanta del polvo al pobre, del muladar levanta al necesitado para hacerlos sentar con los príncipes, y heredar un sitio de honor; pues las columnas de la tierra son del SEÑOR, y sobre ellas ha colocado el mundo.
9 El guarda los pies de sus santos, pero los malvados son acallados en tinieblas; porque no por la fuerza ha de prevalecer el hombre.
10 Los que contienden con el SEÑOR serán quebrantados, contra ellos tronará en los cielos. El SEÑOR juzgará los confines de la tierra, a su rey dará fortaleza, y ensalzará el poder de su ungido.
11 Entonces Elcana se fue a su casa en Ramá, pero el niño se quedó ministrando al SEÑOR delante del sacerdote Elí.
12 Los hijos de Elí eran hombres indignos; no conocían al SEÑOR
13 ni la costumbre de los sacerdotes con el pueblo. Cuando algún hombre ofrecía sacrificio, el criado del sacerdote venía con un tenedor de tres dientes en su mano mientras se cocía la carne,
14 y lo metía en la olla, en el caldero, en la cazuela o en la cacerola; todo lo que el tenedor sacaba, el sacerdote lo tomaba para sí. Así hacían en Silo a todos los israelitas que iban allí.
15 Además, antes de quemar la grosura, el criado del sacerdote venía y decía al hombre que ofrecía el sacrificio: Da al sacerdote carne para asar, pues no aceptará de ti carne cocida, sino solamente cruda.
16 Y si el hombre le decía: Ciertamente, primero debe quemarse la grosura, y después tomarás todo lo que desees, él respondía: No, me la darás ahora; y si no, la tomaré por la fuerza.
17 Y el pecado de los jóvenes era muy grande delante del SEÑOR, porque los hombres menospreciaban la ofrenda del SEÑOR.
18 Samuel ministraba delante del SEÑOR, como muchacho, vestido con un efod de lino.
19 Su madre le hacía una túnica pequeña y se la traía cada año cuando subía con su marido para ofrecer el sacrificio anual.
20 Entonces Elí bendecía a Elcana y a su mujer, y decía: Que el SEÑOR te dé hijos de esta mujer en lugar del que ella dedicó al SEÑOR. Y regresaban a su casa.
21 Y el SEÑOR visitó a Ana, y ella concibió y dio a luz tres hijos y dos hijas. Y el niño Samuel crecía delante del SEÑOR.
22 Elí era ya muy anciano; y oyó todo lo que sus hijos hacían a todo Israel, y cómo se acostaban con las mujeres que servían a la entrada de la tienda de reunión.
23 Y les dijo: ¿Por qué hacéis cosas como estas, cosas malas de las que oigo de todo este pueblo?
24 No, hijos míos, porque no es bueno el informe que oigo circular entre el pueblo del SEÑOR.
25 Si un hombre peca contra otro, Dios mediará por él; pero si un hombre peca contra el SEÑOR, ¿quién intercederá por él? Pero ellos no escucharon la voz de su padre, porque el SEÑOR quería hacerlos morir.
26 Y el muchacho Samuel crecía en estatura y en gracia para con el SEÑOR y para con los hombres.
27 Entonces un hombre de Dios vino a Elí y le dijo: Así dice el SEÑOR: ¿No me revelé ciertamente a la casa de tu padre cuando ellos estaban en Egipto, en la casa de Faraón?
28 ¿No escogí a la casa de tu padre de entre todas las tribus de Israel para ser mi sacerdote, para subir a mi altar, para quemar incienso, para llevar un efod delante de mí? ¿No di a la casa de tu padre todas las ofrendas encendidas de los hijos de Israel?
29 ¿Por qué pisoteáis mi sacrificio y mi ofrenda que he ordenado en mi morada, y honras a tus hijos más que a mí, engordándoos con lo mejor de todas las ofrendas de mi pueblo Israel?
30 Por tanto, el SEÑOR, Dios de Israel, declara: Ciertamente yo había dicho que tu casa y la casa de tu padre andarían delante de mí para siempre; pero ahora el SEÑOR declara: Lejos esté esto de mí, porque yo honraré a los que me honran, y los que me menosprecian serán tenidos en poco.
31 He aquí, vienen días cuando cortaré tu brazo y el brazo de la casa de tu padre, para que no haya anciano en tu casa.
32 Y verás la angustia de mi morada, a pesar de todo el bien que hago a Israel; y nunca habrá anciano en tu casa.
33 No obstante, no cortaré de mi altar a todos tus hombres para que tus ojos no desfallezcan ni tu alma se angustie; pero toda la descendencia de tu casa morirá en la flor de la edad.
34 Y esta será la señal para ti, que ha de venir sobre tus dos hijos, Ofni y Finees: en el mismo día morirán los dos.
35 Pero yo levantaré para mí un sacerdote fiel que hará conforme a lo que está en mi corazón y en mi alma; y le edificaré una casa duradera, y él andará siempre delante de mi ungido.
36 Y sucederá que todo el que quede en tu casa vendrá a inclinarse ante él por una moneda de plata y una torta de pan, y dirá: Te ruego que me asignes a uno de los oficios sacerdotales para que pueda comer un pedazo de pan.
WLC
1 וַתִּתְפַּלֵּ֤ל חַנָּה֙ וַתֹּאמַ֔ר עָלַ֤ץ לִבִּי֙ בַּֽיהוָ֔ה רָ֥מָה קַרְנִ֖י בַּֽיהוָ֑ה רָ֤חַב פִּי֙ עַל־א֣וֹיְבַ֔י כִּ֥י שָׂמַ֖חְתִּי בִּישׁוּעָתֶֽךָ׃
2 אֵין־קָד֥וֹשׁ כַּיהוָ֖ה כִּ֣י אֵ֣ין בִּלְתֶּ֑ךָ וְאֵ֥ין צ֖וּר כֵּאלֹהֵֽינוּ׃
3 אַל־תַּרְבּ֤וּ תְדַבְּרוּ֙ גְּבֹהָ֣ה גְבֹהָ֔ה יֵצֵ֥א עָתָ֖ק מִפִּיכֶ֑ם כִּ֣י אֵ֤ל דֵּעוֹת֙ יְהוָ֔ה ולא נִתְכְּנ֖וּ עֲלִלֽוֹת׃
4 קֶ֥שֶׁת גִּבֹּרִ֖ים חַתִּ֑ים וְנִכְשָׁלִ֖ים אָ֥זְרוּ חָֽיִל׃
5 שְׂבֵעִ֤ים בַּלֶּ֙חֶם֙ נִשְׂכָּ֔רוּ וּרְעֵבִ֖ים חָדֵ֑לּוּ עַד־עֲקָרָה֙ יָלְדָ֣ה שִׁבְעָ֔ה וְרַבַּ֥ת בָּנִ֖ים אֻמְלָֽלָה׃
6 יְהוָ֖ה מֵמִ֣ית וּמְחַיֶּ֑ה מוֹרִ֥יד שְׁא֖וֹל וַיָּֽעַל׃
7 יְהוָ֖ה מוֹרִ֣ישׁ וּמַעֲשִׁ֑יר מַשְׁפִּ֖יל אַף־מְרוֹמֵֽם׃
8 מֵקִ֨ים מֵעָפָ֜ר דָּ֗ל מֵֽאַשְׁפֹּת֙ יָרִ֣ים אֶבְי֔וֹן לְהוֹשִׁיב֙ עִם־נְדִיבִ֔ים וְכִסֵּ֥א כָב֖וֹד יַנְחִלֵ֑ם כִּ֤י לַֽיהוָה֙ מְצֻ֣קֵי אֶ֔רֶץ וַיָּ֥שֶׁת עֲלֵיהֶ֖ם תֵּבֵֽל׃
9 רַגְלֵ֤י חֲסִידָו֙ יִשְׁמֹ֔ר וּרְשָׁעִ֖ים בַּחֹ֣שֶׁךְ יִדָּ֑מּוּ כִּֽי־לֹ֥א בְכֹ֖חַ יִגְבַּר־אִֽישׁ׃
10 יְהוָ֞ה יֵחַ֣תּוּ מְרִיבָ֗ו עָלָו֙ בַּשָּׁמַ֣יִם יַרְעֵ֔ם יְהוָ֖ה יָדִ֣ין אַפְסֵי־אָ֑רֶץ וְיִתֶּן־עֹ֣ז לְמַלְכּ֔וֹ וְיָרֵ֖ם קֶ֥רֶן מְשִׁיחֽוֹ׃
11 וַיֵּ֧לֶךְ אֶלְקָנָ֛ה הָרָמָ֖תָה עַל־בֵּית֑וֹ וְהַנַּ֗עַר הָיָ֤ה מְשָׁרֵת֙ אֶת־יְהוָ֔ה אֶת־פְּנֵ֖י עֵלִ֥י הַכֹּהֵֽן׃
12 וּבְנֵ֥י עֵלִ֖י בְּנֵ֣י בְלִיָּ֑עַל לֹ֥א יָדְע֖וּ אֶת־יְהוָֽה׃
13 וּמִשְׁפַּ֥ט הַכֹּהֲנִ֖ים אֶת־הָעָ֑ם כָּל־אִישׁ֩ זֹבֵ֨חַ זֶ֜בַח וּבָ֨א נַ֤עַר הַכֹּהֵן֙ כְּבַשֵּׁ֣ל הַבָּשָׂ֔ר וְהַמַּזְלֵ֛ג שְׁלֹשׁ־הַשִּׁנַּ֖יִם בְּיָדֽוֹ׃
14 וְהִכָּ֣ה בַכִּיּ֗וֹר א֤וֹ בַדּוּד֙ א֣וֹ בַקַּלַּ֔חַת א֖וֹ בַפָּר֑וּר כֹּ֗ל אֲשֶׁ֨ר יַעֲלֶ֤ה הַמַּזְלֵג֙ יִקַּ֣ח הַכֹּהֵ֔ן בּ֕וֹ כָּ֚כָה יַעֲשׂ֣וּ לְכָל־יִשְׂרָאֵ֔ל הַבָּאִ֥ים שָׁ֖ם בְּשִׁלֹֽה׃
15 גַּם֮ בְּטֶ֣רֶם יַקְטִר֣וּן אֶת־הַחֵלֶב֒ וּבָ֣א׀ נַ֣עַר הַכֹּהֵ֗ן וְאָמַ֤ר לָאִישׁ֙ הַזֹּבֵ֔חַ תְּנָ֣ה בָשָׂ֔ר לִצְל֖וֹת לַכֹּהֵ֑ן וְלֹֽא־יִקַּ֧ח מִמְּךָ֛ בָּשָׂ֥ר מְבֻשָּׁ֖ל כִּ֥י אִם־חָֽי׃
16 וַיֹּ֨אמֶר אֵלָ֜יו הָאִ֗ישׁ קַטֵּ֨ר יַקְטִיר֤וּן כַּיּוֹם֙ הַחֵ֔לֶב וְקַ֨ח־לְךָ֔ כַּאֲשֶׁ֥ר תְּאַוֶּ֖ה נַפְשֶׁ֑ךָ וְאָמַ֥ר׀ לוֹ֙ כִּ֣י עַתָּ֣ה תִתֵּ֔ן וְאִם־לֹ֖א לָקַ֥חְתִּי בְחָזְקָֽה׃
17 וַתְּהִ֧י חַטַּ֛את הַנְּעָרִ֖ים גְּדוֹלָ֣ה מְאֹ֑ד אֶת־פְּנֵ֣י יְהוָ֔ה כִּ֤י נִֽאֲצ֣וּ הָאֲנָשִׁ֔ים אֵ֖ת מִנְחַ֥ת יְהוָֽה׃
18 וּשְׁמוּאֵ֗ל מְשָׁרֵת֙ אֶת־פְּנֵ֣י יְהוָ֔ה נַ֕עַר חָג֖וּר אֵפ֥וֹד בָּֽד׃
19 וּמְעִ֨יל קָטֹ֜ן תַּעֲשֶׂה־לּ֣וֹ אִמּ֗וֹ וְהַעַלְתָ֤ה לוֹ֙ מִיָּמִ֣ים׀ יָמִ֔ימָה בַּעֲלוֹתָ֖הּ אֶת־אִישָׁ֑הּ לִזְבֹּ֖חַ אֶת־זֶ֥בַח הַיָּמִֽים׃
20 וּבֵרַךְ֩ עֵלִ֨י אֶת־אֶלְקָנָ֜ה וְאֶת־אִשְׁתּ֗וֹ וְאָמַר֙ יָשֵׂם֩ יְהוָ֨ה לְךָ֥ זֶ֙רַע֙ מִן־הָאִשָּׁ֣ה הַזֹּ֔את תַּ֚חַת הַשְּׁאֵלָ֔ה אֲשֶׁ֥ר שָׁאַ֖ל לַיהוָ֑ה וְהָלְכ֖וּ לִמְקֹמֽוֹ׃
21 כִּֽי־פָקַ֤ד יְהוָה֙ אֶת־חַנָּ֔ה וַתַּ֛הַר וַתֵּ֥לֶד שְׁלֹֽשָׁה־בָנִ֖ים וּשְׁתֵּ֣י בָנ֑וֹת וַיִּגְדַּ֛ל הַנַּ֥עַר שְׁמוּאֵ֖ל עִם־יְהוָֽה׃
22 וְעֵלִ֖י זָקֵ֣ן מְאֹ֑ד וְשָׁמַ֗ע אֵת֩ כָּל־אֲשֶׁ֨ר יַעֲשׂ֤וּן בָּנָיו֙ לְכָל־יִשְׂרָאֵ֔ל וְאֵ֨ת אֲשֶׁר־יִשְׁכְּב֔וּן אֶֽת־הַנָּשִׁ֔ים הַצֹּ֣בְא֔וֹת פֶּ֖תַח אֹ֥הֶל מוֹעֵֽד׃
23 וַיֹּ֣אמֶר לָהֶ֔ם לָ֥מָּה תַעֲשׂ֖וּן כַּדְּבָרִ֣ים הָאֵ֑לֶּה אֲשֶׁ֨ר אָנֹכִ֤י שֹׁמֵ֙עַ֙ אֶת־דִּבְרֵיכֶ֣ם רָעִ֔ים מֵאֵ֖ת כָּל־הָעָ֥ם אֵֽלֶּה׃
24 אַ֕ל בָּנָ֑י כִּ֣י לֽוֹא־טוֹבָ֤ה הַשְּׁמֻעָה֙ אֲשֶׁ֣ר אָנֹכִ֣י שֹׁמֵ֔עַ מַעֲבִרִ֖ים עַם־יְהוָֽה׃
25 אִם־יֶחֱטָ֨א אִ֜ישׁ לְאִ֗ישׁ וּפִֽלְל֣וֹ אֱלֹהִ֔ים וְאִם֙ לַֽיהוָ֣ה יֶֽחֱטָא־אִ֔ישׁ מִ֥י יִתְפַּלֶּל־ל֑וֹ וְלֹ֤א יִשְׁמְעוּ֙ לְק֣וֹל אֲבִיהֶ֔ם כִּֽי־חָפֵ֥ץ יְהוָ֖ה לַהֲמִיתָֽם׃
26 וְהַנַּ֣עַר שְׁמוּאֵ֔ל הֹלֵ֥ךְ וְגָדֵ֖ל וָט֑וֹב גַּ֚ם עִם־יְהוָ֔ה וְגַ֖ם עִם־אֲנָשִֽׁים׃
27 וַיָּבֹ֥א אִישׁ־אֱלֹהִ֖ים אֶל־עֵלִ֑י וַיֹּ֣אמֶר אֵלָ֗יו כֹּ֚ה אָמַ֣ר יְהוָ֔ה הֲנִגְלֹ֤ה נִגְלֵ֙יתִי֙ אֶל־בֵּ֣ית אָבִ֔יךָ בִּֽהְיוֹתָ֥ם בְּמִצְרַ֖יִם לְבֵ֥ית פַּרְעֹֽה׃
28 וּבָחֹ֣ר אֹת֡וֹ מִכָּל־שִׁבְטֵ֨י יִשְׂרָאֵ֜ל לִ֗י לְכֹהֵן֙ לַעֲל֣וֹת עַֽל־מִזְבְּחִ֔י לְהַקְטִ֥יר קְטֹ֖רֶת לָשֵׂ֣את אֵפ֑וֹד לְפָנָ֔י וָאֶתְּנָה֙ לְבֵ֣ית אָבִ֔יךָ אֶת־כָּל־אִשֵּׁ֖י בְּנֵ֥י יִשְׂרָאֵֽל׃
29 לָ֧מָּה תִבְעֲט֛וּ בְּזִבְחִ֥י וּבְמִנְחָתִ֖י אֲשֶׁ֣ר צִוִּ֣יתִי מָע֑וֹן וַתְּכַבֵּ֤ד אֶת־בָּנֶ֙יךָ֙ מִמֶּ֔נִּי לְהַבְרִֽיאֲכֶ֗ם מֵרֵאשִׁ֛ית כָּל־מִנְחַ֥ת יִשְׂרָאֵ֖ל לְעַמִּֽי׃
30 לָכֵ֗ן נְאֻם־יְהוָה֮ אֱלֹהֵ֣י יִשְׂרָאֵל֒ אָמ֣וֹר אָמַ֔רְתִּי בֵּֽיתְךָ֙ וּבֵ֣ית אָבִ֔יךָ יִתְהַלְּכ֥וּ לְפָנַ֖י עַד־עוֹלָ֑ם וְעַתָּ֤ה נְאֻם־יְהוָה֙ חָלִ֣ילָה לִּ֔י כִּֽי־מְכַבְּדַ֥י אֲכַבֵּ֖ד וּבֹזַ֥י יֵקָֽלּוּ׃
31 הִנֵּה֙ יָמִ֣ים בָּאִ֔ים וְגָֽדַעְתִּי֙ אֶת־זְרֹ֣עֲךָ֔ וְאֶת־זְרֹ֖עַ בֵּ֣ית אָבִ֑יךָ מִֽהְי֥וֹת זָקֵ֖ן בְּבֵיתֶֽךָ׃
32 וְהִבַּטְתָּ֙ צַ֣ר מָע֔וֹן בְּכֹ֥ל אֲשֶׁר־יֵיטִ֖יב אֶת־יִשְׂרָאֵ֑ל וְלֹֽא־יִהְיֶ֥ה זָקֵ֛ן בְּבֵיתְךָ֖ כָּל־הַיָּמִֽים׃
33 וְאִ֗ישׁ לֹֽא־אַכְרִ֤ית לְךָ֙ מֵעִ֣ם מִזְבְּחִ֔י לְכַלּ֥וֹת אֶת־עֵינֶ֖יךָ וְלַאֲדִ֣יב אֶת־נַפְשֶׁ֑ךָ וְכָל־מַרְבִּ֥ית בֵּיתְךָ֖ יָמ֥וּתוּ אֲנָשִֽׁים׃
34 וְזֶה־לְּךָ֣ הָא֗וֹת אֲשֶׁ֤ר יָבֹא֙ אֶל־שְׁנֵ֣י בָנֶ֔יךָ אֶל־חָפְנִ֖י וּפִֽינְחָ֑ס בְּי֥וֹם אֶחָ֖ד יָמ֥וּתוּ שְׁנֵיהֶֽם׃
35 וַהֲקִימֹתִ֥י לִ֛י כֹּהֵ֥ן נֶאֱמָ֖ן כַּאֲשֶׁ֣ר בִּלְבָבִ֣י וּבְנַפְשִׁ֑י יַעֲשֶׂ֔ה וּבָנִ֥יתִי ל֛וֹ בַּ֥יִת נֶאֱמָ֖ן וְהִתְהַלֵּ֥ךְ לִפְנֵֽי־מְשִׁיחִ֖י כָּל־הַיָּמִֽים׃
36 וְהָיָ֗ה כָּל־הַנּוֹתָר֙ בְּבֵ֣יתְךָ֔ יָב֕וֹא לְהִשְׁתַּחֲוֺ֥ת ל֖וֹ לַאֲג֣וֹרַת כֶּ֑סֶף וְכִכַּר־לֶ֔חֶם וְאָמַר֙ סְפָחֵ֣נִי נָ֗א אֶל־אַחַ֛ת הַכְּהֻנּ֖וֹת לֶאֱכֹ֥ל פַּת־לָֽחֶם׃
Capítulo 3
El llamado de Samuel
LBLA
1 Y el joven Samuel servía al SEÑOR en presencia de Elí. La palabra del SEÑOR escaseaba en aquellos días, las visiones no eran frecuentes.
2 Y aconteció un día, cuando Elí estaba acostado en su aposento (sus ojos habían comenzado a oscurecerse y no podía ver bien),
3 que la lámpara de Dios aún no se había apagado, y Samuel estaba acostado en el templo del SEÑOR donde estaba el arca de Dios,
4 y el SEÑOR llamó a Samuel, y él respondió: Aquí estoy.
5 Entonces corrió a Elí y le dijo: Aquí estoy, pues me llamaste. Y Elí le respondió: Yo no he llamado, vuelve a acostarte. Y él fue y se acostó.
6 Y el SEÑOR volvió a llamar: ¡Samuel! Y Samuel se levantó, fue a Elí y dijo: Aquí estoy, pues me llamaste. Pero él respondió: Yo no he llamado, hijo mío, vuelve a acostarte.
7 Y Samuel no conocía aún al SEÑOR, ni se le había revelado aún la palabra del SEÑOR.
8 El SEÑOR volvió a llamar a Samuel por tercera vez. Y él se levantó, fue a Elí y dijo: Aquí estoy, pues me llamaste. Entonces Elí comprendió que el SEÑOR estaba llamando al muchacho.
9 Y Elí dijo a Samuel: Ve y acuéstate, y si Él te llama, dirás: "Habla, SEÑOR, que tu siervo escucha." Y Samuel fue y se acostó en su aposento.
10 Entonces vino el SEÑOR y se detuvo, y llamó como en las otras ocasiones: ¡Samuel, Samuel! Y Samuel respondió: Habla, que tu siervo escucha.
11 Y el SEÑOR dijo a Samuel: He aquí, voy a hacer algo en Israel que hará retiñir los oídos de todo el que lo oiga.
12 Aquel día cumpliré contra Elí todo lo que he dicho acerca de su casa, desde el principio hasta el fin.
13 Y le he declarado que voy a juzgar su casa para siempre, por la iniquidad que él conocía, porque sus hijos se han envilecido y él no los ha reprendido.
14 Por tanto, he jurado a la casa de Elí que la iniquidad de la casa de Elí no será expiada jamás, ni con sacrificios ni con ofrendas.
15 Samuel estuvo acostado hasta la mañana, y entonces abrió las puertas de la casa del SEÑOR. Pero Samuel temía contar la visión a Elí.
16 Entonces Elí llamó a Samuel y le dijo: Hijo mío, Samuel. Y él respondió: Heme aquí.
17 Y Elí dijo: ¿Qué es la palabra que el SEÑOR te habló? Te ruego que no me la ocultes. Así te haga Dios y aun te añada, si me ocultas algo de todo lo que Él te dijo.
18 Samuel entonces le contó todo, sin ocultarle nada. Y Elí dijo: Él es el SEÑOR; que haga lo que bien le parezca.
19 Y Samuel creció, y el SEÑOR estaba con él y no dejó sin cumplir ninguna de sus palabras.
20 Y todo Israel, desde Dan hasta Beerseba, supo que Samuel había sido confirmado como profeta del SEÑOR.
21 Y el SEÑOR volvió a aparecer en Silo, porque el SEÑOR se revelaba a Samuel en Silo por la palabra del SEÑOR.
WLC
1 וְהַנַּ֣עַר שְׁמוּאֵ֗ל מְשָׁרֵ֛ת אֶת־יְהוָ֖ה לִפְנֵ֣י עֵלִ֑י וּדְבַר־יְהוָ֗ה הָיָ֥ה יָקָ֛ר בַּיָּמִ֥ים הָהֵ֖ם אֵ֥ין חָז֖וֹן נִפְרָֽץ׃
2 וַיְהִ֣י׀ בַּיּ֣וֹם הַה֗וּא וְעֵלִ֤י שֹׁכֵב֙ בִּמְקֹמ֔וֹ ועינו הֵחֵ֣לּוּ כֵה֔וֹת לֹ֥א יוּכַ֖ל לִרְאֽוֹת׃
3 וְנֵ֤ר אֱלֹהִים֙ טֶ֣רֶם יִכְבֶּ֔ה וּשְׁמוּאֵ֖ל שֹׁכֵ֑ב בְּהֵיכַ֣ל יְהוָ֔ה אֲשֶׁר־שָׁ֖ם אֲר֥וֹן אֱלֹהִֽים׃
4 וַיִּקְרָ֧א יְהוָ֛ה אֶל־שְׁמוּאֵ֖ל וַיֹּ֥אמֶר הִנֵּֽנִי׃
5 וַיָּ֤רָץ אֶל־עֵלִי֙ וַיֹּ֣אמֶר הִנְנִ֔י כִּֽי־קָרָ֖אתָ לִּ֑י וַיֹּ֧אמֶר לֹֽא־קָרָ֛אתִי שׁ֖וּב שְׁכָ֑ב וַיֵּ֖לֶךְ וַיִּשְׁכָּֽב׃
6 וַיֹּ֣סֶף יְהוָה֮ קְרֹ֣א עוֹד֮ שְׁמוּאֵל֒ וַיָּ֣קָם שְׁמוּאֵ֗ל וַיֵּ֤לֶךְ אֶל־עֵלִי֙ וַיֹּ֣אמֶר הִנְנִ֔י כִּ֥י קָרָ֖אתָ לִ֑י וַיֹּ֙אמֶר֙ לֹֽא־קָרָ֣אתִי בְנִ֔י שׁ֖וּב שְׁכָֽב׃
7 וּשְׁמוּאֵ֕ל טֶ֖רֶם יָדַ֣ע אֶת־יְהוָ֑ה וְטֶ֤רֶם יִגָּלֶ֣ה אֵלָ֔יו דְּבַר־יְהוָֽה׃
8 וַיֹּ֨סֶף יְהוָ֥ה קְרֹֽא־שְׁמוּאֵל֮ בַּשְּׁלִשִׁית֒ וַיָּ֗קָם וַיֵּ֤לֶךְ אֶל־עֵלִי֙ וַיֹּ֣אמֶר הִנְנִ֔י כִּ֥י קָרָ֖אתָ לִ֑י וַיָּ֣בֶן עֵלִ֔י כִּ֥י יְהוָ֖ה קֹרֵ֥א לַנָּֽעַר׃
9 וַיֹּ֨אמֶר עֵלִ֜י לִשְׁמוּאֵ֗ל לֵ֣ךְ שְׁכָב֒ וְהָיָ֗ה אִם־יִקְרָ֣א אֵלֶ֔יךָ וְאָֽמַרְתָּ֙ דַּבֵּ֣ר יְהוָ֔ה כִּ֥י שֹׁמֵ֖עַ עַבְדֶּ֑ךָ וַיֵּ֣לֶךְ שְׁמוּאֵ֔ל וַיִּשְׁכַּ֖ב בִּמְקוֹמֽוֹ׃
10 וַיָּבֹ֤א יְהוָה֙ וַיִּתְיַצַּ֔ב וַיִּקְרָ֥א כְפַֽעַם־בְּפַ֖עַם שְׁמוּאֵ֣ל׀ שְׁמוּאֵ֑ל וַיֹּ֤אמֶר שְׁמוּאֵל֙ דַּבֵּ֔ר כִּ֥י שֹׁמֵ֖עַ עַבְדֶּֽךָ׃
11 וַיֹּ֤אמֶר יְהוָה֙ אֶל־שְׁמוּאֵ֔ל הִנֵּ֧ה אָנֹכִ֛י עֹשֶׂ֥ה דָבָ֖ר בְּיִשְׂרָאֵ֑ל אֲשֶׁר֙ כָּל־שֹׁ֣מְע֔וֹ תְּצִלֶּ֖ינָה שְׁתֵּ֥י אָזְנָֽיו׃
12 בַּיּ֤וֹם הַהוּא֙ אָקִ֣ים אֶל־עֵלִ֔י אֵ֛ת כָּל־אֲשֶׁ֥ר דִּבַּ֖רְתִּי אֶל־בֵּית֑וֹ הֶחִלֹּ֖תִי וְכַלֹּתִֽי׃
13 וְהִגַּ֣דְתִּי ל֔וֹ כִּֽי־שֹׁפֵ֥ט אֲנִ֛י אֶת־בֵּית֖וֹ עַד־עוֹלָ֑ם בַּעֲוֹ֣ן אֲשֶׁר־יָדַ֗ע כִּֽי־מְקַֽלְלִ֤ים לָהֶם֙ בָּנָ֔יו וְלֹ֥א כִהָ֖ה בָּֽם׃
14 וְלָכֵ֥ן נִשְׁבַּ֖עְתִּי לְבֵ֣ית עֵלִ֑י אִֽם־יִתְכַּפֵּ֞ר עֲוֹ֧ן בֵּית־עֵלִ֛י בְּזֶ֥בַח וּבְמִנְחָ֖ה עַד־עוֹלָֽם׃
15 וַיִּשְׁכַּ֤ב שְׁמוּאֵל֙ עַד־הַבֹּ֔קֶר וַיִּפְתַּ֖ח אֶת־דַּלְת֣וֹת בֵּית־יְהוָ֑ה וּשְׁמוּאֵ֣ל יָרֵ֔א מֵהַגִּ֥יד אֶת־הַמַּרְאָ֖ה אֶל־עֵלִֽי׃
16 וַיִּקְרָ֤א עֵלִי֙ אֶת־שְׁמוּאֵ֔ל וַיֹּ֖אמֶר שְׁמוּאֵ֣ל בְּנִ֑י וַיֹּ֖אמֶר הִנֵּֽנִי׃
17 וַיֹּ֗אמֶר מָ֤ה הַדָּבָר֙ אֲשֶׁ֣ר דִּבֶּ֣ר אֵלֶ֔יךָ אַל־נָ֥א תְכַחֵ֖ד מִמֶּ֑נִּי כֹּ֣ה יַעֲשֶׂה־לְּךָ֤ אֱלֹהִים֙ וְכֹ֣ה יוֹסִ֔יף אִם־תְּכַחֵ֤ד מִמֶּ֙נִּי֙ דָּבָ֔ר מִכָּל־הַדָּבָ֖ר אֲשֶׁר־דִּבֶּ֥ר אֵלֶֽיךָ׃
18 וַיַּגֶּד־ל֤וֹ שְׁמוּאֵל֙ אֶת־כָּל־הַדְּבָרִ֔ים וְלֹ֥א כִחֵ֖ד מִמֶּ֑נּוּ וַיֹּאמַ֕ר יְהוָ֣ה ה֔וּא הַטּ֥וֹב בְּעֵינָ֖יו יַעֲשֶֽׂה׃
19 וַיִּגְדַּ֖ל שְׁמוּאֵ֑ל וַֽיהוָה֙ הָיָ֣ה עִמּ֔וֹ וְלֹֽא־הִפִּ֥יל מִכָּל־דְּבָרָ֖יו אָֽרְצָה׃
20 וַיֵּ֙דַע֙ כָּל־יִשְׂרָאֵ֔ל מִדָּ֖ן וְעַד־בְּאֵ֣ר שָׁ֑בַע כִּ֚י נֶאֱמָ֣ן שְׁמוּאֵ֔ל לְנָבִ֖יא לַיהוָֽה׃
21 וַיֹּ֥סֶף יְהוָ֖ה לְהֵרָאֹ֣ה בְשִׁלֹ֑ה כִּֽי־נִגְלָ֨ה יְהוָ֧ה אֶל־שְׁמוּאֵ֛ל בְּשִׁל֖וֹ בִּדְבַ֥ר יְהוָֽה׃
Capítulo 4
El arca capturada por los filisteos
LBLA
1 Y llegó la palabra de Samuel a todo Israel. E Israel salió para enfrentarse en batalla con los filisteos, y acamparon junto a Ebenezer, mientras que los filisteos acamparon en Afec.
2 Los filisteos se pusieron en orden de batalla contra Israel; y trabada la batalla, Israel fue derrotado delante de los filisteos, quienes mataron como a cuatro mil hombres en el campo de batalla.
3 Cuando el pueblo volvió al campamento, los ancianos de Israel dijeron: ¿Por qué nos ha derrotado hoy el SEÑOR delante de los filisteos? Tomemos con nosotros, de Silo, el arca del pacto del SEÑOR, para que vaya en medio de nosotros y nos libre del poder de nuestros enemigos.
4 Y el pueblo envió a Silo, y trajeron de allí el arca del pacto del SEÑOR de los ejércitos que está sobre los querubines; y los dos hijos de Elí, Ofni y Finees, estaban allí con el arca del pacto de Dios.
5 Y aconteció que cuando el arca del pacto del SEÑOR entró al campamento, todo Israel gritó con voz tan fuerte que la tierra vibró.
6 Al oír los filisteos el ruido del clamor, dijeron: ¿Qué significa el ruido de este gran clamor en el campamento de los hebreos? Entonces comprendieron que el arca del SEÑOR había llegado al campamento.
7 Y los filisteos tuvieron temor, pues dijeron: Dios ha venido al campamento. Y añadieron: ¡Ay de nosotros! Porque nada como esto ha sucedido antes.
8 ¡Ay de nosotros! ¿Quién nos librará de la mano de estos dioses poderosos? Estos son los dioses que hirieron a los egipcios en el desierto con toda clase de plagas.
9 Esforzaos y sed hombres, oh filisteos, para que no seáis esclavos de los hebreos como ellos han sido esclavos vuestros; sed hombres, pues, y pelead.
10 Los filisteos pelearon, Israel fue derrotado y cada cual huyó a su tienda; y la mortandad fue muy grande, pues de Israel cayeron treinta mil soldados de a pie.
11 Y el arca de Dios fue capturada, y murieron los dos hijos de Elí, Ofni y Finees.
12 Y un hombre de Benjamín corrió del campo de batalla y llegó a Silo aquel mismo día, con sus vestidos rotos y tierra sobre su cabeza.
13 Cuando llegó, he aquí que Elí estaba sentado en su silla junto al camino, esperando ansiosamente, porque su corazón temblaba por el arca de Dios. Y cuando el hombre entró en la ciudad para dar la noticia, toda la ciudad gritó.
14 Al oír Elí el ruido del clamor, dijo: ¿Qué significa el ruido de este tumulto? Entonces el hombre se apresuró y vino a dar la noticia a Elí.
15 Elí tenía noventa y ocho años, sus ojos se habían cegado y no podía ver.
16 Y el hombre dijo a Elí: Yo soy el que vengo del campo de batalla; hoy he huido del campo de batalla. Y Elí preguntó: ¿Qué ha acontecido, hijo mío?
17 Respondió el mensajero y dijo: Israel ha huido delante de los filisteos; también ha habido gran matanza entre el pueblo; además, tus dos hijos, Ofni y Finees, han muerto, y el arca de Dios ha sido capturada.
18 Y aconteció que cuando mencionó el arca de Dios, Elí cayó de la silla hacia atrás, junto a la puerta, se desnucó y murió, porque era anciano y pesado. Había juzgado a Israel cuarenta años.
19 Y su nuera, la mujer de Finees, estaba encinta, a punto de dar a luz. Cuando oyó la noticia de que el arca de Dios había sido capturada y que su suegro y su marido habían muerto, se inclinó y dio a luz, porque le sobrevinieron los dolores.
20 Y al tiempo que moría, las mujeres que estaban junto a ella le dijeron: No temas, porque has dado a luz un hijo. Pero ella no respondió ni prestó atención.
21 Y llamó al niño Icabod, diciendo: ¡Se ha ido la gloria de Israel! Porque el arca de Dios había sido capturada, y por la muerte de su suegro y de su marido.
22 Y dijo: ¡Se ha ido la gloria de Israel, porque el arca de Dios ha sido capturada!
WLC
1 וַיְהִ֥י דְבַר־שְׁמוּאֵ֖ל לְכָל־יִשְׂרָאֵ֑ל וַיֵּצֵ֣א יִשְׂרָאֵל֩ לִקְרַ֨את פְּלִשְׁתִּ֜ים לַמִּלְחָמָ֗ה וַֽיַּחֲנוּ֙ עַל־הָאֶ֣בֶן הָעֵ֔זֶר וּפְלִשְׁתִּ֖ים חָנ֥וּ בַאֲפֵֽק׃
2 וַיַּעַרְכ֨וּ פְלִשְׁתִּ֜ים לִקְרַ֣את יִשְׂרָאֵ֗ל וַתִּטֹּשׁ֙ הַמִּלְחָמָ֔ה וַיִּנָּ֥גֶף יִשְׂרָאֵ֖ל לִפְנֵ֣י פְלִשְׁתִּ֑ים וַיַּכּ֤וּ בַמַּֽעֲרָכָה֙ בַּשָּׂדֶ֔ה כְּאַרְבַּ֥עַת אֲלָפִ֖ים אִֽישׁ׃
3 וַיָּבֹ֣א הָעָם֮ אֶל־הַֽמַּחֲנֶה֒ וַיֹּֽאמְרוּ֙ זִקְנֵ֣י יִשְׂרָאֵ֔ל לָ֣מָּה נְגָפָ֧נוּ יְהוָ֛ה הַיּ֖וֹם לִפְנֵ֣י פְלִשְׁתִּ֑ים נִקְחָ֧ה אֵלֵ֣ינוּ מִשִּׁלֹ֗ה אֶת־אֲרוֹן֙ בְּרִ֣ית יְהוָ֔ה וְיָבֹ֣א בְקִרְבֵּ֔נוּ וְיֹשִׁעֵ֖נוּ מִכַּ֥ף אֹיְבֵֽינוּ׃
4 וַיִּשְׁלַ֤ח הָעָם֙ שִׁלֹ֔ה וַיִּשְׂא֣וּ מִשָּׁ֗ם אֵ֣ת אֲר֤וֹן בְּרִית־יְהוָה֙ צְבָא֔וֹת יֹשֵׁ֖ב הַכְּרֻבִ֑ים וְשָׁ֞ם שְׁנֵ֣י בְנֵֽי־עֵלִ֗י עִם־אֲרוֹן֙ בְּרִ֣ית הָאֱלֹהִ֔ים חָפְנִ֖י וּפִינְחָֽס׃
5 וַיְהִ֗י כְּב֨וֹא אֲר֤וֹן בְּרִית־יְהוָה֙ אֶל־הַֽמַּחֲנֶ֔ה וַיָּרִ֧עוּ כָל־יִשְׂרָאֵ֛ל תְּרוּעָ֥ה גְדוֹלָ֖ה וַתֵּהֹ֥ם הָאָֽרֶץ׃
6 וַיִּשְׁמְע֤וּ פְלִשְׁתִּים֙ אֶת־ק֣וֹל הַתְּרוּעָ֔ה וַיֹּ֣אמְר֔וּ מֶ֠ה ק֣וֹל הַתְּרוּעָ֧ה הַגְּדוֹלָ֛ה הַזֹּ֖את בְּמַחֲנֵ֣ה הָעִבְרִ֑ים וַיֵּ֣דְע֔וּ כִּ֚י אֲר֣וֹן יְהוָ֔ה בָּ֖א אֶל־הַֽמַּחֲנֶֽה׃
7 וַיִּֽרְאוּ֙ הַפְּלִשְׁתִּ֔ים כִּ֣י אָֽמְר֔וּ בָּ֥א אֱלֹהִ֖ים אֶל־הַֽמַּחֲנֶ֑ה וַיֹּֽאמְרוּ֙ א֣וֹי לָ֔נוּ כִּ֣י לֹ֥א הָיְתָ֛ה כָּזֹ֖את אֶתְמ֥וֹל שִׁלְשֹֽׁם׃
8 א֣וֹי לָ֔נוּ מִ֣י יַצִּילֵ֔נוּ מִיַּ֛ד הָאֱלֹהִ֥ים הָאַדִּירִ֖ים הָאֵ֑לֶּה אֵ֧לֶּה הֵ֣ם הָאֱלֹהִ֗ים הַמַּכִּ֧ים אֶת־מִצְרַ֛יִם בְּכָל־מַכָּ֖ה בַּמִּדְבָּֽר׃
9 הִֽתְחַזְּק֞וּ וִֽהְי֤וּ לַאֲנָשִׁים֙ פְּלִשְׁתִּ֔ים פֶּ֚ן תַּעַבְד֣וּ לָעִבְרִ֔ים כַּאֲשֶׁ֥ר עָבְד֖וּ לָכֶ֑ם וִהְיִיתֶ֣ם לַאֲנָשִׁ֔ים וְנִלְחַמְתֶּֽם׃
10 וַיִּלָּחֲמ֣וּ פְלִשְׁתִּ֗ים וַיִּנָּ֤גֶף יִשְׂרָאֵל֙ וַיָּנֻ֙סוּ֙ אִ֣ישׁ לְאֹהָלָ֔יו וַתְּהִ֥י הַמַּכָּ֖ה גְּדוֹלָ֣ה מְאֹ֑ד וַיִּפֹּל֙ מִיִּשְׂרָאֵ֔ל שְׁלֹשִׁ֥ים אֶ֖לֶף רַגְלִֽי׃
11 וַאֲר֥וֹן אֱלֹהִ֖ים נִלְקָ֑ח וּשְׁנֵ֤י בְנֵֽי־עֵלִי֙ מֵ֔תוּ חָפְנִ֖י וּפִינְחָֽס׃
12 וַיָּ֤רָץ אִישׁ־בִּנְיָמִן֙ מֵהַמַּ֣עֲרָכָ֔ה וַיָּבֹ֥א שִׁלֹ֖ה בַּיּ֣וֹם הַה֑וּא וּמַדָּ֣יו קְרֻעִ֔ים וַאֲדָמָ֖ה עַל־רֹאשֽׁוֹ׃
13 וַיָּבֹ֗א וְהִנֵּ֤ה עֵלִי֙ יֹשֵׁ֣ב עַֽל־הַכִּסֵּ֔א יךְ דֶ֖רֶךְ מְצַפֶּ֑ה כִּֽי־הָיָ֤ה לִבּוֹ֙ חָרֵ֔ד עַ֖ל אֲר֥וֹן הָאֱלֹהִֽים׃ וְהָאִ֗ישׁ בָּ֤א לְהַגִּיד֙ בָּעִ֔יר וַתִּזְעַ֖ק כָּל־הָעִֽיר׃
14 וַיִּשְׁמַ֤ע עֵלִי֙ אֶת־ק֣וֹל הַצְּעָקָ֔ה וַיֹּ֕אמֶר מֶ֛ה ק֥וֹל הֶהָמ֖וֹן הַזֶּ֑ה וְהָאִ֣ישׁ מִהַ֔ר וַיָּבֹ֖א וַיַּגֵּ֥ד לְעֵלִֽי׃
15 וְעֵלִ֕י בֶּן־תִּשְׁעִ֥ים וּשְׁמֹנֶ֖ה שָׁנָ֑ה וְעֵינָ֣יו קָ֔מָה וְלֹ֥א יָכ֖וֹל לִרְאֽוֹת׃
16 וַיֹּ֨אמֶר הָאִ֜ישׁ אֶל־עֵלִ֗י אָֽנֹכִי֙ הַבָּ֣א מִן־הַמַּעֲרָכָ֔ה וַאֲנִ֕י מִן־הַמַּעֲרָכָ֖ה נַ֣סְתִּי הַיּ֑וֹם וַיֹּ֛אמֶר מֶֽה־הָיָ֥ה הַדָּבָ֖ר בְּנִֽי׃
17 וַיַּ֨עַן הַֽמְבַשֵּׂ֜ר וַיֹּ֗אמֶר נָ֤ס יִשְׂרָאֵל֙ לִפְנֵ֣י פְלִשְׁתִּ֔ים וְגַ֛ם מַגֵּפָ֥ה גְדוֹלָ֖ה הָיְתָ֣ה בָעָ֑ם וְגַם־שְׁנֵ֤י בָנֶ֙יךָ֙ מֵ֔תוּ חָפְנִ֖י וּפִינְחָ֑ס וַאֲר֥וֹן הָאֱלֹהִ֖ים נִלְקָֽחָה׃
18 וַיְהִ֞י כְּהַזְכִּיר֣וֹ׀ אֶת־אֲר֣וֹן הָאֱלֹהִ֗ים וַיִּפֹּ֣ל מֵֽעַל־הַ֠כִּסֵּא אֲחֹ֨רַנִּ֜ית בְּעַ֣ד׀ יַ֣ד הַשַּׁ֗עַר וַתִּשָּׁבֵ֤ר מַפְרַקְתּוֹ֙ וַיָּמֹ֔ת כִּֽי־זָקֵ֥ן הָאִ֖ישׁ וְכָבֵ֑ד וְה֛וּא שָׁפַ֥ט אֶת־יִשְׂרָאֵ֖ל אַרְבָּעִ֥ים שָׁנָֽה׃
19 וְכַלָּת֣וֹ אֵֽשֶׁת־פִּינְחָס֮ הָרָ֣ה לָלַת֒ וַתִּשְׁמַ֣ע אֶת־הַשְּׁמֻעָ֔ה אֶל־הִלָּקַח֙ אֲר֣וֹן הָאֱלֹהִ֔ים וּמֵ֥ת חָמִ֖יהָ וְאִישָׁ֑הּ וַתִּכְרַ֣ע וַתֵּ֔לֶד כִּֽי־נֶהֶפְכ֥וּ עָלֶ֖יהָ צִרֶֽיהָ׃
20 וּכְעֵ֣ת מוּתָ֗הּ וַתְּדַבֵּ֙רְנָה֙ הַנִּצָּב֣וֹת עָלֶ֔יהָ אַל־תִּֽירְאִ֖י כִּ֣י בֵ֣ן יָלָ֑דְתְּ וְלֹ֥א עָנְתָ֖ה וְלֹא־שָׁ֥תָה לִבָּֽהּ׃
21 וַתִּקְרָ֣א לַנַּ֗עַר אִֽי־כָבוֹד֙ לֵאמֹ֔ר גָּלָ֥ה כָב֖וֹד מִיִּשְׂרָאֵ֑ל אֶל־הִלָּקַח֙ אֲר֣וֹן הָאֱלֹהִ֔ים וְאֶל־חָמִ֖יהָ וְאִישָֽׁהּ׃
22 וַתֹּ֕אמֶר גָּלָ֥ה כָב֖וֹד מִיִּשְׂרָאֵ֑ל כִּ֥י נִלְקַ֖ח אֲר֥וֹן הָאֱלֹהִֽים׃
Capítulo 5
El arca en tierra de los filisteos
LBLA
1 Los filisteos capturaron el arca de Dios y la llevaron desde Ebenezer a Asdod.
2 Tomaron luego los filisteos el arca de Dios y la introdujeron en la casa de Dagón, colocándola junto a Dagón.
3 Cuando los de Asdod se levantaron temprano al día siguiente, he aquí que Dagón había caído postrado en tierra delante del arca del SEÑOR. Tomaron, pues, a Dagón y lo volvieron a su lugar.
4 Pero cuando se levantaron temprano el siguiente día, he aquí que Dagón había caído postrado en tierra delante del arca del SEÑOR, con la cabeza y las dos manos cortadas sobre el umbral; solo quedó el tronco de Dagón.
5 Por eso los sacerdotes de Dagón y todos los que entran en el templo de Dagón no pisan el umbral de Dagón en Asdod, hasta hoy.
6 Entonces la mano del SEÑOR se hizo pesada sobre los de Asdod, y los devastó y los hirió con tumores, tanto a Asdod como a sus territorios.
7 Al ver los hombres de Asdod que así sucedía, dijeron: «El arca del Dios de Israel no debe quedarse con nosotros, porque su mano es dura sobre nosotros y sobre Dagón nuestro dios».
8 Enviaron, pues, y reunieron a todos los príncipes de los filisteos, y les dijeron: «¿Qué haremos con el arca del Dios de Israel?» Y ellos respondieron: «Que sea llevada a Gat el arca del Dios de Israel». Así que llevaron allá el arca del Dios de Israel.
9 Pero sucedió que después que la llevaron allá, la mano del SEÑOR estuvo contra la ciudad con gran confusión, e hirió a los hombres de la ciudad, desde el pequeño hasta el grande, y se llenaron de tumores.
10 Entonces enviaron el arca de Dios a Ecrón. Y sucedió que cuando el arca de Dios llegó a Ecrón, los ecronitas gritaron: «¡Han traído el arca del Dios de Israel a nosotros para matarnos a nosotros y a nuestro pueblo!»
11 Y enviaron y reunieron a todos los príncipes de los filisteos, y dijeron: «Envíen el arca del Dios de Israel y que vuelva a su lugar, para que no nos mate a nosotros y a nuestro pueblo». Porque había un pánico mortal en toda la ciudad; la mano de Dios era muy pesada allí.
12 Los hombres que no murieron fueron heridos con tumores, y el clamor de la ciudad subió al cielo.
WLC
1 וּפְלִשְׁתִּים֙ לָקְח֔וּ אֵ֖ת אֲר֣וֹן הָאֱלֹהִ֑ים וַיְבִאֻ֛הוּ מֵאֶ֥בֶן הָעֵ֖זֶר אַשְׁדּֽוֹדָה׃
2 וַיִּקְח֤וּ פְלִשְׁתִּים֙ אֶת־אֲר֣וֹן הָאֱלֹהִ֔ים וַיָּבִ֥יאוּ אֹת֖וֹ בֵּ֣ית דָּג֑וֹן וַיַּצִּ֥יגוּ אֹת֖וֹ אֵ֥צֶל דָּגֽוֹן׃
3 וַיַּשְׁכִּ֤מוּ אַשְׁדּוֹדִים֙ מִֽמָּחֳרָ֔ת וְהִנֵּ֣ה דָג֗וֹן נֹפֵ֤ל לְפָנָיו֙ אַ֔רְצָה לִפְנֵ֖י אֲר֣וֹן יְהוָ֑ה וַיִּקְחוּ֙ אֶת־דָּג֔וֹן וַיָּשִׁ֥בוּ אֹת֖וֹ לִמְקוֹמֽוֹ׃
4 וַיַּשְׁכִּ֣מוּ בַבֹּ֘קֶר֮ מִֽמָּחֳרָת֒ וְהִנֵּ֣ה דָג֗וֹן נֹפֵ֣ל לְפָנָיו֮ אַ֣רְצָה לִפְנֵי֮ אֲר֣וֹן יְהוָה֒ וְרֹ֨אשׁ דָּג֜וֹן וּשְׁתֵּ֣י ׀ כַּפּ֣וֹת יָדָ֗יו כְּרֻתוֹת֙ אֶל־הַמִּפְתָּ֔ן רַ֥ק דָּג֖וֹן נִשְׁאַ֥ר עָלָֽיו׃
5 עַל־כֵּ֡ן לֹֽא־יִדְרְכוּ֩ כֹהֲנֵ֨י דָג֜וֹן וְכָל־הַבָּאִ֧ים בֵּית־דָּג֛וֹן עַל־מִפְתַּ֥ן דָּג֖וֹן בְּאַשְׁדּ֑וֹד עַ֖ד הַיּ֥וֹם הַזֶּֽה׃
6 וַתִּכְבַּ֧ד יַד־יְהוָ֛ה אֶל־הָאַשְׁדּוֹדִ֖ים וַיְשִׁמֵּ֑ם וַיַּ֤ךְ אֹתָם֙ בעפלים [בַּטְּחֹרִ֔ים] אֶת־אַשְׁדּ֖וֹד וְאֶת־גְּבוּלֶֽיהָ׃
7 וַיִּרְא֥וּ אַנְשֵֽׁי־אַשְׁדּ֖וֹד כִּי־כֵ֑ן וְאָמְר֗וּ לֹֽא־יֵשֵׁ֞ב אֲר֨וֹן אֱלֹהֵ֤י יִשְׂרָאֵל֙ עִמָּ֔נוּ כִּֽי־קָשְׁתָ֤ה יָדוֹ֙ עָלֵ֔ינוּ וְעַ֖ל דָּג֥וֹן אֱלֹהֵֽינוּ׃
8 וַיִּשְׁלְח֡וּ וַיַּאַסְפוּ֩ אֶת־כָּל־סַרְנֵ֨י פְלִשְׁתִּ֜ים אֲלֵיהֶ֗ם וַיֹּֽאמְרוּ֙ מַֽה־נַּעֲשֶׂ֗ה לַֽאֲרוֹן֙ אֱלֹהֵ֣י יִשְׂרָאֵ֔ל וַיֹּ֣אמְר֔וּ גַּ֣ת יִסֹּ֔ב אֲר֖וֹן אֱלֹהֵ֣י יִשְׂרָאֵ֑ל וַיַּסֵּ֕בּוּ אֶת־אֲר֖וֹן אֱלֹהֵ֥י יִשְׂרָאֵֽל׃
9 וַיְהִ֞י אַחֲרֵ֣י ׀ הֵסַ֣בּוּ אֹת֗וֹ וַתְּהִ֨י יַד־יְהוָ֤ה ׀ בָּעִיר֙ מְהוּמָ֣ה גְדוֹלָ֔ה מְאֹ֔ד וַיַּ֤ךְ אֶת־אַנְשֵֽׁי־הָעִיר֙ מִקָּטֹ֣ן וְעַד־גָּד֔וֹל וַיִּשָּׂתְר֥וּ לָהֶ֖ם עפלים [טְחֹרִֽים]׃
10 וַֽיְשַׁלְּח֛וּ אֶת־אֲר֥וֹן הָאֱלֹהִ֖ים עֶקְר֑וֹן וַיְהִ֗י כְּב֨וֹא אֲר֤וֹן הָֽאֱלֹהִים֙ עֶקְר֔וֹן וַיִּזְעֲק֨וּ הָֽעֶקְרֹנִ֜ים לֵאמֹ֗ר הֵסַ֤בּוּ אֵלַי֙ אֶת־אֲרוֹן֙ אֱלֹהֵ֣י יִשְׂרָאֵ֔ל לַהֲמִיתֵ֖נִי וְאֶת־עַמִּֽי׃
11 וַיִּשְׁלְח֨וּ וַיַּאַסְפ֜וּ אֶת־כָּל־סַרְנֵ֣י פְלִשְׁתִּ֗ים וַיֹּֽאמְרוּ֙ שַׁלְּח֞וּ אֶת־אֲר֨וֹן אֱלֹהֵ֤י יִשְׂרָאֵל֙ וְיָשֹׁ֣ב לִמְקוֹמ֔וֹ וְלֹֽא־יָמִ֥ית אֹתִ֖י וְאֶת־עַמִּ֑י כִּֽי־הָיְתָ֤ה מְהֽוּמַת־מָ֙וֶת֙ בְּכָל־הָעִ֔יר כָּבְדָ֥ה מְאֹ֛ד יַ֥ד הָאֱלֹהִ֖ים שָֽׁם׃
12 וְהָאֲנָשִׁים֙ אֲשֶׁ֣ר לֹא־מֵ֔תוּ הֻכּ֖וּ בעפלים [בַּטְּחֹרִ֑ים] וַתַּ֛עַל שַֽׁוְעַ֥ת הָעִ֖יר הַשָּׁמָֽיִם׃
Capítulo 6
El arca devuelta a Israel
LBLA
1 Y el arca del SEÑOR estuvo en la tierra de los filisteos siete meses.
2 Entonces los filisteos llamaron a los sacerdotes y a los adivinos, diciendo: ¿Qué haremos con el arca del SEÑOR? Enseñadnos cómo la hemos de enviar a su lugar.
3 Y ellos dijeron: Si enviáis el arca del Dios de Israel, no la enviéis vacía; sino que ciertamente le devolveréis una ofrenda por la culpa. Entonces seréis sanados y sabréis por qué su mano no se apartó de vosotros.
4 Entonces dijeron: ¿Cuál es la ofrenda por la culpa que le hemos de devolver? Y ellos respondieron: Cinco tumores de oro y cinco ratones de oro, conforme al número de los príncipes de los filisteos, porque la misma plaga fue sobre todos vosotros y sobre vuestros príncipes.
5 Haréis, pues, figuras de vuestros tumores y figuras de vuestros ratones que destruyen la tierra, y daréis gloria al Dios de Israel; quizá aliviará su mano de sobre vosotros, de sobre vuestros dioses y de sobre vuestra tierra.
6 ¿Por qué endurecéis vuestros corazones como endurecieron sus corazones los egipcios y Faraón? ¿No fue así que después que Él los trató severamente, dejaron ir al pueblo, y se fueron?
7 Ahora pues, tomad y preparad un carro nuevo y dos vacas con cría sobre las cuales no se haya puesto yugo; uncid las vacas al carro y llevad sus becerros a casa, lejos de ellas.
8 Tomaréis el arca del SEÑOR y la pondréis sobre el carro; y pondréis en una caja a su lado los objetos de oro que le habéis de devolver como ofrenda por la culpa. La enviaréis así y os marcharéis.
9 Y observaréis: si sube por el camino de su territorio a Bet-semes, entonces Él nos ha hecho este gran mal; pero si no, entonces sabremos que no es su mano la que nos ha herido, sino que esto nos ha sucedido por casualidad.
10 Y los hombres lo hicieron así; tomaron dos vacas con cría y las uncieron al carro, y encerraron sus becerros en casa.
11 Luego pusieron el arca del SEÑOR sobre el carro, y la caja con los ratones de oro y las figuras de sus tumores.
12 Y las vacas se dirigieron derecho por el camino a Bet-semes; iban por el camino mugiendo, sin apartarse ni a la derecha ni a la izquierda. Y los príncipes de los filisteos fueron tras ellas hasta el límite de Bet-semes.
13 Y los de Bet-semes segaban el trigo en el valle, y alzando sus ojos vieron el arca, y se regocijaron al verla.
14 Y el carro llegó al campo de Josué de Bet-semes, y se detuvo allí donde había una gran piedra; y ellos partieron la madera del carro y ofrecieron las vacas como holocausto al SEÑOR.
15 Y los levitas bajaron el arca del SEÑOR y la caja que estaba con ella, en la cual estaban los objetos de oro, y las pusieron sobre la gran piedra; y los hombres de Bet-semes ofrecieron holocaustos e hicieron sacrificios aquel día al SEÑOR.
16 Cuando los cinco príncipes de los filisteos vieron esto, volvieron a Ecrón el mismo día.
17 Estos son los tumores de oro que los filisteos devolvieron al SEÑOR como ofrenda por la culpa: por Asdod uno, por Gaza uno, por Ascalón uno, por Gat uno, por Ecrón uno;
18 y ratones de oro conforme al número de todas las ciudades de los filisteos pertenecientes a los cinco príncipes, desde las ciudades fortificadas hasta las aldeas sin muro. Y la gran piedra sobre la cual pusieron el arca del SEÑOR es testigo hasta el día de hoy en el campo de Josué de Bet-semes.
19 Entonces Él hirió a los hombres de Bet-semes porque habían mirado dentro del arca del SEÑOR; hirió a cincuenta mil setenta hombres del pueblo. Y el pueblo lloró porque el SEÑOR había herido al pueblo con gran mortandad.
20 Y los hombres de Bet-semes dijeron: ¿Quién podrá estar delante del SEÑOR, este Dios santo? ¿Y a quién subirá de nosotros?
21 Y enviaron mensajeros a los habitantes de Quiriat-jearim, diciendo: Los filisteos han devuelto el arca del SEÑOR; descended y llevadla con vosotros.
WLC
1 וַיְהִ֧י אֲרֽוֹן־יְהוָ֛ה בִּשְׂדֵ֥ה פְלִשְׁתִּ֖ים שִׁבְעָ֥ה חֳדָשִֽׁים׃
2 וַיִּקְרְא֤וּ פְלִשְׁתִּים֙ לַכֹּ֣הֲנִ֔ים וְלַקֹּסְמִ֖ים לֵאמֹ֑ר מַֽה־נַּעֲשֶׂ֞ה לַאֲר֤וֹן יְהוָה֙ הוֹדִיעֻ֔נוּ בַּמֶּ֖ה נְשַׁלְּחֶ֥נּוּ לִמְקוֹמֽוֹ׃
3 וַיֹּאמְר֗וּ אִֽם־מְשַׁלְּחִים֙ אֶת־אֲר֣וֹן אֱלֹהֵ֣י יִשְׂרָאֵ֔ל אַל־תְּשַׁלְּח֥וּ אֹת֖וֹ רֵיקָ֑ם כִּֽי־הָשֵׁ֥ב תָּשִׁ֛יבוּ ל֖וֹ אָשָׁ֑ם אָ֤ז תֵּרָֽפְאוּ֙ וְנוֹדַ֣ע לָכֶ֔ם לָ֛מָּה לֹא־תָס֥וּר יָד֖וֹ מִכֶּֽם׃
4 וַיֹּאמְר֗וּ מָ֣ה הָאָשָׁם֮ אֲשֶׁ֣ר נָשִׁ֣יב לוֹ֒ וַיֹּאמְר֗וּ מִסְפַּר֙ סַרְנֵ֣י פְלִשְׁתִּ֔ים חֲמִשָּׁה֙ עפלי [טְחֹרֵ֣י] זָהָ֔ב וַחֲמִשָּׁ֖ה עַכְבְּרֵ֣י זָהָ֑ב כִּי־מַגֵּפָ֥ה אַחַ֛ת לְכֻלָּ֖ם וּלְסַרְנֵיכֶֽם׃
5 וַעֲשִׂיתֶם֩ צַלְמֵ֨י עפליכם [טְחֹרֵיכֶ֜ם] וְצַלְמֵ֣י עַכְבְּרֵיכֶ֗ם הַמַּשְׁחִיתִם֙ אֶת־הָאָ֔רֶץ וּנְתַתֶּ֛ם לֵאלֹהֵ֥י יִשְׂרָאֵ֖ל כָּב֑וֹד אוּלַ֗י יָקֵ֤ל אֶת־יָדוֹ֙ מֵעֲלֵיכֶ֔ם וּמֵעַ֥ל אֱלֹהֵיכֶ֖ם וּמֵעַ֥ל אַרְצְכֶֽם׃
6 וְלָ֤מָּה תְכַבְּדוּ֙ אֶת־לְבַבְכֶ֔ם כַּאֲשֶׁ֧ר כִּבְּד֛וּ מִצְרַ֥יִם וּפַרְעֹ֖ה אֶת־לִבָּ֑ם הֲלוֹא֙ כַּאֲשֶׁ֣ר הִתְעַלֵּ֣ל בָּהֶ֔ם וַֽיְשַׁלְּח֖וּם וַיֵּלֵֽכוּ׃
7 וְעַתָּ֗ה קְח֨וּ וַעֲשׂ֜וּ עֲגָלָ֣ה חֲדָשָׁ֗ה אֶחָת֒ וּשְׁתֵּ֤י פָרוֹת֙ עָל֔וֹת אֲשֶׁ֛ר לֹא־עָלָ֥ה עֲלֵיהֶ֖ם עֹ֑ל וַאֲסַרְתֶּ֤ם אֶת־הַפָּרוֹת֙ בָּעֲגָלָ֔ה וַהֲשֵׁיבֹתֶ֧ם בְּנֵיהֶ֛ם מֵאַחֲרֵיהֶ֖ם הַבָּֽיְתָה׃
8 וּלְקַחְתֶּ֞ם אֶת־אֲר֣וֹן יְהוָ֗ה וּנְתַתֶּ֤ם אֹתוֹ֙ אֶל־הָ֣עֲגָלָ֔ה וְאֵ֣ת׀ כְּלֵ֣י הַזָּהָ֗ב אֲשֶׁ֨ר הֲשֵׁבֹתֶ֥ם ל֛וֹ אָשָׁ֖ם תָּשִׂ֣ימוּ בָאַרְגַּ֣ז מִצִּדּ֑וֹ וְשִׁלַּחְתֶּ֥ם אֹת֖וֹ וְהָלָֽךְ׃
9 וּרְאִיתֶ֗ם אִם־דֶּ֨רֶךְ גְּבוּל֤וֹ יַעֲלֶה֙ בֵּ֣ית שֶׁ֔מֶשׁ ה֚וּא עָשָׂ֣ה לָ֔נוּ אֶת־הָרָעָ֥ה הַגְּדוֹלָ֖ה הַזֹּ֑את וְאִם־לֹ֗א וְיָדַ֙עְנוּ֙ כִּ֣י לֹ֤א יָדוֹ֙ נָ֣גְעָה בָּ֔נוּ מִקְרֶ֥ה ה֖וּא הָ֥יָה לָֽנוּ׃
10 וַיַּעֲשׂ֤וּ הָאֲנָשִׁים֙ כֵּ֔ן וַיִּקְח֗וּ שְׁתֵּ֤י פָרוֹת֙ עָל֔וֹת וַיַּאַסְר֖וּם בָּעֲגָלָ֑ה וְאֶת־בְּנֵיהֶ֖ם כָּל֥וּ בַבָּֽיִת׃
11 וַיָּשִׂ֛מוּ אֶת־אֲר֥וֹן יְהוָ֖ה אֶל־הָעֲגָלָ֑ה וְאֶת־הָאַרְגַּ֗ז וְאֵת֙ עַכְבְּרֵ֣י הַזָּהָ֔ב וְאֵ֖ת צַלְמֵ֥י טְחֹרֵיהֶֽם׃
12 וַיִּשַּׁ֨רְנָה הַפָּר֜וֹת בַּדֶּ֗רֶךְ עַל־דֶּ֙רֶךְ֙ בֵּ֣ית שֶׁ֔מֶשׁ בִּמְסִלָּ֣ה אַחַ֔ת הָלְכ֥וּ הָלֹ֖ךְ וְגָע֑וֹ וְלֹא־סָ֣רוּ יָמִ֔ין וּשְׂמֹ֖אול וְסַרְנֵ֥י פְלִשְׁתִּ֛ים הֹלְכִ֥ים אַחֲרֵיהֶ֖ם עַד־גְּב֥וּל בֵּֽית־שָֽׁמֶשׁ׃
13 וּבֵ֣ית שֶׁ֔מֶשׁ קֹצְרִ֥ים קְצִיר־חִטִּ֖ים בָּעֵ֑מֶק וַיִּשְׂא֣וּ אֶת־עֵינֵיהֶ֗ם וַיִּרְא֤וּ אֶת־הָֽאָרוֹן֙ וַֽיִּשְׂמְח֖וּ לִרְאֽוֹת׃
14 וְהָעֲגָלָ֡ה בָּ֠אָה אֶל־שְׂדֵ֨ה יְהוֹשֻׁ֤עַ בֵּֽית־הַשִּׁמְשִׁי֙ וַתַּעֲמֹ֣ד שָׁ֔ם וְשָׁ֖ם אֶ֣בֶן גְּדוֹלָ֑ה וַֽיְבַקְּעוּ֙ אֶת־עֲצֵ֣י הָעֲגָלָ֔ה וְאֶת־הַפָּר֖וֹת הֶעֱל֥וּ עֹלָ֖ה לַיהוָֽה׃
15 וְהַלְוִיִּ֞ם הוֹרִ֣דוּ׀ אֶת־אֲר֣וֹן יְהוָ֗ה וְאֶת־הָאַרְגַּ֤ז אֲשֶׁר־אִתּוֹ֙ אֲשֶׁר־בּ֣וֹ כְלֵ֣י זָהָ֔ב וַיָּשִׂ֖מוּ אֶל־הָאֶ֣בֶן הַגְּדוֹלָ֑ה וְאַנְשֵׁ֣י בֵֽית־שֶׁ֗מֶשׁ הֶעֱל֨וּ עֹל֜וֹת וַֽיִּזְבְּח֧וּ זְבָחִ֛ים בַּיּ֥וֹם הַה֖וּא לַיהוָֽה׃
16 וַחֲמִשָּׁ֥ה סַרְנֵֽי־פְלִשְׁתִּ֖ים רָא֑וּ וַיָּשֻׁ֥בוּ עֶקְר֖וֹן בַּיּ֥וֹם הַהֽוּא׃
17 וְאֵ֙לֶּה֙ טְחֹרֵ֣י הַזָּהָ֔ב אֲשֶׁ֨ר הֵשִׁ֧יבוּ פְלִשְׁתִּ֛ים אָשָׁ֖ם לַיהוָ֑ה לְאַשְׁדּ֨וֹד אֶחָ֜ד לְעַזָּ֤ה אֶחָד֙ לְאַשְׁקְל֣וֹן אֶחָ֔ד לְגַ֥ת אֶחָ֖ד לְעֶקְר֥וֹן אֶחָֽד׃
18 וְעַכְבְּרֵ֣י הַזָּהָ֗ב מִסְפַּ֞ר כָּל־עָרֵ֤י פְלִשְׁתִּים֙ לַחֲמֵ֣שֶׁת הַסְּרָנִ֔ים מֵעִ֣יר מִבְצָ֔ר וְעַ֖ד כֹּ֣פֶר הַפְּרָזִ֑י וְעַ֣ד׀ אָבֵ֣ל הַגְּדוֹלָ֗ה אֲשֶׁ֨ר הִנִּ֤יחוּ עָלֶ֙יהָ֙ אֵ֚ת אֲר֣וֹן יְהוָ֔ה עַ֚ד הַיּ֣וֹם הַזֶּ֔ה בִּשְׂדֵ֥ה יְהוֹשֻׁ֖עַ בֵּֽית־הַשִּׁמְשִֽׁי׃
19 וַיַּ֞ךְ בְּאַנְשֵׁ֤י בֵֽית־שֶׁ֙מֶשׁ֙ כִּ֤י רָאוּ֙ בַּאֲר֣וֹן יְהוָ֔ה וַיַּ֤ךְ בָּעָם֙ שִׁבְעִ֣ים אִ֔ישׁ חֲמִשִּׁ֥ים אֶ֖לֶף אִ֑ישׁ וַיִּֽתְאַבְּל֣וּ הָעָ֔ם כִּֽי־הִכָּ֧ה יְהוָ֛ה בָּעָ֖ם מַכָּ֥ה גְדוֹלָֽה׃
20 וַיֹּֽאמְרוּ֙ אַנְשֵׁ֣י בֵֽית־שֶׁ֔מֶשׁ מִ֚י יוּכַ֣ל לַעֲמֹ֔ד לִפְנֵ֨י יְהוָ֧ה הָאֱלֹהִ֛ים הַקָּד֖וֹשׁ הַזֶּ֑ה וְאֶל־מִ֖י יַעֲלֶ֥ה מֵעָלֵֽינוּ׃
21 וַיִּשְׁלְח֨וּ מַלְאָכִ֜ים אֶל־יוֹשְׁבֵ֣י קִרְיַת־יְעָרִ֗ים לֵאמֹ֔ר הֵשִׁ֤בוּ פְלִשְׁתִּים֙ אֶת־אֲר֣וֹן יְהוָ֔ה רְד֕וּ הַעֲל֥וּ אֹת֖וֹ אֲלֵיכֶֽם׃
Capítulo 7
LBLA
1 Y vinieron los hombres de Quiriat-jearim y se llevaron el arca del SEÑOR y la llevaron a la casa de Abinadab en la colina, y consagraron a Eleazar su hijo para que guardara el arca del SEÑOR.
2 Y sucedió que pasó mucho tiempo, veinte años, desde el día en que el arca quedó en Quiriat-jearim; y toda la casa de Israel añoraba al SEÑOR.
3 Entonces Samuel habló a toda la casa de Israel, diciendo: Si os volvéis al SEÑOR de todo corazón, quitad de entre vosotros los dioses extranjeros y las Astarot, y dirigid vuestro corazón al SEÑOR y servidle solo a El; y El os librará de la mano de los filisteos.
4 Los hijos de Israel quitaron, pues, los Baales y las Astarot, y sirvieron solo al SEÑOR.
5 Y Samuel dijo: Reunid a todo Israel en Mizpa y oraré al SEÑOR por vosotros.
6 Se reunieron en Mizpa, y sacaron agua y la derramaron delante del SEÑOR, ayunaron aquel día y dijeron allí: Hemos pecado contra el SEÑOR. Y Samuel juzgó a los hijos de Israel en Mizpa.
7 Cuando los filisteos oyeron que los hijos de Israel se habían reunido en Mizpa, los príncipes de los filisteos subieron contra Israel. Cuando los hijos de Israel oyeron esto, tuvieron temor de los filisteos.
8 Entonces los hijos de Israel dijeron a Samuel: No dejes de clamar al SEÑOR nuestro Dios por nosotros, para que nos libre de la mano de los filisteos.
9 Samuel tomó un cordero de leche y lo ofreció como holocausto al SEÑOR, y clamó Samuel al SEÑOR por Israel y el SEÑOR le respondió.
10 Mientras Samuel estaba ofreciendo el holocausto, los filisteos se acercaron para pelear contra Israel. Pero el SEÑOR tronó con gran estruendo aquel día sobre los filisteos y los confundió, y fueron derrotados delante de Israel.
11 Saliendo los hombres de Israel de Mizpa, persiguieron a los filisteos y los hirieron hasta más allá de Bet-car.
12 Tomó entonces Samuel una piedra y la colocó entre Mizpa y Sen, y la llamó Eben-ezer, diciendo: Hasta aquí nos ha ayudado el SEÑOR.
13 Así fueron sometidos los filisteos y no volvieron más dentro del territorio de Israel. Y la mano del SEÑOR estuvo contra los filisteos todos los días de Samuel.
14 Y las ciudades que los filisteos habían tomado de Israel fueron restituidas a Israel, desde Ecrón hasta Gat, y con su territorio Israel las libró de mano de los filisteos. Hubo también paz entre Israel y los amorreos.
15 Samuel juzgó a Israel todos los días de su vida.
16 Cada año iba y hacía un recorrido por Betel, Gilgal y Mizpa, y juzgaba a Israel en todos estos lugares.
17 Después volvía a Ramá, porque allí estaba su casa, y allí juzgaba a Israel; y edificó allí un altar al SEÑOR.
WLC
1 וַיָּבֹ֣אוּ אַנְשֵׁ֣י קִרְיַת־יְעָרִ֗ים וַיַּעֲל֤וּ אֶת־אֲרֹון֙ יְהוָ֔ה וַיָּבִאֻ֖הוּ אֶל־בֵּ֣ית אֲבִינָדָ֑ב בַּגִּבְעָ֔ה וְאֶת־אֶלְעָזָ֤ר בְּנֹו֙ קִדְּשׁ֔וּ לִשְׁמֹ֖ר אֶת־אֲרֹ֥ון יְהוָֽה׃
2 וַיְהִ֗י מֵהַיֹּום֙ שֶׁ֣בֶת הָאָרֹ֣ון בְּקִרְיַת־יְעָרִ֔ים וַיִּרְבּ֣וּ הַיָּמִ֔ים וַיִּהְי֣וּ עֶשְׂרִ֔ים שָׁנָ֑ה וַיִּנָּהֲמ֥וּ כָּל־בֵּֽית־יִשְׂרָאֵ֖ל אַחֲרֵ֥י יְהוָֽה׃ ס
3 וַיֹּ֣אמֶר שְׁמוּאֵ֗ל אֶל־כָּל־בֵּ֣ית יִשְׂרָאֵל֮ לֵאמֹר֒ אִם־בְּכָל־לְבַבְכֶ֗ם אַתֶּ֚ם שָׁבִים֙ אֶל־יְהוָ֔ה הָסִ֣ירוּ אֶת־אֱלֹהֵ֤י הַנֵּכָר֙ מִתֹּוכְכֶ֔ם וְהָעַשְׁתָּרֹ֖ות וְהָכִ֣ינוּ לְבַבְכֶם֙ אֶל־יְהוָ֔ה וְעִבְדֻ֖הוּ לְבַדֹּ֑ו וְיַצֵּ֥ל אֶתְכֶ֖ם מִיַּ֥ד פְּלִשְׁתִּֽים׃
4 וַיָּסִ֙ירוּ֙ בְּנֵ֣י יִשְׂרָאֵ֔ל אֶת־הַבְּעָלִ֖ים וְאֶת־הָעַשְׁתָּרֹ֑ות וַיַּעַבְד֥וּ אֶת־יְהוָ֖ה לְבַדֹּֽו׃
5 וַיֹּ֣אמֶר שְׁמוּאֵ֔ל קִבְצ֥וּ אֶת־כָּל־יִשְׂרָאֵ֖ל הַמִּצְפָּ֑תָה וְאֶתְפַּלֵּ֥ל בַּעַדְכֶ֖ם אֶל־יְהוָֽה׃
6 וַיִּקָּבְצ֣וּ הַמִּצְפָּ֗תָה וַיִּֽשְׁאֲבוּ־מַ֙יִם֙ וַיִּשְׁפְּכ֣וּ לִפְנֵֽי־יְהוָ֔ה וַיָּצ֣וּמוּ בַיֹּ֣ום הַה֗וּא וַיֹּאמְר֣וּ שָׁם֮ חָטָ֣אנוּ לַיהוָה֒ וַיִּשְׁפֹּ֣ט שְׁמוּאֵ֔ל אֶת־בְּנֵ֥י יִשְׂרָאֵ֖ל בַּמִּצְפָּֽה׃
7 וַֽיִּשְׁמְע֣וּ פְלִשְׁתִּ֗ים כִּֽי־הִתְקַבְּצ֤וּ בְנֵֽי־יִשְׂרָאֵל֙ הַמִּצְפָּ֔תָה וַיַּעֲל֤וּ סַרְנֵֽי פְלִשְׁתִּים֙ עַל־יִשְׂרָאֵ֔ל וַיִּשְׁמְע֣וּ בְנֵֽי־יִשְׂרָאֵ֔ל וַיִּֽירְא֖וּ מִפְּנֵ֥י פְלִשְׁתִּֽים׃
8 וַיֹּאמְר֣וּ בְנֵֽי־יִשְׂרָאֵל֮ אֶל־שְׁמוּאֵל֒ אַל־תֶּחֱרַ֣שׁ מִמֶּ֗נּוּ מִזְּעֹ֛ק אֶל־יְהוָ֥ה אֱלֹהֵ֖ינוּ וְיֹשִׁיעֵ֥נוּ מִיַּ֥ד פְּלִשְׁתִּֽים׃
9 וַיִּקַּ֤ח שְׁמוּאֵל֙ טְלֵ֣ה חָלָ֔ב אֶחָ֖ד וַיַּעֲלֵ֣הוּ עֹולָ֑ה כָּלִיל֙ לַֽיהוָ֔ה וַיִּזְעַ֤ק שְׁמוּאֵל֙ אֶל־יְהוָ֔ה בַּעַ֖ד יִשְׂרָאֵ֑ל וַיַּעֲנֵ֥הוּ יְהוָֽה׃
10 וַיְהִ֣י שְׁמוּאֵ֗ל מַעֲלֶ֤ה הָעֹלָה֙ וּפְלִשְׁתִּ֤ים נִגְּשׁוּ֙ לַמִּלְחָמָ֣ה עַל־יִשְׂרָאֵ֔ל וַיַּרְעֵ֤ם יְהוָה֙ בְּקֹ֣ול גָּדֹ֗ול בַּיֹּ֤ום הַהוּא֙ עַל־פְּלִשְׁתִּ֔ים וַיְהֻמֵּ֖ם וַיִּנָּגְפ֥וּ לִפְנֵֽי יִשְׂרָאֵֽל׃
11 וַיֵּצְא֤וּ אִישׁ־יִשְׂרָאֵל֙ מִן־הַמִּצְפָּ֔ה וַיִּרְדְּפ֖וּ אֶת־פְּלִשְׁתִּ֑ים וַיַּכּ֣וּם עַד־מִתַּ֥חַת לְבֵֽית־כָּֽר׃
12 וַיִּקַּ֤ח שְׁמוּאֵל֙ אֶ֣בֶן אֶחָ֔ת וַיָּ֥שֶׂם בֵּֽין־הַמִּצְפָּ֖ה וּבֵ֣ין הַשֵּׁ֑ן וַיִּקְרָ֤א אֶת־שְׁמָהּ֙ אֶ֣בֶן הָעֵ֔זֶר וַיֹּאמַ֕ר עַד־הֵ֖נָּה עֲזָרָ֥נוּ יְהוָֽה׃ ס
13 וַיִּכָּֽנְע֣וּ פְלִשְׁתִּ֗ים וְלֹֽא־יָסְפ֣וּ עֹוד֙ לָבֹא֙ בִּגְב֣וּל יִשְׂרָאֵ֔ל וַתְּהִ֤י יַד־יְהוָה֙ בַּפְּלִשְׁתִּ֔ים כֹּ֖ל יְמֵ֥י שְׁמוּאֵֽל׃
14 וְהֶשִׁ֜בּוּ הֶעָרִ֣ים׀ אֲשֶׁר֩ לָקְח֨וּ פְלִשְׁתִּ֜ים מֵאֵ֣ת יִשְׂרָאֵ֗ל לְיִשְׂרָאֵל֙ מֵעֶקְרֹ֣ון וְעַד־גַּ֔ת וְאֶת־גְּבוּלָ֖הּ הִצִּ֣יל יִשְׂרָאֵ֑ל מִיַּד֙ פְּלִשְׁתִּ֔ים וַיְהִ֣י שָׁלֹ֔ום בֵּ֥ין יִשְׂרָאֵ֖ל וּבֵ֥ין הָאֱמֹרִֽי׃
15 וַיִּשְׁפֹּ֥ט שְׁמוּאֵ֖ל אֶת־יִשְׂרָאֵ֑ל כֹּ֖ל יְמֵ֥י חַיָּֽיו׃
16 וְהָלַ֗ךְ מִדֵּ֤י שָׁנָה֙ בְּשָׁנָ֔ה וְסָבַב֙ בֵּֽית־אֵ֔ל וְהַגִּלְגָּ֖ל וְהַמִּצְפָּ֑ה וְשָׁפַט֙ אֶת־יִשְׂרָאֵ֔ל אֵ֖ת כָּל־הַמְּקֹמֹ֥ות הָאֵֽלֶּה׃
17 וּתְשֻׁבָתֹו֙ הָרָ֣מָתָה כִּי־שָׁ֣ם בֵּיתֹ֔ו וְשָׁ֣ם שָׁפָ֔ט אֶת־יִשְׂרָאֵ֑ל וַיִּבְנֶם־שָׁ֖ם מִזְבֵּ֥חַ לַיהוָֽה׃ פ
Capítulo 8
LBLA
1 Y aconteció que cuando Samuel llegó a viejo, puso a sus hijos por jueces sobre Israel.
2 El nombre de su hijo primogénito era Joel, y el nombre del segundo, Abías; ellos juzgaban en Beerseba.
3 Pero sus hijos no anduvieron por los caminos de él, sino que se desviaron tras ganancias deshonestas, aceptaron sobornos y pervirtieron el derecho.
4 Entonces todos los ancianos de Israel se reunieron y fueron a Samuel en Ramá,
5 y le dijeron: Mira, has envejecido, y tus hijos no andan en tus caminos. Ahora pues, danos un rey para que nos juzgue como todas las naciones.
6 Pero fue desagradable a los ojos de Samuel lo que dijeron: Danos un rey que nos juzgue. Y Samuel oró al SEÑOR.
7 Y el SEÑOR dijo a Samuel: Escucha la voz del pueblo en todo lo que te digan, pues no te han desechado a ti, sino que me han desechado a mí para que no sea rey sobre ellos.
8 Así como todas las obras que han hecho desde el día en que los saqué de Egipto hasta hoy, abandonándome y sirviendo a otros dioses, así están haciéndote también a ti.
9 Ahora pues, óyelos; sólo que les advertirás solemnemente y les harás saber el proceder del rey que reinará sobre ellos.
10 Y Samuel refirió todas las palabras del SEÑOR al pueblo que le estaba pidiendo rey.
11 Y dijo: Así será el proceder del rey que reinará sobre vosotros: tomará a vuestros hijos y los pondrá a su servicio en sus carros y entre su caballería, y correrán delante de sus carros.
12 Nombrará para sí capitanes de miles y capitanes de cincuentas, y algunos para que aren sus campos y recojan su cosecha, y otros para que hagan sus armas de guerra y el aparejo de sus carros.
13 Tomará también a vuestras hijas para perfumistas, cocineras y panaderas.
14 Tomará lo mejor de vuestros campos, de vuestras viñas y de vuestros olivares, y los dará a sus siervos.
15 De vuestro grano y de vuestras viñas tomará el diezmo, para darlo a sus oficiales y a sus siervos.
16 También tomará vuestros siervos y vuestras siervas, vuestros mejores jóvenes y vuestros asnos, y los usará para su servicio.
17 De vuestro rebaño tomará el diezmo, y vosotros mismos vendréis a ser sus siervos.
18 Ese día clamaréis por causa de vuestro rey a quien escogisteis para vosotros, pero el SEÑOR no os responderá en ese día.
19 No obstante, el pueblo rehusó oír la voz de Samuel, y dijeron: No, sino que habrá rey sobre nosotros,
20 para que también nosotros seamos como todas las naciones, para que nuestro rey nos juzgue, salga delante de nosotros y pelee nuestras batallas.
21 Después de haber oído todas las palabras del pueblo, Samuel las repitió a oídos del SEÑOR.
22 Y el SEÑOR dijo a Samuel: Escúchalos y ponles un rey. Entonces Samuel dijo a los hombres de Israel: Id cada uno a su ciudad.
WLC
1 וַיְהִ֖י כַּאֲשֶׁ֣ר זָקֵ֣ן שְׁמוּאֵ֑ל וַיָּ֥שֶׂם אֶת־בָּנָ֖יו שֹׁפְטִ֥ים לְיִשְׂרָאֵֽל׃
2 וַיְהִ֤י שֶׁם־בְּנֹו֙ הַבְּכֹ֣ור יֹואֵ֔ל וְשֵׁ֥ם הַמִּשְׁנֶ֖ה אֲבִיָּ֑ה שֹׁפְטִ֖ים בִּבְאֵ֥ר שָֽׁבַע׃
3 וְלֹֽא־הָלְכ֤וּ בָנָיו֙ בִּדְרָכָ֔יו וַיִּטּוּ֙ אַחֲרֵ֣י הַבָּ֔צַע וַיִּקְח֥וּ שֹׁ֖חַד וַיַּטּ֥וּ מִשְׁפָּֽט׃ ס
4 וַיִּתְקַבְּצ֣וּ כָּל־זִקְנֵ֣י יִשְׂרָאֵ֔ל וַיָּבֹ֥אוּ אֶל־שְׁמוּאֵ֖ל הָרָמָֽתָה׃
5 וַיֹּאמְר֣וּ אֵלָ֗יו הִנֵּה֙ אַתָּ֣ה זָקַ֔נְתָּ וּבָנֶ֖יךָ לֹ֣א הָלְכ֣וּ בִדְרָכֶ֑יךָ עַתָּ֗ה שִֽׂימָה־לָּ֥נוּ מֶ֙לֶךְ֙ לְשָׁפְטֵ֔נוּ כְּכָל־הַגֹּויִֽם׃
6 וַיֵּ֤רַע הַדָּבָר֙ בְּעֵינֵ֣י שְׁמוּאֵ֔ל כַּאֲשֶׁ֣ר אָמְר֔וּ תְּנָה־לָּ֥נוּ מֶ֖לֶךְ לְשָׁפְטֵ֑נוּ וַיִּתְפַּלֵּ֥ל שְׁמוּאֵ֖ל אֶל־יְהוָֽה׃
7 וַיֹּ֤אמֶר יְהוָה֙ אֶל־שְׁמוּאֵ֔ל שְׁמַ֣ע בְּקֹ֣ול הָעָ֔ם לְכֹ֖ל אֲשֶׁ֣ר יֹאמְרוּ אֵלֶ֑יךָ כִּ֣י לֹ֤א אֹתְךָ֙ מָאָ֔סוּ כִּֽי־אֹתִ֥י מָאֲס֖וּ מִמְּלֹ֥ךְ עֲלֵיהֶֽם׃
8 כְּכָל־הַֽמַּעֲשִׂ֗ים אֲשֶׁ֤ר עָשׂוּ֙ מֵהַיֹּם֙ אֲשֶׁ֣ר הֶעֱלֵיתִ֣י אֹתָם֙ מִמִּצְרַ֔יִם וְעַד־הַיֹּ֣ום הַזֶּ֔ה וַיַּעַזְבֻ֖נִי וַיַּעַבְד֣וּ אֱלֹהִ֣ים אֲחֵרִ֑ים כֵּ֥ן הֵ֙מָּה֙ עֹשִׂ֣ים גַּם־לָֽךְ׃
9 וְעַתָּה֙ שְׁמַ֣ע בְּקֹולָ֔ם אַ֚ךְ כִּֽי־הָעֵ֣ד תָּעִ֣יד בָּהֶ֔ם וְהִגַּדְתָּ֣ לָהֶ֔ם אֶת־מִשְׁפַּ֥ט הַמֶּ֖לֶךְ אֲשֶׁ֥ר יִמְלֹ֥ךְ עֲלֵיהֶֽם׃
10 וַיֹּ֣אמֶר שְׁמוּאֵ֗ל אֶת־כָּל־דִּבְרֵ֤י יְהוָה֙ אֶל־הָעָ֔ם הַשֹּׁאֲלִ֥ים אֹתֹ֖ו מֶֽלֶךְ׃
11 וַיֹּ֕אמֶר זֶ֣ה יִֽהְיֶ֔ה מִשְׁפַּ֥ט הַמֶּ֖לֶךְ אֲשֶׁר־יִמְלֹ֣ךְ עֲלֵיכֶ֑ם אֶת־בְּנֵיכֶ֣ם יִקָּ֗ח וְשָׂ֤ם לֹו֙ בְּמֶרְכַּבְתֹּ֔ו וּבְפָרָשָׁיו֙ וְרָצ֣וּ לִפְנֵ֖י מֶרְכַּבְתֹּֽו׃
12 וְלָשׂ֣וּם לֹו֮ שָׂרֵ֣י אֲלָפִים֮ וְשָׂרֵ֣י חֲמִשִּׁים֒ וְלַחֲרֹ֤שׁ חֲרִישֹׁו֙ וְלִקְצֹ֣ר קְצִירֹ֔ו וְלַעֲשֹׂ֥ות כְּלֵֽי־מִלְחַמְתֹּ֖ו וְכְלֵ֥י רִכְבֹּֽו׃
13 וְאֶת־בְּנֹותֵיכֶ֖ם יִקָּ֑ח לְרַקָּחֹ֥ות וּלְטַבָּחֹ֖ות וּלְאֹפֹֽות׃
14 וְאֶת־שְׂדֹותֵיכֶ֤ם וְאֶת־כַּרְמֵיכֶם֙ וְזֵיתֵיכֶ֔ם הַטֹּובִ֖ים יִקָּ֑ח וְנָתַ֖ן לַעֲבָדָֽיו׃
15 וְזַרְעֵיכֶ֥ם וְכַרְמֵיכֶ֖ם יַעְשֹׂ֣ר וְנָתַ֣ן לְסָרִיסָיו וְלַעֲבָדָֽיו׃
16 וְאֶת־עַבְדֵיכֶם֙ וְאֶת־שִׁפְחֹ֣ותֵיכֶ֔ם וְאֶת־בַּחוּרֵיכֶ֥ם הַטֹּובִ֖ים וְאֶת־חֲמֹורֵיכֶ֣ם יִקָּ֑ח וְעָשָׂ֖ה לִמְלַאכְתֹּֽו׃
17 צֹאנְכֶ֖ם יַעְשֹׂ֑ר וְאַתֶּם֙ תִּֽהְיוּ־לֹ֖ו לַעֲבָדִֽים׃
18 וּזְעַקְתֶּם֙ בַּיֹּ֣ום הַה֔וּא מִלִּפְנֵ֣י מַלְכְּכֶ֔ם אֲשֶׁ֥ר בְּחַרְתֶּ֖ם לָכֶ֑ם וְלֹֽא־יַעֲנֶ֤ה יְהוָה֙ אֶתְכֶ֖ם בַּיֹּ֥ום הַהֽוּא׃
19 וַיְמָאֲנ֣וּ הָעָ֔ם לִשְׁמֹ֖עַ בְּקֹ֣ול שְׁמוּאֵ֑ל וַיֹּאמְר֣וּ לֹּ֔א כִּ֥י אִם־מֶ֖לֶךְ יִהְיֶ֥ה עָלֵֽינוּ׃
20 וְהָיִ֤ינוּ גַם־אֲנַ֙חְנוּ֙ כְּכָל־הַגֹּויִ֔ם וּשְׁפָטָ֖נוּ מַלְכֵּ֑נוּ וְיָצָ֣א לְפָנֵ֔ינוּ וְנִלְחַ֖ם אֶת־מִלְחֲמֹתֵֽינוּ׃
21 וַיִּשְׁמַ֣ע שְׁמוּאֵ֔ל אֵ֖ת כָּל־דִּבְרֵ֣י הָעָ֑ם וַיְדַבֵּ֥ר אֹתָ֖ם בְּאָזְנֵ֥י יְהוָֽה׃
22 וַיֹּ֤אמֶר יְהוָה֙ אֶל־שְׁמוּאֵ֔ל שְׁמַ֣ע בְּקֹולָ֔ם וְהִמְלַכְתָּ֥ לָהֶ֖ם מֶ֑לֶךְ וַיֹּ֤אמֶר שְׁמוּאֵל֙ אֶל־אִ֣ישׁ יִשְׂרָאֵ֔ל לְכ֖וּ אִ֥ישׁ לְעִירֹֽו׃ פ
Capítulo 9
LBLA
1 Había un hombre de Benjamín llamado Cis, hijo de Abiel, hijo de Zeror, hijo de Becorat, hijo de Afía, un benjamita, hombre de valor.
2 Tenía un hijo llamado Saúl, joven y apuesto. No había hombre más apuesto que él entre los hijos de Israel; de hombros arriba sobrepasaba a cualquiera del pueblo.
3 Y las asnas de Cis, padre de Saúl, se habían extraviado, por lo que Cis dijo a su hijo Saúl: Toma ahora contigo uno de los criados, levántate y ve en busca de las asnas.
4 Y Saúl pasó por la región montañosa de Efraín y por la tierra de Salisa, pero no las hallaron. Luego pasaron por la tierra de Saalim, y no estaban allí. Y pasó por la tierra de Benjamín, pero no las encontraron.
5 Cuando llegaron a la tierra de Zuf, Saúl dijo a su criado que estaba con él: Ven, volvámonos, no sea que mi padre deje de preocuparse por las asnas y se preocupe por nosotros.
6 Y él le respondió: He aquí, hay un hombre de Dios en esta ciudad, y el hombre es muy estimado; todo lo que él dice se cumple sin falta. Vayamos ahora allá; quizá nos indique el camino que debemos seguir.
7 Entonces Saúl dijo a su criado: Pero he aquí, si vamos, ¿qué le llevaremos al hombre? Porque el pan de nuestras alforjas se ha acabado y no hay para llevar una ofrenda al hombre de Dios. ¿Qué tenemos?
8 Y el criado volvió a responder a Saúl, y dijo: Mira, tengo en mi mano una cuarta de siclo de plata; se la daré al hombre de Dios, y él nos indicará nuestro camino.
9 (Antiguamente en Israel, cuando uno iba a consultar a Dios, decía: Venid, vamos al vidente; porque al que hoy se llama profeta, antes se le llamaba vidente.)
10 Entonces Saúl dijo a su criado: Bien dicho; ven, vamos. Y fueron a la ciudad donde estaba el hombre de Dios.
11 Mientras subían por la cuesta de la ciudad, se encontraron con unas muchachas que salían a sacar agua y les dijeron: ¿Está aquí el vidente?
12 Y ellas les respondieron, y dijeron: Sí, he aquí, él está delante de ti. Apresúrate ahora, pues hoy ha venido a la ciudad porque el pueblo tiene hoy un sacrificio en el lugar alto.
13 Cuando entréis en la ciudad lo encontraréis antes que suba al lugar alto a comer, pues el pueblo no comerá hasta que él llegue, porque él tiene que bendecir el sacrificio; después de esto, comerán los convidados. Subid, pues, ahora, porque hoy lo hallaréis.
14 Subieron, pues, a la ciudad; y al entrar ellos en medio de la ciudad, he aquí Samuel salía a su encuentro para subir al lugar alto.
15 Ahora bien, un día antes de la llegada de Saúl, el SEÑOR había revelado esto a Samuel:
16 Mañana como a esta hora te enviaré un hombre de la tierra de Benjamín, y lo ungirás para que sea príncipe sobre mi pueblo Israel; él librará a mi pueblo de mano de los filisteos. Porque yo he visto la aflicción de mi pueblo, pues su clamor ha llegado hasta mí.
17 Cuando Samuel vio a Saúl, el SEÑOR se lo hizo notar, diciendo: He aquí el hombre de quien te hablé. Este gobernará a mi pueblo.
18 Saúl se acercó a Samuel a la puerta y le dijo: Te ruego que me digas dónde está la casa del vidente.
19 Y Samuel respondió a Saúl y dijo: Yo soy el vidente. Sube delante de mí al lugar alto, pues comeréis hoy conmigo, y por la mañana te despediré y te diré todo lo que hay en tu corazón.
20 En cuanto a tus asnas que se extraviaron hace tres días, no te preocupes por ellas, pues han sido halladas. Y ¿para quién es todo lo deseable de Israel? ¿No es para ti y para toda la casa de tu padre?
21 Saúl respondió y dijo: ¿No soy yo un benjamita, de la más pequeña de las tribus de Israel, y mi familia la menos importante de todas las familias de la tribu de Benjamín? ¿Por qué, pues, me hablas de esta manera?
22 Entonces Samuel tomó a Saúl y a su criado y los llevó a la sala, y les dio un lugar a la cabecera de los convidados, que eran unos treinta hombres.
23 Y Samuel dijo al cocinero: Trae la porción que te di y de la cual te dije: “Ponla aparte contigo.”
24 Y el cocinero alzó la pierna con lo que estaba sobre ella y la puso delante de Saúl. Y Samuel dijo: He aquí lo que estaba reservado; ponlo delante de ti y come, porque para esta ocasión ha sido guardado para ti desde que invité al pueblo. Así comió Saúl con Samuel aquel día.
25 Cuando bajaron del lugar alto a la ciudad, Samuel habló con Saúl en el terrado.
26 Se levantaron temprano, y al despuntar el alba, Samuel llamó a Saúl en el terrado, diciendo: Levántate, para que yo te despida. Saúl se levantó, y ambos, él y Samuel, salieron a la calle.
27 Mientras bajaban a las afueras de la ciudad, Samuel dijo a Saúl: Di al criado que pase delante de nosotros para que siga su camino; pero tú quédate un poco, para que yo te declare la palabra de Dios.
WLC
1 וְאִ֣ישׁ בֶּן־יָמִ֔ין וּשְׁמֹ֥ו קִ֖ישׁ בֶּן־אֲבִיאֵ֑ל בֶּן־צְרֹר֙ בֶּן־בְּכֹרַ֣ת בֶּן־אֲפִ֔יחַ בֶּן־אִ֥ישׁ יְמִינִ֖י גִּבֹּ֥ור חָֽיִל׃
2 וְלֹו־הָ֨יָה בֵ֜ן וּשְׁמֹ֣ו שָׁא֗וּל בָּח֤וּר וָטֹוב֙ וְאֵ֣ין אִ֣ישׁ מִבְּנֵֽי־יִשְׂרָאֵ֣ל טֹוב֮ מִמֶּנּוּ֒ מִשִּׁכְמֹו֙ וָמַ֔עְלָה גָּבֹ֖והַ מִכָּל־הָעָֽם׃ ס
3 וַתִּֽתַּעֲנָה֙ הָאֲתֹנֹ֔ות לְקִ֖ישׁ אֲבִ֣י שָׁא֑וּל וַיֹּ֨אמֶר קִ֜ישׁ אֶל־שָׁא֣וּל בְּנֹ֗ו קַח־נָ֤א אִתְּךָ֙ אֶת־אַחַ֣ד מֵֽהַנְּעָרִ֔ים וְק֣וּם לֵ֔ךְ בַּקֵּ֖שׁ אֶת־הָאֲתֹנֹֽת׃
4 וַיַּעֲבֹ֤ר בְּהַר־אֶפְרַ֙יִם֙ וַיַּעֲבֹ֣ר בְּאֶֽרֶץ־שָׁלִ֔שָׁה וְלֹ֣א מָצָ֔אוּ וַיַּעַבְר֥וּ בְאֶֽרֶץ־שַׁעֲלִ֖ים וָאַ֑יִן וַיַּעֲבֹ֥ר בְּאֶֽרֶץ־יְמִינִ֖י וְלֹ֥א מָצָֽאוּ׃
5 הֵ֗מָּה בָּ֚אוּ בְּאֶ֣רֶץ צ֔וּף וְשָׁא֣וּל אָמַר֙ לְנַעֲרֹ֣ו אֲשֶׁר־עִמֹּ֔ו לְכָה־וְנָשׁוּבָה֙ פֶּן־יֶחְדַּ֥ל אָבִ֛י מִן־הָאֲתֹונֹ֖ות וְדָאַ֥ג לָֽנוּ׃
6 וַיֹּ֣אמֶר לֹו֮ הִנֵּ֣ה־נָא֩ אִ֨ישׁ אֱלֹהִ֜ים בָּעִ֣יר הַזֹּ֗את וְהָאִישׁ֙ נִכְבָּ֔ד כֹּ֚ל אֲשֶׁר־יְדַבֵּ֣ר בֹּ֔וא יָבֹ֖א עַתָּה־נֵ֣לְכָה שָּׁ֑ם אוּלַ֞י יַגִּ֥יד לָ֙נוּ֙ אֶת־דַּרְכֵּ֔נוּ אֲשֶׁ֥ר הָלַ֖כְנוּ עָלֶֽיהָ׃
7 וַיֹּ֨אמֶר שָׁא֜וּל לְנַעֲרֹ֗ו וְהִנֵּ֤ה נֵלֵךְ֙ וּמַה־נָּבִ֣יא לָאִ֔ישׁ כִּ֤י הַלֶּ֙חֶם֙ אָזַ֣ל מִכֵּלֵ֔ינוּ וּתְשׁוּרָ֥ה אֵין־לְהָבִ֖יא לְאִ֣ישׁ הָאֱלֹהִ֑ים מַה־יֶּ֖שׁ לָֽנוּ׃
8 וַיֹּ֨סֶף הַנַּ֧עַר לַעֲנֹ֣ות אֶת־שָׁא֗וּל וַיֹּ֙אמֶר֙ הִנֵּ֨ה נִמְצָ֣א בְיָדִ֗י רֶ֤בַע שֶׁ֙קֶל֙ כֶּ֔סֶף וְנָתַתִּי֙ לְאִ֣ישׁ הָאֱלֹהִ֔ים וְהִגִּ֥יד לָ֖נוּ אֶת־דַּרְכֵּֽנוּ׃
9 לְפָנִ֣ים׀ בְּיִשְׂרָאֵ֗ל כֹּֽה־אָמַ֤ר הָאִישׁ֙ בְּלֶכְתֹּו֙ לִדְרֹ֣ושׁ אֱלֹהִ֔ים לְכ֣וּ וְנֵלְכָ֔ה עַד־הָרֹאֶ֖ה כִּ֣י לַנָּבִ֣יא הַיֹּ֔ום יִקָּרֵ֥א לְפָנִ֖ים הָרֹאֶֽה׃
10 וַיֹּ֤אמֶר שָׁאוּל֙ לְנַעֲרֹ֔ו טֹ֥וב דְּבָרְךָ֖ לְכָה־נֵלֵ֑כָה וַיֵּלְכ֛וּ אֶל־הָעִ֖יר אֲשֶׁר־שָׁ֥ם אִ֣ישׁ הָאֱלֹהִֽים׃
11 הֵ֣מָּה עֹלִים֮ בְּמַעֲלֵ֣ה הָעִיר֒ וְהֵ֗מָּה מָֽצְא֤וּ נְעָרֹות֙ יֹצְאֹות֙ לִשְׁאֹ֣ב מַ֔יִם וַיֹּאמְר֣וּ לָהֶ֔ן הֲיֵ֥שׁ בָּזֶ֖ה הָרֹאֶֽה׃
12 וַתַּעֲנֶ֣ינָה אֹתָן֮ וַתֹּאמַרְנָה֒ יֵ֚שׁ הִנֵּ֣ה לְפָנֶ֔יךָ מַהֵ֣ר עַתָּ֔ה כִּ֥י הַיֹּ֖ום בָּ֣א לָעִ֑יר כִּ֣י זֶ֥בַח לָעָ֛ם הַיֹּ֖ום בַּבָּמָֽה׃
13 כְּבֹאֲכֶ֣ם הָעִירָה֮ כֵּ֣ן תִּמְצְא֣וּן אֹתֹו֮ בְּטֶ֣רֶם יַעֲלֶ֣ה הַבָּמָה לֶאֱכֹל֒ כִּ֠י לֹא־יֹאכַ֣ל הָעָם֮ עַד־בֹּאֹוֹ֒ כִּ֣י ה֤וּא יְבָרֵךְ֙ אֶת־הַזֶּ֔בַח אַחֲרֵי־כֵ֖ן יֹאכְל֣וּ הַקְּרֻאִ֑ים וְעַתָּה֙ עֲל֔וּ כִּ֥י אֹתֹ֖ו כַּיֹּ֥ום תִּמְצְאֽוּן׃
14 וַיַּעֲל֣וּ הָעִ֔ירָה הֵ֛מָּה בָּאִ֥ים בְּתֹוךְ־הָעִ֖יר וְהִנֵּ֣ה שְׁמוּאֵ֗ל יֹצֵא֙ לִקְרָאתָ֔ם לַעֲלֹ֖ות הַבָּמָֽה׃ ס
15 וַֽיהוָ֛ה גָּלָ֥ה עַל־אֹ֖זֶן שְׁמוּאֵ֑ל יוֹם֙ אֶחָ֣ד לִפְנֵי־בֹ֣וא שָׁא֔וּל לֵאמֹֽר׃
16 כָּעֵ֣ת׀ מָחָ֗ר אֶשְׁלַ֤ח אֵלֶ֙יךָ֙ אִ֣ישׁ מֵאֶ֤רֶץ בִּנְיָמִין֙ וּמָשַׁחְתֹּ֣ו לְנָגִ֔יד עַל־עַמִּ֖י יִשְׂרָאֵ֑ל וְהֹושִׁ֣יעַ אֶת־עַמִּ֗י מִיַּד֙ פְּלִשְׁתִּ֔ים כִּ֣י רָאִ֔יתִי אֶת־עַמִּ֖י כִּ֥י בָּֽאָה צַעֲקָתֹ֖ו אֵלָֽי׃
17 וּשְׁמוּאֵ֞ל רָאָ֣ה אֶת־שָׁא֗וּל וַֽיהוָה֙ עָנָ֣הוּ הִנֵּ֣ה הָאִ֔ישׁ אֲשֶׁר־אָמַ֥רְתִּי אֵלֶ֖יךָ זֶ֣ה יַעְצֹ֣ר בְּעַמִּֽי׃
18 וַיִּגַּ֤שׁ שָׁאוּל֙ אֶת־שְׁמוּאֵ֔ל בְּתֹ֖וךְ הַשָּׁ֑עַר וַיֹּ֙אמֶר֙ הַגִּֽידָה־נָּ֣א לִ֔י אֵי־זֶ֖ה בֵּ֥ית הָרֹאֶֽה׃
19 וַיַּ֤עַן שְׁמוּאֵל֙ אֶת־שָׁא֣וּל וַיֹּ֔אמֶר אָנֹכִ֖י הָרֹאֶ֑ה עֲלֵ֣ה לְפָנַי֩ הַבָּמָ֗ה וַאֲכַלְתֶּ֤ם עִמִּי֙ הַיֹּ֔ום וְשִׁלַּחְתִּ֙יךָ֙ בַבֹּ֔קֶר וְכֹ֛ל אֲשֶׁ֥ר בִּלְבָבְךָ֖ אַגִּ֥יד לָֽךְ׃
20 וְלַאֲתֹנֹת֙ הַנִּצָּאֹת֙ לְךָ֣ הַיֹּ֔ום שְׁלֹ֥שֶׁת הַיָּמִ֖ים אַל־תָּ֣שֶׂם לִבְּךָ֑ כִּ֣י נִמְצָ֔אוּ וּלְמִי֙ כָּל־חֶמְדַּ֣ת יִשְׂרָאֵ֔ל הֲלֹ֥וא לְךָ֖ וּלְכָל־בֵּ֥ית אָבִֽיךָ׃
21 וַיַּ֤עַן שָׁאוּל֙ וַיֹּ֔אמֶר הֲלֹ֨וא בֶן־יְמִינִ֜י אָנֹ֗כִי מִקַּטַּ֤נֵּי שִׁבְטֵי֙ יִשְׂרָאֵ֔ל וּמִשְׁפַּחְתִּי֙ הַצְּעִרָ֣ה מִכָּל־מִשְׁפְּחֹ֣ות שִׁבְטֵֽי בִנְיָמִ֑ן וְלָ֙מָּה֙ דִּבַּ֣רְתָּ אֵלַ֔י כַּדָּבָ֖ר הַזֶּֽה׃ ס
22 וַיִּקַּ֤ח שְׁמוּאֵל֙ אֶת־שָׁא֣וּל וְאֶת־נַעֲרֹ֔ו וַיְבִיאֵ֖ם אֶל־הַלִּשְׁכָּ֑ה וַיִּתֵּ֨ן לָהֶ֤ם מָקֹום֙ בְּרֹ֣אשׁ הַקְּרוּאִ֔ים וְהֵ֖מָּה כְּשְׁלֹשִׁ֥ים אִֽישׁ׃
23 וַיֹּ֣אמֶר שְׁמוּאֵל֮ לַטַּבָּח֒ הַגִּ֕ישָׁה אֶת־הַמָּנָ֖ה אֲשֶׁ֣ר נָתַ֣תִּי לָ֑ךְ אֲשֶׁ֥ר אָמַ֖רְתִּי אֵלֶ֥יךָ שִֽׂים עִמָּֽךְ׃
24 וַיַּרִ֤ם הַטַּבָּח֙ אֶת־הַשֹּׁ֣וק וְהֶעָלֶ֔יהָ וַיָּ֙שֶׂם֙ לִפְנֵ֣י שָׁא֔וּל וַיֹּ֣אמֶר שְׁמוּאֵ֗ל הִנֵּה֙ הַנִּשְׁאָ֔ר שִׂ֣ים לְפָנֶ֔יךָ אֱכֹ֖ול כִּ֣י לַמֹּועֵ֣ד הֻשְׁמְרָה־לְךָ֣ לֵאמֹר֮ הָעָ֣ם קָרָאתִי֒ וַיֹּ֥אכַל שָׁא֖וּל עִם־שְׁמוּאֵ֖ל בַּיֹּ֥ום הַהֽוּא׃
25 וַיֵּרְד֣וּ מֵהַבָּמָה֮ הָעִיר֒ וַיְדַבֵּ֥ר עִם־שָׁא֖וּל עַל־הַגָּֽג׃
26 וַיַּשְׁכִּ֗מוּ וַיְהִ֤י כַעֲלֹות֙ הַשַּׁ֔חַר וַיִּקְרָ֨א שְׁמוּאֵ֤ל אֶל־שָׁאוּל֙ הַגָּ֔גָה לֵאמֹ֖ר ק֣וּם וַאֲשַׁלְּחֶ֑כָּה וַיָּ֣קָם שָׁא֔וּל וַיֵּצְא֥וּ שְׁנֵיהֶ֖ם הַחֽוּצָה׃
27 הֵ֚מָּה יֹרְדִים֙ בְּקְצֵ֣ה הָעִ֔יר וּשְׁמוּאֵל֙ אָמַ֣ר אֶל־שָׁא֔וּל אֱמֹ֥ר לַנַּ֖עַר וְיַעֲבֹ֣ר לְפָנֵ֑ינוּ וְאַתָּה֙ עֲמֹ֣ד כַּיֹּ֔ום וְאַשְׁמִֽיעֲךָ֖ אֶת־דְּבַ֥ר אֱלֹהִֽים׃ פ
Capítulo 10
LBLA
1 Tomó entonces Samuel la redoma de aceite, la derramó sobre la cabeza de Saúl, lo besó y le dijo: ¿No te ha ungido el SEÑOR por príncipe sobre su heredad?
2 Cuando te apartes hoy de mí, hallarás dos hombres junto al sepulcro de Raquel, en la frontera de Benjamín, en Zelzah; y ellos te dirán: “Las asnas que fuiste a buscar han sido halladas. Y he aquí, tu padre ha dejado de preocuparse por las asnas y está afligido por vosotros, diciendo: ‘¿Qué haré en cuanto a mi hijo?’”
3 De allí seguirás más adelante, y llegarás hasta la encina de Tabor, y allí te encontrarás con tres hombres que suben a Dios en Betel: uno con tres cabritos, otro con tres tortas de pan y otro con un odre de vino;
4 ellos te saludarán y te darán dos panes, los cuales recibirás de sus manos.
5 Después llegarás a la colina de Dios donde está la guarnición de los filisteos; y sucederá que cuando entres allí en la ciudad, te encontrarás con un grupo de profetas que descienden del lugar alto con arpa, pandero, flauta y lira delante de ellos, y ellos profetizando.
6 Entonces el Espíritu del SEÑOR vendrá sobre ti con poder, y profetizarás con ellos y serás cambiado en otro hombre.
7 Cuando estas señales te sucedan, haz lo que te venga a mano, porque Dios está contigo.
8 Y descenderás delante de mí a Gilgal, y he aquí, yo descenderé a ti para ofrecer holocaustos y para sacrificar sacrificios de paz. Esperarás siete días hasta que yo venga a ti y te muestre lo que debes hacer.
9 Cuando Saúl volvió su espalda para irse de Samuel, Dios le cambió el corazón; y todas aquellas señales le acontecieron aquel mismo día.
10 Cuando llegaron allá a la colina, he aquí, un grupo de profetas salió a su encuentro; y el Espíritu de Dios vino sobre él con poder, y profetizó entre ellos.
11 Y cuando todos los que le conocían de antes vieron que ahora profetizaba en medio de los profetas, la gente se decía unos a otros: ¿Qué le ha sucedido al hijo de Cis? ¿Está también Saúl entre los profetas?
12 Y un hombre de allí respondió y dijo: ¿Y quién es el padre de ellos? Por tanto, se hizo proverbio: ¿Está también Saúl entre los profetas?
13 Cuando terminó de profetizar, fue al lugar alto.
14 Y el tío de Saúl les dijo a él y a su criado: ¿Adónde fuisteis? Y él respondió: A buscar las asnas; y cuando vimos que no aparecían, fuimos a Samuel.
15 Y el tío de Saúl dijo: Te ruego que me digas qué os dijo Samuel.
16 Y Saúl dijo a su tío: Nos dijo claramente que las asnas habían sido halladas. Pero Saúl no le mencionó nada acerca del asunto del reino que Samuel le había dicho.
17 Después Samuel convocó al pueblo al SEÑOR en Mizpa;
18 y les dijo a los hijos de Israel: Así dice el SEÑOR, Dios de Israel: “Yo saqué a Israel de Egipto y os libré del poder de los egipcios y del poder de todos los reinos que os oprimían.”
19 Pero vosotros habéis rechazado hoy a vuestro Dios, que os ha salvado de todas vuestras calamidades y vuestras angustias, y habéis dicho: “No, sino pon un rey sobre nosotros.” Ahora pues, presentaos delante del SEÑOR por vuestras tribus y por vuestras familias.
20 Samuel hizo que se acercaran todas las tribus de Israel, y fue escogida la tribu de Benjamín.
21 Hizo que se acercara la tribu de Benjamín por sus familias, y fue escogida la familia de Matri. Y Saúl, hijo de Cis, fue escogido; pero cuando lo buscaron, no pudo ser hallado.
22 Volvieron, pues, a consultar al SEÑOR: ¿Ha venido el hombre aquí todavía? Y el SEÑOR respondió: He aquí, él está escondido entre el equipaje.
23 Corrieron y lo tomaron de allí, y cuando estuvo en medio del pueblo, de hombros arriba sobrepasaba a todo el pueblo.
24 Y Samuel dijo a todo el pueblo: ¿Veis al que el SEÑOR ha escogido? En verdad, no hay semejante a él entre todo el pueblo. Entonces todo el pueblo gritó, y dijo: ¡Viva el rey!
25 Entonces Samuel explicó al pueblo las ordenanzas del reino, y las escribió en un libro y las colocó delante del SEÑOR. Y Samuel despidió a todo el pueblo, cada uno a su casa.
26 Saúl también se fue a su casa en Guibeá, y con él fueron los hombres de guerra cuyos corazones Dios había tocado.
27 Pero ciertos hombres indignos dijeron: ¿Cómo puede éste salvarnos? Y lo menospreciaron y no le trajeron presente alguno. Pero él guardó silencio.
WLC
1 וַיִּקַּ֨ח שְׁמוּאֵ֜ל אֶת־פַּ֥ךְ הַשֶּׁ֙מֶן֙ וַיִּצֹ֣ק עַל־רֹאשֹׁ֗ו וַיִּשָּׁקֵ֙הוּ֙ וַיֹּ֙אמֶר֙ הֲלֹ֗וא כִּֽי־מְשָׁחֲךָ֧ יְהוָ֛ה עַל־נַחֲלָתֹ֖ו לְנָגִֽיד׃
2 בְּלֶכְתְּךָ֨ הַיֹּ֜ום מֵעִמָּדִ֗י וּמָצָאתָ֩ שְׁנֵ֨י אֲנָשִׁ֜ים עִם־קְבֻרַ֥ת רָחֵל֙ בִּגְב֣וּל בִּנְיָמִ֔ין בְּצֶלְצַ֖ח וְאָמְר֣וּ אֵלֶ֑יךָ נִמְצְא֣וּ הָאֲתֹנֹ֗ות אֲשֶׁ֤ר הָלַ֙כְתָּ֙ לְבַקֵּ֔שׁ וְהִנֵּ֨ה נָטַ֤שׁ אָבִ֙יךָ֙ אֶת־דִּבְרֵ֣י הָאֲתֹנֹ֔ות וְדָאַ֥ג לָכֶ֖ם לֵאמֹ֥ר מָֽה־אֶעֱשֶׂ֖ה לִבְנִֽי׃
3 וְחָלַפְתָּ֨ מִשָּׁ֜ם וָהָ֗לְאָה וּבָ֙אתָ֙ עַד־אֵלֹ֣ון תָּבֹ֔ור וּמְצָא֤וּךָ שָּׁם֙ שְׁלֹשָׁ֣ה אֲנָשִׁ֔ים עֹלִ֥ים אֶל־הָאֱלֹהִ֖ים בֵּֽית־אֵ֑ל אֶחָ֞ד נֹשֵׂ֣א שְׁלֹשָׁה֩ גְדָיִ֗ים וְאֶחָד֙ נֹשֵׂא֙ שְׁלֹ֣שֶׁת לֶ֔חֶם וְאֶחָ֖ד נֹשֵׂ֥א נֵֽבֶל־יָֽיִן׃
4 וְשָֽׁאֲל֥וּ לְךָ֖ לְשָׁלֹ֑ום וְנָֽתְנוּ־לְךָ֥ שְׁתֵּי־לֶ֖חֶם וְלָקַחְתָּ֥ מִיָּדָֽם׃
5 אַחַ֣ר כֵּ֗ן תָּבֹא֙ גִּבְעַ֣ת הָֽאֱלֹהִ֔ים אֲשֶׁר־שָׁ֖ם נְצִיבֵ֣י פְלִשְׁתִּ֑ים וִֽיהִי֙ כְּבֹאֲךָ֣ שָׁ֔ם הָעִ֔ירָה וּפָגַעְתָּ֞ חֶ֤בֶל נְבִאִים֙ יֹרְדִ֣ים מֵֽהַבָּמָ֔ה וְלִפְנֵיהֶ֞ם נֵ֤בֶל וְתֹף֙ וְחָלִ֣יל וְכִנֹּ֔ור וְהֵ֖מָּה מִֽתְנַבְּאִֽים׃
6 וְצָלְחָ֤ה עָלֶ֙יךָ֙ ר֣וּחַ יְהוָ֔ה וְהִתְנַבִּיתָ֥ עִמָּהֶ֖ם וְנֶהְפַּכְתָּ֥ לְאִֽישׁ אַחֵֽר׃
7 וְהָיָ֗ה כִּי֩ תַבֹּאֶ֨ינָה הָאֹתֹ֥ות הָאֵלֶּה֙ לָ֔ךְ עֲשֵׂ֥ה לְךָ֖ אֵ֣ת אֲשֶׁר־תִּמְצָ֣א יָדֶ֑ךָ כִּ֥י הָאֱלֹהִ֖ים עִמָּֽךְ׃
8 וְיָרַדְתָּ֣ לְפָנַי֮ הַגִּלְגָּל֒ וְהִנֵּ֤ה אָנֹכִי֙ יֹרֵ֣ד אֵלֶ֔יךָ לְהַעֲלֹ֥ות עֹלֹ֖ות לִזְבֹּ֣חַ זִבְחֵי־שְׁלָמִ֑ים שִׁבְעַ֨ת יָמִ֤ים תֹּוחֵל֙ עַד־בֹּאִ֣י אֵלֶ֔יךָ וְהֹֽודַעְתִּי֙ לְךָ֔ אֵ֖ת אֲשֶׁ֥ר תַּעֲשֶֽׂה׃ ס
9 וְהָיָ֗ה כְּהַפְנֹתֹו֙ שִׁכְמֹו֙ לָלֶ֙כֶת֙ מֵעִ֣ם שְׁמוּאֵ֔ל וַיַּהֲפָךְ־לֹ֥ו אֱלֹהִ֖ים לֵ֣ב אַחֵ֑ר וַיָּבֹ֛אוּ כָּל־הָאֹתֹ֥ות הָאֵ֖לֶּה בַּיֹּ֥ום הַהֽוּא׃
10 וַיָּבֹ֤אוּ שָׁם֙ הַגִּבְעָ֔תָה וְהִנֵּ֥ה חֶֽבֶל־נְבִאִ֖ים לִקְרָאתֹ֑ו וַתִּצְלַ֤ח עָלָיו֙ ר֣וּחַ אֱלֹהִ֔ים וַיִּתְנַבֵּ֖א בְּתֹוכָֽם׃
11 וַיְהִ֣י כָל־יֹדְעֹו֩ מֵאֶתְמֹ֨ול שִׁלְשֹׁ֜ום בִּרְאֹותָ֗ם וְהִנֵּ֥ה עִם־נְבִאִ֖ים נִבָּ֑א וַיֹּ֙אמֶר֙ הָעָ֣ם אִ֣ישׁ אֶל־רֵעֵ֔הוּ מַה־זֶּה֙ הָיָ֣ה לְבֶן־קִ֔ישׁ הֲגַ֥ם שָׁא֖וּל בַּנְּבִאִֽים׃
12 וַיַּ֣עַן אִ֤ישׁ מִשָּׁם֙ וַיֹּ֔אמֶר וּמִ֖י אֲבִיהֶ֑ם עַל־כֵּ֥ן הָיְתָ֖ה לְמָשָׁ֥ל הֲגַ֥ם שָׁא֖וּל בַּנְּבִאִֽים׃
13 וַיְכַל֙ מֵֽהִתְנַבֹּ֔ות וַיָּבֹ֖א הַבָּמָֽה׃
14 וַיֹּ֨אמֶר דֹּוד־שָׁא֜וּל אֵלָ֗יו וְאֶל־נַעֲרֹו֙ אָ֣ן הֲלַכְתֶּ֔ם וַיֹּ֖אמֶר לְבַקֵּ֣שׁ אֶת־הָאֲתֹנֹ֑ות וַנִּרְאֶה֙ כִּי־אַ֔יִן וַנָּבֹ֖וא אֶל־שְׁמוּאֵֽל׃
15 וַיֹּ֣אמֶר דֹּוד־שָׁא֔וּל הַגִּֽידָה־נָּ֣א לִ֔י מַה־אָמַ֥ר לְךָ֖ שְׁמוּאֵֽל׃
16 וַיֹּ֨אמֶר שָׁא֣וּל אֶל־דֹּודֹו֮ הַגֵּ֣ד הִגִּ֣יד לָנוּ֮ כִּֽי־נִמְצְא֣וּ הָאֲתֹנֹות֒ וְאֶת־דְּבַ֤ר הַמְּלוּכָה֙ לֹא־הִגִּ֣יד לֹ֔ו אֲשֶׁ֥ר אָמַ֖ר שְׁמוּאֵֽל׃ פ
17 וַיַּצְעֵ֤ק שְׁמוּאֵל֙ אֶת־הָעָ֔ם אֶל־יְהוָ֖ה הַמִּצְפָּֽה׃
18 וַיֹּ֣אמֶר אֶל־בְּנֵ֣י יִשְׂרָאֵ֗ל כֹּֽה־אָמַ֤ר יְהוָה֙ אֱלֹהֵ֣י יִשְׂרָאֵ֔ל אָֽנֹכִי֙ הֶעֱלֵ֣יתִי אֶת־יִשְׂרָאֵ֔ל מִמִּצְרָ֑יִם וָאַצִּ֥יל אֶתְכֶ֛ם מִיַּ֥ד מִצְרַ֖יִם וּמִיַּ֥ד כָּל־הַמַּמְלָכֹ֖ות הַלֹּחֲצִ֥ים אֶתְכֶֽם׃
19 וְאַתֶּ֞ם מְאַסְתֶּ֣ם הַיֹּ֗ום אֵ֚ת אֱלֹ֣הֵיכֶ֔ם אֲשֶׁר־ה֣וּא הֹושִׁ֣יעַ אֶתְכֶ֗ם מִכָּל־רָעֹותֵיכֶם֙ וְצָרֹ֣תֵיכֶ֔ם וַתֹּאמְר֣וּ לֹּ֔ו כִּֽי־מֶ֥לֶךְ תָּשִׂ֖ים עָלֵ֑ינוּ וְעַתָּ֗ה הִתְיַצְּב֤וּ לִפְנֵי֙ יְהוָ֔ה לְשִׁבְטֵיכֶ֖ם וּלְאַלְפֵיכֶֽם׃
20 וַיַּקְרֵ֥ב שְׁמוּאֵ֖ל אֵ֣ת כָּל־שִׁבְטֵ֣י יִשְׂרָאֵ֑ל וַיִּלָּכֵ֖ד שֵׁ֥בֶט בִּנְיָמִֽן׃
21 וַיַּקְרֵב֩ אֶת־שֵׁ֨בֶט בִּנְיָמִ֜ן לְמִשְׁפְּחֹתָ֗יו וַיִּלָּכֵד֮ מִשְׁפַּ֣חַת מַטְרִלּי֮ וַיִּלָּכֵ֣ד שָׁא֣וּל בֶּן־קִ֗ישׁ וַיְבַקְשֻׁ֙הוּ֙ וְלֹ֣א נִמְצָֽא׃
22 וַיִּשְׁאֲל֣וּ עֹוד֮ בַּיהוָה֒ הֲבָא֩ עֹ֨וד הֲלֹ֥ם אִ֛ישׁ וַיֹּ֥אמֶר יְהוָ֖ה הִנֵּה־ה֣וּא נֶחְבָּ֑א אֶל־הַכֵּלִֽים׃
23 וַיָּרֻ֙צוּ֙ וַיִּקָּחֻ֣הוּ מִשָּׁ֔ם וַיִּתְיַצֵּ֖ב בְּתֹ֣וךְ הָעָ֑ם וַיִּגְבַּהּ֙ מִשִּׁכְמֹ֣ו וָמַ֔עְלָה מִכָּל־הָעָֽם׃
24 וַיֹּ֨אמֶר שְׁמוּאֵ֜ל אֶל־כָּל־הָעָ֗ם הַרְאִיתֶם֙ אֲשֶׁ֣ר בָּחַר־בֹּ֣ו יְהוָ֔ה כִּ֣י אֵ֥ין כָּמֹ֖הוּ בְּכָל־הָעָ֑ם וַיָּרִ֧עוּ כָל־הָעָ֛ם וַיֹּאמְר֖וּ יְחִ֥י הַמֶּֽלֶךְ׃
25 וַיְדַבֵּ֨ר שְׁמוּאֵ֤ל אֶל־הָעָם֙ אֶת־מִשְׁפַּ֣ט הַמְּלוּכָ֔ה וַיִּכְתֹּ֣ב בַּסֵּ֔פֶר וַיַּנַּ֖ח לִפְנֵ֣י יְהוָ֑ה וַיְשַׁלַּ֤ח שְׁמוּאֵל֙ אֶת־כָּל־הָעָ֔ם אִ֖ישׁ לְבֵיתֹֽו׃
26 וְגַם־שָׁא֣וּל הָלַךְ֮ לְבֵיתֹו֙ גִּבְעָ֔תָה וַיֵּלְכ֥וּ עִמֹּ֛ו הַחַ֖יִל אֲשֶׁר־נָגַ֥ע אֱלֹהִ֖ים בְּלִבָּֽם׃
27 וּבְנֵ֣י בְלִיַּ֗עַל אָֽמְרוּ֙ מַה־יֹּשִׁיעֵ֣נוּ זֶ֔ה וַיִּבְזֻ֖הוּ וְלֹא־הֵבִ֣יאוּ לֹ֣ו מִנְחָ֑ה וַיְהִ֖י כְּמַחֲרִֽישׁ׃ פ
Capítulo 11
Saúl derrota a los amonitas
LBLA
1 Entonces subió Nahas el amonita y acampó contra Jabes de Galaad; y todos los hombres de Jabes dijeron a Nahas: Haz un pacto con nosotros y te serviremos.
2 Pero Nahas el amonita les dijo: Haré un pacto con vosotros con esta condición: que a todos vosotros os saque el ojo derecho, y ponga así afrenta sobre todo Israel.
3 Y los ancianos de Jabes le dijeron: Danos tregua por siete días para que enviemos mensajeros por todo el territorio de Israel, y si no hay quien nos libre, nos rendiremos a ti.
4 Cuando los mensajeros llegaron a Guibeá de Saúl y dijeron estas palabras a oídos del pueblo, todo el pueblo alzó su voz y lloró.
5 Y he aquí, Saúl venía del campo detrás de los bueyes, y dijo: ¿Qué pasa al pueblo que llora? Entonces le contaron las palabras de los hombres de Jabes.
6 Y el Espíritu de Dios vino sobre Saúl con poder cuando oyó estas palabras, y se encendió en gran manera su ira.
7 Y tomando una yunta de bueyes, los cortó en pedazos y los envió por todo el territorio de Israel por medio de mensajeros, diciendo: Así se hará a los bueyes del que no salga en pos de Saúl y en pos de Samuel. Entonces el terror del SEÑOR cayó sobre el pueblo, y salieron como un solo hombre.
8 Y los contó en Bezec; y los hijos de Israel eran trescientos mil, y los hombres de Judá treinta mil.
9 Y dijeron a los mensajeros que habían venido: Así diréis a los hombres de Jabes de Galaad: "Mañana cuando caliente el sol seréis librados." Y los mensajeros fueron y lo anunciaron a los hombres de Jabes, y ellos se alegraron.
10 Entonces los hombres de Jabes dijeron: Mañana nos rendiremos a vosotros, y podréis hacernos todo lo que os parezca bien.
11 Y sucedió que al día siguiente Saúl dispuso al pueblo en tres compañías; y entraron en medio del campamento a la vigilia de la mañana, e hirieron a los amonitas hasta que calentó el día. Y los que quedaron fueron dispersados, no quedando dos de ellos juntos.
12 Entonces el pueblo dijo a Samuel: ¿Quién es el que dijo: "¿Ha de reinar Saúl sobre nosotros?" Traed a esos hombres para que los matemos.
13 Pero Saúl dijo: No se dará muerte a ninguno hoy, porque hoy el SEÑOR ha hecho liberación en Israel.
14 Entonces Samuel dijo al pueblo: Venid, vayamos a Gilgal y renovemos el reino allí.
15 Y todo el pueblo fue a Gilgal, y allí en Gilgal hicieron rey a Saúl delante del SEÑOR. Allí también ofrecieron sacrificios de las ofrendas de paz delante del SEÑOR; y allí Saúl y todos los hombres de Israel se alegraron en gran manera.
WLC
1 וַיַּ֗עַל נָחָשׁ֙ הָֽעַמּוֹנִ֔י וַיִּ֖חַן עַל־יָבֵ֣ישׁ גִּלְעָ֑ד וַיֹּאמְר֜וּ כָּל־אַנְשֵׁ֤י יָבֵישׁ֙ אֶל־נָחָ֔שׁ כְּרָת־לָ֥נוּ בְרִ֖ית וְנַעַבְדֶֽךָּ׃
2 וַיֹּ֣אמֶר אֲלֵיהֶ֗ם נָחָשׁ֙ הָעַמּוֹנִ֔י בְּזֹ֖את אֶכְרֹ֣ת לָכֶ֑ם בִּנְק֤וֹר לָכֶם֙ כָּל־עֵ֣ין יָמִ֔ין וְשַׂמְתִּ֥יהָ חֶרְפָּ֖ה עַל־כָּל־יִשְׂרָאֵֽל׃
3 וַיֹּאמְר֨וּ אֵלָ֜יו זִקְנֵ֣י יָבֵ֗ישׁ הֶ֤רֶף לָ֙נוּ֙ שִׁבְעַ֣ת יָמִ֔ים וְנִשְׁלְחָ֤ה מַלְאָכִים֙ בְּכֹ֣ל גְּב֣וּל יִשְׂרָאֵ֔ל וְאִם־אֵ֥ין מוֹשִׁ֖יעַ אֹתָ֑נוּ וְיָצָ֖אנוּ אֵלֶֽיךָ׃
4 וַיָּבֹ֤אוּ הַמַּלְאָכִים֙ גִּבְעַ֣ת שָׁא֔וּל וַיְדַבְּר֥וּ הַדְּבָרִ֖ים בְּאָזְנֵ֣י הָעָ֑ם וַיִּשְׂא֧וּ כָל־הָעָ֛ם אֶת־קוֹלָ֖ם וַיִּבְכּֽוּ׃
5 וְהִנֵּ֣ה שָׁא֗וּל בָּ֣א אַחֲרֵ֤י הַבָּקָר֙ מִן־הַשָּׂדֶ֔ה וַיֹּ֣אמֶר שָׁא֔וּל מַה־לָּעָ֖ם כִּ֣י יִבְכּ֑וּ וַיְסַ֨פְּרוּ־ל֔וֹ אֶת־דִּבְרֵ֖י אַנְשֵׁ֥י יָבֵֽישׁ׃
6 וַתִּצְלַ֤ח רֽוּחַ־אֱלֹהִים֙ עַל־שָׁא֔וּל בשמעו כְּשָׁמְע֖וֹ אֶת־הַדְּבָרִ֣ים הָאֵ֑לֶּה וַיִּ֥חַר אַפּ֖וֹ מְאֹֽד׃
7 וַיִּקַּ֣ח צֶ֣מֶד בָּקָ֡ר וַֽיְנַתְּחֵ֡הוּ וַיְשַׁלַּ֡ח בְּכָל־גְּבוּל֩ יִשְׂרָאֵ֨ל בְּיַ֣ד הַמַּלְאָכִ֣ים׀ לֵאמֹ֡ר אֲשֶׁר֩ אֵינֶ֨נּוּ יֹצֵ֜א אַחֲרֵ֤י שָׁאוּל֙ וְאַחַ֣ר שְׁמוּאֵ֔ל כֹּ֖ה יֵעָשֶׂ֣ה לִבְקָר֑וֹ וַיִּפֹּ֤ל פַּֽחַד־יְהוָה֙ עַל־הָעָ֔ם וַיֵּצְא֖וּ כְּאִ֥ישׁ אֶחָֽד׃
8 וַֽיִּפְקְדֵ֖ם בְּבָ֑זֶק וַיִּהְי֤וּ בְנֵֽי־יִשְׂרָאֵל֙ שְׁלֹ֣שׁ מֵא֣וֹת אֶ֔לֶף וְאִ֥ישׁ יְהוּדָ֖ה שְׁלֹשִׁ֥ים אָֽלֶף׃
9 וַיֹּאמְר֞וּ לַמַּלְאָכִ֣ים הַבָּאִ֗ים כֹּ֤ה תֹאמְרוּן֙ לְאִישׁ֙ יָבֵ֣ישׁ גִּלְעָ֔ד מָחָ֛ר תִּֽהְיֶה־לָכֶ֥ם תְּשׁוּעָ֖ה בחם כְּחֹ֣ם הַשָּׁ֑מֶשׁ וַיָּבֹ֤אוּ הַמַּלְאָכִים֙ וַיַּגִּ֣ידוּ לְאַנְשֵׁ֣י יָבֵ֔ישׁ וַיִּשְׂמָֽחוּ׃
10 וַיֹּאמְרוּ֙ אַנְשֵׁ֣י יָבֵ֔ישׁ מָחָ֖ר נֵצֵ֣א אֲלֵיכֶ֑ם וַעֲשִׂיתֶ֣ם לָ֔נוּ כְּכָל־הַטּ֖וֹב בְּעֵינֵיכֶֽם׃
11 וַיְהִ֣י מִֽמָּחֳרָ֗ת וַיָּ֨שֶׂם שָׁא֣וּל אֶת־הָעָם֮ שְׁלֹשָׁ֣ה רָאשִׁים֒ וַיָּבֹ֤אוּ בְתוֹךְ־הַֽמַּחֲנֶה֙ בְּאַשְׁמֹ֣רֶת הַבֹּ֔קֶר וַיַּכּ֥וּ אֶת־עַמּ֖וֹן עַד־חֹ֣ם הַיּ֑וֹם וַיְהִ֤י הַנִּשְׁאָרִים֙ וַיָּפֻ֔צוּ וְלֹ֥א נִשְׁאֲרוּ־בָ֖ם שְׁנַ֥יִם יָֽחַד׃
12 וַיֹּ֤אמֶר הָעָם֙ אֶל־שְׁמוּאֵ֔ל מִ֥י הָאֹמֵ֖ר שָׁא֣וּל יִמְלֹ֣ךְ עָלֵ֑ינוּ תְּנ֥וּ הָאֲנָשִׁ֖ים וּנְמִיתֵֽם׃
13 וַיֹּ֣אמֶר שָׁא֔וּל לֹא־יוּמַ֥ת אִ֖ישׁ בַּיּ֣וֹם הַזֶּ֑ה כִּ֧י הַיּ֛וֹם עָשָֽׂה־יְהוָ֥ה תְּשׁוּעָ֖ה בְּיִשְׂרָאֵֽל׃
14 וַיֹּ֤אמֶר שְׁמוּאֵל֙ אֶל־הָעָ֔ם לְכ֖וּ וְנֵלְכָ֣ה הַגִּלְגָּ֑ל וּנְחַדֵּ֥שׁ שָׁ֖ם הַמְּלוּכָֽה׃
15 וַיֵּלְכ֨וּ כָל־הָעָ֜ם הַגִּלְגָּ֗ל וַיַּמְלִכוּ֩ שָׁ֨ם אֶת־שָׁא֜וּל לִפְנֵ֤י יְהוָה֙ בַּגִּלְגָּ֔ל וַיִּזְבְּחוּ־שָׁ֛ם זְבָחִ֥ים שְׁלָמִ֖ים לִפְנֵ֣י יְהוָ֑ה וַיִּשְׂמַ֨ח שָׁ֥ם שָׁא֛וּל וְכָל־אַנְשֵׁ֥י יִשְׂרָאֵ֖ל עַד־מְאֹֽד׃
Capítulo 12
LBLA
1 Entonces Samuel dijo a todo Israel: He aquí, yo he escuchado vuestra voz en todo lo que me dijisteis, y he puesto rey sobre vosotros.
2 Y ahora, he aquí, el rey va delante de vosotros, y yo he envejecido y encanecido. Y he aquí, mis hijos están con vosotros. Y yo he andado delante de vosotros desde mi juventud hasta hoy.
3 Aquí estoy; testificad contra mí delante del SEÑOR y delante de su ungido. ¿De quién he tomado un buey, o de quién he tomado un asno? ¿A quién he defraudado? ¿A quién he oprimido? ¿De mano de quién he recibido soborno para cegar mis ojos con él? Y lo restituiré.
4 Y ellos dijeron: Tú no nos has defraudado, ni nos has oprimido, ni has tomado nada de mano de ningún hombre.
5 Entonces él les dijo: El SEÑOR es testigo contra vosotros, y su ungido es testigo en este día, de que no habéis hallado nada en mi mano. Y ellos dijeron: El es testigo.
6 Y Samuel dijo al pueblo: El SEÑOR es el que designó a Moisés y a Aarón, y el que sacó a vuestros padres de la tierra de Egipto.
7 Ahora pues, presentaos para que yo discuta con vosotros delante del SEÑOR acerca de todos los hechos de justicia del SEÑOR que El hizo por vosotros y por vuestros padres.
8 Cuando Jacob fue a Egipto, y vuestros padres clamaron al SEÑOR, el SEÑOR envió a Moisés y a Aarón, quienes sacaron a vuestros padres de Egipto y los hicieron habitar en este lugar.
9 Pero ellos olvidaron al SEÑOR su Dios, y El los vendió en mano de Sísara, jefe del ejército de Hazor, y en mano de los filisteos, y en mano del rey de Moab, y ellos pelearon contra ellos.
10 Y clamaron al SEÑOR, y dijeron: “Hemos pecado porque hemos dejado al SEÑOR y hemos servido a los Baales y a Astarot; mas ahora, líbranos de mano de nuestros enemigos, y te serviremos.”
11 Entonces el SEÑOR envió a Jerobaal, y a Bedán, y a Jefté, y a Samuel, y os libró de mano de vuestros enemigos en derredor, de manera que habitasteis seguros.
12 Cuando visteis que Nahas, rey de los hijos de Amón, venía contra vosotros, me dijisteis: “No, sino que un rey reinará sobre nosotros”; aunque el SEÑOR vuestro Dios era vuestro rey.
13 Ahora pues, aquí está el rey que habéis escogido, a quien habéis pedido; y he aquí que el SEÑOR ha puesto rey sobre vosotros.
14 Si teméis al SEÑOR y le servís, y escucháis su voz y no os rebeláis contra el mandato del SEÑOR, entonces tanto vosotros como el rey que reine sobre vosotros seguiréis al SEÑOR vuestro Dios.
15 Pero si no escucháis la voz del SEÑOR, y os rebeláis contra el mandato del SEÑOR, entonces la mano del SEÑOR estará contra vosotros, como lo estuvo contra vuestros padres.
16 Ahora pues, presentaos y ved esta gran cosa que el SEÑOR hará delante de vuestros ojos.
17 ¿No es ahora la siega del trigo? Yo clamaré al SEÑOR, para que envíe truenos y lluvia. Entonces sabréis y veréis que es grande la maldad que habéis hecho ante los ojos del SEÑOR, al pedir para vosotros un rey.
18 Clamó Samuel al SEÑOR, y el SEÑOR envió truenos y lluvia aquel día; y todo el pueblo temió grandemente al SEÑOR y a Samuel.
19 Entonces todo el pueblo dijo a Samuel: Ruega por tus siervos al SEÑOR tu Dios para que no muramos, porque hemos añadido este mal a todos nuestros pecados, de pedir para nosotros un rey.
20 Y Samuel dijo al pueblo: No temáis; aunque vosotros habéis hecho todo este mal, no os apartéis de seguir al SEÑOR, sino servid al SEÑOR con todo vuestro corazón.
21 No os apartéis, porque entonces iríais tras cosas vanas que no pueden proveer, ni librar, pues son vanas.
22 Porque el SEÑOR, a causa de su gran nombre, no desamparará a su pueblo, pues el SEÑOR se ha complacido en haceros pueblo suyo.
23 Y en cuanto a mí, lejos esté de mí que peque contra el SEÑOR cesando de orar por vosotros, antes bien, os instruiré en el camino bueno y recto.
24 Solo temed al SEÑOR y servidle fielmente con todo vuestro corazón; porque considerad cuán grandes cosas ha hecho por vosotros.
25 Pero si continuáis haciendo mal, tanto vosotros como vuestro rey pereceréis.
WLC
1 וַיֹּ֤אמֶר שְׁמוּאֵל֙ אֶל־כָּל־יִשְׂרָאֵ֔ל הִנֵּה֙ שָׁמַ֣עְתִּי בְקֹֽלְכֶ֔ם לְכֹ֖ל אֲשֶׁ֣ר אֲמַרְתֶּם־לִ֑י וָאַמְלִ֥יךְ עֲלֵיכֶ֖ם מֶֽלֶךְ׃
2 וְעַתָּה֙ הִנֵּ֣ה הַמֶּ֔לֶךְ מִתְהַלֵּ֥ךְ לִפְנֵיכֶ֖ם וַאֲנִ֣י זָקַ֣נְתִּי וָשַׂ֑בְתִּי וּבָנַי֙ הִנָּ֣ם אִתְּכֶ֔ם וַאֲנִי֙ הִתְהַלַּ֣כְתִּי לִפְנֵיכֶ֔ם מִנְּעוּרַ֖י עַד־הַיֹּ֥ום הַזֶּֽה׃
3 הִנְנִ֣י עֲנ֣וּ בִ֡י נֶגֶד֩ יְהוָ֨ה וְנֶגֶד֩ מְשִׁיחֹו֙ אֶת־שֹׁ֥ור מִי֙ לָקַ֔חְתִּי וַחֲמֹ֥ור מִי֙ לָקַ֔חְתִּי וְאֶת־מִ֖י עָשַׁ֣קְתִּי אֶת־מִ֖י רַצֹּותִּי וּמִיַּ֣ד מִ֗י לָקַ֤חְתִּי כֹ֙פֶר֙ וְאַעְלִ֣ים עֵינַ֣י בֹּ֔ו וְאָשִׁ֥יב לָכֶֽם׃
4 וַיֹּאמְר֖וּ לֹ֣א עֲשַׁקְתָּ֑נוּ וְלֹ֥א רַצֹּותָ֖נוּ וְלֹא־לָקַ֥חְתָּ מִיַּד־אִֽישׁ׃
5 וַיֹּ֣אמֶר אֲלֵהֶ֗ם עֵ֤ד יְהוָה֙ בָּכֶ֔ם וְעֵ֥ד מְשִׁיחֹ֖ו הַיֹּ֣ום הַזֶּ֑ה כִּ֣י לֹא־מְצָאתֶ֤ם בְּיָדִי֙ מְא֔וּמָה וַיֹּאמְר֖וּ עֵֽד׃ פ
6 וַיֹּ֤אמֶר שְׁמוּאֵל֙ אֶל־הָעָ֔ם יְהוָה֙ אֲשֶׁ֣ר עָשָׂ֔ה אֶת־מֹשֶׁ֖ה וְאֶת־אַהֲרֹ֑ן וַאֲשֶׁר֙ הֶעֱלָ֣ה אֶת־אֲבֹתֵיכֶ֔ם מֵאֶ֖רֶץ מִצְרָֽיִם׃
7 וְעַתָּ֗ה הִֽתְיַצְּב֛וּ וְאִשָּׁפְטָ֥ה אִתְּכֶ֖ם לִפְנֵ֣י יְהוָ֑ה אֵ֚ת כָּל־צִדְקֹ֣ות יְהוָ֔ה אֲשֶׁר־עָשָׂ֥ה אֶתְכֶ֖ם וְאֶת־אֲבֹתֵיכֶֽם׃
8 כַּאֲשֶׁר־בָּ֣א יַעֲקֹב֮ מִצְרַיִם֒ וַיִּזְעֲק֤וּ אֲבֹֽתֵיכֶם֙ אֶל־יְהוָ֔ה וַיִּשְׁלַ֤ח יְהוָה֙ אֶת־מֹשֶׁ֣ה וְאֶת־אַהֲרֹ֔ן וַיֹּוצִ֥יאוּ אֶת־אֲבֹתֵיכֶ֖ם מִמִּצְרַ֑יִם וַיֹּשִׁיבֻ֖ם בַּמָּקֹ֥ום הַזֶּֽה׃
9 וַיִּשְׁכְּח֣וּ אֶת־יְהוָה֮ אֱלֹהֵיהֶם֒ וַיִּמְכֹּ֤ר אֹותָם֙ בְּיַד־סִֽיסְרָא֙ שַׂר־צְבָ֣א חָצֹ֔ור וּבְיַד־פְּלִשְׁתִּ֖ים וּבְיַד־מֶ֣לֶךְ מֹואָ֑ב וַיִּֽלָּחֲמ֖וּ בָּֽם׃
10 וַיִּזְעֲק֤וּ אֶל־יְהוָה֙ וַיֹּאמְר֣וּ חָטָ֔אנוּ כִּ֤י עָזַ֙בְנוּ֙ אֶת־יְהוָ֔ה וַנַּעֲבֹ֥ד אֶת־הַבְּעָלִ֖ים וְאֶת־הָעַשְׁתָּרֹ֑ות וְעַתָּ֗ה הַצִּילֵ֙נוּ֙ מִיַּ֣ד אֹיְבֵ֔ינוּ וְנַעַבְדֶ֖ךָּ׃
11 וַיִּשְׁלַ֤ח יְהוָה֙ אֶת־יְרֻבַּ֣עַל וְאֶת־בְּדָ֔ן וְאֶת־יִפְתָּ֖ח וְאֶת־שְׁמוּאֵ֑ל וַיַּצֵּ֨ל אֶתְכֶ֜ם מִיַּ֣ד אֹיְבֵיכֶ֣ם מִסָּבִ֗יב וַתֵּשְׁב֥וּ בֶֽטַח׃
12 וַתִּרְא֗וּ כִּֽי־נָחָשׁ֙ מֶ֣לֶךְ בְּנֵֽי־עַמֹּ֣ון בָּא֙ עֲלֵיכֶ֔ם וַתֹּאמְרוּ֙ לִּ֔י לֹ֥א כִּֽי־מֶ֖לֶךְ יִמְלֹ֣ךְ עָלֵ֑ינוּ וַֽיהוָה֙ אֱלֹ֣הֵיכֶ֔ם מֶלְכְּכֶֽם׃
13 וְעַתָּ֗ה הִנֵּ֤ה הַמֶּ֙לֶךְ֙ אֲשֶׁ֣ר בְּחַרְתֶּם֙ אֲשֶׁ֣ר שְׁאֶלְתֶּ֔ם וְהִנֵּ֥ה נָתַן֙ יְהוָ֔ה עֲלֵיכֶ֖ם מֶֽלֶךְ׃
14 אִ֣ם יְרֵאתֶם֩ אֶת־יְהוָ֨ה וַעֲבַדְתֶּ֜ם אֹתֹ֗ו וּשְׁמַעְתֶּם֙ בְּקֹלֹ֔ו וְלֹ֥א מְרִיתֶ֖ם אֶת־פִּ֣י יְהוָ֑ה וִהְיִתֶ֤ם גַּם־אַתֶּם֙ וְגַם־הַמֶּ֣לֶךְ אֲשֶׁר־מָלַ֣ךְ עֲלֵיכֶ֔ם אַחֲרֵ֖י יְהוָ֥ה אֱלֹהֵיכֶֽם׃
15 וְאִם־לֹ֣א תִשְׁמְעוּ֮ בְּקֹ֣ול יְהוָה֒ וּמְרִיתֶ֕ם אֶת־פִּ֖י יְהוָ֑ה וְהָיְתָ֤ה יַד־יְהוָה֙ בָּכֶ֔ם וּבַאֲבֹתֵיכֶֽם׃
16 גַּם־עַתָּה֙ הִתְיַצְּב֣וּ וּרְא֔וּ אֶת־הַדָּבָ֥ר הַגָּדֹ֖ול הַזֶּ֑ה אֲשֶׁ֥ר יְהוָ֖ה עֹשֶׂ֥ה לְעֵינֵיכֶֽם׃
17 הֲלֹ֤א קְצִיר־חִטִּים֙ הַיֹּ֔ום אֶקְרָא֙ אֶל־יְהוָ֔ה וְיִתֵּ֥ן קֹלֹ֖ת וּמָטָ֑ר וּדְע֣וּ וּרְא֗וּ כִּֽי־רָעַתְכֶם֙ רַבָּ֗ה אֲשֶׁ֤ר עֲשִׂיתֶם֙ בְּעֵינֵ֣י יְהוָ֔ה לִשְׁאֹ֥ול לָכֶ֖ם מֶֽלֶךְ׃
18 וַיִּקְרָ֤א שְׁמוּאֵל֙ אֶל־יְהוָ֔ה וַיִּתֵּ֤ן יְהוָה֙ קֹלֹ֣ת וּמָטָ֔ר בַּיֹּ֖ום הַה֑וּא וַיִּירָ֤א כָל־הָעָם֙ מְאֹ֔ד אֶת־יְהוָ֖ה וְאֶת־שְׁמוּאֵֽל׃
19 וַיֹּאמְר֣וּ כָל־הָעָם֮ אֶל־שְׁמוּאֵל֒ הִתְפַּלֵּ֞ל בְּעַ֣ד עֲבָדֶיךָ֙ אֶל־יְהוָ֣ה אֱלֹהֶ֔יךָ וְאַל־נָמ֖וּת כִּֽי־יָסַ֣פְנוּ עַל־כָּל־חַטֹּאותֵ֗ינוּ רָעָה֙ לִשְׁאֹ֥ול לָ֙נוּ֙ מֶֽלֶךְ׃
20 וַיֹּ֤אמֶר שְׁמוּאֵל֙ אֶל־הָעָ֔ם אַל־תִּירָ֑אוּ אַתֶּ֣ם עֲשִׂיתֶם֮ אֵ֣ת כָּל־הָרָעָ֣ה הַזֹּאת֒ אַ֗ךְ לֹ֤א תָסֻ֙רוּ֙ מֵאַחֲרֵ֣י יְהוָ֔ה וַעֲבַדְתֶּ֥ם אֶת־יְהוָ֖ה בְּכָל־לְבַבְכֶֽם׃
21 וְלֹ֥א תָסֻ֖רוּ כִּ֣י אַחֲרֵי הַתֹּ֑הוּ אֲשֶׁר֙ לֹא־יֹועִ֣לוּ וְלֹא־יַצִּ֔ילוּ כִּי־תֹ֖הו הֵֽמָּה׃
22 כִּ֣י לֹא־יִטֹּ֣שׁ יְהוָה֩ אֶת־עַמֹּ֨ו בַּעֲב֥וּר שְׁמֹֽו הַגָּדֹול֙ כִּ֣י הֹואִיל֙ יְהוָ֔ה לַעֲשֹׂ֥ות אֶתְכֶ֖ם לֹ֥ו לְעָֽם׃
23 גַּ֣ם אָנֹכִ֗י חָלִ֤ילָה לִּי֙ מֵחֲטֹ֣וא לַֽיהוָ֔ה מֵחֲדֹ֖ל לְהִתְפַּלֵּ֣ל בַּעַדְכֶ֑ם וְהֹורֵיתִ֣י אֶתְכֶ֔ם בְּדֶ֥רֶךְ הַטֹּובָ֖ה וְהַיְשָׁרָֽה׃
24 אַ֣ךְ יִרְא֣וּ אֶת־יְהוָה֮ וַעֲבַדְתֶּ֣ם אֹתֹו֮ בֶּאֱמֶ֣ת בְּכָל־לְבַבְכֶם֒ כִּ֣י רְא֔וּ אֵ֥ת אֲשֶׁר־הִגְדִּ֖ל עִמָּכֶֽם׃
25 וְאִם־הָרֵ֥עַ תָּרֵ֖עוּ גַּם־אַתֶּ֣ם גַּם־מַלְכְּכֶ֖ם תִּסָּפֽוּ׃ פ
Capítulo 13
LBLA
1 Saúl tenía treinta años cuando comenzó a reinar, y reinó sobre Israel cuarenta y dos años.
2 Saúl escogió para sí tres mil hombres de Israel; dos mil estaban con Saúl en Micmas y en la región montañosa de Betel, y mil estaban con Jonatán en Geba de Benjamín. Y al resto del pueblo lo despidió, cada uno a su tienda.
3 Y Jonatán atacó a la guarnición de los filisteos que estaba en Geba, y lo oyeron los filisteos. Entonces Saúl hizo tocar la trompeta por todo el país, diciendo: Que oigan los hebreos.
4 Y todo Israel oyó decir que Saúl había atacado a la guarnición de los filisteos, y también que Israel se había hecho odioso a los filisteos. Y el pueblo se reunió con Saúl en Gilgal.
5 Los filisteos se reunieron para pelear contra Israel, con treinta mil carros, seis mil hombres de a caballo y gente tan numerosa como la arena a la orilla del mar; y subieron y acamparon en Micmas, al oriente de Bet-avén.
6 Cuando los hombres de Israel vieron que estaban en un aprieto (pues el pueblo estaba en dificultades), el pueblo se escondió en cuevas, en matorrales, en peñascos, en sótanos y en cisternas.
7 Y algunos de los hebreos pasaron el Jordán a la tierra de Gad y de Galaad. Pero Saúl estaba aún en Gilgal, y todo el pueblo le seguía temblando.
8 Y él esperó siete días, conforme al tiempo señalado por Samuel, pero Samuel no llegaba a Gilgal, y el pueblo se le dispersaba.
9 Entonces Saúl dijo: Traedme el holocausto y las ofrendas de paz. Y él ofreció el holocausto.
10 Y sucedió que cuando terminó de ofrecer el holocausto, he aquí que Samuel llegó; y Saúl salió a recibirlo para saludarle.
11 Pero Samuel dijo: ¿Qué has hecho? Y Saúl respondió: Porque vi que el pueblo se me dispersaba, que tú no venías dentro del tiempo señalado, y que los filisteos estaban reunidos en Micmas,
12 me dije: "Ahora los filisteos descenderán contra mí en Gilgal, y yo no he implorado el favor del SEÑOR." Así que me forcé y ofrecí el holocausto.
13 Entonces Samuel dijo a Saúl: Has obrado neciamente; no has guardado el mandamiento que el SEÑOR tu Dios te dio, pues ahora el SEÑOR hubiera establecido tu reino sobre Israel para siempre.
14 Pero ahora tu reino no perdurará. El SEÑOR se ha buscado un hombre conforme a su corazón, y el SEÑOR lo ha designado como príncipe sobre su pueblo, porque tú no has guardado lo que el SEÑOR te mandó.
15 Y Samuel se levantó y subió de Gilgal a Geba de Benjamín. Y Saúl contó la gente que se hallaba con él, como seiscientos hombres.
16 Saúl y su hijo Jonatán, y la gente que se hallaba con ellos, estaban en Geba de Benjamín, y los filisteos habían acampado en Micmas.
17 Y salieron del campamento de los filisteos columnas de saqueadores en tres compañías; una compañía se dirigió por el camino de Ofra, hacia la tierra de Sual,
18 otra compañía se dirigió por el camino de Bet-horón, y la otra compañía se dirigió por el camino de la frontera que mira sobre el valle de Zeboím, hacia el desierto.
19 No se hallaba herrero en toda la tierra de Israel, porque los filisteos habían dicho: No sea que los hebreos hagan espadas o lanzas.
20 Y todo Israel tenía que descender a los filisteos para afilar cada uno la reja de su arado, su azadón, su hacha y su hoz.
21 El precio era un pim por las rejas de arado, por los azadones, por las horquillas de tres dientes y por las hachas, y para arreglar las aguijadas.
22 Y sucedió que en el día de la batalla no se halló espada ni lanza en mano de ninguno del pueblo que estaba con Saúl y Jonatán, pero sí se halló en mano de Saúl y de su hijo Jonatán.
23 Y la guarnición de los filisteos salió al paso de Micmas.
WLC
1 בֶּן־שָׁנָ֖ה שָׁא֣וּל בְּמָלְכֹ֑ו וּשְׁתֵּ֣י שָׁנִ֔ים מָלַ֖ךְ עַל־יִשְׂרָאֵֽל׃
2 וַיִּבְחַר־לֹ֨ו שָׁא֜וּל שְׁלֹ֣שֶׁת אֲלָפִים֮ מִיִּשְׂרָאֵל֒ וַיִּהְי֨וּ עִם־שָׁא֜וּל אַלְפַּ֗יִם בְּמִכְמָשׂ֙ וּבְהַ֣ר בֵּֽית־אֵ֔ל וְאֶ֗לֶף הָי֛וּ עִם־יֹונָתָ֥ן בְּגִבְעַ֖ת בִּנְיָמִ֑ין וְיֶ֣תֶר הָעָ֔ם שִׁלַּ֖ח אִ֥ישׁ לְאֹהָלָֽיו׃
3 וַיַּ֤ךְ יֹונָתָן֙ אֵ֣ת נְצִ֣יב פְּלִשְׁתִּ֔ים אֲשֶׁ֖ר בְּגֶ֑בַע וַֽיִּשְׁמְע֖וּ פְּלִשְׁתִּ֑ים וְשָׁאוּל֩ תָּקַ֨ע בַּשֹּׁופָ֤ר בְּכָל־הָאָ֙רֶץ֙ לֵאמֹ֔ר יִשְׁמְע֖וּ הָעִבְרִֽים׃
4 וְכָל־יִשְׂרָאֵ֞ל שָׁמְע֣וּ לֵאמֹ֗ר הִכָּ֤ה שָׁאוּל֙ אֶת־נְצִ֣יב פְּלִשְׁתִּ֔ים וְגַם־נִבְאַ֥שׁ יִשְׂרָאֵ֖ל בַּפְּלִשְׁתִּ֑ים וַיִּצָּעֲק֥וּ הָעָ֛ם אַחֲרֵ֥י שָׁא֖וּל הַגִּלְגָּֽל׃
5 וּפְלִשְׁתִּ֞ים נֶאֶסְפ֣וּ׀ לְהִלָּחֵ֣ם עִם־יִשְׂרָאֵ֗ל שְׁלֹשִׁ֣ים אֶ֠לֶף רֶ֞כֶב וְשֵׁ֤שֶׁת אֲלָפִים֙ פָּרָשִׁ֔ים וְעָ֕ם כַּחֹ֕ול אֲשֶׁ֥ר עַל־שְׂפַֽת־הַיָּ֖ם לָרֹ֑ב וַיַּעֲל֥וּ וַיַּחֲנ֛וּ בְמִכְמָ֖שׂ קִדְמַ֥ת בֵּֽית אָֽוֶן׃
6 וְאִ֨ישׁ יִשְׂרָאֵ֤ל רָאוּ֙ כִּ֣י צַר־לֹ֔ו כִּ֥י נִגַּ֖שׂ הָעָ֑ם וַיִּֽתְחַבְּא֣וּ הָעָ֗ם בַּמְּעָרֹ֤ות וּבַֽחֲוָחִים֙ וּבַסְּלָעִ֔ים וּבַצְּרִחִ֖ים וּבַבֹּרֹֽות׃
7 וְעִבְרִ֗ים עָֽבְרוּ֙ אֶת־הַיַּרְדֵּ֔ן אֶ֥רֶץ גָּ֖ד וְגִלְעָ֑ד וְשָׁאוּל֙ עֹודֶ֣נּוּ בַגִּלְגָּ֔ל וְכָל־הָעָ֖ם חָרְד֥וּ אַחֲרָֽיו׃
8 וַיֹּ֣וחֶל׀ שִׁבְעַ֣ת יָמִ֗ים לַמֹּועֵד֙ אֲשֶׁ֣ר שְׁמוּאֵ֔ל וְלֹא־בָ֥א שְׁמוּאֵ֖ל הַגִּלְגָּ֑ל וַיָּ֥פֶץ הָעָ֖ם מֵעָלָֽיו׃
9 וַיֹּ֣אמֶר שָׁא֔וּל הַגִּ֣ישׁוּ אֵלַ֔י הָעֹלָ֖ה וְהַשְּׁלָמִ֑ים וַיַּ֖עַל הָעֹלָֽה׃
10 וַיְהִ֗י כְּכַלֹּתֹו֙ לְהַעֲלֹ֣ות הָעֹלָ֔ה וְהִנֵּ֥ה שְׁמוּאֵ֖ל בָּ֑א וַיֵּ֥צֵא שָׁא֖וּל לִקְרָאתֹ֥ו לְבָרְכֹֽו׃
11 וַיֹּ֥אמֶר שְׁמוּאֵ֖ל מֶ֣ה עָשִׂ֑יתָ וַיֹּ֣אמֶר שָׁא֡וּל כִּֽי־רָאִ֩יתִי֩ כִֽי־נָפַ֨ץ הָעָ֜ם מֵעָלַ֗י וְאַתָּה֙ לֹא־בָ֙אתָ֙ לְמֹועֵ֣ד הַיָּמִ֔ים וּפְלִשְׁתִּ֖ים נֶאֱסָפִ֥ים מִכְמָֽשׂ׃
12 וָאֹמַ֗ר עַ֠תָּה יֵרְד֨וּ פְלִשְׁתִּ֤ים אֵלַי֙ הַגִּלְגָּ֔ל וּפְנֵ֥י יְהוָ֖ה לֹ֣א חִלִּ֑יתִי וָֽאֶתְאַפַּק֙ וָאַעֲלֶ֣ה הָעֹלָ֔ה׃
13 וַיֹּ֨אמֶר שְׁמוּאֵ֜ל אֶל־שָׁא֗וּל נִסְכָּ֙לְתָּ֙ לֹ֣א שָׁמַ֗רְתָּ אֶת־מִצְוַ֞ת יְהוָ֤ה אֱלֹהֶ֙יךָ֙ אֲשֶׁ֣ר צִוָּ֔ךְ כִּ֣י עַתָּ֗ה הֵכִ֨ין יְהוָ֧ה אֶֽת־מַמְלַכְתְּךָ֛ אֶל־יִשְׂרָאֵ֖ל עַד־עֹולָֽם׃
14 וְעַתָּ֖ה מַמְלַכְתְּךָ֣ לֹא־תָק֑וּם בִּקֵּשׁ֩ יְהוָ֨ה לֹ֜ו אִ֣ישׁ כִּלְבָבֹ֗ו וַיְצַוֵּ֨הוּ יְהוָ֤ה לְנָגִיד֙ עַל־עַמֹּ֔ו כִּ֚י לֹ֣א שָׁמַ֔רְתָּ אֵ֥ת אֲשֶׁר־צִוְּךָ֖ יְהוָֽה׃
15 וַיָּ֣קָם שְׁמוּאֵ֗ל וַיַּ֙עַל֙ מִן־הַגִּלְגָּ֔ל גִּבְעַ֖ת בִּנְיָמִ֑ן וַיִּפְקֹ֣ד שָׁא֗וּל אֶת־הָעָם֙ הַנִּמְצְאִ֣ים עִמֹּ֔ו כְּשֵׁ֥שׁ מֵאֹ֖ות אִֽישׁ׃
16 וְשָׁא֞וּל וְיֹונָתָ֣ן בְּנֹ֗ו וְהָעָם֙ הַנִּמְצָ֣א עִמָּ֔ם יֹשְׁבִ֖ים בְּגֶ֣בַע בִּנְיָמִ֑ן וּפְלִשְׁתִּ֖ים חָנ֥וּ בְמִכְמָֽשׂ׃
17 וַיֵּצֵ֧א הַמַּשְׁחִ֛ית מִמַּחֲנֵ֥ה פְלִשְׁתִּ֖ים שְׁלֹשָׁ֣ה רָאשִׁ֑ים הָרֹ֨אשׁ אֶחָ֥ד יִפְנֶ֛ה אֶל־דֶּ֥רֶךְ עָפְרָ֖ה אֶל־אֶ֥רֶץ שׁוּעָֽל׃
18 וְהָרֹ֨אשׁ אֶחָ֥ד יִפְנֶ֛ה דֶּ֥רֶךְ בֵּֽית־חֹרֹ֖ן וְהָרֹ֣אשׁ אֶחָ֑ד יִפְנֶ֗ה דֶּ֚רֶךְ הַגְּבוּל֙ הַנִּשְׁקָ֣ף עַל־גֵּ֣י הַצְּבֹעִ֔ים הַמִּדְבָּֽרָה׃
19 וְחָרָשׁ֙ לֹ֣א יִמָּצֵ֔א בְּכֹ֖ל אֶ֣רֶץ יִשְׂרָאֵ֑ל כִּֽי־אמר [אָמְר֣וּ] פְלִשְׁתִּ֔ים פֶּ֚ן יַעֲשׂ֣וּ הָעִבְרִ֔ים חֶ֖רֶב אֹ֥ו חֲנִֽית׃
20 וַיֵּרְד֥וּ כָל־יִשְׂרָאֵ֖ל הַפְּלִשְׁתִּ֑ים לִ֠לְטֹושׁ אִ֣ישׁ אֶת־מַחֲרַשְׁתֹּ֤ו וְאֶת־אֵתֹו֙ וְאֶת־קַרְדֻּמֹּ֔ו וְאֵ֖ת מַחֲרֵשָׁתֹֽו׃
21 וְהָיְתָ֤ה הַפְּצִירָה֙ פִּים֙ לַמַּ֣חֲרֵשֹׁ֔ת וְלָאֵתִ֖ים וְלִשְׁלֹ֣שׁ קִלְּשֹׁ֑ון וּלְהַצִּ֖יב הַקַּרְדֻּמִּֽים׃
22 וְהָיָה֙ בְּיֹ֣ום מִלְחֶ֔מֶת וְלֹ֨א נִמְצָ֜א חֶ֤רֶב וַחֲנִית֙ בְּיַ֣ד כָּל־הָעָ֔ם אֲשֶׁ֥ר אֶת־שָׁא֖וּל וְאֶת־יֹונָתָ֑ן וַתִּמָּצֵ֣א לְשָׁא֔וּל וּלְיֹונָתָ֖ן בְּנֹֽו׃
23 וַיֵּצֵא֙ מַצַּ֣ב פְּלִשְׁתִּ֔ים אֶֽל־מַעֲבַ֖ר מִכְמָֽשׂ׃
Capítulo 14
LBLA
1 Un día aconteció que Jonatán, hijo de Saúl, dijo al joven que llevaba su armadura: Ven, pasemos a la guarnición de los filisteos que está al otro lado. Pero no se lo hizo saber a su padre.
2 Y Saúl estaba en las afueras de Guibeá, bajo el granado que está en Migrón, y la gente que estaba con él era como seiscientos hombres.
3 Y Ahías, hijo de Ahitob, hermano de Icabod, hijo de Finees, hijo de Elí, sacerdote del SEÑOR en Silo, llevaba el efod. Y el pueblo no sabía que Jonatán se había ido.
4 Entre los desfiladeros por donde Jonatán procuraba pasar a la guarnición de los filisteos, había un peñasco agudo por un lado, y un peñasco agudo por el otro; el nombre de uno era Boses y el nombre del otro Sene.
5 Un peñasco se alzaba hacia el norte frente a Micmas, y el otro hacia el sur frente a Geba.
6 Y Jonatán dijo al joven que llevaba su armadura: Ven, pasemos a la guarnición de estos incircuncisos; quizá el SEÑOR obre por nosotros, pues no es difícil para el SEÑOR salvar con muchos o con pocos.
7 Y su escudero le respondió: Haz todo lo que tienes en tu corazón; ve, pues he aquí que estoy contigo conforme a tu deseo.
8 Entonces Jonatán dijo: He aquí, vamos a pasar a esos hombres y nos mostraremos a ellos.
9 Si nos dicen: "Esperad hasta que lleguemos a vosotros", entonces nos quedaremos en nuestro lugar y no subiremos a ellos.
10 Pero si dicen: "Subid a nosotros", entonces subiremos, porque el SEÑOR los ha entregado en nuestra mano, y esto nos será por señal.
11 Cuando los dos se mostraron a la guarnición de los filisteos, los filisteos dijeron: Mirad, los hebreos salen de las cavernas donde se han escondido.
12 Y los hombres de la guarnición respondieron a Jonatán y a su escudero, y dijeron: Subid a nosotros, y os haremos saber una cosa. Entonces Jonatán dijo a su escudero: Sube tras mí, porque el SEÑOR los ha entregado en mano de Israel.
13 Y Jonatán subió trepando con sus manos y sus pies, y su escudero iba tras él. Y cayeron delante de Jonatán, y su escudero los mataba tras él.
14 Esta primera matanza que hicieron Jonatán y su escudero fue de unos veinte hombres, en un área de como media yugada de tierra.
15 Y hubo pánico en el campamento, en el campo y entre todo el pueblo; también la guarnición y los que habían salido a saquear, tuvieron pánico, y la tierra tembló; y hubo un pánico enviado por Dios.
16 Y los centinelas de Saúl en Guibeá de Benjamín vieron que la multitud se dispersaba y corría en todas direcciones.
17 Entonces Saúl dijo al pueblo que estaba con él: Pasad revista ahora y ved quién se ha ido de entre nosotros. Y pasaron revista, y he aquí, Jonatán y su escudero no estaban allí.
18 Y Saúl dijo a Ahías: Trae el arca de Dios (porque el arca de Dios estaba entonces con los hijos de Israel).
19 Y aconteció que mientras Saúl hablaba al sacerdote, el alboroto en el campamento de los filisteos iba aumentando más y más. Y Saúl dijo al sacerdote: Retira tu mano.
20 Entonces Saúl y todo el pueblo que estaba con él se reunieron y fueron a la batalla; y he aquí, la espada de cada uno estaba contra su compañero, y había una gran confusión.
21 Además, los hebreos que habían estado antes con los filisteos, que habían subido con ellos al campamento, aun ellos se volvieron para estar con los israelitas que estaban con Saúl y Jonatán.
22 Y todos los hombres de Israel que se habían escondido en la región montañosa de Efraín, al oír que los filisteos huían, también los persiguieron en la batalla.
23 Así el SEÑOR salvó a Israel aquel día, y la batalla se extendió más allá de Bet-avén.
24 Pero los hombres de Israel fueron puestos en aprietos aquel día, porque Saúl había puesto al pueblo bajo juramento, diciendo: Maldito sea el hombre que coma alimento antes del anochecer, antes que me haya vengado de mis enemigos. Y nadie del pueblo probó alimento.
25 Y todo el pueblo del país llegó a un bosque donde había miel en la superficie del campo.
26 Cuando el pueblo entró en el bosque, he aquí, la miel corría; pero nadie se llevó la mano a la boca, porque el pueblo temía el juramento.
27 Pero Jonatán no había oído cuando su padre puso al pueblo bajo juramento, así que alargó la punta de la vara que tenía en la mano, la mojó en el panal de miel y se llevó la mano a la boca, y sus ojos se iluminaron.
28 Entonces uno del pueblo habló y dijo: Tu padre puso al pueblo bajo juramento estricto, diciendo: "Maldito sea el hombre que coma alimento hoy." Y el pueblo estaba exhausto.
29 Y Jonatán dijo: Mi padre ha turbado al país. Ved ahora cómo se han iluminado mis ojos por haber probado un poco de esta miel.
30 ¡Cuánto más si el pueblo hubiera comido hoy del botín de sus enemigos que encontró! ¿No habría sido ahora mayor la matanza de los filisteos?
31 Ese día hirieron a los filisteos desde Micmas hasta Ajalón, y el pueblo estaba muy cansado.
32 Entonces el pueblo se lanzó sobre el botín, y tomaron ovejas, bueyes y becerros, y los degollaron en el suelo; y el pueblo los comió con la sangre.
33 Y le avisaron a Saúl, diciendo: He aquí, el pueblo está pecando contra el SEÑOR comiendo carne con la sangre. Y él dijo: Habéis obrado pérfidamente; rodadme ahora acá una piedra grande.
34 Y Saúl dijo: Esparcíos entre el pueblo y decidles: Traedme cada uno su buey y cada uno su oveja, y degolladlos aquí y comed; y no pequéis contra el SEÑOR comiendo carne con la sangre. Y aquella noche todo el pueblo trajo cada uno su buey en su mano, y los degollaron allí.
35 Y Saúl edificó un altar al SEÑOR; este fue el primer altar que edificó al SEÑOR.
36 Y Saúl dijo: Bajemos de noche tras los filisteos y los saqueemos hasta la mañana, y no dejemos con vida a ninguno de ellos. Y ellos dijeron: Haz todo lo que te parezca bien. Pero el sacerdote dijo: Acerquémonos aquí a Dios.
37 Y Saúl consultó a Dios: ¿Descenderé tras los filisteos? ¿Los entregarás en mano de Israel? Pero El no le respondió aquel día.
38 Entonces Saúl dijo: Acercaos aquí todos los principales del pueblo, y sabed y ved en qué ha consistido este pecado hoy.
39 Porque vive el SEÑOR que salva a Israel, que aunque sea en Jonatán mi hijo, ciertamente morirá. Pero no hubo en todo el pueblo quien le respondiera.
40 Y dijo a todo Israel: Vosotros estaréis a un lado, y yo y Jonatán mi hijo estaremos al otro lado. Y el pueblo respondió a Saúl: Haz lo que te parezca bien.
41 Entonces Saúl dijo al SEÑOR, Dios de Israel: Da suerte perfecta. Y Jonatán y Saúl fueron tomados por suerte, y el pueblo escapó.
42 Y Saúl dijo: Echad suertes entre mi hijo Jonatán y yo. Y Jonatán fue tomado.
43 Entonces Saúl dijo a Jonatán: Declárame lo que has hecho. Y Jonatán se lo declaró y dijo: Ciertamente probé un poco de miel con la punta de la vara que tenía en mi mano. ¿He de morir?
44 Y Saúl respondió: Así me haga Dios y aun me añada, que ciertamente morirás, Jonatán.
45 Pero el pueblo dijo a Saúl: ¿Ha de morir Jonatán, el que ha logrado esta gran salvación en Israel? ¡De ningún modo! Vive el SEÑOR, que no caerá en tierra ni un cabello de su cabeza, porque ha actuado con Dios hoy. Así el pueblo rescató a Jonatán y no murió.
46 Entonces Saúl dejó de perseguir a los filisteos, y los filisteos se fueron a su lugar.
47 Cuando Saúl tomó posesión del reino sobre Israel, peleó contra todos sus enemigos alrededor: contra Moab, contra los hijos de Amón, contra Edom, contra los reyes de Soba y contra los filisteos; y dondequiera que se volvía, infligía castigo.
48 Actuó valientemente y derrotó a los amalecitas, y libró a Israel de mano de los que lo saqueaban.
49 Los hijos de Saúl eran Jonatán, Isví y Malquisúa; y los nombres de sus dos hijas eran estos: el nombre de la mayor era Merab, y el de la menor, Mical.
50 El nombre de la mujer de Saúl era Ahinoam, hija de Ahimaas; y el nombre del capitán de su ejército era Abner, hijo de Ner, tío de Saúl.
51 Cis era padre de Saúl, y Ner, padre de Abner, era hijo de Abiel.
52 Y hubo fuerte guerra contra los filisteos todos los días de Saúl; y cuando Saúl veía a algún hombre fuerte o valiente, lo reclutaba para sí.
WLC
1 וַיְהִ֣י הַיֹּ֗ום וַיֹּ֨אמֶר יֹונָתָ֤ן בֶּן־שָׁאוּל֙ אֶל־הַנַּ֙עַר֙ נֹשֵׂ֣א כֵלָ֔יו לְכָ֗ה וְנַעְבְּרָה֙ אֶל־מַצַּ֣ב פְּלִשְׁתִּ֔ים אֲשֶׁ֖ר מֵעֵ֣בֶר הַלָּ֑ז וּלְאָבִ֖יו לֹ֥א הִגִּֽיד׃
2 וְשָׁא֗וּל יֹושֵׁב֙ בִּקְצֵ֣ה הַגִּבְעָ֔ה תַּ֥חַת הָרִמֹּ֖ון בַּמִּגְרֹ֑ון וְהָעָם֙ אֲשֶׁ֣ר עִמֹּ֔ו כְּשֵׁ֥שׁ מֵאֹ֖ות אִֽישׁ׃
3 וַאֲחִיָּ֣ה בֶן־אֲחִט֡וּב אֲחִ֡י אִיכָבֹוד֩ בֶּן־פִּינְחָ֨ס בֶּן־עֵלִ֜י כֹּהֵ֧ן׀ יְהוָ֛ה בְּשִׁלֹ֖ו נֹשֵׂ֣א אֵפֹ֑ד וְהָעָם֙ לֹ֣א יָדַ֔ע כִּ֥י הָלַ֖ךְ יֹונָתָֽן׃
4 וּבֵין֩ הַמַּעְבְּרֹ֨ות אֲשֶׁ֨ר בִּקֵּ֜שׁ יֹונָתָ֗ן לַעֲבֹר֙ עַל־מַצַּ֣ב פְּלִשְׁתִּ֔ים שֵׁן־הַסֶּ֤לַע מֵהָעֵ֙בֶר֙ מִזֶּ֔ה וְשֵׁן־הַסֶּ֖לַע מֵהָעֵ֣בֶר מִזֶּ֑ה וְשֵׁ֤ם הָֽאֶחָד֙ בֹּ֔צֵץ וְשֵׁ֥ם הָאֶחָ֖ד סֶֽנֶּה׃
5 הַשֵּׁ֧ן הָאֶחָ֛ד מָצ֥וּק מִצָּפֹ֖ון מ֣וּל מִכְמָ֑שׂ וְהָאֶחָ֥ד מִנֶּ֖גֶב מ֥וּל גָּֽבַע׃
6 וַיֹּ֨אמֶר יֹונָתָ֜ן אֶל־הַנַּ֣עַר׀ נֹשֵׂ֣א כֵלָ֗יו לְכָה֙ וְנַעְבְּרָ֗ה אֶל־מַצַּב֙ הָעֲרֵלִ֣ים הָאֵ֔לֶּה אוּלַ֛י יַעֲשֶׂ֥ה יְהוָ֖ה לָ֑נוּ כִּ֣י אֵ֤ין לַֽיהוָה֙ מַעְצֹ֔ור לְהֹושִׁ֥יעַ בְּרַ֖ב אֹ֥ו בִמְעָֽט׃
7 וַיֹּ֤אמֶר לֹו֙ נֹשֵׂ֣א כֵלָ֔יו עֲשֵׂ֖ה כָּל־אֲשֶׁ֣ר בִּלְבָבֶ֑ךָ נְטֵ֣ה לָ֔ךְ הִנְנִ֥י עִמְּךָ֖ כִּלְבָבֶֽךָ׃
8 וַיֹּ֣אמֶר יֹונָתָ֗ן הִנֵּ֤ה אֲנַ֙חְנוּ֙ עֹבְרִ֣ים אֶל־הָאֲנָשִׁ֔ים וְנִגְלִ֖ינוּ אֲלֵיהֶֽם׃
9 אִם־כֹּ֤ה יֹֽאמְרוּ֙ אֵלֵ֔ינוּ דֹּ֕מּוּ עַד־הַגִּיעֵ֖נוּ אֲלֵיכֶ֑ם וְעָמַ֣דְנוּ תַחְתֵּ֔ינוּ וְלֹ֥א נַעֲלֶ֖ה אֲלֵיהֶֽם׃
10 וְאִם־כֹּ֨ה יֹאמְר֜וּ עֲל֤וּ עָלֵ֙ינוּ֙ וְעָלִ֔ינוּ כִּֽי־נְתָנָ֥ם יְהוָ֖ה בְּיָדֵ֑נוּ וְזֶה־לָּ֖נוּ הָאֹֽות׃
11 וַיִּגָּל֣וּ שְׁנֵיהֶ֔ם אֶל־מַצַּ֖ב פְּלִשְׁתִּ֑ים וַיֹּאמְר֣וּ פְלִשְׁתִּ֔ים הִנֵּ֤ה עִבְרִים֙ יֹֽצְאִ֔ים מִן־הַחֹרִ֖ים אֲשֶׁ֥ר הִתְחַבְּאוּ־שָֽׁם׃
12 וַיַּעֲנוּ֩ אַנְשֵׁ֨י הַמַּצָּבָ֜ה אֶת־יֹונָתָ֣ן וְאֶת־נֹשֵׂ֣א כֵלָ֗יו וַיֹּֽאמְרוּ֙ עֲל֣וּ אֵלֵ֔ינוּ וְנוֹדִ֥יעָה אֶתְכֶ֖ם דָּבָ֑ר וַיֹּ֨אמֶר יֹונָתָ֜ן אֶל־נֹשֵׂ֤א כֵלָיו֙ עֲלֵ֣ה אַחֲרַ֔י כִּֽי־נְתָנָ֥ם יְהוָ֖ה בְּיַ֥ד יִשְׂרָאֵֽל׃
13 וַיַּ֣עַל יֹונָתָ֗ן עַל־יָדָיו֙ וְעַל־רַגְלָ֔יו וְנֹשֵׂ֥א כֵלָ֖יו אַחֲרָ֑יו וַֽיִּפְּלוּ֙ לִפְנֵ֣י יֹונָתָ֔ן וְנֹשֵׂ֥א כֵלָ֖יו מְמוֹתֵ֥ת אַחֲרָֽיו׃
14 וַתְּהִ֞י הַמַּכָּ֣ה הָרִאשֹׁנָ֗ה אֲשֶׁ֨ר הִכָּ֧ה יֹונָתָ֛ן וְנֹשֵׂ֥א כֵלָ֖יו כְּעֶשְׂרִ֣ים אִ֑ישׁ כְּבַחֲצִ֥י מַעֲנָ֖ה צֶ֥מֶד שָׂדֶֽה׃
15 וַתְּהִ֣י חֲרָדָ֔ה בַּמַּחֲנֶ֥ה בַשָּׂדֶ֖ה וּבְכָל־הָעָ֑ם הַמַּצָּב֙ וְהַמַּשְׁחִ֔ית חָרְד֖וּ גַּם־הֵ֑מָּה וַתִּרְגַּ֣ז הָאָ֔רֶץ וַתְּהִ֖י לְחֶרְדַּ֥ת אֱלֹהִֽים׃
16 וַיִּרְא֤וּ הַצֹּפִים֙ לְשָׁא֔וּל בְּגִבְעַ֖ת בִּנְיָמִ֑ן וְהִנֵּ֧ה הֶהָמֹ֛ון הָלֹ֥וךְ וָהֹלֹ֖וךְ וַיִּתְמֹֽוטְטוּ׃
17 וַיֹּ֣אמֶר שָׁא֗וּל לָעָם֙ אֲשֶׁ֣ר אִתֹּ֔ו פִּקְדוּ־נָ֣א וּרְא֔וּ מִ֖י הָלַ֣ךְ מֵעִמָּ֑נוּ וַֽיִּפְקְד֔וּ וְהִנֵּ֛ה אֵ֥ין יֹונָתָ֖ן וְנֹשֵׂ֥א כֵלָֽיו׃
18 וַיֹּ֤אמֶר שָׁאוּל֙ לַֽאֲחִיָּ֔ה הַגִּ֖ישָׁה אֲרֹ֣ון הָאֱלֹהִ֑ים כִּֽי־הָיָ֞ה אֲרֹ֤ון הָאֱלֹהִים֙ בַּיֹּ֣ום הַה֔וּא וּבְנֵ֖י יִשְׂרָאֵֽל׃
19 וַיְהִ֗י עַ֣ד דִּבֶּ֤ר שָׁאוּל֙ אֶל־הַכֹּהֵ֔ן וְהֶהָמֹ֗ון אֲשֶׁר֙ בְּמַחֲנֵ֣ה פְלִשְׁתִּ֔ים וַיֵּ֥לֶךְ הָלֹ֖וךְ וָרָ֑ב וַיֹּ֧אמֶר שָׁא֛וּל אֶל־הַכֹּהֵ֖ן אֱסֹ֥ף יָדֶֽךָ׃
20 וַיִּזָּעֵ֣ק שָׁא֗וּל וְכָל־הָעָם֙ אֲשֶׁ֣ר אִתֹּ֔ו וַיָּבֹ֖אוּ עַד־הַמִּלְחָמָ֑ה וְהִנֵּ֨ה הָיְתָ֜ה חֶ֤רֶב אִישׁ֙ בְּרֵעֵ֔הוּ מְהוּמָ֖ה גְּדוֹלָ֥ה מְאֹֽד׃
21 וְהָעִבְרִ֗ים הָי֤וּ לַפְּלִשְׁתִּים֙ כְּאֶתְמֹ֣ול שִׁלְשֹׁ֔ם אֲשֶׁ֨ר עָל֥וּ עִמָּ֛ם בַּֽמַּחֲנֶ֖ה סָבִ֑יב וְגַם־הֵ֗מָּה לִהְיֹות֙ עִם־יִשְׂרָאֵ֔ל אֲשֶׁ֥ר עִם־שָׁא֖וּל וְיֹונָתָֽן׃
22 וְכֹל֩ אִ֨ישׁ יִשְׂרָאֵ֜ל הַמִּֽתְחַבְּאִ֤ים בְּהַר־אֶפְרַ֙יִם֙ שָֽׁמְע֔וּ כִּֽי־נָ֖סוּ פְּלִשְׁתִּ֑ים וַֽיַּדְבְּק֥וּ גַם־הֵ֛מָּה אַחֲרֵיהֶ֖ם בַּמִּלְחָמָֽה׃
23 וַיֹּ֥שַׁע יְהוָ֖ה בַּיֹּ֣ום הַה֑וּא אֶת־יִשְׂרָאֵ֔ל וְהַמִּלְחָמָ֖ה עָבְרָ֥ה אֶת־בֵּֽית אָֽוֶן׃
24 וְאִֽישׁ־יִשְׂרָאֵ֥ל נִגַּ֖שׂ בַּיֹּ֣ום הַה֑וּא וַיֹּאֶל֩ שָׁא֨וּל אֶת־הָעָ֜ם לֵאמֹ֗ר אָר֣וּר הָאִ֜ישׁ אֲשֶׁר־יֹ֣אכַל לֶ֗חֶם עַד־הָעֶ֙רֶב֙ וְנִקַּמְתִּי֙ מֵאֹ֣יְבַ֔י וְלֹֽא־טָעַ֥ם כָּל־הָעָ֖ם לָֽחֶם׃
25 וְכָל־הָאָ֖רֶץ בָּ֣אוּ בַיָּ֑עַר וַיְהִ֥י דְבַ֖שׁ עַל־פְּנֵ֥י הַשָּׂדֶֽה׃
26 וַיָּבֹ֤א הָעָם֙ אֶל־הַיַּ֔עַר וְהִנֵּ֖ה הֵ֣לֶךְ דְּבָ֑שׁ וְאֵין־מַשִּׂ֤יג יָדֹו֙ אֶל־פִּ֔יו כִּֽי־יָרֵ֥א הָעָ֖ם אֶת־הַשְּׁבֻעָֽה׃
27 וְיֹונָתָ֣ן לֹֽא־שָׁמַ֗ע בְּהַשְׁבִּ֣יעַ אָבִיו֮ אֶת־הָעָם֒ וַיִּשְׁלַ֗ח אֶת־קְצֵ֤ה הַמַּטֶּה֙ אֲשֶׁ֣ר בְּיָדֹ֔ו וַיִּטְבֹּ֥ל אֹותָ֖הּ בְּיַעְרַ֣ת הַדְּבָ֑שׁ וַיָּ֤שֶׁב יָדֹו֙ אֶל־פִּ֔יו ותראנה [וַתָּאֹ֖רְנָה] עֵינָֽיו׃
28 וַיַּ֨עַן אִ֣ישׁ מֵֽהָעָם֮ וַיֹּאמֶר֒ הַשְׁבֵּ֨עַ הִשְׁבִּ֜יעַ אָבִ֗יךָ אֶת־הָעָם֙ לֵאמֹ֔ר אָר֥וּר הָאִ֛ישׁ אֲשֶׁר־יֹ֥אכַל לֶ֖חֶם הַיֹּ֑ום וַיָּ֖עַף הָעָֽם׃
29 וַיֹּ֙אמֶר֙ יֹונָתָ֔ן עָכַ֥ר אָבִ֖י אֶת־הָאָ֑רֶץ רְאוּ־נָא֙ כִּֽי־אֹ֣רוּ עֵינַ֔י כִּ֣י טָעַ֔מְתִּי מְעַ֖ט דְּבַ֥שׁ הַזֶּֽה׃
30 אַ֗ף כִּ֡י לוּא֩ אָכֹ֨ל אָכַ֤ל הַיֹּום֙ הָעָ֔ם מִשְּׁלַ֥ל אֹיְבָ֖יו אֲשֶׁ֣ר מָצָ֑א כִּ֥י עַתָּ֛ה לֹֽא־רָבְתָ֥ה מַכָּ֖ה בַּפְּלִשְׁתִּֽים׃
31 וַיַּכּ֞וּ בַּיֹּ֣ום הַה֗וּא בַּפְּלִשְׁתִּים֙ מִמִּכְמָ֣שׂ אַיָּלֹ֔נָה וַיָּ֥עַף הָעָ֖ם מְאֹֽד׃
32 וַיַּעַט֩ הָעָ֨ם אֶל־שָׁלָ֜ל וַיִּקְח֨וּ צֹ֤אן וּבָקָר֙ וּבְנֵ֣י בָקָ֔ר וַיִּשְׁחֲטוּ־אָ֖רְצָה וַיֹּ֥אכַל הָעָ֖ם עַל־הַדָּֽם׃
33 וַיַּגִּ֤ידוּ לְשָׁאוּל֙ לֵאמֹ֔ר הִנֵּ֥ה הָעָ֛ם חֹטִ֥אים לַֽיהוָ֖ה לֶאֱכֹ֣ל עַל־הַדָּ֑ם וַיֹּ֣אמֶר בְּגַדְתֶּ֔ם גֹּלּוּ־אֵלַ֥י הַיֹּ֖ום אֶ֥בֶן גְּדוֹלָֽה׃
34 וַיֹּ֣אמֶר שָׁא֡וּל פֻּ֣צוּ בָעָם֩ וַאֲמַרְתֶּ֨ם לָהֶ֜ם הַגִּ֣ישׁוּ אֵלַ֗י אִ֣ישׁ שׁוֹרֹ֤ו וְאִֽישׁ־שְׂיֹו֙ וּשְׁחַטְתֶּ֣ם בָּזֶ֔ה וַאֲכַלְתֶּ֖ם וְלֹֽא־תֶחֶטְא֣וּ לַֽיהוָ֑ה לֶאֱכֹ֖ל אֶל־הַדָּֽם׃ וַיַּגִּ֨שׁוּ כָל־הָעָ֜ם אִ֣ישׁ שׁוֹרֹ֣ו בְיָדֹ֗ו הַלַּ֔יְלָה וַיִּשְׁחֲטוּ־שָֽׁם׃
35 וַיִּ֧בֶן שָׁא֛וּל מִזְבֵּ֖חַ לַֽיהוָ֑ה אֹתֹ֣ו הֵחֵ֔ל לִבְנֹ֥ות מִזְבֵּ֖חַ לַֽיהוָֽה׃
36 וַיֹּ֣אמֶר שָׁא֡וּל נֵרְדָ֣ה אַחֲרֵי֩ פְלִשְׁתִּ֨ים׀ לַ֜יְלָה וְֽנָבֹ֥זָה בָהֶ֣ם׀ עַד־אֹ֣ור הַבֹּ֗קֶר וְלֹֽא־נַשְׁאֵ֤ר בָּהֶם֙ אִ֔ישׁ וַיֹּ֣אמְר֔וּ כָּל־הַטֹּ֥וב בְּעֵינֶ֖יךָ עֲשֵׂ֑ה וַיֹּ֙אמֶר֙ הַכֹּהֵ֔ן נִקְרְבָ֥ה הֲלֹ֖ם אֶל־הָאֱלֹהִֽים׃
37 וַיִּשְׁאַ֤ל שָׁאוּל֙ בֵּֽאלֹהִ֔ים הַאֵרֵד֙ אַחֲרֵ֣י פְלִשְׁתִּ֔ים הֲתִתְּנֵ֥ם בְּיַֽד־יִשְׂרָאֵ֖ל וְלֹ֣א עָנָ֑הוּ בַּיֹּ֖ום הַהֽוּא׃
38 וַיֹּ֣אמֶר שָׁא֔וּל גֹּ֣שׁוּ הֲלֹ֔ם כֹּ֖ל פִּנֹ֣ות הָעָ֑ם וּדְע֣וּ וּרְא֔וּ בַּמָּ֗ה הָ֥יְתָה הַחַטָּ֛את הַזֹּ֖את הַיֹּֽום׃
39 כִּ֣י חַי־יְהוָ֗ה הַמֹּושִׁ֙יעַ֙ אֶת־יִשְׂרָאֵ֔ל כִּ֧י אִם־יֶשְׁנֹ֣ו בְּיֹונָתָ֣ן בְּנִ֑י כִּ֥י מֹ֖ות יָמֽוּת׃ וְאֵ֥ין עֹנֵ֖הוּ מִכָּל־הָעָֽם׃
40 וַיֹּ֣אמֶר אֶל־כָּל־יִשְׂרָאֵ֗ל אַתֶּם֙ תִּהְי֣וּ לְעֵ֔בֶר אֶחָ֖ד וַאֲנִ֣י וְיֹונָתָ֣ן בְּנִ֑י נִהְיֶ֖ה לְעֵ֥בֶר אֶחָֽד׃ וַיֹּאמְר֤וּ הָעָם֙ אֶל־שָׁא֔וּל הַטֹּ֥וב בְּעֵינֶ֖יךָ עֲשֵֽׂה׃
41 וַיֹּ֣אמֶר שָׁא֗וּל אֶל־יְהוָה֮ אֱלֹהֵ֣י יִשְׂרָאֵל֒ הָֽבָה֙ תָמִ֔ים וַיִּלָּכֵ֧ד יֹונָתָ֛ן וְשָׁא֖וּל וְהָעָ֥ם יָצָֽאוּ׃
42 וַיֹּ֣אמֶר שָׁא֔וּל הַפִּ֕ילוּ בֵּינִ֖י וּבֵ֣ין יֹונָתָ֣ן בְּנִ֑י וַיִּלָּכֵ֖ד יֹונָתָֽן׃
43 וַיֹּ֤אמֶר שָׁאוּל֙ אֶל־יֹ֣ונָתָ֔ן הַגִּ֥ידָה לִּ֖י מֶ֣ה עָשִׂ֑יתָה וַיַּגֶּד־לֹו֙ יֹ֣ונָתָ֔ן וַיֹּאמַ֗ר טָעֹ֨ם טָעַ֜מְתִּי בִּקְצֵ֨ה הַמַּטֶּ֧ה אֲשֶׁר־בְּיָדִ֛י מְעַ֥ט דְּבַ֖שׁ הִנְנִ֥י אָמֽוּת׃
44 וַיֹּ֣אמֶר שָׁא֔וּל כֹּֽה־יַעֲשֶׂ֥ה אֱלֹהִ֖ים וְכֹ֣ה יֹוסִ֑ף כִּֽי־מֹ֥ות תָּמ֖וּת יֹונָתָֽן׃
45 וַיֹּ֨אמֶר הָעָ֜ם אֶל־שָׁא֗וּל הֲיֹונָתָ֤ן׀ יָמוּת֙ אֲשֶׁ֣ר עָ֠שָׂה הַיְשׁוּעָ֨ה הַגְּדוֹלָ֜ה הַזֹּ֗את בְּיִשְׂרָאֵל֙ חָלִ֗ילָה חַי־יְהוָה֙ אִם־יִפֹּ֞ל מִשַּׂעֲרַ֤ת רֹאשֹׁו֙ אַ֔רְצָה כִּֽי־עִם־אֱלֹהִ֥ים עָשָׂ֖ה הַיֹּ֣ום הַזֶּ֑ה וַיִּפְדּ֥ הָעָ֥ם אֶת־יֹונָתָ֖ן וְלֹא־מֵֽת׃
46 וַיַּ֣עַל שָׁא֔וּל מֵאַחֲרֵ֖י פְּלִשְׁתִּ֑ים וּפְלִשְׁתִּ֖ים הָלְכ֥וּ לִמְקוֹמָֽם׃
47 וְשָׁא֗וּל לָכַד֙ הַמְּלוּכָ֣ה עַל־יִשְׂרָאֵ֔ל וַיִּלָּ֣חֶם סָבִ֗יב בְּכָל־אֹֽיְבָיו֙ בְּמֹואָ֣ב וּבִבְנֵי־עַמֹּ֔ון וּבֶאֱדֹ֖ום וּבְמַלְכֵ֣י צֹ֑ובָה וּבַפְּלִשְׁתִּ֑ים וּבְכֹ֥ל אֲשֶׁר־יִפְנֶ֖ה יַרְשִֽׁיעַ׃
48 וַיַּ֣עַשׂ חַ֔יִל וַיַּ֖ךְ אֶת־עֲמָלֵ֑ק וַיַּצֵּ֥ל אֶת־יִשְׂרָאֵ֖ל מִיַּ֥ד שֹׁסֵֽהוּ׃
49 וַיִּֽהְי֜וּ בְּנֵ֣י שָׁא֗וּל יֹונָתָן֙ וְיִשְׁוִ֣י וּמַלְכִּי־שׁ֔וּעַ וְשֵׁ֥ם שְׁתֵּֽי־בְנֹתָ֖יו שֵׁ֣ם הַבְּכִירָ֣ה מֵרַ֑ב וְשֵׁ֥ם הַקְּטַנָּ֖ה מִיכַֽל׃
50 וְשֵׁם֙ אֵ֣שֶׁת שָׁא֔וּל אֲחִינֹ֖עַם בַּת־אֲחִימָ֑עַץ וְשֵׁ֤ם שַׂר־צְבָאֹו֙ אֲבִינֵ֔ר בֶּן־נֵ֖ר דֹּ֥וד שָׁאֽוּל׃
51 וְקִ֧ישׁ אֲבִֽי־שָׁא֛וּל וְנֵ֥ר אֲבִֽי־אַבְנֵ֖ר בֶּן־אֲבִיאֵֽל׃
52 וַתְּהִ֤י הַמִּלְחָמָה֙ חֲזָקָ֣ה עַל־פְּלִשְׁתִּ֔ים כֹּ֖ל יְמֵ֣י שָׁא֑וּל וְרָאָ֨ה שָׁא֜וּל כָּל־אִ֤ישׁ גִּבֹּור֙ וְכָל־בֶּן־חַ֔יִל וַיַּאַסְפֵ֖הוּ אֵלָֽיו׃
Capítulo 15
LBLA
1 Samuel dijo a Saúl: El SEÑOR me envió a que te ungiera por rey sobre su pueblo, sobre Israel; ahora pues, está atento a las palabras del SEÑOR.
2 Así dice el SEÑOR de los ejércitos: "Castigaré a Amalec por lo que hizo a Israel, cuando se puso contra él en el camino mientras subía de Egipto.
3 Ve ahora, y ataca a Amalec, y destruye por completo todo lo que tiene, y no te apiades de él; antes bien, da muerte tanto a hombres como a mujeres, a niños como a niños de pecho, a bueyes como a ovejas, a camellos como a asnos."
4 Entonces Saúl convocó al pueblo y los contó en Telaim: doscientos mil soldados de a pie y diez mil hombres de Judá.
5 Saúl fue a la ciudad de Amalec y se emboscó en el valle.
6 Y Saúl dijo a los ceneos: Idos, apartaos, descended de entre los amalecitas, para que no os destruya con ellos; porque vosotros mostrasteis misericordia a todos los hijos de Israel cuando subían de Egipto. Y los ceneos se apartaron de entre los amalecitas.
7 Saúl derrotó a los amalecitas desde Havila en dirección a Shur, que está al oriente de Egipto.
8 Capturó vivo a Agag, rey de los amalecitas, y destruyó por completo a todo el pueblo a filo de espada.
9 Pero Saúl y el pueblo perdonaron a Agag, y a lo mejor de las ovejas, de los bueyes, de los animales engordados, de los corderos y de todo lo bueno, y no lo quisieron destruir por completo; pero todo lo despreciable y sin valor lo destruyeron totalmente.
10 Entonces vino la palabra del SEÑOR a Samuel, diciendo:
11 Me pesa haber hecho rey a Saúl, porque ha dejado de seguirme y no ha cumplido mis mandamientos. Y Samuel se conmovió, y clamó al SEÑOR toda la noche.
12 Samuel se levantó muy de mañana para ir al encuentro de Saúl; y se le avisó a Samuel, diciendo: Saúl fue a Carmel, y he aquí que levantó un monumento para sí, dio la vuelta, siguió adelante y descendió a Gilgal.
13 Samuel vino a Saúl, y Saúl le dijo: ¡Bendito seas del SEÑOR! He cumplido el mandamiento del SEÑOR.
14 Pero Samuel dijo: ¿Qué es este balido de ovejas en mis oídos y el mugido de bueyes que oigo?
15 Y Saúl respondió: Los han traído de los amalecitas, porque el pueblo perdonó lo mejor de las ovejas y de los bueyes, para sacrificar al SEÑOR tu Dios; pero lo demás lo destruimos por completo.
16 Entonces Samuel dijo a Saúl: Espera, y te declararé lo que el SEÑOR me dijo anoche. Y él le dijo: Habla.
17 Y Samuel dijo: ¿No es verdad que aunque eras pequeño a tus propios ojos, fuiste nombrado jefe de las tribus de Israel, y el SEÑOR te ungió rey sobre Israel?
18 Y el SEÑOR te envió en una misión, y dijo: "Ve, y destruye por completo a los pecadores, los amalecitas, y lucha contra ellos hasta que sean exterminados."
19 ¿Por qué, pues, no obedeciste la voz del SEÑOR, sino que te lanzaste sobre el botín e hiciste lo malo ante los ojos del SEÑOR?
20 Entonces Saúl dijo a Samuel: Yo obedecí la voz del SEÑOR, y fui en la misión a la cual el SEÑOR me envió, y he traído a Agag, rey de Amalec, y he destruido por completo a los amalecitas.
21 Pero el pueblo tomó del botín ovejas y bueyes, lo mejor de las cosas dedicadas al anatema, para ofrecer sacrificio al SEÑOR tu Dios en Gilgal.
22 Y Samuel dijo: ¿Se complace el SEÑOR tanto en holocaustos y sacrificios como en la obediencia a la voz del SEÑOR? He aquí, el obedecer es mejor que un sacrificio, y el prestar atención, que la grosura de los carneros.
23 Porque la rebelión es como el pecado de adivinación, y la desobediencia, como la iniquidad e idolatría. Por cuanto has desechado la palabra del SEÑOR, El también te ha desechado para que no seas rey.
24 Entonces Saúl dijo a Samuel: He pecado; en verdad he quebrantado el mandamiento del SEÑOR y tus palabras, porque temí al pueblo y escuché su voz.
25 Ahora pues, te ruego que perdones mi pecado y vuelvas conmigo, para que adore al SEÑOR.
26 Pero Samuel respondió a Saúl: No volveré contigo; porque has desechado la palabra del SEÑOR, y el SEÑOR te ha desechado para que no seas rey sobre Israel.
27 Cuando Samuel se volvía para irse, Saúl asió el borde de su manto, y éste se rasgó.
28 Entonces Samuel le dijo: Hoy el SEÑOR ha arrancado de ti el reino de Israel, y lo ha dado a un prójimo tuyo que es mejor que tú.
29 También la Gloria de Israel no mentirá ni cambiará su propósito, porque El no es hombre para que cambie de propósito.
30 Y Saúl dijo: He pecado; pero te ruego que me honres ahora delante de los ancianos de mi pueblo y delante de Israel, y que regreses conmigo para que yo adore al SEÑOR tu Dios.
31 Samuel regresó con Saúl, y Saúl adoró al SEÑOR.
32 Entonces Samuel dijo: Traedme a Agag, rey de los amalecitas. Y Agag vino a él alegremente. Y Agag dijo: Ciertamente la amargura de la muerte ha pasado.
33 Pero Samuel dijo: Como tu espada ha dejado a las mujeres sin hijos, así también tu madre quedará sin hijo entre las mujeres. Y Samuel despedazó a Agag delante del SEÑOR en Gilgal.
34 Entonces Samuel se fue a Ramá, y Saúl subió a su casa en Guibeá de Saúl.
35 Y Samuel no volvió a ver a Saúl hasta el día de su muerte, pues Samuel lloraba por Saúl. Y el SEÑOR se había arrepentido de haber puesto a Saúl por rey sobre Israel.
WLC
1 וַיֹּ֤אמֶר שְׁמוּאֵל֙ אֶל־שָׁא֔וּל אֹתִ֨י שָׁלַ֤ח יְהוָה֙ לִמְשָׁחֳךָ֣ לְמֶ֔לֶךְ עַל־עַמֹּ֖ו עַל־יִשְׂרָאֵ֑ל וְעַתָּ֣ה שְׁמַ֔ע לְקֹ֖ול דִּבְרֵ֥י יְהוָֽה׃
2 כֹּ֤ה אָמַר֙ יְהוָ֣ה צְבָאֹ֔ות פָּקַ֕דְתִּי אֵ֛ת אֲשֶׁר־עָשָׂ֥ה עֲמָלֵ֖ק לְיִשְׂרָאֵ֑ל אֲשֶׁר־שָׂ֥ם לֹו֙ בַּדֶּ֔רֶךְ בַּעֲלֹותֹ֖ו מִמִּצְרָֽיִם׃
3 עַתָּה֩ לֵ֨ךְ וְהִכִּיתָ֜ה אֶת־עֲמָלֵ֗ק וְהַֽחֲרַמְתֶּם֙ אֶת־כָּל־אֲשֶׁר־לֹ֔ו וְלֹ֥א תַחְמֹ֖ל עָלָ֑יו וְהֵמַתָּ֞ה מֵאִ֣ישׁ עַד־אִשָּׁ֗ה מֵעֹלֵל֙ וְעַד־יֹונֵ֔ק מִשֹּׁ֣ור וְעַד־שֶׂ֔ה מִגָּמָ֖ל וְעַד־חֲמֹֽור׃
4 וַיְשַׁמַּ֤ע שָׁאוּל֙ אֶת־הָעָ֔ם וַֽיִּפְקְדֵ֖ם בַּטְּלָאִ֑ים מָאתַ֤יִם אֶ֙לֶף֙ רַגְלִ֔י וַעֲשֶׂ֥רֶת אֲלָפִ֖ים אֶת־אִ֥ישׁ יְהוּדָֽה׃
5 וַיָּבֹ֥א שָׁא֖וּל עַד־עִ֣יר עֲמָלֵ֑ק וַיָּ֖רֶב בַּנָּֽחַל׃
6 וַיֹּאמֶר֩ שָׁא֨וּל אֶל־הַקֵּינִ֜י לְכ֣וּ סֻּרוּ֩ רְד֨וּ מִתֹּ֜וךְ עֲמָלֵקִ֗י פֶּן־אֹֽסִפְךָ֙ עִמֹּ֔ו וְאַתָּ֞ה עָשִׂ֤יתָה חֶ֙סֶד֙ עִם־כָּל־בְּנֵ֣י יִשְׂרָאֵ֔ל בַּעֲלֹותָ֖ם מִמִּצְרָ֑יִם וַיָּ֥סַר קֵינִ֖י מִתֹּ֥וךְ עֲמָלֵֽק׃
7 וַיַּ֥ךְ שָׁא֖וּל אֶת־עֲמָלֵ֑ק מֵחֲוִילָה֙ בֹּואֲךָ֣ שׁ֔וּר אֲשֶׁ֖ר עַל־פְּנֵ֥י מִצְרָֽיִם׃
8 וַיִּתְפֹּ֛שׂ אֶת־אֲגַ֥ג מֶֽלֶךְ־עֲמָלֵ֖ק חָ֑י וְאֶת־כָּל־הָעָ֖ם הֶחֱרִ֥ים לְפִי־חָֽרֶב׃
9 וַיַּחְמֹל֩ שָׁא֨וּל וְהָעָ֜ם עַל־אֲגָ֗ג וְעַל־מֵיטַ֣ב הַצֹּאן֩ וְהַבָּקָ֨ר וְהַמִּשְׁנִ֜ים וְעַל־הַכָּרִ֗ים וְעַל־כָּל־הַטֹּוב֙ וְלֹ֣א אָב֔וּ הַחֲרִימָ֑ם וְכָל־הַמְּלָאכָ֛ה נְמִבְזָ֥ה וְנָמֵ֖ס אֹתָ֥הּ הֶחֱרִֽימוּ׃
10 וַֽיְהִי֙ דְּבַר־יְהוָ֔ה אֶל־שְׁמוּאֵ֖ל לֵאמֹֽר׃
11 נִחַ֗מְתִּי כִּֽי־הִמְלַ֤כְתִּי אֶת־שָׁאוּל֙ לְמֶ֔לֶךְ כִּי־שָׁב֙ מֵאַֽחֲרַ֔י וְאֶת־דְּבָרַ֖י לֹ֣א הֵקִ֑ים וַיִּ֙חַר֙ לִשְׁמוּאֵ֔ל וַיִּזְעַ֥ק אֶל־יְהוָ֖ה כָּל־הַלָּֽיְלָה׃
12 וַיַּשְׁכֵּ֧ם שְׁמוּאֵ֛ל לִקְרַ֥את שָׁא֖וּל בַּבֹּ֑קֶר וַיֻּגַּ֨ד לִשְׁמוּאֵ֜ל לֵאמֹ֗ר בָּֽא־שָׁא֤וּל הַכַּרְמֶ֙לָה֙ וְהִנֵּ֨ה מַצִּ֥יב לֹו֙ יָ֔ד וַיִּסֹּב֙ וַיַּעֲבֹ֔ר וַיֵּ֖רֶד הַגִּלְגָּֽל׃
13 וַיָּבֹ֥א שְׁמוּאֵ֖ל אֶל־שָׁא֑וּל וַיֹּ֨אמֶר לֹ֤ו שָׁאוּל֙ בָּר֤וּךְ אַתָּה֙ לַֽיהוָ֔ה הֲקִימֹ֖תִי אֶת־דְּבַ֥ר יְהוָֽה׃
14 וַיֹּ֣אמֶר שְׁמוּאֵ֔ל וּמֶ֛ה קֹֽול־הַצֹּ֥אן הַזֶּ֖ה בְּאָזְנָ֑י וְקֹ֣ול הַבָּקָ֔ר אֲשֶׁ֥ר אָנֹכִ֖י שֹׁמֵֽעַ׃
15 וַיֹּ֨אמֶר שָׁא֜וּל מֵעֲמָלֵקִ֣י הֱבִיאוּם֒ אֲשֶׁ֨ר חָמַ֤ל הָעָם֙ עַל־מֵיטַ֣ב הַצֹּ֔אן וְהַבָּקָ֔ר לְמַ֥עַן זְבֹ֖חַ לַיהוָ֣ה אֱלֹהֶ֑יךָ וְאֶת־הַיֹּותֵ֖ר הֶחֱרַֽמְנוּ׃
16 וַיֹּ֤אמֶר שְׁמוּאֵל֙ אֶל־שָׁא֔וּל הֶ֚רֶף וְאַגִּ֣ידָה לְּךָ֔ אֵת֩ אֲשֶׁ֨ר דִּבֶּ֧ר יְהוָ֛ה אֵלַ֖י הַלָּ֑יְלָה וַיֹּ֥אמֶר לֹ֖ו דַּבֵּֽר׃
17 וַיֹּ֣אמֶר שְׁמוּאֵ֔ל הֲלֹ֗וא אִם־קָטֹ֤ן אַתָּה֙ בְּעֵינֶ֔יךָ רֹ֛אשׁ שִׁבְטֵ֥י יִשְׂרָאֵ֖ל אָ֑תָּה וַיִּמְשָׁחֲךָ֧ יְהוָ֛ה לְמֶ֖לֶךְ עַל־יִשְׂרָאֵֽל׃
18 וַיִּשְׁלָחֲךָ֥ יְהוָ֖ה בְּדָ֑רֶךְ וַיֹּ֗אמֶר לֵ֣ךְ וְהַֽחֲרַמְתָּ֞ה אֶת־הַחַטָּאִ֤ים אֶת־עֲמָלֵק֙ וְנִלְחַמְתָּ֣ בֹ֔ו עַ֥ד כַּלֹּותָ֖ם אֹתָֽם׃
19 וְלָ֥מָּה לֹא־שָׁמַ֖עְתָּ בְּקֹ֣ול יְהוָ֑ה וַתַּ֙עַט֙ אֶל־הַשָּׁלָ֔ל וַתַּ֥עַשׂ הָרַ֖ע בְּעֵינֵ֥י יְהוָֽה׃
20 וַיֹּ֨אמֶר שָׁא֜וּל אֶל־שְׁמוּאֵ֗ל אֲשֶׁ֤ר שָׁמַ֙עְתִּי֙ בְּקֹ֣ול יְהוָ֔ה וָאֵלֵ֕ךְ בַּדֶּ֖רֶךְ אֲשֶׁר־שְׁלָחַ֣נִי יְהוָ֑ה וָאָבִ֗יא אֶת־אֲגַג֙ מֶ֣לֶךְ עֲמָלֵ֔ק וְאֶת־עֲמָלֵ֖ק הֶחֱרַֽמְתִּי׃
21 וַיִּקַּ֨ח הָעָ֧ם מֵהַשָּׁלָ֛ל צֹ֥אן וּבָקָ֖ר רֵאשִׁ֣ית הַחֵ֑רֶם לִזְבֹּ֛חַ לַיהוָ֥ה אֱלֹהֶ֖יךָ בַּגִּלְגָּֽל׃
22 וַיֹּ֣אמֶר שְׁמוּאֵ֗ל הַחֵ֤פֶץ לַֽיהוָה֙ בְּעֹלֹ֣ות וּזְבָחִ֔ים כִּשְׁמֹ֖עַ בְּקֹ֣ול יְהוָ֑ה הִנֵּ֤ה שְׁמֹ֙עַ֙ מִזֶּ֣בַח טֹ֔וב לְהַקְשִׁ֖יב מֵחֵ֥לֶב אֵילִֽים׃
23 כִּ֤י חַטַּאת־קֶ֙סֶם֙ מֶ֔רִי וְאָ֥וֶן וּתְרָפִ֖ים הַפְצַ֑ר יַ֗עַן מָאַ֙סְתָּ֙ אֶת־דְּבַ֣ר יְהוָ֔ה וַיִּמְאָסְךָ֖ מִמֶּֽלֶךְ׃
24 וַיֹּ֨אמֶר שָׁא֤וּל אֶל־שְׁמוּאֵל֙ חָטָ֔אתִי כִּֽי־עָבַ֥רְתִּי אֶת־פִּֽי־יְהוָ֖ה וְאֶת־דְּבָרֶ֑יךָ כִּ֤י יָרֵ֙אתִי֙ אֶת־הָעָ֔ם וָאֶשְׁמַ֖ע בְּקֹולָֽם׃
25 וְעַתָּ֕ה שָׂ֥א נָ֖א אֶת־חַטָּאתִ֑י וְשׁ֣וּב עִמִּ֔י וְאֶֽשְׁתַּחֲוֶ֖ה לַֽיהוָֽה׃
26 וַיֹּ֤אמֶר שְׁמוּאֵל֙ אֶל־שָׁא֔וּל לֹ֥א אָשׁ֖וּב עִמָּ֑ךְ כִּ֤י מָאַ֙סְתָּה֙ אֶת־דְּבַ֣ר יְהוָ֔ה וַיִּמְאָסְךָ֣ יְהוָ֔ה מִהְיֹ֥ות מֶ֖לֶךְ עַל־יִשְׂרָאֵֽל׃
27 וַיִּסֹּ֥ב שְׁמוּאֵ֖ל לָלֶ֑כֶת וַיַּחֲזֵ֥ק בִּכְנַף־מְעִילֹ֖ו וַיִּקָּרַֽע׃
28 וַיֹּ֤אמֶר אֵלָיו֙ שְׁמוּאֵ֔ל קָרַ֨ע יְהוָ֜ה אֶֽת־מַמְלְכ֧וּת יִשְׂרָאֵ֛ל מֵעָלֶ֖יךָ הַיֹּ֑ום וּנְתָנָ֕הּ לְרֵעֲךָ֖ הַטֹּ֥וב מִמֶּֽךָּ׃
29 וְגַם֙ נֵ֣צַח יִשְׂרָאֵ֔ל לֹ֥א יְשַׁקֵּ֖ר וְלֹ֣א יִנָּחֵ֑ם כִּ֣י לֹ֥א אָדָ֛ם ה֖וּא לְהִנָּחֵֽם׃
30 וַיֹּ֣אמֶר חָטָ֔אתִי עַתָּ֗ה כַּבְּדֵ֥נִי נָ֛א נֶ֥גֶד זִקְנֵֽי־עַמִּ֖י וְנֶ֣גֶד יִשְׂרָאֵ֑ל וְשׁ֣וּב עִמִּ֔י וְהִֽשְׁתַּחֲוֵ֖יתִי לַיהוָ֥ה אֱלֹהֶֽיךָ׃
31 וַיָּ֥שָׁב שְׁמוּאֵ֖ל אַחֲרֵ֣י שָׁא֑וּל וַיִּשְׁתַּ֥חוּ שָׁא֖וּל לַֽיהוָֽה׃
32 וַיֹּ֣אמֶר שְׁמוּאֵ֗ל הַגִּ֤ישׁוּ אֵלַי֙ אֶת־אֲגַג֙ מֶ֣לֶךְ עֲמָלֵ֔ק וַיֵּ֣לֶךְ אֵלָ֔יו אֲגַ֖ג מַעֲדַנֹּ֑ת וַיֹּ֣אמֶר אֲגָ֔ג אָכֵ֖ן סָ֥ר מַר־הַמָּֽוֶת׃
33 וַיֹּ֣אמֶר שְׁמוּאֵ֔ל כַּאֲשֶׁ֨ר שִׁכְּלָ֤ה נָשִׁים֙ חַרְבֶּ֔ךָ כֵּן־תִּשְׁכַּ֥ל מִנָּשִׁ֖ים אִמֶּ֑ךָ וַיְשַׁסֵּ֨ף שְׁמוּאֵ֧ל אֶת־אֲגָ֛ג לִפְנֵ֥י יְהוָ֖ה בַּגִּלְגָּֽל׃
34 וַיֵּ֥לֶךְ שְׁמוּאֵ֖ל הָרָמָ֑תָה וְשָׁא֛וּל עָלָ֥ה אֶל־בֵּיתֹ֖ו גִּבְעַ֥ת שָׁאֽוּל׃
35 וְלֹא־יָסַ֨ף שְׁמוּאֵ֜ל לִרְאֹ֤ות אֶת־שָׁאוּל֙ עַד־יֹ֣ום מֹותֹ֔ו כִּֽי־הִתְאַבֵּ֥ל שְׁמוּאֵ֖ל אֶל־שָׁא֑וּל וַֽיהוָ֣ה נִחָ֔ם כִּֽי־הִמְלִ֥יךְ אֶת־שָׁא֖וּל עַל־יִשְׂרָאֵֽל׃
Capítulo 16
LBLA
1 Y el SEÑOR dijo a Samuel: ¿Hasta cuándo te lamentarás por Saúl, después que yo lo he desechado para que no reine sobre Israel? Llena tu cuerno de aceite y ve; te enviaré a Isaí, el de Belén, porque de entre sus hijos he escogido un rey para mí.
2 Y Samuel dijo: ¿Cómo puedo ir? Cuando Saúl lo sepa, me matará. Y el SEÑOR dijo: Toma contigo una novilla y di: "He venido a ofrecer sacrificio al SEÑOR."
3 Invitarás a Isaí al sacrificio, y yo te mostraré lo que habrás de hacer; y me ungirás a aquel que yo te indique.
4 Hizo, pues, Samuel lo que el SEÑOR dijo, y fue a Belén. Y los ancianos de la ciudad vinieron a recibirlo temblando, y dijeron: ¿Vienes en paz?
5 Y él respondió: En paz; he venido a ofrecer sacrificio al SEÑOR. Consagraos y venid conmigo al sacrificio. También consagró a Isaí y a sus hijos, y los invitó al sacrificio.
6 Y aconteció que cuando ellos entraron, él vio a Eliab y se dijo: Ciertamente el ungido del SEÑOR está delante de El.
7 Pero el SEÑOR dijo a Samuel: No mires a su apariencia, ni a lo alto de su estatura, porque lo he desechado; pues Dios no ve como el hombre ve, pues el hombre mira la apariencia exterior, pero el SEÑOR mira el corazón.
8 Entonces Isaí llamó a Abinadab y lo hizo pasar delante de Samuel. Y él dijo: Tampoco a éste ha escogido el SEÑOR.
9 Después Isaí hizo pasar a Sama. Y él dijo: Tampoco a éste ha escogido el SEÑOR.
10 E Isaí hizo pasar a siete de sus hijos delante de Samuel. Pero Samuel dijo a Isaí: El SEÑOR no ha escogido a éstos.
11 Y Samuel dijo a Isaí: ¿Son estos todos tus hijos? Y él respondió: Aún queda el menor, que está apacentando las ovejas. Entonces Samuel dijo a Isaí: Manda a buscarlo, pues no nos sentaremos a la mesa hasta que él venga acá.
12 Y envió por él y lo hizo entrar. Era rubio, de ojos hermosos y de apariencia agradable. Y el SEÑOR dijo: Levántate, úngelo; porque éste es.
13 Entonces Samuel tomó el cuerno de aceite y lo ungió en medio de sus hermanos; y el Espíritu del SEÑOR vino poderosamente sobre David desde aquel día en adelante. Luego Samuel se levantó y se fue a Ramá.
14 El Espíritu del SEÑOR se apartó de Saúl, y un espíritu malo de parte del SEÑOR le atormentaba.
15 Y los siervos de Saúl le dijeron: He aquí ahora, un espíritu malo de parte de Dios te está atormentando.
16 Ordene ahora nuestro señor a tus siervos que están delante de ti, que busquen a un hombre que sepa tocar el arpa; y cuando el espíritu malo de parte de Dios venga sobre ti, él tocará el arpa con su mano, y tú estarás mejor.
17 Entonces Saúl dijo a sus siervos: Proveedme ahora de un hombre que toque bien, y traédmelo.
18 Y uno de los mancebos respondió, y dijo: He aquí, he visto a un hijo de Isaí, el de Belén, que sabe tocar, que es poderoso y valiente, hombre de guerra, prudente en su hablar, hombre bien parecido, y el SEÑOR está con él.
19 Saúl envió mensajeros a Isaí, diciendo: Envíame a tu hijo David, que está con el rebaño.
20 E Isaí tomó un asno cargado de pan, un odre de vino y un cabrito, y los envió a Saúl por medio de su hijo David.
21 Y David fue a Saúl y estuvo delante de él. Y él lo amó grandemente, y David se convirtió en su paje de armas.
22 Y Saúl mandó a decir a Isaí: Te ruego que David se quede delante de mí, pues ha hallado favor ante mis ojos.
23 Y sucedía que cuando el espíritu malo de parte de Dios venía sobre Saúl, David tomaba el arpa y tocaba con su mano; Saúl entonces se calmaba, se sentía mejor y el espíritu malo se apartaba de él.
WLC
1 וַיֹּ֤אמֶר יְהוָה֙ אֶל־שְׁמוּאֵ֔ל עַד־מָתַי֙ אַתָּה֙ מִתְאַבֵּ֣ל אֶל־שָׁא֔וּל וַאֲנִ֥י מְאַסְתִּ֖יו מִמְּלֹ֣ךְ עַל־יִשְׂרָאֵ֑ל מַלֵּ֨א קַרְנְךָ֜ שֶׁ֗מֶן וְלֵ֤ךְ אֶשְׁלָחֲךָ֙ אֶל־יִשַׁ֣י בֵּֽית־הַלַּחְמִ֔י כִּֽי־רָאִ֧יתִי בְּבָנָ֛יו לִ֖י מֶֽלֶךְ׃
2 וַיֹּ֤אמֶר שְׁמוּאֵל֙ אֵ֣יךְ אֵלֵ֔ךְ וְשָׁמַ֥ע שָׁא֖וּל וַהֲרָגָ֑נִי פ וַיֹּ֣אמֶר יְהוָ֗ה עֶגְלַ֤ת בָּקָר֙ תִּקַּ֣ח בְּיָדֶ֔ךָ וְאָ֣מַרְתָּ֔ לִזְבֹּ֥חַ לַֽיהוָ֖ה בָּֽאתִי׃
3 וְקָרָ֥אתָ לְיִשַׁ֖י בַּזָּ֑בַח וְאָנֹכִ֗י אֹודִֽיעֲךָ֙ אֵ֣ת אֲשֶׁר־תַּעֲשֶׂ֔ה וּמָשַׁחְתָּ֣ לִ֔י אֵ֥ת אֲשֶׁר־אֹמַ֖ר אֵלֶֽיךָ׃
4 וַיַּ֣עַשׂ שְׁמוּאֵ֗ל אֵת֙ אֲשֶׁ֣ר דִּבֶּ֣ר יְהוָ֔ה וַיָּבֹ֖א בֵּ֣ית לָ֑חֶם וַיֶּחֶרְד֞וּ זִקְנֵ֤י הָעִיר֙ לִקְרָאתֹ֔ו וַיֹּ֖אמֶר שָׁלֹ֥ם בֹּואֶֽךָ׃
5 וַיֹּ֣אמֶר׀ שָׁלֹ֗ם לִזְבֹּ֤חַ לַֽיהוָה֙ בָּ֔אתִי הִתְקַדְּשׁ֔וּ וּבָאתֶ֥ם אִתִּ֖י בַּזָּ֑בַח וַיְקַדֵּ֣שׁ אֶת־יִשַׁ֣י וְאֶת־בָּנָ֔יו וַיִּקְרָ֥א לָהֶ֖ם לַזָּֽבַח׃
6 וַיְהִ֣י בְּבֹואָ֔ם וַיַּ֖רְא אֶת־אֱלִיאָ֑ב וַיֹּ֕אמֶר אַ֛ךְ נֶ֥גֶד יְהוָ֖ה מְשִׁיחֹֽו׃
7 וַיֹּ֨אמֶר יְהוָ֜ה אֶל־שְׁמוּאֵ֗ל אַל־תַּבֵּ֧ט אֶל־מַרְאֵ֛הוּ וְאֶל־גְּבֹ֥הַּ קֹומָתֹ֖ו כִּ֣י מְאַסְתִּ֑יהוּ כִּ֣י׀ לֹ֗א אֲשֶׁ֤ר יִרְאֶה֙ הָאָדָ֔ם כִּ֤י הָאָדָם֙ יִרְאֶ֣ה לַעֵינַ֔יִם וַיהוָ֖ה יִרְאֶ֥ה לַלֵּבָֽב׃
8 וַיִּקְרָ֥א יִשַׁ֛י אֶל־אֲבִינָדָ֖ב וַיַּעֲבִרֵ֖הוּ לִפְנֵ֣י שְׁמוּאֵ֑ל וַיֹּ֕אמֶר גַּם־בָּזֶ֖ה לֹא־בָחַ֥ר יְהוָֽה׃
9 וַיַּעֲבֵ֥ר יִשַׁ֖י שַׁמָּ֑ה וַיֹּ֕אמֶר גַּם־בָּזֶ֖ה לֹא־בָחַ֥ר יְהוָֽה׃
10 וַיַּעֲבֵ֥ר יִשַׁ֛י שִׁבְעַ֥ת בָּנָ֖יו לִפְנֵ֣י שְׁמוּאֵ֑ל וַיֹּ֤אמֶר שְׁמוּאֵל֙ אֶל־יִשַׁ֔י לֹא־בָחַ֥ר יְהוָ֖ה בָּאֵֽלֶּה׃
11 וַיֹּ֨אמֶר שְׁמוּאֵ֣ל אֶל־יִשַׁי֮ הֲתַ֣מּוּ הַנְּעָרִים֒ וַיֹּ֗אמֶר עֹ֚וד שָׁאַ֣ר הַקָּטָ֔ן וְהִנֵּ֥ה רֹעֶ֖ה בַּצֹּ֑אן וַיֹּ֨אמֶר שְׁמוּאֵ֤ל אֶל־יִשַׁי֙ שִׁלְחָ֣ה וְקָחֶ֔נּוּ כִּ֥י לֹא־נָסֹ֖ב עַד־בֹּאֹ֥ו פֹֽה׃
12 וַיִּשְׁלַ֤ח וַיְבִיאֵ֙הוּ֙ וְה֣וּא אַדְמֹונִ֗י עִם־יְפֵ֥ה עֵינַ֛יִם וְטֹ֥וב רֹ֖אִי ס וַיֹּ֥אמֶר יְהוָ֛ה ק֥וּם מְשָׁחֵ֖הוּ כִּי־זֶ֥ה הֽוּא׃
13 וַיִּקַּ֨ח שְׁמוּאֵ֜ל אֶת־קֶ֣רֶן הַשֶּׁ֗מֶן וַיִּמְשַׁ֤ח אֹתֹו֙ בְּקֶ֣רֶב אֶחָ֔יו וַתִּצְלַ֧ח רֽוּחַ־יְהוָ֛ה אֶל־דָּוִ֖ד מֵהַיֹּ֣ום הַה֖וּא וָמָ֑עְלָה וַיָּ֣קָם שְׁמוּאֵ֔ל וַיֵּ֖לֶךְ הָרָמָֽתָה׃
14 וְר֧וּחַ יְהוָ֛ה סָ֖רָה מֵעִ֣ם שָׁא֑וּל וּבִֽעֲתַ֥תּוּ רֽוּחַ־רָעָ֖ה מֵאֵ֥ת יְהוָֽה׃
15 וַיֹּאמְר֥וּ עַבְדֵֽי־שָׁא֖וּל אֵלָ֑יו הִנֵּה־נָ֛א רֽוּחַ־אֱלֹהִ֥ים רָעָ֖ה מְבַעִתֶּֽךָ׃
16 יֹאמַר־נָ֤א אֲדֹנֵ֙נוּ֙ עֲבָדֶ֣יךָ לְפָנֶ֔יךָ יְבַקְשׁ֕וּ אִ֕ישׁ יֹדֵ֖עַ מְנַגֵּ֣ן בַּכִּנֹּ֑ור וְהָיָ֗ה בִּהְיֹ֤ות עָלֶ֙יךָ֙ רֽוּחַ־אֱלֹהִ֣ים רָעָ֔ה וְנִגֵּ֥ן בְּיָדֹ֖ו וְטֹ֥וב לָֽךְ׃
17 וַיֹּ֥אמֶר שָׁא֖וּל אֶל־עֲבָדָ֑יו רְאוּ־נָ֣א לִ֔י אִ֛ישׁ מֵיטִ֥יב לְנַגֵּ֖ן וַהֲבִיאֹותֶ֥ם אֵלָֽי׃
18 וַיַּ֩עַן֩ אֶחָ֨ד מֵהַנְּעָרִ֜ים וַיֹּ֗אמֶר הִנֵּ֨ה רָאִ֜יתִי בֵּ֣ן לְיִשַׁי֮ בֵּ֣ית הַלַּחְמִי֒ יֹדֵ֣עַ נַ֠גֵּ֠ן וְגִבֹּ֨ור חַ֜יִל וְאִ֧ישׁ מִלְחָמָ֛ה וּנְבֹ֥ון דָּבָ֖ר וְאִ֣ישׁ תֹּ֑אַר וַיהוָ֖ה עִמֹּֽו׃
19 וַיִּשְׁלַ֥ח שָׁא֛וּל מַלְאָכִ֖ים אֶל־יִשָׁ֑י וַיֹּ֕אמֶר שִׁלְחָ֥ה אֵלַ֛י אֶת־דָּוִ֥ד בִּנְךָ֖ אֲשֶׁ֥ר בַּצֹּֽאן׃
20 וַיִּקַּ֨ח יִשַׁ֜י חֲמֹ֥ור לֶ֙חֶם֙ וְנֹ֣אד יַ֔יִן וּגְדִ֥י עִזִּ֖ים אֶחָ֑ד וַיִּשְׁלַ֛ח בְּיַד־דָּוִ֥ד בְּנֹ֖ו אֶל־שָׁאֽוּל׃
21 וַיָּבֹ֥א דָוִ֛ד אֶל־שָׁא֖וּל וַיַּעֲמֹ֣ד לְפָנָ֑יו וַיֶּאֱהָבֵ֣הוּ מְאֹ֔ד וַיְהִי־לֹ֖ו נֹשֵׂ֥א כֵלִֽים׃
22 וַיִּשְׁלַ֤ח שָׁאוּל֙ אֶל־יִשַׁ֔י לֵאמֹ֑ר יַעֲמָד־נָ֤א דָוִד֙ לְפָנַ֔י כִּֽי־מָ֥צָא חֵ֖ן בְּעֵינָֽי׃
23 וְהָיָ֗ה בִּֽהְיֹ֤ות רֽוּחַ־אֱלֹהִים֙ אֶל־שָׁא֔וּל וְלָקַ֥ח דָּוִ֛ד אֶת־הַכִּנֹּ֖ור וְנִגֵּ֣ן בְּיָדֹ֑ו וְרָוַ֤ח לְשָׁאוּל֙ וְטֹ֣וב לֹ֔ו וְסָ֥רָה מֵעָלָ֖יו ר֥וּחַ הָרָעָֽה׃
Capítulo 17
David y Goliat
LBLA
1 Los filisteos reunieron sus ejércitos para la guerra, y se congregaron en Soco, que pertenece a Judá; acamparon entre Soco y Azeca, en Efes-damim.
2 Saúl y los hombres de Israel se reunieron, acamparon en el valle de Ela y se pusieron en orden de batalla contra los filisteos.
3 Los filisteos estaban a un lado en la montaña, e Israel estaba al otro lado en la montaña, y el valle estaba entre ellos.
4 Entonces salió del campamento de los filisteos un campeón llamado Goliat, de Gat, cuya altura era de seis codos y un palmo.
5 Llevaba un casco de bronce en la cabeza, e iba vestido con una coraza de escamas; y el peso de la coraza era de cinco mil siclos de bronce.
6 En las piernas tenía grebas de bronce, y una jabalina de bronce colgaba entre sus hombros.
7 El asta de su lanza era como un rodillo de telar y la punta de su lanza pesaba seiscientos siclos de hierro; y su escudero iba delante de él.
8 Y se paró y gritó a las filas de Israel, diciéndoles: ¿Para qué habéis salido a poneros en orden de batalla? ¿No soy yo filisteo, y vosotros siervos de Saúl? Escogeos un hombre, y que venga contra mí.
9 Si él puede pelear conmigo y matarme, entonces seremos vuestros siervos; pero si yo lo venzo y lo mato, entonces vosotros seréis nuestros siervos y nos serviréis.
10 Y añadió el filisteo: Hoy desafío a las filas de Israel; dadme un hombre para que luchemos mano a mano.
11 Cuando Saúl y todo Israel oyeron estas palabras del filisteo, se desalentaron y tuvieron gran temor.
12 Y David era hijo de aquel efrateo de Belén de Judá, llamado Isaí, que tenía ocho hijos. En los días de Saúl este hombre era ya viejo, avanzado en años entre los hombres.
13 Los tres hijos mayores de Isaí habían ido tras Saúl a la guerra. Los nombres de sus tres hijos que fueron a la guerra eran: Eliab, el primogénito, el segundo, Abinadab, y el tercero, Sama.
14 David era el menor. Y los tres mayores siguieron a Saúl.
15 David iba y volvía de donde estaba Saúl para apacentar las ovejas de su padre en Belén.
16 Y el filisteo se acercaba mañana y tarde, y se presentó así por cuarenta días.
17 Entonces Isaí dijo a su hijo David: Toma ahora para tus hermanos un efa de este grano tostado y estos diez panes, y llévalos rápidamente al campamento a tus hermanos.
18 Lleva también estos diez quesos al comandante de los mil, y mira cómo están tus hermanos y trae alguna señal de ellos.
19 Pues Saúl y ellos y todos los hombres de Israel están en el valle de Ela, peleando con los filisteos.
20 Y David se levantó muy de mañana, y dejando las ovejas con un guarda, tomó las provisiones y se fue como Isaí le había ordenado. Llegó al círculo del campamento cuando el ejército salía en orden de batalla, lanzando el grito de guerra.
21 Israel y los filisteos se pusieron en orden de batalla, ejército contra ejército.
22 Entonces David dejó su carga al cuidado del que guardaba el bagaje, y corrió a la línea de batalla y entró a saludar a sus hermanos.
23 Mientras hablaba con ellos, he aquí, el campeón, el filisteo de Gat llamado Goliat, subió de las filas de los filisteos y habló las mismas palabras, y David las oyó.
24 Cuando todos los hombres de Israel vieron al hombre, huyeron de él y tuvieron gran temor.
25 Y los hombres de Israel decían: ¿Habéis visto a este hombre que sube? Ciertamente sube para desafiar a Israel. Y será que al que lo mate, el rey lo enriquecerá con grandes riquezas, le dará su hija y hará libre en Israel a la casa de su padre.
26 Entonces David habló a los que estaban junto a él, diciendo: ¿Qué harán al hombre que mate a este filisteo y quite el oprobio de Israel? Porque ¿quién es este filisteo incircunciso para que desafíe a los escuadrones del Dios viviente?
27 Y el pueblo le respondió conforme a esta palabra, diciendo: Así se hará al hombre que lo mate.
28 Y Eliab, su hermano mayor, lo oyó mientras hablaba con los hombres; y se encendió la ira de Eliab contra David, y dijo: ¿Para qué has descendido acá? ¿Y con quién has dejado aquellas pocas ovejas en el desierto? Yo conozco tu soberbia y la malicia de tu corazón, que has descendido para ver la batalla.
29 Y David respondió: ¿Qué he hecho yo ahora? ¿No fue sólo una pregunta?
30 Y apartándose de él hacia otro, preguntó de la misma manera; y el pueblo le respondió lo mismo de antes.
31 Cuando fueron oídas las palabras que David había hablado, las contaron delante de Saúl, y éste lo hizo venir.
32 Y David dijo a Saúl: No se desaliente el corazón de nadie a causa de él; tu siervo irá y peleará con este filisteo.
33 Entonces Saúl dijo a David: No podrás ir contra este filisteo a pelear con él, porque tú eres un muchacho y él ha sido un guerrero desde su juventud.
34 Pero David respondió a Saúl: Tu siervo apacentaba las ovejas de su padre, y cuando venía un león o un oso y se llevaba un cordero del rebaño,
35 yo salía tras él, lo atacaba, y lo rescataba de su boca; y cuando se levantaba contra mí, lo tomaba por la quijada, lo hería y lo mataba.
36 Tu siervo ha matado tanto al león como al oso; y este filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha desafiado a los escuadrones del Dios viviente.
37 Y añadió David: El SEÑOR que me libró de las garras del león y de las garras del oso, me librará de la mano de este filisteo. Y Saúl dijo a David: Ve, y que el SEÑOR sea contigo.
38 Entonces Saúl vistió a David con su ropa militar, le puso un casco de bronce en la cabeza y lo vistió con una coraza.
39 Y ciñó David la espada sobre su ropa militar y trató de andar, pero no podía, porque no estaba acostumbrado a ellas. Entonces David dijo a Saúl: No puedo andar con esto, porque no estoy acostumbrado. Y David se los quitó.
40 Y tomó su cayado en la mano, escogió del arroyo cinco piedras lisas y las puso en el saco de pastor que traía, en su zurrón, y con su honda en la mano se acercó al filisteo.
41 Entonces el filisteo vino acercándose a David, con su escudero delante de él.
42 Cuando el filisteo miró y vio a David, lo tuvo en poco porque era un muchacho, rubio y de hermoso aspecto.
43 Y el filisteo dijo a David: ¿Soy yo un perro, para que vengas contra mí con palos? Y el filisteo maldijo a David por sus dioses.
44 También dijo el filisteo a David: Ven a mí, y daré tu carne a las aves del cielo y a las fieras del campo.
45 Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada, lanza y jabalina, pero yo vengo a ti en el nombre del SEÑOR de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has desafiado.
46 El SEÑOR te entregará hoy en mis manos, y yo te derribaré y te cortaré la cabeza. Y daré hoy los cadáveres del ejército de los filisteos a las aves del cielo y a las fieras de la tierra, para que toda la tierra sepa que hay Dios en Israel,
47 y para que toda esta asamblea sepa que el SEÑOR no salva con espada ni con lanza; porque la batalla es del SEÑOR y Él os entregará en nuestras manos.
48 Y sucedió que cuando el filisteo se levantó y se fue acercando para enfrentarse a David, éste se apresuró y corrió a la línea de batalla para enfrentarse al filisteo.
49 Y David metió su mano en el saco, tomó de allí una piedra, la lanzó con la honda, e hirió al filisteo en la frente; la piedra se hundió en su frente, y él cayó a tierra sobre su rostro.
50 Así venció David al filisteo con una honda y una piedra, e hirió al filisteo y lo mató; mas no había espada en la mano de David.
51 Entonces David corrió y se puso sobre el filisteo, tomó su espada, la sacó de su vaina y lo mató, cortándole la cabeza con ella. Cuando los filisteos vieron que su campeón estaba muerto, huyeron.
52 Y los hombres de Israel y de Judá se levantaron, gritaron y persiguieron a los filisteos hasta el valle y hasta las puertas de Ecrón. Y los filisteos heridos cayeron por el camino de Saaraim, aun hasta Gat y Ecrón.
53 Los hijos de Israel volvieron de perseguir a los filisteos y saquearon sus campamentos.
54 Entonces David tomó la cabeza del filisteo y la llevó a Jerusalén, pero puso las armas de él en su tienda.
55 Cuando Saúl vio a David que salía a encontrarse con el filisteo, dijo a Abner, el comandante del ejército: Abner, ¿de quién es hijo este joven? Y Abner respondió: Por tu vida, oh rey, que no lo sé.
56 Y el rey dijo: Pregunta de quién es hijo el joven.
57 Cuando David volvió de matar al filisteo, Abner lo tomó y lo llevó ante Saúl, con la cabeza del filisteo en su mano.
58 Y Saúl le dijo: Joven, ¿de quién eres hijo? Y David respondió: Yo soy hijo de tu siervo Isaí de Belén.
WLC
1 וַיַּאַסְפ֨וּ פְלִשְׁתִּ֧ים אֶת־מַחֲנֵיהֶ֛ם לַמִּלְחָמָ֖ה וַיֵּאָסְפ֣וּ שֹׂכֹ֔ה אֲשֶׁ֣ר לִיהוּדָ֑ה וַֽיַּחֲנ֛וּ בֵּין־שׂוֹכֹ֥ה וּבֵין־עֲזֵקָ֖ה בְּאֶ֥פֶס דַּמִּֽים׃
2 וְשָׁא֤וּל וְאִֽישׁ־יִשְׂרָאֵל֙ נֶאֶסְפ֔וּ וַיַּחֲנ֖וּ בְּעֵ֣מֶק הָאֵלָ֑ה וַיַּעַרְכ֥וּ מִלְחָמָ֖ה לִקְרַ֥את פְּלִשְׁתִּֽים׃
3 וּפְלִשְׁתִּ֞ים עֹמְדִ֤ים אֶל־הָהָר֙ מִזֶּ֔ה וְיִשְׂרָאֵ֛ל עֹמְדִ֥ים אֶל־הָהָ֖ר מִזֶּ֑ה וְהַגַּ֖יְא בֵּינֵיהֶֽם׃
4 וַיֵּצֵ֤א אִֽישׁ־הַבֵּנַ֙יִם֙ מִמַּחֲנ֣וֹת פְּלִשְׁתִּ֔ים גָּלְיָ֥ת שְׁמ֖וֹ מִגַּ֑ת גָּבְה֕וֹ שֵׁ֥שׁ אַמּ֖וֹת וָזָֽרֶת׃
5 וְכ֤וֹבַע נְחֹ֙שֶׁת֙ עַל־רֹאשׁ֔וֹ וְשִׁרְי֥וֹן קַשְׂקַשִּׂ֖ים ה֣וּא לָב֑וּשׁ וּמִשְׁקַל֙ הַשִּׁרְי֔וֹן חֲמֵשֶׁת־אֲלָפִ֥ים שְׁקָלִ֖ים נְחֹֽשֶׁת׃
6 וּמִצְחַ֥ת נְחֹ֖שֶׁת עַל־רַגְלָ֑יו וְכִיד֥וֹן נְחֹ֖שֶׁת בֵּ֥ין כְּתֵפָֽיו׃
7 וחץ וְעֵ֣ץ חֲנִית֗וֹ כִּמְנוֹר֙ אֹֽרְגִ֔ים וְלַהֶ֣בֶת חֲנִית֔וֹ שֵׁשׁ־מֵא֥וֹת שְׁקָלִ֖ים בַּרְזֶ֑ל וְנֹשֵׂ֥א הַצִּנָּ֖ה הֹלֵ֥ךְ לְפָנָֽיו׃
8 וַֽיַּעֲמֹ֗ד וַיִּקְרָא֙ אֶל־מַעַרְכֹ֣ת יִשְׂרָאֵ֔ל וַיֹּ֣אמֶר לָהֶ֔ם לָ֥מָּה תֵצְא֖וּ לַעֲרֹ֣ךְ מִלְחָמָ֑ה הֲל֨וֹא אָנֹכִ֤י הַפְּלִשְׁתִּי֙ וְאַתֶּ֣ם עֲבָדִ֣ים לְשָׁא֔וּל בְּרוּ־לָכֶ֥ם אִ֖ישׁ וְיֵרֵ֥ד אֵלָֽי׃
9 אִם־יוּכַ֞ל לְהִלָּחֵ֤ם אִתִּי֙ וְהִכָּ֔נִי וְהָיִ֥ינוּ לָכֶ֖ם לַעֲבָדִ֑ים וְאִם־אֲנִ֤י אֽוּכַל־לוֹ֙ וְהִכִּיתִ֔יו וִהְיִ֤יתֶם לָ֙נוּ֙ לַעֲבָדִ֔ים וַעֲבַדְתֶּ֖ם אֹתָֽנוּ׃
10 וַיֹּ֙אמֶר֙ הַפְּלִשְׁתִּ֔י אֲנִ֗י חֵרַ֛פְתִּי אֶת־מַעַרְכ֥וֹת יִשְׂרָאֵ֖ל הַיּ֣וֹם הַזֶּ֑ה תְּנוּ־לִ֣י אִ֔ישׁ וְנִֽלָּחֲמָ֖ה יָֽחַד׃
11 וַיִּשְׁמַ֤ע שָׁאוּל֙ וְכָל־יִשְׂרָאֵ֔ל אֶת־דִּבְרֵ֥י הַפְּלִשְׁתִּ֖י הָאֵ֑לֶּה וַיֵּחַ֥תּוּ וַיִּֽירְא֖וּ מְאֹֽד׃
12 וְדָוִ֡ד בֶּן־אִישׁ֩ אֶפְרָתִ֨י הַזֶּ֜ה מִבֵּ֧ית לֶ֣חֶם יְהוּדָ֗ה וּשְׁמ֤וֹ יִשַׁי֙ וְל֣וֹ שְׁמֹנָ֣ה בָנִ֔ים וְהָאִ֛ישׁ בִּימֵ֥י שָׁא֖וּל זָקֵ֥ן בָּ֥א בַאֲנָשִֽׁים׃
13 וַיֵּ֨לְכ֜וּ שְׁלֹ֤שֶׁת בְּנֵֽי־יִשַׁי֙ הַגְּדֹלִ֔ים הָלְכ֥וּ אַחֲרֵי־שָׁא֖וּל לַמִּלְחָמָ֑ה וְשֵׁ֣ם׀ שְׁלֹ֣שֶׁת בָּנָ֗יו אֲשֶׁ֤ר הָלְכוּ֙ בַּמִּלְחָמָ֔ה אֱלִיאָ֣ב הַבְּכ֔וֹר וּמִשְׁנֵ֙הוּ֙ אֲבִ֣ינָדָ֔ב וְהַשְּׁלִשִׁ֖י שַׁמָּֽה׃
14 וְדָוִ֖ד ה֣וּא הַקָּטָ֑ן וּשְׁלֹשָׁה֙ הַגְּדֹלִ֔ים הָלְכ֖וּ אַחֲרֵ֥י שָׁאֽוּל׃
15 וְדָוִ֛ד הֹלֵ֥ךְ וָשָׁ֖ב מֵעַ֣ל שָׁא֑וּל לִרְע֛וֹת אֶת־צֹ֥אן אָבִ֖יו בֵּֽית־לָֽחֶם׃
16 וַיִּגַּ֥שׁ הַפְּלִשְׁתִּ֖י הַשְׁכֵּ֣ם וְהַעֲרֵ֑ב וַיִּתְיַצֵּ֖ב אַרְבָּעִ֥ים יֽוֹם׃
17 וַיֹּ֨אמֶר יִשַׁ֜י לְדָוִ֣ד בְּנ֗וֹ קַח־נָ֤א לְאַחֶ֙יךָ֙ אֵיפַ֤ת הַקָּלִיא֙ הַזֶּ֔ה וַעֲשָׂרָ֥ה לֶ֖חֶם הַזֶּ֑ה וְהָרֵ֥ץ הַֽמַּחֲנֶ֖ה לְאַחֶֽיךָ׃
18 וְ֠אֵת עֲשֶׂ֨רֶת חֲרִצֵ֤י הֶֽחָלָב֙ הָאֵ֔לֶּה תָּבִ֖יא לְשַׂר־הָאָ֑לֶף וְאֶת־אַחֶ֙יךָ֙ תִּפְקֹ֣ד לְשָׁל֔וֹם וְאֶת־עֲרֻבָּתָ֖ם תִּקָּֽח׃
19 וְשָׁא֨וּל וְהֵ֜מָּה וְכָל־אִ֣ישׁ יִשְׂרָאֵ֗ל בְּעֵ֙מֶק֙ הָֽאֵלָ֔ה נִלְחָמִ֖ים עִם־פְּלִשְׁתִּֽים׃
20 וַיַּשְׁכֵּ֨ם דָּוִ֜ד בַּבֹּ֗קֶר וַיִּטֹּ֤שׁ אֶת־הַצֹּאן֙ עַל־שֹׁמֵ֔ר וַיִּשָּׂ֣א וַיֵּ֔לֶךְ כַּאֲשֶׁ֥ר צִוָּ֖הוּ יִשָׁ֑י וַיָּבֹ֣א הַמַּעְגָּ֔לָה וְהַ֗חַיִל הַיֹּצֵא֙ אֶל־הַמַּ֣עֲרָכָ֔ה וְהֵרֵ֖עוּ בַּמִּלְחָמָֽה׃
21 וַתַּעֲרֹ֤ךְ יִשְׂרָאֵל֙ וּפְלִשְׁתִּ֔ים מַעֲרָכָ֖ה לִקְרַ֥את מַעֲרָכָֽה׃
22 וַיִּטֹּ֨שׁ דָּוִ֜ד אֶת־הַכֵּלִ֣ים מֵֽעָלָ֗יו עַל־יַד֙ שׁוֹמֵ֣ר הַכֵּלִ֔ים וַיָּ֖רָץ הַמַּעֲרָכָ֑ה וַיָּבֹ֕א וַיִּשְׁאַ֥ל לְאֶחָ֖יו לְשָׁלֽוֹם׃
23 וְה֣וּא׀ מְדַבֵּ֣ר עִמָּ֗ם וְהִנֵּ֞ה אִ֤ישׁ הַבֵּנַ֙יִם֙ עוֹלֶ֔ה גָּלְיָ֤ת הַפְּלִשְׁתִּי֙ שְׁמ֔וֹ מִגַּ֖ת ממערות מִמַּֽעַרְכ֣וֹת פְּלִשְׁתִּ֑ים וַיְדַבֵּ֣ר כַּדְּבָרִ֤ים הָאֵ֙לֶּה֙ וַיִּשְׁמַ֖ע דָּוִֽד׃
24 וְכֹל֙ אִ֣ישׁ יִשְׂרָאֵ֔ל בִּרְאוֹתָ֖ם אֶת־הָאִ֑ישׁ וַיָּנֻ֙סוּ֙ מִפָּנָ֔יו וַיִּֽירְא֖וּ מְאֹֽד׃
25 וַיֹּ֣אמֶר׀ אִ֣ישׁ יִשְׂרָאֵ֗ל הַרְּאִיתֶם֙ הָאִ֤ישׁ הָעֹלֶה֙ הַזֶּ֔ה כִּ֛י לְחָרֵ֥ף אֶת־יִשְׂרָאֵ֖ל עֹלֶ֑ה וְֽהָיָ֡ה הָאִישׁ֩ אֲשֶׁר־יַכֶּ֨נּוּ יַעְשְׁרֶ֨נּוּ הַמֶּ֜לֶךְ׀ עֹ֣שֶׁר גָּד֗וֹל וְאֶת־בִּתּוֹ֙ יִתֶּן־ל֔וֹ וְאֵ֛ת בֵּ֥ית אָבִ֖יו יַעֲשֶׂ֥ה חָפְשִׁ֖י בְּיִשְׂרָאֵֽל׃
26 וַיֹּ֣אמֶר דָּוִ֗ד אֶל־הָֽאֲנָשִׁים֮ הָעֹמְדִ֣ים עִמּוֹ֒ לֵאמֹ֗ר מַה־יֵּעָשֶׂ֞ה לָאִ֤ישׁ אֲשֶׁ֤ר יַכֶּה֙ אֶת־הַפְּלִשְׁתִּ֣י הַלָּ֔ז וְהֵסִ֥יר חֶרְפָּ֖ה מֵעַ֣ל יִשְׂרָאֵ֑ל כִּ֣י מִ֗י הַפְּלִשְׁתִּ֤י הֶעָרֵל֙ הַזֶּ֔ה כִּ֣י חֵרֵ֔ף מַעַרְכ֖וֹת אֱלֹהִ֥ים חַיִּֽים׃
27 וַיֹּ֤אמֶר לוֹ֙ הָעָ֔ם כַּדָּבָ֥ר הַזֶּ֖ה לֵאמֹ֑ר כֹּ֣ה יֵעָשֶׂ֔ה לָאִ֖ישׁ אֲשֶׁ֥ר יַכֶּֽנּוּ׃
28 וַיִּשְׁמַ֞ע אֱלִיאָ֣ב אָחִ֣יו הַגָּד֗וֹל בְּדַבְּרוֹ֮ אֶל־הָאֲנָשִׁים֒ וַיִּֽחַר־אַ֨ף אֱלִיאָ֜ב בְּדָוִ֗ד וַיֹּ֙אמֶר׀ לָמָּה־זֶּ֣ה יָרַ֗דְתָּ וְעַל־מִ֨י נָטַ֜שְׁתָּ מְעַ֨ט הַצֹּ֤אן הָהֵ֙נָּה֙ בַּמִּדְבָּ֔ר אֲנִ֧י יָדַ֣עְתִּי אֶת־זְדֹנְךָ֗ וְאֵת֙ רֹ֣עַ לְבָבֶ֔ךָ כִּ֗י לְמַ֛עַן רְא֥וֹת הַמִּלְחָמָ֖ה יָרָֽדְתָּ׃
29 וַיֹּ֣אמֶר דָּוִ֔ד מֶ֥ה עָשִׂ֖יתִי עָ֑תָּה הֲל֖וֹא דָּבָ֥ר הֽוּא׃
30 וַיִּסֹּ֤ב מֵֽאֶצְלוֹ֙ אֶל־מ֣וּל אַחֵ֔ר וַיֹּ֖אמֶר כַּדָּבָ֣ר הַזֶּ֑ה וַיְשִׁבֻ֤הוּ הָעָם֙ דָּבָ֔ר כַּדָּבָ֖ר הָרִאשֽׁוֹן׃
31 וַיִּשָּֽׁמְעוּ֙ הַדְּבָרִ֔ים אֲשֶׁ֥ר דִּבֶּ֖ר דָּוִ֑ד וַיַּגִּ֥דוּ לִפְנֵי־שָׁא֖וּל וַיִּקָּחֵֽהוּ׃
32 וַיֹּ֤אמֶר דָּוִד֙ אֶל־שָׁא֔וּל אַל־יִפֹּ֥ל לֵב־אָדָ֖ם עָלָ֑יו עַבְדְּךָ֣ יֵלֵ֔ךְ וְנִלְחַ֖ם עִם־הַפְּלִשְׁתִּ֥י הַזֶּֽה׃
33 וַיֹּ֨אמֶר שָׁא֜וּל אֶל־דָּוִ֗ד לֹ֤א תוּכַל֙ לָלֶ֙כֶת֙ אֶל־הַפְּלִשְׁתִּ֣י הַזֶּ֔ה לְהִלָּחֵ֖ם עִמּ֑וֹ כִּי־נַ֣עַר אַ֔תָּה וְה֛וּא אִ֥ישׁ מִלְחָמָ֖ה מִנְּעֻרָֽיו׃
34 וַיֹּ֨אמֶר דָּוִ֜ד אֶל־שָׁא֗וּל רֹעֶ֨ה הָיָ֧ה עַבְדְּךָ֛ לְאָבִ֖יו בַּצֹּ֑אן וּבָ֤א הָֽאֲרִי֙ וְאֶת־הַדּ֔וֹב וְנָשָׂ֥א שֶׂ֖ה מֵהָעֵֽדֶר׃
35 וְיָצָ֧אתִי אַחֲרָ֛יו וְהִכִּתִ֖יו וְהִצַּ֣לְתִּי מִפִּ֑יו וַיָּ֣קָם עָלַ֔י וְהֶחֱזַ֙קְתִּי֙ בִּזְקָנ֔וֹ וְהִכִּתִ֖יו וַהֲמִיתִּֽיו׃
36 גַּ֧ם אֶת־הָאֲרִ֛י גַּם־הַדּ֖וֹב הִכָּ֣ה עַבְדֶּ֑ךָ וְ֠הָיָה הַפְּלִשְׁתִּ֨י הֶעָרֵ֤ל הַזֶּה֙ כְּאַחַ֣ד מֵהֶ֔ם כִּ֣י חֵרֵ֔ף מַעַרְכֹ֖ת אֱלֹהִ֥ים חַיִּֽים׃
37 וַיֹּאמֶר֮ דָּוִד֒ יְהוָ֗ה אֲשֶׁ֨ר הִצִּלַ֜נִי מִיַּ֥ד הָאֲרִ֛י וּמִיַּ֥ד הַדֹּ֖ב ה֣וּא יַצִּילֵ֔נִי מִיַּ֥ד הַפְּלִשְׁתִּ֖י הַזֶּ֑ה וַיֹּ֨אמֶר שָׁא֤וּל אֶל־דָּוִד֙ לֵ֔ךְ וַיהוָ֖ה יִהְיֶ֥ה עִמָּֽךְ׃
38 וַיַּלְבֵּ֨שׁ שָׁא֥וּל אֶת־דָּוִ֣ד מַדָּ֗יו וְנָתַ֜ן ק֤וֹבַע נְחֹ֙שֶׁת֙ עַל־רֹאשׁ֔וֹ וַיַּלְבֵּ֥שׁ אֹת֖וֹ שִׁרְיֽוֹן׃
39 וַיַּחְגֹּ֣ר דָּוִ֣ד אֶת־חַרְבּוֹ֩ מֵעַ֨ל לְמַדָּ֜יו וַיֹּ֣אֶל לָלֶ֗כֶת כִּ֥י לֹֽא־נִסָּ֛ה וַיֹּ֨אמֶר דָּוִ֜ד אֶל־שָׁא֗וּל לֹ֥א אוּכַ֛ל לָלֶ֥כֶת בָּאֵ֖לֶּה כִּ֣י לֹ֣א נִסִּ֑יתִי וַיְסִרֵ֥ם דָּוִ֖ד מֵעָלָֽיו׃
40 וַיִּקַּ֨ח מַקְל֜וֹ בְּיָד֗וֹ וַיִּבְחַר־ל֣וֹ חֲמִשָּׁ֣ה חַלֻּקֵֽי־אֲבָנִים֩ מִן־הַנַּ֨חַל וַיָּ֥שֶׂם אֹתָ֛ם בִּכְלִ֥י הָרֹעִ֛ים אֲשֶׁר־ל֖וֹ וּבַיַּלְק֑וּט וְקַלְּע֣וֹ בְיָד֔וֹ וַיִּגַּ֖שׁ אֶל־הַפְּלִשְׁתִּֽי׃
41 וַיֵּ֖לֶךְ הַפְּלִשְׁתִּ֑י הֹלֵ֤ךְ וְקָרֵב֙ אֶל־דָּוִ֔ד וְהָאִ֛ישׁ נֹשֵׂ֥א הַצִּנָּ֖ה לְפָנָֽיו׃
42 וַיַּבֵּ֧ט הַפְּלִשְׁתִּ֛י וַיִּרְאֶ֥ה אֶת־דָּוִ֖ד וַיִּבְזֵ֑הוּ כִּֽי־הָיָ֣ה נַ֔עַר וְאַדְמֹנִ֖י עִם־יְפֵ֥ה מַרְאֶֽה׃
43 וַיֹּ֧אמֶר הַפְּלִשְׁתִּ֛י אֶל־דָּוִ֖ד הֲכֶ֣לֶב אָנֹ֔כִי כִּֽי־אַתָּ֥ה בָֽא־אֵלַ֖י בַּמַּקְל֑וֹת וַיְקַלֵּ֧ל הַפְּלִשְׁתִּ֛י אֶת־דָּוִ֖ד בֵּאלֹהָֽיו׃
44 וַיֹּ֥אמֶר הַפְּלִשְׁתִּ֖י אֶל־דָּוִ֑ד לְכָ֣ה אֵלַ֔י וְאֶתְּנָה֙ אֶת־בְּשָׂ֣רְךָ֔ לְע֥וֹף הַשָּׁמַ֖יִם וּלְבֶהֱמַ֥ת הַשָּׂדֶֽה׃
45 וַיֹּ֤אמֶר דָּוִד֙ אֶל־הַפְּלִשְׁתִּ֔י אַתָּ֣ה בָּ֤א אֵלַי֙ בְּחֶ֣רֶב וּבַחֲנִ֔ית וּבְכִיד֑וֹן וְאָנֹכִ֣י בָֽא־אֵלֶ֗יךָ בְּשֵׁם֙ יְהוָ֣ה צְבָא֔וֹת אֱלֹהֵ֛י מַעַרְכ֥וֹת יִשְׂרָאֵ֖ל אֲשֶׁ֥ר חֵרַֽפְתָּ׃
46 הַיּ֨וֹם הַזֶּ֜ה יְסַגֶּרְךָ֣ יְהוָ֣ה׀ בְּיָדִ֗י וְהִכִּיתִ֙ךָ֙ וַהֲסִרֹתִ֤י אֶת־רֹֽאשְׁךָ֙ מֵֽעָלֶ֔יךָ וְנָ֨תַתִּ֜י פֶּ֣גֶר מַחֲנֵ֤ה פְלִשְׁתִּים֙ הַיּ֣וֹם הַזֶּ֔ה לְע֥וֹף הַשָּׁמַ֖יִם וּלְחַיַּ֣ת הָאָ֑רֶץ וְיֵֽדְעוּ֙ כָּל־הָאָ֔רֶץ כִּ֛י יֵ֥שׁ אֱלֹהִ֖ים לְיִשְׂרָאֵֽל׃
47 וְיֵֽדְעוּ֙ כָּל־הַקָּהָ֣ל הַזֶּ֔ה כִּֽי־לֹ֛א בְּחֶ֥רֶב וּבַחֲנִ֖ית יְהוֹשִׁ֣יעַ יְהוָ֑ה כִּ֤י לַֽיהוָה֙ הַמִּלְחָמָ֔ה וְנָתַ֥ן אֶתְכֶ֖ם בְּיָדֵֽנוּ׃
48 וְהָיָה֙ כִּֽי־קָ֣ם הַפְּלִשְׁתִּ֔י וַיֵּ֥לֶךְ וַיִּקְרַ֖ב לִקְרַ֣את דָּוִ֑ד וַיְמַהֵ֣ר דָּוִ֔ד וַיָּ֥רָץ הַמַּעֲרָכָ֖ה לִקְרַ֥את הַפְּלִשְׁתִּֽי׃
49 וַיִּשְׁלַ֨ח דָּוִ֤ד אֶת־יָדוֹ֙ אֶל־הַכֶּ֔לִי וַיִּקַּ֥ח מִשָּׁ֛ם אֶ֖בֶן וַיְקַלַּ֑ע וַיַּ֤ךְ אֶת־הַפְּלִשְׁתִּי֙ אֶל־מִצְח֔וֹ וַתִּטְבַּ֤ע הָאֶ֙בֶן֙ בְּמִצְח֔וֹ וַיִּפֹּ֥ל עַל־פָּנָ֖יו אָֽרְצָה׃
50 וַיֶּחֱזַ֨ק דָּוִ֤ד מִן־הַפְּלִשְׁתִּי֙ בַּקֶּ֣לַע וּבָאֶ֔בֶן וַיַּ֥ךְ אֶת־הַפְּלִשְׁתִּ֖י וַיְמִיתֵ֑הוּ וְחֶ֖רֶב אֵ֥ין בְּיַד־דָּוִֽד׃
51 וַיָּ֣רָץ דָּוִ֡ד וַֽיַּעֲמֹד֩ אֶל־הַפְּלִשְׁתִּ֨י וַיִּקַּ֣ח אֶת־חַרְבּוֹ֩ וַֽיִּשְׁלְפָ֨הּ מִתַּעְרָ֜הּ וַיְמֹ֣תְתֵ֗הוּ וַיִּכְרָת־בָּ֥הּ אֶת־רֹאשׁ֖וֹ וַיִּרְא֧וּ הַפְּלִשְׁתִּ֛ים כִּֽי־מֵ֥ת גִּבּוֹרָ֖ם וַיָּנֻֽסוּ׃
52 וַיָּקֻ֣מוּ אַנְשֵׁי֩ יִשְׂרָאֵ֨ל וִֽיהוּדָ֜ה וַיָּרִ֗עוּ וַֽיִּרְדְּפוּ֙ אֶת־הַפְּלִשְׁתִּ֔ים עַד־בּוֹאֲךָ֣ גַ֔יְא וְעַ֖ד שַׁעֲרֵ֣י עֶקְר֑וֹן וַֽיִּפְּל֞וּ חַֽלְלֵ֤י פְלִשְׁתִּים֙ בְּדֶ֣רֶךְ שַֽׁעֲרַ֔יִם וְעַד־גַּ֖ת וְעַד־עֶקְרֽוֹן׃
53 וַיָּשֻׁ֙בוּ֙ בְּנֵ֣י יִשְׂרָאֵ֔ל מִדְּלֹ֖ק אַחֲרֵ֣י פְלִשְׁתִּ֑ים וַיָּשֹׁ֖סּוּ אֶת־מַחֲנֵיהֶֽם׃
54 וַיִּקַּ֤ח דָּוִד֙ אֶת־רֹ֣אשׁ הַפְּלִשְׁתִּ֔י וַיְבִאֵ֖הוּ יְרוּשָׁלִָ֑ם וְאֶת־כֵּלָ֖יו שָׂ֥ם בְּאָהֳלֽוֹ׃
55 וְכִרְאוֹת֩ שָׁא֨וּל אֶת־דָּוִ֗ד יֹצֵא֙ לִקְרַ֣את הַפְּלִשְׁתִּ֔י אָמַ֗ר אֶל־אַבְנֵר֙ שַׂ֣ר הַצָּבָ֔א בֶּן־מִי־זֶ֥ה הַנַּ֖עַר אַבְנֵ֑ר וַיֹּ֣אמֶר אַבְנֵ֔ר חֵֽי־נַפְשְׁךָ֥ הַמֶּ֖לֶךְ אִם־יָדָֽעְתִּי׃
56 וַיֹּ֖אמֶר הַמֶּ֑לֶךְ שְׁאַ֕ל אַתָּ֖ה בֶּן־מִי־זֶ֥ה הָעָֽלֶם׃
57 וּכְשׁ֣וּב דָּוִ֗ד מֵֽהַכּוֹת֙ אֶת־הַפְּלִשְׁתִּ֔י וַיִּקַּ֤ח אֹתוֹ֙ אַבְנֵ֔ר וַיְבִאֵ֖הוּ לִפְנֵ֣י שָׁא֑וּל וְרֹ֥אשׁ הַפְּלִשְׁתִּ֖י בְּיָדֽוֹ׃
58 וַיֹּ֤אמֶר אֵלָיו֙ שָׁא֔וּל בֶּן־מִ֥י אַתָּ֖ה הַנָּ֑עַר וַיֹּ֣אמֶר דָּוִ֔ד בֶּֽן־עַבְדְּךָ֥ יִשַׁ֖י בֵּ֥ית הַלַּחְמִֽי׃
Capítulo 18
LBLA
1 Y aconteció que cuando él terminó de hablar con Saúl, el alma de Jonatán se ligó al alma de David, y Jonatán lo amó como a sí mismo.
2 Saúl lo tomó aquel día y no le permitió regresar a la casa de su padre.
3 Entonces Jonatán hizo un pacto con David, porque lo amaba como a sí mismo.
4 Jonatán se quitó el manto que llevaba puesto y se lo dio a David, con su armadura, incluyendo su espada, su arco y su talabarte.
5 Y salía David adondequiera que Saúl le enviaba, y se portaba con prudencia; y Saúl lo puso sobre los hombres de guerra, y esto fue agradable a los ojos de todo el pueblo y también a los ojos de los siervos de Saúl.
6 Y aconteció que cuando regresaban, al volver David de matar al filisteo, las mujeres salieron de todas las ciudades de Israel cantando y danzando para recibir al rey Saúl, con panderos, con cánticos de alegría y con instrumentos musicales.
7 Las mujeres cantaban mientras tocaban, y decían: Saúl ha matado sus miles, Y David sus diez miles.
8 Saúl se enojó mucho y este dicho le desagradó, pues dijo: Han atribuido a David diez miles, pero a mí me han atribuido miles. ¿Y qué más le falta sino el reino?
9 De aquel día en adelante Saúl miró a David con recelo.
10 Aconteció al día siguiente que un espíritu malo de parte de Dios se apoderó de Saúl, y éste deliraba en medio de la casa, mientras David tocaba el arpa como lo hacía día tras día; y Saúl tenía la lanza en la mano.
11 Y Saúl arrojó la lanza, pues se dijo: Clavaré a David en la pared. Pero David le esquivó dos veces.
12 Saúl temía a David, porque el SEÑOR estaba con él y se había apartado de Saúl.
13 Saúl lo alejó de su lado y lo hizo comandante de mil; y David salía y entraba al frente del pueblo.
14 David se comportaba con prudencia en todos sus caminos, y el SEÑOR estaba con él.
15 Cuando Saúl vio que él prosperaba mucho, le tuvo terror.
16 Pero todo Israel y Judá amaban a David, porque él salía y entraba delante de ellos.
17 Entonces Saúl dijo a David: He aquí, mi hija mayor Merab; te la daré por mujer, con tal que me seas hombre valiente y pelees las batallas del SEÑOR. Porque Saúl se dijo: No será mi mano contra él, sino sea contra él la mano de los filisteos.
18 Pero David respondió a Saúl: ¿Quién soy yo, o qué es mi vida, o qué es la familia de mi padre en Israel, para que yo sea yerno del rey?
19 Y aconteció que al tiempo en que Merab, hija de Saúl, debía haber sido dada a David, en su lugar fue dada por mujer a Adriel de Meholat.
20 Y Mical, otra hija de Saúl, amó a David; cuando se lo hicieron saber a Saúl, el asunto le agradó.
21 Y Saúl se dijo: Se la daré para que le sirva de lazo y para que la mano de los filisteos sea contra él. Saúl, pues, dijo a David por segunda vez: Hoy serás mi yerno.
22 Entonces Saúl ordenó a sus siervos: Hablad en secreto a David, diciendo: He aquí, al rey le agradas, y todos sus siervos te aman; ahora pues, hazte yerno del rey.
23 Y los siervos de Saúl hablaron estas palabras a oídos de David. Y David dijo: ¿Os parece poca cosa llegar a ser yerno del rey, siendo yo un hombre pobre y de poca estima?
24 Y los siervos de Saúl le informaron, diciendo: Estas fueron las palabras que David dijo.
25 Entonces Saúl dijo: Así diréis a David: El rey no desea dote alguna, sino cien prepucios de filisteos, para vengarse de los enemigos del rey. Pero Saúl pensaba hacer caer a David por mano de los filisteos.
26 Cuando sus siervos le hicieron saber a David estas palabras, le agradó a David la idea de ser yerno del rey. Y antes que el plazo se cumpliera,
27 David se levantó y se fue con sus hombres, y mató a doscientos hombres de los filisteos. Y David trajo sus prepucios y se los presentó todos al rey a fin de ser yerno del rey. Y Saúl le dio a su hija Mical por mujer.
28 Cuando Saúl vio y comprendió que el SEÑOR estaba con David, y que Mical, hija de Saúl, lo amaba,
29 Saúl temió aún más a David. Y Saúl fue siempre enemigo de David.
30 Y salieron los príncipes de los filisteos, y cada vez que salían, David se comportaba con más prudencia que todos los siervos de Saúl, por lo cual su nombre llegó a ser muy estimado.
WLC
1 וַיְהִ֗י כְּכַלֹּתֹו֙ לְדַבֵּ֣ר אֶל־שָׁא֔וּל וְנֶ֙פֶשׁ֙ יְהֹ֣ונָתָ֔ן נִקְשְׁרָ֖ה בְּנֶ֣פֶשׁ דָּוִ֑ד וַיֶּאֱהָבֵ֥הוּ יְהֹונָתָ֖ן כְּנַפְשֹֽׁו׃
2 וַיִּקָּחֵ֥הוּ שָׁא֖וּל בַּיֹּ֣ום הַה֑וּא וְלֹ֣א נְתָנֹ֔ו לָשׁ֖וּב בֵּ֥ית אָבִֽיו׃
3 וַיִּכְרֹ֧ת יְהֹונָתָ֛ן וְדָוִ֖ד בְּרִ֑ית בְּאַהֲבָתֹ֥ו אֹתֹ֖ו כְּנַפְשֹֽׁו׃
4 וַיִּתְפַּשֵּׁ֣ט יְהֹונָתָ֗ן אֶֽת־הַמְּעִיל֙ אֲשֶׁ֣ר עָלָ֔יו וַֽיִּתְּנֵ֖הוּ לְדָוִ֑ד וּמַדָּ֕יו וְעַד־חַרְבֹּ֥ו וְעַד־קַשְׁתֹּ֖ו וְעַד־חֲגֹרֹֽו׃
5 וַיֵּצֵ֨א דָוִ֜ד בְּכֹל֩ אֲשֶׁ֨ר יִשְׁלָחֶ֤נּוּ שָׁאוּל֙ יַשְׂכִּ֔יל וַיְשִׂמֵ֣הוּ שָׁא֔וּל עַ֖ל אַנְשֵׁ֣י הַמִּלְחָמָ֑ה וַיִּיטַב֙ בְּעֵינֵ֣י כָל־הָעָ֔ם וְגַ֕ם בְּעֵינֵ֖י עַבְדֵ֥י שָׁאֽוּל׃ פ
6 וַיְהִ֣י בְּבֹואָ֗ם בְּשׁ֤וּב דָּוִד֙ מֵהַכֹּ֣ות אֶת־הַפְּלִשְׁתִּ֔י וַתֵּצֶ֨אנָה הַנָּשִׁ֜ים מִכָּל־עָרֵ֤י יִשְׂרָאֵל֙ לָשִׁ֣יר וְהַמְּחֹלֹ֔ות לִקְרַ֖את שָׁא֣וּל הַמֶּ֑לֶךְ בְּתֻפִּ֥ים בְּשִׂמְחָ֖ה וּבְשָׁלִשִֽׁים׃
7 וַֽתַּעֲנֶ֛ינָה הַנָּשִׁ֥ים הַֽמְשַׂחֲקֹ֖ות וַתֹּאמַ֑רְןָ הִכָּ֤ה שָׁאוּל֙ בַּאֲלָפָ֔יו וְדָוִ֖ד בְּרִבְבֹתָֽיו׃
8 וַיִּ֨חַר לְשָׁא֜וּל מְאֹ֗ד וַיֵּ֤רַע בְּעֵינָיו֙ הַדָּבָ֣ר הַזֶּ֔ה וַיֹּ֗אמֶר נָתְנ֤וּ לְדָוִד֙ רְבָבֹ֔ות וְלִ֥י נָתְנ֖וּ הָאֲלָפִ֑ים וְעֹ֥וד לֹ֖ו אַ֥ךְ הַמְּלוּכָֽה׃
9 וַיְהִ֥י שָׁא֖וּל עֹויֵ֣ן אֶת־דָּוִ֑ד מֵהַיֹּ֥ום הַה֖וּא וָהָֽלְאָה׃ ס
10 וַיְהִ֣י מִֽמָּחֳרָ֗ת וַתִּצְלַ֣ח רוּחַ֩ אֱלֹהִ֨ים ׀ רָעָ֤ה ׀ אֶל־שָׁאוּל֙ וַיִּתְנַבֵּ֣א בְתֹוךְ־הַבַּ֔יִת וְדָוִ֛ד מְנַגֵּ֥ן בְּיָדֹ֖ו כְּיֹ֣ום ׀ בְּיֹ֑ום וְהַחֲנִ֖ית בְּיַד־שָׁאֽוּל׃
11 וַיָּ֤טֶל שָׁאוּל֙ אֶֽת־הַחֲנִ֔ית וַיֹּ֕אמֶר אַכֶּ֥ה בְדָוִ֖ד וּבַקִּ֑יר וַיִּסֹּ֥ב דָּוִ֛ד מִפָּנָ֖יו פַּעֲמָֽיִם׃
12 וַיִּרָ֥א שָׁא֖וּל מִלִּפְנֵ֣י דָוִ֑ד כִּֽי־הָיָ֤ה יְהוָה֙ עִמֹּ֔ו וּמֵעִ֥ם שָׁא֖וּל סָֽר׃
13 וַיְסִרֵ֤הוּ שָׁאוּל֙ מֵֽעִמֹּ֔ו וַיְשִׂמֵ֥הוּ לֹ֖ו שַׂר־אָ֑לֶף וַיֵּצֵ֥א וַיָּבֹ֖א לִפְנֵ֥י הָעָֽם׃ פ
14 וַיְהִ֥י דָוִ֛ד לְכָל־דָּרְכָ֖ו מַשְׂכִּ֑יל וַֽיהוָ֖ה עִמֹּֽו׃
15 וַיַּ֣רְא שָׁא֔וּל אֲשֶׁר־ה֖וּא מַשְׂכִּ֣יל מְאֹ֑ד וַיָּ֖גָר מִפָּנָֽיו׃
16 וְכָל־יִשְׂרָאֵל֙ וִיהוּדָ֔ה אֹהֵ֖ב אֶת־דָּוִ֑ד כִּֽי־ה֛וּא יֹוצֵ֥א וָבָ֖א לִפְנֵיהֶֽם׃ פ
17 וַיֹּ֨אמֶר שָׁא֜וּל אֶל־דָּוִ֗ד הִנֵּה֩ בִתִּ֨י הַגְּדֹולָ֤ה מֵרַב֙ אֹתָהּ֙ אֶתֶּן־לְךָ֣ לְאִשָּׁ֔ה אַ֚ךְ הֱיֵה־לִּ֣י לְבֶן־חַ֔יִל וְהִלָּחֵ֖ם מִלְחֲמֹ֣ות יְהוָ֑ה וְשָׁא֣וּל אָמַ֗ר אַל־תְּהִ֤י יָדִי֙ בֹּ֔ו וּתְהִי־בֹ֖ו יַד־פְּלִשְׁתִּֽים׃ ס
18 וַיֹּ֨אמֶר דָּוִ֜ד אֶל־שָׁא֗וּל מִ֤י אָֽנֹכִי֙ וּמִ֣י חַיַּ֔י מִשְׁפַּ֥חַת אָבִ֖י בְּיִשְׂרָאֵ֑ל כִּֽי־אֶהְיֶ֥ה חָתָ֖ן לַמֶּֽלֶךְ׃
19 וַיְהִ֗י בְּעֵ֥ת תֵּ֛ת אֶת־מֵרַ֥ב בַּת־שָׁא֖וּל לְדָוִ֑ד וְהִ֧יא נִתְּנָ֛ה לְעַדְרִיאֵ֥ל הַמְּחֹלָתִ֖י לְאִשָּֽׁה׃
20 וַתֶּאֱהַ֛ב מִיכַ֥ל בַּת־שָׁא֖וּל אֶת־דָּוִ֑ד וַיַּגִּ֣דוּ לְשָׁא֔וּל וַיִּשַׁ֥ר הַדָּבָ֖ר בְּעֵינָֽיו׃
21 וַיֹּ֨אמֶר שָׁא֜וּל אֶתְּנֶ֤נָּה לֹּו֙ וּתְהִי־לֹ֣ו לְמֹוקֵ֔שׁ וּתְהִי־בֹ֖ו יַד־פְּלִשְׁתִּ֑ים וַיֹּ֤אמֶר שָׁאוּל֙ אֶל־דָּוִ֔ד בִּשְׁתַּ֛יִם תִּתְחַתֵּ֥ן בִּ֖י הַיֹּֽום׃
22 וַיְצַ֨ו שָׁא֜וּל אֶת־עֲבָדָ֗ו דַּבְּר֨וּ אֶל־דָּוִ֤ד בַּלָּט֙ לֵאמֹ֔ר הִנֵּ֨ה חָפֵ֤ץ בְּךָ֙ הַמֶּ֔לֶךְ וְכָל־עֲבָדָ֖יו אֲהֵב֑וּךָ וְעַתָּ֖ה הִתְחַתֵּ֥ן בַּמֶּֽלֶךְ׃
23 וַֽיְדַבְּר֞וּ עַבְדֵ֤י שָׁאוּל֙ בְּאָזְנֵ֣י דָוִ֔ד אֶת־הַדְּבָרִ֖ים הָאֵ֑לֶּה וַיֹּ֣אמֶר דָּוִ֗ד הַֽנְקַלָּ֤ה בְעֵֽינֵיכֶם֙ הִתְחַתֵּ֣ן בַּמֶּ֔לֶךְ וְאָנֹכִ֖י אִֽישׁ־רָ֥שׁ וְנִקְלֶֽה׃
24 וַיַּגִּ֜דוּ עַבְדֵ֥י שָׁא֛וּל לֹ֖ו לֵאמֹ֑ר כַּדְּבָרִ֥ים הָאֵ֖לֶּה דִּבֶּ֥ר דָּוִֽד׃ פ
25 וַיֹּ֨אמֶר שָׁא֜וּל כֹּֽה־תֹאמְר֣וּ לְדָוִ֗ד אֵֽין־חֵ֤פֶץ לַמֶּ֙לֶךְ֙ בְּמֹ֔הַר כִּ֗י בְּמֵאָה֙ עָרְלֹ֣ות פְּלִשְׁתִּ֔ים לְהִנָּקֵ֖ם בְּאֹיְבֵ֣י הַמֶּ֑לֶךְ וְשָׁא֣וּל חָשַׁ֔ב לְהַפִּ֥יל אֶת־דָּוִ֖ד בְּיַד־פְּלִשְׁתִּֽים׃
26 וַיַּגִּ֨דוּ עֲבָדָ֤יו לְדָוִד֙ אֶת־הַדְּבָרִ֣ים הָאֵ֔לֶּה וַיִּשַׁ֤ר הַדָּבָ֙ר֙ בְּעֵינֵ֣י דָוִ֔ד לְהִתְחַתֵּ֖ן בַּמֶּ֑לֶךְ וְלֹ֥א מָלְא֖וּ הַיָּמִֽים׃
27 וַיָּ֨קָם דָּוִ֜ד וַיֵּ֣לֶךְ ׀ ה֣וּא וַאֲנָשָׁ֗יו וַיַּ֣ךְ בַּפְּלִשְׁתִּים֮ מָאתַ֣יִם אִישׁ֒ וַיָּבֵ֤א דָוִד֙ אֶת־עָרְלֹ֣תֵיהֶ֔ם וַיְמַלְא֣וּם לַמֶּ֔לֶךְ לְהִתְחַתֵּ֖ן בַּמֶּ֑לֶךְ וַיִּתֶּן־לֹ֥ו שָׁא֛וּל אֶת־מִיכַ֥ל בִּתֹּ֖ו לְאִשָּֽׁה׃ ס
28 וַיַּ֤רְא שָׁאוּל֙ וַיֵּ֔דַע כִּ֥י יְהוָ֖ה עִם־דָּוִ֑ד וּמִיכַ֥ל בַּת־שָׁא֖וּל אֲהֵבַֽתְהוּ׃
29 וַיֹּ֣אסֶף שָׁא֗וּל לֵרֹ֛א מִפְּנֵ֥י דָוִ֖ד עֹ֑וד וַיְהִ֥י שָׁא֛וּל אֹיֵ֥ב אֶת־דָּוִ֖ד כָּל־הַיָּמִֽים׃ ס
30 וַיֵּצְא֖וּ שָׂרֵ֣י פְלִשְׁתִּ֑ים וַיְהִ֣י ׀ מִדֵּ֣י צֵאתָ֗ם שָׂכַ֤ל דָּוִד֙ מִכֹּל֙ עַבְדֵ֣י שָׁא֔וּל וַיִּיקַ֥ר שְׁמֹ֖ו מְאֹֽד׃ ס
Capítulo 19
LBLA
1 Entonces Saúl les dijo a su hijo Jonatán y a todos sus siervos que mataran a David. Pero Jonatán, hijo de Saúl, quería mucho a David.
2 Y avisó Jonatán a David, diciendo: Saúl mi padre procura matarte; ahora pues, te ruego que te mantengas alerta por la mañana, quédate en un lugar secreto y escóndete.
3 Yo saldré y me pondré al lado de mi padre en el campo donde tú te encuentres, y hablaré con mi padre acerca de ti; y veré lo que ocurre y te lo haré saber.
4 Entonces Jonatán habló bien de David a Saúl su padre, y le dijo: No peque el rey contra su siervo David, puesto que él no ha pecado contra ti, y puesto que sus hechos han sido de gran beneficio para ti.
5 Porque puso su vida en peligro e hirió al filisteo, y el SEÑOR llevó a cabo una gran liberación para todo Israel; tú lo viste y te alegraste. ¿Por qué, pues, pecarás contra sangre inocente, matando a David sin causa?
6 Y escuchó Saúl la voz de Jonatán, y juró Saúl: Tan cierto como que el SEÑOR vive, no morirá.
7 Entonces Jonatán llamó a David y le hizo saber todas estas palabras. Y Jonatán llevó a David a Saúl, y estuvo en su presencia como antes.
8 Cuando hubo de nuevo guerra, David salió y peleó contra los filisteos, y los hirió con gran matanza, y huyeron de su presencia.
9 Y vino un espíritu malo de parte del SEÑOR sobre Saúl; y estaba él sentado en su casa con su lanza en la mano, y David tocaba el arpa.
10 Saúl procuró clavar a David en la pared con la lanza, pero él se escurrió de la presencia de Saúl, y la lanza se clavó en la pared. David huyó y escapó aquella noche.
11 Saúl envió mensajeros a casa de David para que lo vigilaran, a fin de matarlo por la mañana; pero Mical, mujer de David, le avisó, diciendo: Si no salvas tu vida esta noche, mañana serás muerto.
12 Mical descolgó a David por una ventana; y él salió, huyó y escapó.
13 Y Mical tomó un ídolo doméstico y lo puso en la cama, puso una almohada de pelo de cabra a su cabecera y lo cubrió con la ropa.
14 Cuando Saúl envió mensajeros para llevarse a David, ella dijo: Está enfermo.
15 Entonces Saúl envió de nuevo mensajeros a ver a David, diciendo: Traédmelo en la cama, para que yo lo mate.
16 Cuando los mensajeros entraron, he aquí, el ídolo doméstico estaba en la cama con la almohada de pelo de cabra a su cabecera.
17 Y Saúl dijo a Mical: ¿Por qué me has engañado así y has dejado ir a mi enemigo, de modo que ha escapado? Y Mical respondió a Saúl: Porque él me dijo: Déjame ir, o te mataré.
18 Huyó, pues, David y escapó, y fue a Samuel en Ramá y le dijo todo lo que Saúl le había hecho. Y él y Samuel fueron y se quedaron en Naiot.
19 Y se le informó a Saúl, diciendo: He aquí, David está en Naiot en Ramá.
20 Saúl envió mensajeros para llevarse a David, pero cuando vieron al grupo de los profetas profetizando, y a Samuel de pie presidiéndolos, el Espíritu de Dios vino sobre los mensajeros de Saúl, y ellos también profetizaron.
21 Cuando se lo hicieron saber a Saúl, envió otros mensajeros, y también ellos profetizaron. Y Saúl volvió a enviar mensajeros por tercera vez, y también ellos profetizaron.
22 Entonces él mismo fue a Ramá y llegó hasta el gran pozo que está en Secú; y preguntó, diciendo: ¿Dónde están Samuel y David? Y alguien dijo: He aquí, están en Naiot en Ramá.
23 Y fue allá a Naiot en Ramá; y el Espíritu de Dios vino también sobre él, y continuó profetizando mientras iba, hasta que llegó a Naiot en Ramá.
24 Y él también se quitó sus ropas, y también profetizó delante de Samuel, y estuvo echado desnudo todo aquel día y toda aquella noche. Por lo que suelen decir: ¿También Saúl entre los profetas?
WLC
12 וַתֹּ֣רֶד מִיכַ֗ל אֶת־דָּוִד֙ בַּעַ֣ד הַחַלּ֔וֹן וַיֵּ֖לֶךְ וַיִּבְרַ֥ח וַיִּמָּלֵֽט׃
13 וַתִּקַּ֣ח מִיכַ֗ל אֶת־הַתְּרָפִים֙ וַתָּ֙שֶׂם֙ אֶל־הַמִּטָּ֔ה וְאֵת֙ כְּבִ֣יר הָעִזִּ֔ים שָׂ֖מָה מְרַֽאֲשֹׁתָ֑יו וַתְּכַס֙ בַּבֶּֽגֶד׃
14 וַיִּשְׁלַ֤ח שָׁאוּל֙ מַלְאָכִ֔ים לָקַ֥חַת אֶת־דָּוִ֖ד וַתֹּ֥אמֶר הֽוּא־חֹלֶֽה׃
15 וַיִּשְׁלַ֤ח שָׁאוּל֙ אֶת־הַמַּלְאָכִ֔ים לִרְאֹ֖ות אֶת־דָּוִ֑ד לֵאמֹ֗ר הַעֲל֤וּ אֹתֹו֙ בַּמִּטָּ֔ה אֵלַ֖י לַהֲמִתֹֽו׃
16 וַיָּבֹ֣אוּ הַמַּלְאָכִ֗ים וְהִנֵּ֤ה הַתְּרָפִים֙ אֶל־הַמִּטָּ֔ה וּכְבִ֥יר הָעִזִּ֖ים מְרַאֲשֹׁתָֽיו׃
17 וַיֹּ֣אמֶר שָׁא֣וּל אֶל־מִיכַ֗ל לָ֤מָּה כָּ֙כָה֙ רִמִּיתִ֔נִי וַתְּשַׁלְּחִ֥י אֶת־אֹיְבִ֖י וַיִּמָּלֵ֑ט וַתֹּ֣אמֶר מִיכַ֗ל אֶל־שָׁאול֙ ה֣וּא אָֽמַר֙ אֵלַ֔י שַׁלְּחִ֖י אֹותִ֑י אִם־לֹ֖א אֶהֶרְגֵֽךְ׃ ס
18 וְדָוִ֨ד בָּרַ֜ח וַיִּמָּלֵ֗ט וַיָּבֹא֙ אֶל־שְׁמוּאֵ֣ל הָרָמָ֔תָה וַיַּגֶּד־לֹו֙ אֵ֣ת כָּל־אֲשֶׁ֣ר עָֽשָׂה־לֹ֣ו שָׁא֑וּל וַיֵּ֤לֶךְ הੂא֙ וּשְׁמוּאֵ֔ל וַיֵּשְׁב֖וּ בְּנָיֹֽות׃
19 וַיֻּגַּ֥ד לְשָׁא֖וּל לֵאמֹ֑ר הִנֵּ֣ה דָוִ֔ד בְּנָיֹ֖ות בָּרָמָֽה׃
20 וַיִּשְׁלַ֣ח שָׁאול֩ מַלְאָכִ֨ים לָקַ֤חַת אֶת־דָּוִד֙ וַיַּרְא֣וּ אֶת־לַהֲקַ֣ת הַנְּבִאִ֗ים נִבְּאִים֙ וּשְׁמוּאֵל֙ עֹמֵ֤ד נִצָּב֙ עֲלֵיהֶ֔ם וַתְּהִ֞י עַל־מַלְאֲכֵ֥י שָׁא֛וּל ר֥וּחַ אֱלֹהִ֖ים וַיִּתְנַבְּא֥וּ גַם־הֵֽמָּה׃
21 וַיַּגִּ֣דוּ לְשָׁא֔וּל וַיִּשְׁלַח֙ מַלְאָכִ֣ים אֲחֵרִ֔ים וַיִּתְנַבְּא֖וּ גַּם־הֵ֑מָּה וַיֹּ֨סֶף שָׁאול֙ וַיִּשְׁלַ֣ח מַלְאָכִ֤ים שְׁלִשִׁים֙ וַיִּתְנַבְּא֖וּ גַּם־הֵֽמָּה׃
22 וַיֵּ֣לֶךְ גַּם־ה֗וּא הָרָמָה֙ וַיָּבֹא֙ עַד־בֹּ֣ור הַגָּדֹ֔ול אֲשֶׁ֖ר בַּשֶּׁ֑כֶו וַיִּשְׁאַל֙ וַיֹּ֔אמֶר אֵֽיפֹה֙ שְׁמוּאֵ֣ל וְדָוִ֔ד וַיֹּ֖אמֶר הִנֵּ֥ה בְנָיֹ֖ות בָּרָמָֽה׃
23 וַיֵּ֣לֶךְ שָׁם֮ אֶל־נָיֹ֣ות בָּרָמָה֒ וַתְּהִ֤י עָלָיו֙ גַּם־ה֔וּא ר֖וּחַ אֱלֹהִ֑ים וַיֵּ֣לֶךְ הָלֹ֤וךְ וְנִבָּא֙ עַד־בֹּאֹ֔ו עַד־נָיֹ֖ות בָּרָמָֽה׃
24 וַיִּפְשַׁ֨ט גַּם־ה֜וּא בְּגָדָ֗יו וַיִּתְנַבֵּ֤א גַם־הוּא֙ לִפְנֵ֣י שְׁמוּאֵ֔ל וַיִּפֹּ֥ל עָרֹ֛ם כָּל־הַיֹּ֥ום הַה֖וּא וְכָל־הַלָּֽיְלָה עַל־כֵּן֙ יֹֽאמְר֔וּ הֲגַ֥ם שָׁא֖וּל בַּנְּבִאִֽים׃ פ
Capítulo 20
LBLA
1 Entonces David huyó de Naiot en Ramá, fue y dijo a Jonatán: ¿Qué he hecho yo? ¿Cuál es mi maldad y cuál es mi pecado contra tu padre para que busque mi vida?
2 Y él le dijo: De ninguna manera; no morirás. He aquí, mi padre no hace cosa alguna, grande o pequeña, sin revelármela. ¿Por qué, pues, me ha de encubrir mi padre esto? No es así.
3 Pero David volvió a jurar, y dijo: Tu padre sabe bien que he hallado gracia ante tus ojos, y ha dicho: “Que no lo sepa Jonatán para que no se entristezca.” Pero ciertamente, vive el SEÑOR y vive tu alma, que apenas hay un paso entre mí y la muerte.
4 Respondió Jonatán a David: Lo que tú digas, haré por ti.
5 Y David dijo a Jonatán: He aquí, mañana es luna nueva y debo sentarme a comer con el rey, pero déjame ir para que me esconda en el campo hasta la tarde del tercer día.
6 Si tu padre me echa mucho de menos, entonces dirás: “David me rogó encarecidamente que le dejara ir a toda prisa a Belén su ciudad, porque allí es el sacrificio anual para toda la familia.”
7 Si él dice: “Está bien”, tu siervo estará seguro; pero si se enoja, sabrás que ha decidido hacer el mal.
8 Harás, pues, misericordia con tu siervo, ya que has hecho un pacto del SEÑOR conmigo. Pero si hay maldad en mí, mátame tú, pues ¿para qué llevarme a tu padre?
9 Y Jonatán le dijo: Nunca suceda tal cosa para ti. Porque si de veras sé que mi padre ha decidido que el mal caiga sobre ti, ¿no te lo haría saber yo?
10 Entonces David dijo a Jonatán: ¿Quién me avisará si tu padre te responde ásperamente?
11 Y Jonatán dijo a David: Ven, salgamos al campo. Y ambos salieron al campo.
12 Entonces Jonatán dijo a David: El SEÑOR, Dios de Israel, sea testigo. Cuando yo haya hablado con mi padre como a esta hora mañana, o pasado mañana, si hay algo bueno para David, ¿no enviaré a ti y te lo haré saber?
13 Si mi padre quiere hacerte daño, que así haga el SEÑOR a Jonatán y aun más, si no te lo hago saber y te envío para que vayas en paz. Y que el SEÑOR sea contigo, como ha sido con mi padre.
14 Y si todavía vivo, ¿no me mostrarás la misericordia del SEÑOR, para que no muera?
15 Y no quitarás tu misericordia de mi casa para siempre, ni aun cuando el SEÑOR corte de la faz de la tierra a cada uno de los enemigos de David.
16 Jonatán, pues, hizo un pacto con la casa de David, diciendo: El SEÑOR lo demande de la mano de los enemigos de David.
17 Y Jonatán hizo jurar de nuevo a David a causa de su amor por él, pues lo amaba como a sí mismo.
18 Entonces Jonatán le dijo: Mañana es luna nueva y serás echado de menos, porque tu asiento estará vacío.
19 Cuando hayas estado ausente por tres días, descenderás aprisa y vendrás al lugar donde te escondiste el día del suceso, y permanecerás junto a la piedra de Ezel.
20 Yo tiraré tres flechas hacia un lado, como si tirara a un blanco.
21 Y he aquí, enviaré al muchacho, diciendo: “Ve, busca las flechas.” Si digo al muchacho: “Mira, las flechas están más acá de ti, tómalas y tráelas”, entonces ven, porque hay seguridad para ti y no hay peligro, vive el SEÑOR.
22 Pero si digo al joven: “Mira, las flechas están más allá de ti”, vete, porque el SEÑOR te ha enviado.
23 Y en cuanto al acuerdo de que tú y yo hemos hablado, he aquí, el SEÑOR es testigo entre nosotros para siempre.
24 Se escondió, pues, David en el campo; y cuando vino la luna nueva, el rey se sentó a comer el pan.
25 El rey se sentó en su asiento como de costumbre, el asiento junto a la pared; Jonatán se sentó enfrente, y Abner se sentó al lado de Saúl, pero el lugar de David estaba vacío.
26 No obstante, Saúl no dijo nada aquel día, porque se dijo: Es un accidente, no está limpio, ciertamente no está limpio.
27 Y al día siguiente, el segundo día de la luna nueva, el lugar de David seguía vacío; entonces Saúl dijo a su hijo Jonatán: ¿Por qué no ha venido el hijo de Isaí a la comida ni ayer ni hoy?
28 Y Jonatán respondió a Saúl: David me rogó encarecidamente que le dejara ir a Belén,
29 diciendo: “Te ruego que me dejes ir, porque nuestra familia tiene en la ciudad un sacrificio, y mi hermano me ha ordenado que esté allí. Ahora pues, si he hallado gracia ante tus ojos, te ruego que me permitas ir para ver a mis hermanos.” Por tanto, no ha venido a la mesa del rey.
30 Se encendió la ira de Saúl contra Jonatán, y le dijo: Hijo de perversa y rebelde, ¿acaso no sé yo que has escogido al hijo de Isaí para tu propia vergüenza y para vergüenza de la desnudez de tu madre?
31 Pues mientras el hijo de Isaí viva sobre la tierra, ni tú ni tu reino serán establecidos. Ahora pues, envía a buscarlo y tráemelo, porque ciertamente ha de morir.
32 Pero Jonatán respondió a su padre Saúl y le dijo: ¿Por qué ha de morir? ¿Qué ha hecho?
33 Entonces Saúl le arrojó la lanza para matarlo; así Jonatán supo que su padre había determinado matar a David.
34 Jonatán se levantó de la mesa ardiendo en ira y no comió pan el segundo día de la luna nueva, pues le entristecía a causa de David, porque su padre le había afrentado.
35 A la mañana siguiente Jonatán salió al campo para ir al encuentro de David, y un muchacho pequeño iba con él.
36 Y dijo a su muchacho: Corre, busca las flechas que voy a tirar. Y mientras el muchacho corría, él tiró una flecha más allá de él.
37 Cuando el muchacho llegó al lugar donde Jonatán había tirado la flecha, Jonatán le gritó al muchacho, y dijo: ¿No está la flecha más allá de ti?
38 Entonces Jonatán le gritó al muchacho, diciendo: Apresúrate, date prisa, no te detengas. Y el muchacho de Jonatán recogió las flechas y vino a su señor.
39 Pero el muchacho no sabía nada; solo Jonatán y David sabían del asunto.
40 Entonces Jonatán dio sus armas al muchacho y le dijo: Vete, llévalas a la ciudad.
41 Cuando el muchacho se fue, David se levantó de junto a la piedra Ezel, y cayendo rostro en tierra, se postró tres veces. Y se besaron el uno al otro y lloraron juntos, pero David lloró mucho más.
42 Y Jonatán dijo a David: Vete en paz, ya que ambos hemos jurado en el nombre del SEÑOR, diciendo: “El SEÑOR sea entre tú y yo, y entre tu descendencia y mi descendencia para siempre.” David se levantó y se fue, y Jonatán entró en la ciudad.
WLC
1 וַיִּבְרַ֤ח דָּוִד֙ מִנָּיֹ֣ות בָּֽרָמָ֔ה וַיָּבֹ֗א וַיֹּ֙אמֶר֙ לִפְנֵ֣י יְהֹונָתָ֔ן מַה־עָשִׂ֥יתִי מֶה־עֲוֹנִ֖י וּמֶ֣ה חַטָּאתִ֑י לִפְנֵ֣י אָבִ֔יךָ כִּֽי־מְבַקֵּ֖שׁ אֶת־נַפְשִֽׁי׃
2 וַיֹּ֤אמֶר לוֹ֙ חָלִ֣ילָה לָּ֔ךְ לֹ֥א תָמ֖וּת הִנֵּ֣ה אָבִ֗י לֹא־יַעֲשֶׂ֤ה דָבָר֙ גָּדֹ֣ול אֹו־קָטֹ֔ן וְלֹ֥א יִגְלֶ֖ה אֶת־אָזְנִ֑י וּמַדּ֗וּעַ יַסְתִּ֤יר אָבִי֙ מִמֶּ֔נִּי אֶת־הַדָּבָ֖ר הַזֶּ֑ה אֵ֥ין זֹֽאת׃
3 וַיִּשָּׁבַ֨ע עֹ֜וד דָּוִ֗ד וַיֹּ֙אמֶר֙ יָדֹ֙ועַ יָדַ֣ע אָבִ֔יךָ כִּֽי־מָצָ֤אתִי חֵן֙ בְּעֵינֶ֔יךָ וַיֹּ֙אמֶר֙ אַל־יֵ֣דַע זֹ֣את יְהֹונָתָ֔ן פֶּן־יֵעָצֵ֑ב וְאוּלָ֗ם חַי־יְהוָה֙ וְחֵ֣י נַפְשֶׁ֔ךָ כִּ֥י כְפֶ֖שַׂע בֵּינִ֥י וּבֵֽין־הַמָּֽוֶת׃
4 וַיֹּ֥אמֶר יְהֹונָתָ֖ן אֶל־דָּוִ֑ד מַה־תֹּאמַ֥ר נַפְשְׁךָ֖ וְאֶעֱשֶׂה־לָּֽךְ׃
5 וַיֹּ֨אמֶר דָּוִ֜ד אֶל־יְהֹונָתָ֗ן הִנֵּֽה־חֹ֙דֶשׁ֙ מָחָ֔ר וְאָנֹכִ֥י יָשֹׁ֛ב אֵשֵׁ֥ב עִם־הַמֶּ֖לֶךְ לֶאֱכֹ֑ול וְשִׁלַּחְתַּ֙נִי֙ וְנִסְתַּרְתִּ֣י בַשָּׂדֶ֔ה עַ֖ד הָעֶ֥רֶב הַשְּׁלִשִֽׁי׃
6 אִם־פָּקֹ֤ד יִפְקְדֵ֙נִי֙ אָבִ֔יךָ וְאָמַרְתָּ֖ נִשְׁאֹ֣ל נִשְׁאַ֣ל מִמֶּ֗נִּי דָּוִד֙ לָר֤וּץ בֵּית־לֶ֙חֶם֙ עִירֹ֔ו כִּ֚י זֶ֣בַח הַיָּמִ֔ים שָׁ֖ם לְכָל־הַמִּשְׁפָּחָֽה׃
7 אִם־כֹּ֥ה יֹאמַ֛ר טֹ֖וב שָׁלֹ֣ום לְעַבְדֶּ֑ךָ וְאִם־חָרֹ֤ה יֶֽחֱרֶה־לּוֹ֙ דַּ֣ע כִּֽי־כָלְתָ֣ה הָרָעָ֔ה מֵעִמֹּ֖ו׃
8 וְעָשִׂ֤יתָ חֶ֙סֶד֙ עַֽל־עַבְדֶּ֔ךָ כִּ֠י בִּבְרִית יְהוָ֞ה הֵבֵ֥אתָ אֶֽת־עַבְדְּךָ֖ עִמָּ֑ךְ וְאִם־יֶשׁ־בִּ֤י עָוֹן֙ הֲמִיתֵ֣נִי אַ֔תָּה וְעַד־אָבִ֖יךָ לָמָּה־זֶ֥ה תְבִיאֵֽנִי׃
9 וַיֹּ֥אמֶר יְהֹונָתָ֖ן חָלִ֣ילָה לָּ֑ךְ כִּ֣י אִם־יָדֹ֣עַ אֵדַ֗ע כִּֽי־כָלְתָ֤ה הָרָעָה֙ מֵעִמִּי֙ לָבֹ֣וא עָלֶ֔יךָ וְלֹ֥א אֹתָ֖הּ הִגַּ֥דְתִּי לָֽךְ׃
10 וַיֹּ֥אמֶר דָּוִ֖ד אֶל־יְהֹונָתָ֑ן מִ֣י יַגִּ֥יד לִ֛י אֹֽו־מַה־יַּעַנְךָ֥ אָבִ֖יךָ קָשָֽׁה׃
11 וַיֹּ֥אמֶר יְהֹונָתָ֖ן אֶל־דָּוִ֑ד לְכָה֙ וְנֵצֵ֣א הַשָּׂדֶ֔ה וַיֵּצְא֥וּ שְׁנֵיהֶ֖ם הַשָּׂדֶֽה׃
12 וַיֹּ֨אמֶר יְהֹונָתָ֜ן אֶל־דָּוִ֗ד יְהוָה֙ אֱלֹהֵ֣י יִשְׂרָאֵ֔ל כִּֽי־אֶחְקֹ֣ר אֶת־אָבִ֔י כַּיֹּ֛ום שִׁלְשִׁ֥ים הַמָּחָרָ֖ת וְהִנֵּה־טֹ֣וב אֶל־דָּוִ֑ד וְלֹא־אָז֙ אֶשְׁלַ֣ח עָלֶ֔יךָ וְגִלִּיתִ֖י אֶת־אָזְנֶֽךָ׃
13 כֹּה֩ יַעֲשֶׂ֨ה יְהוָ֜ה לִיהֹונָתָ֗ן וְכֹה֙ יֹסִ֣ף לֹ֔ו כִּֽי־יִחְפַּ֤ץ אָבִי֙ אֶת־הָ֣רָעָה֙ עָלֶ֔יךָ וְגִלִּיתִ֣י אֶת־אָזְנֶ֔ךָ וְשִׁלַּחְתִּ֖יךָ וְהָלַכְתָּ֣ לְשָׁלֹ֑ום וִיהִ֤י יְהוָה֙ עִמָּ֔ךְ כַּאֲשֶׁ֥ר הָיָ֖ה עִם־אָבִֽי׃
14 וְלֹ֥א אִם־עֹודֶ֖נִּי חַ֑י וְלֹֽא־תַעֲשֶׂ֥ה עִמָּדִ֖י חֶ֥סֶד יְהוָֽה׃
15 וְלֹֽא־תַכְרִ֤ית אֶת־חַסְדְּךָ֙ מֵעִ֣ם בֵּיתִ֔י עַד־עֹולָ֖ם וְלֹ֣א בְּהַכְרִ֣ת יְהוָ֔ה אֶת־אֹיְבֵ֥י דָוִ֖ד אִ֥ישׁ מֵעַל֙ פְּנֵ֣י הָאֲדָמָ֔ה׃
16 וַיִּכְרֹ֣ת יְהֹונָתָ֗ן עִם־בֵּ֣ית דָּוִד֮ וּבִקֵּ֣שׁ יְהוָה֮ מִיַּ֣ד אֹיְבֵ֣י דָוִד֒
17 וַיֹּ֤וסֶף יְהֹונָתָן֙ לְהַשְׁבִּ֣יעַ אֶת־דָּוִ֔ד בְּאַהֲבָתֹ֖ו אֹתֹ֑ו כִּֽי־אַהֲבַ֥ת נַפְשֹׁ֖ו אֲהֵבֹֽו׃ ס
18 וַיֹּ֥אמֶר לֹ֖ו יְהֹונָתָ֑ן מָחָ֣ר חֹ֔דֶשׁ וְנִפְקַדְתָּ֖ כִּ֥י יִפָּקֵ֥ד מֹושָׁבֶֽךָ׃
19 וְשִׁלַּשְׁתָּ֙ תֵּרֵ֣ד מְאֹ֔ד וּבָאתָ֙ אֶל־הַמָּקֹום֙ אֲשֶׁ֣ר נִסְתַּרְתָּ֣ שָׁ֔ם בְּיֹ֖ום הַֽמַּעֲשֶׂ֑ה וְיָשַׁבְתָּ֖ אֵ֥צֶל הָאֶ֥בֶן הָאָֽזֶל׃
20 וַאֲנִ֕י שְׁלֹ֥שֶׁת הַחִצִּ֖ים צִדָּ֣ה אֶטְרֶ֑ה לְשַׁלַּ֥ח לִֽי לְמַטָּרָֽה׃
21 וְהִנֵּה֙ אֶשְׁלַ֣ח אֶת־הַנַּ֔עַר לֵאמֹ֖ר לֵ֣ךְ מְצָ֣א אֶת־הַחִצִּ֑ים אִם־אָמֹר֙ אֹמַ֣ר לַנַּ֔עַר הִנֵּ֥ה הַחִצִּ֖ים מִמְּךָ֣ וָהֵ֑נָּה קָֽחֶנּוּ֙ וָבֹ֔אָה כִּֽי־שָׁלֹ֣ום לְךָ֔ וְאֵ֥ין דָּבָ֖ר חַי־יְהוָֽה׃
22 וְאִם־כֹּ֤ה אֹמַר֙ לַנַּ֔עַר הִנֵּ֥ה הַחִצִּ֖ים מִמְּךָ֣ וָהָ֑לְאָה לֵ֚ךְ כִּ֣י שִׁלַּחֲךָ֥ יְהוָֽה׃
23 וְהַדָּבָר֙ אֲשֶׁ֣ר דִּבַּ֔רְנוּ אֲנִ֥י וָאַ֖תָּה הִנֵּ֣ה יְהוָ֑ה בֵּינִ֣י וּבֵֽינְךָ֔ עַד־עֹולָֽם׃ ס
24 וַיִּסָּתֵ֥ר דָּוִ֖ד בַּשָּׂדֶ֑ה וַיְהִ֣י הַחֹ֔דֶשׁ וַיֵּ֥שֶׁב הַמֶּ֖לֶךְ עַל־הַלֶּ֥חֶם לֶאֱכֹֽול׃
25 וַיֵּ֣שֶׁב הַמֶּ֗לֶךְ עַל־מֹושָׁבֹו֙ כְּפַ֣עַם בְּפַ֔עַם עַל־מֹושַׁ֥ב הַקִּ֖יר וַיָּ֣קָם יְהֹונָתָ֑ן וַיֵּ֥שֶׁב אַבְנֵ֖ר מִצַּ֥ד שָׁאֽוּל וַיִּפָּקֵ֥ד מְקֹום־דָּוִֽד׃
26 וְלֹא־דִבֶּ֥ר שָׁא֖וּל מְא֣וּמָה בַּיֹּ֣ום הַה֑וּא כִּ֣י אָמַ֗ר מִקְרֶה־הוּא֙ בִּלְתִּי֙ טָהֹ֣ור ה֔וּא כִּ֥י לֹא־טָהֹ֖ור הֽוּא׃
27 וַיְהִ֞י מִֽמָּחֳרַ֣ת הַחֹ֗דֶשׁ הַשֵּׁנִי֙ וַיִּפָּקֵ֣ד מְקֹום־דָּוִ֔ד וַיֹּ֥אמֶר שָׁא֖וּל אֶל־יְהֹונָתָ֣ן בְּנֹ֑ו מַדּ֗וּעַ לֹא־בָ֤א בֶן־יִשַׁי֙ גַּם־תְּמֹ֣ול גַּם־הַיֹּ֔ום אֶל־הַלָּֽחֶם׃
28 וַיַּ֤עַן יְהֹונָתָן֙ אֶת־שָׁא֣וּל אָבִ֔יו נִשְׁאֹ֥ל נִשְׁאַ֛ל דָּוִ֥ד מֵעִמָּדִ֖י עַד־בֵּ֥ית לָֽחֶם׃
29 וַיֹּ֣אמֶר שַׁלְּחֵ֣נִי נָ֗א כִּֽי־זֶ֙בַח מִשְׁפָּחָה֙ לָ֙נוּ֙ בָּעִ֔יר וְה֧וּא צִוָּה־לִּ֛י אָחִ֖י וְעַתָּ֣ה אִם־מָצָ֣אתִי חֵן֮ בְּעֵינֶיךָ֒ אִמָּ֣לְטָה נָּ֗א וְאֶרְאֶה֙ אֶת־אַחַ֔י עַל־כֵּ֥ן לֹֽא־בָ֖א אֶל־שֻׁלְחַ֥ן הַמֶּֽלֶךְ׃
30 וַיִּֽחַר־אַף֩ שָׁא֨וּל בִּיהֹונָתָ֜ן וַיֹּ֣אמֶר לֹ֗ו בֶּן־נַעֲוַ֤ת הַמַּרְדּוּת֙ הֲלֹ֤א יָדַ֙עְתִּי֙ כִּֽי־בֹחֵ֣ר אַתָּ֗ה בְּבֶן־יִשַׁי֙ לְבָשְׁתְּךָ֔ וּלְבֹ֖שֶׁת עֶרְוַ֥ת אִמֶּֽךָ׃
31 כִּ֣י כָל־הַיָּמִ֗ים אֲשֶׁ֤ר בֶּן־יִשַׁי֙ חַ֣י עַל־הָֽאֲדָמָ֔ה לֹ֥א תִכֹּ֖ון אַתָּ֣ה וּמַלְכוּתֶ֑ךָ וְעַתָּ֗ה שְׁלַ֤ח וְקַח֙ אֹתֹ֣ו אֵלַ֔י כִּ֥י בֶן־מָ֖וֶת הֽוּא׃
32 וַיַּ֤עַן יְהֹונָתָן֙ אֶת־שָׁא֣וּל אָבִ֔יו וַיֹּ֖אמֶר אֵ֣ת מֶ֣ה עָשָׂ֑ה כִּֽי־יוּמָ֖ת׃
33 וַיָּ֨טֶל שָׁא֧וּל אֶת־הַחֲנִ֛ית עָלָ֖יו לְהַכֹּתֹ֑ו וַיֵּ֙דַע֙ יְהֹונָתָ֔ן כִּֽי־כָלָ֥ה הִיא֙ מֵעִ֣ם אָבִ֔יו לְהָמִ֖ית אֶת־דָּוִֽד׃
34 וַיָּ֤קָם יְהֹונָתָן֙ מֵעִ֣ם הַשֻּׁלְחָ֔ן בַּחֲרִי־אָ֖ף וְלֹא־אָכַ֣ל לֶ֑חֶם בְּיֹ֣ום הַחֹ֔דֶשׁ הַשֵּׁנִ֔י כִּ֤י נֶעְצַב֙ עַל־דָּוִ֔ד כִּ֥י הִכְלִמֹ֖ו אָבִֽיו׃
35 וַיְהִ֣י בַבֹּ֔קֶר וַיֵּ֤צֵא יְהֹונָתָן֙ הַשָּׂדֶ֔ה לְמֹועֵ֖ד דָּוִ֑ד וְנַ֣עַר קָטֹ֔ן עִמֹּֽו׃
36 וַיֹּ֣אמֶר לְנַעֲרֹ֗ו ר֚וּץ מְצָ֣א אֶת־הַחִצִּ֔ים אֲשֶׁ֥ר אָנֹכִ֖י מֹורֶ֑ה הַנַּ֣עַר רָ֔ץ וְה֕וּא יָרָ֥ה הַחֵ֖צִי לְמַעְלָ֥ה מִמֶּֽנּוּ׃
37 וַיָּבֹ֣א הַנַּ֔עַר עַד־מְקֹ֣ום הַחֵ֔צִי אֲשֶׁ֥ר יָרָ֖ה יְהֹונָתָ֑ן וַיִּקְרָ֤א יְהֹונָתָן֙ אַחֲרֵ֣י הַנַּ֔עַר וַיֹּ֖אמֶר הֲלֹ֥א הַחֵ֖צִי מִמְּךָ֥ וָהָֽלְאָה׃
38 וַיִּקְרָא֩ יְהֹונָתָ֨ן אַחֲרֵ֤י הַנַּ֙עַר֙ מַהֵ֣ר ח֔וּשָׁה אַל־תַּעֲמֹ֑ד וַיְלַקֵּ֞ט נַ֤עַר יְהֹונָתָן֙ אֶת־הַחִצִּ֔ים וַיָּבֹ֖א אֶל־אֲדֹנָֽיו׃
39 וְהַנַּ֖עַר לֹא־יָדַ֣ע מְא֑וּמָה אַךְ־יְהֹונָתָ֥ן וְדָוִ֖ד יָדְע֥וּ אֶת־הַדָּבָֽר׃
40 וַיִּתֵּ֤ן יְהֹונָתָן֙ אֶת־כֵּלָ֔יו אֶל־הַנַּ֖עַר אֲשֶׁ֣ר עִמֹּ֑ו וַיֹּ֣אמֶר לֹ֔ו לֵ֖ךְ הָבֵ֥יא הָעִֽיר׃
41 וְהַנַּ֖עַר בָּ֑א וְדָוִ֞ד קָ֤ם מֵאֵ֣צֶל הַנֶּגֶב֙ וַיִּפֹּ֣ל לְאַפָּ֗יו אַ֚רְצָה וַיִּשְׁתַּ֣חוּ שָׁלֹ֣שׁ פְּעָמִ֔ים וַֽיִּשְּׁק֥וּ אִֽישׁ־לְרֵעֵ֖הוּ וַיִּבְכּ֤וּ אִֽישׁ־אֶת־רֵעֵ֙הוּ֙ עַד־דָּוִ֖ד הִגְדִּֽיל׃
42 וַיֹּ֧אמֶר יְהֹונָתָ֣ן לְדָוִ֗ד לֵ֤ךְ לְשָׁלֹום֙ אֲשֶׁ֣ר נִשְׁבַּ֣עְנוּ שְׁנֵ֗ינוּ בְּשֵׁ֤ם יְהוָה֙ לֵאמֹ֔ר יְהוָה֙ יִהְיֶ֣ה בֵינִ֗י וּבֵינֶ֙יךָ֙ וּבֵ֣ין זַרְעִ֣י וּבֵֽין־זַרְעֲךָ֔ עַד־עֹולָֽם׃ וַיָּ֥קָם וַיֵּלַ֖ךְ וִיהֹונָתָ֥ן בָּא־הָעִֽיר׃ פ
Capítulo 21
LBLA
1 Entonces David fue a Nob, al sacerdote Ahimelec; y Ahimelec vino tembloroso al encuentro de David, y le dijo: ¿Por qué vienes solo y no hay nadie contigo?
2 Y David respondió al sacerdote Ahimelec: El rey me ha encomendado un asunto y me ha dicho: “Que nadie sepa nada del asunto por el cual te envío y lo que te he encomendado; y he puesto a los jóvenes en tal o cual lugar.”
3 Ahora pues, ¿qué tienes a mano? Dame cinco panes, o lo que se pueda encontrar.
4 Respondió el sacerdote a David y dijo: No hay pan común a mano, pero hay pan consagrado; si los jóvenes se han mantenido al menos de mujeres.
5 Y David respondió al sacerdote, y le dijo: Ciertamente, mujeres nos han sido vedadas como de costumbre cuando salgo de campaña, y los vasos de los jóvenes son santos; y el pan es común, aunque hoy esté santificado en la vasija.
6 Entonces el sacerdote le dio pan consagrado, porque allí no había otro pan sino el pan de la Presencia que había sido quitado de delante del SEÑOR para poner pan caliente en su lugar al ser retirado.
7 Estaba allí aquel día uno de los siervos de Saúl, detenido delante del SEÑOR; su nombre era Doeg el edomita, jefe de los pastores de Saúl.
8 Y David dijo a Ahimelec: ¿No tienes aquí a mano una lanza o una espada? Porque no me traje al mano ni mi espada ni mis armas, porque el asunto del rey era urgente.
9 Y el sacerdote dijo: La espada de Goliat el filisteo, a quien mataste en el valle de Ela, he aquí, está aquí envuelta en un paño detrás del efod; si quieres llevártela, tómala, porque aquí no hay otra sino ésa. Y David dijo: No hay ninguna como ella; dámela.
10 David se levantó y huyó aquel día de la presencia de Saúl, y fue a Aquis, rey de Gat.
11 Pero los siervos de Aquis le dijeron: ¿No es este David, el rey de la tierra? ¿No cantaban de él en las danzas, diciendo: “Saúl ha matado sus miles, Y David sus diez miles”?
12 David tomó en serio estas palabras y tuvo gran temor de Aquis, rey de Gat.
13 Y se fingió demente en presencia de ellos, e hizo marcas en las puertas de la entrada y dejó que su saliva le corriera por la barba.
14 Entonces Aquis dijo a sus siervos: He aquí, veis al hombre que está loco. ¿Por qué me lo traéis?
15 ¿Acaso me hacen falta locos, para que me hayáis traído a este para hacer sus locuras delante de mí? ¿Va a entrar éste en mi casa?
WLC
1 וַיָּבֹ֣א דָוִד֩ נֹ֙בֶה֙ אֶל־אֲחִימֶ֣לֶךְ הַכֹּהֵ֔ן וַיֶּחֱרַ֤ד אֲחִימֶ֙לֶךְ֙ לִקְרַ֣את דָּוִ֔ד וַיֹּ֥אמֶר לֹ֖ו מַדּ֣וּעַ אַתָּ֣ה לְבַדֶּ֑ךָ וְאִ֖ישׁ אֵ֥ין אִתָּֽךְ׃
2 וַיֹּ֨אמֶר דָּוִ֜ד לַאֲחִימֶ֣לֶךְ הַכֹּהֵ֗ן הַמֶּ֫לֶךְ֮ צִוַּ֣נִי דָבָר֒ וַיֹּ֣אמֶר אֵלַ֗י אִ֣ישׁ אַל־יֵדַע֩ מְא֨וּמָה אֶת־הַדָּבָ֜ר אֲשֶׁר־אָנֹכִ֣י שֹׁלֵֽחֲךָ֗ וַאֲשֶׁ֣ר צִוִּיתִ֑ךָ וְאֶת־הַנְּעָרִ֖ים יֹודַ֥עְתִּי אֶל־מְקֹ֥ום פְּלֹנִֽי אַלְמֹנִֽי׃
3 וְעַתָּה֙ מַה־יֵּ֣שׁ תַּחַת־יָדְךָ֔ חֲמִשָּׁ֥ה לֶ֖חֶם תְּנָ֣ה בְיָדִ֑י אֹ֖ו הַנִּמְצָֽא׃
4 וַיַּ֨עַן הַכֹּהֵ֤ן אֶת־דָּוִד֙ וַיֹּ֔אמֶר אֵין־לֶ֥חֶם חֹ֖ל אֶל־יָדִ֑י כִּֽי־אִם־לֶ֣חֶם קֹ֔דֶשׁ יֵ֠שׁ אִם־נִשְׁמְר֤וּ הַנְּעָרִים֙ מֵאִשָּׁ֔ה׃
5 וַיַּ֨עַן דָּוִ֜ד אֶת־הַכֹּהֵ֗ן וַיֹּ֤אמֶר לוֹ֙ כִּ֣י אִם־אִשָּׁ֗ה נִמְנְעָה֙ לָ֙נוּ֙ כִּתְמֹ֣ול שִׁלְשֹׁ֔ום בְּצֵאתִ֕י וּכְלֵ֥י הַנְּעָרִ֖ים קֹ֑דֶשׁ וְהוּא֙ דֶּ֣רֶךְ חֹ֔ל וְאַף֙ כִּי־קֹ֣דֶשׁ הַיֹּ֔ום בַּכֶּֽלִי׃
6 וַיִּתֶּן־לֹ֣ו הַכֹּהֵן֮ קֹ֣דֶשׁ כִּי֩ לֹא־הָ֨יָה שָׁ֜ם לֶ֗חֶם כִּ֤י אִם־לֶ֙חֶם֙ הַפָּנִ֔ים הַמּוּסָר֙ מִלִּפְנֵ֣י יְהוָ֔ה לָשׂ֥וּם לֶֽחֶם־חֹ֖ם בְּיֹ֥ום הִלָּקְחֹֽו׃
7 וְשָׁ֗ם אִ֤ישׁ מֵעַבְדֵי֙ שָׁא֔וּל בַּיֹּ֥ום הַה֖וּא נֶעְצָ֣ר לִפְנֵֽי־יְהוָ֑ה וּשְׁמֹו֙ דֹּאֵ֣ג הָֽאֲדֹמִ֔י אַבִּ֥יר הָרֹעִ֖ים אֲשֶׁ֥ר לְשָׁאֽוּל׃
8 וַיֹּ֣אמֶר דָּוִד֮ לַאֲחִימֶלֶךְ֒ וְאִ֨ין יֶשׁ־פֹּ֥ה תַֽחַת־יָדְךָ֙ חֲנִ֣ית אֹו־חֶ֔רֶב כִּ֠י גַּם־חַרְבִּ֨י וְגַם־כֵּלַ֜י לֹא־לָקַ֣חְתִּי בְיָדִ֗י כִּֽי־הָיָ֥ה דְבַר־הַמֶּ֖לֶךְ נָחֽוּץ׃
9 וַיֹּ֣אמֶר הַכֹּהֵן֮ חֶ֣רֶב גָּלְיָ֣ת הַפְּלִשְׁתִּי֮ אֲשֶׁר־הִכִּ֣יתָ בְּעֵ֣מֶק הָאֵלָה֒ הִנֵּה־הִ֞יא לוּטָ֣ה בַשִּׂמְלָ֗ה אַחֲרֵי֙ הָאֵפֹ֔וד אִם־אֹתָ֥הּ תִּֽקַּח־לְךָ֖ קָ֑ח כִּ֣י אֵ֤ין אַחֶ֙רֶת֙ זוּלָתָ֔הּ וַיֹּ֣אמֶר דָּוִ֔ד אֵ֥ין כָּמֹ֖הָ תְּנֶֽנָּה לִּֽי׃ ס
10 וַיָּ֣קָם דָּוִד֩ וַיִּבְרַ֨ח בַּיֹּ֤ום הַהוּא֙ מִפְּנֵ֣י שָׁא֔וּל וַיָּבֹ֖א אֶל־אָכִ֥ישׁ מֶֽלֶךְ־גַּֽת׃
11 וַיֹּאמְר֣וּ עַבְדֵי֮ אָכִישׁ֮ אֵלָיו֒ הֲלֹא־זֶ֣ה דָוִ֗ד מֶ֤לֶךְ הָאָ֙רֶץ֙ הֲלֹ֣וא לָזֶ֗ה יַעֲנ֤וּ בַמְּחֹלֹות֙ לֵאמֹ֔ר שָׁא֣וּל הִכָּ֥ה בַאֲלָפָ֖יו וְדָוִ֥ד בְּרִבְבֹתָֽיו׃
12 וַיָּ֧שֶׂם דָּוִ֛ד אֶת־הַדְּבָרִ֥ים הָאֵ֖לֶּה בִּלְבָבֹ֑ו וַיִּרָ֧א מְאֹ֛ד מִפְּנֵ֥י אָכִ֖ישׁ מֶֽלֶךְ־גַּֽת׃
13 וַיְשַׁנּ֤וֹ אֶת־טַעְמֹו֙ בְּעֵינֵיהֶ֔ם וַיִּתְהֹולֵ֖ל בְּיָדָ֑ם וַיְתָיו֙ עַל־דַּלְתֹ֣ות הַשַּׁ֔עַר וַיֹּ֥ורֶד רִירֹ֖ו עַל־זְקָנֹֽו׃
14 וַיֹּ֥אמֶר אָכִ֖ישׁ אֶל־עֲבָדָ֑יו הִנֵּ֤ה אַתֶּם֙ רֹאִ֣ים אִ֔ישׁ מִשְׁתַּגֵּ֖עַ לָ֣מָּה תְּבִיאֻ֥הוּ אֵלָֽי׃
15 חֲסַ֤ר מְשֻׁגָּעִים֙ אָ֔נִי כִּֽי־הֲבֵאתֶ֣ם אֶת־זֶ֔ה לְהִשְׁתַּגֵּ֖עַ עָלָ֑י הֲזֶ֖ה יָבֹ֥וא אֶל־בֵּיתִֽי׃ פ
Capítulo 22
LBLA
1 David partió de allí y escapó a la cueva de Adulam; y cuando sus hermanos y toda la casa de su padre lo supieron, descendieron allí a él.
2 Todo el que estaba en apuros, todo el que estaba endeudado y todo el que estaba descontento se unió a él, y él vino a ser jefe sobre ellos. Y había con él unos cuatrocientos hombres.
3 De allí fue David a Mizpa de Moab, y dijo al rey de Moab: Te ruego que dejes que mi padre y mi madre vengan a quedarse con vosotros hasta que yo sepa lo que Dios hará por mí.
4 Los dejó, pues, con el rey de Moab, y se quedaron con él todo el tiempo que David estuvo en la fortaleza.
5 Y el profeta Gad dijo a David: No te quedes en la fortaleza; vete, y entra en la tierra de Judá. Y David se fue y entró en el bosque de Haret.
6 Saúl oyó que David y los hombres que estaban con él habían sido descubiertos. Saúl estaba sentado en Guibeá, debajo del tamarisco, en la altura, con su lanza en la mano, y todos sus siervos estaban de pie junto a él.
7 Y Saúl dijo a todos sus siervos que estaban a su lado: Oíd ahora, hijos de Benjamín. ¿Os dará también a todos vosotros el hijo de Isaí campos y viñas? ¿Os hará a todos capitanes de miles y capitanes de cientos?
8 Porque todos vosotros habéis conspirado contra mí, y no hay quien me lo revele cuando mi hijo hace un pacto con el hijo de Isaí, y ninguno de vosotros se conduele de mí ni me revela que mi hijo ha incitado a mi siervo contra mí para que me tienda una emboscada, como sucede hoy.
9 Entonces Doeg el edomita, que estaba junto a los siervos de Saúl, respondió y dijo: Yo vi al hijo de Isaí venir a Nob, a casa de Ahimelec, hijo de Ahitob.
10 Y este consultó al SEÑOR por él, le dio provisiones y le dio la espada de Goliat el filisteo.
11 Entonces el rey envió a llamar al sacerdote Ahimelec, hijo de Ahitob, y a toda la casa de su padre, los sacerdotes que estaban en Nob; y todos ellos vinieron al rey.
12 Y Saúl dijo: Oye ahora, hijo de Ahitob. Y él respondió: Heme aquí, mi señor.
13 Saúl le dijo: ¿Por qué tú y el hijo de Isaí habéis conspirado contra mí, dándole pan y una espada, y has consultado a Dios por él, para que se rebelara contra mí y me tendiera una emboscada como sucede hoy?
14 Respondió Ahimelec al rey y dijo: ¿Y quién entre todos tus siervos es tan fiel como David, yerno del rey, jefe de tu guardia y honrado en tu casa?
15 ¿Fue la primera vez que consulté a Dios por él? Lejos esté de mí. No culpe el rey a su siervo ni a ninguno de la casa de mi padre, porque tu siervo no sabía nada de todo este asunto, ni mucho ni poco.
16 Pero el rey dijo: Ciertamente morirás, Ahimelec, tú y toda la casa de tu padre.
17 Y el rey dijo a los guardias que le rodeaban: Volveos y matad a los sacerdotes del SEÑOR, porque la mano de ellos también está con David, y porque sabían que él estaba huyendo y no me lo hicieron saber. Pero los siervos del rey no quisieron extender sus manos para atacar a los sacerdotes del SEÑOR.
18 Entonces el rey dijo a Doeg: Vuélvete y ataca a los sacerdotes. Y Doeg el edomita se volvió y atacó a los sacerdotes, y mató aquel día a ochenta y cinco hombres que vestían efod de lino.
19 Y a Nob, la ciudad de los sacerdotes, la hirió a filo de espada, tanto a hombres como a mujeres, niños y bebés; también los bueyes, asnos y ovejas los hirió a filo de espada.
20 Pero un hijo de Ahimelec, hijo de Ahitob, llamado Abiatar, escapó y huyó tras David.
21 Y Abiatar avisó a David que Saúl había matado a los sacerdotes del SEÑOR.
22 Entonces David dijo a Abiatar: Yo sabía ese día, cuando Doeg el edomita estaba allí, que de seguro se lo diría a Saúl. Yo tengo la culpa de la muerte de toda la gente de la casa de tu padre.
23 Quédate conmigo, no temas, porque el que busca mi vida busca también la tuya; conmigo estarás a salvo.
WLC
1 וַיֵּ֨לֶךְ דָּוִ֣ד מִשָּׁם֮ וַיִּמָּלֵ֣ט אֶל־מְעָרַ֣ת עֲדֻלָּם֒ וַיִּשְׁמְע֤וּ אֶחָיו֙ וְכָל־בֵּ֣ית אָבִ֔יו וַיֵּרְד֥וּ אֵלָ֖יו שָֽׁמָּה׃
2 וַיִּֽתְקַבְּצ֣וּ אֵלָ֗יו כָּל־אִישׁ֙ מָצֹ֣וק וְכָל־אִישׁ֙ אֲשֶׁ֣ר לֹֽו־נֹשֵׁ֔א וְכָל־אִ֖ישׁ מַ֣ר נֶ֑פֶשׁ וַיְהִ֤י עֲלֵיהֶם֙ לְשָׂ֔ר וַיִּהְי֥וּ עִמֹּ֖ו כְּאַרְבַּ֥ע מֵאֹ֥ות אִֽישׁ׃
3 וַיֵּ֨לֶךְ דָּוִ֜ד מִשָּׁ֗ם מִצְפֵּה֙ מֹואָ֔ב וַיֹּ֣אמֶר אֶל־מֶֽלֶךְ־מֹואָ֔ב יֵֽצֵא־נָ֣א אָבִֽי וְאִמִּ֔י אִתְּכֶ֖ם עַ֣ד אֵדַ֔ע מַה־יַּעֲשֶׂה־לִּ֖י אֱלֹהִֽים׃
4 וַיִּנְחֵ֣ם אֶת־פְּנֵי֮ מֶ֣לֶךְ מֹואָב֒ וַיֵּשְׁב֣וּ עִמֹּ֔ו כָּל־יְמֵ֥י הֱיֹֽות דָּוִ֖ד בַּמְּצוּדָֽה׃
5 וַיֹּאמֶר֩ גָּ֨ד הַנָּבִ֜יא אֶל־דָּוִ֗ד לֹ֤א תֵשֵׁב֙ בַּמְּצוּדָ֔ה לֵ֣ךְ וּבָאתָ֕ לְאֶ֥רֶץ יְהוּדָ֑ה וַיֵּ֣לֶךְ דָּוִ֔ד וַיָּבֹ֖א יַ֥עַר חָֽרֶת׃ ס
6 וַיִּשְׁמַ֤ע שָׁאוּל֙ כִּֽי־נֹודַ֣ע דָּוִ֔ד וְהָאֲנָשִׁ֖ים אֲשֶׁ֣ר אִתֹּ֑ו וְשָׁאוּל֙ יֹשֵׁב֙ בַּגִּבְעָ֔ה תַּ֣חַת הָאֶ֤שֶׁל בָּֽרָמָה֙ וַחֲנִיתֹ֣ו בְיָדֹ֔ו וְכָל־עֲבָדָ֖יו נִצָּבִ֥ים עָלָֽיו׃
7 וַיֹּ֣אמֶר שָׁא֗וּל לַעֲבָדָיו֙ הַנִּצָּבִ֣ים עָלָ֔יו שִׁמְעוּ־נָ֖א בְּנֵ֣י יְמִינִ֑י הֲגַ֤ם לְכֻלְּכֶם֙ יִתֵּן֙ בֶּן־יִשַׁ֣י שָׂדֹ֣ות וּכְרָמִ֔ים לְכֻלְּכֶם֙ יְשִׂמְכֶ֣ם שָׂרֵי֙ אֲלָפִ֔ים וְשָׂרֵ֖י מֵאֹֽות׃
8 כִּ֣י קְשַׁרְתֶּם֩ כֻּלְּכֶ֨ם עָלַ֜י וְאֵין־גֹּלֶ֣ה אֶת־אָזְנִ֗י בִּכְרֹת֩ בְּנִ֨י עִם־בֶּן־יִשַׁ֜י וְאֵין־חֹלֶ֤ה מִכֶּם֙ עָלַ֔י וְגֹלֶ֤ה אֶת־אָזְנִי֙ כִּ֤י הֵקִים בְּנִי֙ אֶת־עַבְדִּ֣י עָלַ֔י לְאֹרֵ֖ב כַּיֹּ֥ום הַזֶּֽה׃
9 וַיַּ֜עַן דֹּאֵ֣ג הָאֲדֹמִ֗י וְה֛וּא נִצָּב֙ עַל־עַבְדֵ֣י שָׁא֔וּל וַיֹּ֖אמֶר רָאִ֣יתִי אֶת־בֶּן־יִשַׁ֣י בָּא־נֹ֑בֶה אֶל־אֲחִימֶ֖לֶךְ בֶּן־אֲחִיטֽוּב׃
10 וַיִּשְׁאַל־לֹו֙ בַּֽיהוָ֔ה וְצֵידָ֖ה נָ֣תַן לֹ֑ו וְאֵת֙ חֶ֣רֶב גָּלְיָ֣ת הַפְּלִשְׁתִּ֔י נָ֥תַן לֹֽו׃
11 וַיִּשְׁלַ֤ח הַמֶּ֙לֶךְ֙ לִקְרֹא֙ לַֽאֲחִימֶ֣לֶךְ הַכֹּהֵ֔ן בֶּן־אֲחִיט֖וּב וּלְכָל־בֵּ֣ית אָבִ֑יו הַכֹּהֲנִ֖ים אֲשֶׁ֥ר בְּנֹֽב׃ וַיָּבֹ֥אוּ כֻלָּ֖ם אֶל־הַמֶּֽלֶךְ׃
12 וַיֹּ֣אמֶר שָׁא֔וּל שְׁמַֽע־נָ֖א בֶּן־אֲחִיט֑וּב וַיֹּ֖אמֶר הִנְנִ֥י אֲדֹנִֽי׃
13 וַיֹּ֨אמֶר אֵלָ֜יו שָׁא֗וּל לָ֤מָּה קְשַׁרְתֶּם֙ עָלַ֔י אַתָּה֙ וּבֶן־יִשַׁ֔י בְּתִתְּךָ֣ לֹו לֶ֔חֶם וְחֶ֖רֶב וְשָׁאֹ֨ול לֹו֙ בֵּאלֹהִ֔ים לָק֤וּם עָלַי֙ לְאֹרֵ֔ב כַּיֹּ֖ום הַזֶּֽה׃
14 וַיַּ֣עַן אֲחִימֶ֘לֶךְ֮ אֶת־הַמֶּלֶךְ֮ וַיֹּאמַר֒ וּמִ֣י בְכָל־עֲבָדֶ֗יךָ כְּדָוִד֙ נֶאמָ֔ן וְחָתָ֥ן הַמֶּ֖לֶךְ וְשָׂר֙ מִשְׁמַעְתֶּ֔ךָ וְנִכְבָּ֥ד בְּבֵיתֶֽךָ׃
15 הַיֹּ֗ום הַחִלֹּתִי֙ לִשְׁאָל־לֹ֣ו בֵאלֹהִ֔ים חָלִ֣ילָה לִּ֔י אַל־יָשֵׂ֥ם הַמֶּ֛לֶךְ בְּעַבְדֹּ֖ו דָּבָ֑ר בְּכָל־בֵּ֣ית אָבִ֔י כִּ֣י לֹא־יָדַ֧ע עַבְדְּךָ֛ בְּכָל־זֹ֥את דָּבָ֖ר קָטֹ֥ן אֹו־גָדֹֽול׃
16 וַיֹּ֥אמֶר הַמֶּ֖לֶךְ מֹ֣ות תָּמ֑וּת אֲחִימֶ֕לֶךְ אַתָּ֖ה וְכָל־בֵּ֥ית אָבִֽיךָ׃
17 וַיֹּ֨אמֶר הַמֶּ֜לֶךְ לָרָצִ֣ים הַנִּצָּבִ֣ים עָלָיו֮ סֹ֣בּוּ וְהָרְג֣וּ אֶת־כֹּהֲנֵ֣י יְהוָה֒ כִּ֣י יָדָ֞ם גַּם־הִ֣יא עִם־דָּוִ֗ד וְכִֽי־יָדְעוּ֙ כִּֽי־בֹרֵ֣חַ ה֔וּא וְלֹ֥א גִלּ֖וּ אֶת־אָזְנֹ֑ו וְלֹֽא־אָב֞וּ עַבְדֵ֤י הַמֶּ֙לֶךְ֙ לִשְׁלֹ֣חַ אֶת־יָדָ֔ם לִפְגֹ֖עַ בְּכֹהֲנֵ֥י יְהוָֽה׃
18 וַיֹּ֨אמֶר הַמֶּ֜לֶךְ לְדֹאֵ֗ג סֹב֙ אַתָּה֙ וּפְגַ֣ע בַּכֹּהֲנִ֑ים וַיִּסֹּב֩ דֹּאֵ֨ג הָאֲדֹמִ֜י וַיִּפְגַּ֣ע הוּא֮ בַּכֹּהֲנִים֒ וַיָּ֣מֶת בַּיֹּ֣ום הַה֡וּא שְׁמֹונִים֩ וַחֲמִשָּׁ֨ה אִ֧ישׁ נֹשֵׂ֣א אֵפֹ֔וד בָּֽד׃
19 וְאֵת֩ נֹ֨ב עִ֤יר הַכֹּהֲנִים֙ הִכָּה֙ לְפִי־חֶ֔רֶב מֵאִ֣ישׁ וְעַד־אִשָּׁ֔ה מֵעֹולֵ֖ל וְעַד־יֹונֵ֑ק וְשׁ֨וֹר וַחֲמֹ֧ור וָשֶׂ֛ה לְפִי־חֶ֖רֶב׃ פ
20 וַיִּמָּלֵ֣ט בֵּן־אֶחָ֗ד לַאֲחִימֶ֙לֶךְ֙ בֶּן־אֲחִיט֔וּב וּשְׁמֹ֖ו אֶבְיָתָ֑ר וַיִּבְרַ֖ח אַחֲרֵ֥י דָוִֽד׃
21 וַיַּגֵּ֣ד אֶבְיָתָ֔ר לְדָוִ֔ד כִּ֥י הָרַ֖ג שָׁא֑וּל אֵ֖ת כֹּהֲנֵ֥י יְהוָֽה׃
22 וַיֹּ֨אמֶר דָּוִ֜ד לְאֶבְיָתָ֗ר יָדַ֣עְתִּי בַּיֹּ֣ום הַהוּא֮ כִּי־שָׁ֣ם דֹּאֵ֣ג הָאֲדֹמִי֒ כִּֽי־הַגֵּ֤ד יַגִּיד֙ לְשָׁא֔וּל אָנֹכִ֣י סַבֹּ֔ותִי בְּכָל־נֶ֖פֶשׁ בֵּ֥ית אָבִֽיךָ׃
23 שְׁבָ֤ה אִתִּי֙ אַל־תִּירָ֔א כִּ֠י בַּקֵּ֞שׁ אֶת־נַפְשִׁ֣י יְבַקֵּ֗שׁ אֶת־נַפְשֶׁ֙ךָ֙ כִּ֣י מִשְׁמֶ֥רֶת הַחַיִּ֖ים אַתָּ֥ה עִמָּדִֽי׃ פ
Capítulo 23
LBLA
1 Entonces avisaron a David, diciendo: He aquí, los filisteos están combatiendo contra Keila y están saqueando las eras.
2 Y consultó David al SEÑOR, diciendo: ¿Debo ir a atacar a estos filisteos? Y el SEÑOR dijo a David: Ve, ataca a los filisteos y libra a Keila.
3 Pero los hombres de David le dijeron: He aquí, nosotros aquí en Judá tenemos miedo; ¿cuánto más si vamos a Keila contra las filas de los filisteos?
4 De nuevo consultó David al SEÑOR; y el SEÑOR le respondió, y dijo: Levántate, desciende a Keila, porque entregaré a los filisteos en tu mano.
5 Fue, pues, David con sus hombres a Keila, y peleó contra los filisteos, y se llevó sus ganados y los hirió con gran matanza. Así libró David a los habitantes de Keila.
6 Y sucedió que cuando Abiatar, hijo de Ahimelec, huyó a donde estaba David en Keila, descendió con un efod en la mano.
7 Cuando se le informó a Saúl que David había ido a Keila, Saúl dijo: Dios lo ha entregado en mi mano, pues se ha encerrado al entrar en una ciudad con puertas y barras.
8 Y Saúl convocó a todo el pueblo a la guerra, para descender a Keila y sitiar a David y a sus hombres.
9 Sabiendo David que Saúl tramaba el mal contra él, dijo al sacerdote Abiatar: Trae el efod.
10 Entonces David dijo: Oh SEÑOR, Dios de Israel, tu siervo ciertamente ha oído que Saúl procura venir a Keila para destruir la ciudad por causa mía.
11 ¿Me entregarán los hombres de Keila en su mano? ¿Descenderá Saúl tal como tu siervo ha oído? Oh SEÑOR, Dios de Israel, te ruego que lo digas a tu siervo. Y el SEÑOR dijo: Descenderá.
12 Preguntó luego David: ¿Me entregarán a mí y a mis hombres los hombres de Keila en mano de Saúl? Y el SEÑOR dijo: Os entregarán.
13 Entonces David y sus hombres, como seiscientos hombres, se levantaron y salieron de Keila, y anduvieron de un lugar a otro; y cuando a Saúl le informaron que David había escapado de Keila, cesó de perseguirlo.
14 David se quedó en los refugios en el desierto, y permaneció en la región montañosa en el desierto de Zif. Saúl lo buscaba todos los días, pero Dios no lo entregó en su mano.
15 Y David vio que Saúl había salido en busca de su vida, mientras David estaba en el desierto de Zif en Hores.
16 Y Jonatán, hijo de Saúl, fue a David en Hores, y lo fortaleció en Dios.
17 Y le dijo: No temas, porque la mano de Saúl mi padre no te encontrará, y tú reinarás sobre Israel y yo seré segundo después de ti; y Saúl mi padre lo sabe también.
18 Hicieron los dos un pacto delante del SEÑOR; y David permaneció en Hores mientras Jonatán regresó a su casa.
19 Entonces los zifeos subieron a Saúl en Guibeá, diciendo: ¿No está David escondido entre nosotros en los refugios en Hores, en la colina de Haquila, al sur de Jesimón?
20 Ahora pues, oh rey, desciende cuando lo desees, y nuestra parte será entregarle en la mano del rey.
21 Y Saúl dijo: Benditos seáis del SEÑOR, porque os compadecisteis de mí.
22 Id ahora, aseguraos, investigad y ved dónde está su escondite, y quién lo ha visto allí, porque me han dicho que es muy astuto.
23 Mirad, pues, y reconoced todos los escondites donde se esconde, y volved a mí con información segura. Entonces iré con vosotros; y sucederá que si él está en la tierra, lo buscaré entre todos los millares de Judá.
24 Ellos se levantaron y fueron a Zif antes que Saúl. Pero David y sus hombres estaban en el desierto de Maón, en la Arabá, al sur de Jesimón.
25 Cuando Saúl y sus hombres fueron en su búsqueda, se lo hicieron saber a David; y este descendió a la peña y permaneció en el desierto de Maón. Cuando Saúl lo supo, persiguió a David en el desierto de Maón.
26 Saúl iba por un lado del monte y David y sus hombres por el otro lado del monte; y David se apresuraba para escapar de Saúl, pues Saúl y sus hombres estaban cercando a David y a sus hombres para apresarlos.
27 Pero un mensajero vino a Saúl, diciendo: Apresúrate y ven, porque los filisteos han hecho una incursión en la tierra.
28 Entonces Saúl regresó de perseguir a David, y fue al encuentro de los filisteos; por eso llamaron a aquel lugar la Peña de Escape.
29 De allí subió David y habitó en los refugios de En-gadi.
WLC
1 וַיַּגִּ֣דוּ לְדָוִד֮ לֵאמֹר֒ הִנֵּ֣ה פְלִשְׁתִּ֗ים נִלְחָמִים֙ בִּקְעִילָ֔ה וְהֵ֖מָּה שֹׁסִ֥ים אֶת־הַגֳּרָנֹֽות׃
2 וַיִּשְׁאַל֩ דָּוִ֨ד בַּֽיהוָ֜ה לֵאמֹ֗ר הַאֵלֵ֞ךְ וְהִכֵּ֤יתִי בַפְּלִשְׁתִּים֙ הָאֵ֔לֶּה וַיֹּ֤אמֶר יְהוָה֙ אֶל־דָּוִ֔ד לֵ֖ךְ וְהִכִּ֣יתָ בַפְּלִשְׁתִּ֑ים וְהֹושַׁעְתָּ֖ אֶת־קְעִילָֽה׃
3 וַיֹּאמְר֨וּ אַנְשֵׁי־דָוִ֜ד אֵלָ֗יו הִנֵּ֤ה אֲנַ֙חְנוּ֙ פֹּ֣ה בִֽיהוּדָ֔ה יְרֵאִ֖ים וְאַף֙ כִּֽי־נֵלֵ֣ךְ קְעִילָ֔ה אֶל־מַעַרְכֹ֖ות פְּלִשְׁתִּֽים׃
4 וַיֹּ֨סֶף עֹ֜וד דָּוִ֗ד לִשְׁאֹ֥ל בַּֽיהוָה֙ וַיַּֽעֲנֵ֤הוּ יְהוָה֙ וַיֹּ֣אמֶר ק֗וּם רֵד֙ קְעִילָ֔ה כִּֽי־אֲנִ֥י נֹתֵ֛ן אֶת־הַפְּלִשְׁתִּ֖ים בְּיָדֶֽךָ׃
5 וַיֵּ֨לֶךְ דָּוִ֜ד וַאֲנָשָׁ֗יו קְעִילָה֙ וַיִּלָּ֣חֶם בַּפְּלִשְׁתִּ֔ים וַיִּֽנְהַג֙ אֶת־מִקְנֵיהֶ֔ם וַיַּ֥ךְ בָּהֶ֖ם מַכָּ֣ה גְדֹולָ֑ה וַיֹּ֣שַׁע דָּוִ֔ד אֵ֖ת יֹשְׁבֵ֥י קְעִילָֽה׃ ס
6 וַיְהִ֗י בִּבְרֹ֤חַ אֶבְיָתָר֙ בֶּן־אֲחִימֶ֔לֶךְ אֶל־דָּוִ֖ד קְעִילָ֑ה אֵפֹ֖וד יָרַ֥ד בְּיָדֹֽו׃
7 וַיֻּגַּ֣ד לְשָׁא֗וּל כִּֽי־בָ֤א דָוִד֙ קְעִילָ֔ה וַיֹּ֣אמֶר שָׁא֔וּל נִכַּ֤ר אֹתֹו֙ אֱלֹהִ֔ים בְּיָדִ֔י כִּ֥י נִסְגַּ֣ר לָבֹ֔וא בְּעִ֖יר דְּלָתַ֥יִם וּבְרִֽיחַ׃
8 וַיְשַׁמַּ֤ע שָׁאוּל֙ אֶת־כָּל־הָעָ֔ם לַמִּלְחָמָ֖ה לָרֶ֣דֶת קְעִילָ֑ה לָצ֖וּר עַל־דָּוִ֥ד וְעַל־אֲנָשָֽׁיו׃
9 וַיֵּ֣דַע דָּוִ֗ד כִּֽי־עָלָ֧יו שָׁא֛וּל מַחֲרִ֥ישׁ לְהָרִ֖עַ עָלָ֑יו וַיֹּ֙אמֶר֙ אֶל־אֶבְיָתָ֣ר הַכֹּהֵ֔ן הַגִּ֥ישָׁה הָאֵפֹֽוד׃
10 וַיֹּאמֶר֮ דָּוִד֒ יְהוָ֗ה אֱלֹהֵ֣י יִשְׂרָאֵל֮ שָׁמֹ֣עַ שָׁמַ֣ע עַבְדְּךָ֒ כִּ֣י מְבַקֵּ֤שׁ שָׁאוּל֙ לָבֹ֣וא אֶל־קְעִילָ֔ה לְשַׁחֵ֥ת לָעִ֖יר בַּעֲבוּרִֽי׃
11 הֲיַסְגִּרֻ֜נִי בַּעֲלֵ֤י קְעִילָה֙ בְיָדֹ֔ו הֲיֵרֵ֣ד שָׁא֔וּל כַּאֲשֶׁ֥ר שָׁמַ֖ע עַבְדֶּ֑ךָ יְהוָה֙ אֱלֹהֵ֣י יִשְׂרָאֵ֔ל הַגֶּד־נָ֖א לְעַבְדֶּ֑ךָ וַיֹּ֥אמֶר יְהוָ֖ה יֵרֵֽד׃
12 וַיֹּ֣אמֶר דָּוִ֗ד הֲיַסְגִּרֻ֜נִי בַּעֲלֵ֤י קְעִילָה֙ אֹתִ֣י וְאֶת־אֲנָשַׁ֔י בְּיַד־שָׁא֑וּל וַיֹּ֥אמֶר יְהוָ֖ה יַסְגִּֽירוּ׃
13 וַיָּ֣קָם דָּוִד֩ וַאֲנָשָׁ֨יו כְּשֵׁשׁ־מֵאֹ֜ות אִ֗ישׁ וַיֵּֽצְאוּ֙ מִקְּעִילָ֔ה וַיִּתְהַלְּכ֖וּ בַּאֲשֶׁ֣ר יִתְהַלָּ֑כוּ וּלְשָׁא֣וּל הֻגַּ֗ד כִּֽי־נִמְלַ֤ט דָּוִד֙ מִקְּעִילָ֔ה וַיֶּחְדַּ֖ל לָצֵֽאת׃
14 וַיֵּ֤שֶׁב דָּוִד֙ בַּמִּדְבָּ֣ר בַּמְּצָדֹ֔ות וַיֵּ֥שֶׁב בָּהָ֖ר בְּמִדְבַּר־זִ֑יף וַיְבַקְשֵׁ֤הוּ שָׁאוּל֙ כָּל־הַיָּמִ֔ים וְלֹא־נְתָנֹ֥ו אֱלֹהִ֖ים בְּיָדֹֽו׃
15 וַיַּרְא דָּוִ֔ד כִּ֥י יָצָ֖א שָׁא֣וּל לְבַקֵּ֣שׁ אֶת־נַפְשֹׁ֑ו וְדָוִ֖ד בְּמִדְבַּר־זִ֥יף בְּחֹֽרְשָׁה׃
16 וַיָּ֙קָם֙ יְהֹונָתָ֣ן בֶּן־שָׁא֔וּל וַיֵּ֥לֶךְ אֶל־דָּוִ֖ד חֹ֣רְשָׁה וַיְחַזֵּ֥ק אֶת־יָדֹ֖ו בֵּאלֹהִֽים׃
17 וַיֹּ֣אמֶר אֵלָ֗יו אַל־תִּירָא֙ כִּ֣י לֹא֩ תִמְצָ֨אֲךָ֜ יַ֣ד שָׁא֣וּל אָבִ֗י וְאַתָּה֙ תִּמְלֹ֣וךְ עַל־יִשְׂרָאֵ֔ל וְאָנֹכִ֖י אֶהְיֶ֣ה לְּךָ֮ לְמִשְׁנֶה֒ וְגַם־שָׁא֥וּל אָבִ֖י יֹדֵ֥עַ כֵּן׃
18 וַיִּכְרְת֥וּ שְׁנֵיהֶ֛ם בְּרִ֖ית לִפְנֵ֣י יְהוָ֑ה וַיֵּ֤שֶׁב דָּוִד֙ בַּחֹ֔רְשָׁה וִיהֹונָתָ֖ן הָלַ֥ךְ לְבֵיתֹֽו׃ ס
19 וַיַּעֲל֤וּ זִפִים֙ אֶל־שָׁא֣וּל הַגִּבְעָ֔תָה לֵאמֹ֖ר הֲלֹ֣וא דָוִד֙ מִסְתַּתֵּ֣ר עִמָּ֔נוּ בַּמְּצָדֹ֖ות בְּחֹרְשָׁ֑ה בְּגִבְעַ֣ת הַחֲכִילָ֔ה אֲשֶׁ֖ר מִימִ֥ין הַיְשִׁימֹֽון׃
20 וְעַתָּ֗ה לְכָל־תַּאֲוַת֙ נַפְשְׁךָ֣ הַמֶּ֔לֶךְ רֵ֖ד וַאֲנַחְנוּ֙ בְּיָדֵ֔ינוּ לְהַסְגִּירֹ֖ו בְּיַ֥ד הַמֶּֽלֶךְ׃
21 וַיֹּ֣אמֶר שָׁא֔וּל בְּרוּכִ֥ים אַתֶּ֖ם לַֽיהוָ֑ה כִּ֥י חֲמַלְתֶּ֖ם עָלָֽי׃
22 לְכוּ־נָ֣א הָכִ֗ינוּ וּדְע֤וּ וּרְאוּ֙ אֶת־מְקֹמֹו֙ אֲשֶׁ֣ר תִּהְיֶה־רַגְלֹ֣ו שָׁ֔ם מִ֣י רָאָ֣ה אֹתֹ֔ו שָׁ֖ם כִּ֥י אָמַר֙ אֵלַ֔י הָרֵ֥ב יַעְרִ֖ים יַעְרִֽים׃
23 וּרְאוּ֙ וּדְע֗וּ מִכֹּ֤ל הַמַּחֲבֹאִים֙ אֲשֶׁר֙ יִתְחַבֵּ֣א שָׁ֔ם וְשַׁבְתֶּ֤ם אֵלַי֙ אֶל־הַמּוּבָ֔א וְהָלַכְתִּ֣י אִתְּכֶ֑ם וְהָיָה֙ אִם־יֶשְׁנֹ֣ו בָאָ֔רֶץ וְחִפַּשְׂתִּ֥י אֹתֹ֖ו בְּכֹל֙ אַלְפֵ֣י יְהוּדָֽה׃
24 וַיָּקֻ֤מוּ וַיֵּלְכוּ֙ זִ֣יפָה לִפְנֵ֣י שָׁא֔וּל וְדָוִ֣ד וַאֲנָשָׁ֔יו בְּמִדְבַּ֥ר מָעֹ֖ון בָּעֲרָבָ֑ה מִימִ֖ין הַיְשִׁימֹֽון׃
25 וַיֵּ֨לֶךְ שָׁא֣וּל וַאֲנָשָׁיו֮ לְבַקֵּשׁ֒ וַיַּגִּ֣דוּ לְדָוִ֔ד וַיֵּ֣רֶד הַצּ֔וּר וַיֵּ֖שֶׁב בְּמִדְבַּ֣ר מָעֹ֑ון וַיִּשְׁמַ֣ע שָׁא֔וּל וַיִּרְדֹּף֙ אַחֲרֵ֣י דָוִ֔ד בְּמִדְבַּ֥ר מָעֹֽון׃
26 וַיֵּ֨לֶךְ שָׁא֜וּל מִצַּ֤ד הָהָר֙ הַלָּ֔ז וְדָוִד֙ וַאֲנָשָׁ֔יו מִצַּ֥ד הָהָ֖ר הַלָּ֑ז וַיְהִ֤י דָוִד֙ נֶחְפָּ֣ז לָלֶ֔כֶת מִפְּנֵ֣י שָׁא֔וּל וְשָׁא֙וּל֙ וַאֲנָשָׁ֔יו עֹטְרִ֥ים אֶל־דָּוִ֖ד וְאֶל־אֲנָשָׁ֖יו לְתָפְשָֽׂם׃
27 וּמַלְאָ֣ךְ בָּ֗א אֶל־שָׁאול֙ לֵאמֹ֔ר מַהֲרָ֣ה וָלֵ֔כָה כִּֽי־פָשְׁט֥וּ פְלִשְׁתִּ֖ים עַל־הָאָֽרֶץ׃
28 וַיָּ֤שָׁב שָׁאוּל֙ מִרְדֹ֣ף אַחֲרֵי דָוִ֔ד וַיֵּ֖לֶךְ לִקְרַ֣את פְּלִשְׁתִּ֑ים עַל־כֵּ֗ן קָֽרְא֛וּ לַמָּקֹ֥ום הַה֖וּא סֶ֥לַע הַֽמַּחְלְקֹֽות׃ ס
29 וַיַּ֥עַל דָּוִ֖ד מִשָּׁ֑ם וַיֵּ֥שֶׁב בִּמְצָדֹ֖ות עֵ֥ין גֶּֽדִי׃ פ
Capítulo 24
David perdona a Saúl en la cueva
LBLA
1 Y aconteció que cuando Saúl volvió de perseguir a los filisteos, le informaron, diciendo: He aquí, David está en el desierto de En-gadi.
2 Entonces Saúl tomó tres mil hombres escogidos de todo Israel, y fue en busca de David y sus hombres por los peñascos de las cabras monteses.
3 Llegó a los apriscos de las ovejas en el camino, donde había una cueva; y Saúl entró en ella para hacer sus necesidades. Y David y sus hombres estaban sentados en las partes más recónditas de la cueva.
4 Y los hombres de David le dijeron: Mira, este es el día del que te habló el SEÑOR: "He aquí, voy a entregar a tu enemigo en tu mano, y harás con él lo que bien te parezca." Entonces David se levantó y cortó secretamente la orilla del manto de Saúl.
5 Y sucedió después de esto que la conciencia de David le remordía, porque había cortado la orilla del manto de Saúl.
6 Y dijo a sus hombres: No permita el SEÑOR que yo haga tal cosa a mi señor, el ungido del SEÑOR, que yo extienda mi mano contra él, porque él es el ungido del SEÑOR.
7 Con estas palabras David contuvo a sus hombres y no les permitió que se levantaran contra Saúl. Y Saúl se levantó de la cueva, y siguió su camino.
8 Después David se levantó, salió de la cueva y dio voces tras Saúl, diciendo: ¡Mi señor el rey! Y cuando Saúl miró hacia atrás, David se inclinó rostro en tierra y se postró.
9 Y David dijo a Saúl: ¿Por qué escuchas las palabras de los hombres que dicen: "Mira que David procura tu mal"?
10 He aquí, hoy han visto tus propios ojos que el SEÑOR te ha entregado en mi mano en la cueva, y algunos me dijeron que te matara, pero _mis ojos_ te perdonaron; y dije: "No extenderé mi mano contra mi señor, porque él es el ungido del SEÑOR."
11 Y mira, padre mío, mira la orilla de tu manto en mi mano, porque al cortar yo la orilla de tu manto, no te maté. Reconoce y ve que no hay maldad ni rebelión en mis manos, y que no he pecado contra ti, a pesar de que tú acechas mi vida para quitármela.
12 Juzgue el SEÑOR entre tú y yo, y que el SEÑOR me vengue de ti, pero mi mano no será contra ti.
13 Como dice el antiguo proverbio: "De los malvados procede la maldad"; pero mi mano no será contra ti.
14 ¿Tras quién ha salido el rey de Israel? ¿A quién persigues? ¿A un perro muerto? ¿A una pulga?
15 Sea, pues, el SEÑOR juez y decida entre tú y yo; que Él vea y defienda mi causa y me libre de tu mano.
16 Y aconteció que cuando David terminó de decir estas palabras a Saúl, Saúl dijo: ¿Es esta tu voz, David, hijo mío? Y Saúl alzó su voz y lloró.
17 Y dijo a David: Más justo eres tú que yo, porque tú me has devuelto bien, mientras que yo te he devuelto mal.
18 Tú has declarado hoy que me has tratado bien, ya que el SEÑOR me entregó en tu mano y no me mataste.
19 Porque si un hombre encuentra a su enemigo, ¿lo deja ir sano y salvo? Que el SEÑOR, por tanto, te recompense con bien por lo que me has hecho hoy.
20 Ahora, he aquí, sé que ciertamente serás rey, y que el reino de Israel será establecido en tu mano.
21 Júrame, pues, ahora por el SEÑOR que no cortarás mi descendencia después de mí, y que no borrarás mi nombre de la casa de mi padre.
22 Y David se lo juró a Saúl. Y Saúl se fue a su casa, pero David y sus hombres subieron a la fortaleza.
WLC
1 וַיְהִ֗י כַּֽאֲשֶׁר֙ שָׁ֣ב שָׁא֔וּל מֵאַחֲרֵ֖י פְּלִשְׁתִּ֑ים וַיַּגִּ֣דוּ ל֔וֹ לֵאמֹ֕ר הִנֵּ֥ה דָוִ֖ד בְּמִדְבַּ֥ר עֵין־גֶּֽדִי׃
2 וַיִּקַּ֤ח שָׁאוּל֙ שְׁלֹ֣שֶׁת אֲלָפִ֔ים אִ֥ישׁ בָּח֖וּר מִכָּל־יִשְׂרָאֵ֑ל וַיֵּ֗לֶךְ לְבַקֵּ֤שׁ אֶת־דָּוִד֙ וְאֶת־אֲנָשָׁ֔יו עַל־פְּנֵ֖י צוּרֵ֥י הַיְּעֵלִֽים׃
3 וַיָּבֹא֙ אֶל־גִּדְר֣וֹת הַצֹּ֔אן עַל־הַדֶּ֖רֶךְ וְשָׁ֣ם מְעָרָ֑ה וַיָּבֹ֥א שָׁא֛וּל לְהָסֵ֥ךְ אֶת־רַגְלָ֖יו וְדָוִ֣ד וַאֲנָשָׁ֗יו יֹשְׁבִ֛ים בְּיַרְכְּתֵ֥י הַמְּעָרָ֖ה׃
4 וַיֹּאמְר֣וּ אַנְשֵׁ֣י דָוִד֮ אֵלָיו֒ הִנֵּ֤ה הַיּוֹם֙ אֲשֶׁ֨ר אָמַ֤ר יְהוָה֙ אֵלֶ֔יךָ הִנֵּ֨ה אָנֹכִ֜י נֹתֵ֣ן אֶת־אֹיְבֶ֗יךָ בְּיָדֶ֙ךָ֙ וְעָשִׂ֣יתָ לּוֹ֙ כַּאֲשֶׁ֣ר יִטַּ֣ב בְּעֵינֶ֔יךָ וַיָּ֣קָם דָּוִ֔ד וַיִּקְרַ֛ת אֶת־כְּנַֽף־הַמְּעִ֥יל אֲשֶׁר־לְשָׁא֖וּל בַּלָּֽט׃
5 וַיְהִ֣י אַחֲרֵי־כֵ֗ן וַיַּ֤ךְ לֵב־דָּוִד֙ אֹת֔וֹ עַ֖ל אֲשֶׁ֣ר כָּרַ֣ת אֶת־כָּנָ֑ף אֲשֶׁ֖ר לְשָׁאֽוּל׃
6 וַיֹּ֣אמֶר לַאֲנָשָׁ֗יו חָלִ֤ילָה לִּי֙ מֵיְהוָ֔ה אִם־אֶעֱשֶׂה֙ אֶת־הַדָּבָ֣ר הַזֶּ֔ה לַֽאדֹנִ֖י לִמְשִׁ֣יחַ יְהוָ֑ה לִשְׁלֹ֙חַ֙ יָדִ֣י בּ֔וֹ כִּֽי־מְשִׁ֥יחַ יְהוָ֖ה הֽוּא׃
7 וַיְשַׁסַּ֨ע דָּוִ֤ד אֶת־אֲנָשָׁיו֙ בַּדְּבָרִ֔ים וְלֹא־נְתָנָ֖ם לָק֣וּם אֶל־שָׁא֑וּל וְשָׁא֛וּל קָ֥ם מֵהַמְּעָרָ֖ה וַיֵּ֥לֶךְ בַּדָּֽרֶךְ׃
8 וַיָּ֨קָם דָּוִ֜ד אַחֲרֵי־כֵ֗ן וַיֵּצֵא֙ מִן־הַמְּעָרָ֔ה וַיִּקְרָא֙ אַחֲרֵ֣י שָׁא֔וּל לֵאמֹ֖ר אֲדֹנִ֣י הַמֶּ֑לֶךְ וַיַּבֵּ֤ט שָׁאוּל֙ אַֽחֲרָ֔יו וַיִּקֹּ֥ד דָּוִ֛ד אַפַּ֥יִם אַ֖רְצָה וַיִּשְׁתָּֽחוּ׃
9 וַיֹּ֤אמֶר דָּוִד֙ אֶל־שָׁא֔וּל לָ֣מָּה תִשְׁמַ֗ע אֶת־דִּבְרֵ֤י אָדָם֙ לֵאמֹ֔ר הִנֵּ֣ה דָוִ֔ד מְבַקֵּ֥שׁ רָעָתֶֽךָ׃
10 הִנֵּה֩ הַיּ֨וֹם הַזֶּ֜ה רָא֣וּ עֵינֶ֗יךָ אֵ֣ת אֲשֶׁר־נְתָנְךָ֩ יְהוָ֨ה׀ הַיּ֣וֹם׀ בְּיָדִ֣י בַמְּעָרָ֗ה וְאָמַ֤ר לְהָרְגְךָ֙ וַתָּ֤חָס עָלֶ֙יךָ֙ וָאֹמַ֔ר לֹֽא־אֶשְׁלַ֤ח יָדִי֙ בַּֽאדֹנִ֔י כִּ֥י מְשִׁיחַ־יְהוָ֖ה הֽוּא׃
11 וְאָבִ֞י רְאֵ֣ה גַם־רְאֵ֗ה אֶת־כְּנַ֤ף מְעִֽילְךָ֙ בְּיָדִ֔י כִּ֠י בְּכָרְתִ֞י אֶת־כְּנַ֤ף מְעִֽילְךָ֙ וְלֹ֣א הֲרַגְתִּ֔יךָ דַּ֚ע וּרְאֵ֔ה כִּ֣י אֵ֤ין בְּיָדִי֙ רָעָ֣ה וָפֶ֔שַׁע וְלֹ֥א חָטָ֖אתִי לָ֑ךְ וְאַתָּה֙ צֹדֶ֣ה אֶת־נַפְשִׁ֔י לְקַחְתָּֽהּ׃
12 יִשְׁפֹּ֤ט יְהוָה֙ בֵּינִ֣י וּבֵינֶ֔ךָ וְנִקַּמְךָ֥ יְהוָ֖ה מִמֶּ֑נִּי וְיָדִ֖י לֹ֥א תִֽהְיֶה־בָּֽךְ׃
13 כַּמָּשָׁל֙ הַקַּדְמֹנִ֔י מֵרְשָׁעִ֖ים יֵ֣צֵא רֶ֑שַׁע וְיָדִ֖י לֹ֥א תִֽהְיֶה־בָּֽךְ׃
14 אַחֲרֵ֤י מִי֙ יָצָ֣א מֶֽלֶךְ־יִשְׂרָאֵ֔ל אַחֲרֵ֥י מִ֖י אַתָּ֣ה רֹדֵ֑ף אַחֲרֵי֙ כֶּ֣לֶב מֵ֔ת אַחֲרֵ֖י פַּרְעֹ֥שׁ אֶחָֽד׃
15 וְהָיָ֣ה יְהוָה֩ לְדַיָּ֨ן וְשָׁפַ֤ט בֵּינִי֙ וּבֵינֶ֔ךָ וְיֵ֖רֶא וְיָרֵ֣ב אֶת־רִיבִ֑י וְיַצִּילֵ֥נִי מִיָּדֶֽךָ׃
16 וַיְהִ֣י כְּכַלּוֹת֩ דָּוִ֨ד לְדַבֵּ֜ר אֶת־הַדְּבָרִ֣ים הָאֵ֗לֶּה אֶל־שָׁאול וַיֹּ֣אמֶר שָׁא֔וּל הֲקֽוֹלְךָ֥ זֶ֖ה בְּנִ֣י דָוִ֑ד וַיִּשָּׂ֤א שָׁאוּל֙ קֹל֔וֹ וַיִּבְכֶּֽה׃
17 וַיֹּ֙אמֶר֙ אֶל־דָּוִ֔ד צַדִּ֥יק אַתָּ֖ה מִמֶּ֑נִּי כִּֽי־אַתָּ֤ה גְמַלְתַּ֙נִי֙ טוֹבָ֔ה וַאֲנִ֖י גְּמַלְתִּ֥יךָ רָעָֽה׃
18 וְאַתָּה֙ הִגַּ֣דְתָּ הַיּ֔וֹם אֵ֥ת אֲשֶׁר־עָשִׂ֛יתָ אִתִּ֥י טוֹבָ֖ה אֵ֣ת אֲשֶׁר־סִגְרַ֣נִי יְהוָה֮ בְּיָדֶךָ֒ וְלֹ֥א הֲרַגְתָּֽנִי׃
19 וְכִֽי־יִמְצָ֣א אִ֣ישׁ אֶת־אֹיְב֗וֹ וְשִׁלְּח֛וֹ בְּדֶֽרֶךְ־טוֹבָ֖ה וַֽיהוָה֙ יְשַׁלֶּם־לְךָ֤ טוֹבָה֙ תַּ֣חַת הַיּ֣וֹם הַזֶּ֔ה אֲשֶׁ֥ר עָשִׂ֖יתָ עִמָּֽדִי׃
20 וְעַתָּה֙ הִנֵּ֣ה יָדַ֔עְתִּי כִּ֥י מָלֹ֖ךְ תִּמְלֹ֑ךְ וְקָ֙מָה֙ בְּיָדְךָ֔ מַמְלֶ֖כֶת יִשְׂרָאֵֽל׃
21 וְעַתָּה֙ הִשָּׁ֤בְעָה לִּי֙ בַּֽיהוָ֔ה אִם־תַּכְרִ֣ית אֶת־זַרְעִ֔י אַחֲרַ֖י וְאִם־תַּשְׁמִ֥יד אֶת־שְׁמִ֖י מִבֵּ֥ית אָבִֽי׃
22 וַיִּשָּׁבַ֤ע דָּוִד֙ לְשָׁא֔וּל וַיֵּ֥לֶךְ שָׁא֖וּל לְבֵית֑וֹ וְדָוִד֙ וַאֲנָשָׁ֔יו עָל֖וּ עַל־הַמְּצוּדָֽה׃
Capítulo 25
Muerte de Samuel
LBLA
1 Murió Samuel, y se reunió todo Israel y lo lloraron, y lo sepultaron en su casa en Ramá. Después David se levantó y descendió al desierto de Parán.
2 Y había un hombre en Maón que tenía sus negocios en Carmel; el hombre era muy rico, y tenía tres mil ovejas y mil cabras. Y estaba en Carmel trasquilando sus ovejas.
3 El nombre del hombre era Nabal, y el nombre de su mujer, Abigail. La mujer era inteligente y de hermosa apariencia, pero el hombre era tosco y maligno en sus tratos, y era calebita.
4 Y oyó David en el desierto que Nabal estaba trasquilando sus ovejas.
5 Entonces David envió diez jóvenes y les dijo: Subid a Carmel, id a Nabal y saludadle en mi nombre;
6 y así le diréis: "Que tengas larga vida, paz para ti, paz para tu casa y paz para todo lo que tienes.
7 "He oído que tienes esquiladores; ahora bien, tus pastores han estado con nosotros y no los hemos maltratado, ni les ha faltado nada todos los días que estuvieron en Carmel.
8 "Pregunta a tus jóvenes, y ellos te lo dirán. Así pues, hallen gracia mis jóvenes ante tus ojos, porque hemos llegado en un día de fiesta. Te ruego que de lo que tengas a mano, des a tus siervos y a tu hijo David."
9 Cuando los jóvenes de David llegaron, dijeron a Nabal todas estas palabras en nombre de David; y esperaron.
10 Pero Nabal respondió a los siervos de David, y dijo: ¿Quién es David y quién es el hijo de Isaí? Hay muchos siervos hoy día que se escapan de su señor.
11 ¿Voy, pues, a tomar mi pan, mi agua y la carne que he preparado para mis esquiladores, y darla a hombres cuyo origen no conozco?
12 Así que los jóvenes de David se volvieron por su camino y regresaron; y llegaron y le informaron a David todas estas palabras.
13 Entonces David dijo a sus hombres: Cíñase cada uno su espada. Y cada hombre se ciñó su espada. David también se ciñó su espada, y subieron tras David como cuatrocientos hombres, y doscientos se quedaron con el equipaje.
14 Pero uno de los jóvenes le avisó a Abigail, mujer de Nabal, diciendo: He aquí, David envió mensajeros del desierto a saludar a nuestro señor, y él los insultó.
15 Sin embargo, los hombres fueron muy buenos con nosotros, y no nos maltrataron, ni nos faltó nada todos los días que anduvimos con ellos mientras estábamos en el campo.
16 Fueron para nosotros un muro de protección tanto de día como de noche, todos los días que estuvimos con ellos apacentando las ovejas.
17 Ahora pues, considera y ve lo que has de hacer, porque el mal está determinado contra nuestro señor y contra toda su casa; y él es un hombre tan indigno que nadie le puede hablar.
18 Entonces Abigail se apresuró y tomó doscientos panes, dos odres de vino, cinco ovejas ya preparadas, cinco medidas de grano tostado, cien racimos de pasas y doscientas tortas de higos, y los cargó en asnos.
19 Y dijo a sus jóvenes: Id delante de mí; he aquí, yo os seguiré. Pero no se lo hizo saber a su marido Nabal.
20 Y mientras ella iba montada en su asno y descendía por la parte encubierta del monte, he aquí, David y sus hombres venían bajando hacia ella, y ella se encontró con ellos.
21 Y David había dicho: Ciertamente en vano he guardado todo lo que este hombre tiene en el desierto, de modo que nada se perdió de todo lo suyo; y él me ha devuelto mal por bien.
22 Así haga Dios a los enemigos de David, y aun más, si de aquí a mañana yo dejo con vida a un solo varón de los suyos.
23 Cuando Abigail vio a David, se dio prisa y bajó del asno, y cayendo sobre su rostro delante de David, se postró en tierra.
24 Y cayendo a sus pies, dijo: Señor mío, sea la iniquidad sobre mí; mas te ruego que permitas a tu sierva hablar a tus oídos, y que escuches las palabras de tu sierva.
25 26 Ahora pues, señor mío, vive el SEÑOR y vive tu alma, que el SEÑOR te ha impedido derramar sangre y vengarte por tu propia mano. Ahora pues, sean como Nabal tus enemigos y todos los que buscan el mal para mi señor.
27 Y ahora, sea este presente que tu sierva ha traído a mi señor, dado a los jóvenes que siguen a mi señor.
28 Te ruego que perdones la transgresión de tu sierva, porque el SEÑOR ciertamente establecerá una casa duradera para mi señor, pues mi señor libra las batallas del SEÑOR, y el mal no se hallará en ti en todos tus días.
29 Y si alguien se levanta para perseguirte y buscar tu vida, entonces la vida de mi señor estará a salvo en el bulto de los que viven con el SEÑOR tu Dios; pero la vida de tus enemigos El la lanzará como de en medio de una honda.
30 Y sucederá que cuando el SEÑOR haya hecho a mi señor todo el bien que ha prometido acerca de ti, y te haya puesto por príncipe sobre Israel,
31 esto no será motivo de pena ni remordimiento para mi señor, tanto por haber derramado sangre sin causa como por haberse vengado mi señor. Cuando el SEÑOR haga bien a mi señor, acuérdate entonces de tu sierva.
32 Entonces David dijo a Abigail: Bendito sea el SEÑOR, Dios de Israel, que hoy te ha enviado a encontrarme,
33 y bendito sea tu discernimiento, y bendita seas tú, que me has impedido hoy derramar sangre y vengarme por mi propia mano.
34 Sin embargo, vive el SEÑOR, Dios de Israel, que me ha impedido hacerte daño, que si no te hubieras apresurado en venir a mi encuentro, ciertamente, para la mañana no le habría quedado a Nabal ni un solo varón.
35 Recibió David de su mano lo que ella le había traído, y le dijo: Sube en paz a tu casa. Mira, te he escuchado y te he concedido tu petición.
36 Entonces Abigail regresó a Nabal, y he aquí, él tenía un banquete en su casa, como el banquete de un rey. Y el corazón de Nabal estaba alegre, pues estaba muy ebrio; así que ella no le contó nada hasta el amanecer.
37 Pero sucedió que por la mañana, cuando se le pasó el vino a Nabal, su mujer le contó estas cosas, y su corazón se le murió dentro de él, y se quedó como una piedra.
38 Y como diez días después, el SEÑOR hirió a Nabal, y murió.
39 Cuando David oyó que Nabal había muerto, dijo: Bendito sea el SEÑOR, que ha defendido la causa de mi afrenta de mano de Nabal, y ha librado a su siervo del mal; porque el SEÑOR ha devuelto la maldad de Nabal sobre su propia cabeza. Entonces David envió a hablar con Abigail, para tomarla para sí por mujer.
40 Y los siervos de David vinieron a Abigail en Carmel, y le hablaron diciendo: David nos ha enviado a ti para tomarte para sí por mujer.
41 Y ella se levantó y se inclinó rostro en tierra, y dijo: He aquí, tu sierva es una criada para lavar los pies de los siervos de mi señor.
42 Y Abigail se apresuró y montó en un asno, con cinco de sus doncellas que la seguían; y ella siguió a los mensajeros de David y fue hecha su mujer.
43 David había tomado también a Ahinoam de Jezreel, y ambas fueron mujeres suyas.
44 Pues Saúl había dado a su hija Mical, mujer de David, a Palti, hijo de Lais, que era de Galim.
WLC
1 וַיָּ֣מָת שְׁמוּאֵ֗ל וַיִּקָּבְצ֤וּ כָל־יִשְׂרָאֵל֙ וַיִּסְפְּד֣וּ ל֔וֹ וַיִּקְבְּרֻ֥הוּ בְּבֵית֖וֹ בָּרָמָ֑ה וַיָּ֣קָם דָּוִ֔ד וַיֵּ֥רֶד אֶל־מִדְבַּ֖ר פָּארָֽן׃
2 וְאִישׁ֙ בְּמָע֔וֹן וּמִקְנֵ֖הוּ בַּכַּרְמֶ֑ל וְהָאִ֨ישׁ גָּד֤וֹל מְאֹד֙ וְל֣וֹ צֹאן־שְׁלֹֽשֶׁת־אֲלָפִ֔ים וְאֶ֥לֶף עִזִּ֖ים וַיְהִ֥י בִגְזֹֽז אֶת־צֹאנ֖וֹ בַּכַּרְמֶֽל׃
3 וְשֵׁם֩ הָאִ֨ישׁ נָבָ֜ל וְשֵׁ֣ם אִשְׁתּוֹ֩ אֲבִגַ֙יִל֙ וְאֵ֙שֶׁת֙ טֽוֹבַת־שֶׂ֣כֶל וְיָפַ֣ת תֹּ֔אַר וְהָאִ֣ישׁ קָשֶׁ֔ה וּמֵרַ֖ע עֲלִילֹתָ֑יו וְהוּא֙ כָלִבִּֽי׃
4 וַיִּשְׁמַ֣ע דָּוִ֔ד בַּמִּדְבָּ֖ר כִּֽי־גֹזֵ֥ז נָבָ֖ל אֶת־צֹאנֽוֹ׃
5 וַיִּשְׁלַ֤ח דָּוִד֙ עֲשָׂרָ֣ה נְעָרִ֔ים וַיֹּ֤אמֶר דָּוִד֙ לַנְּעָרִ֔ים עֲל֥וּ כַרְמֶ֖לָה וּבָאתֶ֣ם אֶל־נָבָ֑ל וּשְׁאֶלְתֶּם־ל֥וֹ בִשְׁמִ֖י לְשָׁלֽוֹם׃
6 וַאֲמַרְתֶּ֥ם כֹּ֖ה לֶחָ֑י וְאַתָּ֤ה שָׁלוֹם֙ וּבֵֽיתְךָ֣ שָׁל֔וֹם וְכֹ֖ל אֲשֶׁר־לְךָ֥ שָׁלֽוֹם׃
7 וְעַתָּה֙ שָׁמַ֣עְתִּי כִּֽי־גֹזְזִ֣ים לָ֔ךְ הָרֹעִ֤ים אֲשֶׁר־לְךָ֙ הָי֣וּ עִמָּ֔נוּ לֹ֥א הֶכְלַמְנֻ֖ם וְלֹא־נִפְקַ֣ד לָהֶ֣ם מְא֑וּמָה כָּל־יְמֵ֥י הֱיוֹתָ֖ם בַּכַּרְמֶֽל׃
8 שְׁאַ֤ל אֶת־נְעָרֶ֙יךָ֙ וְיַגִּ֣דוּ לָ֔ךְ וְיִמְצְא֤וּ הַנְּעָרִים֙ חֵ֣ן בְּעֵינֶ֔יךָ כִּ֚י עַל־י֣וֹם טוֹב֙ בָּ֔אנוּ תְּנָה־נָּ֕א אֵ֥ת אֲשֶׁר־תִּמְצָ֥א יָדְךָ֖ לַעֲבָדֶ֙יךָ֙ וּלְבִנְךָ֖ לְדָוִֽד׃
9 וַיָּבֹ֙אוּ֙ נַעֲרֵ֣י דָוִ֔ד וַיְדַבְּר֛וּ אֶל־נָבָ֖ל כְּכָל־הַדְּבָרִ֣ים הָאֵ֑לֶּה בְּשֵׁ֣ם דָּוִ֔ד וַיִּשְׁבְּתֽוּ׃
10 וַיַּ֧עַן נָבָ֛ל אֶת־עַבְדֵ֥י דָוִ֖ד וַיֹּ֣אמֶר מִ֣י דָוִ֗ד וּמִ֤י בֶן־יִשַׁי֙ הַיּ֣וֹם רַבּ֗וּ עֲבָדִים֙ הַמִּתְפָּ֣רְצִ֔ים אִ֖ישׁ מֵאֲדֹנָֽיו׃
11 וְלָקַחְתִּ֣י אֶת־לַחְמִ֗י וְאֶת־מֵימַי֙ וְאֵ֣ת טִבְחָתִ֞י אֲשֶׁ֣ר טָבַ֣חְתִּי לְגֹזְזַ֗י וְנָתַתִּי֙ לַֽאֲנָשִׁ֔ים אֲשֶׁר֙ לֹ֣א יָדַ֔עְתִּי אֵ֥י מִזֶּ֖ה הֵֽמָּה׃
12 וַיִּשְׂא֤וּ נַעֲרֵֽי־דָוִד֙ לְדַרְכָּ֔ם וַיָּשֻׁ֖בוּ וַיָּבֹ֑אוּ וַיַּגִּ֣דוּ ל֔וֹ כְּכָל־הַדְּבָרִ֖ים הָאֵֽלֶּה׃
13 וַיֹּ֨אמֶר דָּוִ֜ד לַאֲנָשָׁ֗יו חִגְר֤וּ אִישׁ֙ אֶת־חַרְבּ֔וֹ וַיַּחְגְּר֥וּ אִוּשׁ אֶת־חַרְבּ֖וֹ וַיַּחְגֹּ֣ר גַּם־דָּוִ֑ד אֶת־חַרְבּ֗וֹ וַיַּעֲל֣וּ אַחֲרֵי־דָוִד֮ כְּאַרְבַּ֣ע מֵא֣וֹת אִישׁ֒ וּמָאתַ֖יִם יָשְׁב֥וּ עַל־הַכֵּלִֽים׃
14 וְלַאֲבִיגַ֙יִל֙ אֵ֣שֶׁת נָבָ֔ל הִגִּ֥יד אֶחָ֖ד מֵהַנְּעָרִ֣ים לֵאמֹ֑ר הִנֵּ֣ה דָוִ֗ד שָׁלַ֤ח מַלְאָכִים֙ מֵהַמִּדְבָּ֔ר לְבָרֵ֖ךְ אֶת־אֲדֹנֵ֑ינוּ וַיַּ֖ט עֲלֵיהֶֽם׃
15 וְהָאֲנָשִׁ֗ים טֹבִ֤ים לָ֙נוּ֙ מְאֹ֔ד וְלֹ֣א הׇכְלַ֔מְנוּ וְלֹֽא־פָקַ֥ד מֵאִתָּ֖נוּ מְא֑וּמָה כָּל־יְמֵ֥י הִתְהַלַּכְנוּ֙ אִתָּ֔ם בִּהְיוֹתֵ֖נוּ בַּשָּׂדֶֽה׃
16 חוֹמָה הָי֧וּ עָלֵ֛ינוּ גַּם־לַ֥יְלָה גַּם־יוֹמָ֖ם כָּל־יְמֵ֣י הֱיוֹתֵ֑נוּ עִמָּ֕ם בְּרֹעֵ֥נוּ הַצֹּֽאן׃
17 וְעַתָּה֙ דְּעִ֣י וּרְאִ֔י מַה־תַּעֲשִׂ֕י כִּֽי־כָלְתָ֥ה הָרָעָ֛ה אֶל־אֲדֹנֵ֖ינוּ וְעַל־כָּל־בֵּית֑וֹ וְהוּא֙ בֶּן־בְּלִיַּ֣עַל כִּדְבָּר֔וֹ וְאֵ֥ין דַּבֵּ֖ר אֵלָֽיו׃
18 וַתְּמַהֵ֣ר אֲבִיגַ֡יִל וַתִּקַּח֩ מָאתַ֨יִם לֶ֜חֶם וּשְׁנַ֣יִם נִבְלֵי־יַ֗יִן וְחָמֵ֤שׁ צֹאן֙ עֲשׂוּיֹת֙ וְחָמֵ֣שׁ סְאִ֤ים קָלִי֙ וּמֵאָה֙ צִמֻּקִ֔ים וּמָאתַ֥יִם דְּבֵלִ֖ים וַתָּ֣שֶׂם עַל־הַחֲמֹרִֽים׃
19 וַתֹּ֣אמֶר לִנְעָרֶ֗יהָ עִבְר֤וּ לְפָנַי֙ הִנְנִ֤י אַֽחֲרֵיכֶם֙ וּלְאִישָׁ֣הּ נָבָ֔ל לֹ֥א הִגִּֽידָה׃
20 וַיְהִ֞י הִ֣יא רֹכֶ֤בֶת עַל־הַחֲמוֹר֙ וְיֹרֶ֣דֶת בְּסֵ֣תֶר הָהָ֔ר וְהִנֵּ֨ה דָוִ֤ד וַאֲנָשָׁיו֙ יֹרְדִ֣ים לִקְרָאתָ֔הּ וַתִּפְגֹּ֖שׁ אֹתָֽם׃
21 וְדָוִד֙ אָמַ֔ר אַ֣ךְ לָ֠שָׁוְא שָׁמַ֞רְתִּי אֶת־כָּל־אֲשֶׁ֣ר לָזֶה֮ בַּמִּדְבָּר֒ וְלֹֽא־נִפְקַ֤ד מִכָּל־אֲשֶׁר־לוֹ֙ מְא֔וּמָה וַיָּ֥שֶׁב לִ֖י רָעָ֥ה תַּ֥חַת טוֹבָֽה׃
22 כֹּֽה־יַעֲשֶׂ֨ה אֱלֹהִ֜ים לְאֹיְבֵ֣י דָוִ֗ד וְכֹ֤ה יֹסִף֙ אִם־אַשְׁאִ֤יר מִכָּל־אֲשֶׁר־לּוֹ֙ עַד־הַבֹּ֔קֶר מַשְׁתִּ֥ין בְּקִֽיר׃
23 וַתֵּ֣רֶא אֲבִיגַ֣יִל אֶת־דָּוִד֮ וַתְּמַהֵ֣ר וַתֵּרֶד֮ מֵעַ֣ל הַחֲמוֹר֒ וַתִּפֹּ֞ל לְאַפֶּ֤יהָ לִפְנֵֽי־דָוִד֙ עַל־אַפֶּ֔יהָ וַתִּשְׁתַּ֖חוּ אָֽרֶץ׃
24 וַתִּפֹּל֙ עַל־רַגְלָ֔יו וַתֹּ֕אמֶר בִּי־אֲנִ֥י אֲדֹנִ֖י הֶעָוֺ֑ן וּתְדַבֶּר־נָ֤א אֲמָֽתְךָ֙ בְּאָזְנֶ֔יךָ וּשְׁמַ֖ע אֵ֥ת דִּבְרֵ֥י אֲמָתֶֽךָ׃
25 אַל־נָ֞א יָשִׂ֤ים אֲדֹנִי֙ אֶת־לִבּ֔וֹ אֶל־אִ֣ישׁ הַבְּלִיַּ֔עַל הַזֶּ֖ה אֶל־נָבָ֑ל כִּ֤י כִשְׁמוֹ֙ כֶּן־ה֔וּא נָבָ֣ל שְׁמ֔וֹ וּנְבָלָ֖ה עִמּ֑וֹ וַאֲנִ֣י אֲמָתְךָ֗ לֹ֤א רָאִ֙יתִי֙ אֶת־נַעֲרֵ֣י אֲדֹנִ֔י אֲשֶׁ֥ר שָׁלָֽחְתָּ׃
26 וְעַתָּ֣ה אֲדֹנִ֗י חַי־יְהוָה֙ וְחֵ֣י נַפְשְׁךָ֔ אֲשֶׁ֨ר מְנָֽעֲךָ֤ יְהוָה֙ מִבּ֣וֹא בְדָמִ֔ים וּלְהוֹשִׁ֥עַ יָדְךָ֖ לָ֑ךְ וְעַתָּ֗ה יִֽהְי֤וּ כְנָבָל֙ אֹיְבֶ֙יךָ֙ וְהַֽמְבַקְשִׁ֥ים אֶל־אֲדֹנִ֖י רָעָֽה׃
27 וְעַתָּ֗ה הַבְּרָכָה֙ הַזֹּ֗את אֲשֶׁ֤ר הֵבִ֙יאָה֙ שִׁפְחָתְךָ֣ לַאדֹנִ֔י וְנִתְּנָה֙ לַנְּעָרִ֔ים הַמִּתְהַלְּכִ֖ים בְּרַגְלֵ֥י אֲדֹנִֽי׃
28 שָׂא֩ נָ֨א פֶּ֜שַׁע אֲמָתֶ֗ךָ כִּ֣י עָשֹׂ֣ה יַעֲשֶׂה֩ יְהוָ֨ה׀ לַאדֹנִ֧י בַּ֣יִת נֶאֱמָ֗ן כִּ֚י מִלְחֲמ֣וֹת יְהוָה֙ אֲדֹנִ֣י נִלְחָ֔ם וְרָעָ֖ה לֹא־תִמָּצֵ֥א בְךָ֖ מִיָּמֶֽיךָ׃
29 וַיָּקָם֩ אָדָ֨ם לִרְדָּפְךָ֜ וּלְבַקֵּ֣שׁ אֶת־נַפְשֶׁ֗ךָ וְהָיְתָה֙ נֶ֤פֶשׁ אֲדֹנִי֙ צְרוּרָה֙ בִּצְר֣וֹר הַחַיִּ֔ים אֵ֖ת יְהוָ֣ה אֱלֹהֶ֑יךָ וְאֵ֨ת נֶ֤פֶשׁ אֹיְבֶ֙יךָ֙ יִקְלָעֶ֔נָּה בְּת֖וֹךְ כֶּ֥לַע הַקָּלָֽע׃
30 וְהָיָ֗ה כִּֽי־יַעֲשֶׂ֤ה יְהוָה֙ לַאדֹנִ֔י כְּכֹ֥ל אֲשֶׁר־דִּבֶּ֖ר אֶת־הַטּוֹבָ֑ה עָלֶ֔יךָ וְצִוְּךָ֖ לְנָגִ֥יד עַל־יִשְׂרָאֵֽל׃
31 וְלֹ֣א תִֽהְיֶה֩ לְךָ֨ לְפוּקָ֜ה וּלְמִכְשׁ֗וֹל לֵב֙ לַאדֹנִ֔י לִשְׁפָּךְ־דָּם֙ חִנָּ֔ם וּלְהוֹשִׁ֥יעַ אֲדֹנִ֖י ל֑וֹ וְהֵיטִ֤ב יְהוָה֙ לַאדֹנִ֔י וְזָכַרְתָּ֖ אֶת־אֲמָתֶֽךָ׃
32 וַיֹּ֤אמֶר דָּוִד֙ לַאֲבִיגַ֔יִל בָּר֣וּךְ יְהוָה֮ אֱלֹהֵ֣י יִשְׂרָאֵל֒ אֲשֶׁר֩ שְׁלָחֵ֙ךְ הַיּ֥וֹם הַזֶּ֖ה לִקְרָאתִֽי׃
33 וּבָר֣וּךְ טַעְמֵ֗ךְ וּבְרוּכָה֙ אַ֔תְּ אֲשֶׁ֣ר כְּלִתִּ֔נִי הַיּ֣וֹם הַזֶּ֔ה מִבּ֖וֹא בְּדָמִ֑ים וּלְהוֹשִׁ֥עַ יָדִ֖י לִֽי׃
34 וְאוּלָ֗ם חַי־יְהוָה֙ אֱלֹהֵ֣י יִשְׂרָאֵ֔ל אֲשֶׁ֥ר מְנָעַ֖נִי מֵהָרֵ֣עַ אֹתָ֑ךְ כִּ֣י׀ לוּלֵ֣י מִהַ֗רְתְּ וַתָּבֹ֙אִי֙ לִקְרָאתִ֔י כִּ֣י אִם־נִשְׁאַ֧ר לְנָבָ֛ל עַד־א֥וֹר הַבֹּ֖קֶר מַשְׁתִּ֥ין בְּקִֽיר׃
35 וַיִּקַּ֤ח דָּוִד֙ מִיָּדָ֔הּ אֵ֥ת אֲשֶׁר־הֵבִ֖יאָה ל֑וֹ וְלָ֣הּ אָמַ֗ר עֲלִ֤י לְשָׁלוֹם֙ לְבֵיתֵ֔ךְ רְאִ֕י שָׁמַ֖עְתִּי בְּקֹלֵ֑ךְ וָאֶשָּׂ֖א פָּנָֽיִךְ׃
36 וַתָּבֹ֣א אֲבִיגַיִל֮ אֶל־נָבָל֒ וְהִנֵּה־ל֣וֹ מִשְׁתֶּה֩ בְּבֵית֨וֹ כְּמִשְׁתֵּה־מֶ֜לֶךְ וְלֵ֣ב נָבָל֩ ט֨וֹב עָלָ֜יו וְה֣וּא שִׁכֹּ֣ר עַד־מְאֹד֒ וְלֹא־הִגִּ֣ידָה לּוֹ֩ דָּבָ֨ר קָטֹ֥ן וְגָד֖וֹל עַד־א֥וֹר הַבֹּֽקֶר׃
37 וַיְהִ֣י בַבֹּ֗קֶר בְּצֵ֤את הַיַּ֙יִן֙ מִנָּבָ֔ל וַתַּגֶּד־לוֹ֙ אִשְׁתּ֔וֹ אֶת־הַדְּבָרִ֖ים הָאֵ֑לֶּה וַיָּ֤מָת לִבּוֹ֙ בְּקִרְבּ֔וֹ וְה֖וּא הָיָ֥ה לְאָֽבֶן׃
38 וַיְהִ֣י כַעֲשֶׂ֧רֶת הַיָּמִ֛ים וַיִּגֹּ֥ף יְהוָ֖ה אֶת־נָבָ֑ל וַיָּמֹֽת׃
39 וַיִּשְׁמַ֤ע דָּוִד֙ כִּֽי־מֵ֣ת נָבָ֔ל וַיֹּ֗אמֶר בָּר֤וּךְ יְהוָה֙ אֲשֶׁ֣ר רָ֗ב אֶת־רִ֤יב חֶרְפָּתִי֙ מִיַּ֣ד נָבָ֔ל וְאֶת־עַבְדּ֥וֹ נָצַ֛ל מִיַּ֥ד דֹּאֵ֖ג וְאֶת־רָעַ֣ת נָבָל֙ הֵשִׁ֣יב בְּרֹאשׁ֔וֹ וַיִּשְׁלַ֤ח דָּוִד֙ וַיְדַבֵּ֣ר בַּאֲבִיגַ֔יִל לְקַחְתָּ֥הּ ל֖וֹ לְאִשָּֽׁה׃
40 וַיָּבֹ֣אוּ עַבְדֵי־דָוִד֩ אֶל־אֲבִיגַ֨יִל הַכַּרְמֶ֜לָה וַיְדַבְּר֥וּ אֵלֶ֛יהָ לֵאמֹ֖ר דָּוִ֣ד שְׁלָחָ֑נוּ אֵלַ֙יִךְ֙ לְקַחְתֵּ֣ךְ ל֔וֹ לְאִשָּֽׁה׃
41 וַתָּ֙קָם֙ וַתִּשְׁתַּ֣חוּ אַפַּ֔יִם אָ֖רְצָה וַתֹּ֣אמֶר הִנֵּ֤ה אֲמָֽתְךָ֙ לְשִׁפְחָ֔ה לִרְחֹ֥ץ רַגְלֵ֖י עַבְדֵ֥י אֲדֹנִֽי׃
42 וַתְּמַהֵ֣ר וַתָּקֹם֩ אֲבִיגַ֙יִל֙ וַתִּרְכַּ֣ב עַל־הַחֲמ֔וֹר וְחָמֵשׁ֙ נַעֲרֹתֶ֔יהָ הַהֹלְכֹ֖ת לְרַגְלָ֑הּ וַתֵּ֕לֶךְ אַחֲרֵי֙ מַלְאֲכֵ֣י דָוִ֔ד וַתְּהִ֥י ל֖וֹ לְאִשָּֽׁה׃
43 וְאֶת־אֲחִינֹ֥עַם לָקַֽח־דָּוִ֖ד מִיִּזְרְעֶ֑אל וַתִּהְיֶ֥יןָ גַּם־שְׁתֵּיהֶ֖ן ל֥וֹ לְנָשִֽׁים׃
44 וְשָׁא֗וּל נָתַ֛ן אֶת־מִיכַ֥ל בִּתּ֖וֹ אֵ֣שֶׁת דָּוִ֑ד לְפַלְטִ֥י בֶן־לַ֖יִשׁ אֲשֶׁ֥ר מִגַּלִּֽים׃
Capítulo 26
David perdona a Saúl otra vez
LBLA
1 Entonces vinieron los zifeos a Saúl en Guibeá, diciendo: ¿No está David escondido en la colina de Haquila, que está al oriente de Jesimón?
2 Se levantó, pues, Saúl y descendió al desierto de Zif, llevando consigo tres mil hombres escogidos de Israel para buscar a David en el desierto de Zif.
3 Y Saúl acampó en la colina de Haquila, que está al oriente de Jesimón, junto al camino. Pero David se quedó en el desierto y vio que Saúl venía tras él al desierto.
4 Y David envió espías, y supo que Saúl en verdad había llegado.
5 Y David se levantó y fue al lugar donde Saúl había acampado, y David vio el lugar donde Saúl y Abner, hijo de Ner, el comandante de su ejército, estaban acostados; y Saúl estaba acostado dentro del campamento y el pueblo estaba acampado a su alrededor.
6 Entonces David habló a Ahimelec hitita y a Abisai, hijo de Sarvia, hermano de Joab, diciendo: ¿Quién descenderá conmigo a donde Saúl en el campamento? Y Abisai dijo: Yo descenderé contigo.
7 David y Abisai fueron de noche al pueblo, y he aquí, Saúl estaba acostado durmiendo dentro del campamento, con su lanza clavada en tierra a su cabecera; y Abner y el pueblo estaban acostados alrededor de él.
8 Entonces Abisai dijo a David: Hoy Dios ha entregado a tu enemigo en tu mano; ahora pues, por favor, déjame clavarlo a la tierra de un solo golpe con la lanza, y no tendré que repetirlo.
9 Pero David dijo a Abisai: No lo mates, pues ¿quién puede extender su mano contra el ungido del SEÑOR y quedar impune?
10 Dijo además David: Vive el SEÑOR, que ciertamente el SEÑOR lo herirá, o llegará su día y morirá, o descenderá a la batalla y perecerá.
11 No permita el SEÑOR que yo extienda mi mano contra el ungido del SEÑOR; pero ahora, por favor, toma la lanza que está a su cabecera y la vasija de agua, y vámonos.
12 Tomó, pues, David la lanza y la vasija de agua de la cabecera de Saúl, y se fueron; y nadie los vio ni los supo, ni nadie se despertó, pues todos estaban dormidos, porque un sueño profundo del SEÑOR había caído sobre ellos.
13 Cruzó David al otro lado y se puso en la cima del monte a cierta distancia, con un gran espacio entre ellos.
14 Y David llamó al pueblo y a Abner, hijo de Ner, diciendo: ¿No vas a responder, Abner? Entonces Abner respondió y dijo: ¿Quién eres tú que llamas al rey?
15 Y David dijo a Abner: ¿No eres tú un hombre? ¿Y quién hay como tú en Israel? ¿Por qué, pues, no has guardado a tu señor el rey? Porque uno del pueblo fue a matar a tu señor el rey.
16 Esto que has hecho no es bueno. Vive el SEÑOR, que ciertamente sois dignos de muerte, porque no guardasteis a vuestro señor, el ungido del SEÑOR. Y ahora, mira dónde están la lanza del rey y la vasija de agua que estaban a su cabecera.
17 Reconoció Saúl la voz de David y dijo: ¿Es esta tu voz, David, hijo mío? Y David dijo: Es mi voz, mi señor el rey.
18 Y añadió: ¿Por qué persigue mi señor a su siervo? ¿Qué he hecho? ¿O qué maldad hay en mi mano?
19 Ahora pues, ruego a mi señor el rey que escuche las palabras de su siervo. Si el SEÑOR te ha incitado contra mí, que El acepte una ofrenda; pero si son hombres los que lo han hecho, malditos sean delante del SEÑOR, porque me han echado hoy para que no tenga parte en la heredad del SEÑOR, diciendo: "Ve, sirve a otros dioses."
20 Ahora pues, no caiga mi sangre a tierra lejos de la presencia del SEÑOR; porque el rey de Israel ha salido a buscar una sola pulga, como quien persigue una perdiz en los montes.
21 Y Saúl dijo: He pecado. Vuelve, David, hijo mío, porque no te haré daño más, ya que mi vida fue preciosa ante tus ojos hoy. He aquí, he obrado neciamente y he cometido un grave error.
22 Respondió David y dijo: He aquí la lanza del rey. Que pase acá uno de los jóvenes y la recoja.
23 El SEÑOR pagará a cada uno según su justicia y su fidelidad; porque el SEÑOR te entregó hoy en mi mano, pero yo no quise extender mi mano contra el ungido del SEÑOR.
24 He aquí, como tu vida fue preciosa para mí hoy, así sea mi vida preciosa a los ojos del SEÑOR, y que El me libre de toda aflicción.
25 Entonces Saúl dijo a David: Bendito seas, David, hijo mío; ciertamente harás grandes cosas y prevalecerás. Y David siguió su camino, y Saúl regresó a su lugar.
WLC
1 וַיָּבֹ֣אוּ הַזִּפִים֮ אֶל־שָׁאוּל֮ הַגִּבְעָתָה֒ לֵאמֹ֔ר הֲל֣וֹא דָוִ֔ד מִסְתַּתֵּ֥ר בְּגִבְעַת֙ הַחֲכִילָ֔ה עַ֖ל פְּנֵ֥י הַיְשִׁימֹֽן׃
2 וַיָּ֣קָם שָׁא֗וּל וַיֵּ֤רֶד אֶל־מִדְבַּר־זִף֙ וְאִתּוֹ֙ שְׁלֹ֣שֶׁת אֲלָפִ֗ים אִ֚ישׁ בְּחֻרֵ֣י יִשְׂרָאֵ֔ל לְבַקֵּ֥שׁ אֶת־דָּוִ֖ד בְּמִדְבַּר־זִֽיף׃
3 וַיִּ֨חַן שָׁא֜וּל בְּגִבְעַ֣ת הַחֲכִילָ֗ה אֲשֶׁ֤ר עַל־פְּנֵי֙ הַיְשִׁימֹ֔ן עַל־הַדָּ֑רֶךְ וְדָוִד֙ יֹשֵׁ֣ב בַּמִּדְבָּ֔ר וַיַּ֗רְא כִּֽי־בָ֥א שָׁא֛וּל אַחֲרָ֖יו הַמִּדְבָּֽרָה׃
4 וַיִּשְׁלַ֤ח דָּוִד֙ מְרַגְּלִ֔ים וַיֵּ֕דַע כִּֽי־בָ֥א שָׁא֖וּל אֶל־נָכֽוֹן׃
5 וַיָּ֣קָם דָּוִ֗ד וַיָּבֹא֙ אֶל־הַמָּק֗וֹם אֲשֶׁ֤ר שָׁם֙ שָׁא֣וּל חֹנֶ֔ה וַיַּ֤רְא דָּוִד֙ אֶת־הַמָּק֔וֹם אֲשֶׁ֣ר שָׁא֥וּל שֹׁכֵ֖ב וְאַבְנֵ֣ר בֶּן־נֵ֣ר שַׂר־צְבָא֑וֹ וְשָׁא֣וּל שֹׁכֵב֙ בַּמַּעְגָּ֔ל וְהָעָ֖ם חֹנִ֥ים סְבִיבֹתָֽיו׃
6 וַיַּ֣עַן דָּוִ֗ד וַיֹּ֙אמֶר֙ אֶל־אֲחִימֶ֣לֶךְ הַחִתִּ֔י וְאֶל־אֲבִישַׁ֤י בֶּן־צְרוּיָה֙ אֲחִ֣י יוֹאָ֔ב לֵאמֹ֑ר מִֽי־יֵרֵ֤ד אִתִּי֙ אֶל־שָׁא֔וּל אֶל־הַֽמַּחֲנֶ֑ה וַיֹּ֣אמֶר אֲבִישַׁ֔י אֲנִ֖י אֵרֵ֥ד עִמָּֽךְ׃
7 וַיָּבֹ֣א דָוִד֩ וַאֲבִישַׁ֨י אֶל־הָעָ֜ם לַ֗יְלָה וְהִנֵּ֣ה שָׁא֣וּל שֹׁכֵב֩ וְיָשֵׁ֨ן בַּמַּעְגָּ֜ל וַחֲנִית֤וֹ מְתֻקָּ֙עַת֙ בָּאָ֔רֶץ מְרַאֲשֹׁתָ֑יו וְאַבְנֵר֙ וְהָעָ֔ם שֹׁכְבִ֖ים סְבִיבֹתָֽיו׃
8 וַיֹּ֨אמֶר אֲבִישַׁ֣י אֶל־דָּוִד֮ סִגַּר֩ אֱלֹהִ֨ים הַיּ֜וֹם אֶת־אֹיִבְךָ֣ בְיָדֶ֗ךָ וְעַתָּה֙ אַכֶּ֤נּוּ נָא֙ בַּחֲנִ֣ית וּבָאָ֔רֶץ פַּ֥עַם אַחַ֖ת וְלֹ֥א אֶשְׁנֶה־לּֽוֹ׃
9 וַיֹּ֤אמֶר דָּוִד֙ אֶל־אֲבִישַׁ֔י אַל־תַּשְׁחִיתֵ֖הוּ כִּ֣י מִ֤י שָׁלַח֙ יָד֣וֹ בִּמְשִׁ֣יחַ יְהוָ֔ה וְנִקָּ֖ה׃
10 וַיֹּ֣אמֶר דָּוִ֗ד חַי־יְהוָה֙ כִּ֣י אִם־יְהוָה֮ יִגְּפֶנּוּ֒ א֚וֹ יוֹמ֣וֹ יָבֹ֔א וָמֵ֖ת אֽוֹ־בַמִּלְחָמָ֥ה יֵרֵ֖ד וְנִסְפָּֽה׃
11 חָלִ֤ילָה לִּי֙ מֵיְהוָ֔ה מִשְּׁלֹ֥חַ יָדִ֖י בִּמְשִׁ֣יחַ יְהוָ֑ה וְעַתָּ֗ה קַח־נָ֤א אֶת־הַחֲנִית֙ אֲשֶׁ֣ר מְרַאֲשֹׁתָ֔יו וְאֶת־צַפַּ֥חַת הַמַּ֖יִם וְנֵלְכָה־לָּֽנוּ׃
12 וַיִּקַּ֨ח דָּוִ֜ד אֶת־הַחֲנִ֣ית וְאֶת־צַפַּ֤חַת הַמַּ֙יִם֙ מֵרַאֲשֹׁתֵ֣י שָׁא֔וּל וַיֵּלְכ֖וּ לָהֶ֑ם וְאֵ֨ין רֹאֶ֜ה וְאֵין־יוֹדֵ֗עַ וְאֵין֙ מֵקִ֔יץ כִּ֤י כֻלָּם֙ יְשֵׁנִ֔ים כִּ֚י תַּרְדֵּמַ֣ת יְהוָ֔ה נָֽפְלָ֖ה עֲלֵיהֶֽם׃
13 וַיַּעֲבֹ֥ר דָּוִ֖ד עֵ֣בֶר הַלָּ֑ל וַיַּעֲמֹד֙ עַל־רֹ֣אשׁ הָהָ֔ר מֵרָחֹ֖ק דּוֹלֶ֥ק הַמָּקֽוֹם׃
14 וַיִּקְרָ֤א דָוִד֙ אֶל־הָעָ֔ם וְאֶל־אַבְנֵ֥ר בֶּן־נֵ֖ר לֵאמֹ֑ר הֲל֥וֹא תַעֲנֶ֖ה אַבְנֵֽר׃ וַיַּ֣עַן אַבְנֵ֔ר וַיֹּ֕אמֶר מִֽי אַתָּ֕ה קָרָ֖אתָ אֶל־הַמֶּֽלֶךְ׃
15 וַיֹּ֨אמֶר דָּוִ֜ד אֶל־אַבְנֵ֗ר הֲלֽוֹא־אִישׁ֙ אַ֣תָּה וּמִ֣י כָמֹ֗כָה בְּיִשְׂרָאֵל֙ וְלָמָה֙ לֹ֣א שָׁמַרְתָּ֔ אֶל־אֲדֹנֶ֖יךָ הַמֶּ֑לֶךְ כִּֽי־בָא֙ אַחַ֣ד הָעָ֔ם לְהַשְׁחִ֖ית אֶת־הַמֶּ֥לֶךְ אֲדֹנֶֽיךָ׃
16 לֹא־ט֤וֹב הַדָּבָר֙ הַזֶּ֔ה אֲשֶׁ֥ר עָשִׂ֖יתָ חַי־יְהוָ֑ה כִּ֣י בְנֵי־מָ֤וֶת אַתֶּם֙ אֲשֶׁ֣ר לֹא־שְׁמַרְתֶּ֔ם עַל־אֲדֹנֵיכֶ֖ם עַל־מְשִׁ֣יחַ יְהוָ֑ה וְעַתָּה֙ רְאֵ֣ה אֵיפֹ֔ה חֲנִ֣ית הַמֶּ֔לֶךְ וְאֶת־צַפַּ֥חַת הַמַּ֖יִם אֲשֶׁ֥ר מְרַאֲשֹׁתָֽיו׃
17 וַיַּכֵּ֤ר שָׁאוּל֙ אֶת־ק֣וֹל דָּוִ֔ד וַיֹּ֖אמֶר הֲקֽוֹלְךָ֣ זֶ֑ה בְּנִ֣י דָוִ֔ד וַיֹּ֣אמֶר דָּוִ֔ד קוֹלִ֥י אֲדֹנִ֖י הַמֶּֽלֶךְ׃
18 וַיֹּאמַ֗ר לָ֚מָּה זֶּה֙ אֲדֹנִ֣י רֹדֵ֣ף אַחֲרֵי֙ עַבְדּ֔וֹ כִּ֥י מֶֽה־עָשִׂ֖יתִי וּמַה־בְּיָדִ֖י רָעָֽה׃
19 וְעַתָּ֗ה יִֽשְׁמַֽע־נָא֙ אֲדֹנִ֣י הַמֶּ֔לֶךְ אֵ֖ת דִּבְרֵ֣י עַבְדּ֑וֹ אִם־יְהוָ֞ה הֱסִֽיתְךָ֥ בִּי֙ יָשַׁ֣ח מִנְחָ֔ה וְאִם־בְּנֵ֣י אָדָ֔ם אֲרוּרִ֥ים הֵ֙מָּה֙ לִפְנֵ֣י יְהוָ֔ה כִּֽי־גֵרְשׁ֣וּנִי הַיּ֗וֹם מֵהִסְתַּפֵּ֛חַ בְּנַחֲלַ֥ת יְהוָ֖ה לֵאמֹ֣ר לֵ֛ךְ עֲבֹ֥ד אֱלֹהִ֖ים אֲחֵרִֽים׃
20 וְעַתָּ֗ה אַל־תִּפֹּ֤ל דָּמִי֙ אַ֔רְצָה מִנֶּ֖גֶד פְּנֵ֣י יְהוָ֑ה כִּ֣י מֶלֶךְ־יִשְׂרָאֵ֗ל יָצָא֙ לְבַקֵּ֤שׁ אֶת־פַּרְעֹשׁ֙ אֶחָ֔ד כַּאֲשֶׁ֥ר יִרְדֹּף֙ הַקֹּרֵ֔א בֶּהָרִֽים׃
21 וַיֹּ֣אמֶר שָׁא֣וּל חָטָ֗אתִי שׁוּב֩ בְּנִ֨י דָוִד֙ כִּ֣י לֹֽא־אֶרַ֤ע לְךָ֙ ע֔וֹד תַּ֕חַת אֲשֶׁ֨ר יָֽקְרָ֥ה נַפְשִׁ֛י בְּעֵינֶ֖יךָ הַיּ֣וֹם הַזֶּ֑ה הִנֵּ֥ה הִסְכַּ֛לְתִּי וָאֶשְׁגֶּ֥ה הַרְבֵּֽה׃
22 וַיַּ֤עַן דָּוִד֙ וַיֹּ֔אמֶר הִנֵּ֖ה חֲנִ֣ית הַמֶּ֑לֶךְ וְיַעֲבֹ֥ר אֶחָ֛ד מֵהַנְּעָרִ֖ים וְיִקָּחֶֽהָ׃
23 וֽיהוה יָשִׁ֤יב לָאִישׁ֙ אֶת־צִדְקָת֣וֹ וְאֶת־אֱמֻנָת֔וֹ אֲשֶׁר֩ נְתָנְךָ֨ יְהוָ֤ה׀ הַיּוֹם֙ בְּיָדִ֔י וְלֹ֥א אָבֵ֖יתִי לִשְׁלֹ֥חַ יָדִ֖י בִּמְשִׁ֥יחַ יְהוָֽה׃
24 וְהִנֵּ֗ה כַּאֲשֶׁ֤ר גָּֽדְלָה֙ נַפְשְׁךָ֣ הַיּוֹם֙ בְּעֵינַ֔י כֵּן֙ תִּגְדַּ֣ל נַפְשִׁ֔י בְּעֵינֵ֥י יְהוָ֖ה וְיַצִּלֵ֥נִי מִכָּל־צָרָֽה׃
25 וַיֹּ֤אמֶר שָׁאוּל֙ אֶל־דָּוִ֔ד בָּר֥וּךְ אַתָּ֖ה בְּנִ֣י דָוִ֑ד גַּ֣ם עָשֹׂ֤ה תַעֲשֶׂה֙ וְגַ֣ם יָכֹ֣ל תּוּכָ֔ל וַיֵּ֥לֶךְ דָּוִ֖ד לְדַרְכּ֑וֹ וְשָׁא֙וּל֙ שָׁ֣ב לִמְקוֹמֽוֹ׃
Capítulo 27
David en Gat con Aquis
LBLA
1 Entonces David se dijo: Ahora bien, algún día de estos pereceré por la mano de Saúl. Lo mejor para mí es huir a la tierra de los filisteos. Así Saúl se cansará de buscarme en todo el territorio de Israel, y escaparé de su mano.
2 Se levantó, pues, David y cruzó con los seiscientos hombres que estaban con él a Aquis, hijo de Maoc, rey de Gat.
3 Y moró David con Aquis en Gat, él y sus hombres, cada hombre con su familia, y David con sus dos mujeres, Ahinoam la jezreelita, y Abigail la carmelita, la viuda de Nabal.
4 Cuando se le informó a Saúl que David había huido a Gat, dejó de buscarlo.
5 Entonces David dijo a Aquis: Si he hallado gracia ante tus ojos, que me den un lugar en una de las ciudades del campo, para que habite allí; pues, ¿por qué ha de morar tu siervo contigo en la ciudad real?
6 Y Aquis le dio Siclag aquel día; por lo cual Siclag ha pertenecido a los reyes de Judá hasta hoy.
7 El número de los días que David habitó en la tierra de los filisteos fue de un año y cuatro meses.
8 Y David y sus hombres subieron y hicieron incursiones contra los gesuritas, los girzitas y los amalecitas; porque ellos eran los habitantes de la tierra desde la antigüedad, según se va a Shur, hasta la tierra de Egipto.
9 David asolaba la tierra, y no dejaba con vida hombre ni mujer, y se llevaba las ovejas, el ganado, los asnos, los camellos y la ropa. Entonces regresaba y venía a Aquis.
10 Cuando Aquis le preguntaba: ¿Dónde hiciste una incursión hoy? David respondía: Contra el Neguev de Judá, o contra el Neguev de Jerameel, o contra el Neguev de los ceneos.
11 David no dejaba con vida hombre ni mujer para traer a Gat, diciendo: No sea que nos descubran, diciendo: "Así ha hecho David." Tal era su costumbre todo el tiempo que habitó en la tierra de los filisteos.
12 Y Aquis confió en David, diciendo: En verdad se ha hecho muy odioso a su pueblo Israel; por tanto, será mi siervo para siempre.
WLC
1 וַיֹּ֤אמֶר דָּוִד֙ אֶל־לִבּ֔וֹ עַתָּ֗ה אֶסָּפֶה֙ י֣וֹם אֶחָ֔ד בְּיַ֖ד שָׁא֑וּל אֵֽין־לִ֤י טוֹבָה֙ כִּ֣י אִם־הִמָּלֵ֣ט אִמָּלֵ֔ט אֶל־אֶ֥רֶץ פְּלִשְׁתִּ֖ים וְנוֹאַ֤שׁ מִמֶּ֙נִּי֙ שָׁא֔וּל לְבַקְשֵׁ֥נִי ע֖וֹד בְּכָל־גְּב֣וּל יִשְׂרָאֵ֑ל וְנִמְלַטְתִּ֖י מִיָּדֽוֹ׃
2 וַיָּ֣קָם דָּוִ֗ד וַיַּעֲבֹ֤ר הֽוּא־וְשֵׁשׁ־מֵא֥וֹת אִישׁ֙ אֲשֶׁ֣ר עִמּ֔וֹ אֶל־אָכִ֥ישׁ בֶּן־מָע֖וֹךְ מֶ֥לֶךְ גַּֽת׃
3 וַיֵּ֨שֶׁב דָּוִ֥ד עִם־אָכִ֛ישׁ בְּגַ֖ת ה֣וּא וַאֲנָשָׁ֑יו אִ֣ישׁ וּבֵיתוֹ וְדָוִד֙ וּשְׁתֵּ֣י נָשָׁ֔יו אֲחִינֹ֙עַם֙ הַיִּזְרְעֵלִ֔ית וַאֲבִיגַ֧יִל אֵֽשֶׁת־נָבָ֛ל הַכַּרְמְלִ֖ית׃
4 וַיֻּגַּ֥ד לְשָׁא֖וּל כִּֽי־בָרַ֣ח דָּוִ֑ד גַּתָּה֙ וְלֹא־יָסַ֥ף ע֖וֹד לְבַקְשֽׁוֹ׃
5 וַיֹּ֨אמֶר דָּוִ֜ד אֶל־אָכִ֗ישׁ אִם־נָא֩ מָצָ֨אתִי חֵ֤ן בְּעֵינֶ֙יךָ֙ יִתְּנוּ־לִ֣י מָק֗וֹם בְּאַחַת֙ מֵעָרֵ֣י הַשָּׂדֶ֔ה וְאֵֽשְׁבָה־שָּׁ֑ם וְלָ֤מָּה יֵשֵׁב֙ עַבְדְּךָ֔ בְּעִיר־הַמַּמְלָכָ֖ה עִמָּֽךְ׃
6 וַיִּתֶּן־ל֤וֹ אָכִישׁ֙ בַּיּ֣וֹם הַה֔וּא אֶת־צִֽקְלָ֑ג לָכֵן֙ הָיְתָ֣ה צִֽקְלַ֔ג לְמַלְכֵ֥י יְהוּדָ֖ה עַד־הַיּ֥וֹם הַזֶּֽה׃
7 וַיְהִ֣י מִסְפַּ֣ר הַיָּמִ֗ים אֲשֶׁר־יָשַׁ֤ב דָּוִד֙ בִּשְׂדֵ֣ה פְלִשְׁתִּ֔ים יָמִ֖ים וְאַרְבַּעָ֥ה חֳדָשִֽׁים׃
8 וַיַּ֣עַל דָּוִד֩ וַאֲנָשָׁ֨יו וַיִּפְשְׁט֜וּ אֶל־הַגְּשׁוּרִ֤י וְהַגִּרְזִי֙ וְהָֽעֲמָ֣לֵקִ֔י כִּי־הֵ֣נָּה יֹשְׁב֣וֹת הָאָ֗רֶץ אֲשֶׁ֤ר מֵעוֹלָם֙ בּוֹאֲךָ֣ שׁ֔וּר וְעַד־אֶ֖רֶץ מִצְרָֽיִם׃
9 וְהִכָּה֩ דָוִ֨ד אֶת־הָאָ֜רֶץ וְלֹא־יְחַיֶּ֨ה אִ֣ישׁ וְאִשָּׁ֗ה וְלָקַ֨ח צֹ֤אן וּבָקָר֙ וַחֲמֹרִ֣ים וּגְמַלִּ֔ים וּבְגָדִ֖ים וַיָּשֹׁ֥ב וַיָּבֹ֖א אֶל־אָכִֽישׁ׃
10 וַיֹּ֤אמֶר אָכִישׁ֙ אָ֣לֶה פְשַׁטְתֶּ֣ם הַיּ֔וֹם וַיֹּ֣אמֶר דָּוִ֔ד עַל־נֶ֥גֶב יְהוּדָ֖ה וְעַל־נֶ֣גֶב הַיְּרַחְמְאֵלִ֑י וְאֶל־נֶ֖גֶב הַקֵּינִֽי׃
11 וְאִ֣ישׁ וְאִשָּׁ֗ה לֹֽא־יְחַיֶּ֤ה דָוִד֙ לְהָבִיא֙ גַּ֔ת לֵאמֹ֖ר פֶּן־יַגִּ֣דוּ עָלֵ֑ינוּ לֵאמֹ֗ר כֹּ֤ה עָשָׂה֙ דָּוִ֔ד וְכֵ֣ן מִשְׁפָּט֔וֹ כָּל־הַיָּמִ֖ים אֲשֶׁר־יָשַׁ֥ב בִּשְׂדֵֽה פְלִשְׁתִּֽים׃
12 וַיַּאֲמֵן֙ אָכִ֔ישׁ בְּדָוִ֖ד לֵאמֹ֑ר הַבְאֵ֤שׁ הִבְאִישׁ֙ בְּעַמּ֣וֹ בְיִשְׂרָאֵ֔ל וְהָיָ֥ה לִ֖י לְעֶ֥בֶד עוֹלָֽם׃
Capítulo 28
Saúl y la adivina de Endor
LBLA
1 Aconteció en aquellos días que los filisteos reunieron sus ejércitos para la guerra, a fin de pelear contra Israel. Y Aquis dijo a David: Ciertamente debes saber que tú y tus hombres saldrán a la batalla conmigo.
2 Y David respondió a Aquis: Muy bien, tú sabrás lo que tu siervo puede hacer. Entonces Aquis dijo a David: Muy bien, te haré mi guarda personal para siempre.
3 Samuel había muerto, y todo Israel lo había lamentado, y lo habían sepultado en Ramá, su ciudad. Y Saúl había echado de la tierra a los médium y a los espiritistas.
4 Los filisteos se reunieron y fueron y acamparon en Sunem; y Saúl reunió a todo Israel y acamparon en Gilboa.
5 Cuando Saúl vio el campamento de los filisteos, tuvo miedo y su corazón se turbó en gran manera.
6 Y Saúl consultó al SEÑOR, pero el SEÑOR no le respondió ni por sueños, ni por Urim, ni por profetas.
7 Entonces Saúl dijo a sus siervos: Buscadme una mujer que sea médium para ir a consultarla. Y sus siervos le dijeron: He aquí, hay una mujer en Endor que es médium.
8 Saúl se disfrazó, se puso otras ropas y fue con dos hombres; llegaron a la mujer de noche, y él dijo: Te ruego que me evoques un espíritu y me hagas subir a quien yo te diga.
9 Pero la mujer le dijo: Mira, tú sabes lo que Saúl ha hecho, cómo ha exterminado de la tierra a los médium y espiritistas. ¿Por qué, pues, pones una trampa para mi vida a fin de causarme la muerte?
10 Y Saúl le juró por el SEÑOR, diciendo: Vive el SEÑOR que ningún castigo vendrá sobre ti por esto.
11 Entonces la mujer dijo: ¿A quién quieres que te evoque? Y él respondió: Evócame a Samuel.
12 Y cuando la mujer vio a Samuel, gritó a gran voz; y la mujer le habló a Saúl, diciendo: ¿Por qué me has engañado? ¡Tú eres Saúl!
13 El rey le dijo: No temas; ¿qué ves? Y la mujer dijo a Saúl: Veo un ser divino subiendo de la tierra.
14 Y él le dijo: ¿Qué forma tiene? Y ella respondió: Es un anciano que sube, y está envuelto en un manto. Y Saúl supo que era Samuel, e inclinándose rostro en tierra, se postró.
15 Entonces Samuel dijo a Saúl: ¿Por qué me has turbado haciéndome subir? Y Saúl respondió: Estoy muy angustiado, porque los filisteos están peleando contra mí, y Dios se ha apartado de mí y ya no me responde ni por profetas ni por sueños; por eso te he llamado para que me digas lo que debo hacer.
16 Y Samuel dijo: ¿Por qué, pues, me preguntas a mí, si el SEÑOR se ha apartado de ti y se ha hecho tu enemigo?
17 El SEÑOR ha hecho contigo tal como habló por medio de mí; pues el SEÑOR ha arrancado el reino de tu mano y se lo ha dado a tu compañero, a David.
18 Porque tú no obedeciste la voz del SEÑOR, ni ejecutaste su gran ira contra Amalec, por eso el SEÑOR te ha hecho esto hoy.
19 Además, el SEÑOR entregará a Israel contigo en manos de los filisteos; y mañana, tú y tus hijos estaréis conmigo; ciertamente el SEÑOR entregará el ejército de Israel en manos de los filisteos.
20 Al instante Saúl cayó a tierra cuanto era su estatura, y tuvo gran temor a causa de las palabras de Samuel; además, no le quedaban fuerzas, porque no había comido en todo el día ni en toda la noche.
21 Entonces la mujer se acercó a Saúl, y viendo que estaba muy turbado, le dijo: He aquí, tu sierva te ha escuchado, y he puesto mi vida en mis manos y he escuchado las palabras que me hablaste.
22 Ahora pues, te ruego que también tú escuches la voz de tu sierva, y permíteme poner delante de ti un bocado de pan para que comas y tengas fuerzas cuando sigas tu camino.
23 Pero él rehusó y dijo: No comeré. Sin embargo, sus siervos junto con la mujer le insistieron, y él los escuchó. Se levantó, pues, del suelo y se sentó en la cama.
24 La mujer tenía en la casa un ternero engordado, y se apresuró a matarlo; y tomó harina, la amasó y coció con ella tortas de pan sin levadura.
25 Y lo puso delante de Saúl y de sus siervos, y comieron. Luego se levantaron y se fueron aquella misma noche.
WLC
1 וַיְהִ֣י בַיָּמִ֣ים הָהֵ֗ם וַיִּקְבְּצ֤וּ פְלִשְׁתִּים֙ אֶת־מַחֲנֵיהֶ֔ם לַצָּבָ֖א לְהִלָּחֵ֣ם בְּיִשְׂרָאֵ֑ל וַיֹּ֤אמֶר אָכִישׁ֙ אֶל־דָּוִ֔ד יָדֹ֥עַ תֵּדַ֛ע כִּֽי־אִתִּ֥י תֵצֵא֙ בַּמַּחֲנֶ֔ה אַתָּ֖ה וַאֲנָשֶֽׁיךָ׃
2 וַיֹּ֤אמֶר דָּוִד֙ אֶל־אָכִ֔ישׁ לָכֵן֙ אַתָּ֣ה תֵדַ֔ע אֵ֥ת אֲשֶׁר־יַעֲשֶׂ֖ה עַבְדֶּ֑ךָ וַיֹּ֤אמֶר אָכִישׁ֙ אֶל־דָּוִ֔ד לָכֵן֙ שֹׁמֵ֤ר לְרֹאשִׁי֙ אֲשִֽׂימְךָ֖ כָּל־הַיָּמִֽים׃
3 וּשְׁמוּאֵל֙ מֵ֔ת וַיִּסְפְּד֣וּ לוֹ כָל־יִשְׂרָאֵ֔ל וַיִּקְבְּרֻ֥הוּ בָרָמָ֖ה וּבְעִיר֑וֹ וְשָׁא֗וּל הֵסִ֛יר הָאֹב֥וֹת וְאֶת־הַיִּדְּעֹנִ֖ים מֵהָאָֽרֶץ׃
4 וַיִּֽקָּבְצ֤וּ פְלִשְׁתִּים֙ וַיָּבֹ֣אוּ וַיַּחֲנ֣וּ בְשׁוּנֵ֔ם וַיִּקְבֹּ֥ץ שָׁא֛וּל אֶת־כָּל־יִשְׂרָאֵ֖ל וַיַּחֲנ֥וּ בַּגִּלְבֹּֽעַ׃
5 וַיַּ֤רְא שָׁאוּל֙ אֶת־מַחֲנֵ֣ה פְלִשְׁתִּ֔ים וַיִּרָ֖א וַיֶּחֱרַ֥ד לִבּ֖וֹ מְאֹֽד׃
6 וַיִּשְׁאַ֤ל שָׁאוּל֙ בַּֽיהוָ֔ה וְלֹ֤א עָנָ֙הוּ֙ יְהוָ֔ה גַּ֧ם בַּחֲלֹמ֛וֹת גַּם־בָּאוּרִ֖ים וְגַ֥ם בַּנְּבִאִֽים׃
7 וַיֹּאמֶר֩ שָׁא֨וּל לַעֲבָדָ֜יו בַּקְּשׁוּ־לִּ֣י אֵֽשֶׁת־בַּֽעֲלַת־א֗וֹב וְאֵֽלְכָ֣ה אֵלֶהָ֮ וְאֶדְרְשָׁה־בָּהּ֒ וַיֹּאמְר֣וּ עֲבָדָ֔יו אֵלָ֕יו הִנֵּ֥ה אֵֽשֶׁת־בַּֽעֲלַת־א֖וֹב בְּעֵ֥ין דּֽוֹר׃
8 וַיִּתְחַפֵּשׂ֙ שָׁא֔וּל וַיִּלְבַּ֖שׁ בְּגָדִ֣ים אֲחֵרִ֑ים וַיֵּ֣לֶךְ ה֗וּא וּשְׁנֵ֤י אֲנָשִׁים֙ עִמּ֔וֹ וַיָּבֹאוּ֙ אֶל־הָאִשָּׁ֣ה לַ֔יְלָה וַיֹּ֕אמֶר קסומי־נָ֥א לִ֖י בָּא֣וֹב וְהַֽעֲלִי־לִ֔י אֵ֥ת אֲשֶׁר־אֹמַ֖ר אֵלָֽיִךְ׃
9 וַתֹּאמֶר֩ הָאִשָּׁ֨ה אֵלָ֜יו הִנֵּ֣ה אַתָּה֩ יָדַ֗עְתָּ אֵ֤ת אֲשֶׁר־עָשָׂה֙ שָׁא֔וּל אֲשֶׁ֣ר הִכְרִ֔ית אֶת־הָאֹב֥וֹת וְאֶת־הַיִּדְּעֹנִ֖י מִן־הָאָ֑רֶץ וְלָמָה֙ אַתָּה֙ מִתְנַקֵּ֣שׁ בְּנַפְשִׁ֔י לְהַמִיתֵֽנִי׃
10 וַיִּשָּׁבַ֤ע לָהּ֙ שָׁא֔וּל בַּיהוָ֖ה לֵאמֹ֑ר חַי־יְהוָ֗ה אִם־יִקְּרֵ֥ךְ עָוֺ֖ן בַּדָּבָ֥ר הַזֶּֽה׃
11 וַתֹּ֙אמֶר֙ הָאִשָּׁ֔ה אֶת־מִ֖י אַעֲלֶה־לָּ֑ךְ וַיֹּ֕אמֶר אֶת־שְׁמוּאֵ֖ל הַעֲלִי־לִֽי׃
12 וַתֵּ֨רֶא הָאִשָּׁ֜ה אֶת־שְׁמוּאֵ֗ל וַתִּזְעַק֙ בְּק֣וֹל גָּד֔וֹל וַתְּדַבֵּ֤ר הָאִשָּׁה֙ אֶל־שָׁא֣וּל לֵאמֹ֔ר לָ֥מָּה רִמִּיתָ֖נִי וְאַתָּ֥ה שָׁאֽוּל׃
13 וַיֹּאמֶר֩ לָ֨הּ הַמֶּ֜לֶךְ אַל־תִּֽירְאִ֗י מַה־רָּאִית֙ וַתֹּ֣אמֶר הָאִשָּׁה֙ אֶל־שָׁא֔וּל אֱלֹהִ֖ים רָאִ֥יתִי עֹלִ֖ים מִן־הָאָֽרֶץ׃
14 וַיֹּ֤אמֶר לָהּ֙ מַה־תָּאֳר֔וֹ וַתֹּ֙אמֶר֙ אִ֣ישׁ זָקֵן֙ עֹלֶ֔ה וְה֥וּא עֹטֶ֖ה מְעִ֑יל וַיֵּ֤דַע שָׁאוּל֙ כִּֽי־שְׁמוּאֵ֣ל ה֔וּא וַיִּקֹּ֥ד אַפַּ֛יִם אַ֖רְצָה וַיִּשְׁתָּֽחוּ׃
15 וַיֹּ֨אמֶר שְׁמוּאֵ֜ל אֶל־שָׁא֗וּל לָ֤מָּה הִרְגַּזְתַּ֙נִי֙ לְהַעֲל֣וֹת אֹתִ֔י וַיֹּ֣אמֶר שָׁא֗וּל צַר־לִ֤י מְאֹד֙ וּפְלִשְׁתִּים֙ נִלְחָמִ֣ים בִּ֔י וֵאלֹהִ֖ים סָ֣ר מֵעָלַ֑י וְלֹֽא־עָנָ֤נִי עוֹד֙ גַּ֣ם בַּנְּבִאִ֔ים גַּם־בַּחֲלֹמ֔וֹת וָאֶקְרָאֶ֣ה לְךָ֔ לְהוֹדִיעֵ֥נִי מָֽה אֶעֱשֶֽׂה׃
16 וַיֹּ֤אמֶר שְׁמוּאֵל֙ וְלָ֣מָּה תִשְׁאָלֵ֔נִי וַֽיהוָה֙ סָ֣ר מֵעָלֶ֔יךָ וַיְהִ֥י עָרֶ֖ךָ׃
17 וַיַּ֤עַשׂ יְהוָה֙ ל֔וֹ כַּאֲשֶׁ֥ר דִּבֶּ֖ר בְּיָדִ֑י וַיִּקְרַ֨ע יְהוָ֤ה אֶת־הַמַּמְלָכָה֙ מִיָּדֶ֔ךָ וַיִּתְּנָ֖הּ לְרֵֽעֲךָ֥ לְדָוִֽד׃
18 כַּאֲשֶׁר֙ לֹא־שָׁמַ֣עְתָּ בְּק֣וֹל יְהוָ֔ה וְלֹא־עָשִׂ֥יתָ חֲר֛וֹן אַפּ֖וֹ בַּעֲמָלֵ֑ק עַל־כֵּן֙ הַדָּבָ֣ר הַזֶּ֔ה עָשָׂ֥ה לְךָ֖ יְהוָ֥ה הַיּֽוֹם׃
19 וְיִתֵּ֨ן יְהוָ֜ה גַּ֤ם אֶת־יִשְׂרָאֵל֙ עִמְּךָ֔ בְּיַ֖ד פְּלִשְׁתִּ֑ים וּמָחָ֗ר אַתָּה֙ וּבָנֶ֔יךָ עִמִּ֑י גַּ֚ם אֶת־מַחֲנֵ֣ה יִשְׂרָאֵ֔ל יִתֵּ֥ן יְהוָ֖ה בְּיַד־פְּלִשְׁתִּֽים׃
20 וַיְמַהֵ֣ר שָׁא֗וּל וַיִּפֹּ֤ל מְלֹא־קוֹמָתוֹ֙ אַ֔רְצָה וַיִּרָ֣א מְאֹ֔ד מִדִּבְרֵ֖י שְׁמוּאֵ֑ל גַּם־כֹּ֙חַ֙ לֹא־הָ֣יָה ב֔וֹ כִּ֣י לֹ֤א אָכַל֙ לֶ֔חֶם כָּל־הַיּ֥וֹם וְכָל־הַלָּֽיְלָה׃
21 וַתָּבֹ֣א הָאִשָּׁה֩ אֶל־שָׁא֨וּל וַתֵּ֜רֶא כִּֽי־נִבְהַ֥ל מְאֹד֙ וַתֹּ֣אמֶר אֵלָ֗יו הִנֵּה֙ שָׁמְעָ֣ה שִׁפְחָתְךָ֣ בְקֹלֶ֔ךָ וָאָשִׂ֣ים נַפְשִׁי֙ בְּכַפִּ֔י וָאֶשְׁמַ֖ע אֶת־דְּבָרֶ֥יךָ אֲשֶׁר־דִּבַּ֥רְתָּ אֵלָֽי׃
22 וְעַתָּה֙ שְׁמַֽע־נָא֙ גַּם־אַ֣תָּה בְּק֣וֹל שִׁפְחָתֶ֔ךָ וְאָשִׂ֣ימָה לְפָנֶ֔יךָ פַּת־לֶ֖חֶם וֶאֱכ֑וֹל וְיִֽהְיֶה־בְךָ֥ כֹ֖חַ כִּֽי־תֵלֵ֥ךְ בַּדָּֽרֶךְ׃
23 וַיְמָאֵר֙ וַיֹּ֣אמֶר לֹ֣א אֹכַ֑ל וַיִּפְצְרוּ־ב֣וֹ עֲבָדָ֗יו וְגַם־הָֽאִשָּׁה֙ וַיִּשְׁמַ֣ע לְקֹלָ֔ם וַיָּ֤קָם מֵֽהָאָ֙רֶץ֙ וַיֵּ֣שֶׁב אֶל־הַמִּטָּֽה׃
24 וְלָאִשָּׁה֙ יֶש־עֵ֣גֶל מַרְבֵּ֔ק בַּבַּ֖יִת וַתְּמַהֵ֣ר וַתִּשְׁחָטֵ֑הוּ וַתִּקַּח־קֶ֣מַח וַתָּ֔לָשׁ וַתֹּפֵ֖הוּ מַצּֽוֹת׃
25 וַתַּגֵּ֞שׁ לִפְנֵֽי־שָׁא֣וּל וְלִפְנֵי־עֲבָדָ֗יו וַיֹּֽאכֵלוּ֙ וַיָּקֻ֣מוּ וַיֵּלְכ֔וּ בַּלַּ֖יְלָה הַהֽוּא׃
Capítulo 29
Los filisteos despiden a David
LBLA
1 Los filisteos reunieron todas sus tropas en Afec, mientras que Israel acampó junto a la fuente que está en Jezreel.
2 Y los príncipes de los filisteos iban avanzando por cientos y por miles, y David y sus hombres avanzaban con Aquis en la retaguardia.
3 Entonces los príncipes de los filisteos dijeron: ¿Qué hacen aquí estos hebreos? Y Aquis respondió a los príncipes de los filisteos: ¿No es éste David, el siervo de Saúl, rey de Israel, que ha estado conmigo estos días o más bien estos años, y no he hallado ninguna falta en él desde el día en que se pasó a mí hasta hoy?
4 Pero los príncipes de los filisteos se enojaron con él, y los príncipes de los filisteos le dijeron: Haz que este hombre regrese, para que vuelva al lugar que le asignaste, y no descienda con nosotros a la batalla, no sea que en la batalla se convierta en adversario nuestro. Porque ¿con qué podría reconciliarse éste con su señor sino con las cabezas de estos hombres?
5 ¿No es éste David, de quien cantaban en las danzas, diciendo: "Saúl ha matado a sus miles, y David a sus diez miles"?
6 Aquis llamó a David y le dijo: Vive el SEÑOR, que tú has sido recto y tu salir y tu entrar conmigo en el ejército me han sido agradables, pues no he hallado mal en ti desde el día en que viniste a mí hasta hoy; sin embargo, a los ojos de los príncipes no eres aceptable.
7 Ahora pues, vuelve y vete en paz, para que no desagrades a los príncipes de los filisteos.
8 Pero David dijo a Aquis: ¿Qué he hecho? ¿Y qué has hallado en tu siervo desde el día en que estuve contigo hasta hoy, para que no vaya y pelee contra los enemigos de mi señor el rey?
9 Respondió Aquis a David y dijo: Yo sé que eres grato a mis ojos, como un ángel de Dios; sin embargo, los príncipes de los filisteos han dicho: "No debe subir con nosotros a la batalla."
10 Ahora pues, levántate muy de mañana con los siervos de tu señor que han venido contigo, y tan pronto como hayáis amanecido y tengáis luz, partid.
11 Se levantaron, pues, David y sus hombres muy de mañana y partieron para volver a la tierra de los filisteos. Y los filisteos subieron a Jezreel.
WLC
1 וַיִּקְבְּצ֤וּ פְלִשְׁתִּים֙ אֶת־כָּל־מַחֲנֵיהֶ֔ם אֲפֵ֖קָה וְיִשְׂרָאֵ֑ל חֹנִים֙ עַל־הָעַ֔יִן אֲשֶׁ֖ר בְּיִזְרְעֶֽאל׃
2 וְסַרְנֵ֣י פְלִשְׁתִּ֔ים עֹבְרִ֥ים לְמֵא֖וֹת וְלַאֲלָפִ֑ים וְדָוִ֣ד וַאֲנָשָׁ֗יו עֹֽבְרִים֙ בָּאַחֲרֹנָ֔ה עִם־אָכִֽישׁ׃
3 וַיֹּאמְר֣וּ שָׂרֵי֩ פְלִשְׁתִּ֨ים מָ֜ה הָעִבְרִ֣ים הָאֵ֗לֶּה וַיֹּ֣אמֶר אָכִ֣ישׁ אֶל־שָׂרֵ֣י פְלִשְׁתִּים֮ הֲלֹא־זֶ֣ה דָוִד֒ עֶ֣בֶד שָׁא֣וּל מֶֽלֶךְ־יִשְׂרָאֵ֗ל אֲשֶׁר־הָיָ֨ה אִתִּ֜י זֶ֚ה יָמִ֣ים אֽוֹ־זֶ֣ה שָׁנִ֔ים וְלֹא־מָצָ֤אתִי בוֹ֙ מְא֔וּמָה מִיּ֥וֹם נָפְל֖וֹ עָד־הַיּ֥וֹם הַזֶּֽה׃
4 וַיִּקְצְפ֤וּ עָלָיו֙ שָׂרֵ֣י פְלִשְׁתִּ֔ים וַיֹּאמְר֤וּ לוֹ֙ שָׂרֵ֣י פְלִשְׁתִּ֔ים הָשֵׁ֥ב אֶת־הָאִ֖ישׁ וְיָשֹׁ֣ב אֶל־מְקוֹמ֗וֹ אֲשֶׁ֨ר הִפְקַדְתּוֹ־שָּׁ֜ם וְלֹֽא־יֵרֵ֤ד עִמָּ֙נוּ֙ בַּמִּלְחָמָ֔ה וְלֹֽא־יִהְיֶה־לָּ֥נוּ לְשָׂטָ֖ן בַּמִּלְחָמָ֑ה וּבַמֶּ֣ה יִתְרַצֶּ֣ה זֶ֗ה אֶל־אֲדֹנָיו֙ הֲל֣וֹא בְּרָאשֵׁם֙ הָאֲנָשִׁ֣ים הָהֵ֔ם׃
5 הֲלֹא־זֶ֣ה דָוִ֔ד אֲשֶׁ֥ר יַעֲנ֖וּ ל֣וֹ בַמְּחֹל֑וֹת לֵאמֹ֗ר הִכָּ֤ה שָׁאוּל֙ באלפו בַּאֲלָפָ֔יו וְדָוִ֖ד בְּרִבְבֹתָֽיו׃
6 וַיִּקְרָ֤א אָכִישׁ֙ אֶל־דָּוִ֔ד וַיֹּ֣אמֶר אֵלָ֔יו חַי־יְהוָ֖ה כִּ֣י יָשָׁ֣ר אַתָּ֗ה וְטוֹב֙ בְּעֵינַי֙ צֵאתְךָ֣ וּבֹאֲךָ֣ אִתִּי֮ בַּמַּחֲנֶה֒ כִּ֣י לֹא־מָצָ֣אתִֽי בְךָֽ רָעָ֗ה מִיּוֹם֙ בֹּאֲךָ֣ אֵלַ֔י עַד־הַיּ֖וֹם הַזֶּ֑ה וְעֵ֣ין סָרְנִ֔ים אֵ֥ין אַתָּ֖ה טֽוֹב׃
7 וְעַתָּה֙ שׁ֣וּב וּבֹ֤א בְשָׁלוֹם֙ וְלֹא־תַעֲשֶׂ֣ה רָ֔ע בְּעֵינֵ֖י סַרְנֵ֥י פְלִשְׁתִּֽים׃
8 וַיֹּ֤אמֶר דָּוִד֙ אֶל־אָכִ֔ישׁ כִּ֣י מֶ֤ה עָשִׂ֙יתִי֙ וּמֶה־מָצָ֣אתָ בְעַבְדְּךָ֔ מִיּוֹם֙ אֲשֶׁ֣ר הָיִ֣יתִי לְפָנֶ֔יךָ עַד־הַיּ֖וֹם הַזֶּ֑ה כִּ֣י לֹ֤א אָבֹא֙ וְנִלְחַמְתִּ֔י בְּאֹיְבֵ֖י אֲדֹנִ֥י הַמֶּֽלֶךְ׃
9 וַיַּ֤עַן אָכִישׁ֙ וַיֹּ֣אמֶר אֶל־דָּוִ֔ד יָדַ֕עְתִּי כִּי־ט֥וֹב אַתָּ֖ה בְּעֵינַ֑י כְּמַלְאַ֣ךְ אֱלֹהִ֔ים אַ֗ךְ שָׂרֵ֤י פְלִשְׁתִּים֙ אָֽמְר֔וּ לֹֽא־יַעֲלֶ֥ה עִמָּ֖נוּ בַּמִּלְחָמָֽה׃
10 וְעַתָּה֙ הַשְׁכֵּ֣ם בַּבֹּ֔קֶר וְעַבְדֵ֥י אֲדֹנֶ֖יךָ אֲשֶׁר־בָּ֣אוּ אִתָּ֑ךְ וְהַשְׁכַּמְתֶּ֣ם בַּבֹּ֔קֶר וּבֹֽאֲרָה֙ וַהֲלַכְתֶּֽם׃
11 וַיַּשְׁכִּ֣ים דָּוִד֩ ה֨וּא וַאֲנָשָׁ֜יו לָב֣וֹא בַבֹּ֗קֶר לָשׁוּב֙ אֶל־אֶ֣רֶץ פְּלִשְׁתִּ֔ים וּפְלִשְׁתִּ֖ים עָל֥וּ יִזְרְעֶֽאלָה׃
Capítulo 30
David persigue a los amalecitas
LBLA
1 Y aconteció que cuando David y sus hombres llegaron a Siclag al tercer día, los amalecitas habían hecho una incursión en el Neguev y contra Siclag, y habían asolado a Siclag y la habían quemado.
2 Y se habían llevado cautivas a las mujeres y a todos los que estaban allí, grandes y pequeños, sin dar muerte a nadie; sólo se los habían llevado y habían seguido su camino.
3 Cuando David y sus hombres llegaron a la ciudad, he aquí, estaba quemada, y sus mujeres, sus hijos y sus hijas habían sido llevados cautivos.
4 Entonces David y la gente que estaba con él alzaron su voz y lloraron, hasta que no les quedaron fuerzas para llorar.
5 Las dos mujeres de David, Ahinoam la jezreelita y Abigail, la viuda de Nabal el carmelita, también habían sido llevadas cautivas.
6 Y David estaba muy angustiado porque la gente hablaba de apedrearlo, pues todo el pueblo estaba amargado, cada uno por sus hijos y por sus hijas. Mas David se fortaleció en el SEÑOR su Dios.
7 Entonces dijo David al sacerdote Abiatar, hijo de Ahimelec: Te ruego que me traigas el efod. Y Abiatar trajo el efod a David.
8 Y David consultó al SEÑOR, diciendo: ¿Perseguiré a esta banda? ¿Los alcanzaré? Y Él le respondió: Persígue_los_, porque de cierto los alcanzarás y sin duda rescatarás _a todos_.
9 Partió, pues, David, él y los seiscientos hombres que estaban con él, y llegaron hasta el torrente de Besor, donde se quedaron los rezagados.
10 Pero David siguió persiguiendo con cuatrocientos hombres, porque doscientos se quedaron atrás, demasiado fatigados para cruzar el torrente de Besor.
11 Y hallaron en el campo a un egipcio y se lo llevaron a David; le dieron pan y comió, y le dieron a beber agua.
12 También le dieron un pedazo de torta de higos y dos tortas de pasas, y comió y se reanimó; porque no había comido pan ni bebido agua en tres días y tres noches.
13 Y David le dijo: ¿De quién eres y de dónde vienes? Y él respondió: Soy un joven egipcio, siervo de un amalecita; mi amo me dejó tirado cuando me enfermé hace tres días.
14 Hicimos una incursión contra el Neguev de los cereteos, contra el de Judá y contra el Neguev de Caleb, y quemamos a Siclag.
15 Entonces David le dijo: ¿Me llevarás a esa banda? Y él respondió: Júrame por Dios que no me matarás ni me entregarás en mano de mi amo, y te llevaré a esa banda.
16 Cuando lo llevó, he aquí, los amalecitas estaban desparramados sobre toda la tierra, comiendo, bebiendo y festejando, por todo el gran botín que habían tomado de la tierra de los filisteos y de la tierra de Judá.
17 Y David los hirió desde el amanecer hasta la tarde del día siguiente; ninguno de ellos escapó, excepto cuatrocientos jóvenes que montaron en camellos y huyeron.
18 Así David recuperó todo lo que los amalecitas habían tomado, y libró también a sus dos mujeres.
19 Nada les faltó, ni pequeño ni grande, ni hijos ni hijas, ni botín ni cosa alguna de lo que habían tomado; David lo recuperó todo.
20 David tomó también todas las ovejas y el ganado, y los que iban delante de él, decían: Este es el botín de David.
21 Cuando David llegó a los doscientos hombres que estaban demasiado fatigados para seguir a David, y a quienes había dejado en el torrente de Besor, estos salieron al encuentro de David y al encuentro de la gente que con él iba. Y al acercarse David a la gente, los saludó.
22 Entonces todos los hombres malvados e indignos de entre los que habían ido con David respondieron, y dijeron: Porque no fueron con nosotros, no les daremos nada del botín que hemos recuperado, sino a cada hombre su mujer y sus hijos, para que se los lleven y se vayan.
23 Pero David dijo: No haréis así, hermanos míos, con lo que el SEÑOR nos ha dado, porque El nos ha guardado y ha entregado en nuestra mano la banda que vino contra nosotros.
24 ¿Y quién os escuchará en este asunto? Porque conforme a la parte del que desciende a la batalla, así será la parte del que se queda con el bagaje; ellos recibirán lo mismo.
25 Y así ha sido desde aquel día en adelante, él lo estableció como estatuto y ordenanza para Israel hasta hoy.
26 Cuando David llegó a Siclag, envió parte del botín a los ancianos de Judá, sus amigos, diciendo: He aquí, un presente para vosotros del botín de los enemigos del SEÑOR:
27 para los de Betel, para los de Ramot del Neguev, para los de Jatir,
28 para los de Aroer, para los de Sifmot, para los de Estemoa,
29 para los de Racal, para los de las ciudades de los jerameelitas, para los de las ciudades de los ceneos,
30 para los de Horma, para los de Cor-asán, para los de Atac,
31 para los de Hebrón, y para todos los lugares donde David y sus hombres habían andado.
WLC
1 וַיְהִ֣י׀ בְּבֹ֣א דָוִ֣ד וַאֲנָשָׁ֗יו צִֽקְלַ֧ג בַּיּוֹם֙ הַשְּׁלִישִׁ֔י וַעֲמָלֵקִ֖י פָּשְׁט֣וּ אֶל־נֶ֑גֶב וְאֶל־צִֽקְלָג֙ וַיַּכּ֣וּ אֶת־צִֽקְלָ֔ג וַיִּשְׂרְפ֖וּ אֹתָ֥הּ בָּאֵֽשׁ׃
2 וַיִּשְׁבּ֤וּ אֶת־הַנָּשִׁים֙ אֲשֶׁר־בָּ֔הּ מִקָּטֹ֥ן וְעַד־גָּד֖וֹל לֹ֣א הֵמִ֑יתוּ אִ֔ישׁ וַיִּנְהֲג֖וּ וַיֵּלְכ֥וּ לְדַרְכָּֽם׃
3 וַיָּבֹא֩ דָוִ֨ד וַאֲנָשָׁ֜יו אֶל־הָעִ֗יר וְהִנֵּה֙ שְׂרוּפָ֣ה בָאֵ֔שׁ וּנְשֵׁיהֶ֥ם וּבְנֵיהֶ֖ם וּבְנֹתֵיהֶ֑ם נִשְׁבּ֖וּ׃
4 וַיִּשָּׂ֨א דָוִ֤ד וְהָעָם֙ אֲשֶׁ֣ר אִתּ֔וֹ אֶת־קוֹלָ֖ם וַיִּבְכּ֑וּ עַ֣ד כִּֽי־אֵין־בָּהֶ֥ם כֹּ֖חַ לִבְכּֽוֹת׃
5 וְגַם֙ שְׁתֵּ֣י נְשֵֽׁי־דָוִ֔ד נִשְׁבּ֖וּ אֲחִינֹ֣עַם הַיִּזְרְעֵלִ֑ית וַאֲבִיגַ֕יִל אֵ֥שֶׁת נָבָ֖ל הַכַּרְמְלִֽי׃
6 וַתֵּ֨צֶר לְדָוִ֤ד מְאֹד֙ כִּֽי־אָמְר֣וּ הָעָם֙ לְסָֽקְל֔וֹ כִּֽי־מָ֣רָה נֶ֔פֶשׁ כָּל־הָעָ֖ם אִ֣ישׁ עַל־בָּנָ֣יו וְעַל־בְּנֹתָ֑יו וַיִּתְחַזֵּ֣ק דָּוִ֔ד בַּיהוָ֖ה אֱלֹהָֽיו׃
7 וַיֹּ֨אמֶר דָּוִ֜ד אֶל־אֶבְיָתָ֧ר הַכֹּהֵ֣ן בֶּן־אֲחִימֶ֗לֶךְ הַגִּ֤ישָׁה־נָּא֙ לִ֣י הָאֵפֹ֔ד וַיַּגֵּ֥שׁ אֶבְיָתָ֖ר אֶת־הָאֵפֹ֥ד אֶל־דָּוִֽד׃
8 וַיִּשְׁאַ֤ל דָּוִד֙ בַּיהוָ֣ה לֵאמֹ֔ר אֶרְדֹּף֙ אַחֲרֵי֙ הַגְּד֣וּד הַזֶּ֔ה הַאַשִּׂגֶ֖נּוּ וַיֹּ֣אמֶר ל֗וֹ רְדֹף֙ כִּֽי־הַשֵּׂ֤ג תַּשִּׂיג֙ וְהַצֵּ֣ל תַּצִּ֔יל׃
9 וַיֵּ֤לֶךְ דָּוִד֙ ה֣וּא וְשֵׁשׁ־מֵא֣וֹת אִ֔ישׁ אֲשֶׁ֥ר אִתּ֖וֹ וַיָּבֹ֣אוּ עַד־נַֽחַל־בְּשׂ֑וֹר וְהַנּוֹתָרִ֖ים עָמָ֥דוּ שָֽׁם׃
10 וְדָוִד֙ רָדַ֔ף ה֥וּא וְאַרְבַּ֥ע מֵא֖וֹת אִ֑ישׁ וַיַּעַמְד֣וּ מָאתַ֣יִם אִ֔ישׁ אֲשֶׁ֥ר פִּגְּר֖וּ מֵעֲבֹ֥ר אֶת־נַֽחַל־בְּשֽׂוֹר׃
11 וַיִּמְצְא֤וּ אִֽישׁ־מִצְרִי֙ בַּשָּׂדֶ֔ה וַיִּקְחֻ֣הוּ אֶל־דָּוִ֔ד וַיִּתְּנוּ־ל֥וֹ לֶ֖חֶם וַיֹּאכַ֑ל וַיַּשְׁקֻ֖הוּ מָֽיִם׃
12 וַיִּתְּנוּ־ל֤וֹ פֶֽלַח֙ דְּבֵלָ֔ה וּשְׁנֵ֥י צִמֻּקִ֖ים וַיֹּאכַ֣ל וַתָּשָׁב֩ רוּח֨וֹ אֵלָ֜יו כִּ֣י לֹא־אָכַ֥ל לֶ֙חֶם֙ וְלֹא־שָׁ֣תָה מַ֔יִם שְׁלֹשָׁ֥ה יָמִ֖ים וּשְׁלֹשָׁ֥ה לֵילֽוֹת׃
13 וַיֹּ֤אמֶר לוֹ֙ דָּוִ֔ד לְמִ֣י אַתָּ֔ה וְאֵ֥י מִזֶּ֖ה אָ֑תָּה וַיֹּ֗אמֶר נַ֤עַר מִצְרִי֙ אָנֹכִ֔י עֶ֣בֶד לְאִ֣ישׁ עֲמָלֵקִ֔י וַיַּֽעַזְבֵ֧נִי אֲדֹנִ֛י כִּ֥י חָלִ֖יתִי הַיּ֥וֹם שְׁלֹשָֽׁה׃
14 אֲנַ֨חְנוּ פָשַׁ֜טְנוּ הַנֶּ֤גֶב הַכְּרֵתִי֙ וְעַל־אֲשֶׁ֣ר לִֽיהוּדָ֔ה וְעַל־נֶ֥גֶב כָּלֵ֖ב וְאֶת־צִֽקְלָ֥ג שָׂרַ֖פְנוּ בָּאֵֽשׁ׃
15 וַיֹּ֤אמֶר אֵלָיו֙ דָּוִ֔ד הֲתוֹרִדֵ֖נִי אֶל־הַגְּד֣וּד הַזֶּ֑ה וַיֹּ֗אמֶר הִשָּׁ֤בַע לִי֙ בֵּאלֹהִ֔ים אִם־תְּמִתֵ֙נִי֙ וְאִם־תַּסְגִּרֵ֙נִי֙ בְּיַד־אֲדֹנִ֔י וְאוֹרִדְךָ֖ אֶל־הַגְּד֥וּד הַזֶּֽה׃
16 וַיֹּרִדֵ֑הוּ וְהִנֵּ֣ה נְטֻשִׁ֗ים עַל־פְּנֵי֙ כָּל־הָאָ֔רֶץ אֹכְלִ֤ים וְשֹׁתִים֙ וּמִֽתְחֹלְלִ֔ים בְּכֹל֙ הַשָּׁלָ֣ל הַגָּד֔וֹל אֲשֶׁ֥ר לָקְח֛וּ מֵאֶ֥רֶץ פְּלִשְׁתִּ֖ים וּמֵאֶ֥רֶץ יְהוּדָֽה׃
17 וַיַּכֵּם֩ דָּוִ֨ד מֵהַנֶּ֜שֶׁף וְעַד־הָעֶ֧רֶב לְמָחֳרָתָ֛ם וְלֹא־נִמְלַ֥ט מֵהֶ֛ם אִ֖ישׁ כִּ֣י אִם־אַרְבַּ֣ע מֵא֣וֹת אִ֔ישׁ נַעֲרִ֔ים אֲשֶׁ֥ר רָכְב֛וּ עַל־הַגְּמַלִּ֖ים וַיָּנֻֽסוּ׃
18 וַיַּצֵּ֥ל דָּוִ֖ד אֵ֚ת כָּל־אֲשֶׁ֣ר לָקְח֣וּ עֲמָלֵ֑ק וְאֶת־שְׁתֵּ֥י נָשָׁ֖יו הִצִּ֥יל דָּוִֽד׃
19 וְלֹֽא־נֶעְדַּ֨ר לָהֶ֜ם מִקָּטֹ֣ן וְעַד־גָּד֗וֹל וְעַד־בָּנִ֤ים וּבָנוֹת֙ וּמִשָּׁלָל֙ וְעַד־כָּל־אֲשֶׁ֣ר לָקְח֣וּ לָהֶ֑ם הַכֹּ֖ל הֵשִׁ֥יב דָּוִֽד׃
20 וַיִּקַּ֨ח דָּוִ֜ד אֶת־כָּל־הַצֹּ֣אן וְהַבָּקָ֗ר נָהֲג֞וּ לִפְנֵ֤י הַמִּקְנֶה֙ הַה֔וּא וַיֹּאמְר֖וּ זֶ֥ה שְׁלַל־דָּוִֽד׃
21 וַיָּבֹ֣א דָוִ֗ד עַל־מָאתַ֙יִם הָאִ֜ישׁ אֲשֶׁר־פִּגְּר֣וּ מִלֶּ֫כֶת֮ אֶת־דָּוִד֒ וַיַּנִּחֻם֙ בְּנַ֣חַל בְּשׂ֔וֹר וַיֵּצְא֗וּ לִקְרַאת֙ דָּוִ֔ד וְלִקְרַ֖את הָעָ֣ם אֲשֶׁר־אִתּ֑וֹ וַיִּגַּ֤שׁ דָּוִד֙ אֶת־הָעָ֔ם וַיִּשְׁאַ֥ל לָהֶ֖ם לְשָׁלֽוֹם׃
22 וַיַּ֣עַן כָּל־אִישׁ֩ רָ֨ע וּבְלִיַּ֜עַל מֵהָאֲנָשִׁ֣ים׀ אֲשֶׁ֣ר הָלְכ֣וּ עִם־דָּוִד֮ וַיֹּאמְרוּ֒ יַ֠עַן לֹא־הָלְכ֣וּ עִמָּנוּ֮ לֹֽא־נִתֵּ֣ן לָהֶם֩ מֵהַשָּׁלָ֨ל אֲשֶׁר־הִצַּ֜לְנוּ כִּי־אִ֣ישׁ אֶת־אִשְׁתּוֹ֮ וְאֶת־בָּנָיו֒ וְיִנְהֲג֣וּ וְיֵלֵֽכוּ׃
23 וַיֹּ֣אמֶר דָּוִ֗ד לֹא־תַעֲשׂ֣וּ כֵן֮ אֶחַי֒ אֵ֣ת אֲשֶׁר־נָתַ֤ן יְהוָה֙ לָ֔נוּ וַיִּשְׁמְרֵ֕נוּ וַיִּתֵּ֛ן אֶת־הַגְּד֥וּד הַבָּא־עָלֵ֖ינוּ בְּיָדֵֽנוּ׃
24 וּמִ֣י יִשְׁמַ֤ע לָכֶם֙ לַדָּבָ֣ר הַזֶּ֔ה כִּ֞י כְּחֵ֣לֶק הַיֹּרֵ֗ד בַּמִּלְחָמָה֙ וּכְחֵ֣לֶק הַיֹּשֵׁ֣ב עַל־הַכֵּלִ֔ים יַחְדָּ֖ו יַחֲלֹֽקוּ׃
25 וַיְהִ֖י מֵהַיּ֣וֹם הַה֑וּא וָמָ֙עְלָה֙ וַיְשִׂמֶ֣הָ לְחֹ֣ק וּלְמִשְׁפָּ֔ט בְּיִשְׂרָאֵ֖ל עַ֖ד הַיּ֥וֹם הַזֶּֽה׃
26 וַיָּבֹ֣א דָוִד֮ צִֽקְלָג֒ וַיְשַׁלַּ֤ח מֵהַשָּׁלָל֙ לְזִקְנֵ֣י יְהוּדָ֔ה לְרֵעֵ֖הוּ לֵאמֹ֑ר הִנֵּ֤ה לָכֶם֙ בְּרָכָ֔ה מִשְּׁלַ֖ל אֹיְבֵ֥י יְהוָֽה׃
27 לַאֲשֶׁ֣ר בֵּֽית־אֵ֔ל וְלַאֲשֶׁ֥ר בְּרָמֽוֹת־נֶ֖גֶב וְלַאֲשֶׁ֥ר בְּיַתִּֽיר׃
28 וְלַאֲשֶׁ֣ר בַּעֲרֹעֵ֔ר וְלַאֲשֶׁ֥ר בְּשִׁפְמ֖וֹת וְלַאֲשֶׁ֥ר בְּאֶשְׁתְּמֹֽעַ׃
29 וְלַאֲשֶׁ֣ר בְּרָכָ֔ל וְלַאֲשֶׁר֙ בְּעָרֵ֣י הַיְּרַחְמְאֵלִ֔י וְלַאֲשֶׁ֖ר בְּעָרֵ֥י הַקֵּינִֽי׃
30 וְלַאֲשֶׁ֣ר בְּחָרְמָ֔ה וְלַאֲשֶׁ֥ר בְּבוֹר־עָשָׁ֖ן וְלַאֲשֶׁ֥ר בַּעְתָּֽךְ׃
31 וְלַאֲשֶׁ֣ר בְּחֶבְר֔וֹן וּלְכָל־הַ֨מְּקֹמ֔וֹת אֲשֶׁר־הִתְהַלֶּךְ־שָׁ֥ם דָּוִ֛ד וַאֲנָשָׁ֖יו׃
Capítulo 31
Muerte de Saúl y de sus hijos
LBLA
1 Mientras tanto, los filisteos pelearon contra Israel, y los hombres de Israel huyeron de delante de los filisteos y cayeron muertos en el monte Gilboa.
2 Los filisteos persiguieron muy de cerca a Saúl y a sus hijos, y mataron a Jonatán, a Abinadab y a Malquisúa, hijos de Saúl.
3 La batalla arreció contra Saúl, y los arqueros lo alcanzaron y fue gravemente herido por los arqueros.
4 Entonces Saúl dijo a su escudero: Saca tu espada y traspásame con ella, no sea que vengan estos incircuncisos y me traspasen y me burlen. Pero su escudero no quiso, porque tenía mucho miedo. Saúl tomó entonces su espada y se echó sobre ella.
5 Cuando su escudero vio que Saúl había muerto, él también se echó sobre su espada y murió con él.
6 Así murieron Saúl, sus tres hijos, su escudero y todos sus hombres juntos aquel día.
7 Cuando los hombres de Israel que estaban al otro lado del valle y los que estaban al otro lado del Jordán vieron que los hombres de Israel habían huido y que Saúl y sus hijos habían muerto, abandonaron las ciudades y huyeron; entonces los filisteos vinieron y habitaron en ellas.
8 Aconteció al día siguiente que cuando los filisteos vinieron a despojar a los muertos, hallaron a Saúl y a sus tres hijos tendidos en el monte Gilboa.
9 Le cortaron la cabeza y le quitaron las armas, y enviaron mensajeros por toda la tierra de los filisteos para que llevaran las buenas nuevas al templo de sus ídolos y al pueblo.
10 Pusieron sus armas en el templo de Astarot, y colgaron su cuerpo en el muro de Bet-sán.
11 Cuando los habitantes de Jabes de Galaad oyeron lo que los filisteos le habían hecho a Saúl,
12 todos los hombres valientes se levantaron, y caminando toda la noche, tomaron el cuerpo de Saúl y los cuerpos de sus hijos del muro de Bet-sán, y vinieron a Jabes, y los quemaron allí.
13 Y tomaron sus huesos y los enterraron debajo del tamarisco en Jabes, y ayunaron siete días.
WLC
1 וּפְלִשְׁתִּ֣ים נִלְחָמִים֮ בְּיִשְׂרָאֵל֒ וַיָּנֻ֣סוּ אַנְשֵׁ֣י יִשְׂרָאֵל֮ מִפְּנֵ֣י פְלִשְׁתִּים֒ וַיִּפְּל֥וּ חֲלָלִ֖ים בְּהַ֥ר הַגִּלְבֹּֽעַ׃
2 וַיַּדְבְּק֤וּ פְלִשְׁתִּים֙ אֶת־שָׁא֣וּל וְאֶת־בָּנָ֔יו וַיַּכּ֣וּ פְלִשְׁתִּ֔ים אֶת־יְהוֹנָתָ֥ן וְאֶת־אֲבִינָדָ֖ב וְאֶת־מַלְכִּי־שֽׁוּעַ בְּנֵ֥י שָׁאֽוּל׃
3 וַתִּכְבַּ֥ד הַמִּלְחָמָ֖ה אֶל־שָׁא֑וּל וַיִּמְצָאֻ֙הוּ֙ הַמּוֹרִ֔ים אֲנָשִׁ֖ים בַּקֶּ֥שֶׁת וַיָּ֥חֶל מְאֹ֖ד מֵהַמּוֹרִֽים׃
4 וַיֹּ֣אמֶר שָׁאוּל֩ אֶל־נֹשֵׂ֨א כֵלָ֜יו שְׁלֹ֥ף חַרְבְּךָ֣׀ וְדׇקְרֵ֣נִי בָ֗הּ פֶּן־יָבֹ֙אוּ֙ הָעֲרֵלִ֤ים הָאֵ֙לֶּה֙ וּדְקָרֻ֔נִי וְהִתְעַלְּל֖וּ בִּ֑י וְלֹ֤א אָבָה֙ נֹשֵׂ֣א כֵלָ֔יו כִּ֣י יָרֵ֣א מְאֹ֔ד וַיִּקַּ֤ח שָׁאוּל֙ אֶת־הַחֶ֔רֶב וַיִּפֹּ֖ל עָלֶֽיהָ׃
5 וַיַּ֤רְא נֹשֵׂא֙ כֵלָ֔יו כִּי־מֵ֖ת שָׁא֑וּל וַיִּפֹּ֥ל גַּם־הוּא֙ עַל־חַרְבּ֔וֹ וַיָּ֥מֹת עִמּֽוֹ׃
6 וַיָּ֣מָת שָׁא֗וּל וּשְׁלֹ֤שֶׁת בָּנָיו֙ וְנֹשֵׂ֣א כֵלָ֔יו גַּם־כָּל־אֲנָשָׁ֖יו בַּיּ֥וֹם הַהֽוּא יַחְדָּֽו׃
7 וַיִּרְא֣וּ אַנְשֵֽׁי־יִשְׂרָאֵ֡ל אֲשֶׁר֩ בְּעֵ֨בֶר הָעֵ֜מֶק וַאֲשֶׁ֣ר בְּעֵֽבֶר֮ הַיַּרְדֵּן֒ כִּ֣י נָ֤סוּ אַנְשֵׁי֙ יִשְׂרָאֵ֔ל וְכִֽי־מֵ֥ת שָׁא֖וּל וּבָנָ֑יו וַיַּעַזְב֤וּ אֶת־הֶֽעָרִים֙ וַיָּנֻ֔סוּ וַיָּבֹ֣אוּ פְלִשְׁתִּ֔ים וַיֵּשְׁב֖וּ בָּהֶֽן׃
8 וַיְהִ֣י מִֽמָּחֳרָ֗ת וַיָּבֹ֤אוּ פְלִשְׁתִּים֙ לְפַשֵּׁ֣ט אֶת־הַחֲלָלִ֔ים וַיִּמְצְא֤וּ אֶת־שָׁאוּל֙ וְאֶת־שְׁלֹ֣שֶׁת בָּנָ֔יו נֹפְלִ֖ים בְּהַ֥ר הַגִּלְבֹּֽעַ׃
9 וַֽיִּכְרְת֤וּ אֶת־רֹאשׁוֹ֙ וַיִּפְשְׁט֣וּ אֶת־כֵּלָ֔יו וַֽיְשַׁלְּח֛וּ בְּאֶֽרֶץ־פְּלִשְׁתִּ֖ים סָבִ֑יב לְבַשֵּׂ֛ר בֵּ֥ית עֲצַבֵּיהֶ֖ם וְאֶת־הָעָֽם׃
10 וַיָּשִׂ֙ימוּ֙ אֶת־כֵּלָ֔יו בֵּ֖ית עַשְׁתָּר֑וֹת וְאֶת־גְּוִיָּת֥וֹ תָֽקְע֖וּ בְּחוֹמַ֥ת בֵּֽית־שָֽׁן׃
11 וַֽיִּשְׁמְע֛וּ אֵלָ֥יו יֹשְׁבֵֽי יָבֵ֥ישׁ גִּלְעָ֖ד אֵ֣ת אֲשֶׁר־עָשׂ֣וּ פְלִשְׁתִּ֖ים לְשָׁאֽוּל׃
12 וַיָּק֡וּמוּ כָּל־אִישׁ֩ חַיִל֩ וַיֵּלְכ֨וּ כָל־הַלַּ֜יְלָה וַיִּקְח֣וּ אֶת־גְּוִיַּ֣ת שָׁא֣וּל וְאֵת֩ גְּוִיֹּ֨ת בָּנָ֜יו מֵחוֹמַ֣ת בֵּֽית־שָׁ֗ן וַיָּבֹ֤אוּ יָבֵ֙שָׁה֙ וַיִּשְׂרְפ֥וּ אֹתָ֖ם שָֽׁם׃
13 וַיִּקְח֣וּ אֶת־עַצְמֹתֵיהֶ֗ם וַיִּקְבְּר֤וּ תַֽחַת־הָאֶ֙שֶׁל֙ בְּיָבֵ֔ישׁ וַיָּצֻ֖מוּ שִׁבְעַ֥ת יָמִֽים׃